Disclaimer: Naruto no me pertenece. Bla, bla, bla... Señor Kishimoto, he cogido a sus personajes de nuevo para hacer otra de mis locuras. #SorryNotSorry.
Advertencias: el bonito vocabulario de Sasuke.
Pairing: Sasuke U., Hinata H., Naruto U. [SasuHinaNaru] —Sep: un trío con todas sus letras.
Si no estás de acuerdo con lo que se va a ver aquí, según tengo entendido, hay un botón que dice «Atrás». Púlsalo y nos evitamos malos ratos.
Summary: ¿Qué culpa tenía Hinata que Naruto se viera tan condenadamente atractivo por el simple hecho de beber una taza de chocolate caliente?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
I. Attractive
Tenía el rostro colorado como una manzana recién cosechada, las orejas calientes que casi echaban humo como una chimenea, y, por si fuera poco, aquel nerviosismo que en su infancia rayaba lo ridículo. Ése era el estado en el que se encontraba Hinata Hyūga desde que despertó enredada en las sábanas de la cama, y sus liláceos ojos se acostumbraron a la tenue luz solar que se colaba por las ventanas de la habitación.
Sentado a su lado y de brazos cruzados, Sasuke Uchiha mantenía una sonrisa rebosante de mofa en su normalmente adusto rostro. Se la estaba pasando pipa con el simple hecho de ver a la mujer metida en aquella situación —según ella— sumamente vergonzosa. ¿La razón? Una muy estúpida a su parecer, pero que para ella era algo así como la octava maravilla el tener a unos cuantos pasos, y apoyado en el marco de la puerta, a Naruto Uzumaki —quien, ajeno a lo que hablaban sus amigos, simplemente se encontraba bebiendo una humeante taza de chocolate.
—Solo está tomando una puta taza de chocolate caliente. Deja de verle así, pervertida.
—¡Sasuke-kun!
El sonrojo en los pómulos de Hinata se acrecentó con tan solo escuchar al Uchiha. Últimamente parecía tener bastante afán de ponerla en situaciones muy bochornosas; sobre todo en aquellas que la dejaran con las orejas ardiendo.
Y, no, aquellas libertinas actividades que realizaban y que cualquier persona consideraría impúdicas no contaban. En esos momentos, ambos acababan con algo más que las orejas calientes.
Naruto, después de tragar el líquido que tenía acumulado en las mejillas, observó el estado de la mujer con detenimiento, alzando una ceja confundido cuando Sasuke le habló esta vez al oído y ella se encogía sobre sí misma, cubriéndose con la sábana para no seguir escuchándolo.
—¿Estás bien, Hinata?
La susodicha detuvo su acción de alejarse de las inquietas manos del mayor que trataban de arrebatarle la tela de encima, y se la quitó ella misma para atender de inmediato al llamado del Uzumaki. Éste se la quedó mirando con semblante severo, logrando que su piel se estremeciera y el calor en su rostro —y en medio de sus piernas— aumentara. Sin embargo, ésta sensación amainó ligeramente cuando la expresión seria se marchó y fue reemplazada por una de esas sonrisas pícaras que la ponían con el corazón a mil.
—Ya cierra la boca, o te entrará una mosca.
Totalmente azorada y saliendo abruptamente del embelesador efecto que la cerúlea mirada de Naruto causaba en ella, tan opuesta a la renegrida de Sasuke Uchiha, Hinata se puso de pie y cubrió su cuerpo de nuevo con las sábanas. Había sido solamente un susurro en su oído que sonó lejano debido a su ensimismamiento, pero en cuanto cayó en cuenta del significado de aquellas palabras, su mente estuvo a punto de derrumbarse en aquella nebulosidad a la que estaba acostumbrada desde que era una niña retraída que siempre tartamudeaba.
Se dirigió a la salida de la habitación a paso rápido, casi tropezando con el pantalón negro de Sasuke y la camisa naranja del Uzumaki, mientras escuchaba detrás de ella las carcajadas de su primer amor y, aunque menos escandalosa, la risa nasal de su otro amor.
Pero, ¿qué culpa tenía Hinata que Naruto se viera tan condenadamente atractivo por el simple hecho de beber una taza de chocolate caliente? Sasuke era un bastardo inicuo. Regodearse de ella y sus reacciones era muy injusto, sobre todo cuando, segundos antes, había notado cómo su nuez de Adán subía y bajaba con dificultad por el hecho de ver al rubio beber de aquella taza con semblante complacido. No haber dicho nada al respecto era parte de su naturaleza indulgente, pero, al mismo tiempo, también era un error grave contra la despiadada forma de ser de Sasuke Uchiha. Era formidable su talento para distraerla y hacerla olvidarse de esos breves momentos en los que bajaba la guardia, para así admirar más de la cuenta al tercero en cuestión. Era una iniquidad, por supuesto, pero no por eso dejaba de ser un acto increíble.
Y hablando de actos inverosímiles: ¿desde cuándo Naruto se levantaba tan temprano los domingos?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
C'est fini, ¡al fin!
Corto, muy corto para lo que estoy acostumbrada a escribir. Pero, estoy aquí de nuevo a las andanzas, osi osi XD ¡Y qué mejor manera de iniciar que con la OT3 que me calienta el corazón, más que el Sol de verano!
¿La razón? Pues mi bella Procrastinacion fue quien me inspiró a escribir algo de estos tres de nuevo —al menos de manera seria—, en motivo de su cumpleaños. ¡Feliz cumpleaños —atrasado! Quería darte esto lo más pronto posible, besha mujeh, pero ya conoces mis pedos con las clases —el mismo cuento de nunca acabar XD Además, a cada párrafo que editaba, se me ocurrían más y más ideas, y simplemente no quería parar. Pero, al mismo tiempo, tampoco quería romper con mi reto personal de hacer un Drabble —o, a lo mucho, una viñeta. En fin, por eso mi tardanza... He aquí tu pequeño regalito.
¡Pero! Antes de que se me olvide :v
Esto no termina aquí. No, non, nel. Este es el principio de un nuevo proyecto que tengo en mente desde hace un buen tiempo, pero no me animaba a darle forma hasta entonces. Éste solo es el primero de muchos escritos al azar que tengo por ahí para este hermoso trío. Algunos puede que tengan relación con uno que otro capítulo, y otros no tanto. Espero subir pronto el próximo capítulo, que ya está prácticamente terminado y solo necesita afinar detalles —Licenciados, ¡darme un respiro ya!
Sin más que decir, si les gustó o no, ya saben que los comentarios no cuestan varo :v
¡Bais!