PostRevelación. Todos los alumnos se sorprendieron al ver a Marinette Dupain-Cheng llegar ese día de la mano de Adrien Agreste, pero ninguno de ellos tanto como Chloé Bourgeois. Decidida a recuperar al chico del que estaba enamorada, Chloé obliga a Nathaniel a unirse a ella para intentar separar a la nueva pareja. Y habrían tenido éxito, de no ser por esos molestos sentimientos. Spoilers de la segunda temporada.

Nota Aclaratoria:

1) Los personajes no me pertenecen, salvo por algún OC que de pronto aparezca. Créditos a Thomas Astruc y compañía

2) Contiene spoilers de la segunda temporada

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CAPÍTULO 1

Colegio Françoise Dupont

Esa mañana

Adrien y Marinette estaban de pie en la entrada del colegio. Se miraron entre sí, para luego mirar la puerta, y volvieron a mirarse. La chica dejó escapar un suspiro nervioso, que hizo que el chico riera en voz baja y la tomara de la mano.

-No temas, milady- dijo él, dándole un cariñoso apretón de manos- todo estará bien-

-Aún no estoy convencida, mon chaton- dijo Marinette, inflando las mejillas por un momento- ¿no crees que Alya y Nino van a sospechar algo si nos ven llegar así de pronto?-

-Lo pensé, y creo que el plan de tener una historia que concuerde entre nosotros es lo mejor- dijo Adrien- vamos a decir que salimos en una cita, que nos atacó el akuma de ayer, y que Ladybug y Chat Noir nos salvaron, encerrándonos en la cima de la torre Eiffel. Y que ahí…-

-Lo sé, lo sé- dijo Marinette- es solo que… me pongo nerviosa, soy muy mala mintiendo. Y no me gusta mentirle a mis amigos-

-No te preocupes, bugginette- dijo Adrien, sonriendo traviesamente- aunque técnicamente no es mentirles. El akuma ayer sí nos atacó, y gracias a ello nos dimos cuenta de nuestras identidades, y…-

-Lo sé- dijo Marinette, y miró hacia el cielo- será mejor que nos apuremos, parece que va a llover pronto-

-Yo les daré las noticias a Nino y a Alya- dijo Adrien, guiñándole un ojo- tú solo… finge estar demasiado enamorada como para hablar-

-Eso va a ser fácil- dijo Marinette, e inmediatamente se ruborizó furiosamente por lo que acababa de decir. Adrien se volvió hacia ella, sorprendido y ruborizado, pero se echó a reír también.

-Awww, por eso me encantas, milady. Adoro hacerte sonrojar así- dijo el chico, besándola en la mejilla y dándole otro apretón en su mano- ¿lista?-

-Lista- dijo Marinette tras respirar hondo.

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Aula de Caline Bustier

Al mismo tiempo

Chloé estaba emocionada esa mañana. Había convencido a su padre de hacer otra fiesta en su casa por su cumpleaños, y no podía esperar a que llegara Adrien para contarle las noticias. La chica había llegado temprano, había tomado asiento en su sitio habitual, y se estaba limando las uñas para intentar en vano disimular un poco su emoción.

La rubia miró a su alrededor. Sabrina ya había llegado, tomando asiento junto a ella y comenzó a charlar con ella, sin darse cuenta de que no le estaba prestando atención. Chloé puso los ojos en blanco mientras apoyaba sus codos sobre su escritorio. ¿Qué no entendía que no le importaba lo que su padre, el policía, había hecho la tarde anterior?

Después de ello, estaba Mylène, quien acababa de llegar con Ivan. La chica puso los ojos en blanco de nuevo. Ahí tenían a una pareja dispareja. ¿Estarían conscientes de lo ridículos que se veían esos dos juntos? Y ni hablar de Rose, Max y Juleka, quienes llegaron más tarde. En serio, ¿a quién se le ocurría vestirse así?

Pero finalmente Chloé hizo un gesto de desagrado cuando llegaron Nino y Alya, tomados de la mano y riendo.

-Puaj, ¿podrían comportarse? Estamos en una escuela- dijo la rubia.

Nino optó por ignorarla, y al mismo tiempo contener a Alya para evitar que su novia se lanzara a la yugular de Chloé. No valía la pena ser enviada a la oficina del director por culpa de ella. Alya solo gruñó, y tomó asiento junto a Nino, quien le sonrió para intentarla hacer olvidar el momento desagradable.

-Calma, Aly, sabes que no debes escuchar a Chloé-

La aludida rió en voz baja, burlándose de Nino, pero fue ignorada, cosa que la hizo dejar de reír tras unos segundos y gruñir en voz baja. ¡Perdedores! Ninguno de ellos estaba a su altura. Chloé miró hacia atrás, buscando con la mirada a alguien que la apoyara, pero no había nadie. Sabrina, al verse ignorada, se había distraído jugando con su broche, Kim y Alix estaban discutiendo sobre quien de los dos era el mejor deportista, y Nathaniel estaba en el fondo del aula, con su cabeza hundida en sus dibujos.

Chloé entrecerró los ojos. Nathaniel. El pelirrojo tenía un algo que le molestaba enormemente. Quizá era el hecho de que no le prestaba atención, pues Nath siempre estaba con sus ojos pegados en su libreta de dibujos. Ya había pillado a algunos de los chicos mirándola de tanto en tanto. Kim, Max, a veces incluso Adrien, pero Nathaniel parecía tratarla como si fuera parte de la decoración. Como si no existiera.

Y encima de todo, el pelirrojo le desagradaba porque estaba enamorado de Marinette. ¿Cómo a alguien le podía gustar la panadera? Sobre todo, que el pelirrojo la ignoraba a ella, a Chloé, hija del alcalde de París y gran belleza que era, en beneficio de prestarle atención a la hija del panadero de la localidad. Chloé gruñó de nuevo. ¡La sola idea hacía que su sangre hirviera de enojo!

-¡Oh, por todos los…!- sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Alya dejó escapar una exclamación de sorpresa.

Chloé levantó la vista, y casi tira su brazalete de mil euros al suelo de la impresión. Alya había dejado caer su teléfono celular sobre el escritorio, y Nino se había quitado los audífonos. Todos en la clase miraron boquiabiertos hacia la entrada, por donde entraron Adrien y Marinette. Sonriendo. Y tomados de la mano.

El cerebro de Chloé se fue de vacaciones por unos segundos al ver a los recién llegados. ¿Adrien y Marinette estaban juntos? ¿En qué momento? No, no podía ser, estaba soñando seguramente. Chloé se frotó los ojos y parpadeó repetidamente, intentando aclarar su vista. No, ahí seguían. De hecho, Adrien pasó la mano por la espalda de Marinette y la atrajo hacia sí mismo, mientras que ella sonreía nerviosamente.

-¿Qué significa esto?- preguntó Nino- ¿están juntos?-

-¿Cómo sucedió esto?- preguntó Alya de pronto, regresando a Chloé a la realidad- Marinette, ¿porqué no me dijiste nada? ¡Quiero todos los detalles!-

-¡Mate!- se quejó Nino.

Mylène sonrió, y Rose murmuró algo como "oh, es tan romántico".

-Vamos, chicos, no hagan tanto escándalo- dijo Adrien, apenado, mientras que Marinette se ponía más roja de lo que la habían visto jamás- nos pasó lo mismo que a ustedes dos. Hubo un… akuma, y Ladybug y Chat Noir nos encerraron juntos en la cima de la torre Eiffel. Y bueno, una cosa llevó a la otra…-

Marinette asintió, aún sonriendo nerviosamente, mientras que sus amigos festejaban a la nueva pareja.

-Vaya, ya era hora, nos habíamos cansado de verlos gustarse sin hacer nada- dijo Alix con una expresión aburrida, dejando de discutir por un momento con Kim, y devolvió su vista al enorme chico- te lo dije. Yo gano. Paga-

Kim rodó los ojos, pero sacó de su bolsillo un billete de diez euros y lo puso bruscamente sobre la mano de Alix, haciendo reír a todos.

-No es justo- se quejó Kim.

Chloé seguía sin poder creer lo que estaba pasando. Lo había perdido. Había perdido a Adrien, ¡y contra la panadera, de entre todas las chicas de la escuela! Cuando la chica rubia vio que Adrien acompañó a Marinette a su asiento, y se sentó junto a ella, se sintió nauseosa.

-Bonjour a tous- dijo mademoiselle Bustier- espero que hayan tenido un buen fin de semana. Comenzaremos con la lista… Chloé, ¿te sientes bien?-

La aludida volvió la vista a la profesora, quien la estaba mirando con preocupación. Toda la clase, de hecho, se volvió hacia ella.

-Te ves pálida, Chloé- escuchó la voz de Sabrina.

Chloé tenía miedo de vomitar si llegaba a abrir la boca. Se puso de pie y se cubrió la boca con ambas manos, para salir corriendo hacia el baño de chicas. Alcanzó a escuchar los murmullos sorprendidos de sus compañeros conforme iban bajando las escaleras. La chica no se dio cuenta de que estaba llorando hasta que sintió las lágrimas humedeciendo su blusa.

Tan pronto como llegó al baño de chicas, Chloé se encerró dentro. Se dejó caer al suelo y abrazó sus piernas, para comenzar a sollozar.

¿Porqué?¿Porqué le tenía que pasar eso a ella? ¡Si Adrien y ella estaban destinados a estar juntos!¡Si se habían conocido desde que ambos eran pequeños! Y lo que más le molestaba…

-¿Porqué? Adrichou, ¿porqué ella, de entre todas las chicas que podías escoger?- dijo Chloé entre sollozos.

Chloé no asistió a clases ese día. La pasó en uno de los cubículos del baño de chicas, sollozando sin parar. Tras varios minutos intentando tranquilizarse, la chica sacó su teléfono celular y marcó el número de su padre.

-Papa, creo que estoy… no me siento muy bien que digamos- dijo Chloé en voz baja- ¿puedes enviar el auto por mí?-

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Patio del Colegio

Hora del receso

Todos los estudiantes de mademoiselle Bustier estaban en el patio con la nueva pareja, al parecer sin poder creer que esos dos estaban juntos, e interrogándolos para sacarles detalles. Tanto Adrien como Marinette parecían mucho más relajados ahora que todos sus compañeros sabían sobre ellos.

-¿Alguien ha visto a Chloé?- preguntó de pronto Sabrina.

-No, creo que se fue a su casa- comentó Alya- en la mañana no se veía nada bien-

-Creo que pescó un virus estomacal- dijo Nino, frotándose la parte posterior de la cabeza, y con una expresión apenada- espero que se sienta mejor pronto-

-Yo también- dijo Marinette, y se volvió hacia Adrien, quien asintió.

-Muero de hambre- comentó Nino- ¿trajeron algo de comer?-

De hecho, Marinette había llevado consigo una gran bolsa de croissants rellenos de chocolate, que alegremente ella y Adrien compartieron a todos sus compañeros. El padre de Marinette había hecho incluso algunos cupcakes con las caras de los dos chicos. Todos los alumnos de mademoiselle Bustier estaban reunidos, celebrando lo que había pasado.

Había una excepción.

Nathaniel estaba sentado en un extremo del patio del colegio, con su libreta de dibujo en su regazo y su lápiz en mano, pero a pesar de todo su talento, la página se encontraba en blanco. Realmente en ese momento no estaba de humor para dibujar nada.

El pelirrojo levantó los ojos hacia la pareja, y suspiró tristemente. Sí, siempre había sabido que Marinette estaba enamorada de Adrien, pero jamás pensó que el chico la iba a corresponder. Aunque realmente no lo culpaba: Marinette era la chica más hermosa y perfecta que existía, y era cuestión de tiempo para que el chico se diera cuenta de ello.

Nathaniel sacudió la cabeza repetidamente. ¡Por supuesto que se iba a dar cuenta! Eso le pasaba por no haberse animado a invitarla a salir antes. Bueno, solo lo había hecho estando akumatizado, pero después de ello su timidez le había ganado, y perdió su oportunidad.

El chico volvió a poner el lápiz sobre el cuaderno, pero no logró dibujar absolutamente nada. Toda su inspiración se había ido.

El sonido de un relámpago interrumpió sus pensamientos. Nath suspiró. Quizá sería buena irse a casa. No se sentía nada bien, y a como estaba en ese momento, no iba a poder concentrarse en las lecciones del día.

Nathaniel guardó su lápiz y cuaderno en su mochila, se la pasó por el hombro, y se levantó para dirigirse a la salida, ignorando a Rose, quien le preguntó que qué estaba haciendo. Otro relámpago sonó con fuerza mientras el chico cruzaba el umbral de la puerta del colegio y abría su paraguas, dispuesto a dirigirse a casa.

Se detuvo en seco al ver a una figura amarilla, ovillada en el suelo y sentada en las escaleras de la escuela. Nath alzó las cejas, al principio confundido, sin estar seguro de quien se trataba o porqué estaba ahí, mojándose en la lluvia. Al reconocer quien era, el pelirrojo se acercó a ella.

Chloé, la chica más molestosa de la clase, tenía el rostro hundido entre sus brazos, y a todas luces estaba sollozando. Sus cabellos estaban sueltos y remojados, y el chico alzó las cejas al recordar lo mucho que ella cuidaba su cabello.

-¿Chloé?- dijo el chico en un susurro- ¿te encuentras bien?-

-Perfectamente- gruñó Chloé bruscamente, levantando la vista y limpiándose las lágrimas con el dorso de su mano- no que sea tu asunto, cabeza de tomate-

Nathaniel rodó los ojos. Típica Chloé. Pero su parte amable le insistió que se asegurara de que la chica estuviera bien. Puso el paraguas sobre ella, para cubrirla de la lluvia, y le ofreció la mano.

-Vamos, solo te quiero ayudar a levantarte- dijo el chico al ver que Chloé lo miraba sorprendida, como si fuera un marciano- ¿tu chofer ya viene por ti?-

Chloé iba a decir algo cortante, pero sus ojos se cruzaron con los de Nath, y quedó momentáneamente boquiabierta. ¿Siempre había tenido ojos tan bonitos? Se quedó pensando en ello por unos segundos.

-Eh… ¿Chloé?-

Chloé parpadeó, regresando a la realidad.

-Pfff… si insistes- dijo Chloé en un tono indiferente, encogiéndose de hombros pero aceptando la mano de Nath para ayudarse a levantarse. El chico le sonrió tristemente, y Chloé solo hizo una expresión de frustración y se volvió hacia la calle, esperando la limosina que la llevaría a su casa.

Se mantuvieron así por varios minutos, Chloé con los brazos cruzados, y mirando en dirección contraria a Nath, quien seguía deteniendo el paraguas sobre ambos, asegurándose que la chica no se mojara.

-¿Y bien?- dijo Chloé con una expresión de fingido desinterés.

-¿Y bien…?-

-¿Qué haces aquí afuera?- dijo la chica- ¿no tienes clases?-

Nathaniel suspiró tristemente, y sacudió la cabeza.

-Yo… en realidad, no tengo el corazón de asistir a clases hoy- confesó el chico en un tono derrotado. No quería decir que estaba enamorado de Marinette, pero no era necesario: eso ya era de dominio público a esas alturas. Todos sabían que incluso fue akumatizado por culpa de Chloé una vez, cuando dijo en voz alta que estaba enamorado de la chica pelinegra.

Chloé lo miró de reojo por un momento, alzando las cejas.

"¡Por supuesto!" Pensó Chloé "el chico cabeza de tomate siempre ha estado enamorado de la panadera. Cuando Nath fue akumatizado, fue porque descubrí que estaba dibujándose a sí mismo como superhéroe y salvando a Marinette"

Nathaniel fue consciente de la atención de la chica, y se ruborizó hasta las orejas. Estaba acostumbrado a pasar desapercibido, y esa atención lo hacía sentirse incómodo. Parpadeó para intentar romper la concentración de Chloé, pero no funcionó, así que optó por aclararse la garganta. La chica reaccionó, y volvió a cruzarse de brazos y mirar en dirección contraria.

Permanecieron así unos momentos, hasta que la chica volvió a gruñir en voz alta.

-Argggg- se quejó Chloé- ¿porqué el chofer se tarda tanto en venir por mí? ¡Me quejaré con mon papa!-

El pelirrojo sonrió levemente, mientras que la chica suavizaba su mirada.

-Te entiendo- continuó la chica, intentando sonar indiferente, pero fue en vano. Su voz se estaba quebrando- porqué no tienes ánimos para ir a clases hoy. Estabas enamorado de la panadera, ¿no es así?-

-No la llames así…- dijo el chico, enrojeciéndose levemente, esta vez de enojo.

-Sí, sí, como sea- dijo Chloé aún con voz quebrada- yo también estoy… estaba… ¡arggg! Adrichou y yo estamos hechos el uno para el otro, no entiendo que hizo esa desagradable de Marinette para engatusarlo, y…- sacudió la cabeza, sintiendo que sus ojos se humedecían otra vez.

Nathaniel sonrió de nuevo. La entendía perfectamente. Al parecer, y contra todo pronóstico, tanto él como Chloé Bourgeois estaban en el mismo barco. El chico suspiró largamente.

-Supongo que estamos igual entonces- dijo Nath, encogiéndose de hombros- fueron noticias tan malas para ti como para mí-

Chloé asintió tristemente mientras veía la limosina del Grand Paris estacionándose frente al colegio y pensaba que era bizarro como Nathaniel y ella tenían tanto en común. Suspiró, y se volvió hacia él para agradecerle por hacerle compañía y el hecho de que la cubriera de la lluvia con su paraguas, cuando se le ocurrió algo completamente extraordinario.

-Chloé, ¿me estás escuchando?- dijo el pelirrojo, alzando las cejas- dije que tu chofer ya llegó. ¿Quieres que te acompañe para que no te mojes con la lluvia?-

Pero, desconocido para él, los engranes en el cerebro de Chloé estaban girando a toda velocidad, y estaban maquinando un plan maligno al caer en cuenta de que su dilema era parecido al de Nathaniel.

-¡Oh, por todos los…!- exclamó la chica.

-¿Qué sucede, Chloé?- dijo el pelirrojo, preocupado- ¿te encuentras bien?-

-¡No!¡Por supuesto que no!- dijo ella impacientemente- acabo de darme cuenta de algo-

-¿Qué sucede?- dijo inocentemente el chico.

-Yo estoy enamorada de Adrichou-

-Sí…- dijo el pelirrojo, dudoso.

-Y tú estás enamorado de la pan… digo, de Marinette…- continuó ella, haciendo una mueca, como si le costara mucho trabajo decir correctamente el nombre de Marinette, sin enojo o desdén.

-Ajá…- dijo Nath, levantando una ceja, sin entender a donde quería llegar la chica rubia- y entonces, ¿cuál es tu punto?-

-Tengo una idea- dijo Chloé- ¡oh sí! Es una idea maravillosa. ¡Pues claro que iba a ser una idea maravillosa, es mía, y yo soy genial!- continuó ella, y se aclaró la garganta- ¡tú y yo tenemos que trabajar juntos para separarlos! ¡Ta da!-

Nath palideció al escuchar aquello. ¿A qué rayos se refería Chloé con separarlos? ¡Medio momento! ¿Había dicho trabajar juntos?-

-Tú y yo… ¿qué cosa?- dijo él.

Pero el chico no tuvo tiempo de decir algo más, o negarse. En vez de responder, Chloé lo tomó de un brazo, y tiró de él, arrastrándolo hacia la limosina. Nath casi dejó caer su paraguas mientras la chica rubia lo llevaba hacia el auto y lo hacía meterse junto con ella.

-Espera, Chloé- dijo el chico, nervioso mientras que se erguía sentado sobre el asiento trasero del auto- yo… no puedo ir contigo, no creo que esto sea una buena idea…-

Pero nada de lo que dijo tuvo efecto alguno sobre la chica, quien subió a la limosina junto a él y cerró la puerta tras de sí.

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CONTINUARÁ…

¡Hola a todos! Adrien y Marinette son pareja, y Chloé junto con Nath van a intentar separarlos. ¿Lo lograrán? Espero que les esté gustando esta historia. Nos leemos pronto.

Abby L.