Cap10: la devoradora de pecados
Buenas! Bueno, yo no prometo cosas sin cumplirlas: prometi que JAMAS dejaria una historia inconclusa, me parece una cerdada al lector dejarle una obra sin acabar, y aprecio que leais mi perfil. En definitiva, os mereceis ver un "completo" en cada fic que os guste. Y aqui no iba a ser menos: puede que no me guste hacer protagonistas tan "santos", y que otros proyectos me llamen mas, pero eso no quita que le de un final. Y un final que espero que os guste. Pensad una cosa: hay alguien que no ha pagado por sus pecados... ¿se os ocurre quien? Os dejo con la intriga, un saludo!
Nothernlights91: Hola frank! Muchas gracias por el review, me alegra ver que suelo acertar al escribir xD. Y te corrijo: no es UN yami, es YAMI, el mismo de eres mia, solo que aqui kami no le ha liberado. Es mas... el kami de eres mia es ESTE. Me gusta conectar mis historias :P Un saludo y disfruta, nos leemos!
Shizumalfoy: buenas! me alegra que le hayas dado una oportunidad a este fic, y mas aún que te haya gustado!
Si, la idea del fic es precisamente esa: naruto subiendo al poder y corrigiendo lo que esta mal. Lo de la rama secundaria, los consejeros, las guerras... naruto es alguien de ideas fijas, no encaja nada en eso el naruto de boruto, que solo se dedica a firmar, acudir a la llamada de sasuke y estar melancolico... Vale que naruto no es shikamaru, pero joder, tampoco es un soberano idiota, es mas bien ingenuo, y eso se corrige con la edad. Y si no, tiene un zorro con miles de años de experiencia dentro, deberia de ser dueño y señor de la diplomacia gracias a eso...
Bueno, espero que te guste el final! un saludo!
CRBXMLP: saludos! Exacto, aqui naruto NO es un político, es mas bien un rey: gobierna, identifica las necesidades de la gente y las satisface. Pero hay una que no ha corregido... de ahi que no pueda dar un dos en uno en este fic en cuanto al final xD Un saludo y nos leemos!
Uzumaki albert: Hola! Con respeto al resto de mìs lectores, creo que este es el review que mas ilusion me ha hecho jamas. Si, busco precisamente eso, darle un respiro al lector, trasladarle a un mundo diferente, darle un mensaje que le haga pensar. Es un HONOR, y lo pongo con mayusculas, que provoque ese efecto en ti. Y en cuanto a lo de escribir, lo importante es la idea, hazme caso. El resto va detrás. Si tienes alguna, no dudes en comentármela, por si puedo serte de ayuda.
Y es ironico: iba a publicar el viernes, pero me vino un arrebato de inspiracion con la novela original que estoy escribiendo, de ahi que haya tardado. Te prometo que. en cuanto tenga algo escrito, tendras noticias, de momento tengo solo el esqueleto de un mundo totalmente nuevo. Un saludo y disfruta del final!
Guidonani: buenas! Pues, precisamente, ese es el efecto que queria transmitir. Todo ese atentado estaba previsto, y por tanto, el discurso tambien, naruto lo había ensayado y estaba preparado. Y si te ha parecido muy "Shakespeare", lo primero GRACIAS XD, y lo segundo, ya veras cuando escriba una obra de teatro de naruto...
Y si, SIEMPRE tomo cosas de mis otros fics, me gusta crear una especie de canon dentro de mi tablón, lo que llamo "universo knk". La reina babosa, Yami como una doble personalidad... hay muchisimos easter eggs de esos en mis obras. Me alegra que los hayas visto. Gracias a ti y espero que te guste el final.
-aaaaaaaaaa- personaje hablando.
-aaaaaaaaaa- personaje pensando.
-aaaaaaaaaa- ser sobrenatural hablando.
-aaaaaaaaaa- ser sobrenatural pensando.
RENUNCIA DE DERECHOS: Si has creído que soy masashi kishimoto, gracias, pero sólo soy Angron11, Naruto y sus personajes le pertenecen a él y se los carga cuando quiere. Yo solo aporto esta historia.
-Este discurso es una mierda, dattebayo…- se quejó al aire el uzumaki, sentado en su silla del despacho. No era para menos: el consejo le había preparado un discurso de claro carácter político, un cúmulo de palabras amables que encerraba una sutil amenaza a cada enemigo, como le explicó Kurama. "Invito a cada nación a contemplar mi reinado" significaba realmente "como dejéis de contemplar y actuéis, yo lo haré también". "Konoha será próspera y fuerte" era "Konoha sobrevivirá a vosotros, no os crucéis en su camino". "Yo y mis biju estamos orgullosos..." significaba "poseo nueve armas de destrucción masiva". Y así una frase tras otra… Naruto estaba al borde del llanto. Aceptó ese puesto creyendo que el consejo quería cambiar la situación, que quería pensar diferente. Pero este discurso demostraba que era lo mismo de siempre: guerra, y entreguerra. Nada más. ¿Para esto iba a sacrificar su juventud? Estaba por salir corriendo… Suerte que en ese momento decidió aparecer su salvación, si no el rubio ya estaría fingiendo su propia muerte.
-¿Nervioso, Naruto?- preguntó una mujer rubia con su peinado de dos coletas coletas de unos cincuenta años, de piel clara y con los pechos más grandes del continente, mientras abrazaba al futuro hokage por la espalda de forma maternal. Tsunade Senju, la hokage saliente, había ido a buscar a su sucesor, sabiendo que el pobre uzumaki necesitaría ayuda.
-U… un poco dattebayo…- contestó el rubio mientras sudaba frío. La Senju no podía apenas contener una sonrisa: era como ver al niño más guapo del mundo disfrazado de superhéroe y dispuesto a intentar salvar el mundo. Veía a un hombre fornido, de una belleza varonil, con unos intensos ojos azules que le abrirían más puertas que cualquier ejército si su interlocutor era mujer, con esa capa blanca con llamas rojas que le acreditaban como el shinobi más poderoso del mundo… la imagen del éxito. Y, por otro, veía a su nieto oficioso, un chiquillo nervioso, con más corazón que cabeza, poco dado a los formalismos… y cálido, muy cálido. Un sol. Y ella sabía que la hoja no necesitaba más raíz… necesitaba el sol. Necesitaba a Naruto.- Es que el discurso es muy largo…- se excusó, sonriendo de lado la Senju.
-Déjame verlo…- tomó las hojas con su mano izquierda, y las echó un vistazo. Nada que no se imaginase que esos buitres del consejo incluirían allí… era tan contrario al rubio que la extrañaba que esas dos momias no le usasen de muñeco de ventrílocuo directamente...- Si, Naruto, tenías razón, este discurso es una mierda.- Naruto abrió los ojos con sorpresa, mientras la ojimiel le miraba conteniendo la risa. Naruto era muy gracioso asustado, tenía la misma expresión de cuando era niño… El joven pareció captar que la mujer estaba jugando con él, por lo que sonrió de vuelta.
-Baa chan… tendría que haberte hecho caso y haber rechazado el puesto…- se disculpó el jinchuriki, sonriendo Tsunade mientras le peinaba un poco ese pelo tan revuelto que siempre llevaba. Estaba precioso con esa ropa, uy si la hubiese pillado con cuarenta años menos… no podía estar más orgullosa de su nieto oficioso.
-¿Hacerme caso? Eso no va contigo…- comentó, arrancándole una risa al rubio. Totalmente cierto…- Mira, vamos a rehacerlo…- propuso, rompiendo acto seguido las hojas donde estaba escrito el discurso. Naruto abrió los ojos con horror ante eso, ahora no podía leer nada, pero la senju le calló de inmediato con un suave gesto de su mano.- No sabes decir las palabras de otros Naruto, siempre has sido… más de improvisar que de planificar, es tu principal atractivo…- afirmó, pero Naruto parecía todavía amedrentado. La hokage saliente suspiro, y decidió ser más directa.
"Naruto, un buen discurso es como… como una canción, por resumirlo de una manera rápida.- Gran símil, ahora tenía toda la atención de esos intrigados ojos azules tan profundos. Tsunade sabía que Naruto era como un niño pequeño para estas cosas, por mucha edad que tuviese: necesitaba un buen gancho, algo intrigante para que hiciese caso del todo a una charla cuando estaba nervioso. Ahora, con esa comparación, Naruto la prestaría toda su atención, y lo entendería. Su nieto oficioso no era estúpido, todo lo contrario, era muy inteligente… solo que tenía demasiadas ganas de actuar como para pararse a pensar. Tsunade sonrió y continuó hablando.- Como una canción, un discurso tiene un estribillo, unas estrofas y un mensaje. Y, sobre todo, tiene ritmo. Alto, pausado, tranquilo… el ritmo lo es todo Naruto. Se transmite por el oído y llega al cerebro, y desde ahí al resto del cuerpo. Te pone la piel de gallina, tus pupilas se dilatan, tu corazón late al son de la música… el ritmo es la clave. Y tú lo tienes, es lo que sabes hacer: imponerle ritmo a las cosas. Sea a una mujer que creía que no tenía nada por lo que vivir y se dedicaba a beber esperando su final…- Naruto sonrió, pillando a quién se refería la rubia… tsunade fue de las primeras personas que salvó Naruto uzumaki.- O para convencer a una aldea entera de hacer el bien…"
-Ojalá fuese solo convencer a una aldea… estamos hablando de un continente entero…- murmuró el rubio, levantándose a un gesto de la senju. La mujer recolocó la capa de rokudaime hokage en sus fuertes hombros… su nieto se había hecho mayor, apenas le llegaba al cuello ahora de lo alto que era…- ¿por qué siempre acabo en estos líos?- Tsunade se rió, sabía perfectamente la respuesta.
-Primero actúas, después piensas… por eso has salvado al mundo, y por eso no podías rechazar salvar tu aldea de nuevo Naruto…- concedió tsunade, arrancándole una sonrisa más relajada al ojiazul. La Senju le miró de nuevo a esos zafiros, para luego abrazarlo. Tuvo que ponerse de puntillas, su pequeño Naruto ahora era un gigante.- ¿te acuerdas de cómo me hablaste a mí cuando nos conocimos?- Naruto asintió, claro que lo recordaba. La insultó, se encaró… y luego la salvó la vida. Tsunade Senju. Naruto aspiró su perfume y se relajó aún más, reconfortado. Puede que fuese huérfano, pero tenía una figura materna en su vida. Tsunade Senju... La rubia siguió hablándole al oído, con dulzura.- Pues hazlo de nuevo. No dejes que otros hablen por ti, hazlo tú por ellos. No te amedrentes. Encárate, grúñeles, señálales con el dedo y grítales que lo harás todo sin ellos si es necesario. Pero sé tú mismo. Has llegado hasta aquí siendo Naruto uzumaki…- la Senju se alejó del rubio, y tomó su cabeza para hacerla descender ligeramente. Cuando estuvo a la altura, la mujer le dio un beso en la frente, uno igual al que le dio cuando la salvó la vida. El beso con el que le aceptó como nieto. El beso con el que ahora le aceptaba como hokage y me recordaba que estaría con él hasta el final. Sin despegar sus ojos de él, decidió recordarle lo esencial.- Sal de ese balcón sin dejar de serlo. Yo estaré siempre contigo.
Naruto asintió, sintiendo fuerzas para seguir, y salió del despacho rumbo al púlpito en lo alto de la torre… rumbo a su destino. Seguía nervioso, seguía inquieto… pero ya no era por miedo. Tsunade lo había eliminado con ese discurso. No, reconocía esa sensación… era expectación. El ansia de un guerrero a punto de entrar en combate, lo que sintió antes de su combate con Neji, con gaara, con kakuzu, con pain, con el propio kurama… su corazón bombeando sangre con firmeza, sus manos sin el más mínimo temblor… si, le gustaba esta sensación. Las cosas solían salir bien cuando se sentía así. Avanzó por el pasillo, paso previo al palco de autoridades y después el púlpito, y se fue cruzando con las celebridades de Konoha. Allí estaban los consejeros, adulándole con palabras vacías, salivando ante su hokage manejable que les permitirá gobernar konoha desde las sombras… jodido lo llevan. Pudo ver a Kakashi, a Shikamaru, a Kurenai con Mirai… todos mirándole con preocupación, salvo la niña, que lo miraba casi con estrellas en los ojos… su héroe iba a convertirse en hokage, ¡y con solo veinte años! La dejó seguir con esa ilusión… sabía que la inspiraría…
Y entre todas esas personas, pudo ver a Sakura. Su ex novia, el amor de su vida. También había acudido, por muy difícil que la resultase verle. Naruto la conocía demasiado bien, y sabía que se sentía terriblemente culpable. No quería decir que no pudiesen hablar, ese último año habían retomado en cierta manera las conversaciones. A veces se cruzaban por la calle, o ella le iba a buscar a la academia para transmitirle órdenes de la hokage… Sakura era la única persona que podía "manejar" a Naruto sensei en la academia, el resto solo recibían bromas y se iban de vacío. Pero, por mucho que se cruzasen, o que ella le atendiese en exclusiva en las revisiones médicas y no dejase que ninguna otra mujer le tocase, no hablaban como antaño… todo por esa culpabilidad. Solo tenía que ver cómo le miraban esos ojos jade… temblaban, se aguaban a veces, miraban al suelo… Reconocía esa culpabilidad, básicamente porque él la sentía multiplicada por diez… y entre sus objetivos, estaba liberarla de ella, hacerla feliz… hacer feliz a Sakura haruno era su forma de amarla. El leitmotiv de su vida.
La guiñó un ojo, buscando distraerla un poco… la joven estaba muerta de preocupación por él, pero no se atrevía a decírselo. Sabía que todavía lo amaba, a pesar de sus errores, a pesar de lo que hizo, de no merecerla… no solo porque se ofreció para ocupar su puesto de hokage, no… lo sabía porque la conocía. El corazón de Sakura haruno tenía caminos empinados y difíciles, era una montaña… y, una vez llegabas a la cima, era muy difícil bajarte de ahí. Y, por si no tuviese esa convicción, solo tenía que fijarse en la reacción de la fémina: reprimir una sonrisa y sonrojarse como si fuese un semáforo. Kami, debía de estar realmente guapo para producir ese efecto en ella con solo un guiño de ojo… Salió del lugar tras suspirar, y pasó por el palco de autoridades… cada kage y su asistente: kurotsuchi y su abuelo, A con su hermano, Meri terumi y Chojuro, y su buen amigo gaara junto a sus hermanos. Todos presentes, algunos porque creían en él… otros como buitres a la carroña. Le daba igual, tenía fe en ellos… todos podían cambiar… todos lo deseaban, aunque se lo negasen a sí mismos…
Se tomó unos segundos para normalizar su respiración… Sus manos temblaron ligeramente, tragó grueso, sintió el peso de su futuro en sus hombros… podía oír a cada ciudadano de konoha ahí fuera, ansioso, esperando un nuevo milagro del chico bueno para nada, del chico maravilla. El hijo del relámpago amarillo, el héroe de la gran guerra… Kami santo, solo tenía veinte años, y los ancianos, mujeres, niños, el resto de hombres… lo cargaban con algo tan importante como salvar el mundo. Kurama le avisó en su interior de que no estaba solo, de que tenía que avanzar… de que podía contar con él. Y así logró sacarlo de su pequeño ataque de pánico. Naruto negó al aire con disimulo y, tras murmurarse a sí mismo que no servía para nada tener miedo, avanzó. El público exclamó con fuerza al verle, enfervorizado. Pudo ver a los niños del orfanato, a los de la academia, a sus vecinos, a sus amigos… todos allí, mirando… incluso detectó el chakra de alguien más… parecía que su mejor amigo quería cambiar también… Elevó las manos, y todos hablaron un poco más bajo, susurrando, todos esperaban ansiosos oírle… ¿Qué diría? ¿Cómo arreglaría todo?
-Pueblo de konoha… mis con… conciudadanos…- comenzó a hablar. Titubeó un poco, todavía sin encontrar las palabras. Algunos murmullos surgieron entre el gentío, susurrando con desconfianza, temiendo que su gran héroe les fallase. Incluso su agudo oído pudo detectar la risa despectiva de A, que estaba sinceramente convencido de que el niño solo era un pelele de los consejeros. Rogó a kami por algo de ayuda, y solo recibió silencio… y entonces, su abuela volvió a hablarle en su cabeza. "Es como una canción…" Sonrió, y dio las gracias en una mudo agradecimiento… Tsunade senju, siempre salvándole… Si era una canción, si lo importante era el ritmo… lo tendrían. Les señalaría con el dedo, y diría lo que pensaba. Era Naruto uzumaki, el poder marcaba su vida… no el miedo…- Todos somos culpables…- exclamó con seriedad, callándose de golpe todo el público. Muchos se miraron entre ellos, confusos… quizás lo hubiesen entendido mal, pero… ¿les estaba acusando?
"Todos somos culpables de la guerra, de la miseria, del sufrimiento…- muchos de los allí presentes, como Sakura o los consejeros, tragaron duro, mientras la potente voz de Naruto se imponía con un gran eco en cada calle de la aldea de la hoja.- Todos, no puedo hacer distinciones. Entre el público hay personas que fueron capaces de intentar matar a un niño de cinco años solo por rencor… muchos de aquí vieron a un niño famélico rebuscar comida entre la basura y se regocijaron, lo disfrutaron… por ello somos culpables…- muchos de los aldeanos, los adultos, miraron al suelo con vergüenza mientras sus hijos, ignorantes de todo, no entendían el auténtico significado de esas palabras. Naruto se dirigió entonces a la tribuna de autoridades.- Y no es solo culpa de konoha… otras naciones intentaron secuestrar niñas, arrancándolas entre llantos de sus hogares para convertirlas en úteros andantes…- A y Bee, de kumo, miraron al suelo esta vez. Sabían que se refería a los secuestros orquestados por kumo, a esos cientos de actos deleznables que habían protagonizado, concretamente los intentos de secuestro de Hinata y hanabi hyuuga y de Kushina uzumaki."
"…otros juraron venganza a un hombre y hubiesen ordenado matar a su hijo recién nacido si hubiese sobrevivido al incidente del kiuby… ¿Qué culpa podía tener un niño recién nacido de la guerra, la muerte y la miseria que vosotros causasteis?- Kurotsuchi apretó los labios y miró de reojo a su abuelo con reproche. Compartía cada palabra, su abuelo la contaminó con ese odio mucho tiempo, hasta que la guerra la demostró la verdad… Naruto no era un villano. No tenía culpa de nada. El viejo onoki se mantuvo frío, insensible ante esa mención de los crímenes de Iwa, pero ella no podía… toda esa sangre, todo ese dolor… no podía apenas dormir por ello. ¿La salvaría Naruto uzumaki a ella también?- Otros traicionaron por dinero y ambición a sus amigos, violando y matando a civiles indefensos… más hambre, más guerra y más miseria…- Gaara se vio particularmente afectado por esa acusación… él y sus hermanos habían participado en ese acto, y nunca se lo perdonaría del todo.- Y otros condenan a los niños a matarse entre la niebla para acceder al cargo de gennin… ¿cuántos niños inocentes han muerto en esa niebla sangrienta de la que tanto os enorgullecéis en kiri? ¿Era necesario? ¿vale todo la vida de un solo niño?- preguntó a Mei terumi, a la cual la tembló ligeramente el labio mientras apartaba la mirada."
"Todos somos culpables de ese dolor, sin distinciones. Clanes ninja exterminados para no optar por la solución difícil y dialogar…- Sasuke, desde su esquina de la plaza, apretó su puño con rabia de forma disimulada… sabía por qué incidente iba ese comentario.- …secuestros, violaciones... nuestros pecados son muchos. Pero, al igual que somos culpables de la guerra y del dolor, podemos ser culpables del cambio…- Naruto expuso sus palmas hacia arriba con sus brazos extendidos en cruz, para luego arrodillarse, atrayendo la atención total del público. Naruto uzumaki, el hokage de konoha, el hombre más poderoso del mundo, estaba arrodillado. Muchos se incomodaron, A de kumo incluso volvió a reírse. Patético… ese niño no era alguien excepcional, solo tuvo suerte en la guerra, nada más… Sakura frunció el ceño con rabia al ver ese gesto, e intentó acercarse a levantar a Naruto… le amaba, no iba a permitir que se burlasen de él… pero Tsunade la detuvo con un suave gesto de negación."
"Os lo estoy rogando de rodillas… ser culpables del cambio. Durante la guerra di cada gota de mi sangre por vosotros… y lo volveré gustoso a hacer si sois culpables del cambio. He visto durante un año entero lo peor del ser humano… he visto niños huérfanos y tullidos por shinobi sin escrúpulos en el territorio del noroeste… he visto mujeres violadas delante de sus hijos en el noreste… Muertes, miseria, dolor… Lo vi durante un año, me sumergí en ello y dejé incluso de respirar, ahogándome… hasta que dije basta…- Kurenai y Sakura apretaron los labios. Le recordaban en su piso, abandonándose a sí mismo a su suerte… deseando morir. Esa afirmación era literal.- …y, cuanto dije basta, encontré una nueva razón para vivir… el cambio. Me alejé del dolor, deseando que todo fuese un mal sueño, y me rodeé todo el año siguiente de los únicos no culpables de todo esto… los niños.- Naruto, aún de rodillas, fijó sus ojos en uno de los huérfanos de konoha, un chico llamado Aoki, de unos cinco años, que le observaba con una mezcla de admiración y temor… no entendía porque su nii chan estaba así, de rodillas, pero era consciente de que en ese momento el mundo le miraba. Debía de ser un momento importante, nunca había visto esa plaza tan llena y a la vez silenciosa…"
"Los que vivís aquí sabéis que llevo un año rodeado de niños. En la academia por la mañana, en el orfanato por la tarde…- Tsunade asintió con una suave sonrisa, mientras Sakura no podía evitar sonreír también. Fue muy común ese último año verle riendo, rodeado de huérfanos y estudiantes de la academia, como si fuese uno más… seguramente se sabía el nombre de cada niño de konoha.- Les suelo preguntar qué es lo que les gusta, qué les divierte… me dicen mil cosas, muchos dicen ramen para mi orgullo…- comentó con una sincera sonrisa, riéndose algunos niños ahí presentes al entender el por qué… su nii chan adoraba ese plato…- pero ninguno, jamás, me ha dicho que la guerra. La ven como lo que es… dolor, muerte y miseria. Y nadie quiere eso. Los niños tienen mucho que enseñarnos a nosotros, adultos rotos… pueden enseñarnos a cambiar. El cambio es necesario… el cambio es vida, pueblo de konoha… Y yo os lo voy a dar como un regalo.- los consejeros se miraron, inquietos… eso sonaba fatal…"
"He aceptado este cargo no por fama, o por poder… lo he aceptado en el nombre de cada niño del continente. Porque todos ellos son inocentes, y les quiero por ello. Pensar cada uno de los aquí presentes en lo que más felices os haga, en lo que más os guste…- muchos cerraron sus ojos, imaginándolo. Algunos veían cosas simples, otros cosas tan difíciles que les parecían imposibles.- …os lo puedo dar. Recibí el poder para crear y destruir, para curar y enfermar… puedo daros eso que deseáis. Mirar a vuestra derecha…- Tsunade clavó sus ojos en Sakura, que se removió incómoda. Su maestra quería mandarla un mensaje… muévete, o te muevo yo...- Puedo dárselo también sin quitaros lo vuestro. No es necesario luchar, puedo haceros felices a todos… pero no lo haré gratis. No lo voy a hacer sin que me deis nada a cambio. Si lo hago, no lo valorareis, y no llegará el cambio… seguiremos igual, y nuestros niños dejarán de ser inocentes. Se romperán, como nosotros…"
"No, no será gratis… ni tampoco fácil, nada que merezca realmente la pena lo es…- Su mente dibujó a cierta pelirrosada de inmediato... por supuesto que lo bueno merecía la pena y era difícil de conseguir- Solo os pediré una cosa a cambio de vuestra felicidad… paz. La paz, con cada letra, con su significado por entero. La paz aquí, y en kumo…- A ignoró esa estupidez de comentario… era incapaz de entender eso de paz… pero a su lado, sus lugartenientes sí que lo entendieron…- Iwa…- Kurotsuchi abrió los ojos… paz… ella quería paz, eso la haría feliz…- Kiri…- Mei apretó los puños… mantener inocentes a los niños… a su hija… ojalá fuese posible… o quizás, podría poner su granito de arena, y confiar en Naruto para el resto.- en cada isla, cada rincón, sobre el cielo, bajo tierra... Paz… no os imagináis lo maravillosa que es la paz… solo los niños pueden imaginársela en todo su esplendor, por eso son felices. Yo la he visto este año, y ahora no puedo vivir sin ella. Os daré un futuro brillante, os daré mi amor como se lo he dado a ellos, pero vosotros me tendréis que dar paz. Y, mientras no me deis paz, no os daré mi amor. Porque amo la paz… porque sólo puedo amar en la paz. Y con mi amor, vendrá vuestra felicidad."
"Sé que esa paz no será fácil… principalmente porque debéis de comenzar por encontrar la paz en vosotros mismos. Muchos cargáis con una mochila muy grande a vuestras espaldas… algunos con una carga de rencor al mundo…- Sasuke miró al suelo, parpadeando con pesadumbre; mientras onoki miraba de reojo a su nieta, que dejaba escapar una lágrima, con culpa.- …otros con una carga de culpa, dejando que errores pasados os marquen el futuro…- Aunque Naruto no la miró, Sakura sollozó ligeramente… ojalá fuese valiente y volviese con su Naruto… ojalá pudiese librarse de su culpa un segundo y volver a ser feliz…- incluso conozco gente que la carga con sus miedos e inseguridades…- Hinata abrazó sin darse cuenta a su hermana pequeña, que la miraba con un gesto sorprendido… se esperaba que su hermana llorase ante un discurso tan emotivo, incluso ella estaba al borde del llanto. Pero Hinata no lloraba… no, simplemente miraba a Naruto con un gesto de sorpresa, sin parpadear."
"Cargáis mochilas repletas, lleváis toda la vida en guerra, una guerra tan larga que ya no sabéis quién la comenzó. Una guerra eterna dentro de vuestra mochila… y os pido que la dejéis en el suelo. Libraros de esa carga, como yo hice de la mía. Perdí a un ser muy querido, cargué con rencor, culpa y miedo mucho tiempo…- Naruto miró de reojo a Mirai Sarutobi en ese momento, que estaba en los brazos de su madre, contemplándole con esos ojos rojos… y esa bufanda azul de su difunto primo al cuello. Konohamaru tendría que perdonarle esta mentira, era necesaria.- …hasta que decidí librarme de eso. Dejarlo atrás. Y en ese instante, sentí mi espalda más ligera… me sentí más grande. Fui feliz. Encontré la paz, y con ella soy feliz. Os pido que encontréis esa paz vosotros… muchos sabréis qué hacer con ella, muchos no me necesitaréis para ser felices y solo seré una excusa para ser valientes… me enorgullezco de vosotros si es así… pero los que no lo sabéis, solo tenéis que darme vuestra culpa, yo la cargaré por vosotros… yo devoraré vuestros pecados, y así podréis ser libres."
-Darme esa paz, y os daré mi amor. Lucharé hasta mi último aliento por vuestra felicidad, solo confiar en mí. Lograré vuestro perdón, y así podréis ser libres. Darme paz, y seréis felices.- Naruto sonrió mirando de nuevo a ese niño de entre la multitud, para luego guiñarle un ojo.
El niño sonrió con sinceridad, borrándose de su rostro cualquier rastro de confusión o temor, sonriéndole de vuelta Naruto. El rubio se levantó, recogiendo sus brazos, que habían estado extendidos todo el tiempo, mientras una ráfaga de viento extendía su capa de rokudaime hokage y revolvía su pelo rubio. Naruto cerró los ojos, levantando su rostro al cielo… sabía quién le enviaba esa señal. Desde donde quiera que estuviese, su difunto hermano pequeño, su primer aprendiz, le agradecía el poner todo de su parte para cumplir esa última promesa que le hizo. Y, desde la calle, muchos miraron al nuevo hokage de konoha con otros ojos. La luz iluminándole… su pelo rubio al viento, como rayos de sol… su figura, imponente, como una gran estatua de mármol… muchos lo miraban con la boca abierta incluso… ¿ese hombre era el niño que había estado recogiendo comida a medio pudrir entre los contenedores hace casi dos décadas? ¿Ese niño que recibió todo el odio de la aldea y nunca intentó vengarse? ¿Ese niño que nunca ganaba en nada, pero nunca se daba por vencido? Naruto giró su rostro hacia el palco de autoridades, donde estaban el resto de kage.
-Lo que he dicho va también por vosotros. Nuestras naciones pueden trabajar unidas y hacer un mundo mejor, pero solo si me dais paz. Darme paz, y tendréis mi amor y el de la nación del fuego. Anuncio que, como mi primer acto de líder de la hoja, disuelvo oficialmente raíz, y pido perdón por cada atentado realizado por sus hombres.- Los kage allí presentes abrieron los ojos con asombro, mientras los consejeros palidecían. Raíz era un secreto a voces, una verdad incómoda que nadie sacaba a la palestra, y ocurría en cada nación ninja. Suna con su arena negra, Kiri con su niebla, Iwa con su granito, kumo con su trueno… nadie hablaba de ellas. El comentario del rubio era destaparla totalmente ante toda la hoja y asumir una culpa sin que el resto lo hiciesen…- No negaré nuestros pecados… solo los purgaré. No volverá a ocurrir, no volverá a aparecer… la hoja ya no se alimentará de sus raíces nunca más… lo hará del sol. Del mismo que nos iluminará a todos si vosotros también salís de las sombras, si vosotros también dejáis atrás el peso de la vida de un shinobi en guerra. Podemos construir un futuro para nuestros niños… hagámoslo. Darme paz, y le daré a vuestros hijos un futuro...
-Impresionante discurso…- le oyó la cavernosa voz de kurama, salida de ninguna parte.- Aunque es un poco egocéntrico que te recrees en este recuerdo tras tu accidente con los anbu…
Naruto parpadeó un segundo, y la imagen cambió de golpe. De estar en el palco de la torre hokage, ante toda konoha, vestido con su capa de rokudaime; a estar en la alcantarilla húmeda de su paraje mental, ante un zorro gigantesco de nueve colas, vestido con ese chandal negro y naranja que siempre llevaba en su mente, ese regalo de su difunto padrino que tanto adoraba. Joder, cómo le dolió destrozarlo en esa batalla contra Sasuke… Pero no era el momento de pensar en eso. No, teóricamente no debería de estar allí… Recordaba desenmascarar a los anbu traidores, darle una razón para vivir a Yugao uzuki… recordaba el dolor de ser atravesado su pecho por una katana, los gritos de horror… la sangre acumulándose en su garganta, su falta de aire… y el silencio posterior. El silencio reverencial, el cómo consiguió disimularlo todo para dar ese último discurso, esa forma de acabar con toda posible conspiración en su contra.
Era parte de su plan, dejarse golpear, dejar fallar a los conspiradores. Que viesen que no tenían nada que hacer, porque no luchaban contra un ser humano… luchaban contra algo más. Una idea, un espíritu, un dios… lo que quisiese creer la gente. Nadie se atrevería a atentar contra un dios, nadie le atacaría más después de ese día… si creen que ni tan siquiera eres humano, no te incluirán en sus maquinaciones. Todo líder debe de conservar un halo de misterio si quiere que su obra se conserve en el tiempo, y Naruto lo había llevado al siguiente nivel. Aún muriendo, el espectro de Naruto uzumaki volaría sobre konoha cada día, cada minuto… todos vieron cómo ni se inmutó por una herida mortal, sería tremendamente fácil para cualquiera inspirarse en eso y luchar por defender la obra de ese hokage rubio. Ese era su plan. Lo dijo en su discurso, estaba allí para dar una oportunidad a los que quieren ser felices, y aún ese atentado podía ser aprovechado… Pero esta parte no estaba en el guión… ¿Qué había pasado para acabar allí?
-No… ¿no estoy muerto?- preguntó Naruto al aire, negando con un deje distraído kurama desde su posición elevada.
-No… ¿acaso lo esperabas?- inquirió el biju al ver el gesto contrariado del rubio. Enseñó sus dientes en una sonrisa irónica, y continuó hablando con su voz grave y antinatural.- Yo cumplí con mi parte en tu plan: dejarte indefenso y luego contener la hemorragia de tus heridas con mi chakra hasta que terminases con tu discurso… Salió todo perfecto, salvo que tuvieses otras intenciones adicionales que intentases ocultarme, sin éxito por supuesto…
-Si, pe… pero… yo caí incluso siente después, y tú… tú ya no tenías por qué…- balbuceó, claramente confuso, intentando ocultar a su mejor amigo sus intenciones ocultas… como si eso fuese posible, viendo el gesto burlesco del biju.
-Claro que no tenía por qué… pero te salvé de todas formas cachorro. En cuanto caíste inconsciente forcé tu regeneración hasta que llegaste al hospital, y luego ya le dejé todo a las expertas…- explicó, para luego acercar su inmenso hocico al rubio.- Te recuerdo el trato al que llegamos en la guerra: somos socios. Yo tengo mis planes, tú los tuyos, las órdenes resérvalas para tus subordinados…- Naruto miró al suelo con rabia, apretando los puños.
-No era una orden, era un favor… hacer justicia…- declaró, pero el kiuby suspiró con desidia.
-Era una estupidez, ya te lo dije cuando intentaste matarte a base de beber: vas a vivir más de un siglo, yo me voy a asegurar de ello. Vas a darle nietos a mi anterior jinchuriki para compensar el haberla matado, vas a restaurar el clan uzumaki para compensar a la jinchuriki que precedió a tu madre, y vas a ser feliz para compensar mi parte de culpa por tu mierda de infancia. No tengo la culpa de que mis planes sean mucho mejores que los tuyos…- se burló para relajar el ambiente, pero el uzumaki seguía con ese rictus serio, desesperanzado… parecía que tocaba ponerse serio.- Naruto, de nada te sirve salvar el mundo si no puedes disfrutarlo después… quizás deberías de devorar tus propios pecados, como haces con el resto…
-No me merezco el perdón kurama… lo que yo hice no tiene arreglo, salvo que puedas devolverle la vida a konohamaru…
-Desgraciadamente, no puedo cachorro…- concedió el biju, traicionando una lágrima a Naruto. El kitsune se compadeció de su jinchuriki, de su mejor amigo, y decidió atacar con más ahínco.- Hay pecados que no se pueden borrar, lo sé. Yo no puedo devolverle la vida a tus padres, por ejemplo… pero no gano nada recreándome en ello. Debes de pasar página, Naruto…
-No puedo… es mi carga. Al asesino de mi hermano pequeño no lo perdonaré nunca… lo sabes…- espetó con furia el uzumaki. Furia contra sí mismo, por haber cometido un error irreparable. Podía redimir a Sasuke, limpiar la hoja de corrupción, mejorar la vida de los civiles, lograr la paz en el mundo, pero… ¿Cómo le devolvería todos los años que le quitó a konohamaru sarutobi?
-lo sé, cachorro, eres obcecado como tu madre… ¿Me permites un consejo, chiquillo? Una carga es mucho más ligera si se… comparte.- comentó kurama, arqueando una ceja Naruto.
-¿Comparte?- El biju tuvo que reprimir una risa… Naruto seguía teniendo el mismo gesto de confusión desde los cinco años, era gracioso ver que, por mucho que creciese por fuera, seguía siendo el mismo por dentro.
-Si, compartirla Naruto… compartirla con alguien…- el ojiazul iba a replicar, pero kurama no le permitió interrumpirle.- No es casualidad que cada religión del mundo tenga la figura de la confesión… confesar el pecado es el primer paso hacia la redención, te sorprendería lo útil que es…
-Como la población sepa lo que hice, todo lo que he logrado se vendrá abajo… me odiaran aún más de lo que me odio yo…- el hokage miró al biju a los ojos, con firmeza.- …mi solución es mejor, el culpable paga, la aldea mejora, y cumplo con mis promesas… solo tienes que dejarme lograrlo… onegai.- el kiuby frunció el ceño, enseñando los dientes… no le gustaba ver suplicar a su chiquillo.
-Toda tu infancia luchando por vivir, y ahora luchas por morir… mira que te gusta nadar contracorriente…- se quejó el nueve colas, para luego gruñir al aire.- Mira, tú mismo dijiste que la negociación es el arte del punto medio, ¿no? Pues hagamos un trato… comparte tu carga con UNA sola persona. Obviamente, alguien en quien confíes, o si no se correrá la voz y destrozaremos todo nuestro trabajo… Compártelo con alguien cercano. Cuéntaselo todo, cómo te sientes, lo que hiciste, no escatimes en detalles. Si lo haces, te prometo que, la próxima vez que intenten matarte, si todavía lo deseas, te dejaré morir… hasta entonces seguiremos igual: yo salvándote, tu lamentándote…- Naruto iba a gritarle con rabia a ese parásito naranja, pero el lugar comenzó a difuminarse, sonriendo el biju con sadismo.- Vaya… me parece que empieza tu purgatorio…- el rubio lo miró con ese gesto confuso, riéndose el biju.- ¿Te crees que soy tan benévolo de normal? No amigo mío… lo que pasa es que hoy yo soy el poli bueno… y no he sido el único que ha puesto todo de su parte para curarte… ¡recuerda mi propuesta! Comparte tu carga una vez, y yo dejaré de molestarte…
Antes de que el uzumaki pudiese responder, el lugar volvió a cambiar en un parpadeo. Joder, qué puñetero mareo: de la torre hokage a su paraje mental, de su paraje mental a ese sitio nuevo. Tardó unos segundos en identificar dónde se encontraba: no estaba muy acostumbrado a esas paredes blancas, ni a ese instrumental que pitaba de forma regular, ni a tantas agujas tan cerca… Esa habitación de hospital solo había tenido a tan ilustre huésped no más de cinco veces en veinte años, una proeza teniendo en cuenta su profesión y su habilidad para salir herido de cada misión. Aunque había algo más que le permitió identificar el lugar donde estaba: su guardiana. Sakura haruno, con su pelo rosado, sus ojos verdes, su piel nívea, su perfume. Estaba sentada al lado de su camilla, pelando con serenidad una manzana con una expresión seria. Reconocía ese gesto… estaba preocupada. Preocupada y enfadada. Ahora entendía el gesto sádico de kurama… ese zorro no le permitía morir, pero lo de no permitirle sufrir no entraba en sus planes…
-Al fin despiertas…- comentó Sakura al aire, sin mirarle, pelando su manzana. Ohhh, estaba enfadada… y no podía fingir que seguía dormido, la doctora le había pillado sin dificultad. Sakura se dirigió a la enfermera que hacía guardia con ella.- Anuncia a Shikamaru nara que el hokage está despierto…- ordenó, obedeciendo de inmediato la mujer. Por su gesto, ella también se temía un magnicidio, y tenía más miedo a Sakura que amor por su dirigente… lógico… Una vez salió la enfermera, Sakura siguió pelando su manzana en un tenso silencio, con su mandíbula apretada, su mirada centrada en la fruta… como la centrase en Naruto, konoha tendría que elegir un nuevo hokage… Pasados unos difíciles segundos, el rubio intentó calmarla…
-Sa… Sakura chan… yo…- balbuceó, empeorándolo aún más por supuesto…
-Haruno sama para ti…- la fémina dejó la manzana en un cuenco cercano y se levantó, rumbo a la tablilla con el diagnóstico… el que la partiese al tomarla hizo al rubio temblar.- Vaya, habrá que destinar más presupuesto para mejorar la calidad del material… Bueno, hokage sama, ¿quiere su informe de ingreso? Vamos a ver… tres días inconsciente, impresionante… sin la ayuda de su biju, se habría pasado meses ingresado… tranquiliza saber que al menos hay uno que piensa de ustedes dos…- Naruto iba a replicar, pero una mirada fría de esos jades le hizo tragar hondo… esa mirada le aterrorizaba más que uchiha madara…- Su herida requirió una operación aún con su chakra rojo, no en vano la hoja estuvo a TRES CENTÍMETROS de su corazón…- Sakura le miró con tal intensidad que Naruto sintió que podía verle cada mentira, cada rincón de su alma… y que no la gustaba lo que estaba viendo…- Con otro paciente diría que tuvo mucha suerte, pero… contigo me inclino a pensar lo contrario…- si las indirectas matasen, Naruto estaría requetemuerto. Con un gesto nervioso, intentó defenderse mintiendo… craso error. Sakura podía ver las mentiras de Naruto a kilómetros, lo conocía perfectamente…
-Sakura ch…- El rubio tuvo que frenarse cuando la vena de la frente de Sakura palpitó con fuerza. Había perdido el derecho a llamarla así hasta nuevo aviso.- Ha… Haruno sama… fue un atentado, yo no…
-¿Tú no? Yo creo que tú si.- Sakura tenía los ojos humedecidos, y tal gesto de rabia que podría convertir en piedra a un hombre de una mirada si quisiese…- Esa mañana me miraste a los ojos tras despertarnos juntos, me besaste, hicimos el amor… te noté muy entregado, pensé que era porque me querías y eso…
-Sakura chan…
-Haruno sama…
-…yo te quiero…
-¿Ah si? Está bien saberlo…- murmuró con ironía la fémina.- Pero, volviendo a la conversación, esa mañana estabas raro, y, cuando me preguntaste por mi turno en el hospital, creo que algo dentro de mi te descubrió… pero decidí ignorarlo. Parecías un adulto hecho y derecho desde hace un año, me dije "estás paranoica Sakura, Naruto no va a cometer ninguna estupidez…"- La mujer se rió de sí misma, con burla.- Al final me has pegado lo baka… Por supuesto que habías pensado una estupidez, eres Naruto uzumaki, es lo único que se te da bien… a la tarde, me apareces en urgencias medio muerto y con una espada atravesándote el pecho… y, tonta de mi, me dejo casi todo mi chakra en salvarte… Y antes de que salgas con lo del atentado otra vez, entiendo que temieses un atentado. No conozco un solo hokage que no haya sufrido alguno… incluso tengo que admitir que has sabido sacarle partido, los aldeanos llevan taponando la entrada al hospital con sus ofrendas para que te mejores sin parar estos tres días, y hemos recibido tantas cartas que temo por la supervivencia de los bosques de konoha…
-Sakura chan, siento…
-Déjame hablar…- ordenó con un tono firme, incontestable. El hokage mandaba en konoha, Sakura haruno en el hokage. La pelirrosada era, de facto, la mujer más poderosa del continente en ese momento.- Como te he dicho, no me importa lo del atentado. Los clanes han entregado a los conspiradores al cuerpo anbu… temían que la población civil quemase sus complejos uno a uno si no lo hacían… se podría decir que has salido ganando, pero, ¿sabes qué? Creo que no te has salido con la tuya. Te pude curar, y me he pasado tres días en este cuarto, velándote, temiendo que no te despertases… llorando hasta quedarme seca, aunque te de igual… y he estado pensando… Naruto, ¿por qué quieres morir?- le preguntó de golpe, parpadeando con asombro unos segundos el rubio.
-Sakura, yo no quiero morir, no…- intentó mentir, pero esos jade a poco estuvieron de volverse rojos con pupila rasgada por el odio que le transmitieron. Incluso pareció que por unos momentos el pelo de la haruno flotó en nueve mechones en el aire… Kurama se sentía asombrado y honrado por partes iguales, le gustaban las mujeres guerreras.
-Estuve pensando, y, partiendo de la base de que sabías exactamente cuándo y quiénes te iban a intentar matar, me hice una pregunta… ¿por qué no enviaste un clon? O a kurama con un henge si no querías que se descubriese tu engaño, ese zorro es inmortal, no habría tenido problema en hacerlo… habría vuelto a tu paraje mental al "morir" y listo…
-¿Por qué no me sellaron en ella en lugar de en ti? Se nota que tiene el cerebro que a ti te hace taaaaaaanta falta…- preguntó el kitsune con burla desde dentro de Naruto.
-… y llegué a una conclusión…- continuó Sakura en el exterior, mascándose la rabia en cada sílaba.- Querías ser herido… querías estar allí tú, no por medio de un clon, y que te pudiesen herir. Te he visto ponerte en riesgo miles de veces, pero sé que esta es diferente… Por eso te pregunto lo obvio: ¿por qué quieres morir?- El uzumaki iba a hablar, a intentar convencerla de que no era así, pero Sakura levantó una palma, interrumpiéndole.- Antes de que intentes volver a mentirme, voy a dejarte algo claro, Naruto Uzumaki namikaze…- Buff, los dos apellidos… esto se estaba poniendo feo.- Vas a tener que encontrar la mejor excusa de tu vida. Porque, como no me convenzas, no volverás a verme.- Naruto abrió los ojos con pánico… sobre todo porque no había la más minina duda en los de Sakura.- Lo digo en serio: tienes cinco minutos para convencerme. Porque si no, lo nuestro acaba aquí y ahora. Y me iré bien lejos, a cualquier aldea… ofertas no me faltan… Y, cómo te atrevas a seguirme, te juro por mi vida que te arrepentirás, Naruto…- amenazó, y Naruto tragó grueso. Vale, mentirla estaba descartado. Aunque… quizás eso fuese lo mejor. Quizás debía de mentirla. Provocarla para que se alejase de él, salvarla de estar con el mayor fraude del continente. Quizás…
-…- Una sola mirada a esos jade le quitó las ganas de actuar así. Puede que Sakura estuviese furiosa, que desease matarle dieciocho veces… pero esos jade seguían preocupados. Querían una respuesta sincera, querían que Naruto la aliviase su dolor. Si, puede que mentirla fuese lo más inteligente, pero haría a Naruto incumplir una promesa… prometió hacerla feliz, y mentirla la rompería el corazón en tantos pedazos que jamás volvería a recuperarse… No podía mentirla. Frustrado, miró a las sabanas, mientras las apretaba con fuerza con sus manos.- No lo entenderías, Sakura chan…
-Prueba… soy mucho más lista de lo que parezco…- espetó con furia la haruno, pero se ablandó ligeramente cuando los ojos del hokage comenzaron a aguarse. Otra vez esa sensación, ese mensaje subliminal que le mandaba a veces: Naruto tenía una gran pena sobre sus hombros, algo que le estaba asesinando lentamente. A veces no veía ni rastro de ella, como cuando hacían el amor; pero, otras… otras era como ver un océano de tristeza. Sobre todo cuando se sentaba en el trono hokage… en esos momentos, era como si una sanguijuela le mordiese el cuello. La doctora suspiró, y se acercó a él, tomándole de la mano.- Sea lo que sea, Naruto… querría que me lo contases… que lo compartieses conmigo…- Naruto recordó la petición de kurama… compartir con alguien de confianza… ¿y quién era más merecedora de su confianza que el amor de su vida? Pero… pero no se atrevía. ¿Cómo atreverse? ¿Y si, tras saber la verdad, le odiaba? Sakura detectó sus dudas, y le obligó a mirarla. Ya no tenía ese gesto furioso, solo una sincera preocupación. Y dijo las palabras que sabía que siempre vencerían a Naruto…- Onegai…
-…- El rubio sollozó ligeramente, vencido. ¿Cómo negarse a un ruego de Sakura haruno? Literalmente, si esa mujer le pedía la luna seguido de un onegai, las noches pasarían a ser muy oscuras para el planeta tierra, porque él se la daría…- Y… ¿y si te dijese que yo también debo de pagar por mis pecados, Sakura chan?- la preguntó con la voz quebrada. La haruno lo miró sorprendida, ¿Naruto? ¿Pecados? Era un rayo de luz para todos, un santo… no tenía pecados, más allá de esa obsesión con el naranja…- Me paso el día reclamando a la gente ser mejores, y yo soy el peor de todos… un puñetero fraude que les grita desde un palco que deben de ser buenos, cuando mis manos están manchadas con sangre inocente… con la sangre de un niño…- balbuceó, llorando a lágrima viva. Sakura apretó los labios, entendiendo a quien se refería.
-Naruto, lo de konohamaru fue un accidente…- intentó consolarlo, acariciándole la mejilla. Era normal que se sintiese mal por la muerte de su hermano pequeño oficioso, pero así era la guerra… no era culpable de nada. Naruto pareció leerla la mente, porque frunció el ceño de inmediato.
-No lo fue… konohamaru fue asesinado…- el uzumaki aspiró hondo, y lo soltó, luchando contra su miedo…- Yo… yo lo maté.- Sakura abrió ambos ojos con asombro, incluso no pudo evitar apartarse ligeramente. El ojiazul apretó los dientes entre lágrimas, y siguió confesándose al amor de su vida.- Kumo… kumo había atacado un orfanato que yo protegía… había matado a todos los niños, aún cuando eran tullidos y no representaban amenaza alguna. Yo… yo les vi morir… y perdí el control. Los maté a todos… maté a mil personas con mis manos desnudas… y… cuando terminé… intenté acabar también con kumo entera… arrasarla de una bijudama, hacérselo pagar…
-Lo… lo que dijiste de Yami…- murmuró para si Sakura, comenzando a encajar el puzzle que era Naruto uzumaki ahora que tenía la pieza fundamental…
-Era cierto… y Yami y yo somos la misma persona en el fondo, así que… así que el monstruo soy yo. Acumulé chakra, me preparé para ser un genocida… Pero… pero alguien intentó impedírmelo. Konohamaru y mi equipo de apoyo. Cargaron contra mi, y yo los maté…- Naruto rechinó tanto los dientes que la ojijade temió que se los partiese.- Fue… fue sin querer, ni tan siquiera los miré al hacerlo… solo… solo quería sangre. Y, cuando me di cuenta de lo que había hecho, ya era tarde… estaba muerto. Murió en mis manos Sakura chan…- confesó, casi a voz en grito, furioso, roto por dentro, temblando…- Quiero corregir cada injusticia, pero… ¿Qué hago con el asesino de konohamaru sarutobi? ¿Qué hago con el mayor hipócrita del continente, que se atreve a llamar asesinos a todos mientras tiene sus manos manchadas de sangre? Me preguntabas que si quiero morir… ¡por supuesto que sí! ¿Qué otra forma tengo de arreglar lo que hice? ¿Te parece justo que yo esté aquí, viviendo, siendo feliz contigo, y él no?- preguntó con los ojos anegados por las lágrimas, llorando de vuelta la haruno.
-Naruto…- murmuró la pelirrosada, tomando el rostro del hokage con sus manos, limpiando sus lágrimas con sus pulgares. Si Naruto estaba así, ella no estaba mucho mejor. Se esperaba cualquier cosa, salvo algo así, ver a Naruto roto, destrozado… Decía que era un mentiroso terrible, pero, viendo cómo había logrado ocultar todo eso en su interior hasta ahora, era un actor brillante. Si preguntases a cualquier aldeano, te diría que Naruto uzumaki era un ser de luz, libre de pecados, que no sentía pena. Incluso Sakura lo creyó, aunque fuese parcialmente. Pero la realidad era… terrible.- Konohamaru no habría querido que murieses… te quería…
-Ya lo sé…- lloro de nuevo, posando su cabeza en el hombro de ella. Sakura acarició sus cabellos, consolándole.- Él… él me pidió antes de morir que… que cuidase de mirai y de konoha… pero… pero… ¿Cómo voy a hacerlo? ¿Cómo voy a salvarlos a todos si yo soy el peor? ¿Cómo, Sakura chan? Cómo…- siguió llorando, y así estuvo por minutos, con Sakura aguantando sin decir palabra, dejándole desahogarse. Naruto llevaba dentro una terrible herida, una cicatriz que ella quería curarle. Esa era su forma de actuar: Naruto salvaba el mundo, y ella le salvaba a él… así actuaban, ese era su trato. Y ella estaba feliz con ello, por eso le curaría también esta. Curaría a su hokage, curaría a su baka… curaría al amor de su vida. Naruto la había conquistado, y no le iba a permitir ceder ahora que su corazón lo había aceptado como el hombre de su vida. Lucharía por él. Y, cuando puso su cerebro a trabajar, encontró una solución.
-Naruto… sé lo que necesitas…- le susurró al oído, levantándose esos zafiros hasta encontrar sus jade. Unos zafiros que anhelaban desesperadamente una salvación, una ayuda… una que le prestaría Sakura. Ella le sonrió dulcemente, y besó cada pómulo del uzumaki, limpiándolo de lágrimas.- Necesitas un Naruto…
-Co… ¿Cómo? ¿Un Naruto? Yo… yo soy Naruto…- balbuceó, confuso. Sakura tuvo que reprimir una risa ante ese gesto, o le quitaría toda la seriedad al momento. Su gesto de confusión era literalmente adorable, parecía un niño pequeño…
-Lo sé baka… por eso tendremos que encontrarte a otro solo para ti…- declaró, para volver a sonreírle. No podía sentirse más halagada a medida de que ahondaba en el gesto de Naruto. Confiarla su más terrible secreto, un secreto que, si lo supiesen sus enemigos, acabaría con él. Una muestra de total confianza, de amor en su sentido más puro. El amor es mutua confianza, ella confiaba en Naruto, Naruto en ella. No podía ser más feliz por ello.- Necesitas a alguien que te conozca bien, en la que confíes… alguien que pueda ser tan baka como tú si se lo propone… y me parece que este último requisito solo lo cumplo yo…- murmuró para si, abriendo de nuevo Naruto sus ojos con sorpresa. Sakura esta vez no pudo reprimir una ligera risa… lo dicho, Naruto en ese estado era adorable.- Llevas un año repartiendo esperanza, Naruto. La gente acude a ti, te pide ayuda, y tú les escuchas y se la das. Les das soluciones para que dejen salir su dolor. Tú mismo lo dijiste en tu discurso… eres un devorador de pecados. Y yo seré tu Naruto… tu devoradora de pecados.
-¿Y cómo lo…?- Sakura lo interrumpió, poniéndole un dedo en sus labios, adquiriendo de golpe una firmeza nunca vista. Llevaba un año viendo a Naruto hacerlo, ella podía imitarlo. Podía ser su Naruto… podía curarle.
-Naruto uzumaki… cargas en tus espaldas un dolor inmenso. Mataste a tu hermano pequeño… lo hiciste sin querer, tú mismo lo reconoces, pero aún así lo hiciste…- dijo la haruno, apretando los labios el rubio. Cierto… totalmente cierto.- No podemos devolver la vida, pero… podemos dotarla de sentido. Has hecho un gran bien, Naruto… has ayudado a cientos de miles, has corregido injusticias, dado esperanza… tu castigo será seguir haciéndolo. Seguir siendo hokage en nombre de konohamaru, no del tuyo. Si de verdad quieres compensar lo que hiciste a konohamaru, te asegurarás de que tu obra no decaiga jamás. Vivirás tu vida como Naruto uzumaki, porque él quería que la vivieses así… y vivirás tu cargo como konohamaru sarutobi. No intentarás poner fin a ninguna de las dos vidas prematuramente, porque eso sería traicionarle de verdad, Naruto uzumaki. Y, cuando seas viejo… tú y yo hablaremos sobre si mereció la pena luchar y no rendirse…- sentenció, apretando los dientes Naruto, analizando lo que la proponía Sakura. Una vida para él, y para su difunto hermano… un futuro. Una parte de él quería aceptar, pero… una duda le atacaba…
-Si hablaremos cuando seamos viejos… ¿te quedarás conmigo? No… ¿no me dejarás solo?- preguntó, dejando salir su temor. El temor a que Sakura cumpliese su amenaza de hace unos minutos, que se fuese lejos de él, que le dejase solo… no podría soportarlo solo, la necesitaba. Siempre había sido independiente, hasta que la conoció. No podía vivir sin Sakura haruno… podía vivir sin aire, sin comida, sin ramen si le apurabas… pero no sin ella. Sakura sonrió, y besó sus labios con tranquilidad. Un beso cariñoso, tierno, uno que le reconfortase. Sintió los brazos del uzumaki rodearla, y, tras terminar el ósculo, se quedó a centímetros de su rostro, sonriéndole con los ojos cerrados. Mira que era baka este Naruto… quizás por eso le gustaba tanto, porque era un libro abierto.
-Si me compensas el disgusto de estos tres días… puede ser que estemos juntos mucho tiempo… Naruto uzumaki…
Y fin, con cada letra. Ha sido largo, pero ha logrado su objetivo. Una historia sobre redencion que no podia acabar de otra manera que no fuese redimiendo al propio protagonista de su pecado imperdonable. La muerte de konohamaru le afecto muchisimo, muchisimo mas de lo que estábamos viendo, y era lógico que naruto necesitase a su propio "Naruto" para perdonarse, alguien que viese su pecado, lo aceptase y le ofreciese una forma de redimirse. En este caso, Sakura, y por tanto ella tambien cierra su ciclo. Un final feliz para una obra feliz, aun con sus momentos trágicos. Hubiese finalizado con algun discurso, o una parrafada sobre la esperanza, pero, ¿sabéis que? asi me parece un final perfecto. Naruto logra lo que quiere, Sakura tambien, kurama lo mismo... ¿para que sobrecargarlo? Lo bueno, si breve, dos veces bueno, recordarlo si escribís. Y yo adoro los argumentos circulares.
En lo referente al discurso, espero que haya quedado lo suficientemente espirutual. Si os fijais, es un elemento continuo en esta obra, algo que se nombra una y otra vez. "Oh, que gran discurso de Naruto", "Oh naruto, tu discurso me inspiro"... Queria que quedase extenso, potente, y que apareciese al final, no al principio. Alterar la linea temporal era parte de la gracia de este fic. Lo tengo escrito desde que empecé el fic eh, si no seria imposible incluir cada elemento que ha ido ocurriendo en cada capitulo. Es la demostracion de que no he acelarado nada: simplemente, al empezar cada capitulo, miraba el discurso y me centraba en un pj. Muy religioso? puede ser, de ahi que esta obra sea del género spiritual.
Espero que os haya gustado, en especial a los que insistían en otros fics en que acabase esta obra. Yo siempre completo mis obras, no os preocupéis hombre. Un saludo a cada lector, y en particular a Carlos Juan ad, Adrit126 (dentro de nada empiezo un nuevo narusaku, aguanta!), andrew, guest1, joanayagarcia, Rafarikudou, Guest2 (como me gustaria poneros un nombre mejor que guest y un numero, ¡poner un apodo aunque sea!), Odisea27, Nothernlights91 (un placer leerte, tanto aqui como en tu tablón), Il nardo, matteens (lo mismo que con nothern, un placer leerte!), malejo0427, max arti (que gusto ver tu foto de perfil en los reviews xD mi alma Narusaku lo agradece), guest3, Arrendajo kun, Leonelj5, mi querida Shoseiki chan (si te tienen secuestrada, hazme una señal y te rescato!), lolgof (lo bueno se hace esperar xD), Knk (tranquilo, ese fic llegara, la idea me gusta mucho para una comedia xD), Rubn lpez, CRBXMLP (volvio de entre los muertos para comentar y actualizarme mi querida "A mi manera", un honor xD), PauloS, Shizumalfoy y Uzumaki albert (un honor tu review, en serio, me has arrancado una sonrisa). Por que os nombro? Muy simple... al comentarme, habeis contribuido a esta obra. Lo minimo es que vuestro nombre aparezca por aqui.
Espero que os sintáis honradosl ha sido un placer escribir para vosotros y nos vemos en el resto de mis historias, yo me pongo la medallita de completo en otro fic largo, Un saludo!