Aclaraciones: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son de Rumiko Takahashi, yo los uso solo para saciar mi imaginación y situaciones que jamás iban a pasar en el manga/anime.

Este es un Fanfics corto de dos capítulos con LEMON, asique ya estas advertida/o.

Disfrútalo, jiji.

Cálida noche

Capítulo 1: Inquieto dormir

Ella soltó un suave gemido cuando InuYasha la presionó más contra el árbol, tomo sus manos y las llevó por sobre su cabeza, sujetando sus muñecas con una mano mientras dejaba un camino de besos en su cuello, subiendo lentamente llegando a su oreja, el aliento de InuYasha ahí le dio un escalofrió de placer, su cuerpo reaccionó temblando y deseando más. Él entonces se movió para tomar su boca y apretarse más contra su cuerpo atrapado.

InuYasha llevó su mano libre al centro húmedo de Kagome, levantando su falda para tocar por sobre el calzón su sexo, cuando sus dedos rozaron sus labios íntimos un sonoro gemido encerrado en el beso se escapó de ella.

Se sentía mareada, su cuerpo palpitaba entero necesitando más de él, ella no podía moverse mucho porque seguía aún atrapada contra su fornido cuerpo y el árbol, sus muñecas seguían presas también.

InuYasha masajeo la zona sintiendo la humedad empaparlo.

-Que rico…-Murmuró, el lamió los labios de Kagome para luego introducir profundo su lengua, Kagome correspondió el beso con el mismo fervor, deseando abrazarlo y pegarse aún más a él.

Él retiró sus dedos de la entrepierna de la joven y la llevó a su muslo, agarrándolo y levantándolo, de esta forma podía tener acceso a apretujar más su pelvis contra Kagome por sobre la ropa, comenzó a frotarse en ella, Kagome sintió toda su dureza y se estremeció, su palpitante clítoris estaba recibiendo toda la fricción haciéndola gemir y suspirar.

-Oh, InuYasha…-Logró decir llevando su cabeza levemente hacía atrás, él aprovecho y mordisqueo mejor su cuello, aumentando el choque de sus caderas…

Si así se sentía sobre la ropa, Kagome ya estaba deseando que introdujera su ser en ella. Lo estaba deseando desesperadamente.

InuYasha finalmente dejó libre sus muñecas para poder subir el otro muslo de Kagome, ahora las piernas de ella abrazaban las caderas de InuYasha, su espalda presionada contra el árbol y sus brazos alrededor del cuello de él, devorándolo al besarlo.

Él al ver que ella estaba firmemente sujeta de sus caderas, soltó uno de sus muslos y llevó su mano por debajo de su blusa sintiendo su tersa piel.

-Tan suave-Susurró antes de volver a morderla esta vez en el hombro sin dejar de frotarse contra ella.

Kagome lo sentía tan duro, ella bajó uno de sus brazos y se aventuró a tocar su pene por sobre la tela. InuYasha fue sorprendido y escapó de él un leve gruñido placentero, él alcanzó su pecho por debajo de la blusa y lo apretó, calzaba perfecto en su mano.

Kagome aumentó el movimiento al tocarlo, agarró con sus dedos su dureza y se estremeció al sentirlo suspirar contra su cuello, ella iba a decir algo, pero él la besó rudamente y de un inesperado movimiento la tendió sobre el pasto, colocándose sobre su pequeño cuerpo. Una de sus piernas quedó entre medio de la de Kagome, moviendo su pelvis para que siguieran rozándose, de esta nueva forma ella podía sentir incluso mejor que antes su rígido pene chocando en toda su extensión.

Si tan solo las ropas no estuvieran… él como si estuviera adivinando su pensamiento y aun besándola logró desabrochar su blusa teniendo expuestos sus senos para él. Bajó para lamer un botón rosado, ella se curvo hacia adelante ante su gesto dejando ir un suspiro de satisfacción, ante esto la miró brevemente a los ojos llenos de excitación. Mordió su botón sin mucha presión, pero la suficiente para hacerla vibrar, la otra mano la colocó en su centro nuevamente para tocarla, solo que esta vez metió su mano debajo del calzón.

Ella dio un brinco al sentir directamente sus cálidos dedos.

-Te necesito…-Le escuchó decir con voz ronca, Kagome sonrió complacida ante la urgencia de su voz.

Ella medio se incorporó para lograr alcanzar a desarmar el nudo de sus pantalones, él termino de hacer el trabajo quitándoselos con una mano mientras la otra seguía jugando con el sexo de ella.

Caricias suaves, él parecía saber justo donde tocar porque ella había regresado a extenderse en el pasto con gemidos y movimientos de su cuerpo disfrutando la sensación.

Quería sentirlo…

Quería gritar su nombre…

La estaba volviendo loca…

Un sonoro gemido salió de sus labios cuando InuYasha por primera vez rosó directamente su lubricado pene contra su vulva.

-InuYasha…-Kagome elevó su cadera un poco para sentirlo mejor en ese juego superficial.

Su humedad aumentó, así como el deseo de poder tenerlo dentro, él parecía no tener prisa, asique ella decidió apurar la situación para calmar la sensación que la estaba ahogando.

Inexpertamente llevó su mano al pene erguido del Hanyou, él le dio una mirada curiosa, cuando vio como la mano derecha de ella se cerraba alrededor cerca de la entrada de su vagina, él suspiró extasiado.

Kagome lo miró a los ojos y comenzó a mover su mano en lentas caricias teniendo atrapado su miembro, se sentía rígido, palpitante y húmedo, su mano se deslizaba con facilidad subiendo y bajando, InuYasha se relamió los labios manteniendo los ojos semi cerrados.

Ella continuó en su labor por un momento más cuando inesperadamente él retiró su mano y decidió entrar, no lo hizo brusco, fue lento y llevó su torso superior sobre ella para besarla mientras entraba, ni en sus más locos sueños habría imaginado algo así.

De pronto ella tuvo esa sensación de despertarse dentro de su sueño, como cuando puedes ver la escena y te das cuenta de que estas soñando, pero no puedes hacer nada más que mirar. Kagome reaccionó y se movió inquieta en su saco de dormir, comenzando a despertar completamente sintiéndose muy decepcionada.

Abrió los ojos lentamente para encontrarse con el oscuro cielo estrellado y la fogata que aún permanecía encendida a su lado derecho, se enderezo perezosamente sintiendo aún su sexo palpitando, rogando por ser aliviado.

Ella movió sus piernas incómodas, buscó a InuYasha y lo encontró donde lo vio la última vez antes de cerrar sus ojos. Él estaba en el árbol más próximo a ella descansando en una de sus ramas, desde ahí él podía tener total visión de alrededor, a juzgar por su posición parecía estar dormitando.

Se encontraban los dos, solos, en medio del bosque, Miroku se había ido con Sango montados en Kirara a la aldea de ella. Se aproximaba el aniversario de muerte de su padre y exterminadores de la villa, por lo que había ido a presentar sus respetos, ante esto Miroku había decidido acompañarla. Por otro lado, Shippo había ido a dar su tercera prueba Youkai para subir de rango, asique desde ese día en la mañana estaban solos en busca de algún fragmento de Shikon.

El día había sido inusualmente tranquilo, habían recorrido dos aldeas cercanas sin obtener información de fragmentos ni de Naraku.

Kagome se había sentido algo nerviosa durante el trayecto, hace mucho que no se encontraban así de solos, y ella, ahora con dieciocho años, estaba comenzando a tener frecuentemente este tipo de sueños donde InuYasha la tomaba. Cada vez que cerraba los ojos comenzaba a soñar con sus cuerpos uniéndose, sus besos, su miembro entrando y saliendo de ella hasta quedar exhaustos.

A Kagome se le estaba haciendo complicado verlo a la cara sin tener alguno de esos pensamientos en mentes. Cuando curaba sus heridas y acariciaba su espalda, cuando lo veía sin la parte superior de su traje cazando unos peces. No sabía en que momento ella se había comenzado a volver tan consciente del cuerpo de InuYasha y lo mucho que le gustaba y…deseaba.

Anhelaba que la besara, que la tocara, sentir su piel, que se introdujera en ella y sentirlo todo para sí.

Kagome desde su lugar miró con cautela a InuYasha asegurándose de que siguiera dormido, si es que lo estaba, porque realmente estaba rogando eso para que no viera lo que ella iba a hacer.

El palpitar en su clítoris se estaba haciendo cada vez más urgente y molesto, necesitaba saciar ese caliente sueño al menos dándose unos masajes ella misma, no solía tener momentos privados en la época feudal y eso iba a hacer lo más cercano que tuviera.

Se acomodó en su saco de dormir dándole la espalda a InuYasha desde su posición, bajo su mano con cierta inseguridad a su centro y se tocó, primero con timidez por sobre la tela, inmediatamente sintió un alivio al bombeo, pero también una mayor excitación.

Ella decidió llevar su mano bajo su ropa interior para tocar directamente de forma suave, masajeo con sus dedos en movimientos redondos y lentos su erguido botón, tratando que su respiración pesada y gemidos no fueran a despertar al Hanyou.

Su cuerpo se estaba comenzando a volver más caliente, aún era consciente de que no podía retirar la frazada de su saco de dormir, InuYasha podría despertarse en cualquier momento y notar que estaba haciendo ella.

Esperaba que no, porque moriría de vergüenza.

Bueno, si Kagome REALMENTE hubiese estado más consciente de su alrededor habría notado que InuYasha llevaba más tiempo despierto que ella. De hecho, él no había dormido ni un poquito, porque cada vez que llegaba la noche y trataba de cerrar sus ojos un momento, luego de asegurarse que Kagome estuviese durmiendo, comenzaba a sentir su aroma tan fuerte que lo embriagaba en un deseo de ir a pegarse a ella.

Llevaba varias noches así, sin poder dormir y con su entrepierna dura. No sabía bien por qué, pero últimamente ella estaba teniendo cada vez más fuerte ese aroma dulzón que llamaba a sus sentidos. Cada vez que Kagome se dormía, podía verla removiéndose inquieta en el sueño y suspirando, algunas veces había escuchado que decía su nombre en sueños.

Sin embargo, InuYasha percibió que ahora era diferente, la había sentido despertarse y el aroma intenso a excitación no desaparecía. Por culpa de su aroma, ahora él también estaba duro, era como una invitación a aparearse, pensó intranquilo.

Volteo su rostro hacía donde estaba ella y la vio moviéndose raro dentro de su saco de dormir.

¿Qué estaba haciendo tanto?

InuYasha ahora fue el que se movió incomodo en su rama, estaba reflexionando sobre que debía hacer, bajar y ver que le pasaba o quedarse en su rama eran las opciones que tenía. Si bajaba estaba la posibilidad que ella notara su bulto en la entre pierna y le gritara "Osuwari", por otro lado, ¿Quizás Kagome estaba teniendo algún problema y lo necesitaba?.

Si no, ¿Por qué otra razón ella estaría despierta?, él sabía que aún lo estaba porque su respiración continuaba siendo irregular y cada vez los quejidos que sus sensibles orejas escuchaban se estaban volviendo un poco más altos.

Maldita sea, veré que le pasa y espero no me tire al suelo, gruñó para si con cierta ansiedad, el aroma era tan intenso, dulce y embriagador que estaba comenzando a prepararse por lo deseoso que estaba de sentirla. Sin embargo, el Hanyou no tenía la confianza para hacer ese movimiento, además de su timidez, le daba miedo ser rechazado por ella… pero ese aroma, ese aroma lo estaba volviendo loco.

Él finalmente bajo de su rama con agilidad, silenciosamente avanzó y se hincó a su lado, Kagome estaba ajena a todo a su alrededor con los ojos cerrados concentrada en tocarse imaginando que esa mano era la del ambarino, sin saber, que él estaba frente a ella contemplándola con un severo sonrojo y gran curiosidad.

InuYasha tragó duro antes de atreverse a hablar.

- ¿Qué…qué demonios estás haciendo, Kagome? -Exclamó ronco.

Ella abrió los ojos bruscamente retirando su mano de su centro y enderezándose del saco de dormir con un rostro totalmente avergonzando, llevando la mano cómplice a su pecho para calmar el agitado corazón.

¡Él la había pillado tocándose!

Continuará…

Hola, bien, hace mucho tenía ganas de hacer un lemon y estaba teniendo esta idea rondándome tanto en la cabeza que si no lo escribía iba a seguir ahí, dándome vueltas.

Esta historia esta ubica aún en medio de la batalla de Naraku, ¿Por qué?, porque a mi imaginación le gusta la idea de que hubiese pasado algo así entre ellos en medio de la búsqueda. (Y Kikyou ya está muerta para este momento, jeje). Por cierto, han pasado tres años en eso, por eso Kagome tiene dieciocho.

Recuerden dejarme su reviews para saber sus opiniones, además, que los reviews sirven para motivarla a uno más en la escritura, el alimento de autores de estos lares.

GRACIAS POR LEER