Ranma 1/2 siempre ha sido una de mis series favoritas y es por esto que he querido hacer un fanfic de un caso "¿Y que tal si?..." en donde habrá pequeños cambios a lo largo de la historia que resultaron en un final posiblemente muy diferente

Advertencia: Entre capítulos podran haber spoilers del manga o el anime.

Disclaimer: Ranma 1/2 es propiedad de Rumiko Takahashi, yo solo hago esto por diversión.


Entre mentiras y secretos
Las mentiras; el camino "fácil" para solucionar un problema, pero en realidad sólo esconde tu corazón. Una lección que Ranma aprenderá de la manera difícil.

Capítulo 1 "Primera mentira: Mi nombre es Ranko"

Hace un año

Nos encontramos en la lejana China, un lugar donde sus tierras ocultan muchos misterios y leyendas que serían difíciles de creer hasta que lo veas con tus propios ojos. Entre los grandes secretos de sus tierras; existe uno que ha llamado la atención de varios extranjeros, este lugar es nada más ni nada menos que el legendario lugar de entrenamiento, Jusenkyo.
A simple vista no tiene nada de desafiante o aterrador, pero el peligro se oculta a simple vista en cada uno de sus estanques formados naturalmente, cada uno con una trágica leyenda que contar.

Cualquiera que escuche las historias de este lugar tendría sus dudas de arriesgarse a sufrir un trágico destino, por supuesto, si tienes la mala fortuna de no prestarle la debida atención al amable guía del lugar sólo puedes esperar la desgracia.

Tristemente este fue el caso para los más recientes visitantes del lugar, tanto así fue el horror de descubrir la verdad del lugar que el más joven soltó un potente grito que podía ser escuchado varios kilómetros a la distancia.

— Les advertí escuchar trágica historia, ahora ser muy tarde para honorables clientes— Solo podía decir el guía del lugar en respuesta a los acontecimientos.

Sin embargo esto no fue nada grato de escuchar por parte de sus recientes visitantes y en un parpadeo el pobre guía se encontraba sujetado del cuello de su uniforme por una joven de baja estatura, largo cabello rojo sujetado a una cola de caballo y usando un keikogi bastante grande comparado a su tamaño.

— ¡Dígame que hay una cura para esto! — Demandó la joven con un rostro que reflejaba furia y desesperación, al mismo tiempo que un panda se les acercaba tratando de caminar en dos patas y se quitaba unas ropas que no eran aptas para su forma y tamaño.

El guía solo pudo soltar un suspiro; tantos años dedicándose en su trabajo y siempre que llegaba el momento de explicar la naturaleza de la maldición era la peor parte.

— Solo existir cura temporal para maldición; agua caliente regresar cuerpo, pero agua fría regresar maldición — Explicó el guía con su característica forma de hablar, reflejo de su poco conocimiento en el idioma extranjero.

—… Quiere decir… ¿qué no hay una cura permanente? — Volvió a preguntar la joven al mismo tiempo que soltaba al guía y sentía aumentar su desesperación.

— Eso temer, existir estanque del hombre ahogado, pero magia de estanques ser impredecible; puede curar maldición o mezclar formas malditas — Termino de explicar el guía con algo de lastima por sus clientes.

La joven se dejó caer de rodillas al escuchar su situación. Tan solo hace unos 10 minutos era un joven normal y por un tonto capricho de su padre ahora era una especie de fenómeno que con tocar el agua se transformaba en una mujer.
Fue ahí cuando recordó: Su padre, ese viejo era el culpable de su desgracia; primero el incidente del Nekoken y ahora una maldición, si había alguien con quien desquitarse de su tragedia no era el guía, era el impulsivo y torpe de su padre que del cual estaba completamente seguro no sabía leer lo más básico de chino.

— ¡ESTO ES TU CULPA! — Le grito la chica al enorme panda que seguía detrás de ella. — ¡No sabias nada de chino y aun así me arrastraste hasta este lugar! — Volvió a gritarle al panda al mismo tiempo que le lanzaba un golpe directo al rostro, sin embargo este logró bloquearlo.

Esto no estaba para nada en los planes de Genma Saotome, se supone que el propósito de todos estos 13 años de entrenamiento eran para convertir a su hijo Ranma en todo un hombre que fuera un digno heredero del Combate Libre y ahora todo podía verse arruinado por esta maldición que parecía no tener una posible cura. Eso sin mencionar sus planes del compromiso que había acordado con su viejo amigo de entrenamiento, Soun Tendo.

Pensándolo bien, tal vez la idea del compromiso pueda salvarme la vida — Pensaba el panda mientras intentaba adaptarse lo más rápido posible a su nueva forma mientras intentaba escapar de su -ahora- hija iracunda.


En alguna pendiente cercana

Desesperación, ese era el sentimiento que invadía a Ryoga Hibiki, que en estos momentos se encontraba en medio de su búsqueda por su antiguo rival de secundaria, Ranma Saotome.

— ¡Maldito seas Ranma, escapar así de nuestro duelo! — Gritaba con furia el joven de cabellos negros.

El joven no podía creer que su rival se fuera a China para escapar de su enfrentamiento de hombres, sin embargo él no dejaría que una excusa como esa lo detendría de tener su duelo, por lo que se decidió ir en su búsqueda sin importar cuánto tiempo le costará.
Había caminado por semanas y hasta ahora no había dado con alguna pista de su paradero.

— Otro camino sin salida… — Fue lo único que pudo decir el joven al encontrarse en un acantilado, en el momento en el que pensó dar la vuelta e intentar por otra ruta un sonido lo detuvo — Ese ruido, parece… ¿una estampida?

Cuál fue la sorpresa del joven al ver que el causante de tanto ruido era solo un animal, pero no uno cualquiera, se trataba de un panda gigante que corría solamente con sus patas traseras.

— ¡¿Q-Qué!?... — Fue lo único que alcanzo a decir el joven, pues el panda lo tacleo sin siquiera notar su presencia, el chico al sentir que estaba por caer del acantilado soltó un grito y se sujeto del borde tan rápido como sus reflejos le permitieron.

Trato de levantarse pero podía sentir que el pedazo de piedra del que se sujeto estaba por caerse, el joven se sentía desesperado pero sobre todo furioso, furioso de que su vida fuera a acabar todo porque su rival no se presentó a su pelea.
Sin duda en su búsqueda por su rival se había enfrentado a toda clase de situaciones pero no le gustaba darse por vencido, no cuando ese sinvergüenza estaba en alguna parte de China sin recibir su merecido, sin embargo, esta era una situación de la que podía sentir que no saldría con vida, intentó moverse nuevamente para sujetarse de otra parte pero esto solo logro agrietar más el suelo, resignado se limitó a cerrar sus ojos y esperar su muerte al sentir como comenzaba a caer.

— ¡Sujétate! — Alcanzó a escuchar el joven al mismo tiempo que sentía como dos manos tomaban su brazo y detenían su caída.

— ¿E-eh? — El joven no cabía en su asombro, sentía que ese era el final de su vida pero parece que alguien escuchó sus plegarias y acudieron a su ayuda.

A juzgar por el tono de voz y las manos que lo sujetaban podía asumir que se trataba de una mujer, pero no una cualquiera, pues sí tenía la fuerza de evitar su caída y levantarlo junto con su mochila, debía tratarse de una mujer fuerte.
Fue hasta que el joven pudo apoyarse del suelo del acantilado que logró ver a su salvadora, era una joven de un largo cabello rojo vibrante, ojos azules tan claros como el cielo y una piel blanca de porcelana.

Si no fuera por la situación en la que se encontraba, Ryoga se habría quedado inmóvil e incapaz de hacer algo frente a la chica; pues él podía soportar el estar en bosques por meses y enfrentar animales salvajes por su cuenta, pero cuando se trataba de lidiar con mujeres era un caso perdido.

Fue finalmente cuando ambos se encontraban lejos de la zona de peligro que la joven habló nuevamente

— ¿Te encuentras bien? — Pregunto la chica de la coleta quien por dentro solo podía pensar en castigar a un imprudente panda por casi condenar al chico.

El joven de ojos castaños trato con todas sus fuerzas esconder su nerviosismo sin mucho éxito, pero para su suerte la joven lo interpreto como el miedo por casi haber caído.

— Tienes suerte, si hubieras caído habrías tenido un destino peor que la muerte — Dijo la chica con un poco de ironía al pensar en su situación.

— ¿P-peor que la muerte? — Las últimas palabras de la joven fueron lo que lograron sacar al joven de sus pensamientos.

— Sí, lo que está ahí abajo son unos estanques encantados que te convertirán en lo que sea que se haya ahogado allí hace cientos de años, el agua caliente te regresa a tu forma normal pero… el agua fría te regresa a la maldición — Respondió la joven con un tono triste y de frustración.

— T-tú… ¿caíste en una? — Se atrevió a preguntar el joven con un poco de duda sobre si lo que preguntaba era correcto de decir.

— Prefiero no hablar de eso, pero si no sabías sobre los estanques supongo que no has venido para entrenar — Cambio de tema la joven de cabello rojo al mismo tiempo que se sentaba en el suelo cruzando las piernas.

— S-si… yo busco a alguien… — Respondió nuevamente el joven intentando desviar la mirada para relajarse un poco, pero esto fue inútil ya que sentía la mirada penetrante de la joven, era una mirada que le decía que trataba de analizarlo.

—… ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó la joven con un rostro serio pero un ligero tic de nerviosismo en su ojo se intentaba hacer presente.

— ¡Oh cierto!, ¿Dónde están mis modales? — Se reprendió a sí mismo el joven al mismo tiempo que aclaraba su garganta y procedía con su presentación junto con el motivo de su viaje — Mi nombre es Ryoga Hibiki, soy un artista marcial y he venido en busca de Ranma Saotome — Termino de decir el joven con una reverencia.

Para la suerte de la joven, la reverencia del muchacho le impidió ver el rostro de horror que tenía.

¡¿Qué hago ahora!? ¡Si se entera que yo soy Ranma se burlara de mí y tal vez no quiera ni siquiera enfrentarme porque no valdré la pena o algo así! — Pensaba el joven maldecido, pero en cuanto vio que el chico de cabellos más cortos regresaba a su postura normal trato de pretender una cara natural, cosa que no era muy difícil pues el chico difícilmente se atrevía verle — ¡Tengo que pensar en algo!, inventarme un nombre o algo parecido pero ¿Qué puede funcionarme que sea fácil de recordar y a la vez logre despistarlo?

— Y… ¿Cuál es tu nombre? — Pregunto el chico mientras se rascaba la nuca en señal de nerviosismo.

— M-mi nombre… — La joven respiro profundo, cerró los ojos y trato de sonreír de forma natural — Mi nombre es Ranko, mucho gusto Ryoga.

Para "Ranko" podrá haber sido la sonrisa más forzada de su vida, pero para Ryoga fue la sonrisa más hermosa que haya visto en su vida, tanto que el joven no pudo evitar sonrojarse.

—…Gracias por salvarme la vida Ranko — Dijo el joven en una voz casi audible seguida de una sonrisa que permitió mostrar sus colmillos por primera vez.


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