Disclaimer: Los personajes no son míos, la historia pues sí.

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No le cabía en la cabeza como es que había sido tan estúpida. No entendía cómo había permitido que esa idiotez le pasara a ella. ¡A ella!

Porque Michelle Jones A.K.A MJ era demasiado fría, demasiado joven para aquello, llevaba quince años evitándolo y de repente aparecía Peter Parker. Y con él ese asqueroso, repulsivo, tan… mundano, sentimiento.

Con Peter llegó el amor.

¿A quién engañaba?, Peter formaba parte de su vida desde el jardín de infantes, por supuesto que sí, existían cuadros de las graduaciones que lo demostraban.

Un adorable niño blanco con unas enormes y apretables mejillas sonrosadas parado detrás de ella, siempre detrás de ella. Entonces, si lo conocía desde que aprendieron a recortar juntos, ¿qué cojones había llamado tanto su atención?

¿La forma desgarbada con la que caminaba? ¿el indomable cabello marrón? ¿sus preciosos ojos color chocolate? ¿la forma tan amable, tan humilde, tan sencilla de ser? ¿su inigualable inteligencia?

"Basta" se dijo, si seguía por ese camino, jamás terminaría por describir al muchacho.

Tampoco iba a negar que la adolescencia, de forma inesperada e increíble, le cayó como un regalo del cielo a Peter. No, claro que no.

De un día a otro comenzó a cambiar.

Su caminar saltó de lo desgarbado a lo… ¿gracioso?, sí, eso era, discreto, elegante, sin hacer ruido, el cabello marrón había sido domado por un poco de gomina que le deba un aspecto más luminoso, los ojos, preciosos, no cambiaron de color ni nada por el estilo, pero brillaban más, la piel se hizo más pálida de lo normal, dándole a sus mejillas un tono rosado, más sano.

Era, sin duda alguna, muy guapo. Aunque, claro, típico de los chicos guapos, él iba por la vida cómo si no lo supiera.

Escuchaba a muchas compañeras de clase hablar sobre él.


─ Si no fuera tan nerd, quizá y solo quizá, hablaría con Peter.

─ Es demasiado guapo, ojalá dejara a su pomposo amigo y se relacionara con las personas adecuadas.

─ Si fuera un poco más mayor, bueno, sería otra cosa.


Tampoco era cómo si Michelle se quedara callada.


─ Si no fuera tan nerd, quizá y solo quizá, hablaría con Peter.

─ Puede que ser nerd sea, quizá y solo quizá, la razón por la que no te voltea ni a ver.

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─ Es demasiado guapo, ojalá dejara a su pomposo amigo y se relacionara con las personas adecuadas.

─ En caso que tuvieras una oportunidad, si él te escuchara hablar así de su amigo pomposo, bueno, digamos que esa oportunidad se iría por el caño.

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─ Si fuera un poco más mayor, bueno, sería otra cosa.

─ Tampoco es que tu rebases los quince.


Ah, la cara de vergüenza y enfado que ponían, eso, se decía Michelle, era disfrutar de los placeres mundanos.

Sabía lo que enamorarse conllevaba, ¿qué tal que Peter se enamoraba también y no de ella precisamente?

Michelle estaba preparada.


Liz Toomes.

Guapa, de buena figura, birracial, amable, inteligente…

¡Oh, vamos!

Michelle era guapa, pero era de esas guapas que lucen bien con un aspecto… desaliñado, tenía buena figura... de acuerdo, era delgada, ¡mucho más que Liz!, pero eso no tenía importancia alguna, también era birracial, al igual que Toomes, uno de sus padres era blanco, era inteligente, ¡muchísimo más que Liz!, y era amable… bien, aceptaba que no se metía con nadie.

Podía comprender que Peter se hubiera enamorado de ella, y aunque se había preparado para algo como eso, tampoco significaba que no se sintiera un pelín, ¡un pelín!, celosa.

También la actitud de Peter había cambiado, desapareciendo, yendo y viniendo con Tony Stark.

Después que el padre de Liz fuese arrestado por ser un criminal, y que ella se mudara, esa parte humana, la más frívola y despiadada de la que nadie carece, se alegró que Peter no se pusiera triste.

Volvía a ser el de siempre. Amable, inteligente, guapo, el amor de su…

¡De su adolescencia!

Eran más unidos que antes, él y Nerd... Ned, se sentaban con ella.


─ ¿Podemos sentarnos, MJ? ─preguntó Ned, aunque se sentó a su lado sin esperar respuesta. Peter tomó asiento delante ella.

─ Pónganse cómodos─ masculló en respuesta, aunque en su fuero interno brincaba por tener a Peter cerca.

─ Déjala en paz, Ned─ le lanzó una papa frita a su amigo, y después se dirigió a ella─. ¿Matar a un ruiseñor? ¿otra vez?

─ ¿A qué te refieres? ─Michelle no despegó sus ojos del libro, no quería mirarlo.

─ Lo leíste desde la primaria, sip, lo recuerdo bien.

Michelle pestañeó, sorprendida. ¿Cómo puñetas se acordaba de algo así?

─ ¿Cómo lo sabes?

─ Lo leíste todo un mes, sospecho que te gustó tanto que lo relees ¿no? ─lo decía tan sencillo, como si hablase del clima.

Lo había notado, se fijaba en ella.

─ Ahora tú déjala en paz, Peter.

─ No estoy diciendo nada malo.

Por un momento todo fue lento, cómo en esas películas idiotas que su padre bohemio miraba, y pasó una serie de imágenes de Peter transmitiéndose delante de sus ojos. Un flash de su boca al momento de dejar nacer una sonrisa, otro de los ojos marrones batiendo sus largas pestañas, uno más de sus manos grandes jugando con una manzana perfecta, y el ultimo, gracias a un rayo del sol, de sus mejillas y los vellitos cortos que las adornaban.

─ ¿MJ? ─ la voz de Ned la trajo de vuelta al presente.

─ Perdona Ned, no te escuché, ¿qué dijiste?

─ ¿Pasa algo, MJ? ─preguntó Peter, antes de que Ned comenzara a hablar de nuevo.

─ Solo que me nació una nueva idea, para escribir, ya sabes, mi poesía.

Peter asintió, pero seguía mirándola, supuso que volver a leer sería grosero, entonces recordó a Ned.

─ ¿Qué me decías, Ned?

─ Nada en realidad, estaba por decirte que tienes un enamorado.

Michelle abrió grande los ojos y se giró hacia Peter por inercia, pero este miraba a Ned con los ojos entrecerrados.

─ ¿Quién?

─ Uno de tus chicos del Decathlon.

─ Solo hay cinco chicos en el Decathlon, Peter y tu no cuentan─ comenzó a enumerar─, descarto a Flash de inmediato, obviamente, lo que me lleva a Abraham y a Charles, pero a Abraham parece gustarle la falda de Cindy desde febrero, lo que deja a… Charlie.

─ No está tan mal, pudo ser peor, Flash por ejemplo─ dijo Ned, al mismo tiempo que Peter preguntaba─ ¿Por qué Ned y yo no contamos?

─ No me ofendas Peter, son mis amigos.

─ Amigos, claro─ el teléfono de Peter sonó y él se apresuró a revisarlo─. La caballería llama, nos vemos.

Se puso de pie con brusquedad al tiempo que Ned comenzaba a hablar de nuevo.

─ De buena fuente sé que te va a pedir que salgas con él, no seas mala y sal con Charlie.

Charlie.

No era feo, y también era muy listo, pero tenía la boca de un camionero, de un camionero rico ya que decía las palabrotas con tanta elegancia que la mayor parte del tiempo pasaban desapercibidas.

Charlie podría ayudarla con el tema de Peter.

─ Supongo que no tengo por qué decir que no─ Ned aplaudió─, pero como me diga una palabrota, me veré en la penosa necesidad de patearle donde no le da el sol.

─ No te preocupes por eso, Peter encantado lo haría por ti─ Michelle quiso preguntar a qué se refería, pero Ned cambió de tema tan rápido que no le dió tiempo.

Mientras Ned parloteaba de dios sabe qué, Michelle sólo pensaba en una vía de escape. Como por obra divina, Charlie, con un montón de libros bajo el brazo y lanzando blasfemias a diestra y siniestra a Abraham y a Flash, apareció en su campo de visión.

Y ahí entraba su lado humano, el estúpido y frívolo que la empujó a tomar esa decisión sin darse cuenta.

Quizá Charlie podía ser personal código Verónica.


Volví, quise publicar antes, pero por cuestiones mundanas no pude. Otra historia del mundo de Peter.

¿Soy la única persona que notó cómo Michelle miraba a Peter? ¿No? Háganmelo saber.

Saludo mis estimados.

Entonces… ¿review? ¿No? Ok.