Hola! Uff... Aquí, descaradamente les traigo un nuevo fic que se me ocurrió ayer, después de ver una película de la que no tenía ni la menor idea de su existencia. Se llama The Switch o Loco por ella en latinoamérica (Ay, ay, ay, con esas traducciones de los títulos, jajaja). Pero bueno, me gustó la idea y aquí estamos. Debería estar actualizando mis otros fics, que llevan años enmohecidos (sí, desgraciadamente), pero últimamente me siento estancada con Bleach, así que me dedicaré a escribir SasuSaku hasta nuevo aviso. :D

Obviamente está inspirada en la película, pero con un contexto diferente y situaciones nuevas, además de agregarle personajes nuevos.

En fin, espero que les guste. Todavía soy relativamente nueva como "escritora" de esta pareja, porque generalmente solo los leo y babeo y me desmayo y los vuelvo a leer *o*


Los personajes de Naruto no me pertenecen. Ya no me lo recuerden!

Advertencia: AU - ligero OoC


EL SIGUIENTE PASO

I

Un día como cualquier otro

Terminó de trazar la última línea con la regla, dejó el lápiz y sus demás instrumentos en un costado de la mesa de dibujo y contempló su trabajo con ojo crítico. Desde luego, no vio problema alguno, llevaba trabajando en esos planos durante varios días y por fin estaban terminados.

Complacido, retrocedió en su silla y se estiró perezosamente. Escuchó el ruido de varias articulaciones adoloridas a lo largo de su columna y sus hombros. Su cuello también tronó en alivio cuando realizó unos movimientos circulares.

Al girar la cabeza y reparar otra vez en el bulto acurrucado sobre el cómodo y relativamente nuevo sofá negro de tres piezas que adornaba su oficina, no pudo evitar suspirar. Cuando decidió comprarlo no fue por decoración, ni mucho menos para recibir y atender clientes, como su hermano esperaba, sino más bien por su propia comodidad. Debido a su profesión, y a su casi terminante decisión de no llevar trabajo hasta su casa, eran muchas las ocasiones en las que debía quedarse hasta altas horas de la madrugada, o incluso toda la noche, trabajando en su oficina. Y es por eso que la adquisición de un sofá que le permitiera descansar un momento y reanudar su trabajo después le había parecido una buena idea. Sin embargo hasta ahora, pocas lo había utilizado él, su adquisición más bien parecía un refugio para vagabundos.

Se levantó lentamente y se sentó sobre la mesita blanca frente al sofá, admirando a la especie de capullo que parecía dormir plácidamente. Observó como se removió un poco y escuchó un par de balbuceos ininteligibles. Si no estuviera dándole la espalda en este momento, aprovecharía de tomarle una foto con su celular para burlarse después al mostrarle su cara dormilona y seguramente babeante.

"Para la próxima será" pensó, porque estaba seguro que volvería a tener a ese huésped dormilón.

Retrocedió sus pasos hasta el perchero a un lado de la puerta y descolgó su abrigo para cubrir despreocupadamente al cuerpo lánguido que utilizaba descaradamente su sofá.

Suspirando otra vez, se masajeó el cuello y caminó hasta su escritorio, sentándose y encendiendo su computadora portátil, tenía que mandar un par de correos y hacer una llamada. Revisó la hora en su celular, faltaban cinco minutos para las nueve. Estaba a punto de presionar el botón de llamado cuando dos fuertes golpes se escucharon en su puerta al mismo tiempo que era abierta sin ninguna consideración.

—Buenos días, Sasuke. —dijo un hombre rubio entrando con total confianza.

—Tsk. ¿Por qué siempre golpeas como un salvaje?—lo reprendió. —Y ni siquiera esperas a que te diga que puedes pasar.

El rubio ni siquiera le prestó atención y comenzó a husmear en la oficina de su amigo.

—Por eso te digo que necesitas una secretaria, hermanito. —habló otro hombre apareciendo detrás del rubio. A diferencia del primero, él se veía más tranquilo y mucho menos ruidoso.

—No la necesito. —suspiró fastidiado y zanjando el tema, mientras su hermano se sentaba en la silla frente a él. —Los planos ya están listos por si quieres darle una última revisada. ¡Deja eso, Naruto! —gruñó al ver que su rubio amigo tomaba uno de sus libros, peligrosamente cerca de donde estaba su mesa de dibujo. Tenía que alejarlo de ahí o podía causar un desastre. —¿Qué esperas? Ven a sentarte de una vez.

Naruto obedeció y tomó la silla junto a Itachi.

El hombre de cabello largo estuvo a punto de abrir la boca cuando un quejido se escuchó en la oficina. Los dos recién llegados se miraron entre ellos y voltearon hacia el origen del ruido, ese extraño bulto en el sillón del Uchiha menor.

—Solo ignoren el cadáver tirado en el sofá. Ahora, Itachi, agregué una nueva…

—¿Quién es? —interrumpió su hermano. Sasuke bufó molesto.

—Teme pervertido, ¿a quién tienes ahí escondido?

—Ya te dije que es un cadáver. No presten atención. ¿Podemos continuar?

Naruto, nunca pudiendo aguantar o contenerse de nada, se levantó de prisa para ir a investigar y picó aquel bulto con un dedo. El quejido en respuesta lo convenció que no se trataba de un cadáver, pero aumentó su curiosidad. Comenzó a moverlo con la mano un poco más fuerte, pero el capullo humano solo giró y se cubrió aun más con el abrigo de Sasuke, intentando inútilmente seguir en su sueño.

—Ya basta, Naruto.

—Yuhuuu… Holaa… ¿Qué haces aquí durmiendo en el sillón del teme? ¿Estás ebrio?

—¿Quién es, Sasuke?

Naruto ya movía salvajemente al pobre capullo humano que trataba de dormir y poco faltaba para que saltara en el sofá. Sasuke se encogió de hombros y abrió el navegador en su portátil. Si no iban a prestarle atención el aprovecharía para revisar su e-mail.

—¡Yuhuuuuu!

—¡Arggh! ¡Ya déjame! —gruñó una voz femenina.

Naruto e Itachi abrieron los ojos, sorprendidos. Sasuke seguía leyendo su correo, había recibido interesantes ofertas de aerolíneas para vuelos internacionales.

Una molesta mano asomó entre el capullo de prendas que la cobijaban y las apartó, éstas cayeron al suelo, permitiendo que la figura oculta se incorporara y volteara lentamente. Un rostro muy familiar se dejó ver frente al rubio y unos cansados, pero molestos, ojos verdes lo miraban amenazantes.

—¡Sakura-chan! —gritó Naruto, sorprendido. —¿Q-qué haces aquí? —enseguida volteó a ver a su amigo. —¡Maldito teme pervertido, ¿qué cosa le hiciste a Sakura-chan?! ¿Por qué está aquí? ¿Y desde cuándo?

Itachi también volteó a ver a su hermano, quien ni siquiera se inmutó, ahora leía un correo de una librería con ofertas y descuentos en libros de fantasía y cómics.

"Hm, tengo mucha basura acumulada. Debo revisar esta cosa más seguido."

—Naruto, es demasiado temprano para tus griteríos. —dijo Sakura con voz cansada. Se sentó en el sofá y se acomodó el suéter deportivo que se notaba al menos tres tallas más grandes que ella.

—Pero, pero…

Sakura suspiró cansada y miró el reloj en la pared. Ni siquiera había logrado dormir dos horas, aunque debió suponer que en la oficina de Sasuke poco podría descansar.

—¿Qué pasó, Sakura? Te ves agotada. —acotó Itachi acercándose a ella. —Bueno, más de lo normal. —agregó, pues sabía que los horarios de trabajo de Sakura eran muy duros.

—¿Y… y por qué usas ese feo suéter?

—Me lo prestaron. —respondió ella, pasándose la mano por la cara para despertarse completamente. —Tuve uno de esos días de estupidez masiva. Me quedé dormida y bajé corriendo a tomar un taxi, sin darme cuenta que dejé olvidado el bolso con todas mis cosas dentro de mi casa. No fue hasta que llegué al hospital que me percaté. No tenía uniforme de trabajo, tampoco las llaves de mi casillero, ni mi billetera. Tuve que conseguirme este uniforme con otra chica que es más alta que yo y para colmo, cuando al fin terminó el turno de treinta horas y me cambié para salir del hospital, choqué con un idiota que me hizo derramar el café sobre toda mi ropa de salida. Tuve que volver a ponerme el uniforme clínico y conseguirme un suéter con Sasori para no morir congelada.

Sasuke levantó la vista por unos segundos y luego regresó a leer sus correos, ahora uno sobre el seguro obligatorio para autos. Al parecer era más impopular de lo que pensaba, solo tenía correos de publicidad, ninguno de amigos o conocidos.

—¿Y por qué estabas durmiendo aquí? ¿Por qué no fuiste a tu casa?

—¿No escuchaste? Te dije que olvidé mi bolso con todo dentro, eso incluye las llaves de mi casa y mi celular. Me quedé afuera.

—¿Y qué hay de Ino y Tenten? —siguió el rubio.

—Ino está fuera de la ciudad por trabajo, una sesión fotográfica en no sé dónde y Tenten está de visita con la familia de su novio. —suspiró cansada. —Como salí muy temprano, no podría conseguir a un cerrajero, ellos no trabajan a las cinco de la mañana, ¿sabes? Y tampoco tenía como llamar. Me quedé un rato en la biblioteca del hospital hasta que amaneció y vine aquí. Como sabía que Sasuke llegaría muy temprano, podría hacer hora durmiendo en su sillón, cosa que por cierto, no pude lograr. Gracias.

Naruto solo sonrió avergonzado.

Itachi volteó a ver a su hermano y le dedicó una pequeña sonrisa divertida.

—Pero mira nada más que amable de tu parte, Sasuke. Debió ser un gran sacrificio para ti, considerando que a todos los que se atreven a entrar a tu oficina mientras trabajas tan temprano los corres a patadas.

—No molestes. —le gruñó. —Ese sofá se ha convertido en un refugio para desvalidos, estoy considerando deshacerme de el.

Frunció el ceño, si no eran los que iban a ocultarse ahí para recuperarse un poco de la resaca, entonces eran los que lo trataban como una consulta de psicólogo, recostándose a sus anchas y soltándole todos sus dramas con la esperanza a que él los escuchara y aconsejara. Y si no era eso entonces eran molestas chicas de pelo rosa que buscaban un rincón para dormir por quedarse fuera de su casa.

—No lo hagas, es muy cómodo. Además ya me voy. —comenzó a estirarse perezosamente.

—¿No quieres un café? —ofreció Naruto como si la oficina fuera suya.

—Ehh… un café estaría bien.

El rubio sonrió y corrió al pasillo a buscar una taza para su amiga.

Sakura se levantó y caminó hasta el escritorio de Sasuke, donde éste tecleaba velozmente en la pantalla de su celular. Se sentó frente a él y lo miró expectante.

Itachi olvidó completamente lo que iba a hablar con su hermano y se dedicó a observarlo bien. A observarlos bien.

—Listo. —dijo el Uchiha menor. —El cerrajero estará en tu casa en una hora, Sakura.

Ella le sonrió de lo más feliz. La idea de un baño caliente y su suave cama la llenaron de dicha.

Naruto regresó con cuatro tazas de café en una bandeja y repartió una a cada uno. Sakura recibió su taza y sonrió al aspirar el delicioso aroma.

—Oh, gracias, no sabes cuanto lo necesitaba.

—No es nada. —sonrió Naruto. —Salud.

—Salud. —devolvió ella y bebió un sorbo.

Sasuke vio como el ceño de Sakura se marcaba levemente y sus ojos se entrecerraban un poco. Abrió uno de sus cajones, buscó a tientas algo que encontró casi enseguida y sin decir nada le extendió los dos sachets de azúcar. Ella le sonrió agradecida y los tomó, agregándolos a su café para luego dar un nuevo sorbo.

—Oww… ahora sí. Mucho mejor. — hizo un sonido gracioso, como el ronroneo de un gato.

—Hey, ¿tienes como irte a tu casa? Puedo llevarte si quieres. —se ofreció Sasuke.

Ella bebió de su taza otra vez y negó con la cabeza.

—No es necesario, Sasori me prestó algo de dinero. —para nadie pasó desapercibido el sonrojo de sus mejillas, aunque desconocían la razón. ¿Sería vergüenza por pedir prestado dinero? ¿O tal vez…?

—Está bien.

Ella apuró su taza y la dejó sobre el escritorio de su amigo.

—Bien, ya me voy y los dejo trabajar. Deben estar muy ocupados con esas reuniones de gente importante, clientes y todas esas…am, cosas, por construir, demoler y diseñar. —soltó una pequeña risita.

—Nah, ¡cómo crees, Sakura-chan! Hoy es viernes y no hay mucho en la agenda.

—¿Ah, no? Pues entonces deberías trabajar más duro para que así sea. —se burló y le picó el pecho con el dedo. Su rubio amigo soltó un par de carcajadas. —Ah, Sasuke, ¿podrías prestarme tu abrigo? Como decía, hace mucho frío afuera y…

El solo asintió con la cabeza, interrumpiendo su parloteo. Ella lo recogió del suelo y Naruto la ayudó a ponérselo. Le quedaba gigante, pero al menos la abrigaría.

—Prometo devolvértelo hoy antes que te vayas.

—No es necesario. Tengo otro en el auto.

—¿De verdad? —miró a Itachi buscando una confirmación. El solo asintió y siguió bebiendo de su café. ¿Cómo iba a saber eso? Ellos no vivían juntos, no tenía idea de si era verdad o no, pero al parecer ella quería una confirmación para no quedar preocupada.

—Sí, no te angusties, Sakura-chan, además no importa el clima, el teme no puede quedar más frío. —Naruto rio a carcajadas de su propio chiste, los demás lo ignoraron.

—Bueno, supongo que está bien. —aceptó ella. —Entonces podré tener mi sueño embellecedor libre y continuado.

—Con mayor razón entonces. Necesitas esforzarte en eso. —bromeó el Uchiha menor.

—¡Hey! —ella se acercó para darle un ligero golpe en el antebrazo, el pelinegro esbozó una pequeña sonrisa y ella sonrió también. —Bueno, ahora si ya me voy. —se acercó a Naruto e Itachi y se despidió con un beso en la mejilla de cada uno. —Nos vemos, Sasuke, gracias por recibirme hoy. —rodeó el escritorio de su amigo y lo abrazó, dándole un beso en la mejilla también. —Compórtense los tres, no hagan travesuras. Itachi, dale mis saludos a Izumi. —agregó antes de dejar la oficina.

La oficina quedó en silencio por unos minutos mientras dos pares de ojos seguían aquel remolino rosa que se perdía por el pasillo. El tercer par había regresado su atención a la pantalla de su computadora, revisando su deprimente bandeja de entrada repleta de basura.

—Bueno, a lo que vinieron. —dijo Sasuke al fin, regresando a su modo de trabajo después de vaciar el contenido de su correo.

—Cierto, cierto. —asintió el rubio. —En dos semanas se abrirá la licitación para la construcción de las Torres Alto del Jardín. Sé que choca en tiempo con el otro proyecto al sur de la ciudad, así que quería consultarlo.

—Las dos opciones son muy buenas. —secundó Itachi. —Son proyectos muy grandes, debemos ir con cuidado y analizar todo con detalle. Si lo conseguimos sería nuestro primer gran trabajo, así que hay que ponerle ganas. —la sonrisa de Itachi los contagió. —Cuando regresen los otros dos haremos una reunión para comenzar los estudios.

—¿A quién le encargarás el diseño para la propuesta? —preguntó Sasuke. —¿Hay alguna base o es todo a libre imaginación?

—Se supone que hay una base, así que creo que no será tan complicado. —explicó su hermano, recargándose contra la silla. Su mirada entonces bajó hasta la mesa, fijándose en la taza que descansaba sobre la superficie negra. Parpadeó varias veces y recordó algo. —Pero antes de entrar en ese tema, hay algo más importante que me dio curiosidad.

—¿Qué cosa? —preguntaron los otros al unísono. Itachi de pronto sonaba muy serio.

Itachi se inclinó hacia adelante, quedando más cerca de la cara de su hermano. Sus ojos negros clavados en Sasuke, quien arqueó una ceja ante la expresión del mayor.

—Sasuke… ¿de verdad guardas azúcar en tu escritorio solo en caso que Sakurita lo necesite para endulzar lo que sea que quiera endulzar y así asegurar su máximo deleite gustativo?

El tono burlón de su voz y sonrisa idiota de Naruto lo hicieron fruncir el ceño y gruñir entre dientes.

Ya comenzaron, definitivamente sería un día muy largo.


chan chan! ¿Qué les pareció? Bueno, este capi es más bien como una introducción a la relación de esos dos, bueno, cuatro, contando al siempre metiche y divertido Naruto y a mi encantador Itachi. *o*

Ya tengo la mitad del otro capítulo listo, así que nos veremos luego.

Aprovecho de hacer publicidad a mi otro fic SasuSaku "Nuestro tiempo de felicidad" Estoy a menos casi a punto de terminar el siguiente capítulo.

FrikiHimechan dice...

Matta ;)