Holaaaaa! ya se que me he perdido por un largo tiempo para las personas que siguen mis fics pero hey! I'm back lol. ahora, este fic lo he tenido en mis archivos al igual que algunos otros que siguen en borradores.


Cap.3: Futta no está a negociación

Los Guardianes de la Décima Generación sabían que su amigo y Jefe tenia debilidad con los miembros más jóvenes de su Famiglia, les permitía prácticamente hacer lo que querían siempre y cuando estuviesen en los rangos morales e inmorales del resto de la Décima Generación, lo que era un amplio marco de referencia. Los Guardianes también sabían que Tsuna podía ser bastante sobreprotector con los tres adolescentes, pero nunca se imaginaron a que extremo podía llegar a explotar el Joven Decimo o como se podía mover en una situación de riesgo hasta el día en el que secuestraron a Futta de la universidad.

El Décimo Vongola podía inspirar bastante miedo cuando quería hacerlo.


Las cenas de la Décima Generación eran ruidosas, por no decir escandalosas, especialmente cuando llegaba el tercer jueves de cada mes en el que se reunían los allegados más cercanos al Decimo Capo de Vongola.

Juntar a Varia, Cavallone, Simon y a la Décima Generación Vongola era lo mismo que invocar al desastre. Literalmente. Y todo empeoraba con el pasar de los minutos. Los empleados de la mansión Vongola siempre maldecían el momento en el que a Reborn le dio la "fabulosa" idea de convivencia al joven Decimo.

Yeah, Reborn amaba el caos. Reborn era el Caos personificado.

Tsuna soltó una risa disimulada al entrar al comedor y ser recibido por uno de los cuchillos de Bel, cuchillos que fueron fácilmente esquivados y atrapados.

-Puedo imaginarme a todos con 70 años y aun comportándose como críos.

Tsuna enarco una ceja en dirección a su Consejero mientras guardaba los cuchillos en su saco, quien sabia cuando los podría necesitar.

-Lo dice alguien que estuvo atrapado en el cuerpo de un bebe, jugado con disfraces y comportándose como un crio a su conveniencia teniendo más de 26. –Tsuna sonrió con suficiencia y algo de descaro copiado directamente de su ex tutor quien ya le estaba apuntando con León transformado en pistola. –Y no me hagas calcular tu edad actual, Reborn. Todos sabemos cuánto odias eso, signiore.

Reborn disparo y Tsuna esquivo con relativa facilidad, un acto ya tan común que ni siquiera inmuto el caos que había en el comedor.

El Décimo Capo sonrió inocentemente a lo que Reborn no pudo más que preguntarse cuando era que había corrompido tan bien a su ex-alumno. ¿Habría sido la ida a las Vegas, el fin de semana en Dubái o el día que se emborracharon en Bangkok? No importaba, estaba jodidamente orgulloso de cómo había crecido aquel chico Dame que no podía dar más de dos pasos sin tropezarse con sus propios pies.

Antes de que Tsuna pudiese decir algún otro comentario sabelotodo y empeorase su situación (Reborn podía apreciar a su ex alumno, y ser su consejero, pero aun así era un asesino con poca paciencia y una reputación que mantener) los otros mafiosos notaron la presencia del Capo.

-¡Juudaime! –Gokudera dejo de estrangular a Levi A Than con la servilleta para correr al lado del joven Capo. Levi ya veia la luz.

El joven Capo dio unas palmadas en el hombro de su Mano Derecha entendiendo su mirada de sufrimiento. Cuatro días manejando Vongola rompía los nervias de todos sus Guardianes, especialmente los de Hayato más aun cuando era semana de 'Reunión Familiar'.

Tsuna simplemente dio una mirada de suficiencia a Reborn quien soltó un suspiro resignado. Si por 'a' o 'b' motivo el ex- arcobaleno empezaba el Chaos con su alumno, todos se unirían, y ya había regresado de limpiar un caos (Tsuna lo obligo) como para comenzar a limpiar otro. Maldita sea la regla que Tsuna le impuso. "Si lo rompes lo arreglas"

-¡Tsuna-nii! – Lambo dejo de jugar con Rauji para acercarse a su figura a seguir.

El castaño sonrió a su hermano pequeño antes de que este se le lanzase al cuello con fuerza y no le soltase.

-¡Gege! – A diferencia del resto, I-Pin casi llora de alivio al ver a su hermano mayor. ¡Por fin las bestias se mantendrían algo a raya! La artista marcial se lanzó a los brazos del Capo quien la atrapo con facilidad y le dio unas cuantas palmaditas reconfortantes en la espalda.

Reborn se mordió la mejilla interna para no reír, sin importar la edad que tuviesen, los críos seguían a su ex alumno como si fueran unos polluelos. No reiría. ¡Por primo! ¡que tenia una reputación!

-¡Yo, Tsuna! –Yamamoto envaino su espada sin importarle la mirada desaprobatoria de la Lluvia de Varia. El pelinegro sonrió brillantemente en dirección a su Cielo.

Chrome soltó un suspiro de alivio cuando su mirada recayó en el joven Capo.

-Bossu. –Nagi sintió como su alma volvía a su cuerpo, si bien mantener las peleas entre la Niebla y la Nube de Vongola era imposible para casi cualquier mortal, Tsuna los separaba con una mirada. Una. Simple. Mirada. Yeah, Tsuna había aprendido el arte maestro de la sacrosanta mirada castigadora parental y el peso culposo que esta podía provocar.

Mukuro simplemente dejo su pelea con Hibari despareciendo su tridente al igual que este último guardo sus tonfas de inmediato, no porque respetaran a Tsunayoshi ni nada por el estilo, mucho menos porque le tuviesen miedo. En lo absoluto. Solamente les había dado la gana de parar de pelear para recuperar el aliento.

Tanto Mukuro como Hibari nunca admitirían sus razones si es que el contrario no decía nada pero tenían un sacrosanto pacto silencioso.

Chrome simplemente intercambio una mirada conspiratoria con Reborn y Tsuna… ¿Que? Compartir cuerpo con Mukuro-sama tenía sus consecuencias.

Tsuna palmeo suavemente la cabeza de I-Pin dándole a entender que quería que le soltase, pero esta solo se aferró más a este. El castaño soltó un suspiro, si I-Pin no se soltaba, no había poder humano que le quitase a Lambo de encima tampoco. Ni modo tendría que caminar así.

Reborn bufo de manera burlona ante el predicamento del Capo quien simplemente le mando una mirada asesina, dicha mirada parecía más un puchero derrotado que otra cosa. Tsuna dejo de fulminar con la mirada a su Consejero para esquivar una botella de Grand Manier, una tarea algo trabajosa con dos adolescentes colgados de ti.

-Mini Basura.

Tsuna sonrió calmadamente.

-Bueno verte a ti también, Xanxus.

En respuesta otra botella fue mandada en dirección al Capo, pero esta quedo suspendida en el aire a pocos centímetros del rostro del Capo.

-¡Tsuna-kun!

El nombrado sonrió grandemente. –¡Enma-kun!

Enma hubiese ido al lado de Tsuna de no ser por los adolescentes colgados del cuello de este y porque Adel parecía a punto de tener un ataque homicida contra todos si es que se iba de su lado.

Tsuna asintió comprensivamente en dirección a su amigo.

-¡Ototo! –Un látigo tomo la botella suspendida por el campo antigravitatorio de Enma.

Tsuna no podía estar más emocionado por a quienes estaba viendo, ¡Romario estaba al lado de Dino! ¡No habría tantos latigazos en las caras de nadie!

Con el pasar del momento, Tsuna sonrió a su familia saludando a todos y cada uno de ellos de manera respectiva dejando que nuevamente el ambiente animoso apareciese, aunque no paso ni un segundo en el que no se diese cuenta que faltaba alguien. Creía creer que era una coincidencia, pero tras el pasar de media hora y no dar señales de vida, paniqueo.

-Hayato. ¿Tienes un minuto? –El peliplata en menos de un segundo dejo de estrangular al Guardián de la Lluvia para prestar toda su atención a su querido Jefe.

-¡Todo mi tiempo es suyo, Juudaime!

En esta ocasión, Tsuna, no dijo nada para contradecir a su amigo, elemento y Guardián sino escaneo la habitación de la misma manera en la que Reborn escaneaba a sus víctimas.

-¿Por qué Fuuta no está aquí? Sus clases ya terminaron y no tiene proyectos pendientes. –El joven Capo se sabía de memoria todos y cada uno de los horarios de los miembros de su Famiglia, y eso incluía a TODOS los miembros de Vongola.

El peli plata frunció el ceño.

En menos de 10 minutos, Vongola, Varia y Famiglias aliadas empezaron a voltear de cabeza toda Italia.


El adolecente trato de resistirse, pero la fuerza de los adultos era mayor.

Futta uso su último recurso, grito al más puro estilo Squalo.

Los tres secuestradores se taparon los oídos algo aturdidos por el grito del menor. Las jeringas cayeron al suelo quebrándose. En el mismo momento que Futta dejo de gritar para tomar otra bocana de aire, los dos secuestradores le taparon la boca ahogando su grito.

-¡Mierda! – Uno de los hombres que habían secuestrado de Futta dio un pisotón en el piso de pura rabia. –No podemos estar perdiendo dosis.

El secuestrador que le tapaba la boca a Futta también le dio una mirada fulminante.

-Vuelve a gritar y me importara muy poco la condición en la que llegues al jefe. ¿Capisci? –Futta asintió a regañadientes, pero con la amenaza a su lado no podía hacer otra cosa que ganar tiempo, Tsuna-nii le debía estar buscando.

El hombre que le había tapado la boca a Futta se voltio gritando órdenes.

-Vayan por otra dosis en vez de quedarse parados como idiotas.

El menor negó fervientemente, no que los adultos le diesen importancia.

- ¡A Tsuna-nii no le gustara verme con marcas de inyectables! –Los tres mafiosos fulminaron al menor con la mirada, ya se estaban cansando. Futta quiso morderse la lengua por decir aquello. Se supone que debía ganar tiempo, no hacerlos enojar.

-No es como si lo fueses a ver otra vez, mocoso. –El que tapo la boca de Futta sonrió con malicia. –¿No es cierto chicos?

Ambos hombres imitaron la sonrisa del que hablo.

-Lo más seguro es que el Jefe ya mandase algo de dinero como compensación si es que se enteró de que fuimos nosotros. –Futta miro incrédulo a los hombres en la habitación. ¿Dinero? Si bien aquello era normal en la mafia, Tsuna-nii debía de estar furico si es que tan siquiera osaron hacer aquello. –No ofensas, Ranking Futta. Pero por más valioso que seas, Vongola no se meterá en una guerra con la Alianza Trevol solo por ti, es simple política mafiosa.

Los otros dos mafiosos asintieron como si fuese la cosa más simple del mundo y Futta fuese un ignorante.

Futta trabajo su mente en un instante. ¡Bingo!

-¿Alianza Trevol?

Los tres mafiosos miraron al adolecente con muecas de desdén.

-Tsk, por tus Rankings deberías saberlo.

Futta negó, pero bien sabía quiénes eran. Las cosas solo iban de mal en peor.

-Mira, mocoso. – El mafioso que iba a ir por los inyectables dio un suspiro exasperado. –La Alianza Trevol se conforma por Cuatro de las Famiglias mafiosas más importantes involucras con el tráfico de blancas.

Otro de los mafiosos detuvo la charla haciendo que el corazón de Futta se callera.

-Ni te molestes en explicarle demasiado, no tiene caso.

-Es conocimiento básico si es que va estar con la Famiglia.

-No seré parte de ninguna Famiglia fuera de Vongo.. –El menor no pudo ni terminar por el rápido golpe que había recibido. Debió mantenerse callado.

Futta se mordió la lengua tratando de orientarse, los oídos le zumbaban y la mirada la tenía desenfocada por el golpe.

El mafioso cogió el rostro del adolecente apretándolo de manera dolorosa.

-Agradece que seas útil para el jefe o no dudaría en mandarte a una de las subastas en este mismo instante, mocoso.

El menor ahogo un gemido de dolor, no les daría la satisfacción.

-Yo, no te desquites mucho con el mocoso o el Jefe te volverá a dejar a cargo del transporte.

El mafioso chasqueo la lengua con fastidio, pero obedeció.

Drogar a Ranking Futta parecía una idea maravillosa en aquel momento, más de lo que fue hace horas. Crazo error.


Dante Ricota era un hombre mayor ambicioso y aquello era de conocimiento público mafioso. Muchos le admiraban y temían por igual, y se jactaba de ello cada que podía.

El Capo y uno de los principales fundadores de la alianza Trevol. Don Ricota había hecho muchas cosas arriesgadas a lo largo de su vida cayéndose y levantándose sin mucha repercusión, podría decirse que el acto más arriesgado hasta eso momento de su vida era el secuestro de Ranking Futta, un movimiento demasiado osado hasta para él, pero valía totalmente la pena, aunque se estuviese enfrentando a Vongola.

Vongola, nombre de temor, envidia, celos, así como de respeto entre las familias mafiosas.

Yeah, había sido un movimiento demasiado arriesgado, pero a diferencia de hace muchos años que solo tenía a su pequeña Famiglia para que le respaldasen ahora tenía a la Alianza Trevol, múltiples familias llenas de poder y prestigio. El Don podía estar tranquilo, nadie se atrevería a ir en contra de él ni siquiera Vongola por más temibles que fuesen.

Dante se acomodó en su sillón, dándose un momento de paz y relajación. Eran momentos como estos los que anhelaba a cada momento.

Su pared exploto.

El polvo y escombros inundaron la habitación.

El Capo no tuvo ni tiempo para reaccionar cuando fue derribado de su sillón y un metal se presionase contra su garganta dificultándole la respiración. El viejo Capo iba a maldecir cuando vio la mirada de unos de los demonios más temidos de la mafia, uno que en unos años seria comparable a Reborn.

El pelinegro tenía una mirada feral.

-El pequeño herbívoro. –Hibari hizo uso del poco autocontrol que tenía para no morder hasta la muerte a la cucaracha, porque aquel sujeto ya ni siquiera podía entrar en la clasificación de herbívoro. –Quiero su ubicación. Ahora.

El Capo en un momento de valentía o bien podría llamarse estupidez superior, escupió a la mejilla de la Nube.

Hibari quien era conocido por acabar con sus víctimas por cosas menores, extrañamente, solo le rompió el brazo de un tonfaso al Capo.

Crac. Corrección, el brazo y el hombro.

Don Ricota no pudo ahogar el grito de dolor que le provocaron los golpes del Guardián de la Nube de la Decima Generación.

No paso ni dos segundos desde que grito el Capo que se escucharon pasos acercase.

El Don sonrió triunfal, sus hombres debían de estar llegando. No era tonto como para creer que podían ganarle a la Nube de Vongola pero al menos podría escapar.

Crac. A Don Riccotta se le fueron los pocos colores que tenía en la cara cuando el tonfaso rompió el piso alrededor de su mejilla.

-Al parecer mi Guardián no fue lo suficientemente claro. –Si antes Dante Ricota había sentido miedo, en ese momento casi se hace en los pantalones. El Décimo se veía omnipotente con aquella mirada anaranjada – Donde. Esta. Mi. Hermanito. Menor.

Pocos sabían de la ira del Decimo, pero muchos recordaban la forma en la que acababa con sus enemigos, aquellos que verdaderamente le hacían daño a su gente. Secondo y Xanxus quedaban como meros niños a comparación.

Detrás del Decimo por fin aparecieron los hombres de Don Ricota quienes dispararon rápidamente pero no lo suficiente como para que el fuego alrededor del joven Capo no les consumiera las balas. Fueron menos de tres segundos, pero Don Ricota pudo ver claramente por qué tantos seguían al japonés.

Tsunayoshi Sawada era un hombre peligroso, un hombre con el que nunca tuvo que haberse metido.

De todos los hombres que habían llegado, el Décimo solo dejo a uno en pie o mejor dicho, de rodillas.

- Ricota, me pregunto ¿cuánto dolor aguantara? –Pese a que la pregunta no fue referida directamente al Don, este sintió un escalofrió recorrerle hasta los huesos.

- Es un malen…ugh –Hibari callo al Don de un golpe dejándole fuera de combate.

- No dispongas de él, Hibari-san. Es mío. –Los ojos naranjas dieron un brillo posesivo que solo recibió un asentimiento en respuesta.

Tsunayoshi observo al mafioso que tenía sometido, el hombre le daría respuestas mas rápido que nadie. Podia oler su miedo.

El castaño presiono ligeramente el intercomunicador que llevaba.

-Hayato, pídele a Onii-san que se apresure a mi posición. Encontramos a Fuuta.

Tsuna corto la comunicación sin esperar la respuesta, no quería oír nada hasta encontrar a Fuuta.

Al dia siguiente ni un alma supo lo que había pasado con la Alianza Trevol pero estos habían salido totalmente del territorio de Vongola, Cavallone y Simon. Rumores circulaban alrededor, pero nadie afirmaba nada, y, si alguien de dicha Alianza se ponía pálido a la mención de Vongola, nadie fuera de la Alianza sabia la razón.


¿Review?

Gracias por leer!