Capítulo anterior ~
- Bien hemos terminado el primer libro - el Dios del sol lo cerró y en ese instante en la parte de afuera se pudo divisar una luz Blanca todos vieron hacia ahí con excepción de Nico, Poseidón, Afrodita y Apolo.
- ¿Dónde está mi hija? - pregunto Atenea desconcertada había estado tan concentrada en sus planes y en la lectura que no la había visto irse, los demás estaban igual de desconcertados que ella.
- ¿Y Percy? - pregunto Thalia viendo que ninguno de los dos estaba en la sala un pequeño momento de Caos se vivió, Reyna tenia una sonrisa triste y vio a Nico el parecía tranquilo ella supuso que el hijo de Hades ya sabía de esto.
Fin del capítulo anterior ~
Todos comenzaron a ver para todas partes buscando a sus amigos con preocupación, excepto algunos, como Poseidón que solo veía triste a la puerta, sus hijos aún presentes le veían a él, Perseo veía a los otros héroes y luego a sus nuevos hermanos no entendía que pasaba.
- Nico ¿tu sabes que pasó con ellos? - pregunto Will a su lado en voz baja pues el parecía muy tranquilo ante esta desaparición y el hijo de Hades asintió.
- Ellos regresaron a su tiempo, solo vinieron a hacer compañía- respondió en un murmullo puede que el pareciera tranquilo ante esto pero la verdad es que no ver al hijo de Poseidón ahí lo tenía mal.
- Ya lo sabías de antes ¿verdad? - dijo Thalia acercándose a Nico todas las miradas cayeron sobre él, este suspiro y asintió.
- Me hizo jurar por el estigio que no se los diría... ahora me imagino que ya puedo decirlo - respondío a la Teniente de Artemisa, ella mordió su labio inferior.
- Sesos de Alga - o ahora estaba molesta con su primo siempre hacia cosas así y solo los dejaba más preocupados.
- Solo se ha ido no es como que este muerto - refutó Zeus bastante feliz de no ver a ese mocoso ahí pues había vencido a sus hijos los grandes hijos del rey.
- ¡Callate Zeus! - le dio una mirada envenenada el Dios de los mares suficiente tenia con que su hijo ya no esté ahí como para que venga su querido hermano a meter más leña.
- ¡Yo soy el rey! ¡no me puedes mandar a callar! - replicó viendo a su hermano.
- Pues que mala elección de rey hicimos- dijo Hades en voz lo suficientemente alta para que le oigan y ahora Zeus le miraba a él.
- ¡Tú cállate! ni siquiera eres un olímpico para opinar en este consejo - bramó el rey de los cielos, mientras los semidioses estaban enojandose cada vez más con el dichoso rey.
- ¡Callate tú Zeus!, Hades puede opinar lo que quiera porque es tu hermano y solo dice la verdad - saltó Demeter en defensa del Dios del inframundo.
- No le grites a nuestro rey ¡Loca del cereal! - salió en defensa de Zeus, Hera y así comenzó una rencilla entre ellos llegando al punto que plantas rayos, truenos, plumas de pavo Real y sombras comenzaron a salir por todas partes, Ares se unió a la pelea junto con Afrodita y Hefestos para defender a Hades y a Demeter, Ariadna y Dioniso estaban viendo por los hijos de este y por el hijo de Iris, Perséfone aunque no sabía porque, vigilaba a los hijos de su señor esposo para que no salgan lastimados.
Los semidioses se comenzaron a agrupar poniendo a los más jóvenes en el centro esto hicieron los griegos, los romanos imitaron la acción y sacaron sus espadas, arcos y lanzas atacando a todo lo que se le acercara, Octavian como buen probatio se quedo en el centro con los más pequeños siendo protegido por todos.
- ¡Hagan silencio! - grito Poseidón haciendo que la tierra bajo sus pies tiemble, de paso hizo caer a Zeus que se había levantado y estaba atacando a Hades y cayó contra el piso (N/A: bien hecho :) ) - ¡Mi hijo se fue y ya está! déjense de pelear - todos guardaron silencio- Ponemos mal a Hestia con estas tonterías- señaló que ella estaba en brazos de Apolo que la estaba atendiendo, mientras Artemisa sus cazadoras y el Dios de los ladrones estaban alrededor de los mestizos evitando los ataques más dañinos.
Ahora con la paz y el silencio que reinaba se pudo escuchar un bramido en la parte de afuera de la sala y un nuevo as de luz que se esparció ahí, todos salieron corriendo a ver que era aquello, cuando salieron los mestizos griegos se quedaron sin aliento no daban crédito a lo que veían sus ojos.
- Creímos necesario que este mestizo esté con ustedes, después de todo el es protagonista de esta historia y tiene que aprender de los errores que puede llegar a cometer con el camino que está eligiendo - hablaron al unísono tres ancianas delante de ellas habían un chico y una chica rubios, inconsciente tirados en el piso, después simplemente desaparecieron.
El chico tenia una marca en el rostro del lado derecho que casi le llegaba al labio, era fácil identificarle para los griegos y para todo aquel que prestó atención al libro anterior, este era el hijo de Hermes, Luke Castellan.
La chica estaba toda sucia con la ropa rasgada algo quemada y mojada en su tobillo tenia atado un envoltorio de burbujas atado con unos hilos y unos trozos de madera, se la veía bastante delgada y demacrada.
Thalia fue la primera en reaccionar y corrió hacia su amiga mientras las destinos desaparecían en un nuevo as de luz - Señor Apolo por favor - suplico la teniente de Artemisa levantando un poco a su amiga.
- si si ya me encargo de ellos - Apolo toco el hombro de Thalia que sostenía a la chica rubia y tomó el hombro de Luke desapareciendo con ellos.
Atenea también desapareció en una ráfaga de viento plateada yendo a su templo tenía cosas que pensar después de ver llegar a su hija en ese estado porque estaba segura de que era ella.
Un nuevo as de luz apareció en el lugar cegando a todos por un instante para luego dejar en ese lugar a una chica de cabello largo negro en una trenza, llevaba ropa negra y un cinturón dorado que la aseguraba como la líder de las Amazonas, era muy parecida a Reyna, junto a ella apareció también una mujer que vestía una túnica griega y una extraña diadema en la cabeza que parecían dos pinzas de cangrejo estaba tomada de la mano de un chico de cabello negro largo agarrado en una coleta de caballo, bronceado y de ojos verde mar.
Algunos de los que estaban viendo la llegada de los nuevos seguían mirando para todos lados, buscando a cierto hijo de Poseidón pero al ver que no habría nadie más comenzaron a perder las esperanzas, los del Argo II fueron los primeros en correr hacia el templo de Apolo sin tomar en cuenta a los nuevos.
- Preséntate- dijo Zeus a la recién llegada, esta dedicó una mirada a todo el lugar topandose con una mirada muy conocida para ella luego se fijó en los dioses se acercó a Artemisa he hizo una reverencia y luego a Ares una pequeña inclinación con la cabeza, mientras el rey se ponía rojo de enojo porque no le estaba mostrando respeto.
- Mi nombre es Hylla Avilés Ramirez Arellano, reina de las Amazonas y la doble matadora- dijo ella levantando el mentón con orgullo, Ares y Artemisa la veían con aprobación, la una porque apoyaba a su grupo y el otro porque aunque no quisieran admitirlo era el Dios que veneraban.
Ante esta presentación más de uno de los héroes antiguos hizo una mueca en especial los hijos de Poseidón y este les veía entre divertido y preocupado más que nada a Teseo.
- Querido esposo ¿es verdad lo que han dicho las moiras? - dijo la mujer con cangrejos en la cabeza dirigiéndose a Poseidón.
- Anfitrite querida - trató de sonreír imaginaba que las moiras le habían explicado el asunto de los libros y aunque ella no era como Hera y Perséfone con respecto a esto de sus hijos semidioses, sabía que la idea tampoco le agradaba totalmente - Si lo dices por leer acerca de los libros del futuro si es cierto - comento él mientras ella solo resoplo.
- Otro hijo - mascullo el joven de cabellos largos, haciendo que ahora los héroes del pasado reparen en él.
- ¡Triiii! ¡ Hermano mío! - grito Teseo corriendo a abrazarlo y siendo detenido por su mano, los otros dos hijos de Poseidón solo suspiraban por la escena.
- Pensé que nunca más te vería de nuevo - mascullo Tritón aún deteniendolo con su mano estirada aunque el se soltaba y después corría hacia el otro lado e intentaba abrazarlo por el otro lado pero lo detenía con su otra mano.
- Tritón- saludó Orión tomando por los hombros a Teseo - Yo te lo saco de encima - lo colocó del otro lado.
- Orión a ti si que quería verte - saludo más amable al semigigante aunque ahora no se veía tan imponente como antes se veía más humano suponía que era algo de las moiras.
- Hola Tritón- saludo fríamente Belerofonte el encuentro de estos dos nunca había sido bueno, especialmente porque Tritón siempre resalta lo torpe que es él.
- ¡Ah! el torpe - mascullo el hijo inmortal de Poseidón viendo a su otro medio hermano este solo suspiro igual que su padre.
- Tritón- advirtió el Dios de los mares y su hijo solo lo miró un instante para después ponerse a lado de su madre que veía a los otros hijos de su señor marido.
- ¡Oh vaya! eso también era cierto- exclamó con falsa sorpresa la consorte de Poseidón el Dios solo suspiro no es que no le alegrara que este aquí su esposa inmortal y su hijo pero extrañaba ya a su otro hijo.
Nico estaba apretando la mano del hijo de Apolo desde que llegaron los nuevos invitados, sin permitir que este vaya hacia el templo de su padre a ayudarlo con los que llegaron inconscientes.
- Nico quiero ir con mi padre - le susurró al hijo de Hades este simplemente no se inmutaba lo sacudió un poco para que reaccione el volteo a verlo y pudo ver en la mirada del chico dolor y tristeza - Esta bien - lo abrazo por los hombros.
- El es un idiota muy grande - susurró el hijo de Hades sin devolver el abrazo se sentia devastado sabía que debía estar feliz por la llegada de Annabeth porque sí la rubia era la hija de Atenea, estaba casi como cuando la vio caer por aquel agujero bueno ahora estaba más delgada más sucia, pero vino sola, ¡estaba sola!.
- Ya vendrá Nico - trataba de darle ánimos el rubio aunque sonaba más a que se estaba dando ánimos a él mismo, pues también extrañaba al hijo de Poseidón no eran los únicos los demás se habían quedado también ahí parados como esperando que aparezca otro as de luz y se los traiga, los hermanos de la rubia por otra parte ya habían salido para el templo del Dios del sol a ver como estaba ella.
- No vino con ella- comenzó a sollozar Katie, Travis la abrazó por los hombros - Esta solo Travis, esta solo - el la apretó contra su pecho tratando de contener su propio llanto, más allá otros más comenzaron a hacer lo mismo algunos resistían más que otros pero la verdad es que ninguno soportaba la idea de que él no haya venido.
- Lo voy a golpear mucho cuando venga - prometió la hija de Ares pasando sus manos por el rostro evitando que se vean las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
- Si todos los golpearemos - le susurró Chris mientras la abrazaba ella asintió y devolvió el abrazo.
- Reyna - dijo Hylla acercándose a su hermana que también se había quedado ahí de pie como el resto mirando a la nada donde antes estuvieron los que llegaron inconscientes- Reyna ¿me escuchas? - la tomo por los hombros.
- Si te escucho - su expresión no mostraba sentimiento alguno pero su hermana sabia que esta se encontraba mal por alguna razón.
- ¿Estás bien? - pregunto con cautela revisando el rostro de su hermana esta solo asintió pero en ningún momento la miró seguía mirando ahí esperando pero luego solo suspiro y vio por fin a su hermana.
- De lo mejor - logró decir - ¿Te explicaron todo las moiras? - su hermana asintió.
- Si lo hicieron ¿puedo preguntarte algo? - la otra asintió- ¿Dónde está el chico Jackson? - Reyna se tensó ligeramente y en ese instante Hylla supo que había hecho una mala pregunta.
- No lo sé y no está aquí- fue todo lo que la pretora contestó y a Hylla le basto para saber que eso era lo que tenia mal a su pequeña hermana, vio a su al rededor y supuso que no era la única que estaba así, pues se veían muchos rostros afligidos, luego Reyna se dio media vuelta y fue con los romanos, puede que la hija de Belona haya decidido dejar de intentar algo con el hijo de Poseidón pero eso no le quitaba el hecho de que ella aún sentía gran aprecio por él.
Mientras tanto donde Apolo el Dios estaba trabajando a puerta cerrada con Annabeth pues fue la que llegó en peor estado, porque el hijo de Hermes solo había quedado inconsciente debido al viaje que habían hecho así que él ya estaba despierto y sentado justo en frente de la teniente de Artemisa, él no se podía creer que la tenia ahí justo ahí, la última vez que la vio era un árbol.
¿Como es que estás aquí? pensaba Luke viéndola ahí sentada con su crajc a la espalda y su tiara que la coronaba como cazadora de Artemisa, el estaba teniendo un mal día antes de ser traído ahí, había estado hablando con su señor Cronos sobre los planes de robar el Rayo maestro, el yelmo de la oscuridad y el tridente, para asegurar la guerra entre los tres grandes dioses y habían discutido sobre la manera de hacerlo, Luke no estaba de acuerdo con llevarse el yelmo o el tridente, pues pensaba que con uno de ellos bastaba así que su señor estaba indignado con que le lleve la contraria y lo estaba torturando con pesadillas y ahora estaba aquí sentado con la chica que consideraba un árbol, justo delante de sus ojos.
Ella ni siquiera lo estaba viendo, estaba más preocupada por su amiga que llegó muy mal y Apolo la estaba atendiendo, bueno la verdad es que prefería no mirarlo pues la última vez que lo vio nada había ido bien, ella aún tenía sentimientos encontrados por él, lo odiaba por todo lo que había hecho a Annabeth, a ella, al campamento, pero por otro lado, aún le quería, después de todo había sido su amigo durante años, el fue su compañero de batalla con él enfrentó muchas cosas, no sabía que pensar o sentir exactamente.
- ¿Como está Annabeth? - pregunto Jason llegando junto a su hermana, ella alzó la mirada tenia los ojos tristes a punto de llorar, el hizo algo que a Luke le sorprendió, la abrazó como si se conocieran.
El rubio estaba alucinado porque su amiga devolvió el abrazo, el conocía a Thalia de años y muy pocas veces la había visto así de frágil, ella no solía mostrarse así ante nadie ni siquiera ante él, como es que se permitía hacerlo con este chico ¿sería su novio? después vio entrar a más chicos que se pusieron a lado de ella.
- Todo va a salir bien - decía una chica de cabello chocolate y ojos de arcoíris que Luke no sabía quién era pero vio que Thalia le daba una pequeña sonrisa, mientras que a él pues ni lo había volteado a ver en todo lo que llevaban ahí.
- Lo sé Piper gracias - susurró la teniente de Artemisa, una vez que se soltó del abrazo del chico rubio, Luke pudo sentir algunas miradas sobre él se fijo que eran de un chico grande y asiático a lado de él había una chica morena menuda y pequeña con cabellos crespos y tocando ahora el hombro del rubio estaba un chico latino de cabellos crespos con una sonrisa que el reconocía pues se parecía a la de sus hermanos y el mismo.
- ¡Todo estará bien princesa! ¡Leo sexy Valdez te lo asegura! - se golpeó el pecho mientras hablaba y Thalia le envió una de esas miradas que dejarían a más de uno temblando pero el chico ni se inmutó, el tenia que actuar alegre y no pensar en que la hija de Atenea había llegado sin él, que el dúo estaba separado.
- No le digas así a mi hermana Leo- espeto el rubio, tratando de no pensar en todo lo que pasaba a su alrededor y bueno Luke no entendió nada, ¿Su hermano? fue la pregunta que pasó por su cabeza en ese instante viendo al chico de arriba abajo, pero su pensamiento fue interrumpido por la puerta que se abrió en ese momento.
- Ella estará bien - anuncio el Dios del sol saliendo de la habitación - Solo necesita descansar - terminó por decir y más de uno dio un suspiro aliviado.
- ¿Como esta Annabeth? - llego corriendo un chico rubio que Luke si reconoció era Malcom Pace el hermano de Annabeth pero estaba más grande de lo que recordaba y al igual que los demás ni siquiera le prestó atención, pero en su rostro podía ver la preocupación y las ganas de llorar que tenia.
- Lo acabo de decir ella solo necesita descansar - explico el Dios el chico suspiro aliviado y sus hermanos que venían detrás de él hicieron lo mismo al escuchar esto - Ahora iré a avisar a Atenea, Thalia querida si quieres puedes entrar pero no hagas demasiado ruido - la chica asintió y el chasqueó los dedos desapareciendo en ese instante, Luke quería decir que el también quería entrar a verla pero se contuvo recordando a las voces decir que todos los demás venían de un futuro donde él hizo cosas a favor de Cronos y que debía ver porque no era bueno esto.
Así que supuso acertadamente que no sería bueno pedir esto, Thalia se levantó y entró donde estaba Annabeth, pero antes le dedicó la primera mirada desde que llegó ahí una de profundo odio y dolor, los demás una vez que ella se fue le dedicaron también una breve mirada en especial Jason él era quien más reconocía al chico por la foto de la cabaña de Zeus.
- Será mejor que las dejemos en paz - propuso el chico asiático- No creo que tu hermana quiera separarse de ella Jason, sería mejor ir y traerle comida - el rubio asintió y le dedico una mirada a Luke antes de caminar a la puerta con el chico asiático una mirada que supo reconocer como rencor ¿Por qué alguien que no le conoce le tendría rencor?.
- Si chicos lo mejor será que vayamos a comer - asintio Malcom - Además Apolo ya lo ha dicho ella esta bien y solo a Thalia la ha dejado entrar no tenemos nada más que hacer aquí- apresuro a sacar a todos sus hermanos de ahí pero antes le dedicó una mirada de odio a Luke, lo cual no le sorprendió pues después de todo según había hecho daño a los del campamento o eso le dijeron las moiras.
Se quedó ahí sentado mirando la puerta aún no se creía que ahí dentro estaban Thalia y Annabeth y que probablemente las dos le odiaban.
El Dios del sol llegó hasta el templo de la diosa de la sabiduría, esta estaba caminando de un lado a otro en su gran biblioteca pensando en los recién llegados, en especial en la chica rubia pues nadie le había querido decir pero ella había deducido que era su hija la de la lectura pero ahora con dieciséis años y había llegado en un estado deplorable.
- Nea - llamó el Dios del sol, haciendo que ella de un respingo, pues estaba muy metida en sus pensamientos, el Dios se permitió reír un momento pues la verdad le dolía que aquel chico azabache no esté más con ellos.
- Apolo no me des esos sustos - regaño la diosa mirando mal al Dios el sonrio travieso pero ella recien notó que no lo hacía como siempre.
- Solo venía a decirte que la chica está bien y que al parecer efectivamente es la que te faltaba - termino por decir el Dios, ella suspiró aliviada pero no pudo dejar de notar el semblante triste del Dios del sol.
- ¿Te encuentras bien Apolo? - pregunto ella viendo detenidamente al Dios este solo sonrió pero no con su resplandor de siempre no llegaba a iluminar la habitación ni cegarla.
- Estoy perfecto Nea ¡yo siempre lo estoy! - le guiño un ojo mientras sonreía para luego desaparecer, ella se quedó mirando por un instante el lugar donde estaba el Dios, luego sacudió la cabeza y decidió no preocuparse por ello.
En el comedor a pesar de que estaba lleno de campistas y dioses solo se escuchaba el ruido de las cucharas contra los platos nadie hablaba, reía, o hacía algo que no fuera comer u observar su plato, como lo hacía el hijo de Hades, bajo la atenta mirada de su padre y el hijo de Apolo.
- Vamos Nico tienes que comer algo - decía el rubio al azabache pero este simplemente solo movía la cuchara revolviendo la ensalada sin llevarse nada a la boca, el rubio solo suspiro, como podía seguir pidiéndole que coma cuando ni el mismo lo estaba haciendo, más bien nadie en la mesa lo hacía, apenas y habían probado bocado.
- Iré a ver a Thalia - se puso de pie Jason y se retiró de ahí sin decir nada más los demás solo lo miraron un instante y después volvieron a ver sus platos.
Cuando el hijo de Júpiter llegó al templo de Apolo se topó con el hijo de Hermes que aún estaba ahí sentado sin decir o hacer nada, solo miraba la puerta de la habitación donde estaban Thalia y Annabeth, Jason quiso decirle muchas cosas pero sabía que no le correspondía eso era cosa de su hermana, toco suavemente la puerta.
- ¿Quién es? - pregunto desde adentro Thalia esto hizo suponer a Jason que el otro rubio ya había intentado tocar y entrar a la habitación, en lo cual no estaba equivocado.
- Yo Jason - respondió el chico rubio y después se escuchó el click del seguro de la puerta y posterior el ruido de la chapa abriéndose y dejando ver a una Thalia un tanto llorosa - ¿Como sigue? -
- Aún dormida como la dejó Apolo- respondió ella solo mirando a su hermano, el hijo de Hermes miraba el piso.
- ¿Vas a comer algo? - pregunto bastante dubitativo Jason viendo a su hermana.
- ¿Tu comiste algo? - ella estudiaba el rostro de su hermano este suspiro y nego con la cabeza - Pues yo estaré igual hasta que despierte - el rubio asintió el sabia perfectamente que su hermana y la hija de Atenea eran prácticamente hermanas.
- ¿Quieres que haga algo por ti? - cuestiono el viéndola a esos ojos tan iguales a los suyos.
- Avísale a mi señora que estaré aquí hasta que ella despierte - el rubio asintió y ella volvió a cerrar la puerta, eso solo le aseguro a Luke que en verdad ella se había convertido en una cazadora, al principio no se lo quería creer porque en su momento ella las había rechazado.
Jason salió del templo esta vez sin mirar al otro rubio y se encaminó al templo de Artemisa para dar el aviso que le había pedido su hermana, Hestia por otra parte podía sentir como los campistas sentían divido su hogar entre la felicidad y la tristeza, Afrodita los veía con preocupación en especial a los del Argo II, ellos eran los que más sentimientos encontrados tenían sumando con ello los sentimientos de culpa, la diosa no sabia porque se culpaban tanto, había intentado hablarlo con su hija pero ella simplemente evadia el tema con un no puedo hacer spoiler y sonriendo.
Zeus pues el estaba indignado la reina de las Amazonas no le había mostrado respeto y ahora se encontraba sentada con las cazadoras, conversando muy amenamente y vigilando a la pretora de los romanos, Hera estaba cansada y hastiada de tanto rollo sentimental ninguno de los que estaban aquí entendía que debían respeto a su marido y a ella por ser los reyes, simplemente los estaban ignorando eso no lo podía permitir.
Hefestos por otra parte veía con preocupación a su hijo Leo pues este no tenia brillo en los ojos como cuando construía cosas hace algunos días, Hermes era otro que había perdido este brillo y solo veía hacia el templo de su medio hermano Apolo, sabía que su hijo estaba ahí y que le odiaba quería saber porque pero a la vez no quería.
Apolo llegó al comedor en un resplandor dorado sonriendo como según el sabe hacer y se acercó a abrazar a sus hijos, Artemisa pudo notar la tristeza que embargaba a su hermano y que se intentaba quitar abrazando a sus hijos.
- La chica está bien, con unas horas de descanso ella estará perfecta- anuncio él Dios del sol y muchos asintieron sin muchos ánimos al Dios.
Poseidón solo miraba a sus demás hijos con tristeza como jugaban con su comida sabia que ellos también extrañaban a su pequeño hermano, luego miró a su esposa que comía tranquilamente junto con Tritón esperaba que ellos también lleguen a querer a su nuevo hijo.
Dioniso junto con Ariadna miraban con preocupación a los hijos de este que se habían sumido en la tristeza, mejor dicho todos estaban igual, los romanos tenían más apego con el hijo de Poseidón después de todo se había hecho su pretor y era amigo de los de la quinta cohorte, el único que parecía feliz de que el no haya llegado era cierto probatio que sonreía y comía dándose un verdadero festín, celebrando que la hija de Minerva llegara sola.
Hades había pasado un momento por donde estaban sus hijos y les había dado un pequeño abrazo que los había sorprendido en especial a Perséfone que ahora le veía molesta pero a él no le importó eran sus hijos por favor no podía no sentirse mal si los veía así de tristes aunque siempre prefería no dar esas muestras con su esposa ahí por lo que ella pueda llegar a hacerle a sus pequeños, sí él era más fuerte pero no quería llegar a enfrentarse con ella, ya ella había intentado una vez atacar a uno de sus hijos aunque el sabía bien que en esa ocasión fue influenciada por Hera pero no le había gustado lastimarla así que prefería evitar eso.
Demeter veía a sus hijos que estaban tratando de no estar tan mal e intentaban animar a los demás pero ni ellos mismos se lo creían lo sabia, en especial la consejera de los griegos ella parecía la más apegada a ese hijo de Poseidón que ahora faltaba aquí y estaba siendo abrazada por el hijo Hermes.
- Muy bien ya que todos están terminando de comer ¿Por qué no vamos a dentro y leemos un capítulo más? - propuso el Dios del sol que quería tener la mente ocupada en otra cosa y no en la falta de su ex pequeño paciente, todos se removieron incómodos - Eh que también estará la chica de Atenea con nosotros aunque dormida porque no puede faltar a la lectura- con esto se intentaron contentar todos los presentes y asintieron.