Día 1

Escribo esta carta con varios de mis sentimientos desbordándose de sus frascos, pesimismo de que esta carta nunca llegue a ti, miedo de que la leas, tristeza debido al motivo por el cual la escribo así como también esperanza, la esperanza de que cada quien y a su modo, encuentre alguna respuesta.

Es apenas el primer día y hay tanto en mi mente, es normal.

Después de una fiesta vemos lo que ha quedado, tanto en el exterior como en el interior, para bien o para mal siempre hay un desorden.

Siento arrepentimiento por las últimas palabras que te dije a la cara, pude haberte dejado con un beso, un abrazo pero decidí usar mis palabras, mis piernas listas para entrar al auto, mis brazos deseando acercarte a mí, mi mente llorando pidiendo que todo fuera un error pero mis labios fueron más rápidos.

Al menos pude escribirte algo mejor que resume mi verdadero sentir, y ahora pienso repetirlo aunque de una manera más clara:

Gracias por el mejor año de mi vida, gracias por volver una situación ordinaria tan increíble, gracias por ayudarme…

Perdón por no haber sido suficiente, perdón por no ser todo lo que buscabas, perdón por no poder dar dos pasos hacia atrás, perdón por no ser tan madura y seguir adelante. Perdón.

Respiro hondo tratando de retener mis lágrimas, pienso en tu rostro, tu mirada, esa diminuta mueca que se dibuja en tus labios cuando algo te duele, la manera en que frunces ligeramente el ceño, cierro mis ojos y siento ese último beso, húmedo por las lágrimas que derramé.

No me despedí de nadie más y eso me hace sentir mal pues una de las personas me resulta tan admirable, tan increíble y me siento mal al pensar que si es en verdad, la última vez que vea a esa persona, si esa fue nuestra última vez, me siento tan destrozada.

Temo que me odies, que estés enojado conmigo por lo que he hecho y dicho; temo que decidas lanzarme al olvido, que lo hayas hecho en el segundo en el que me fui.

¿Por qué no podemos ser amigos? Me hiciste esa pregunta y no la respondí, no recuerdo si lo hice.

He pensado en una respuesta pero sólo pienso en otra pregunta y después más respuestas.

¿Por qué no podemos ser amigos?

¿Por qué no podemos estar juntos?

Podemos ser amigos, si podríamos serlo pero ¿Cómo? ¿Cómo dejo de verte de la manera que te veo? ¿Cómo hago que mi corazón deje de latir con fuerza cuando te veo a lo lejos? ¿Cómo hago para no sentir tanta emoción cuando dices cosas tan increíbles? ¿Cómo dejo de admirar esa pasión tan tuya?

Podría seguir admirándote, podría seguir sintiendo esa emoción pues las llevo conmigo desde que te conozco pero esa mirada, esa necesidad de cercanía hacía ti, la paz que siento al estar contigo debe ser medida, esa euforia, ese deseo, ese afecto ahora debe ser medido.

Es difícil.

No quería llegar a este extremo, a pesar de haberte mostrado lo mejor y lo peor de mí, a pesar de haberte dicho quién soy, no quiero lastimarte, no quiero dramas, no quisiera causar más daño.

Yo estaba lista pero creo que tu no.

Podría y quiero esperarte pues no estoy esperando a nadie más pero me siento cansada, me siento triste, durante el día estoy bien, río, juego pero apenas estoy en la oscuridad de mi habitación y pienso en ti, pienso en esos sueños que alimenté sin medida, esos suspiros que alargué a escondidas, las pocas palabras que me guardé, todas llenan mi almohada y me es difícil acomodar mi cabeza y dormir.

Te dije que si decidías quedarte haría que jamás te arrepintieras, sé que la felicidad es un sentimiento efímero pero podría hacerlo constante, alejaría la tristeza y jamás te sentirías solo.

No hubo respuesta.

Sólo queda la respuesta del tiempo, si estarás ahí, si decides encontrarme, si decides llamarme, si estarás al final del camino, si yo estaré al final del camino.

Por ahora, sigo observando los estragos de esta fiesta, sin saber cómo empezar, seguir llorando en el suelo, si recoger los platos rotos, si debo recostarme primero o sólo seguir observando las fotos y terminar de escuchar las canciones que dejé para ti.