Hola a todos, les habla Zarc, conocido antes como Raite Zeon para quienes ya me conocían, antes que nada, quisiera aclarar algunas cosas importantes, primero que nada, este fic es una idea que se me ocurrió de la nada cuando miraba videos de Danganronpa en youtube, y como hace mucho no escribo un fic, me siento muy oxidado, así que no puedo asegurar nada de él, de momento es un piloto, por así decirlo.

Segundo, yo actualmente soy estudiante universitario, por lo que eso mas otras cosas que hago durante el día, consumen mucho de mi tiempo, al punto en que no he podido actualizar otro fic que tengo, por falta de inspiración, seguro ustedes me comprenderán, el tiempo roba inspiración, y aunque tenga la inspiración, tal vez no el tiempo, por lo que no se como iré actualizando, tal vez lo haga enseguida, o me tarde mucho, ni siquiera yo lo sé, y espero puedan comprenderme.

Bueno, eso es todo por el momento, lo único que me queda decir es, si lo leen y les gusta, entonces abre hecho bien mi trabajo, porque el escritor de un fic lo hace porque quiere contar una historia, y que quienes lo lean la disfruten, osea ustedes, por eso, si les gusta, lo decidiran ustedes amigos míos, por el momento es todo de mi parte, el resto es para ustedes, si les gusto, pueden dejarme un review con su opinion, ya que esta historia es para ustedes y su disfrute personal, sin mas que decir, diviertanse.

Aclaraciones:

-Diálogos-

/Pensamientos/

Super Danganronpa 3: Alternative

Hinata Hajime

16 años, estudiante de preparatoria, cabello castaño, con antena, también conocida como "Ahoge", ojos verdes, rostro simplemente "normal".

Hinata es lo que todo el mundo llamaría "persona normal" nada fuera del promedio, más aun, lo podríamos considerar como "La Encarnación de lo Promedio" pero el hecho de que de que sea un alumno de la Academia Kibougamine contradeciría eso…o al menos es lo que el querría creer, ya que el era un alumno de primer año en el curso de reserva.

Kibougamine era la academia mas prestigiosa de toda la nación japonesa, reúne lo mejor en el mundo, sus estudiantes son lo más alto en sus respectivos campos, al punto de ser conocidos como los "Estudiantes Definitivos" o "Super Estudiantes de Preparatoria". El simple hecho de ser un estudiante de ahí era para que uno fuera reconocido como elite, y el hecho graduarse implicaría el éxito asegurado en la vida, pero no era tan simple como uno pensaría. La academia posee dos métodos de admisión, ser reclutado al poseer un talento en especial, o pagar una tarifa increíblemente elevada, se divide a los alumnos en 2 cursos, el Curso Principal, donde estudiaban los alumnos de elite con talentos increíbles, y el Curso de Reserva, donde en el caso de Hinata, se paga una cuota exorbitante para poder estudiar en tal prestigiosa escuela.

Hinata no tenía un talento, o una habilidad, no tenía pasatiempos ni aficiones a las cuales dedicar todo su esfuerzo, no tenia nada que resaltar de si mismo ni que lo haga sobresalir, a excepción de su gran admiración a la academia Kibougamine, y sus padres no tenían dinero como para pagar los pagos de escolaridad, la única forma en que pudo entrar a la academia fue solo 1:

El Proyecto de Cultivación de la Esperanza

Conocido también como "Proyecto Kamukura" esta fue la razón por la que Hinata pudo ingresar a la academia, aun sea en el curso de reserva. Cuando envió su solicitud para intentar entrar a la academia, en espera de un milagro como una beca, la junta directiva de Kibougamine contacto con el al poco tiempo solicitando una entrevista, por un segundo Hinata pensó que su sueño estaba mas cerca que nunca, pero resulto no ser tan sencillo.

Como no poseía un talento, no podía entrar al curso principal, pero a pesar de todo, de alguna forma u otra él era, según la junta directiva, el candidato perfecto para participar en el supuesto proyecto que estaban realizando, buscaban a alguien completamente normal, sin ninguna capacidad especial, y tanto eso, como el hecho de admirar tanto a la academia y desear fuertemente entrar a ella, fue más que suficiente para optar por él.

Hinata lo entendía, que era un asunto de suma seriedad, aun cuando le dieron una explicación bastante breve y poco informativa del proyecto, "dar nacimiento a un genio fuera de lo ordinario, la esperanza de la humanidad" él sabía que era algo que no podía solo aceptar. Según ellos, si Hinata aceptaba, pasaría por un proceso especial, a palabras de ellos, que le permitiría conseguir un talento impresionante como tanto quería si el proyecto resultaba un éxito, y no solo entraría al curso principal, sino que se convertiría en la esperanza de todos, pero el hecho de que le dijeran tan poco, tan bueno como para ser verdad, le permitían así notar que seguro tendría posibles consecuencias, o que no era seguro para si mismo, Hinata era normal, pero no era un idiota, era realista y escéptico, al punto de saber cuándo algo podría ser peligroso.

La junta directiva noto esa preocupación en el pobre chico, pudieron ver que no lo convencerían tan fácil, pero teniendo a tan buen posible candidato ante ellos, debían hacer todo lo posible para convencerlo, por lo que después de una pequeña deliberación, se llegó finalmente a un posible acuerdo. Hinata podría entrar al curso de reserva, los gastos estudiantiles se los pagaría la academia, pero se le daría un tiempo limite para eso, 3 meses, en ese tiempo Hinata estudiaría en Kibougamine, y tenia hasta ese tiempo para decidir si participar o no en el Proyecto Kamukura, si aceptaba, obtendría el talento con el que soñaba y se uniría al curso principal, pero si lo rechazaba, tendría que pagar el mismo los gastos a partir de ese punto si querría permanecer en la academia.

Después de eso Hinata regreso a casa, para poder pensar en ello tranquilamente, naturalmente sus padres solo supieron que había una pequeña posibilidad de que entrara a Kibougamine, nunca les diría nada acerca de ese trato y del proyecto Kamukura, eso solo haría que ellos trataran de convencerlo de negarse, y él no quería eso, quería al menos pensarlo bien por si mismo, porque a pesar de que presentía el peligro, seguía siendo su sueño el que estaba frente a sus ojos, la tentación era muy grande.

Después de una larga semana en la que no dejo de debatirse, Hinata se armo de valor y decidió intentar esos 3 meses de prueba, contacto con la persona a la que le asignaron sea su intermediario entre el y la junta directiva, el anterior director de Kibougamine, Tengan, dio su confirmación, y al día siguiente, tanto su nuevo uniforme como los papeles respectivos al inicio de clases ya estaban en su puerta. Hinata nunca olvidaría las lagrimas de felicidad y rostros orgullosos de sus padres, al ver que su hijo podría entrar a la academia de elite mas grande de la nación, el querer mantener esos sentimientos en sus padres, se convirtió en otra de las razones para intentar este periodo de prueba.

Y finalmente, pasaron 2 largos meses desde el día de ingreso de los nuevos estudiantes, y actualmente Hinata se debatía fuertemente sobre que hacer, al estar muy cerca del momento de la decisión final acerca de aceptar el proyecto Kamukura o no hacerlo. En esos 2 meses como estudiante de reserva, Hinata pudo comprobar de primera mano la diferencia entre este curso y el curso principal. Era abismal, el curso de reserva era básicamente igual a cualquier preparatoria, las instalaciones eran enormes y de muy buena calidad claro está, pero él no podía decir que en verdad estaba en lo que el añoraba, mientras que el curso principal, que se encontraba en el edificio central de Kibougamine, parecía ser mucho mas increíble, lleno de estudiantes excepcionales los cuales disfrutaban de clases mas divertidas, si es que asistían, según los rumores, siempre y cuando tengas un talento y pases los exámenes, estaba bien si faltabas a clases, era a libre elección, eran tan diferentes, que hasta se sentía completamente injusto.

El solo comparar ambos cursos, hacia que el pobre chico sin talento se mortificara cada vez más, si no se decidía pronto, tal vez pierda su única oportunidad. Su instinto no dejaba de decirle que el Proyecto Kamukura no era del todo seguro, mas aun al no saber verdaderamente casi nada del proceso que tomaría, pero si lo rechazaba a final del último mes, tendría que pagar para seguir en el curso de reserva siquiera ¿y valía la pena? Pagar tanto por algo que ni siquiera era lo que él esperaba, el tiempo se acababa y sentía que este lo asfixiaba.

Actualmente Hinata se encontraba de pie junto a una fuente, en medio del patio principal que se encontraba entre las instalaciones del curso principal y el de reserva, el sol estaba cayendo y ahí estaba el, mirando al edificio del curso principal como había hecho ya desde hace bastante tiempo. Buscando respuestas a sus múltiples dudas, por un segundo pensó en solo rendirse y regresar a la preparatoria a la que iba a asistir en caso de fallar en entrar a Kibougamine, era mucho más económico y seguramente no era diferente al curso de reserva, seguro lo único que cambiaria era la vista que le daba la ventana junto a su asiento.

Pero ¿Qué pensarían sus conocidos? Sus antiguos compañeros de clases sabían que donde estudiaba ahora, aquellos que solían decirle que estaba loco por querer siquiera entrar a Kibougamine terminaron callándose, si el se fuera ahora…ya podía oírlos, los comentarios burlones hacia el y su familia, por no tener talento, por que sus padres confiaran en el por nada, por tener que seguro aceptar pagar tanto a futuro por nada, solo eso hacia que le pesara el pecho y se le pusiera la cara azul.

No podía simplemente rendirse, tenia que…tenia que…era lo que no dejaba de repetirse a si mismo con fuerza hasta que su concentración se rompió al sentir algo presionarse contra él, confundido, lentamente bajo la mirada girando su cabeza hacia la derecha para ver la fuente de su distracción. Era una chica, más baja que él, su cabello era corto de color rosa pálido, y algo rizado, y su cara estaba cubierta por el cuerpo de Hinata, el cual solo se quedaba viendo como ella parecía querer avanzar, sin darse cuenta de su presencia siquiera, mientras la veía empezó a notar unos pequeños soniditos, que guiaron su mirada hasta notar que ella estaba concentrada jugando un juego en una consola portátil. Al ver esto el pobre y desconcertado chico estaba a punto de hacerse un lado para dejarla ir, o al menos eso fue hasta que ella alejo su rostro, en un intento de recuperar el aliento, se había desconcertado tanto que se olvidó ese pequeño detalle.

-¿e…estas bien?- fue lo único que pudo preguntar después de unos segundos en los que los ojos rosados de esa chica lo miraban por fin, notando que estaba ahí, para así solo recibir un "si" de parte de ella, y ver como se alejaba lentamente. Eso fue extraño para Hinata, sin duda lo fue, y estaba por hacer como que nunca paso, de no ser porque reconoció la pequeña canción del juego que ella jugaba-¿…? ¿el Gala Omega?-

-¿lo conoces? ¡este juego tan viejo!- dijo la desconocida chica acercándose de repente hacia él, más de lo que Hinata esperaría, al ver como ella se ponía a punta de los pies para verlo de frente, a lo cual esta vez fue el joven sin talento quien tuvo que responder como un "si" casi audible, respuesta que pareció encender emoción en su acompañante- ¡es un clásico! ¿verdad? ¡un super clásico! ¡¿verdad que sí?!-

-eh si, recuerdo que lo jugué unas 5 veces- empezó a entablar una conversación mientras tenia las manos hacia arriba para mantener algo de distancia y evitar que ella viera la pena que empezaba a asomarse por su rostro, como no tenia muchos amigos en sí, tampoco es como si hubiera tenido una conversación tan "animada" y "cercana" con una chica de su edad

-¡¿en serio?! Aunque yo solo he llegado a jugarlo unas 10 veces-

-¿no es eso aun mas increíble?- esta vez pregunto el con una sonrisa nerviosa, ya que la veía tan emocionada que no quería arruinarle el repentino buen animo solo con ese comentario

-es que es la primera vez que conozco a alguien que pudiera jugarlo tanto además de mi, muéstrame tus partidas pronto ¿si? Es una promesa-

-si…claro-Por alguna razón, Hinata no pudo negarse, no parecía ser la gran cosa después de todo, además de que desde que comenzó las clases, no había hecho ningún amigo en Kibougamine, tener a alguien con quien charlar nunca estaba de mas

-¡ah! ¡ahí estas!-

Al escuchar una tercera voz, el joven del curso de reserva levanto la vista para ver ¿un ama de casa? No ¿llevaba un traje debajo del delantal? Esa mujer tenía el cabello largo sujeto con un lazo, anaranjado si su vista no lo engañaba, y se acercaba mientras llevaba algo arrastrando contra el suelo, era ¡¿una persona?! ¡sujetaba a un chico con un poco de sobrepeso de su pierna como si hubiera cazado un jabalí o como si llevara un costal!

-tu eres Nanami-san ¿cierto? Soy Yukizome Chisa, desde hoy seré tu profesora ¡es un gusto!-aquella joven mujer se presento con una gran energía, como si fuera a desafiar al mundo con su actitud positiva, mientras soltaba la pierna del pobre chico que acababa de arrastrar, y después colocaba su atención sobre el-ese uniforme ¿eres un estudiante del curso de reserva?-

-si-fue lo único que respondió Hinata, sintiendo como la incomodidad de sus dudas regresaban a él, toda la conversación hasta ahora las había alejado, pero regresaron con bastante facilidad

Yukizome no tardó en darle una breve explicación a Nanami acerca del curso de reserva, al notar la pequeña confusión que demostró ella, y a los pocos segundos noto como el joven del curso de reserva tenía la mirada apartada hacia un lado, como si quisiera ignorar la realidad. Preparándose para darle unas palabras de apoyo, el levanto su mirada de nuevo, centrando su atención a algo detrás de Yukizome, ella siguió la dirección de su mirada hasta que se encontró con lo que había olvidado hasta ahora. Mitarai Ryota, el chico con sobrepeso, ya estaba a punto de lograr su cauteloso escape, pero al verse descubierto, puso todo su esfuerzo en sus piernas y empezó a huir como si su vida dependiera de ello, y tal vez si era asi.

-¡Oye! ¡espera ahí!-

-¡No quiero! ¡sin importar que me ire de…¡waaah! ¡oiga! ¡¿Por qué me lanza unas espadas?!-

-¡Tranquilo! ¡me asegure de no apuntar a ningún punto vital!-

-¡Ese no es el problema!-

-¡Tranquilo! ¡todo estará bien-

Hinata solo pudo observar en silencio como la joven maestra usaba todos los medios posibles para retener al pobre chico que solo quería regresar a su habitación, mientras que Nanami solo se sentaba en la banca junto a la fuente y regresaba a su juego. Todo eso le saco una pequeña sonrisa nerviosa en su rostro, como si se hubiera metido con gente con la que no tuviera que entrometerse, pero algo en su interior decía que eran buena gente, a su modo.

-las personas del curso principal, son mas alocadas de lo que pensé, crei que serian mas como "La Elite" en si…pero…todos ustedes tienen talentos increíbles ¿verdad?...si yo también, tuviera un talento-

Levantando su mano, la observo detenidamente, como si el talento que tanto soñaba poseer apareciera físicamente en ella como si un milagro se tratara, si el en verdad tuviera uno, no tendría que pasar por tanta preocupación.

-en realidad el tener un talento o no, no hace diferencia-

Esa breve oración llamo completamente su atención, bajo su mano para voltear a ver a la joven sentada en la banca, la cual, a pesar de no desconcentrarse en su juego, le daba su atención a lo que él también estaba diciendo.

-es que, esa no es la meta final, tu eres el que más libertad tiene, yo solo tengo mis juegos, pero tu puedes ir a donde desees, y ser la persona que tú quieras ser-

¿ir a donde deseaba? ¿ser la persona que el quisiera ser? ¿era en verdad así? Hinata jamás lo había pensado ¿en verdad tener o no un talento no hacia la diferencia? ¿mas aun en esta academia?

Él nunca había pensado en que quería convertirse algún día, ni a donde quería llevar su vida, había pensando tanto en lo mucho que deseaba entrar a la academia, que nunca pensó en que haría una vez dentro, si tuviera un talento ¿Cuál sería? Pensó tanto en lo que quería, pero nunca lo había pensando a fondo, nunca a detalle ¿y si lo que en verdad deseaba se encontraba fuera de esa academia? ¿Qué era en verdad lo que el corazón de Hinata Hajime tanto deseaba?

-¡Perdón por hacerlos esperar!-

La enérgica profesora finalmente regresaba, llevando a rastras a un pobre Mitarai amordazado y atado a cuerpo y pies con lo que parecía ser una cinta reforzada, dándole mas que nunca el aire de un animal salvaje recién cazado, al punto en que Hinata se compadecía de el en silencio, mientras que Yukizome solo picaba la mejilla de Nanami con su dedo para llamar su atención.

-ya nos vamos, perdón, por tener que llevarme a Nanami-san-dijo esta vez al joven con antena, al tener que llevarse a su compañera de conversación

-no, está bien-

-ella ya acaba de empezar otro juego-sin ningúna dificultad, Yukizome cargo a Nanami sobre su hombro mientras que con la otra mano sostenia la cinta que sujetaba a Mitarai, y le dio a Hinata una ultima mirada-bueno, a ti también te volveré a ver-

Soltando un pequeño "si", Hinata solo la observo irse llevándose a ambos estudiantes consigo sin ninguna dificultad ¿Qué clase de talento tenia ella como para hacer eso en realidad? Era hasta gracioso hasta cierto punto. Dandoles una ultima mirada noto como Nanami lo saludaba con la mano en silencio, aunque sin apartar la mirada de la pantalla, por alguna razón, eso le resulto reconfortante, en especial con pensar en una de las cosas que ella le dijo.

-"yo soy el que más libertad tiene" ¿no?-

Observo en silencio aquel cielo anaranjado y azul que se expandía sobre él y sobre su mundo, cubierto de nubes blancas como para recostarse en ellas. Por el momento, dejaría que ese buen animo que acababa de conseguir se quedaría y se preocuparía mas al día siguiente, aun tenia, aunque sea un poco más de tiempo ¿no?

Ya en casa, sus padres pudieron jurar por un segundo, que su hijo parecía tener una mirada más relajada que la que ha tenido en las ultimas semanas, tal vez algo bueno la había pasado, y prefirieron no entrometerse y dejar que el disfrutara de su mundo. La cena en la residencia Hinata fue amena y agradable, Hajime no recordó la última vez que había disfrutado tanto cenar y charlar con sus padres, dándole a entender que se había preocupado mucho últimamente.

Una vez en su cuarto solo hizo su tarea, cosa de media hora a lo mismo, y luego se recostó en la cama, colocando sus manos tras su cabeza, relajándose mientras miraba al techo y repasaba todo lo que le había pasado ese día. Se había encontrado con gente extraña, interesante y buena gente a pesar de ser extraña, que le habían dado cosas para pensar ¿había estado haciendo bien las cosas? ¿se había planteado las cosas de la forma correcta? De ahora en adelante, en el mes que le quedaba, lo haría y se decidiría, si hacer el Proyecto Kamukura o no, y lo que pasaría dependiendo de lo que sea que elija.

Preparándose para irse a dormir, recordó algo que casi se perdía en el olvido, se acerco a su escritorio, rebusco en los varios cajones de este hasta que encontró lo que buscaba, una consola portátil y una caja llena de juegos, rebusco entre ellos hasta que encontró el que estaba buscando, "Gala Omega". Tomo su mochila y metió ambas cosas dentro de ella, a un lado de sus libros para el día siguiente, la dejo a un lado y esta vez su decidió irse a dormir.

Mañana era un día nuevo, y tenia una promesa que cumplir.

Capitulo 1: Pequeños Encuentros que dan Esperanza