Esta es una secuela del fic "Bohemian Rhapsody: La Historia de Queen" que narra la vida, obra y legado de Freddie Mercury y Queen , esta inspirada en declaraciones oficiales de Freddie Mercury , Roger Taylor , Brian May y John Deacon , al igual que su actual gerente Jim Beach , y en los documentales " Queen: Days of Our Lives " y " Freddie Mercury: The Great Pretender ". Les sugiero oír "Perfect" de Ed Sheeran para la escena de Sai e Ino, "How Long" de Charlie Puth para Sasuke, "Silent Storm" de Carl Espen para Daisuke, "Forgiven" de Within Temptation para Sakura, "Innocence" de Avril Lavigne para Sarada, y "All I Need" de Within Tempation para Takara.


Sentada en solitario en el jardín de su casa, Ino se dejó balancear sobre el columpio, su rostro habitualmente sereno y apacible, siempre alegre y dispuesto a sacarle una sonrisa a todos quienes conocían ahora se encontraba triste y deprimido, cabizbaja, mientras apretaba sus manos contra las cadenas, impulsando y frenando su movimiento con ayuda de sus pies. Vestía una camiseta beige de cuello redondo y mangas hasta los codos, con tres línea blancas en el borde de la tela y en el borde de las mangas a juego con los jeans blancos que usaba, cortos botines marrón rojizo, una pulsera de cuentas doradas en su muñeca derecha y su largo cabello rubio cayendo libremente tras su espalda. Dirigiéndole una última mirada a sus hijos que coloreaban y leían en la sala, bromeando entre sí o viendo uno de los programas de música la televisión, Sai se dirigió hacia el jardín donde Ino había permanecido por ya más de una hora, no tenía problema en cuidar de sus hijos si ella necesitaba un poco de tiempo para sí misma, lo merecía e incluso más, pero esta conducta tan triste y solitaria de su parte en el último tiempo lo estaba asustando. Tras cruzar el umbral hacia el jardín, Sai se aproximó en silencio a su esposa para no molestarla, arrodillándose a su lado, contemplando su rostro habitualmente feliz completamente afligido, mirando a la nada misma, desganada, como si no tuviera razón alguna para ser feliz, veía el miedo brillando en sus ojos aguamarina, más por muy preocupado que se encontrara, no estaba dispuesto a molestar con sus interrogaciones.

-Ino— llamo Sai suponiendo que su esposa estaba distraída, más lejos de ello ella volvió el rostro inmediatamente al escuchar su voz, prueba de que había advertido su presencia, —¿Qué pasa?— pregunto directamente ya que andar con rodeos no iba a ayudar en nada.

-Nada— contesto la rubia, no deseando preocuparlo con pensamientos tontos de mujer, él ya tenía muchas otras cosas en que pensar.

-No puede ser nada— protesto el pelinegro, negando con obviedad, —te conozco, amor, habla conmigo— pidió incapaz soportar verla triste y sin poder hacer nada para ayudarla.

-¿Cuánto durara esto?— inquirió Ino, obedeciendo a su solicitud y contestando con sinceridad.

-¿Esto?— repitió Sai, arqueando una ceja, sintiéndose verdaderamente perdido al no entender el sentido de su pregunta.

-Nosotros— enfatizo ella aludiendo su matrimonio y lo que hizo que Sai bajara la mirada. —Primero fueron Naruto y Hinata, ahora Sasuke y Sakura, ¿Quién sigue?— había intentado ocultar su miedo, pero ya no podía hacerlo más, temía que ambos se separaran, temía que fueran los siguientes.

-No pienses así, Ino, no te hace bien— protesto él sin molestarse en contestarle, porque no tenía sentido, le había prometió el día de su boda amarla por el resto de su vida y lo cumpliría, esa era su prueba de amor hacia ella.

-¿Y que más debería pensar?— inquirió Ino con una seca carcajada carente de humor. —Nunca he pertenecido a este mundo, Sai, y si tengo que dejarte ir, yo…— aparto la mirada, imposibilitada de terminar esa frase siquiera, no podía imaginar un futuro así.

-Nunca podría dejarte, porque hacerlo sería peor que la propia muerte— sosegó Sai, entrelazando sus manos contra las de ella, haciendo que alzara la mirada. —Ino, sabes que te amo porque eres sencilla, natural, autentica, porque no tienes que esconder tu belleza bajo toneladas de maquillaje o actuar diferente para llamar mi atención— enumero sin problema alguno, esbozando una ligera sonrisa, porque lo que más lo enamoraba cada día era su autenticidad y sencillez. —Te amo tal y como eres— declaro en caso de que ella tuviera alguna duda, porque él estaba dispuesto a eliminarlas con actos de amor, siempre.

¿Existían mujeres más hermosas que Ino? Tal vez, el mundo era muy grande después de todo, pero a él eso en nada le importaba, para él Ino era simplemente perfecta, su mejor amiga, su único amor, nunca podría existir nadie como ella en el mundo, nunca podría amar a nadie más que a ella. No era la única que sentía que no encajaba en ese mundo de fama y triunfo, él aun hoy y de poder hacerlo renunciaría a Queen de no ser por Itachi, deseaba vivir una vida aburrida y normal junto su esposa y amiga incondicional, si se había visto envuelto en problemas con el alcohol no solo se debía a la ansiedad y presión mediática de cumplir con las expectativas de ser una "estrella de rock" que todos imaginaban que era junto a sus amigos como parte de Queen, siempre rodeado de personas más sintiéndose solo cuando ella no estaba a su lado ni sus hijos a quienes tanto amaba y en quienes en ocasiones intentaba no pensar para no sufrir por extrañarlos o estar lejos cuando todo lo que deseaba era abrazarlos. Y a pesar de que él era un problema por sí mismo, Ino siempre había estado ahí, siempre lo había apoyado, ¿Cómo podría decir que no encajaba en su mundo? En el de las superestrellas tal vez no, pero en el suyo…era su reina, su día y su noche. Conmovida por las palabras de Sai y sintiendo un nudo en la garganta, Ino acuno el rostro de su esposo entre sus manos, viendo una tristeza aún más profunda que la suya en sus ojos, la preocupación de perder a su amigo, el temor de no saber qué sucedería mañana, una carga que ella quería eliminar o al menos aligerar de serle posible.

-Sai, siempre estaré aquí para ti en cada paso del camino— menciono Ino en voz alta en caso de que él no lo tuviera claro. —Si eres feliz, yo también soy feliz, si tu sufres; yo también, iría al infierno contigo, solo tienes que pedirlo— sabía que sufría demasiado y que tenía mucho en que pensar, pero ella siempre estaría ahí para apoyarlo cuando lo necesitara.

-Te amo— agradeció Sai con una sonrisa, feliz de ver que la tristeza la había abandonado, permitiéndole a él sentirse pleno por ver el encantador brillo en sus ojos aguamarina.

-Yo te amo más— protesto ella a modo de broma con un infantil puchero antes de reír, mucho más tranquila al ver su sonrisa y que tanto adoraba.

Ninguno de los dos era más fuerte que el otro en su relación, ambos eran igualmente frágiles pero siempre que sentían que iban a caer lo que hacían era apoyarse como si fueran columnas irrompibles, impulsándose a no rendirse y llegar cada vez más lejos y en ese momento no fue diferente, Ino inclinándose para besarle la frente a Sai, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de él que la abrazo por la cintura, reposando su rostro contra su hombro, serenándose gracias a su tacto cándido y su dulce perfume, ojala y la vida fuera tan sencilla, muchas veces deseaba permanecer en casa para siempre y darle la espalda al resto del mundo, solo permanecer en su pequeño rincón del mundo…pero un día—y lo sabía bien—podría cumplir ese sueño, un día ambos solo serían una pareja normal, y en secreto ansiaba que ese día llegara, ansiaba volver a ser libre, libre de amar a Ino y dedicarle cada hora y minuto de su vida.


-¿Ya decidiste quien será tu padrino?, ¿yo? de acuerdo— plasmo Itachi con su característica actitud de diva, haciendo sonreír a su mejor amigo mientras se adjudicaba el lugar de honor en la ceremonia. —Tu tranquilo, nada arruinara esta boda— prometió ya que personalmente se encargaría de que nada perturbara los planes de su pareja favorita.

La vida estaba plagada de anécdotas, algunas más divertidas que otras, pero anécdotas al fin y al cabo, y en ese momento tan difícil que estaba viviendo con Sakura, Sasuke simplemente no podía estar más agradecido con el universo por lo que había sucedido. Anteriormente, Sakura había insistido con lo del divorcio y entre varias averiguaciones, Kakashi—como abogado y amigo—había descubierto que el matrimonio entre ambos era nulo, ¿Cómo era posible esto? Tal vez porque habían sido casados por alguien—Naruto—sin licencia oficial y al margen de las "leyes", por lo que a lo largo de todos esos años, Sakura y él habían creído estar legalmente casados cuando en realidad no lo había estado jamás, lo cual daba pie a otro problema; en Inglaterra existía una ley por lo cual si una madre no tenía la misma nacionalidad que sus hijos—Sakura continuaba siendo francesa a ojos de la ley—no podía tener su tuición, no podía vivir con ellos como madre soltera, por lo que tras un largo debate y por el bien de sus hijos—Sasuke lo hacía por lo mucho que amaba a Sakura—habían decidido casarse con todas las de la ley, y teniendo como testigos a Itachi e Izumi, además y para no perder costumbre o extravagancia es que el Akatsuki había insistido vehemente que la ceremonia tuviera lugar en su casa, y nadie había pensado tan siquiera en decirle que no, mientras tantos ambos amigos se paseaban por la sala de Garden Lodge, discutiendo los últimos pormenores a afinar cuando Daisuke irrumpió en la sala, habiendo antes estado en el jardín

-¿Por qué quieres casarte con mamá?— pregunto Daisuke tras nada más entrar para sorpresa de su padre y su tío.

-Para vengarse de mí— afirmo Itachi con fingido rencor, viendo a su mejor amigo como si fuera el peor criminal del mundo.

-Porque la amo, Daisuke— contesto Sasuke, ignorando adrede la broma de Itachi, frunciendo ligeramente el ceño ante la pregunta de su hijo.

-Palabras, solo son palabras— rebatió el pequeño Uchiha, no sabiendo si creerle, no tenía porque.

-Pero no digo tanto esas palabras, ¿sí? Soy sincero— protesto él, empezando a preocuparse por su actitud.

-¿Y antes no?, ¿No hay una tercera persona que tenga algo que decir?— indago Daisuke por fin, percatándose de la mirada que compartieron su padre y su tío. —Soy un niño, pero no soy ningún tonto; amas a mamá y ella te ama a ti, ¿dónde encaja esa otra mujer en todo esto?— sabía que había otra mujer en la vida de su padre, y no iba a tolerar que hicieran pasar por tonta a su madre, ya no más. —Esto no durara, alguien saldrá perdiendo y no quiero que esa persona sea mi madre— prefería que sus padres se divorciaran, lo prefería antes que ver a su madre llorar otra vez como ya había hecho antes.

No quería que su madre sufriera, ya la había visto y oído llorar demasiadas veces, su madre merecía ser plenamente feliz, y no lo haría tolerando a esa otra mujer en la vida de su padre, ¿cómo se había enterado de la existencia de esa otra mujer? Era un niño pero no un tonto, había oído las peleas entre sus padres, visto las lágrimas de su madre y había contestado el teléfono escuchando del otro lado una voz desconocida que había llamado a su padre, no había hablado, solo escuchado y no le había resultado difícil unir los puntos en su mente. No odiaba a su padre, no podría hacerlo, pero estaba decepcionado de él y si tenía que alejarlo para hacer que su dulce e inocente madre dejara de llorar, estaba dispuesto a hacerlo, porque no era justo que ella atravesara por todo eso sin que nadie la protegiera, pero él lo haría. En silencio y con admiración, Itachi contemplo al hijo de su mejor amigo, siempre había sentido fascinación por ese niño de conducta inocente pero corazón fuerte, serio, reservado, tranquilo, mucho más maduro que todos los niños que hubiera conocido y que en ese momento tal ve tenía más claras las cosas que cualquiera de ellos, lo que lo hizo esbozar una ligera sonrisa aunque no fuera de tranquilidad , volviendo ligeramente el rostro hacia Sasuke quien se mantuvo en silencio y observando a su hijo mayor, viendo que intentar aparentar que las cosas estaban perfectamente bien a pesar de que no lo estuvieran no había dado resultado sino que todo lo contrario, había hecho que Daisuke fuera capaz de entenderlo todo incluso sin tener detalles.

-¿Y si tiene razón?— reflexiono Itachi en voz alta, ciertamente sorprendido por la madurez del pequeño Uchiha.

-No creo— negó Sasuke sin detenerse a considerarlo, admirando de igual modo la perspicacia de su hijo, pero no cediendo a ella.

-¿Por qué?— cuestiono el Akatsuki, callando sus propias dudas sobre si la boda remediaría todo como su mejor amigo parecía creer.

-Porque yo quiero que esté equivocado— contesto el Uchiha volviendo ligeramente la mirada antes de arrodillarse delante de su hijo para estar a su altura.

-Prométeme que funcionara— demando Daisuke, siendo muy claro en sus exigencias para mantener a su madre a salvo.

-No puedo— respondió Sasuke viendo a su hijo a los ojos, —pero amo a tu madre y lo único que puedo prometerte es que, pase lo que tenga que pasar, siempre estaré con ustedes tres, nada ni nadie podrá cambiar eso— Sakura era su alma gemela, su esposa, y Daisuke y Sarada sus hijos, nadie jamás podría cambiar eso, —¿sabes por qué? Porque no quiero fallarte— contesto al ver a Daisuke negar en silencio ante su pregunta. —Esta boda no es por Sarada o por ti, sino por tu madre y por mí, porque la amo— aclaro para que su hijo no se hiciera una idea equivocada; Sakura y él iban a casarse porque se amaban, no por obligación.

Esa no era ninguna mentira, si, al fin y al cabo la ceremonia de la boda iba a ser en estricto sentido un formalismo, una reminiscencia de lo que ellos ya habían hecho hace más de una década, pero Sasuke no perdía la esperanza de lograr que Sakura le brindara una segunda oportunidad, porque no quería perder su amor ni perderla, la amaba con todo su corazón y comprendiera que él era sincero, que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para hacerla feliz, y volver a casarse con ella para demostrárselo era una de las tantas cosas y más que estaba dispuesto a hacer, no podía cambiar el pasado pero podía dar todo de sí para tener un futuro junto a la mujer que más amaba en el mundo y a sus hijos. ¿Cuándo pasa algo bueno, sigue siendo bueno o solo trae un desastre más grandes? Es era una pregunta que Daisuke llevaba formulándose en su mente desde hace días, veía y oía todo lo que estaba pasando aunque todos creerán que era solo un niño, escuchaba llorar a su madre cuando ella no quería que se diera cuenta…amaba a su madre más que a nada en el mundo, amaba a su padre, y a su hermana, pero ¿hacer esto era correcto? Puede que fuera un niño pero dudaba de que una boda acabara con todos los problemas y las peleas que habían tenido lugar en el último tiempo, ¿Cuál era el objeto de celebrar una boda si no se sabía que duraría para siempre?, ¿Cómo saber si duraría para siempre? Quería creer en las palabras de su padre, ¿pero cómo hacerlo?, ¿Cómo hacerlo si no había podido cumplir con sus promesas?

-¿Cómo puedo creerte?— pregunto Daisuke camuflando su miedo, porque no quería flaquear, la felicidad de su madre dependía de que él se infundiera valor.

-A veces es necesario dar un voto de confianza, solo puedo pedirte que hagas eso— sugirió Sasuke con una ligera sonrisa, orgulloso del tipo de persona en quien se estaba convirtieron su hijo, en alguien que protegía a quienes amaba.

Su hijo mayor no era un niño, lo parecía más en ese momento Sasuke se dio cuenta de que ya no tenía por qué tratarlo como tal, en sus ausencias debido a las giras y el tiempo que dedicaba a Queen su hijo se había convertido en el niño responsable que él siempre había deseado que fuera, que supliera su ausencia, que apoyara a Sakura y protegiera a Sarada…y estaba orgulloso, tanto que por un momento sintió la misma vergüenza que sentía al ver a Sakura a los ojos al verlo a él, porque ambos eran descomunalmente diferentes pero era bueno que lo fueran, así al menos sabía que Daisuke no cometería sus mismos errores, que sería mejor persona que él que tanto había errado, y eso era lo que todo padre podía desear en el mundo, que su hijo estuviera listo para enfrentarse al mundo. Con recelo, no sabiendo si creer en las palabras de su padre, Daisuke le sostuvo largamente la mirada y que era prácticamente idéntica a la suya, todo esto bajo la inquisitiva y maravillada mirada de Itachi que por primera vez notaba lo realmente diferentes que eran esos dos sin importar que desde el exterior parecieran dos gotas de agua, se parecía más a Sakura de lo que se parecía a Sasuke, tenía el mismo corazón fuerte aunque también frágil de su madre. Suspirando sonoramente, Daisuke simplemente asintió en silencio al cabo de tanto tiempo sin pronunciar palabra, no era un adulto aunque fácilmente pudiera actuar como uno, y no tenía todas las respuestas para atreverse a desafiar a su padre, sabía en ocasiones era preciso correr algún riesgo y esta era una de esas ocasiones

Le daría un voto de confianza a su padre y creería en su palabra.


28 de Enero, 1988/Garden Lodge

Para no hacer de su pequeño "error" legal—su matrimonio y que al final no había sido tal—una materia de dominio público, tanto Sasuke como Sakura habían decidido hacer de su ceremonia de matrimonio un asunto absolutamente privado, y el mejor lugar para eso era Garden Lodge, y más enfáticamente el jardín que Shisui había arreglado minuciosamente para la ocasión, con hermosas enredaderas de jazmines y rosas blancas como guirnaldas que adornaban los costados y la tarima ante la que se oficiaría la boda, oh, y las rosas blancas y amarillas que adornaban los asientos, claro. Sentada junto a Naruto con quien intercambiaba una vaga sonrisa de vez en vez, Hinata portaba un sencillo vestido azul oscuro muy similar al trono de su cabello pero estampado en pequeños ramos de rosas en diferentes puntos de la tela, de escote alto y redondo, mangas acampanadas que se ceñían hasta la altura del codo y falda hasta la rodilla que enmarcaba su figura por obra de un fajín, con cómodos zapatos de tacón a juego, con su largo cabello recogido en un moño tras su nuca y el flequillo enmarcándole los lados del rostro, casi ocultando los largos pendientes de plata en forma de lagrima que estaba usando, mientras que él usaba un sencillo esmoquin gris azulado a juego con su corbata y camisa negra a la que ella irrefrenablemente tuvo que acomodarle el cuello para que luciera impecable, haciéndolo reír por su atención y riendo ella misma por ver que no importa que ya no estuvieran casados, había cosas que jamás cambiaban.

Por otra parte y sonriéndole a Shisui que en ese momento se encontraba sentado a su lado y se alisaba ominosamente la chaqueta del esmoquin, Izumi le susurro un afectuoso "te vez perfecto", sosegando su actitud perfeccionista y que fácilmente podría haber rivalizado con la de Itachi en ese momento, cosa que lo hizo sonreír así como ruborizarse ligeramente; si, tal vez pasar tanto tiempo con Itachi lo estaba afectando, ya hasta actuaba como él. La bella pelicastaña lucía un sencillo vestido blanco aperlado de inocente escote corazón, cuello alto en V hecho de encaje y sin mangas, con corta falda por encima de la rodilla pero que camuflaba perfectamente ante la elegante chaqueta gris oscuro que cubría su vestido en su mayoría, tacones blancos y su corto cabello castaño arremolinándose sobre su hombros, adornado por un sencillo prendedor, regalo de Itachi por su cumpleaños hace un año, y según le había dicho ya estaba pensando en que regalarle este año, y ella igual estaba pensando en que regalarle a él. Para todos los invitados—aquellos integrantes del círculo más íntimo de Queen, desde luego—a la boda y que estaban reunidos en el jardín, resulto cuando menos sorprendente que quien oficiara la ceremonia no fuera sino Kakashi que en ese momento y acomodándose ligeramente la corbata cruzo el jardín en dirección al estrado donde se situó en silencio, revisando distraídamente los documentos que traía entre sus manos ante la curiosa y atenta mirada de todos los presentes que se sonrieron entre sí.

-Kakashi, ¿también eres ministro?— pregunto Sai al ver que nadie formulaba aquella pregunta, reservados a ver al peligris en silencio.

-Soy muchas cosas, para muchas personas— simplifico el Hatake con fingida arrogancia, haciendo reír a todos ante la sonrisa en su rostro.

Inicialmente les había sugerido a Sasuke y Sakura varios ministros oficiales de boda a quienes conocía y que eran de confianza para una ceremonia tan privada como aquella, pero lo había tomado de sorpresa que ambos le pidieran que fuera él quien los casara personalmente, después de todo era parte de Queen, había sido un segundo padre para la banda, su abogado y amigo, y hoy su manager, había estado con todos ellos desde el comienzo de su carrera prácticamente y no creían poder hacer nada sin su ayuda, por lo que Kakashi simplemente no había podido negarse, se sentía increíblemente honrado mientras esbozaba una sonrisa para sí, regresando su atención a los documentos entre sus manos, corroborando que todo estuviera debidamente preparado, y así era. Calmado y en compañía de Itachi, Sasuke cruzo el umbral del jardín, acomodándose el borde de las mangas de la camisa bajo el elegante esmoquin negro mientras el Akatsuki le alisaba la tela de la chaqueta y le acomodaba distraídamente la corbata como si fuera su madre, mientras él se sentía tonto como un pingüino por tener que usar traje, pero todo fuera por su matrimonio y por ganar el perdón de Sakura, esta tal vez era la única oportunidad que tuviera de recordar lo mucho que la amaba. Mas cuando el Uchiha pretendió aproximarse al altar donde aguardaría a su esposa, volvió el rostro a su espalda, dándose cuenta de que Itachi lo estaba siguiendo como si se tratara de un perrito, era el padrino de la boda pero no podía acompañarlo al altar.

-No puedes caminar conmigo— obvio Sasuke en voz alta por si su mejor amigo no lo tenía claro.

-Pero yo voy a entregarte— protesto Itachi, indignado por ser privado de tan magno "honor".

-Okey, entrégame— accedió el Uchiha, absteniéndose a entornar los ojos al voltear a ver a su amigo.

-Eres un niño muy bueno— aseguro el Akatsuki en voz alta, acunando brevemente el rostro de su amigo entre sus manos, —adiosito, ve a casarte— despidió con un amistoso golpe en la espalda para la buena suerte, —¿también puedo entregarte a ti?— consulto volviendo la mirada hacia el umbral de la puerta, ofreciendo su brazo caballerosamente.

Sonriendo ante la infaltable galantería de Itachi, Sakura se sujetó ligeramente la falda para no tropezar al cruzar el umbral del jardín y envolver su brazo contra el de él, dejándose guiar hacia el altar, hermosamente ataviada en un vestido de gasa blanca de escote corazón que se amoldaba a su figura y sobre este una chaqueta de fino lino hasta las rodillas, sin mangas, de profundo escote en V y ceñido a su figura por un ligero fajín, con su cabello rosado hasta los hombros peinado en elegantes hondas y alrededor de su cuello una larga cadena de plata de la que pendía un dije en forma de rosa; regalo de Sasuke por supuesto, y a quien observo serenamente, conteniendo el aliento sin tan siquiera darse cuenta. Contemplando tan hermoso cuadro desde el exterior, en su lugar, Ino inevitablemente sollozo a causa de la emoción, secándose apresuradamente las lágrimas gracias a un pequeño pañuelo que traía consigo, vestía una elegante blusa naranja estampada en líneas verticales color malva en el centro del pecho, de cuello redondo y mangas holgadas que se ceñían a la altura de las muñecas y falda celeste metálica hasta la rodilla estampada en óvalos naranja a juego con sus cómodos tazones, y su largo cabello rubio cayéndole sobre los hombros en una cascada de ondas que casi ocultaba sus largos pendientes con un cristal rojizo en forma de lagrima. Sentado a su lado y elegante en su sencillo esmoquin negro, nada le impidió a Sai darse cuenta de las lágrimas que perlaban el rostro de su hermosa esposa, entrelazando una de sus manos contra la suya para reconfortarla.

-¿Qué pasa, Ino?— pregunto Sai estrechando su mano contra la suya en caso de que ella no se sintiera del todo bien.

-Me recuerda a nuestra boda— contesto ella con un hilo de voz, cubriéndose los labios con el pañuelo.

-Es su momento, hermosa, ya vivimos el nuestro— recordó él en quedo susurro, permitiéndole apoyar su cabeza contra su hombro mientras la abrazaba.

Creo que voy a llorar, se dijo Izumi desde su lugar, contemplando con una sonrisa a su amiga más hermosa que nunca en su vestido de novia, y como si le leyera el pensamiento es que Shisui le tendió un pañuelo para que secara sus lágrimas, hoy no era idea para llanto, solo para estar feliz. Sintiendo sus pasos tornarse lentos, como si alfo la estuviera frenando, Sakura dejo que Itachi la llevase hasta el altar porque de estar sola no podría siquiera dar un paso a causa de la incertidumbre, intercambiando una sonrisa con el Akatsuki, agradeciendo todo el apoyo que le había dado, siguiéndolo con la mirada hasta verlo tomar asiento junto a Shisui e Izumi, centrando entonces su atención en Sasuke quien no le quitaba los ojos de encima, como si fuera lo único importante en el mundo, y sentir eso la hizo sonreír de forma inevitable. Al costado del estrado se encontraban los dos pequeños hermanos Uchiha, Daisuke vestía un sencillo esmoquin gris oscuro con corbata negra, serio y formal como si ya fuera un adulto, sujetando la mano de su pequeña hermanita quien sostenía un pequeño ramo de rosas blancas, a su lado Sarada usaba un sencillo vestido blanco de cuello redondo, mangas abullonadas y falda hasta los tobillos, con su largo cabello azabache cayéndoles sobre los hombros y adornado por una corona de jazmines y cómodos zapatitos blancos, adorable junto a su hermano mayor. La boda estaba a punto de empezar, Daisuke se percató de eso, y si iba a decir, ese era el momento o de lo contrario quizás se arrepintiera si no lo hacía.

-Espere— pidió el pequeño Uchiha, dando un paso al frente sin soltar la mano de su hermana. —Antes de que esto siga; estamos contigo, pase lo que pase, siempre seremos tus hijos— prometió tanto en su nombre como en el de su hermanita que permanecía inocente y ajena de la verdad, no iba a perderlos ni a su madre por sus errores, no importa que hiciera.

Con las manos cruzadas sobre su vientre, Sakura suspiro en silencio para sí, incapaz de encontrar su mirada con la de sus hijos, si estaba haciendo eso era por ellos, no por sí misma, porque de ser así...le pediría a Sasuke que nunca se fuera de su lado, le rogaría que hiciera promesas nuevas sin importar que no fuera a cumplirlas, pero no se sentía capaz de eso, tal vez porque en el fondo era una cobarde y porque estaba cansada de que la traicionaran y engañaran. Aquí está mi vida, se dijo Sasuke con una sonrisa ladina al ver a sus dos hijos, Daisuke más fuerte y maduro que él y Sarada insólitamente perfecta en su inocencia, Sakura y ellos eran su vida, y no quería imaginar un futuro más allá de eso, era la perfección misma.


¿Cómo llegamos a esto? Se preguntó Sasuke en el cómodo silencio de la noche, o que más bien debería ser cómodo para él en ese momento más no lo era, suspirando profundamente como una forma de escapar de sus pensamientos mientras permanecía recostado sobre la cama, contemplando a la nada tal y como hacia Sakura recostada a su lado, los días de serenidad y paz tras la boda habían quedado atrás como si se tratara de únicamente un ceremonial vacío mientras ahora Sakura insistía en que terminaran su relación, no con un divorcio afortunadamente, aunque este consuelo fuese solamente temporal a su entender. Tristemente, en Inglaterra imperaba una ley en que una mujer de nacionalidad extranjera no podía tener la custodia de sus hijos si estos habían nacido en suelo inglés, una ley estúpida que le prohibía vivir con sus hijos sin el apoyo de Sasuke debido a su nacionalidad francesa, por eso había aceptado casarse formalmente con Sasuke, no solo porque lo amara y lo seguiría haciendo por el resto de su vida sino porque era necesario, no se alejaría de sus hijos, eso estaba totalmente fuera de discusión. Se lo había dicho antes a Sasuke y se lo repetía ahora, ¿por qué seguir juntos? Si, se amaban, pero su amor no estaba probando ser suficiente para mantenerlos juntos, y no era justo para ninguno de los dos no poder ser libres. Negando en silencio, Sasuke se opuso terminantemente a romper su relación con Sakura, se había casado con ella porque la amaba, ¿es que esa no era razón suficiente para olvidar el pasado y comenzar desde cero?

-No puedes pedirme eso, no ahora— suspiro Sasuke, rompiendo con el prolongado silencio que se había formado entre ambos.

-Si te quedas con ella, todo será para mejor— insistió Sakura sin ceder un ápice en su postura, —la vida ya es bastante aburrida conmigo— añadió con seco humor, habría sonreído pero no tenía ánimos para eso.

-¿Qué hay de nosotros?— cuestiono el Uchiha volviendo el rostro hacia su esposa, incapaz de entender su frialdad para hablar de ese modo…no podía entenderla.

-¿Cuál nosotros?, ¿Un papel que dice que estamos casados?— desafío la pelirosa arqueando una ceja, viéndolo apartar brevemente la mirada por vergüenza.

-Tú eres mía y yo soy tuyo, eso es lo único que importa en el mundo— declaro el azabache sin apartar su mirada de la de ella, deseando acariciarle la mejilla, pero no se sentía digno de intentar invadir su espacio.

Había cometido grandes errores a lo largo de su vida y eso Sasuke lo sabía bien, no precisaba que nadie se los recordara porque los conocía y no pretendía ocultarlos bajo la alfombra como un cobarde, pero sin justificarse es que en su defensa podía reconocer que era humano y errar estaba en su naturaleza, ¿remediaba eso todo el sufrimiento que involuntariamente le había causado a Sakura? No, pero no quería perderla por causa de sus errores, había cometido errores, no crímenes, y si hasta los criminales en ocasiones contaban con una segunda oportunidad, ¿por qué él no? Takara era una amiga a quien le tenía especial afecto, pero no la amaba, no como si amaba a Sakura, ¿o es que acaso ella dudaba de su amor? De ser así, él era el único culpable. Recostado al lado de Sasuke, Sakura volvió en silencio el rostro hacia el lado opuesto para no verlos a los ojos, sabía que si lo hacía claudicaría y persistiría en ese espiral de sufrimiento, haría que Takara fuera la "tercera persona" en la relación y se ganaría su odio al mismo tiempo que acabaría odiándola a ella, y no quería eso aún había tiempo de remediar y cambiarlo todo, pero no a través de un divorcio sino de una ruptura, no lo decía solamente por su propio bienestar sino que por el de sus hijos, no podía darles un mal ejemplo, había soportado muchas cosas, muchas lágrimas y dolor durante años, un dolor que tal vez jamás debería haber tolerado, pero ya no más. Inspirando aire en silencio, contemplando la nada, Sakura volvió ligeramente el rostro hacia Sasuke, quien aguardaba su respuesta.

-Ve junto a la hermosa pelirroja, ella puede acompañarte en las giras, ella puede estar donde yo no— menciono Sakura en voz alta para que el Uchiha valorara la diferencia entre Takara y ella, para facilitarle elegir, —no tienes que quedarte por mí— libero sabiendo que él tal vez se sentía culpable.

-Si soy indispensable para una mujer, lo soy más para otra; para mi esposa— protesto Sasuke, finalmente tomando el valor y alzando una de sus manos para acunarle le mejilla. —Sakura...— llamo, necesitando encontrar su mirada con la suya y saber si lo perdonaba.

-No tiene sentido seguir juntos, Sasuke— protesto ella, apartando el rostro para alejarse de su tacto sin importar lo irresistible que le resultara.

Le dolía, asumir el peso de sus palabras dolía más de lo que era capaz de expresar, intentando parecer indiferente mientras retornaba su mirada a la nada para evadir la herida mirada del Uchiha y que perfectamente podría haberla hecho dudar o quebrarse ante el más leve encuentro, pero no podía permitirlo, esto era lo mejor para los dos sin importar lo mucho que los lastimara, y había que aceptarlo o de lo contrario seguirían siendo víctimas de sus propias represiones e involucrarían a sus hijos y no podían permitir eso. Esto era lo mejor, sin importar que sus corazones sufrieran por ello…


La verdad era algo de vital importancia, una ley no establecida oficialmente pero que todos conocían, quien no era honesto y transparente, tarde o temprano se veía forzado a pagar una deuda consigo mismo o con el mundo, pero aun cuando Sasuke hubiera perdido la cuenta de la cantidad de veces que había mentido desde que tenía uso de razón y memoria, y diera por hecho que algún día tendría que ser sincero, nada le hizo más fácil tener que preparar a sus hijos para la despedida, porque sencillamente, no quería despedirse, no quería marcharse, pero tampoco oponerse, sería hipócrita de su parte. Contemplando desde el umbral de la sala a su pequeña hija Sarada que se encontraba sentada sobre la alfombra, coloreando. No había tenido necesidad de decirle nada a Daisuke, él ya se había dado cuenta de todo desde hace ya mucho tiempo, así lo había dejado en evidencia antes de la boda, y ahora prefería mantenerse al margen y en silencio al igual que Sakura. Después de la boda de sus padres, Sarada, estaba más feliz que nunca, antes había sentido un poco de miedo de que sus padres hubieran peleado ya que últimamente se hablaban muy poco, pero ahora que la paz había regresado, la pequeña Uchiha sostenía renovadas esperanzas mientras coloreaba despreocupadamente sentada sobre la alfombra el dibujo que había hecho en una hoja de papel, más nada le impidió sentirse observada y al alzar la mirada para encontrarla con la de su padre que le sonrió ligeramente antes de por fin ingresar en la sala.

-¡Papi!— chillo de emoción Sarada, antes de levantarse de la alfombra a su encuentro, dibujo en mano. —Lo hice para ti— declaro en cuanto su padre se arrodillo a su altura, tendiéndole el dibujo con una sonrisa.

-Nunca me separare de él— prometió Sasuke con una triste sonrisa ladina, observando el dibujo antes de centrar su mirada en su hija que le sonreía inocentemente.

-Te haré muchos más— garantizo la pequeña Uchiha con una permanente sonrisa, observando el dibujo que había hecho, imaginando otro igual de lindo en su mente.

-Sarada, debo decirte algo importante y sé que lo vas a entender— inicio el Uchiha muy seriamente, recibiendo la total atención de su hija. —Te amo con todo mi corazón, y me duele tener que separarme de ustedes, pero no importa que pase, siempre voy a ser tu padre y tú siempre serás mi hija— Sarada escucho todo con ligera confusión, ¿acaso su padre saldría de gira otra vez? Desearía poder acompañarlo. —Viviré en otra casa, pero nada más cambiara, lo prometo— aseguro viendo a su hija fruncir ligeramente el ceño, bajando la mirada, —¿Lo entiendes?— pregunto viéndola asentir de forma casi inmediata.

Lo que le estaba pidiendo a su hija era algo muy difícil, él lo sabía muy bien, contrario a lo que él estaba haciendo, su padre nunca había intentado evitarle un dolor a la familia por muchas razones, Sasuke había intentado que su relación con Sakura perdurase porque la amaba con todo su corazón pero por lo visto el amor no era suficiente y era culpa suya, solo suya. Aliviado porque su hija pareciera entender sus palabras, Sasuke pretendió abrazarla, más para su incredulidad Sarada retrocedió como si él fuera un extraño o peor aún, como si fuera alguien que pretendiera lastimarla, lo que le quito el aliento al percatarse de la mirada afligida en esos ojos ónix tan similares a los suyos. Entendiendo a su padre pero no comprendiendo ni aceptando que tuviera que irse, Sarada doblo cuidadosamente el dibujo que había sostenido hasta ese momento, depositándolo en una de las manos de su padre sin sostenerle la mirada en ningún momento antes de abandonar la sala hacia la habitación de su madre, queriendo estar junto a ella y su amoroso afecto, no junto a su padre a quien no podía ni quería comprender en ese momento. A solas en las sala, Sasuke enterró su rostro entre sus manos, sosteniendo el dibujo que Sarada había hecho para él…se sentía como un maldito miserable; su esposa, su hogar, sus hijos, su familia, estaba perdiéndolo todo por su estupidez y ya era tarde para echarse atrás.

Todo era su culpa.


El día que Sasuke tanto había deseado evitar había llegado, y por más que quisiera volver el tiempo atrás y hacer todo diferente, no podía, nunca había tenido esa opción, el Uchiha vestía una camiseta blanca de cuello en V cerrado por dos botones, una chaqueta de cuero negra, jeans azul oscuro y botines negros, con su cabello azabache ligeramente revuelto como siempre. Bajando las escaleras con su equipaje en la mano con todas sus demás pertenecían en el auto…no quería irse, pero quedarse no era una opción, no se merecía eso, no era digno de intentar luchar por el corazón de Sakura. Dejando su equipaje en el suelo, Sasuke se arrodillo ante su hija Sarada que, de pie y sosteniendo la mano de su hermano Daisuke, mantuvo la mirada baja cuando su padre alzo una de sus manos para acariciarle la mejilla sin recibir respuesta, alzando la mirada hacia su hijo que solo asintió en silencio, cumpliría su rol cuidando de su madre y su hermana, tenía su palabra. Emitiendo un suspiro, Sasuke se levantó del suelo antes de dirigirse a la puerta, encontrando a Sakura quien le abrió la puerta, manteniéndose serena o eso parecía, portaba una sencilla blusa blanca de escote en V con el cuello doblado hacia los costados y las mangas arremangadas hasta los codos, jeans negros y cómodos tacones bajos, con su corto cabello rosado rozando sus hombros. Cruzando nerviosamente los brazos sobre su pecho, Sakura se sintió mal, no era preciso que Sasuke se fuera, él había comprado esa casa, debería ser ella quien buscara donde vivir.

-No tienes que irte— menciono Sakura mientras aun podía hacerlo rectificar, ella debería irse y no él.

-Sí, tengo que, esta es tu casa, ¿recuerdas?— Sasuke sonrió ladinamente al observar la casa una última vez, ella había elegido la casa, era suya.

-Mantendré nuestra promesa, no diré nada— asevero la pelirosa, ambos habían acordado no hablar con la prensa ni nadie que pudiera hacer pública su ruptura.

-Tampoco yo— asintió el azabache, era lo mejor ya que tal vez el secretismo les permitiera reconciliarse, él no iba a perder la esperanza no importa que pasara.

-¿Amigos?— determino la Haruno, tendiéndole una de sus manos como acuerdo, esperando por su respuesta.

-Amigos— acepto Sasuke con silente dolor, callando el daño que esas solas palabras le habrían infringido.

Era una pregunta tan simple y que sin embargo hirió a Sasuke tanto como una herida directo al corazón, porque ya no tenía derecho de llamar a Sakura "su esposa" a menos que se refiriera al compromiso legal entre ambos, pero no por amor, ella podría hacerlo si así le placiera, pero él no podía continuar viéndola como la mujer a quien amaba, había perdido ese derecho. Conteniendo sus emociones de la misma forma que sabía que Sakura estaba haciendo en ese momento, Sasuke estrecho la mano de ella contra la suya con aparente amistad sin importar que por dentro, deseara envolver sus brazos alrededor de ella en un abrazo y no volver a soltarla nunca más, eso ya no era posible. Tras sostenerse la mirada entre sí por varios segundos que a ambos les resultaron eternos, Sasuke rompió el contacto entre sus manos, dándole la espalda a Sakura quien permaneció en el umbral de la puerta, y tal fue la atención que le dirigía al Uchiha que ni siquiera se percató de como contuvo la respiración espontáneamente en cuanto él le dio la espalda y se dirigió al auto, abriendo la puerta, observándolo en todo momento, especialmente cuando él encendió el motor y le dirigió una última mirada ante la que ella correspondió con una ligera sonrisa. No importa que hubiera pasado entre ambos, ninguno podía pisotear el feliz pasado que habían vivido, se habían amado, aun lo hacían, que no pudieran continuar juntos como un matrimonio normal, no quería decir que no sintieran nada el uno por el otro y eso solo ayudaba a hacer más dolorosa la herida.

No queriendo que él se llevara una imagen triste que guardar en su memoria, Sakura a tiempo volvió la espalda a esa imagen y se tragó sus sentimientos a la par que Sasuke no volteo a verla tras encender el motor y alejarse. En cuanto el auto se alejó, Sakura regreso al interior de la casa, cerrando la puerta tras de sí e ingresando en la sala ante la atenta mirada de sus hijos; Daisuke sentado sobre el sofá y Sarada a sus pies, sentada sobre la alfombra. Silente, Sakura no pronuncio palabra alguna mientras se dejaba caer sobre el sillón junto a la ventana, observando a la nada, no sabiendo que hacer hasta que fue demasiado tarde y las lágrimas fluyeron de ella antes de que pudiera detenerlas, no teniendo otro remedio que cubrirse el rostro con una de sus manos, intentando que sus hijos no la vieran llorando, pero era demasiado tarde. Sentado sobre el sofá, Daisuke bajo la mirada, sufriendo al tener que ver a su madre sollozando delante de él que no podía hacer nada para ayudarla, esto era justo lo que él había temido por tanto tiempo, que su madre saliera lastimada por culpa de su padre sin importar que esa no fuera su intención, pero a diferencia de él que se mantuvo sobre el sofá y brindándole espacio a su madre, Sarada se levantó de la alfombra con pasos cortos y respetuosos hasta arrodillarse delante de ella, apoyando sus manos en las rodillas de su madre, marcando presencia así como pidiéndole que no llorara porque de hacerlo también lloraría con ella, no soportaba ver a su madre triste, eso le rompía el corazón.

-Mami— llamo Sarada tímidamente, solo recibiendo en respuesta los angustiantes sollozos de su madre, —por favor, no llores— rogó con su vocecita quebrada, a punto de llorar al igual que ella.

-Lo lamento— sollozo Sakura, apartando la mano de su rostro, secándose las lágrimas. —He cometido tantos errores, perdón— se disculpó más para su sorpresa alguien le seco las lágrimas, era Daisuke que se situó a su lado.

-Tú nos amas más que a nadie, y nosotros te amamos más que a nadie— protesto Daisuke, besándole la mejilla y envolviendo sus brazos a su alrededor en un abrazo, ella no tenía que pedirles perdón, era su madre y los amaba, solo buscaba su bien, nada más.

Sentada sobre el sofá, abrazada por sus hijos que la consolaban en su dolor como si fueran adultos y ella una niña, Sakura sollozo con libertad, sintiéndose reconfortada por su amorosa presencia y afecto incondicional, lo que más necesitaba en ese momento, no se sentía juzgada por nadie, no sintiendo que tenía porque callar su corazón, llorando de dolor y tristeza, dejando que las lágrimas de la decepción hacia sí misma, hacia como había terminado su matrimonio y felicidad, liberaran su corazón, eran años de ira, años de soportar dolor e ingratitud, años de angustia, de celos, de inseguridad, años que llegaban a su fin pero de manos de un dolor que ella habría preferido no vivir…


Ingresando en la que de ahora en más habría de ser su habitación, Sasuke dejo las cajas que estaba cargando sobre el suelo antes de erguirse y analizar su entorno; paredes lisas y de color marfil, cama amplia y cómoda a simple vista, tocador color caoba, al costado un vasto armario, un librero…todo se veía simple, mundano, acogedor, llevaba meses visitando esa casa que había comprado para Takara y donde en el último tiempo se había presentado más y más, pero ahora de forma indefinida y permanente, ahora ese era su nuevo hogar sin importar que no lo viese como uno, que sintiera que algo faltaba y sabía muy bien que era ese algo. En un intento por eliminar la añoranza que atenazaba su corazón, Sasuke abrió una de las cajas que había dejado sobre el suelo, extrayendo del interior una serie de fotografías que distribuyo en diferentes puntos de la habitación antes de volver a examinar el ambiente en silencio, sintiéndose más satisfecho, en cierto modo. Alejándolo de sus pensamientos de forma inconsciente, Takara ingreso en la habitación con una cálida sonrisa adornando su rostro, vistiendo una sencilla blusa blanco estampado en flores naranja, de escote corazón y cortas mangas caídas que dejaban expuestos los hombros, larga falda verde pistacho en un tono muy claro, y tacones blancos de idéntico diseño que la blusa, con su largo cabello naranja cayendo libremente sobre sus hombros y tras su espalda, con las manos inocentemente cruzadas tras la espalda, apoyándose brevemente en el umbral de la puerta antes de entrar.

-Ya son todas— Sasuke señalo las cajas con la mirada, en cierto modo resignado a aceptar esta nueva casa como su hogar, aunque no la sintiera así.

-Que alguien abra la champaña— celebro Takara con una risa cantarina, cruzando los brazos sobre su pecho mientras le sonreía coquetamente.

-Tomare una ducha— se excusó el Uchiha, acercándose a ella para besarle la frente en un gesto más bien mecánico en vez de espontaneo, solo por cumplir.

Intercambiando una casi imperceptible sonrisa con Takara, Sasuke se dirigió al baño, quitándose la camiseta antes de cerrar la puerta a su espalda. Escuchando pronto el ruido de la caída del agua de la ducha, Takara pronto se encontró paseándose de forma meditabunda ante la pared sobre la que Sasuke había colgado las fotografías que había traído consigo de casa y que la fascinaron de inmediato, ciertamente no había tenido ocasión de conocer a los hijos de Sasuke hasta ahora por obvias razones pero en las fotografías todo lo que veía era a dos niños encantadores; en las dos primeras fotografías ambos hermanos aprecian abrazados, Daisuke siempre protegiendo a Sarada que sonreía para la cámara, volviéndose el centro de atención sin siquiera desearlo, sintió una especie de pequeño puñal presionando contra su pecho al ver la fotografía aledaña, en ella Daisuke y Sarada sonreían a la cámara mientras abrazaban a Sakura que sonreía con sus brazos alrededor de ellos, puede que fuera una tontería pero le tenía miedo a esa mujer, le tenía miedo al lugar que ella tenía en la vida de Sasuke. Pero no fue hasta que vio la siguiente fotografía que realmente se sintió mal; en ella solo aparecía Sakura, sonriendo a la cámara con tanta alegría que su sonrisa y encanto la hacían parecer un ángel…no estaba peleando con un recuerdo o un amor pasado, estaba librando una batalla perdida, Sasuke aún tenía a Sakura en su corazón, esas fotografías representaban que era lo primero en su vida y que ella no tenía ninguna posibilidad.

Aquella era una relación entre tres personas y uno de ellos terminaría sufriendo.


PD: Hola, hola, mis amores...estoy sorprendida de mi voluntad, creí que terminaría esta historia mañana por la noche o el viernes, pero no, siendo casi las 3 de la madrugada del 27 de Febrero, termine esta actualización que espero sea de su agrado al leerla como lo fue para mi escribirla :3 la próxima actualización de la semana sera "El Velo del Amor" a más tardar el domingo, por lo que espero que estén atentos de ser de su interés :3 Esta historia esta dedicada a mi querida amiga Animated-Geek-Lonely-Nerd (agradeciendo que disfrute de mis historias tanto como yo disfruto de cada una de las suyas), a mi querida amiga y lectora DULCECITO311 (dedicandole todas y cada una de mis historias por ser mi mas fiel apoyo desde que comence a escribir), a Regina Alba Blossom (agradeciendo sus comentarios como siempre y dedicandole cada nuevo capitulo de esta historia), ya todos aquellos que leen, comentan o siguen cualquiera de mis historias : 3 besitos, abrazos y hasta la próxima

Reparto:

-Itachi Akatsuki / Ichiro Uchiwa como Freddie Mercury / Farrokh Bulsara

-Sasuke Uchiha como Roger Taylor

-Naruto Uzumaki como Brian May

-Sai Yamanaka como John Deacon

-Izumi Uchiha como May Austin

-Sakura Haruno como Dominique Beyrand

-Hinata Hyuga como Chrissie Mullen

-Ino Yamanaka como Veronica Tetzlaff

-Daisuke Uchiha como Felix Luther Taylor

-Sarada Uchiha como Rory Eleanor Taylor

-Takara Otogakure como Debbie Leng

Matrimonio & Separación: Roger Taylor y Dominique Beyrand se casaron el 28 de Enero de 1988 con Freddie Mercury y Mary Austin como testigos, aparentemente y para la época existía una ley en Inglaterra por la que Dominique al ser francesa no podría tener la custodia de sus hijos, y para estar con ellos es que Roger y ella se casaron, hasta donde se sabe. En el libro de Jim Hutton "Mercury & Me" Jim menciona que tras el acuerdo firmado en el registro civil, tuvo lugar una fiesta en Garden Lodge y donde él habría estado presente, por lo que decidí representar la boda teniendo lugar en Garden Lodge como una referencia a sus memorias, y para explicar porque se habrían casado en esta historia ya que en realidad es bastante común que un matrimonio sin un ministro oficial no sea considerada valida, en la actualidad se puede sacar una licencia temporal por internet pero se debe dejar una constancia legal de ello. Dos semanas después de la boda, Roger se mundo a la casa que había comprado para su nueva pareja, Debbie Leng, pero aparentemente esta decisión habría sido de mutuo acuerdo, por lo que en esta versión Sakura es quien instiga a que Sasuke comience una nueva vida lejos de ella para que así no sienta que la esta traicionando ni que tiene una obligación con ella, pero eso no quiere decir que su relación haya terminado. Además las fotografías que menciono en la ultima escena son fotografías reales de Dominique Beyrand con sus hijos Félix y Rory.

Dracula de Bram Stoker: recientemente y gracias a mi madre me hice con este clásico del terror que llevaba casi una década deseando leer, e inspirándome en gran parte de las películas de vampiros que he visto, principalmente en Van Helsing de 2004-maravillada por la actuación de Elena Anaya, Silvia Colloca y Josie Maran como Aleera, Verona y Marishka-, estoy pensando en hacer una historia de vampiros, obviamente protagonizada por Sasuke y Sakura, así como por Tenten e Ino, y titulada hasta ahora como "Reina de los Vampiros", como siempre veo necesario comentar la posible creación de toda nueva historia, esperando contar con su aprobación y sugerencias si las tienen.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3