Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen.

...

Capitulo 1

.

-¡Tomad!-Tomo al niño- ¡huid de aquí!

-Mami... -La mano de su madre se deslizo entre sus pequeños dedos, el barco comenzó a moverse (en realidad era una canoa, pero en su joven mente era un barco). El único príncipe y el ultimo soldado se fueron por el negro canal subterráneo. La mujer sabia que no llegaría muy lejos si era ella quien remaba.- ¡Mami! -Grito por ultima vez.

14 años después.

El joven abrió los ojos, el grito aun seguía en su cabeza... Debía tener un poco mas de 2 años en ese momento, pero seguía recordando el momento en que la mujer identificada como "mami" era dejada en ese negro lugar.

Salió de su improvisada cama, un par de mantas en el suelo y un almohadón. Eso era lo único que necesitaba para dormir. Se lavo la cara con el agua del modesto fuenton de barro que había sobre una mesilla que a duras penas se sostenía. Miro al hombre mayor que dormía en la cama, había comenzado con problemas en la espalda y le había obligado a ocupar esta. Se acerco a la chimenea y agrego un poco de leña al modesto fuego.

No paso mucho hasta que una olla reposara allí para calentar agua.

-Buen día Lugonis. -Saludo tras abrir la ventana para que mas luz ingresará. Tomo una tabla de madera y comenzó a cortar con cuidado unas hierbas.

-Buen día, Albafica -Observo lo que el chico hacia- ¿Cuando aprendiste?

-Aprendí con solo mirarte... Y practicando con plantas silvestres que no tienen valor. -El hombre se sentó mientras el más joven tiraba las flores en el agua.- ¿Como esta tu espalda?

-Bien, mejor que ayer... ¿Has dormido bien?

-Si, mejor que en la cama. -El hombre sonrió como respuesta.- Deja que me haga cargo de todo hoy... Descansar te hará bien.

-Supongo... Que podrás hacer el trabajo de los dos, solo por hoy.

Granero. Varias horas después.

Albafica termino de apilar los fardos de heno y se limpio el sudor de la frente. El testarudo de Lugonis había ido al pueblo con la carreta a vender algunos productos de la granja. Principalmente las especias aromáticas que crecían en la huerta y otras que recogían por el bosque y prados cercanos.

Salió del granero y observo a la vaca lechera que poseían, esta miraba con cariño al rosal que poseían al otro lado del corral de madera.

-No, Doty, eso no es para ti... -Tomo a la vaca de la soga que poseía y le hizo alejarse de la tentadora flor.

-¡ALBAFICA! -El grito hizo que soltara a la vaca- ¡ALBAFICA! -Lugonis no tardo en aparecer por el camino, haciendo correr al caballo ruano que poseían- ¡ALBAFICA!

-¿que sucede?

-Tienes que esconderte... Los hombres... Los hombres de ese ser están revisando las granjas -Albafica junto los labios ante la noticia- ¡Escóndete muchacho!

Puesta de sol.

Los caballos negros aparecieron, cada quien con su respectivo jinete revestido en sus negras armaduras. Al final, y escoltado por seis jinetes mas, venia un carruaje con el escudo del ser infame que se había apoderado del país 15 años atrás. Lugonis dejo el azadón con el que labraba la tierra y observo los jinetes con notoria preocupación.

Uno desmonto y se acerco, los otros no demoraron en imitarlo. Desde su posición, Albafica podía ver a Lugonis hablando con el que parecía ser el jefe entre los jinetes. Del carruaje no había salido nadie y el cochero seguía inmóvil en su asiento. Los hombres recorrían la granja, revolvían todo a su paso y rompían cuanta cosa les fuera posible.

Lugonis estaba quieto junto a quien estaba a cargo. Era poco probable que le encontrarán, pero aun así estaba en absoluto silencio. No era la primera vez que inspeccionaban la granja buscándolo y al igual que las veces anteriores esperaba que no lo encontrarán.

Luego de torturantes minutos, subieron a los corceles y partieron de la granja. Lugonis fue hacia el granero donde comenzó a ordenar los objetos que habían quedado desperdigados. Se le había criado con la norma de que no saliera hasta que tuviera la señal.

Al día siguiente.

El ruido de los cascos de los caballos lo despertó, el alba apenas comenzaba a dar señales de iniciar. Era demasiado temprano, asomo la vista hacia el único lugar donde podía ver. Los jinetes tenían antorchas consigo, dos entraron corriendo a la casa tras asestarle una patada a la puerta y sacarla de sus goznes. Albafica se tapo la boca para no gritar, sintió que su corazón se detuvo cuando sacaron a Lugonis a rastras de este lugar.

Las antorchas fueron arrojadas al techo de paja, que no demoro en ser devorado por el fuego. Estaba tan concentrado en Lugonis que no percibió el crujir de la madera tras él ante el peso del caminar de una persona. Solo se dio cuenta del peligro por el cacarear de las gallinas. Alzo la mirada, justo cuando el filo de una espada atravesaba el espacio entre las tablas.

Albafica comenzó a gatear hacia la salida, una de las espadas llego a rozar su brazo derecho y hacerle un corte.

-¡LO ENCONTRE! -Albafica empujo las piedras que cubrían la salida y se escabullo por esta. El gallinero tenia, debajo de las tablas, casi un metro de profundidad y la entrada oculta en rusticas piedras, medio metro de largo por 30 cm de alto era la entrada perfecta... Unas boleadoras se dirigieron a sus pies y otras a su tórax. Cayo al suelo y el aire salió bruscamente de sus pulmones.

-Te tenemos... -Llevaron a rastras a Albafica ante quien sea que dirigiera todo.

Se detuvieron ante el carruaje, Lugonis estaba de rodillas con su ropas de dormir y una espada en el cuello. Las manos de Albafica fueron amarradas a su espalda y una segunda cuerda sujeto sus brazos por encima del codo. La puerta del carruaje fue abierta desde dentro, con un horrible rechinar de sus goznes, la absoluta oscuridad reinaba dentro de este.

-Amordazar y amarrar como es debido, subirlo al carruaje, viajara conmigo. -Un trapo fue utilizado para acallar cualquier protesta, los tobillos de Albafica fueron amarrados para luego ser subido al carruaje. Lugonis observo aterrado como la oscuridad de interior engullía al ultimo de los Roses.- Ya vámonos.

-¿Que haremos con él?

-Vivir, es peor que la muerte para él. -Sentencio la voz, antes que la puerta por si sola se cerrará y engullera para siempre a Albafica.

Continuara.

Nota: por causa de tiempo, las actualización sera de manera quincenal.