Naruto Uchiha

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Resumen: Sasuke llega a la aldea sabiendo que Naruto estaba en peligro, por o que acepta el trato del Kyûbi para poder salvar a su amigo. Un viaje al pasado, donde el Sasuke de diecisiete años tendrá que vivir con otra identidad para poder proteger a Naruto, al pequeño Naruto de ocho años, además de vivir con la idea de que todo su clan esta vivo e intervenir para que las muertes del futuro no existan.

Categoría: Naruto

Personajes: Sasuke Uchiha, Naruto Uzumaki

Géneros: Romance.

Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor, Contenido Hetero, Mpreg=Embarazo Masculino, Otras, Lemon.

Clasificación: NC-17

Disclaimers: Los personajes de este fic no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos dueños.

Aclaraciones: Tal cual notaron, este fic es un Au. El primer capitulo lo escribí en 2011, así que es bastante viejito y no podía continuarlo, pero este año la iluminación llegó a mí y listo, las ideas empezaron a volar. Espero que lo disfruten tanto como yo.

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Capítulo 1: La partida

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Sasuke sentía cada fibra de su piel vibrar ante los recientes acontecimientos.

-No puedes aparecer allí y simplemente exigirle que no muera –le dijo Suigetsu, histérico ante la idea macabra de su líder.

-Sasuke, es imposible que no te apresen en cuanto pongas un pie en la aldea –le reclamó Karin. Ella sabía, muy bien, que Sasuke no podría siquiera pasar las puertas de Konoha.

Sasuke seguía dando vueltas por todos lados en su refugio. Sabía que Akatsuki tenía la intención de ir por Naruto, irían Pein y Madara, sabía que no había posibilidad de que se salvara, podía morir, podría desaparecer para siempre y él se mortificaba desde esa maldita cueva.

-No sacan nada con decirle más –dijo Jûgo desde una esquina, mirando a los tres que se le habían quedado viendo, eran pocas las veces que el chico hablaba-. Él ya decidió ir por el chico Kyûbi y salvarlo.

Sasuke lo miró intensamente, sabía que Jûgo tenía sus ideas fijas y tenía la idea de que intuía muchas más cosas de las que mencionaba.

Todos vieron como desaparecía de la cueva, dejando en su jugar sólo una densa cortina de humo.

Corrió… como si su vida dependiera de ello, y en muchos casos así era. Tenía que llegar, tenía que ayudarlo e impedir que muriera. Impedir que su vida terminara.

Llegó a la aldea, o a lo que quedaba de esta. Las ruinas, los destrozos, no quedaban lugares en pie, por lo menos no desde su punto de vista.

La gente estaba reunida en un lugar cercano, el cuerpo de Madara en una esquina. No había rastro de Pein.

-¿Sasuke? –preguntó una voz entre la multitud.

-¿Dónde está, Sakura? –le preguntó cuándo reconoció la voz de su ex compañera de equipo.

-Está muriendo, Sasuke –dijo con lágrimas en los ojos, mientras la gente les abría paso-. No pudo contra los dos, Pein se marchó y prometió no volver más, pero en la batalla contra Madara… fue demasiado para él.

Sasuke se acercó con cuidado, viendo como los amigos del rubio estaban a su alrededor. No se agacharía como los demás, nunca lo había hecho ante nadie, mucho menos ahora ante un moribundo amigo.

-Hola, Sasuke –saludó el rubio, al reconocerlo, mientras escupía un poco de sangre producto de la tos que le atacó. Estaba mal, muy mal.

-No hables, Naruto –le dijo parado a su lado.

-No me queda mucho tiempo –dijo sonriendo de lado, tratando de parecer tranquilo.

-No morirás, no puedes morir.

Naruto cerró los ojos, todos a su alrededor comenzaron a sollozar. No era posible que el chico muriera. Hasta que volvió a abrir los ojos, pero esta vez con un tono diferente.

-No puedo creer que el chico muriera –dijo la espeluznante voz.

-¿Qué haces dominando el cuerpo de Naruto, Kyûbi? –le preguntó Sasuke, cuando se recuperó de la impresión.

-Este cuerpo me tiene a mí solamente, el chico, al que conocieron como Naruto Uzumaki, ya no vive –las exclamaciones ante las palabras del Kyûbi no se hicieron esperar.

-No lo dejes morir –le exigió Sasuke exigió con los puños apretados.

-No eres nadie para decirme eso, mocoso Uchiha –dijo con voz grave-. La única salida que le quedaba de vivir está muy lejos de sus manos -dijo, casi convencido de ganar la atención de Sasuke-. No hay nadie en este mundo que logre un sacrificio tan grande.

-Dime que es lo que hay que hacer y yo te diré si está o no en mis manos –le dijo con prepotencia.

-Nunca estuvo en tus manos, Uchiha –dijo con desprecio-. Lo que ayudaría a este chico sería un jutsu que sólo yo podría lograr, algo que esta fuera de cualquier lógica para ustedes, los humanos, que no tienen ni idea de lo que soy capaz.

-Deja de darle vueltas al asunto y dime que es lo que quieres que haga.

-Algo tan patético como un sacrificio de amor –declaró asqueado-, algo que en tu corazón no hay.

Sasuke apretó las manos con fuerza. Ese maldito zorro lo estaba humillando y veía que poco a poco el cuerpo de Naruto se iba poniendo más pálido y sus labios, siempre de un sano color damasco, ahora estaban casi azules.

No podía permitirlo, no dejaría que Naruto muriera, no si estaba en sus manos el salvarle la vida.

-Hazlo –dijo tajante-. Haz ese maldito jutsu para salvarlo.

-No lo volverías a ver, en el hipotético caso de que resultara –dijo divertido de la agonía del otro-. Nunca volverías a ver a este Naruto Uzumaki. Te puedo asegurar que, si resulta, él se recuperará.

-¿Por qué no lo haces si es para salvarte también?

-Por qué se requiere de fuertes sentimientos, y el odio no es uno de ello –dijo escupiendo acido en cada palabra-. Si fuera por eso, ya lo habría hecho. Odio tanto a toda esta gente que, si fuera por ese sentimiento, yo ya estaría fresco como una lechuga.

-El tiempo es vital, sólo hazlo.

-Está bien, Uchiha…

-Pero antes, déjame hablarle. Sé que puedes traerlo de vuelta una vez más –le interrumpió el moreno.

El zorro lo miró con esas rojas pupilas que nada bueno presagiaban y luego se carcajeó escupiendo sangre.

-Ya te lo dije, en este momento, su alma abandonó este cuerpo y no puedo hacer nada más que ver como mis fuerzas se debilitan. Lo perderás para siempre si no aceptas rápido.

Sasuke se dejó caer de rodillas, por primera vez en esos años y bajó la cabeza.

-Está bien –dijo cerrando los ojos.

-Acércate, Uchiha –le dijo para hablarle al oído-. Puedo mandarte al pasado, para que puedas evitar esto, pero no volverás jamás.

-Entiendo –dijo resignado e internamente sorprendido por el poder del zorro.

El zorro se concentró y dejó salir una gran cantidad de chacra, que hizo a los demás alejarse por el miedo a ser quemados por tal ola de poder. Sasuke no era capaz de imaginar la magnitud de lo que significaba hacer un trato con el zorro, pero lo haría, claro que lo haría, sólo por saber que Naruto tendría otra oportunidad, aunque no lo volviera a ver.

El Kyûbi tomó el brazo de Sasuke con fuerza y se puso a recitar en un idioma desconocido y frente a la vista de todos, el cuerpo de Sasuke desapareció. Sin cortina de humo, sin remolino de hojas. Nada que dijera que se había trasladado por su propia voluntad.

El Kyûbi se largó a reír y se tapó la cara con una mano, sintiendo como Sakura colapsaba de rodillas a su lado.

-¡Lo hizo! –dijo con voz maniática- ¡El maldito lo amaba tanto que resultó!

Nadie de los presentes fue capaz de decir nada, hasta que la risa del zorro se esfumó y el cuerpo de Naruto comenzó a recuperarse.

-Sasuke –llamó Sakura al no verlo por ninguna parte, mientras las palabras del Kyûbi se repetían en su cabeza.

Sakura se acercó rápidamente a su amigo y le tomó los signos vitales. Su cara mostró sorpresa al darse cuenta de que efectivamente se estaba recuperando de manera alarmante. Fue entonces que de los ojos de Naruto empezaron a brotar lágrimas.

-Naruto –le llamó la chica, tratando de quitar la mano de la cara del chico.

-¿Por qué lo hizo? –preguntó con voz agónica, pero su voz normal, que demostraba que el zorro ya no lo dominaba- ¿Por qué le hizo caso al Kyûbi?

-¿Lo sabes? –preguntó la chica, deseosa de saber la verdad.

-Siempre lo supe. Estaba escuchando al maldito zorro todo el tiempo, pero no tenía la fuerza para volverlo a encerrar.

-¿Dónde está Sasuke-san, Naruto-kun? –le preguntó Hinata, arrodillándose a su lado.

-No lo sé… el zorro no me dejó averiguarlo.

El llanto amargo de Naruto fue el único sonido que se escuchó en el lugar.

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Continuará...