Es mi PRIMER fic de Candy Candy, ojalá les guste


Siempre estuve enamorado de ti

Cap.1 Emociones en la familia

-¿Eh?

-¡Claro que sí! Annie es maravillosa, es dulce y comprensiva… jamás creí encontrarme una chica como ella, ya no le rehuyó al matrimonio.

-Claro, porque si lo haces ella se va volando como paloma si no cumples.

-¡Vamos Archie! -Lanzó un almohadón del sillón al chico de lentes que no alcanzó a esquivar, removiéndole los lentes, comenzado lo equivalente a la guerra con dos jóvenes que lucían infantiles para su edad.

Los jóvenes luchaban ante las risas de un hombre de cabellos rubios, porte elegante y ojos azules como los zafiros, que los observaba desde el marco de la entrada a la sala, no importaba que fueran mayores de edad, se comportaban como niños cuando sacaban su coraje, los abandonó yendo hacia el estudio, encontrando como de costumbre a su hermano mayor trabajando con esmero, estaba cerca la hora de la comida y él no había abandonado su puesto y lo único diferente a esta escena era la cantidad de papales que descansaban en el escritorio.

-Oí ruidos ¿Algún problema? -Preguntó el apuesto hombre de cabellos largos sin despegar la vista del papeleo.

-Sólo lo que puede ser una posible tercera guerra mundial, descuida no afectará a nadie salvó los indefensos almohadones de la tía Elroy.

El hombre del escritorio dio una leve risa sin interrumpir su trabajo, como no gustaba verlo en esa pose más tiempo, aligeró su trabajo dándole ayuda.

-¿Qué haces Alphons? Es mi trabajo.

-Desesperas estando atado a la silla, ¿Te ofende que tu hermano menor te ayude?

Poco le duró la incomodidad y aceptó la ayuda de su hermano, facilitándole tanto que justo terminaron a tiempo para la hora de comer, escucharon los pasos de los demás ir hacia el comedor mientras ellos acomodaban todo el papeleo que estaba en el escritorio, así como libros de contabilidad regados en otras partes del estudio.

-Archie está muy emocionado con su novia, no recuerdo haberlo visto así por alguien más, lo mismo para Stear, ¿Sabes hermano? Creo que huele a boda por dos, sin embargo, tal vez Archie se imponga y quiera tener fecha propia para su boda.

-Tienes razón.

El rubio mayor acomodó los últimos papales en una carpeta, se levantó por fin de esa silla descansando de su trabajo, Alphons se levantó también de su asiento y su mano se fue directo al portarretrato que descansaba en el escritorio; en él se muestra una bella dama de cabello negro como las alas de un cuervo, luciendo un bello vestido rosado sosteniendo en sus manos un ramo de azucenas blancas, ella estaba sentada en un columpió y lo sobresaliente de todo era su sonrisa cándida y especial.

-Tú también deberías darte una oportunidad, el título de viudo joven es tentador para más de una mujer, tal vez puedas encontrar otra buena esposa, Albert –El mencionado soltó una leve risa sardónica.

-Hiciste sonar como si se dieran en los árboles, yo sólo tuve la suerte de que la esposa que eligieron para mí fuera una buena mujer, corrí con mucha suerte, eso compensó lo estricto de mis padres y la insistencia de la tía Elroy.

-Nadie te obliga a quedarte solo.

Los dos adultos abandonaron el estudio para ir al comedor con los demás, se dio la comida tranquilamente como siempre, aunque con ánimo por los dos jóvenes que contagiaba a los mayores, inclusive a quien era mayordomo, pero más que nada amigo George, pero él estaba más atento a la mirada de quien era el patriarca de la familia y como éste se alegraba por la felicidad que emanaban los chicos, él que lo conocía tanto como su hermano menor Alphons pero con aquél toque paternal, le ve un dejo de envidia buena, porque ellos se salvaron de un compromiso arreglado.

-Entonces ¿Matrimonio? -Preguntó el mayor de los Andrew, dándole un sorbo a su copa de vino.

-Si tú no te opones tío, quiero pedir la mano de Annie este sábado, y te pido que tú me acompañes como dicta la norma –A lo último mencionado su tío Alphons rió.

-¿La norma? ¿Y desde cuando la siguen ustedes que hacen su voluntad?, George pregunta a Dorothy que le puso a la sopa, mi sobrino está desvariando.

-Es que en este caso debo hacerlo -Su tío hablaba con broma divirtiendo a los otros dos mayores, pero el semblante preocupado puso alerta a los tres, pues Archie no acostumbra ponerse de esa manera.

-¿Cómo?

-De lo contrario los padres de Annie creerán que estoy jugando con ella, su padre es muy capaz de llevársela a otro estado o peor aún... a Europa para alejarla de mí, ese hombre es de armas –Archie habló con un incómodo semblante, los padres de Annie amaban mucho a su hija, no importaba que un joven de buena familia como la suya la pretendía si sólo era juego, el padre manda a volar todo llevándose a su hija.

A lo comentado tanto George como Alphons presintieron lo que ese dato ocasionó en Albert, guardaron silencio y el semblante del patriarca de la familia que había sido sereno, cambió en una pizca de segundos a uno serio.

-¿Lo dices en serio? ¿O exageras?

-No lo hago, suena loco, pero es verdad, se opondría para siempre a que me acercara a Annie y en su último recurso porque conoce lo terco que soy, es llevársela lejos, el hombre no es malo pero sabe cómo defender a su hija, por eso pido que me acompañen a pedir su mano, si cumplo ese requisito de la norma ellos verán que hablo en serio.

-Lo haré, no te preocupes.

-También iré yo, quisiera conocer de una vez a tus futuros suegros, por la forma en la que hablas se nota que son personas que se fijan en el honor de la familia.

-Y tú tan estricto con eso -Bromeó Stear para bajar la preocupación de su hermano.

-No des mala suerte.

Todos quedaron en la sobremesa para disfrutar de la compañía de los demás un rato más, hasta que una llamada de negocios tuvo que ausentar a Albert, acompañándolo George los demás quedaron cómodos en la mesa. Mientras Albert atendía su llamada, George le acercaba los papales que necesitaba, sin perder tiempo apenas tuvo los primeros en importancia comenzó a escribir y el mayordomo a tomar nota cuando el rubio se lo pedía, así pasaron cerca de media hora, cierto que los hombres de negocios no descansan, a cada minuto es un dólar que se gana o se pierde.

-De acuerdo señor Benis, lo mantendré al tanto y después podremos concretar una reunión, gracias por su apoyo -Colgó el teléfono prosiguiendo con sus escritos -, está de acuerdo con los términos y eso nos beneficia, estoy al tanto de su situación, pero no sacaré ventaja de eso, es una persona honrada como su padre y abuelo antes que él.

-Tienes razón.

-George cancela todo compromiso que tenga el día que acompañemos a Archie.

-Sólo hay una junta con los socios, pero ya sabes que ellos tienden...

-Si tienen la libertad de solicitar una junta porque tuvieron una "Inesperada emergencia", yo también puedo cancelar una junta, lo de menos son sus quejas.

-Está bien se los haré informar, creo que manejas los asuntos de la compañía y a los socios con la mayor naturalidad, es tan diferente a cuando empezabas.

-Sólo es porque tengo un poco más de libertad sin mi padre, que en paz descanse y de la tía Elroy, de no ser así me darían uno de esos largos sermones –Dijo bromeando el rubio, el mayordomo le sirvió entonces una copa de brandy, la bebió acomodándose mejor en su silla.

Su descanso con el brandy le duró poco, pues volvieron a llamar por teléfono y Albert, continuó ocupándose de sus obligaciones como patriarca de la familia, la puerta del despacho se abrió apareciendo Alphons que se acercó a ellos sentándose en la silla al frente del escritorio, no interrumpió a su hermano, miró su buena habilidad de escuchar por teléfono, leer sobre los documentos y escribir sobre el papel, con una naturalidad como si fuese respirar. Eso lo impresiona y lo admira por su alta responsabilidad y perfección que hace con los negocios de su familia, que lleva a cabo con familias tan antiguas como las suyas y que en cada generación puede haber cambios, sin embargo trabajando que la astucia y la honradez en los negocio sea lo que mejore con los años. Alphons volteó hacia George sonriendo ambos por la diligencia del jefe de esa familia; al entender que el mayor no va a levantarse de su asiento por otro rato, se levanta dejándolo trabajar.

Caminando por un pasillo donde en la pared cuelga un retrato de su familia, en él estaba su padre posando de pie con el alto aire de majestuosidad que siempre poseyó, su madre sentada sosteniendo a su hermana pequeña, ambas hermosas con el cabello rubio, luciéndolo suelto su hermosa madre, y él y su hermano Albert de pie, Alphons a los pies de su padre y Albert junto a su madre y hermana tomando la mano de la pequeña. Ese cuadro le gustaba tanto, cada que lo veía lo transportaba a aquellos días de infancia donde no tenían preocupaciones de negocios, asustarse por los asuntos de etiqueta, sólo jugar y disfrutar del gran amor que sus padres les brindaban.

-Su amor a nosotros no cambió, pero es verdad que dejaron de ser comprensivos como en aquellos días, aún así pido que estén en el cielo, después de todo no fueron malos padres en realidad.

A unos pasos del cuadro había una mesa con otro retrato junto a un pequeño florero con una rosa en él, en el retrato estaba su querida hermana, luciendo hermosa en su dulce edad de casadera, sostuvo el retrato entre sus manos, sonrió con tristeza, le ganarían las ganas de llorar así que dejó el cuadro en su lugar partiendo a su habitación.

...

-Me parece muy bien, ese día los esperaremos, debo recordarle que la puntualidad es...

-Imperante en un caballero y más ante una dama -Continuó la frase el chico con una sonrisa, no podría saber que el mayor sonrió ante la buena memoria del chico, pero no lo sabría por teléfono y es mejor, por lo tanto no va a suavizar el tono –correcto, que tenga buen día joven Archibald -Colgó el teléfono, entonces ordenó a la sirvienta que llamase por su esposa e hijas, ellas fueron a la sala donde se encontraba –,Archibald me ha llamado para solicitar una reunió con nuestra familia, será dentro de un mes, vendrá para pedir tu mano, querida Annie.

Los ojos de la chica se abrieron como platos, su respiración se detuvo por unos instantes y un color rojo se dio en sus mejillas, cambiando drásticamente en unos instantes a que sus ojos se aguaran, sus manos ir a sus mejillas que ya estaban siendo bañadas por sus lágrimas.

-¿En verdad?

-Así es y por lo que mencionó vendrá el patriarca de la familia, eso suena formal y acorde a las buenas tradiciones, me parece correcto el andar del chico –Dijo el señor Bitter convencido de que el muchacho no andaba jugando con su hija, eso lo tranquiliza, la señora Britter abraza a su hija felicitándola -, de acuerdo querida estarás a cargo de los preparativos, tienes el gusto esquicito para este tipo de reuniones, sé que lo harás maravillosamente.

-Oh gracias amor, te prometo Annie que todo será tan lindo como tú.

-Gracias madre, gracias padre.

-Esto lo permito porque el muchacho está haciendo las cosas derechas, su modo es muy vivo, pero tiene respeto por las buenas costumbres, pero querida Annie sabes que no quito el dedo del renglón hasta no verte casada frente al altar, digamos que quito un poco de peso a tu novio.

-Todo será como pides padre, ya lo verás, gracias por ser tan comprensivo –Abrazó Annie a su padre con todas las fuerzas que tenía, el contacto lo enterneció, ver esa mueca de alegría en ella sobrepasa todo.

-Agradece que ese chico se ha comportado apropiadamente.

-Padre una cosa más, ese día será muy importante para mí y quisiera compartirlo con ella, ¿Permitirías que estuviera presente?

-Pues... eso no va acorde a la tradición, sólo debe ser tratado entre la familia.

-Pero ella es mi mejor amiga y sabes que la siento como una hermana, por favor padre deja que la invite esa noche.

El señor Britter se mostraba no muy convencido, Annie lo sabía muy bien, pero por fortuna su madre es un apoyo, acercándose a su esposo tomándolo de brazo.

-Vamos querido, no pasa nada si su amiga está presente, esa noche es importante para Annie y comprende que ella quiere pasar esa velada junto a sus seres queridos, se comprensivo una vez más.

-Tienes razón querida, como dice la señora Campbell "Más personas, más diversión".

-Es "Entre más mejor" -Se rió Annie contagiando a su madre.

-Pues lo mejoré.

Annie esa tarde escribió la carta a su mejor amiga Candy, su madre la estaba acompañando en su cuarto mientras se entregaba a su actividad, aunque era escribir sobre una hoja de papel, la sonrisa en su hija permanecía y sentía que su hija imaginaba a su amiga contándole todo, otra confirmación de que ella debe estar presente en la noche que pidan la mano de Annie.

-Que invitación más larga, abarcaste toda la hoja y vas por la parte del reverso ¿Es que quieres contarle todo a Candice?

-Claro que no madre, son los por menores –La señora emitió una leve risa.

-En verdad que Candice es tu confidente, estoy segura que asistirá a la cita, sino podemos hablar al hospital para que le den permiso.

-Oh no madre, no lo hagan ella podría molestarse, me quiere, pero tiene un alto grado de responsabilidad por su trabajo, si no le es permitido no vendrá por mucho cariño que me tenga.

-Tienes razón, lo siento, está bien Annie entonces espero que le den permiso de venir ese día.

Terminada su labor con la carta la dejó en el buzón para que llegara a su destino. Así como ella mantenía una sonrisa en la cara que no se le iba a quitar ni al día siguiente, así se encontraba Archie frente a una pila de papeles, su hermano lo estaba ayudando, ambos estaban ocupados con un papeleo en su habitación y aunque no era su actividad favorita, la mueca en el chico hace pensar que si lo es.

Stear estaba contento por su hermano, él siempre enamoradizo con las chicas, la verdad es que no la tenía difícil pues de los dos él era el más elegante y caballeroso, todo una muestra del príncipe con el que sueñan las chicas, hasta cierto punto le tenía envidia pues él no tenía ese toque encantador, sin embargo cuando conoció a Paty las cosas cambiaron de parecer, entendió que puede ser encantador a su manera, además de que ser así no vale la pena si no se topa con la persona correcta; por fortuna tuvo la misma suerte que su hermano, sin embargo él no podía ir y pedir la mano de Paty ahora, no en este momento, sus padres murieron en un accidente y ella quedó dolida. Como muestra de amor la ha acompañado, apoyado, ella lo agradece, pero él comprende que no es momento para dar una propuesta de matrimonio, podría esperar un poco más, no tiene prisa.

-Ojalá cuando llegue mi turno esté tan contento como tú.

-Claro que así será, sólo espera un poco más, Paty lo hará.

-En serio que tienes mucha suerte, el tío siempre está ocupado, una navidad no pudo estar con nosotros por deberes de trabajo, la tía Elroy se molestó con él.

-Ah sí lo recuerdo, es por la forma en que sus padres lo criaron.

-Si, pero el tío Alphons no está atosigado de trabajo, es más relajado.

-Porque en él no recae la responsabilidad de la familia, pero mira, me acompañarán los dos a pedir la mano de Annie, lo sentí sincero de que no faltará a su palabra.

-Es cierto, se oía resuelto a acompañarte, supe de George que mandó cancelar todas sus citas y deberes en esa fecha.

-¿Lo ves? El cumplirá, seguramente desea que los dos tengamos un matrimonio tan feliz como el suyo.

Llamaron a la puerta siendo Alphons, miró los papales que los chicos estaban trabajando y los revisó uno a uno, les dio indicaciones, así como corregirlos en los errores, pero en general su desempeño fue acertado.

-Muy bien chicos, a este paso podrían ser ayudantes eficaces de Albert.

-Para eso estás tú tío, nosotros no tenemos madera para estar ahogados de trabajo como él.

-Él menos pero mi padre lo enseñó bien, además Archie tú tienes más peso pues por lo que dices del señor Britter, no quiere a un holgazán al lado de su hija.

-Oiga yo no huyo de mis responsabilidades, pero no al nivel del tío Albert.

-Pues espero que no tengas ese nivel de responsabilidad como dices tú.

-¿Y dónde está él?

Alphons dejó salir un suspiro masajeando el arco de su nariz.

-Tiene una hora charlando con un socio muy terco, insiste que no debe dejarse la junta, pero él no se echa para atrás, lo último que supe es que su tío estaba logrando salirse con la suya.

-¿Ves que tenía razón? Ese nivel de trabajo no lo podré llevar.

-Creo que a ti no te tocará, pero mejor hablemos de otra cosa, ¿Tienes pensado el traje que usarás ese día?

-No realmente pero no quiero algo pomposo para satisfacer al señor Britter, pero será muy elegante, vi uno apropiado para ti Stear, podemos ir mañana a verlo.

-Y yo que quería ir casual pero la ocasión lo amerita, después de todo pensamos que durarías más tiempo disfrutando de tu soltería, así que bien lo vale un traje muy elegante.

-Hablaste como si jamás te hubieras vestido elegantemente para una festividad.

-Si, pero no como tú.

-Ten en cuenta que debes lucir elegante cuando pidas la mano de Paty.

-Falta mucho para eso, tío.

-Siento que no, bueno sigan con sus labores, aprovechen ahora que no tienen que cargar con tanto.

Dicho eso se retiró de la habitación de los chicos, a la noche cuando ya los jóvenes habían caído rendidos al sueño, Albert llegaba a su habitación despojándose de su traje para usar una pijama y encima una bata más cómoda, sentándose en el sillón cercano a la ventana, donde podía admirar Lakewod de noche, apreciando ese momento de tranquilidad después de otro día de trabajo, aunque más pesado al tener que lidiar con dos socios que estaban reacios a no cancelarse la junta que sería en las fechas que Archie pediría la mano de su novia. Fue cansado, pero logró su cometido con los trucos que su padre le enseñó, sonrió de lado por eso, permaneció con ese silencio un par de minutos en el sillón cuando llamaron a la puerta.

-Adelante –Entró Alphons quien también llevaba puesta una bata.

-Hola hermano ¿Ganamos la disputa? ¿O debí ayudarte para que no sufrieras?

-Sali victorioso, pero creo que hubiera sido peor, podrían haber llamado a los demás socios y ahora sí, sería una guerra campal.

-Excelente, ¿Sabes? Los chicos estaban al pendiente de si los acompañarías, tranquilizará a Archie saber que es definitivo que nos acompañarás.

-Tengo que hacerlo o de lo contrario el señor Britter pensará que sus intenciones son otras, le creí totalmente que el padre tomará medidas para sepáralos.

Su tono lo dijo con severidad, Alphons no tiene que verle la cara a su hermano mayor para saber que esa actitud demandante, exigente en un padre para con sus hijos, es poco de su agrado.

-Pero no pasará nada de eso, Archie está haciendo las cosas bien, lo hizo desde el principio y Stear también con Paty, debemos alegrarnos de que nuestra familia crezca.

-Tienes razón, no debí ponerme así, después de todo creo que llevo bien las riendas de la familia, nuestro padre lo aprobaría.

-Claro, murió con una sonrisa y mamá también, relájate, insisto que deberías volver a buscar esposa, quedaste viudo muy joven y tienes un considerable número de admiradoras.

-Vaya Alphons casi sonaste como la tía Elroy –Sonrió de lado el mayor -¿Y ella como sigue?

-Está muy bien, no tuvo ningún sobresalto, le alegra que Archie se vaya a casar, me parece que la dado un segundo aire de vida.

-Es bueno.

El cambio drástico de tema lo entendió Alphons, por lo menos en este momento su hermano está de lleno en los negocios de la familia y el bienestar de sus sobrinos; con eso últimos comentarios se dispusieron a entregarse al sueño, descansar para mañana temprano volver a la rutina. Todos dormían mientras que lejos de ahí, en un hospital de Chicago una enfermera le toma la temperatura a un pequeño niño que se quejaba quedamente, después toma una jeringa con la medicina necesaria para esta ocasión, le aplica la inyección al pequeño de seis años que por el cansancio ni se percata del piquete; al terminar acaricia suavemente la cabeza del niño.

-Con eso será suficiente.

-¿En verdad? Estaba ardiendo, no sabía qué hacer.

-Descuide la medicina lo ayudará como dijo el doctor, la fiebre le bajará en el curso de la noche, puede venir mañana para una segunda revisión, pero estoy segura que habrá mejorado, la atenderá el doctor de la mañana y otra enfermera, pero dejaremos el informe.

-Oh gracias señorita, estaba tan asustada, mi Jimmy no se enferma de esa forma.

-Lo entiendo y por eso hay que estar al pendiente, quédese tranquila.

La señora llevó al niño cargado y cubierto por una manta, agradeció al doctor y enfermera que atendieron a su hijo, al retirarse, la chica de cabello rubio daleándose ese color de cabello por los pequeños cabellos que se le escapaban de su peinado perfectamente recogido, se va al pequeño cuarto de descanso de las enfermeras ahí llena una formulas, cuando entra una de sus compañeras.

-Hola Candy ¿Fue grave lo del niño?

-Fue empacho, la medicina del doctor le ayudará, la pobre señora llegó muy asustada, pensaba que su hijo se moría.

-Así actúan muchas madres, yo atendí a un pobre hombre que se había descalabrado, era evidente su estado de ebriedad, pero no se comportó grosero con nosotros, al contrario, pidió disculpas por habernos molestado tan de noche.

-Eso suena lindo.

-Tienes razón.

La enfermera de cabellos negros y anteojos tomó un pañuelo precisamente para limpiarlos, limpiaba uno y va con el otro cuando nota que su compañera tiene un papel en las manos.

-¿Una nota médica?

-Oh no, es una carta de agradecimiento de un paciente.

-¿Y es joven? -Preguntó interesada, Candy soltó una risa.

-Claro Flamy, es tan joven que me hace pensar si corresponderle, supongo que un chico de doce años es buena edad -Ahora es Flamy quien soltó una risa.

-Oye no está nada mal, incluso pueden salir a comprar un helado, pero no esperes que te lo invite tal vez con tu paga del mes te alcance para ese lujo.

-Flamy eres un genio.

De pronto llegó otra enfermera llegó solicitándolas para una operación, dos hombres llegaron malheridos de una pelea pasando cada una en respectiva operación, transcurriendo las horas por la labor hasta que amaneció, al hombre que asistió Flamy con un doctor sobrevivió, mientras que el hombre de Candy no, fue triste comenzar el día de esa forma, sin embargo, era algo que pasaba con frecuencia en un hospital, se puede decir que está acostumbrada, pero no al grado de verlo fríamente, sólo siendo fuerte ante estas situaciones, fue ella quien llamó a los familiares sobre la situación de su pariente.

Oyó a la mujer desplomarse en llantos, otra persona terminó la conversación con ella, después de esto Candy se retiró a su departamento para descansar de su turno nocturno, al llegar se dio un relajante baño que le calmó el cansancio y después durmió un par de horas, olvidando por un momento el trabajo.

Cuando hubo descansado lo suficiente y se preparaba sus alimentos, llamaron a la puerta, era el encargado de los departamentos trayendo consigo una carta para ella.

-Muchas gracias señor, no se hubiera molestado.

-Es un placer ayudar a mi enfermera favorita, quise que descansara un rato antes de entregársela, que tenga buen día.

-Igualmente.

Tan sólo de leer el nombre hubo una sonrisa en su carta, dejó los alimentos en paz para leer el contenido, era una carta escrita por la propia Annie, leyó cada palabra y al terminar su sonrisa era más grande.

-Que alegría, Annie debe estar desesperada porque llegue la fecha, sabía que ese muchacho estaba siendo sincero en sus sentimientos, debe tener un toque especial para convencer al señor Britter que es aún más especial.

Una carta sería buena manera de contestar, pero si Annie ocupó los dos lados de una hoja para platicárselo a su muy querida amiga, Candy opta por una llamada, baja a la recepción solicitando el teléfono después de haber desayunado.

-No me tardaré señor John... bueno, creo que no tanto.

-Descuide usted, ya sabe que es la enfermera favorita, además me ha atendido varias veces cuando me lastimo arreglando cosas de los departamentos, úselo a libertad, señora.

-Gracias.

Candy llamó a la casa de Annie para darle su respuesta y de paso, hablar entre ellas, no pudo evitar hablar por veinte minutos en el teléfono, miró al señor John a modo penoso y dispuesta a terminar la conversación telefónica, pero él con un asentimiento de cabeza y una amena sonrisa la incitó a proseguir.

-Le agradezco –Le dijo a voz baja -, si Annie no te preocupes.

-Mira qué suerte tengo, Archie y su familia vendrá y yo podré estar contigo y con mis padres.

-Gracias por pensar en mi para ese momento tan importante, espero que toda duda que hayas tenido se disipe.

-Ya sucedió, pero estaré más tranquila cuando esté casada con él.

-Ay no te preocupes, él no llevaría a su familia para algo que es un juego, además con alguien como tu papá no se juega.

-Si... ¿Eh? -Hubo un silencio del otro lado del teléfono unos segundos antes de que hablara Annie –Candy mi padre quiere hablar contigo.

-E-está bien.

-Buen día señora Candice, espero que se encuentre.

-Buen día señor, estoy bien, gracias por preguntar yo también espero que usted y su esposa estén bien.

-Nos encontramos satisfechos por el desempeño del joven Archie, como ya habrá recibido la carta de mi hija y con esta llamada, espero contar con su presencia ese día.

-No faltaré, se los prometo.

-Perfecto señora Candice, entonces le informo que mi esposa está interesada en un vestido para usted.

-Oh pero no hace falta...

-Insisto señora, será apropiado para usted.

Candy aceptó el regalo del matrimonio Britter y luego se despidió de Annie reafirmando otra vez su presencia en ese día.

-Si no fuera porque conozco al señor Britter, diría que lo toma con calma, pero sé que está emocionado porque pidan la mano de Annie, me alegró tanto por ella, no debería preocuparse porque el novio no le cumpla, por lo que me cuenta de él es muy dado a su palabra, estoy segura que ellos serán muy felices.

...

-Felicidades hijo mío, lamento que no pueda acompañarte.

-Yo lamento que no pueda ser aquí en Lakewwod para que nos acompañes, tía Elroy.

-Ni lo menciones, en mi estado no es apropiado que me vea un caballero de alta alcurnia como lo es el señor Britter, por favor no olviden venir a contarme cada detalle.

-No lo haremos.

La mujer sonrió recostándose mejor sobre las almohadas, los chicos como cada tarde leyeron libros para ella, haciéndole compañía y alegrándole para que se olvidara, aunque sea por momentos de su malestar, el tiempo de lectura o mejor dicho, el tiempo con sus sobrinos otra vez le prodigaba bienestar y no podía acabar esta visita sin una sonrisa, los muchachos pensaban marcharse al verla quieta pensando que se había quedado dormida. Dejaron los libros y caminaron de puntillas hacia la puerta.

-¿Y que ocurre en el siguiente capítulo?

Fue la señal para permanecer otro rato junto a su tía, así lo hicieron hasta llegada la hora de comer, los chicos de retiraron y Dorothy traía los alimentos de la señora.

-Hola tía -Entró Alphons a la habitación.

-Hasta que por fin te muestras, no te veo desde la mañana ni a Albert.

-Estábamos trabajando, Dorothy tomaré mis alimentos con la tía, seguramente los chicos van a querer acompañarnos si se sienten solos.

-Como usted diga, con su permiso -La chica de retiró y el joven se sentó en el sillón cercano a la cama.

-Así que estaba trabajando ¿Y dónde está tu hermano?, ¿No comerá?

El rubio emitió una risa que puso en alerta a la tía, seguía siendo amable pero delante de ella mostró lo que es una mueca que dice "Es lo más natural del mundo".

-Por supuesto que no, está atorado con una junta y después debe ir a ver a un nuevo cliente interesado, George le llevó algo rápido para comer porque sabía como él que a casa no regresa hasta la noche.

-¡Ya entendí Alphons! -Dijo con molestia.

Justo como dijo el tío Alphons, los chicos subieron a comer con ellos al ver que serían los únicos en la mesa, con su compañía Elroy la pasó encantadoramente, notando con especial atención como la mirada de su sobrino Archie había cambiado; se miraba ilusionado y eso contagiada hasta a Stear que aunque respeta el luto de su novia siente que no debe dejarla a ella recaer en ese hoyo de tristeza.

Son detalles que ella descubre y sabe que Alphons está al pendiente de ella, cuando terminaron los alimentos Archie y Stear quisieron dar un paseo a caballo, dejando a los adultos.

-Pido a Dios que me permita asistir a la boda de mis sobrinos, una boda doble sería ideal pero Paty no está en ánimos de algo así.

-Siempre sacaste fuerza para muchas cosas, hazlo de nuevo.

-Alphons… -Dijo su nombre en un suspiro bajo, su semblante decayó -ya no tengo tantas fuerzas y lo saben tú y Albert, en este punto me llega el cansancio de todo una vida, he vivido más que lo que vivió mi esposo o tu padre Francis, me canso pero con todo eso ver a los chicos me hace querer vivir más, es una tontería.

El joven a su lado no dijo nada, sólo miraba a la mujer con semblante bajo ahí en la cama.

-Cuando estaban los chicos me dijeron que estaban contentos de que su tío los vaya a acompañar, que no faltará a su palabra.

-Eso te alegrará, debiste ver el semblante tuyo esa Navidad que mi hermano no nos pudo acompañar por su trabajo, como mi padre y tú tía le enseñaron.

Elroy no dijo nada.

Flash Back

-Perfecto, ahora esperaremos a que Albert llegue para comenzar los villancicos.

La familia disfrutaba de su reunión navideña con comida, juegos y cantos, Elroy sentada en un sillón cercano a la chimenea esperaba por su sobrino mayor, cuando llegó Dorothy con George, verlo a él esperanzaba la llegada de su sobrino pero lo vio serio y con un regalo en las manos.

-William le desea una feliz Navidad a usted y a todos los demás, me ha pedido traerles obsequios.

Los demás quedaron sin palabras, Elroy quedó pasmada y el único sin impresionantes era Alphons que se sirvió más vino.

-Pero es navidad, debemos estar en familia en esta fecha tan importante -Estaba triste y molesta, los muchachos estaban preocupados volteando con Alphons pero él estaba más cómodo degustando su vino.

-Debió hablar con el padre de la señora Agatha en una junta extraordinaria, quedaron asuntos pendientes en la última junta.

-Pero ¿Cómo iba su propio suegro a solicitar una junta en esta fecha?

-Señora, él lo pidió y William aceptó sin problema.

Alphons dio señal a los músicos para que siguieran tocando, se acercó a George para darle la gracias y tomar el regalo de la tía Elroy, mandó traer los regalos y, en la privacidad de la cercanía dijo a la señora con una sonrisa al oído, colocando una mano en su hombro presionando suavemente.

-Es el deber de todo Andrew querida tía, lo que nos enseñaron desde niños ¿Lo olvidas? -Ella asintió con semblante triste -, además no podemos perder negociaciones con el señor Loyd Miller, pues creo que no porque mi hermano se casó con su única hija nos da algún privilegio sobre él.

-Alphons por favor… lo entiendo.

-Entonces saca fuerzas nuevamente, los chicos están preocupándose.

Encontró la mirada de sus sobrinos con decaimiento de que Albert no estará con ellos en esta especial fiesta.

-No se preocupen muchachos, el año que viene será con toda la familia, Albert no volverá a faltar, sigamos disfrutando de esta celebración.

Siguieron su consejo así como ella el de Alohons, al ver el ambiente de la fiesta volvía a subir, Elroy dejó salir un suspiro mientras la mano del joven rubio permanecía en su hombro.

-¿Satisfecho?

-No tía, más bien ¿Tú estás satisfecha? -Soltó con tono que sólo ella escucharía.

Fin del Flash Back

-Los chicos dicen que, si su tío está dispuesto a cumplir las normas para esta clase de momentos, es porque quiere que tengan un matrimonio tan feliz como el suyo con Agatha.

-Lo van a tener y estoy seguro que más feliz de lo que fue mi hermano, es entendible que ellos tengan esa impresión, jamás discutió con ella ni hubo algún contratiempo, un matrimonio muy estable.

-Si Alphons... ya sé a qué te refieres y sé que, a ti yo te...

-¿Sabes que es curioso, tía querida? -La interrumpió colocando su mano en la mejilla de la señora, haciendo que volteé hacia él, que le muestra una pequeña sonrisa –Que siendo tú la que fastidió mi vida en aquél entonces, ahora sea yo quien está más al pendiente de ti, es extraño ¿No te parece?, Debí suponerlo cuando luchaste para que dejara mis sueños por el afamado deber de los Andrew, algo me decía que iba a estar junto a ti en estos momentos, Albert no te lo va a decir y yo lo diré gentilmente, estamos felices de que Stear y Archie hayan escogido su destino, que el peso de nuestra familia no cayera sobre ellos, sobre todo porque estás con nosotros que pudiste ser tan insistente como en el pasado.

-Lo dices porque ahora estoy postrada en esta cama.

-No tía, es porque ya viste lo que se provoca con el modo que ustedes utilizaron en nosotros.

Presionó levemente los hombros de la señora, dándole en un beso en la frente, saliendo de la habitación, diciéndole ante de alejarse de la puerta.

-Siempre serás como una segunda madre para mí, descansa tía.

...

El nuevo cliente estuvo conforme con los términos y se veía de fiar, sin embargo, ahora sigue el papeleo, toma un pequeño descanso en el amplio sillón del estudio de esa casa, el dueño del hogar ha salido un momento para traer él personalmente el vino de su reserva especial, Albert lo espera cómodamente en su asiento, mirando sin mucho interés el estudio, contiene lo mismo que en otros estudios de señores que ha visitado; no obstante notó algo de lo que no se percató en todo ese rato, atrás del sillón donde descansa, está una ventana y en ella posa un florero rebosante de rosas amarillas luciendo hermosas a contra luz, si rostro deja lucir una sonrisa de ensoñación.

-Estoy seguro que este vino le encantará señor Andrew, es tan antiguo como mi abuelo -Entró el señor Joseph con una botella en la mano y dos copas.

-Le agradezco que comparta una reliquia familiar conmigo, por cierto... le sonará muy tonto, pero tiene unas rosas muy lindas.

-¿Eh?... ¿Ésas? -Apuntando a la ventana –Oh gracias, pero el mérito es de mi esposa, le gusta la botánica y cultivar las rosas es su especialidad, si nuestra alianza prospera prometo llevarlo al invernadero privado de mi esposa, a ella le gustará mucho enseñárselo, ahí plantó cientos de rosas.

-Gracias por su amabilidad, será un honor tener tal privilegio, a mí me gustan las rosas, me recuerdan tanto a una jovencita que conocí en el pasado.

-¿Se referirá a su señora esposa?

-No, otra jovencita, en fin, gracias por este vino.

No le había sido incomoda la reunión con el señor Joseph, pero esas rosas en la ventana le trajeron dulces memorias, las que le sacan una sonrisa, aunque después podrán sacarle un dolor.

-Esto me sucederá cada que vez una rosa amarilla, mi querida Candy.

Continuara...