Agradezco muchos sus comentarios, me dan ánimos para seguir aún cuando no sé cómo.

Capítulo 6

Las clases habían llegado a su fin.

Habían pasado el parque de camino a casa. Toga se quedó observando el columpio de nuevo, Deku la miró y luego lo observó también.

— ¿Quieres subirte? — preguntó con una sonrisa. Toga reaccionó con sorpresa.

— ¿Qué? No digas idioteces — frunció el ceño. Aunque ella si quería, por otro lado se hubiese ido, pero esperaba que él se vaya.

— Ven — él la tomó de la mano con delicadeza, Himiko no se negó y caminaron hacia el columpio —. Siéntate, puedo empujarte si lo deseas — Izuku sonrió dulcemente.

Ella chasqueó la lengua y lentamente tomó asiento, sintiendo algo nuevo.

— Tu expresión es extraña. ¿Nunca te habías subido a un columpio? — Izuku comenzó a empujarla suavemente.

— Hmp — emitió. La sensación de meserse en el juego era agradable, más evitó sonreir.

— Cuando era niño me gustaba mucho venir al parque. Lo primero que jugaba eran los columpios — comentó sin dejar de empujarla.

Toga miró al suelo con tristeza. Cuando ella era niña, lo más divertido que hizo fué matar a sus padres... ¡Pero ella no tenía la culpa!

Si él no hubiese hecho lo que hizo...

— ...quieras — Ella alzó la mirada. Izuku había dicho algo, pero ella no escuchó.

— ¿Qué dijiste?

— Oh. Dije que podríamos venir cuando quieras — el empujó más fuerte y ella sintió cosquillas cuando se elevó más alto.

Himiko elevó la mirada solo para sentir como el aire golpeaba su rostro y asintió en respuesta.

Toga se permitió sentir aquella sensación durante unos largos minutos, sin importarle que la gente se les quedara viendo con extrañeza.

Pronto, tuvieron que regresar a casa.

Himiko comenzó a subir las escaleras sin dirigirle alguna mirada o palabra al peliverde. Deku esperaba que el anterior momento juntos haya creado al menos un poco de cercanía y talvez algo de confianza, pero se equivocó.

Se encaminó a la cocina y se detuvo de golpe cuando escuchó el murmullo de la rubia.

Izuku la contempló de pie y espaldas al segundo piso, en el último escalón. Él no supo que responder y Himiko tomó su silencio en respuesta para continuar su ida a su habitación.

Midoriya hizo la cena. Le llamó.

Comieron en silencio, uno incómodo para Deku, pero ella parecía desinteresada al ambiente.

Era tarde, y después de un largo baño él se echó a la cama. Reflexionó sobre cada situación del día de hoy.

Poco a poco fué cerrando los ojos, cansado. Lo único que recordó fueron las palabras de Toga antes de caer en sueño.

Gracias, Izuku.