Capítulo 8: La victoria de Sesshomaru

Después de navegar por un corto tiempo, Sesshomaru mira por su catalejo en el horizonte y ve el bajel de bandera española:

-Es ese barco, estoy seguro-Dice.

Sin dudar un minuto, ordena a sus hombres que se preparen para el ataque, mientras que algunos tripulantes manejan las jarcias y las velas.

En el bajel español, Byakuya charla con su amo que le dice por Rin:

-Si llego a matar a ese pirata, esa chica será mi esclava por siempre.

-Como me gustaría divertirme con ella con mis maltratos-Dice Byakuya.

Después de navegar a toda vela, logran alcanzar la fragata de Naraku, del cual sus hombres están listos en sus puestos:

-Esperen órdenes-Decía Yaken.

En su fragata, Naraku observa junto con su asistente la nave pirata y murmura:

-Vengan por mí, y los llevare a la muerte.

Cuando están en posiciones, ambos bajeles abren fuego, aunque Sesshomaru ordena que disparen con cuidado para que no hieran a Rin, ya que estaba escondida.

Desde el camarote de Naraku, Rin siente los cañonazos y reza porque no le pase nada, pero sobre todo, que sea liberada del malvado español.

Los cañonazos del barco español son muy destructivos y provocan daños en los bucaneros, y antes que acabe con todos, Sesshomaru ordena acercarse a la nave enemiga, mientras que sus hombres están listos con sus armas.

Después de los cañonazos, los valientes bucaneros pasan al abordaje lanzándose con furia a marineros y soldados.

Los mejores hombres junto al contramaestre Gerrit luchan cuerpo a cuerpo abatiendo enemigos ya sea con sablazos, apuñaladas, puñetazos y culatazos, aunque los españoles están bien armados y acaban con sus contrincantes usando picas y mosquetes; en sus lugares, Koert y Jenkin dan muerte a sus oponentes con sus pistolas.

Sesshomaru salta a la cubierta enemiga, y cuando los soldados y marinos se lanzan sobre él, lanza terribles sablazos que mata a cualquiera que se le interpusiera, lo que provoca terror en los españoles al ver combatir a un temible capitán bucanero.

En la cubierta de popa, el capitán de la fragata y varios oficiales tratan de resistir y le dice a Naraku sobre Sesshomaru:

-Ese pirata es un demonio.

-Lo sé, pero continúen peleando y acaben con ellos-Responde Naraku.

En esa situación, y aprovechando el descuido de Naraku, Rin intenta escapar, pero cuando trata de alejarse del alcázar es atrapada por Byakuya que le dice apuntándole con una daga:

-No iras a ningún lado.

Pero Sesshomaru logra verla y avanzando a toda velocidad, agrediendo a cualquiera que se le oponga, llega a donde esta ella, y el asistente lo ataca, pero el bucanero esquiva sus ataques y de un golpe suelta su florete, pero no se da por vencido y le lanza la daga, pero este lo agarra y se lo lanza en el pecho, que muere al caer.

Muerto Byakuya, Rin y Sesshomaru se abrazan y ella le dice:

-Viniste por mí.

-Y lo haría siempre-Le responde sonriendo.

Pero Naraku ve a los oficiales y al capitán siendo reducidos y se enoja, del cual se aproxima hacia el capitán bucanero y le dice gritando:

-Ven a pelear, te reto.

-Sera un placer-Responde Sesshomaru.

Ambos bandos se ponen en círculo y miran como los dos enemigos chocan sus espadas, lanzando ataques, esquivándolos y deteniéndolos, pero el español se los lanza furiosamente, pero el bucanero le corta la hoja y lo decapita.

Al morir Naraku, los españoles tiran sus armas rindiéndose y los bucaneros levantan sus espadas en señal de victoria.

Cuando los españoles se hacen a un lado, los bucaneros se ocupan de saquear el bajel español, pero Rin le dice a Sesshomaru:

-Creo que esta era tu venganza y te diré si no deseas abandonar la vida de pirata.

Sesshomaru se queda callado, incluso su tripulación y responde:

-Si eso es lo que deseas, lo hare.

-¿Pero capitán, que hará con nosotros?-Pregunta Jenkin.

-Usted nos has dado ricos botines-Dice Gerrit.

Pero Sesshomaru vuelve a mirar a Rin y les dice:

-Ustedes pueden seguir con esta vida, y yo desembarcare en Curaçao para vivir con Rin, si quieren pueden ser corsarios, pero con otro capitán.

Sin embargo, todos aceptan y ponen proa a la isla holandesa, después de que dejan que los españoles sobrevivientes continúen con su viaje.

Mientras los bucaneros disfrutan del botín, Rin le dice a Sesshomaru:

-Que buena elección, es hora de que lleve una vida decente.

-Lo sé, lo hice por ti-Le responde.

-¿Y qué hará en Curaçao, amo Sesshomaru?-Pregunta Yaken.

-Eso lo decidirá Rin.

Sonriendo, la joven le mira a los ojos y le dice tiernamente:

-Compraremos una casa y formaremos nuestra propia familia y viviré contigo por toda la vida.

Cuando ambos se abrazan, miran el horizonte, a la espera de cumplir sus sueños.

Fin