Cerró los ojos fuertemente y abrazó el báculo como si la vida se le fuera en ello, caía a una gran velocidad por una especie de túnel de múltiples colores e infinidad de pequeñas luces, bajo ella vio una gran luz, entonces sintió como era expulsada de aquel túnel hacia la luz y por fin noto que aquello era el sol.

Sus ojos se desviaron del astro rey y se clavaron bajo ella.

Lanzó un chillido histérico al ver un gran suelo rocoso y supo que lo más probable es que muriera.

El miedo, pánico o quizás la lástima de los dioses la salvo, pues repentinamente fue rodeada por una especie de burbuja dorada que disminuyó la velocidad de la caída y logró que ella aterrizara suavemente en el suelo.

La burbuja se rompió en miles de fragmentos y ella se dejó caer de rodillas aún con el corazón desbocado del susto.

Miró frenéticamente hacia todos lados tratando de averiguar a donde rayos la había enviado la caprichosa diosa.

Cuando repentinamente algo, una especie de presentimiento la instó a quitarse de ahí inmediatamente y haciendo caso a sus recién descubiertos instintos, rodó sobre su costado derecho y rápidamente se levantó.

- ¡Kyah!- Chilló de nuevo al ver que donde ella había estado segundos antes ahora había un humeante cráter.

Su rostro se puso azul y de nueva cuenta sus instintos reaccionaron y con una corazonada ella alzó el báculo frente a sí misma y una barrera dorada apareció protegiéndola de esferas de energía azules que chocaron en la misma provocando una explosión.

- ¿Quién eres tu?- Exclamó una voz masculina mortalmente fría y ella dio un respingo ligeramente asustada.

- Responde, ¿cómo entraste aquí?- Interrogó otra voz, esta vez femenina.

Con temor enfocó la vista y frente a la barrera vio a una chica y un chico vistiendo armaduras.

Sus ojos se abrieron como platos al ver quienes eran.

- ¡Shaina de Ophiuchus y Algol de Pelseus!- Exclamó sin evitarlo sorprendiendo a los aludidos.

En un movimiento estupido, bajo el báculo y la barrera se rompió ocasionando que se lanzaran contra ella, de nuevo.

Con gran fuerza un golpe en el abdomen dado por la amazona la lanzó contra una pared de rocas, lentamente cayó al suelo y aún sabiendo que era mala idea se intentó incorporar pero sólo logró quedarse sentada.

Un fuerte dolor la paralizó, y rogo que no se haya roto ninguna costilla, aunque con su suerte sabía que estaba jodida.

Un hilo de sangre bajo de sus labios y ella lo limpio con el dorso de la mano.

-Esta cosa me protege- pensó ella mientras se apoyaba en el báculo para incorporarse.- Quizás si corro mientras lo tengo alzado pueda huir de aquí. A un lugar donde todo tenga sentido.

Miró el lugar a su alrededor y noto que si corría sin una dirección específica, lo más probable es que se perdiera más, miró el báculo un instante, mejor intentaba otra cosa.

- ¡Basta!- Exclamó en el tono de voz con que usualmente regañaba a sus sobrinos y ellos sólo la miraron sin bajar la guardia.- Al patriarca Shion no le agradara que hayan lastimado a la diosa.

Ambos la miraron como si una segunda cabeza hubiera brotado de su cuello.

- ¡Estas loca!- Grito una fúrica Shaina ante tal osadía por parte de ella.

- ¡Oye!

-Tú no eres Athena- habló el lentamente con furia contenida.

-Claro que lo soy -respondió molesta.- ¿Qué no ves el báculo?

-Y eso qué.

- ¿Cómo qué? ¿Acaso piensas que es la varita de virtud? ¿O la guadaña de la muerte? ¡Es Nike por amor al chocolate!

Las miradas de los tres se clavaron en el báculo el cual eligió ese instante para dar un suave resplandor cuando el sol reflejo en el.

Ambos santos se miraron, ninguno le creía, si sabían de la existencia de Nike pero este sagrado báculo estaba en la villa de Atena hasta la llegada de la diosa cuyo paradero era un fuerte secreto que ni ellos sabían.

Miraron a la chica la cual vestía como una oficinista, ella estaba sucia con los cabellos alborotados y las mejillas rojas por el fuerte sol.

La diosa Athena siempre era una hermosa joven mujer, sencilla, de mirada dulce, gran elegancia, gracia, amabilidad y dulzura, pero sobre todo increíblemente poderosa.

Pero aquella chica era más grande incluso que algunos caballeros dorados, cero gracia y amabilidad, además de que a leguas se veía que era muy inquieta, de aspecto común y corriente con un toque simplon en ella y francamente no era muy bonita que digamos.

Sin querer escuchar una palabra más Shaina se elevó en el aire dispuesta a caerle en cima, mientras que Pelseus la rodeaba para inmóvilizarla cuando la amazona la golpeara.

Alzó la mano al ver como ambos se movían de nuevo como si quisiera detener el golpe que sabría venía, pero al hacerlo una bola de luz dorada apareció chocando con la amazona.

Atónita miró como de alguna patética manera podía defenderse, alzó ambas manos aprovechando la sorpresa de ambos y dos esferas simultáneas aparecieron y chocaron contra ellos lanzándolos hacia atrás con gran fuerza y para gran sorpresa de ella noqueadolos al instante.

Su momento de triunfo se arruinó al ver ligeros hilos de sangre bajar por sus sienes y mejillas.

- ¡Oh por el osito bimbo! ¡Los he matado!- Exclamó asustada mientras corria a ellos y rápidamente comenzaba a hacerles aire con las manos. -Me he quedado sin un plateado y una amazona.

Alertados por las explosiones y choque de cosmos, otros cinco caballeros de plata acudieron encontrando a una chica de cabellos castaños y frente a ella sus compañeros a los cuales les estaba echándo aire con las manos, la chica claramente se veía asustada.

Un cauteloso Dante de Cerberus se acercó, y satisfecho noto que la extraña chica no los había visto, miró un instante el báculo en el suelo al lado de ella y frunció el ceño, así que se agachó para recogerlo pensando que de alguna manera aquello había sido lo que noqueara a sus compañeros de armas.

Cuando sus manos se cerraron sobre el, inmediatamente una poderosa descarga eléctrica lo golpeó casi matandolo al instante.

Sus compañeros observaron este hecho sorprendidos, y esta vez fue Babel de Centauris el que lo tomó, pero a diferencia de Dante éste no pudo ni alzarlo.

La chica ante semejante alboroto giro el rostro y observó como uno era electrocutado y el otro casi se rompe la espalda, al ver a un tercer idiota acercarse decidió intervenir.

- ¡No lo toques!- Exclamó al entender que nadie más que ella podía tocarlo, pero fue demasiado tarde el susodicho lo tomó y se quemó las manos fuertemente, como si las hubiera metido en lava hirviente.

Rápidamente ella saltó sobre sus pies y tomó el báculo con las manos antes de que cualquiera pensara siquiera intentarlo de nuevo, sorprendidos los caballeros vieron a la chica alzarlo y sujetarlo fácilmente, por inercia se colocaron en guardia.

Ella miró aprensiva a su alrededor notando como era lentamente rodeada.

-Es peligrosa- habló Agora de Loto a Misty de Lagarto por cosmo.

-A mí me parece que no tiene idea de lo que hace- respondió el otro.

-Eso no es posible, mira ellos están completamente noqueados, y sabes bien que ellos no son precisamente débiles.

-Solo hay una manera de averiguarlo- exclamó Babel mientras se incorporaba ignorando la punzada de dolor en su baja espalda y ambos asintieron.

Un segundo después todos se lanzaban contra ella, pero esta vez sólo quedó en un intento pues de repente todo se encontraban a centímetros de ella flotando.

Ella, que había cerrado los ojos por miedo al ver que se lanzaban contra su persona, comicamente alzó el báculo sobre su cabeza en un afán de protegerse.

Naturalmente la barrera dorada la rodeó al instante, con temor abrió primero un ojo y luego el otro, jadeando sorprendida al ver a los caballeros flotando.

-Un poderoso cosmos se sintió en todo el santuario.- Dijo una voz profunda apareciendo en un haz de luz.

Los ojos de los caballeros y la chica giraron a la izquierda, donde un imponente hombre vistiendo una túnica y máscara se acercó.

Sus ojos barrieron la escena, un caballero y una amazona en el suelo noqueados, uno semiconsciente del cual brotaban ligeras chispas, otro de rodillas despidiendo un olor a carne chamuscada y tres más flotando frente a una barrera tras la cual estaba una mujer sosteniendo un báculo.

Báculo que él conocía perfectamente, sus ojos se abrieron como platos tras la máscara; trono los dedos y los tres caballeros cayeron al suelo de golpe.

Rápidamente se acercó ignorándolos y para sorpresa de ellos se arrodilló frente a la barrera.

- ¡Tú eres Shion!- Chilló ella agudamente arrancando muecas en los presentes.

El patriarca asintió sin alzar el rostro y preguntándose cómo ella sabía su nombre.

-Es un honor volver a verla mi señora Athena.

Ante semejantes palabras los caballeros palidecieron considerablemente, Shaina y Pelseus que poco a poco recuperaban la conciencia despertaron de golpe al oír lo dicho por el patriarca.

Automáticamente todas las miradas se clavaron en la patidifusa chica la cual hizo una mueca ante ello.

Cómo pudieron los caballeros se arrodillaron también tras el patriarca.

Ella bajo el báculo desapareciendo la barrera y apoyándose en él para ponerse de pie, pero una fuerte punzada de dolor en el abdomen la detuvo y cayó al suelo de golpe, jadeo en busca de aire pero esto solo incrementaba el dolor.

Asustado el patriarca se levantó y corrió a ella, los caballeros se atrevieron a alzar el rostro y vieron cómo Shion con cautela la cargaba mientras ella aún aferraba el báculo dorado.

- ¡Athena!

-Dios parezco una piñata- susurró ella y Shaina sintió un sudor frío atravesarla cuando Pelseo la miró de soslayo.

El patriarca noto esto y su lenguaje corporal cambió de golpe.

- ¡Fuera!- Exclamó el furioso a los santos y ellos apoyándose unos en otros se alejaron de ahí mientras miraban con aprensión a la chica.

-Princesa Athe...

-No- susurró ella.- Por favor no lo digas.

El patriarca no supo cómo reaccionar a esto, así que mejor optó por llevarla a descansar y a que la atendieran de inmediato.

Rápidamente corrió con ella en brazos a través de las doce casas al saber que no podía teletransportarse con ella herida.

Por su parte los caballeros dorados sintieron el cosmos del patriarca y por un breve instante vieron sólo un destello de hebras castañas y un leve resplandor dorado.

Hola a todos (as) los que leen, lamentó mucho la demora en la actualización peroel trabajo me tenia absorbida espero les haya gustado y no olviden comentar.Hasta la próxima!