Los servicios de emergencia arribaron al lugar, los bomberos apagaron el fuego resultado de la explosión y todo comenzó lentamente a volver a su ritmo normal.

Sus amigos ayudaban en lo que podían, alejando a civiles y apoyando a los policías; todos menos Hiro, quien se había congelado desde hace un par de minutos. Sostenía con fuerza la chamarra de Miguel y tenia su mirada clavada en ella, como si de pronto el moreno fuera a surgir de allí.

Miles de ideas cruzaban su mente pero ninguna era clara. ¿Que es lo que acababa de pasar?, Miguel no podía haber simplemente desaparecido.

-Hiro- Una suave voz murmuro a su lado, mientras posaban una delicada mano sobre su hombro. Honey le dedicaba una mirada de absoluta preocupación. Detrás de ella, Baymax y sus demás amigos se acercaban; por la mirada en sus rostros debía de verse muy mal.

-Tu dolor emocional es alto, recomiendo el apoyo de amigos para ayudarte-

Al oír la sugerencia del robot, apretó con mas fuerza la prenda que tenia entre sus manos. Sabia que sus amigos estaban igual de preocupados, pero no se sentía lo bastante fuerte para estar rodeado de gente, necesitaba estar solo, calmarse y pensar fríamente en lo ocurrido.

-Perdónenme- Susurro activando los propulsores de su traje y huyendo del lugar.

-¡Espera, Hiro!- Las voces de sus amigos lo alcanzaron, pero no se dio media vuelta, ya se disculparía después.

Pensó en ir a su casa pero no podía estar solo allí; ademas de que sus amigos lo encontrarían muy rápido, así que tal vez por impulso se dirigió al departamento de Miguel, estaba a tan solo unas calles y aunque no contara con las llaves no le seria difícil escabullirse por una ventana.

Efectivamente cuando llego, la ventana principal estaba entre abierta, cuando volviera a ver a Miguel lo regañaría por ser tan descuidado. Si podía volver a verlo...

Sacudió esos pensamientos de su mente, no podía darse por vencido tan pronto.

Se retiro su casco prácticamente aventandolo y respiro hondo. Debía calmarse, no debía dejarse llevar por sus emociones.

Se dispuso a analizar el hogar de Miguel para enfocarse en algo, había estado allí un par de veces, sabia que el joven no tenia muchas pertenencias pero nunca lo había analizado a fondo.

Varias partituras se encontraban repartidas por el suelo, un par de discos de artistas que no podía reconocer, todos parecían mexicanos, por lo menos los títulos estaban en español. También había ropa tirada por todas partes, al latino le hacia falta mas orden en su vida.

Al fondo junto a la cocina vislumbro varias cosas que llamaron su atención, la principal de ellas, una guitarra de un puro color blanco con decoraciones en negro, no era la guitarra que Miguel solía llevar normalmente, esta era mas vieja pero a la vez mas valiosa.

Al lado de ella, fruta, papel picado y varios racimos de flores de brillante color naranja. "Flores de cempasúchil" recordó. Su amigo se lo había mencionado una vez hacia ya tiempo. ¿Como es que las había conseguido tan lejos de su hogar? No sabia, pero de seguro había gastado bastante dinero en ellas.

"Son el puente entre nuestro mundo y el mundo espiritual, periten a los muertos regresar a este lado y viceversa" ¿Por qué recordaba ahora esa parte de la conversacion?

Cerca de las flores había un par de retratos, la foto mas reciente mostraba a una dulce ancianita, sus trenzas plateadas cayendo por sus hombros, la otra parecía mas antigua, aun en blanco y negro, un matrimonio joven con la pequeña niña a su lado; El hombre portaba un traje de mariachi y, allí estaba, la misma guitarra que ahora tenia a solo unos pasos.

Miguel se había estado preparando para colocar su altar de día de muertos, altar al que lo había invitado a participar, a colocar la foto de Tadashi...

El recuerdo de su hermano le provoco una nueva punzada de dolor, era lo que menos quería en ese momento, ya lo había perdido a el, no quería perder a Miguel quien se estaba convirtiendo en alguien tan importante en su vida. Ni si quiera sabia como definir su relación con el moreno, eran amigos, si, pero de alguna manera esa palabra no le bastaba para definir lo que sentía por el; Muy en el fondo conocía la verdad, sabia muy bien cuales eran sus sentimientos pero no estaba listo para admitirlos, hasta ahora.

Hasta ese momento que creía haberlo perdido para siempre.

Volvió a posar su vista en la chamarra de Miguel, podía sentir las lagrimas queriendo escapar de sus ojos. No supo porque lo hizo, probablemente fue un intento desesperado, pero miro las fotografías de los familiares del moreno y deposito en ellos su ultima esperanza.

-Yo... yo no creo en este tipo de cosas, no creo que los muertos puedan regresar, aunque sea solo una noche al año-

Las lagrimas ya resbalaban lentamente por sus mejillas, su voz comenzaba a entrecortarse al hablar.

-Pero si de verdad están allí, si pueden oírme, necesito encontrar a Miguel, no esta muerto, no puede.

Se tapo el rostro con la chamarra roja y dejo salir todo su llanto, al hacer esto, no notó como los pétalos de las cempasúchil comenzaron a brillar, poco a poco de manera mas intensa, hasta que la luz invadió toda la habitación.

Miguel despertó con un horrible dolor de cabeza, lo ultimo que recordaba era haberse encomendado a todos los santos que conocía y con toda su valentía (o estupidez) había mordido a su captor. Después de eso el sonido de una explosión y nada mas.

Abrió los ojos lentamente mientras sus pupilas se acostumbraban a la luz. Se encontraba como en una especie de colina que no reconocía.

Cuando su vista al fin se ajusto, casi ahoga un grito. Si reconocía el lugar, solo que lo estaba viendo desde lo alto. Los colores brillantes, la música vibrante, el ambiente festivo; se encontraba en la tierra de los muertos.

-¡Ay madrecita! ahora si me morí- Menciono estupefacto.

-No, no estas muerto-

Aquella voz lo hizo voltear de inmediato. No sabia a quien le pertenecia y le costo trabajo reconocer a la persona delante suyo. Bueno, no es que fuera sencillo reconocer a alguien en la tierra de los muertos, teniendo todos aspecto de calavera.

Sin embargo, le resultaba familiar, sabia que lo había visto en algún lado.

-Mucho gusto Miguel, soy Tadashi, Tadashi Hamada.