Darkness in the snow

Todos los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto.

Capítulo 1

El sol se escondía tras enormes nubes grises que amenazaban con quedarse ahí por lo menos hasta el día de mañana, grandes y pesadas gotas de agua caían de las nubes acompañadas de enormes bolas de hielo que hacían un estrepitoso sonido al contacto del suelo.

Y ahí se encontraba él, tan enigmático como siempre Sasuke Uchiha. Tenía un saco bastante abrigador, sin embargo, no tanto para evitar que la camisa que tenía dentro se empapara con la enorme cantidad de lluvia. Tenía botas de lluvia, pero estas no servían para opacar el gélido aire que circulaba por los alrededores. Es así como Sasuke se encontraba, siendo devorado por el frío y por la lluvia.

Un estruendo en lo alto del cielo se dejó escuchar, un relámpago. Fue entonces que Sasuke salió de sus cavilaciones, levantó sus ojos y se encontró con unos ojos perlados con delicados toques lavanda. Hyuga Hinata estaba parada frente a él.

Sus hombros dejaron de sentir el pesado golpeteo del agua y del granizo que cada vez se hacía más fuerte, sus ojos se desviaron al cielo y notaron un enorme paraguas color morado sobre su cabeza.

—Sasuke-kun tenemos misión— expresó aquella criatura con voz tímida mientras con una mano intentaba ajustar más su abrigo contra su piel.

—Hmp— Sasuke le hizo saber que entendió cuando con una mano empujó suavemente el paraguas a su ubicación principal, la cabeza de aquella chica.

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Así fue como Sasuke Uchiha y Hinata Hyuga se adentraban en una situación que cambiaría sus vidas por siempre.

—Tienen que ir a la aldea oculta de la nieve, Yukigakure, fingir que son una pareja casada de comerciantes, y asesinar a la princesa Koyuki —. Les ordenó Kakashi con voz seria, aun así, ellos pudieron ver por su único ojo visible, que estaba sonriendo.

—Koyuki ya me conoce Kakashi— respondió Sasuke secamente.

—Sasuke, pensamos que ella está trabajando con un Otsutsuki — le dijo Kakashi —. Es una misión clase S.

Sasuke hizo una mueca de disgusto. Tenía que ir a ver quién carajos era aquella persona —. ¿Por qué asesinar a la princesa? — preguntó con tono frío.

—Según los reportes se ha convertido en una tirana, la primavera no se ha vuelto a ver en años, además ha estado experimentando con la población.

—Puedo ir yo solo— Sasuke le comentó. Su expresión era neutra, no mostraba ninguna emoción, ni siquiera movía su cuerpo. Estaba completamente estoico.

—Irá Hinata— le dijo Kakashi —. Fin de la discusión.

Sasuke cerró sus ojos. Ella sería una verdadera molestia —. No estoy para cuidar personas inútiles— le recalcó Sasuke.

—Hinata irá a otra misión — Kakashi cerró sus ojos, aquello le estaba dando migraña—. Ella ira con el señor feudal a resolver problemas políticos.

Hinata bajó sus ojos, pero no se movió de su lugar, vaya que Sasuke era prepotente.

—¿Entonces por qué enviarnos juntos?

—Por qué el Sasuke que ellos conocen es un ninja renegado, no un comerciante con una linda esposa— le dijo Kakashi cerrando sus ojos —. Además, eso ayudará a la misión de Hinata.

Sasuke chasqueo y miro hacia otro lado. Esa misión sería una verdadera tortura, pero sí podía recoger información de los Otsutsuki, él iría a averiguarla.

—Salen mañana a las ocho.

Sasuke salió de la torre Hokage, estaba molesto. Pero a la vez se sentía bien tratar de remendar sus errores, salvar a la aldea y proteger a quienes amaba.

Se dirigió a su apartamento, ya eran las doce de la noche así que comenzó a guardar sus cosas, las metió en una mochila y se quedó mirando el cielo. Hacía años que él no podía dormir.

Era de mañana, desayunó lo primero que encontró en el refrigerador y se puso en marcha. Llevaba al menos cinco suéteres en su mochila, sabía que en la aldea de la nieve hacía demasiado frío.

Llegó a la entrada de la aldea y ahí miró a Hinata. Shizune le estaba entregando ropa algo rasgada y vieja. Al llegar, le dio la misma ropa a él.

—Son comerciantes —. Le recordó Shizune. También le dio un anillo —. Y son casados.

Miró a Hinata de reojo, ella ya había terminado de cambiarse. Parecía realmente una civil, miro su dedo, ella ya tenía puesto el anillo.

Se cambió de ropa realmente rápido y Shizune les entregó unas credenciales falsas.

—Ustedes vienen de la aldea de la cascada, no lo olviden.

Shizune desapareció y Sasuke miró a Hinata una vez más antes de ponerse en marcha.

—¿Qué asuntos políticos vas a resolver? — le preguntó Sasuke. Ya llevaban aproximadamente cuatro horas corriendo, y habían decidido caminar el resto del camino.

Necesitaban tomar un barco para llegar, y el puerto estaba en la aldea del hierro. Se harían aproximadamente dos horas más, caminando, para llegar al puerto.

—Es una misión secreta— le respondió Hinata.

Sasuke chasqueo su lengua, pronto lo averiguaría, le dijera Hinata o no.

—Somos comerciantes de telas— se susurró Hinata a sí misma nerviosa, tratando de convencerse.

Al fin habían llegado al puerto. Su barco salía en una hora así que decidieron verse ahí, en el tiempo restante Hinata fue a comer, pues no había comido desde la mañana. Miró a su alrededor, cientos de samuráis caminaban por la aldea. Estaba impresionada, todo en aquella aldea era espectacular.

Sasuke caminó cubriéndose los ojos con su sombrero. Kakashi solo le quería provocar problemas, él, mejor que nadie, sabía que en la aldea de hierro él era buscado por las autoridades. Cómo no, si ahí había sido la reunión de los cinco Kages, y él había interrumpido dicha reunión.

Caminó discretamente hasta que uno de los samuráis lo miró y le pidió su identificación.

—Sora de la aldea de la cascada, puedes seguir —. Le dijo el samurái.

Sasuke lo miró fijamente, aquello lo estaba poniendo irritable. Había pasado una hora ya, así que regreso al barco. Se subió, el barco estaba realmente grande, es decir, al menos diez personas podían subir sin ningún problema. Aunque era raro, pues en el barco solo estaba el capitán, su acompañante, Hinata y él.

—Hikari —. Llamó Sasuke, sin embargo, Hinata no volteó. Sasuke movió su cabeza en desaprobación, al parecer Hinata no se había acostumbrado a su nuevo nombre —. Hikari.

Repitió en voz autoritaria, ésta vez Hinata sí volteó.

—¿Qué sucede Sora? — le preguntó.

—Cuando lleguemos a la aldea, nos separaremos — le indicó.

Hinata lo miró realmente frustrada —. Estamos casados— le enseño su anillo.

—Son estupideces — le repitió Sasuke.

Hinata suspiró, Kakashi la iba a matar si no podía controlar la situación.

—E-Escucha, me llevará negociar con el señor feudal al menos tres meses— comenzó a decir mientras sentía como sus mejillas enrojecían gradualmente—. Y él solo me escuchara si tengo un esposo.

Sasuke la miró intensamente—. ¿Por qué? — le preguntó.

—E-Es una misión clasificada— le repitió. Sasuke se exasperó y se fue a la otra orilla del barco.

Hinata dio un suspiró largo. Esa misión iba a ser una de las peores de su vida. Aun así, tenía que ser fuerte, por Naruto, por la aldea, y claramente por Sasuke.

Bajaron del barco y fueron a la entrada de la aldea de la nieve. A lo lejos se veía el castillo de la princesa Koyuki. Hinata estaba realmente nerviosa, la vida de la princesa recaía en sus hombros.

Se adentraron a la aldea. Nieve por todos lados. Hinata sacó una mano de su abrigo y dejo que varios copos de nieve cayeran sobre sus finos dedos. Sonrió y alzó su mirada, al frente Sasuke fruncía el ceño mientras trataba de quitar los copos de nieve que nublaban su vista.

Era una aldea común y corriente, había casas, puestos y un gran castillo. Hinata sonrió, ese lugar le agradaba bastante.

—S-Sora, quedémonos aquí —. Hinata le señalo una posada. Estaba lejos del castillo así que Sasuke solo la miró mal.

Siguieron caminando por aproximadamente quince minutos hasta que encontraron otra posada.

—Una habitación— le dijo Sasuke a la recepcionista.

—¿Con cama matrimonial? — le preguntó la mujer mirando a Hinata de reojo.

Sasuke la miró fríamente —. Individual.

Hinata cerró sus puños, en verdad Sasuke era realmente difícil de tratar, es decir, con nada estaba de acuerdo.

—Matrimonial— dijo Hinata claramente. Tenía miedo, Sasuke la intimidaba, pero ella necesitaba resistir. Escuchó a Sasuke carraspear —. S-Somos esposos— Hinata recalco enseñándole su anillo.

La recepcionista los miró raro.

—¿Entonces…

—Somos Sora y Hikari Honda — le dijo Hinata intentando obtener una habitación compartida.

—Ya basta— la miró Sasuke —. Te estás entrometiendo demasiado — le dijo Sasuke.

Hinata lo miró desafiante —. La cama matrimonial ésta bien.

La recepcionista suspiró y le entrego las llaves a Hinata. Sasuke la siguió en silencio y la confrontó con su mirada una vez que entraron a la habitación. ¿Quién se creía que era?

Sasuke la miró intensamente y Hinata desvió su mirada a la ventana que mostraba toda la aldea. Las luces eran especialmente hermosas —. Mi misión es clasificación S — le dijo Hinata —. E-Es importante.

Sasuke chasqueo mientras la miraba fríamente.

—Sasuke-kun, son misiones separadas— comenzó Hinata — pero… debemos mantenernos unidos.

Sasuke salió de la habitación—. No me busques.

Hinata se dejó caer en su cama. Vaya que cada vez se estaba poniendo más difícil esa misión.

Dejo sus cosas en el clóset y miró como antes de irse, Sasuke había dejado sus cosas ahí. Sonrió, entonces Sasuke no se había ido a otra posada.

Con energías renovadas se dio un baño rápidamente. Salió y prendió la chimenea que había en el cuarto. Miró afuera, nevaba y nevaba. Se sentó en el sillón y esperó a que amaneciera para comenzar su misión.

Aunque ahora que lo pensaba, desde que salió de la aldea su misión había comenzado. Su espalda dolía de dormir en una mala posición en el sillón. Se removió su cabello y volteo a la cama, estaba impecable. Sasuke no había regresado esa noche.

Sacó un pergamino de su mochila y se cambió a su ropa de civil. Caminó por las calles, ahí jamás paraba de nevar. Miró al cielo, estaba nublado.

Entró a una tienda y compró comida. La guardó en su mochila y siguió caminando. Llevaba telas de seda, los preferidos del señor feudal.

Fue hacia centro de la aldea y pidió ver al señor feudal, sin embargo, le dijeron que tenía que sacar una cita antes, decidió que iría mañana o pasado mañana o la próxima semana, de todos modos, tenía bastante tiempo para negociar.

Se quitó el sombrero que llevaba y dejo que los copos de nieve se acumularan en su cabello. Estaba nerviosa, no sabía si la misión saldría bien o mal, pero sabía que no podía rendirse.

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Sasuke caminó hacia el castillo, su misión era matar a la princesa, lo cual él consideraría una misión tipo C, pues de lo que él recordaba la princesa no sabía pelear. Sin embargo, por ahora no la podía matar, ya que primero necesitaba investigar su relación con los Otsutsuki.

Miró la seguridad que cubría el castillo, no era casi nada. Había diez guardias y varias rejas que no serían difícil de traspasar.

Se sentó y observo su actividad. Ese día se dedicaría a observar el castillo. El siguiente día pensó, que tal vez debería entrar al castillo y comenzar a investigar.

Al final todo fue una pérdida de tiempo. No hubo nada sospechoso, ninguna acción, ningún movimiento.

Desde donde estaba, miro como la princesa se asomaba desde su ventana. Desde la última vez que la había visto, había cambiado muy poco. Ahora se vestía de otra manera, más elegante, su cabellera la tenía suelta y su estatura era a lo mucho dos centímetros más alta.

La princesa se metió a su cuarto una vez más y Sasuke decidió que era todo por ese día.

Regresó a la posada, sin embargo, no encontró a Hinata. Se dio un baño y se quitó la molesta ropa de civil. Se puso su propia ropa y prendió la chimenea.

Mañana definitivamente iba a obtener información. Igualmente, no es que él estuviera ansioso por información, puesto que él era paciente, al grado de estar cinco o hasta diez días en la misma posición. Simplemente, había algo que le incomodaba, algo definitivamente lo hacía sentir incómodo.

Se sentó en el suelo frente a la chimenea. Cruzo sus brazos y cerró sus ojos. Sus oídos aumentaron su potencia. Escuchaba todo. Cualquier paso, cualquier tintineo, cualquier respiración. Además, sentía cualquier chakra.

Y precisamente por eso, se dio cuenta que alguien entró a la posada, después subió los cinco bloques de escaleras y abrió la puerta del cuarto.

—Regresé— Hinata susurró.

Dejó sus cosas en el armario y entró al baño a cambiarse de ropa.

—Quédate con la cama— le dijo Sasuke.

—N-No puedo hacer eso— dijo Hinata —. ¿P-Por qué no la compartimos? — dijo moviendo su cabeza hacia un lado, avergonzada.

—Quédatela— Sasuke volvió a decir. Hinata lo miró y asintió con su cabeza.

Se recostó en la cama, miró hacia la ventana y lo único en lo que pudo pensar fue en querer volver a casa.

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Sasuke se fue temprano, incluso antes de que amaneciera, ya que como siempre, no podía dormir. Miró a Hinata hecha un ovillo en la cama, ni siquiera ocupaba un tercio de la cama. Entró al baño y después volvió a cambiarse de ropa.

Él ya no era Sasuke Uchiha, o por lo menos por esa misión. Era Sora Honda, un humilde comerciante que tenía una linda esposa, qué idiotez, pensó.

Salió de la posada y caminó de nuevo hacia su antigua posición. Analizaría los movimientos de los guardias y posteriormente entraría a la mansión.

—¿Q-Qué miras? — preguntó una voz a su lado. Sasuke la había visto venir desde hacía un kilómetro.

—No te interesa.

—Sí me interesa— reclamó con voz dulce. Miró a la mansión —. Iré a hacer una cita con el señor feudal, ¿por qué no me acompañas?

Sasuke la miró fríamente y negó con la cabeza. Hinata asintió y comenzó a caminar.

Acercarse a Sasuke era una tarea verdaderamente difícil, pensó. Se acercó a la reja principal que rodeaba la mansión y todos los guardias se reunieron en torno a ella.

Sasuke miró y vio la oportunidad. Ningún guardia sabría que entró.

Sasuke fue por la parte trasera y en menos de cinco minutos había ingresado a la mansión, entró a uno de los cuartos y asomó su cabeza por una de las ventanas.

Ahí Hinata les hablaba con una sonrisa. Kakashi ni Hinata le querían decir cuál era la misión exacta de Hinata, pero supuso que para ser misión S debía ser muy riesgosa. Igualmente, no la creía capaz de realizarla. Pensó que tal vez Kakashi los había enviado juntos para que él ayudará a Hinata. Chasqueo su lengua, seguramente cuando Hinata no pudiera completar su misión, le pediría ayuda.

Se alejó de la ventana y siguió caminando.

Hinata sacó el pergamino de su mochila e instintivamente los guardias se pusieron en posición de defensa.

—Soy Hikari Honda, de la aldea de la cascada —. Hinata abrió el pergamino lentamente ante las miradas desconfiadas de los guardias.

—¿Qué necesitas de éste lugar? — le preguntó un guardia.

—Necesito una cita con el señor feudal, necesitamos firmar un trato comercial —les dijo mostrándoles el pergamino con el trato.

—Te anotare en la lista, ¿Cuándo quieres la cita? — le preguntó uno de los guardias.

—En dos meses — respondió Hinata tiernamente.

—Te la podemos hacer antes, incluso en dos semanas.

—En dos meses estará bien— les dijo Hinata.

—Cómo quieras— le dijo un guardia anotándola en una agenda.

Hinata comenzó a alejarse. Cada día que pasaba en ese lugar la hacía sentir terriblemente incómoda y temerosa.

Tal vez si Naruto estuviera ahí…

Pero tenía que dejar de pensar en Naruto. Tenía que avanzar por su cuenta. Comenzó a caminar hacía la posada, pero decidió ir antes por unos rollos de canela.

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Sasuke entró a la mansión, era enorme y tenía cientos de cuartos. Se dirigió al cuarto donde había visto a la princesa la vez anterior. Era un cuarto bastante alejado. Cerró sus ojos y agudizó su oído. No había nadie dentro. Abrió la puerta sin hacer ruido y se metió.

Comenzó a buscar entre todas aquellas cosas. Sin embargo, no encontró nada de utilidad. Encontró una agenda, era como un diario así que lo comenzó a hojear, pero otra vez no encontró nada. Simplemente era un diario relatando cosas estúpidas.

Encontró varias películas y las guardo en su bolsa. Las vería más adelante.

Con un suspiró dejo los papeles que antes había alborotado, en su lugar.

Salió, había permanecido por lo menos ocho horas en ese lugar. Busco una salida rápida y se fue.

Caminó hacia la posada y dejó escapar un suspiro. Sus misiones siempre eran aburridas y demasiado largas.

—¿Quieres ir a beber conmigo? — le preguntó una señora que vestía prendas muy reveladoras.

—Tengo esposa— le contestó Sasuke.

—¿Cuántos años tienes? — le preguntó sin poder creerlo.

—Dieciocho— respondió y desapareció con el viento.

Entró a su cuarto por la ventana y se dispuso a prender la chimenea. Apenas comenzaba a acostumbrarse al clima extremista de ese lugar. Hacía tanto frío que sus labios se ponían entre rojos y morados.

Unos pasos corriendo por el pasillo lo alertaron. Se puso en posición y defensa y esperó. Sin embargo, el ataque jamás llegó, en cambio unos golpes incesantes en su puerta distrajeron su atención.

—¿Eres el esposo de Hikari? — le preguntó la propietaria del lugar una vez que Sasuke abrió la puerta.

Sasuke suspiró. Hinata se había metido en problemas.

—Sí, lo soy.

—Unos ninjas están luchando contra ella, deberías venir.

Sasuke se puso unas sandalias. Recordó a Kakashi decirle que los comerciantes no sabían pelear mucho. Hinata era tan tonta como para tomarse esa regla a pecho y no defenderse.

Y tal como lo pensó, así fue.

Tres ninjas hombres la habían golpeado en sus costados.

—Ven con nosotros nena— le dijo uno de ellos—. Ya no te resistas.

—Los van a arrestar— les dijo Hinata sin temor.

Uno de los hombres le asestó otro golpe en su hombro con una vara de madera. Hinata se quejó de dolor. Sasuke movió su cabeza en asombro. Esa chica actuaba muy bien, sabía que al menos ella los podía derrotar fácilmente.

—¿Quiénes son ustedes? — les preguntó Sasuke.

—¿Quién eres tú? — le preguntó uno de ellos.

—Soy su esposo.

Comenzaron a reírse fuertemente —. Pues has de estar muy enojado.

Sasuke asintió y agarró un palo. Derribó a los tres en un instante. La gente que se había reunido alrededor de ellos lo miraron atemorizados.

—¿Sabes pelear? — le preguntó una señora.

Sasuke asintió —. Soy genin.

Y bueno, eso… no era del todo mentira. Tenía la fuerza y capacidad de un kage, pero tan solo era un genin.

Sasuke alzó a Hinata en sus brazos y entró a la posada con ella.

Tranquilamente la dejó en la cama y la miró molesto.

—No me hagas salvarte de nuevo.

—N-No tenías que hacerlo— dijo sonriendo.

Sasuke se volteó hacia la chimenea y se quedó viendo el fuego.

—¿P-Podrías poner pomada en mi cuerpo? — le pregunto Hinata ruborizada. Tenía tanta pena que pensaba que podría morir.

—Cúrate, sabes ninjutsu médico.

—M-Mañana vendrá un doctor a sanarme— le dijo Hinata—. Debo pretender, aquí no soy un ninja.

Sasuke cerró sus ojos con fuerza. Hinata se esforzaba más en fingir que en su misión.

Tomó la pomada con brusquedad y Hinata se quitó su blusa lentamente. Sasuke comenzó a untar la pomada por los moretones que le habían quedado en su espalda, costados y hombros.

—¿Qué te hará el doctor? — le preguntó Sasuke.

—Revisarme— le dijo Hinata poniéndose cada vez más roja.

Sasuke cerró la tapa de la pomada y volvió a sentarse en el mismo lugar que el día anterior. Hinata miró nevar por la ventana. Aunque se veía muy frío por fuera, en realidad ella se sentía muy cálida en ese momento.

Tal vez era por la chimenea.

Se acostó en la cama y se durmió.

Sasuke volvió a irse temprano.

Hinata por su parte quedó esperando al doctor. La señora de la posada había ido a revisar que se sintiera bien. Hinata se lo agradeció.

—¿Por cuánto tiempo se van a quedar? —le preguntó.

—Por aproximadamente tres meses— respondió Hinata.

—¿Pero, que hacen aquí? — le preguntó la señora queriendo sacarle información.

—Queremos hacer un trato con el señor feudal, para poder transportar telas— le dijo antes de que la señora se fuera.

El doctor llegó temprano en la mañana. Revisó a Hinata y le aplicó ninjutsu médico.

—¿Por qué no te defendiste? — le preguntó el doctor.

—En la aldea de la cascada casi no entrenan ninjas— le contestó Hinata tímidamente.

—¿Quién paró la pelea? — le preguntó el doctor guardando sus cosas.

—Mi esposo, él es un genin— dijo omitiendo una sonrisa.

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Sasuke miraba la mansión en busca de una oportunidad para poder pasar. Pero no encontró ninguna. No es que los guardias fueran fuertes, simplemente no quería que lo vieran entrar.

Se dio un golpe mental. Ese día no estaba concentrado.

Todo lo que podía pensar era en que un doctor revisaría a Hinata. Eso implicaba quitarle su camisa…

Sasuke sacudió la cabeza. Era estúpido pensar en algo como aquello.

En vez de eso, volvió a buscar una entrada a la mansión. Pero simplemente, ese día, no se pudo concentrar.

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Hola! Ésta es la segunda historia que publico! Espero que les haya gustado el capitulo, ¿Qué les pareció la historia?.

No podía esperar más para publicarla! Espero no tardarme tanto en publicar el próximo capítulo.

¿Qué piensan hasta ahora?. ¿Qué piensan que va a pasar después?