El plan falló. Era inevitable, se diseñó con un margen de error demasiado pequeño para el giro de la situación.

Byakugan! ¡Rápido, están a medio kilómetro frente a nosotros!

Había pocos shinobi en La Aldea escondida entre las hojas: Jounin en misiones de espionaje y equipos completos cumpliendo con misiones de todo tipo de rango para recuperar la economía. Casi nadie vigilaba la aldea.

-¡No les quites los ojos de encima!, necesitamos saber quiénes son esos tipos, dejaron papeles bomba por todos lados allá atrás. Obviamente no querían ser encarados.

Sin embargo era una misión de reconocimiento simple. Un chunin y una genin eran suficientes.

-¡Se detuvieron y tratan de esconderse! Hay que ir más rápido para alcanzarlos. Utilizaré mi Byakugan para rastrearlos.

-No, no gastes chakra, haremos lo mismo, tengo el presentimiento de que ni siquiera saben por qué están huyendo… de hecho, ni siquiera estoy seguro de por qué los perseguimos nosotros. Qué molesto.