Lo que ha ninguno le conviene que sepan…

IMPORTANTE ANTES DE LEER: En este fic tomamos la apariencia de McCoy de la película del 2009 y de Sarek de la serie Discovery de Netflix, si no la han visto…shame shame shame! Tienes que verla además que te apuesto que luego de ver a este Sarek querrás ser la madrastra de Spock LOL. También se tomó sus respectivas personalidades (un poquito de por aquí y por allá del basto mundo trekkie) Disfruten!

Este fic está hecho sólo por mero entretenimiento. Todos los derechos de Star Trek les corresponden a sus respectivos autores.


Las últimas horas habían sido una autentica mierda. Con Nero atacando la Enterprise y la muerte del Dr. Puri, Leonard McCoy se había convertido en el oficial medico en jefe "a la fuerza" y la bahía medica era un caos o mas bien lo que quedaba de la bahía medica. Ya no se encontraban bajo ataque, la nave esperaba instrucciones escondida tras una luna de Saturno, pero el oficial y los demás médicos y enfermeras que aun estaban con vida ayudaban en todo lo que podían, algunos colapsaban de la impresión y era lógico apenas eran recién egresados que no habían visto suficientes muertes como para no sentirse afectados.

-Doctor, disculpe.

Una voz bastante calmada para la situación llamó su atención. En medio del caos la figura imperturbable de Sarek parecía no encajar en el ambiente. Por momentos olvidaba que el padre de Spock seguía en la nave.

-Embajador ¿Qué desea?- dijo el médico sin detenerse en la labor de llevar material quirúrgico de un lado a otro. No le importaba ser diplomático con el padre de Spock, no ahora con el peso que cargaba sobre sus hombros. Además el vulcano había sido evaluado momentos después de la destrucción de su planeta y le sorprendía que tanto él como los demás de su especie parecían no estar tan afectados como deberían. "Duendes verdes sin sentimientos" había pensado en esos momentos y seguía teniendo esa impresión de los vulcanos por lo que la presencia de Sarek en la enfermería no tenia sentido.

-Doctor, disculpe que lo moleste en medio de esta situación tan apremiante pero debo preguntar ¿Posee Benjisidrina en sus reservas?

McCoy se detuvo y le prestó verdadera atención mirándole directamente a sus ojos verde aguamarina por primera vez.

-¿Benjisidrina? ¿Ha tenido ataques cardiacos antes?-dijo mientras de manera automática comenzó a pasar el tricorder por el área torácica del embajador.

-Dos veces en...Vulcano...- mientras pronunciaba el nombre de su extinto planeta natal el ritmo cardiaco se hacía inestable, el médico frunció el ceño mientras tomaba un padd especial con el que podía ver los órganos internos.

-Son sus válvulas cardiacas...está teniendo un tercer ataque- lo que faltaba, y para colmo no contaba con la dichosa Benjisidrina. Todas las biocamas estaban ocupadas por lo que simplemente ayudó al embajador a no caer y a sentarse en el suelo cuando este comenzó a perder fuerza. Su aspecto sereno había cambiado por uno de frustración y el médico se dio cuenta que solo había estado intentando ocultar su verdadero estado de salud.

-¿Por qué no dijo nada mientras lo evaluaban? Es más... ¿Cómo es que no lo detectaron cuando le evaluaron?

-Un doctor primerizo y la capacidad de dominar mis emociones y reacciones físicas...-un gesto de dolor parecía contrariar sus palabras y McCoy suspiró pensando en lo tercos que podían llegar a ser estos seres, empezaba a creer que su careta de lógica era solo para ocultar lo mucho que podían sentir.

-Ok mire, es obvio que le ha afectado su recién perdida, pero el no haber informado de su estado lo ha puesto en peligro, la medicina no ayudaría ahora, necesito operarle para liberar la obstrucción en sus válvulas...nunca he operado a un vulcano pero conozco su fisionomía, espero que no le moleste que lo opere de improvisto en el suelo...

-No funcionará.

-¿Perdón?- ¿Acaso el embajador estaba dudando de sus habilidades médicas? Por él que se muera, no le caía mejor que el gato de su abuela, pero si de por si Sarek era una personalidad de importancia ahora debería considerarse una vaca sagrada ya que era una especie en peligro de extinción.

-Mi sangre es T negativa.- ok ahora entendía el punto. Un tipo de sangre rarísimo hasta para los vulcanos, no había sangre de su tipo en la Enterprise. Bueno ya podía considerarse un difunto más...aunque todos en la nave y en la tierra podrían considerarse muertos si el plan loco de Jim y Spock de detener el taladro de Nero y encontrar a Pike no salía como lo habían pensado. Pero si algo se le había contagiado de su rubio amigo (no del todo) era la idea de que no existen escenarios imposibles.

-No creo que entre su gente superviviente no haya donadores sólo permítame unos minutos-le coloco dos dosis de hypos en el cuello- esto debería estabilizarlo para ganar tiempo suficiente...-el vulcano negó con la cabeza interrumpiéndole.

-No debe abandonar su recién responsabilidad como jefe, Dr. McCoy. Aún si lograra conseguir la cantidad de sangre necesaria dígame... ¿Qué probabilidades hay de que la cirugía resulte exitosa? Usted mismo ha admitido no haber intervenido quirúrgicamente antes a un vulcano.

-¿Me esta sugiriendo que le deje morir?- se contuvo a hacer algún comentario despectivo acerca de que el vulcano no le creía capaz de realizar una cirugía exitosa.

-No sugiero...

-¡Dr. McCoy!- una joven enfermera le recordó al jefe médico que se encontraba aún en medio de una abarrotada bahía médica.-el alférez Johnson pierde signos vitales.

- Las necesidades de muchos anteceden a las necesidades de pocos e inclusive a la de uno mismo, su gente le necesita, Doctor.

- Con un demonio...volveré pronto ¿Sólo no se muera o intente no morir Ok?- el embajador le ponía de peor humor que la situación actual, se le hacia muy molesta su actitud...bueno aunque al doctor la existencia misma le enojaba por ratos. Unos minutos después y luego de haber estabilizado los signos del alférez volvió al punto donde había dejado a Sarek pero este ya no se encontraba.

-Este tipo...-suspiró enojado- si salimos con vida, Jim y su nuevo amigo verde van a matarme si se enteran que deje morir al embajador.

-¿El embajador está herido? -McCoy no había notado la figura femenina que le había seguido.

-Enfermera Chapel. ¿Vio por donde se fue el embajador?

-No...Ni siquiera había notado que estaba aquí... ¿Qué sucede con él?- genial lo que faltaba pensó el medico, revisó entre su bata y sacó un comunicador.

-Si vuelve Jim o si sucede algo de vital importancia llámeme.-Leonard tomó un botiquín medico de emergencia y salió a paso rápido sin esperar la respuesta de la chica quien se había quedado sorprendida.

-Estúpido orejón...espero que esté en su habitación- gruñía entre dientes mientras pensaba en cómo llevarlo arrastrado hacia la bahía médica, no se veía tan pesado tal vez podría cargarle...- la oficial de comunicaciones chocó con él por los pasillos, llevaba prisa y apenas y se disculpó mientras se alejaba corriendo gritándole algo sobre que las comunicaciones y transporte están inutilizados.

-Jim...-no podía evitar preocuparse por ese muchacho aunque sus vidas dependieran del éxito del rubio y de Spock en ese momento. Pero preocuparse no ayudaría en algo, él no podía hacer nada no era ingeniero, pero si había algo que podía hacer en ese momento era usar sus habilidades médicas para mantener a la tripulación a salvo y parte de la tripulación era ese tonto embajador que pareciera estaba aceptando la muerte antes de aceptar su ayuda...pues se topó con un muro señor Sarek...pensó McCoy mientras llamaba insistente a las puertas de la habitación que le fue asignada al político.

-¡Embajador!- llamó reiteradamente sin obtener respuesta. Era raro pero sentía que se encontraba ahí simplemente que no le iba a abrir la puerta.

-Condenado hijo de...bien…será a las malas.- otra cosa que se le había contagiado de Jim era su habilidad de hackear puertas y computadoras de la Federación para obtener información. Habia aprendido solamente mediante observación mientras Jim cometia alguna de sus fechorias en la Academia...luego de dos minutos las puertas de la habitación se abrieron, entró y cerró tras de sí dejando atras el caos de los pasillos de la Enterprise. La temperatura del ambiente estaba por sobre los 30 grados, algo a lo que estaban habituados los vulcanos, se dirigió a lo que seria la alcoba y encontró a Sarek postrado en la cama con los ojos cerrados.

-No sé porqué carajos abandonó la enfermeria, pero usted esta lejos de estar bien, déjeme llevarlo de vuelta. Desocuparé una biocama para usted.-el vulcano abrió los ojos aparentemente sin mostrar emoción pero el médico casi podía sentir su enojo.

- No creí que el jefe de oficiales médicos tuviera la autoridad para violar la privacidad de un embajador- definitivamente si estaba molesto...

-Me importa un comino lo que piense, no estoy de humor para discusiones, va acompañarme quiera o no.-hizo afán de acercar sus manos pero fueron apartadas por el otro.

-Mida sus acciones, Doctor, no querrá tener problemas con la Flota Estelar por su imprudencia.- al médico le habían inculcado que no ayudes a quien no quiere ser ayudado pero a estas alturas Leonard ardía y no por la temperatura de la habitación, estaba total y completamente enfurecido.

-¡Duende terco y malagradecido!- el embajador lo miró como si nadie en su vida se hubiera atrevido a llamarle de esa forma, y tal vez así fuera...hasta hoy.- ¡todos están arriesgando sus vidas allá fuera incluyendo su hijo y usted aquí queriendo morir sin siquiera aceptar mi ayuda!

-No le veo la necesidad de preocuparme por situaciones bajo las que no tengo control.-dijo Sarek tratando de recuperar su postura aunque seguía impresionado por el Médico.

-Eres un...- Leonard volvió a acercar sus manos siendo estas empujadas y a continuación empezó una corta pero casi cómica pelea de manotazos.

-¡Basta!- gritó el médico tomándole directamente de la mano, había intentado no hacerlo ya que los vulcanos odian el contacto directo...casi enseguida se arrepintió de hacerlo. En segundos sintió como si le hayan arrancado el piso bajo sus pies, se sentía caer atraído por una magnética y misteriosa fuerza. El temor comenzó a crecer en él pero fue disipado cuando un destello dorado comenzó a cubrirlo...se sentía raro...se sentía... ¿Tranquilo? ¿Seguro?...sentía que podía ayudar a curar a Sarek...no sabía exactamente cómo o por qué pero tenia la certeza de que podía hacerlo.

-No...No puede ser- abrió los ojos sintiéndose perturbado como si un golpe le hubiese regresado a la realidad mientras Sarek seguía negando que lo que haya pasado realmente hubiera ocurrido.

-Wow woo... ¿Qué carajo fue eso?

-¿Lo...lo viste?- pregunto el embajador visiblemente asustado.

-Claro que lo vi. ¿Qué fue eso? ¿Algún truco mental vulcano?

-Es imposible...

-¿Qué estas sordo aún con esas orejas? Te acabo de decir que lo vi...esa luz dorada ¿Qué fue lo que hiciste?- el político lo seguía mirando aún más asustado para estándares vulcanos, si es que se podía...

-Será mejor que te vayas

-¿Qué?

-¡Que te largues!- vociferó el vulcano. Leonard sonrió en una mezcla de saña y diversión...que los vulcanos no tenían sentimientos... ¡Tonterías! Podían ser tan salvajes como un humano y tan poco educados como él mismo.

-Embajador...enserio...puedo llegar a ser más molestoso que una montaña de tribbles atascados en los motores centrales, si no quiere decirme nada sobre sus trucos de magia está bien pero déjeme ayudarle respecto a su problema cardiaco.

-Su imprudencia me ha quedado más que clara- el vulcano ya no gritaba pero seguía manteniendo un tono molesto en su voz.

-Y su terquedad a mi. Es obvio que ninguno quiere dar su brazo a torcer.-el médico le interrumpió con un tono de voz aun más molesto.- sé que puedo ayudarle, soy un médico no un curandero ni un brujo pero sé que hay una manera de ayudarle por medio de sus...cosas de vulcanos...tengo razón ¿Cierto?-el vulcano desvió su mirada casi apenado. El médico tomó esa acción más que humana como un sí.

-Sé que ustedes tienen sus secretos y no tiene que entrar en detalles sólo dígame lo esencial para poderle ayudar y ahí muere el asunto, no voy a preguntarle nada y dejaré de importunarlo, no es como si me interesara sabes.

-No tiene porque hacer algo así.

-¿Así como? -se instaló un breve silencio- ¡Vamos Sarek hable!

-Seria en extremo invasivo en su mente.

-Explíqueme.-de nuevo el silencio y McCoy resopló cansado.-Por favor- pidió como último recurso.

-Su...Katra quiere sanarme...

-Ok... ¿Mí qué?

-Su esencia viviente, es...algo improbable y que he creído imposible, no todos los vulcanos tenemos habilidades psíquicas y su Katra se comporta como uno vulcano.

-¿Está insinuando que he sido un vulcano psíquico toda mi vida sin haberme dado cuenta? Porque soy médico y estoy 100 % seguro de ser humano...

- Y lo es...pero su Katra parece ser capaz de ayudar a la mía y consecuentemente a la sanación de mi cuerpo físico...eso sólo es posible si...-el embajador se negaba a mirarle de nuevo. Lucia abochornado... ¿Sé estaba enverdeciendo?

-Sarek, sólo muéstreme la manera en que puedo ayudarle, no entre en tantos detalles si no quiere y cuando acabe jamás volveremos a hablar de esto ¿De acuerdo?- El vulcano pareció estar de acuerdo. Era mejor que el humano no se enterara de lo que acababa de descubrir.

-Será invasivo para ambos, podrás ver mi mente como yo la tuya...traería consecuencias...

-¿Negativas?

-Más bien incómodas...

-En ese caso...un simple gracias bastará luego...ah y tal vez un whisky escoces.-McCoy intentó bromear pero no podía negar que estaba algo nervioso- no creo que vaya a ver algo perturbador en mi mente, pero si veo algo perturbador en la suya tendrá que enviarme una reserva de oporto vulcano, escuche que se añeja por tres siglos ha de ser...

-¿Olvida que acabo de perder mi planeta?

-Maldición...disculpe...oh McCoy que estúpido te pones cuando estas nervioso...y emm... ¿Qué debo hacer?-el vulcano suspiró derrotado.

-Sus manos...- McCoy entendió y le tendió sus manos, Sarek las tomó e intento ignorar el agradable cosquilleo que sentía cuando este acomodaba ambas manos en su cara en sus puntos psi, cada mano al lado de su cara tomándole el rostro.

-Ok...toda la razón...esto es incómodo.-los colores se le subían al rostro pero él se había metido hasta el fondo en esto, demasiado tarde para retractarse.

-Repita después de mí: Mi mente a tu mente.

-Mi mente a tu mente

-Mis pensamientos.

-Mis pensamientos-Leonard cerró los ojos.

-A los tuyos.

-A los tuyos...


Esta vez la fuerza magnética no lo arrancó de golpe de la realidad, si bien sentía que caminaba en un terreno irregular, no tenía la sensación total de desorientación que experimentó la vez primera. Sarek se sentía acompañado en esa extraña travesía, algo que no podía creer que esté pasando, el oficial médico de la Enterprise se había metido en su mente y su Katra, tan poderosa como la suya, se fusionaba a la perfección en todos los rincones de su mente, hasta formar una sola energía dorada que le devolvió la estabilidad psíquica y física, experimentando una paz más allá de sus parámetros. Se permitió, no sin un poco de duda, disfrutar del momento, como un abrazo cálido el cual no quieres que se desvanezca.

En ese instante miles de recuerdos eran transferidos uno al otro. El vulcano pudo sentir la energía y pasión que ponía el Doctor en su trabajo, el dolor que aún hacia remanente luego de un matrimonio frustrado, la tristeza por no haber vuelto a ver a su hija, se sentía como el peor de los padres… la agonía de la soledad que lo abrumaba en momentos en los que no aguantaba y se ponía a beber en su despacho, a veces solo otras veces acompañado del rubio capitán a quien le tenía un grato afecto.

El médico por su lado, pudo ver la variedad de emociones que el vulcano mantenía a raya, tantas tan variadas y con una intensidad tal vez superior a la de los humanos "mantener los sentimientos controlados, antes de que estos te controlen" pudo ver valentía, un carácter fuerte, amor hacia su fallecida esposa y su hijo, odio hacia Nero y su gente, pero el dolor era la constante en todo y la impotencia de no poder hacer nada para salvarlos… Oh Sarek…tu alma llora.


Cuando McCoy abrió los ojos estaba abrumado, se quedó inmóvil un momento antes de darse cuenta que estaba prácticamente encima de Sarek con sus frentes unidas. Se levantó de prisa completamente apenado y nervioso, cuando se llevó las manos al rostro se dio cuenta de que había llorado al sentir el dolor del otro, oh dios debía verse ridículo...

-Yo… no sé cómo voy a explicar esto en mi reporte.- dijo el médico tratando de recomponerse.

-No va a hacerlo.

-¿No?

-Es imprescindible mantener el secreto. La fusión mental es un acto que no es visto con buenos ojos entre mi gente ni entre la suya…

-¿La Flota sabe de esto? Hasta hace unos momentos creí que todas esas tonterías pertenecían a sus leyendas y mitos.

-Y es conveniente para ambos, que así se siga creyendo.- el médico asintió con entendimiento, la verdad era que no quería que alguien se enterara de lo que acababa de hacer, además podía prestarse a malinterpretaciones y Dios…no…ni siquiera quería pensarlo…el sonrojo furioso que adornaba su cara y cuello no lo había abandonado y podría jurar que Sarek sabía lo que había pasado por su mente...

Bien ahora sal de ahí antes de que sigas quedando en ridículo pensó el médico para sí mismo.

-Bueno tal como lo dije no le sigo importunando, tengo cosas que hacer así que me voy…-

-Gracias Leonard…Dr. McCoy. El vulcano quiso remediar el momentáneo arrebato de pronunciar el nombre del médico pero era demasiado tarde para evitar la reacción que había provocado en este. El pobre hombre estaba paralizado. El sonido oportuno del comunicador cortó la pesada atmosfera y pudo leer un gracias en la cara y mente de McCoy.

-Aquí McCoy.

-Aquí Chapel. El capitán y el comandante han regresado y traen consigo a Pike, se le solicita urgente en la sala de transportación.

Jim, pensó alegre y preocupado al mismo tiempo. Salió corriendo sin despedirse del embajador, quien exhaló como si llevara una eternidad conteniendo el aliento. Por más que levantaba su barrera era imposible no captar breves pensamientos del doctor debido a la reciente fusión, más adelante con una meditación profunda se encargaría de levantar muros psíquicos para evitar que su Katra busque el del otro y viceversa, pero esta vez no sabía si funcionaria como con Amanda y con su hija adoptiva, con ellas era fácil poner límites a sus pensamientos y emociones aunque haya tenido fusiones mentales. Pero con el doctor…aun así debía intentarlo e investigar sobre este fenómeno, uno que sólo los vulcanos más afortunados tenían la dicha de experimentar…aunque en este momento Sarek no sabía cómo sentirse. Una parte de su Katra estaba de luto y embargado por el dolor, otra parte deseaba de forma insana unirse por completo al Dr. Leonard McCoy, su T'hy'la…


NOTA

No sé cuántos capítulos tendrá, la trama se extendió gracias a sus valiosas ideas. Lamento haberlo eliminado antes plis no le reclamen a McCoy xD no tiene la culpa y sus ideas son los cimientos de este fic, puedo decir que en mi mente ya está terminado sólo falta plasmarlo, desearía que inventen una máquina que saque las palabras del cerebro hasta el Word jajaja. Sus reviws son valiosos si quieren matarme también lo aprecio XD espero leerlos pronto ;)