Pov ?
- Bueno ... ¿En donde estoy? - No pude evitar decirlo en voz alta cuando me encontraba flotando en un gran abismo.
Todo era oscuridad pero extrañamente no me sentía asustado.
¿Como llegue aquí?
Bueno, solo recuerdo estar caminando hacia la universidad, cuando de repente un camión salio de la nada a punto de atropellar a una de mis compañeras de clases. No sabia porque, pero mi cuerpo se movió solo y la empuje fuera del camino ... Y yo sufrí su destino.
Aunque no me arrepiento de haberla salvado, no pude evitar sentirme aprensivo.
Habia tantas cosas que quería hacer, lugares a que ir ... Y mi familia, dios, no se como lo tomaran ...
¡Lo peor de todo es que morí de la manera mas cliché para enviar a alguien a un isekai en los animes!
... Espera ... ¿Isekai?
De repente, un gran resplandor me ciega. Era una luz tan brillante como si prendieran una linterna en medio de la noche a mi cara. Fue realmente molesto, por suerte no duro mucho pero cuando mis ojos volvieron a enfocarse, ya no estaba en esa oscuridad.
Estaba en una gran sala, el suelo era como el de un tablero de ajedrez, y las paredes y el techo tenían un color vinotinto.
Pero lo que mas me llamo la atención era el hombre sentado frente a mi.
Estando en una silla de caoba realmente elegante, estaba un hombre en sus veinte, cabello rojizo, parche en el ojo derecho mientras su ojo izquierdo era verde esmeralda. Usaba un traje elegante negro, camisa roja, corbata negra, zapatos negros. El tipo estaba vestido como para ir a la fiesta mas elegante del mundo. Pero lo que me hizo estremecer, eran sus tatuajes en sus brazos, que brillaban en un ominoso tono rojo.
- ¿Quien ... Eres? - Pregunte con cautela. El pelirrojo me sonrió.
- Es de mala educación preguntar el nombre de alguien sin decir el tuyo primero. - Replico con diversión.
Trague saliva. - Yo soy ... - Me quede en blanco. - Espera ... ¿Quien soy? - Esto era inaudito, no recordaba quien era, cuando trataba de hacer memoria, recordaba toda mi vida, pero cuando algo estaba relacionado con mi nombre, simplemente era omitido de mi mente.
- Mmm, al parecer no lo recuerdas ... Aunque no me sorprende. - Dijo el hombre con un suspiro.
- Espera, ¿Por que no recuerdo mi nombre? ¿Donde estoy? ¿Quien eres? - Empece a entrar en pánico.
- Yo tengo muchos nombres, entre ellos Chorozon el Demonio del Vació. - Dijo mientras se le formaba una sonrisa macabra, yo trague saliva, estaba en el purgatorio ... - Pero también tengo de nombre Ymera, el Gran Dios Guardián de las Dimensiones. - Espera ... ¡¿QUE?!
- Un momento ... No me digas que ... - Dije comenzando a entender la situación.
Ymera me sonrió. - Así es, te enviare a otro mundo. - Declaro como si estuviera hablando del clima.
- ¿Por que?
- Simple. Hiciste algo noble por esa chica, debido a ello ella se volvió una gran científica y logro varios avances tecnológicos y médicos en tu mundo ... Todo gracias a ti. - Dijo lo ultimo sonriéndome amablemente.
Yo me quede sin habla, pensar que gracias a mi intento de héroe ... Logre de manera indirecta a mejorar el mundo ... Era un gran sentimiento.
- Por ello, me sentí en la necesidad de recompensarte, enviándote a otro mundo ... Uno lleno de magia y fantasía y que conoces muy bien ... - Dijo sonriendo el pelirrojo, su sonrisa era traviesa y divertida.
No sabia porque, pero este tipo me recordaba a Zelrecth del Nasuverso ... ¿Serán amigos? Ese pensamiento me aterra.
- ¿Cual mundo? - Pregunte con curiosidad, era un otaku y conocía de muchos animes y mangas con esas descripción.
Podía ser DxD. Tal vez Magi, diablos, incluso podía ser el mundo de Harry Potter o de Percy Jackson y los Olímpicos.
- Fairy Tail. - Responde con una gran sonrisa.
- Me estas jodiendo. -
- Nunca jodo ... A menos que seas una chica ... - Me dio una mirada picara.
No me malentiendan, Fairy Tail no es malo ... Pero sobre explotan mucho el Nakama Power, al principio estuvo bien ... Pero luego se volvió tedioso, sin embargo, eso no le quito el puesto de ser uno de mis animes favoritos.
- Bien, estoy listo. - Dije asintiendo, preparándome para mi partida antes de que el Dios Demonio hablara de nuevo.
- Antes de nada, quiero darte un regalo de despedida. - Lo mire confundido. - Una especie de ventaja en tu travesía. -
- Okay, ¿Que tienes? - Pregunte curioso.
- Esto. - De la nada, apareciendo frente a mi, una vaina dorada decorada de esmalte azul se postro orgullosa, su belleza radiante ilumino toda la sala.
- ¡Esto ... Esto es! - Me quedaba sin habla ante tal belleza ... No, el llamarlo simplemente bello, era un insulto para la vaina frente a mi. Era ... Era ...
- Sagrado. - Termino Ymera conociendo mis pensamientos. - No solo es la vaina, Avalon del Rey Arturo, dentro de ella esta toda la información y habilidades de tu personaje favorito de todo el Nasuverso. -
- Emiya Shirou. - Exclame con ojos abiertos como platos.
Shirou era un mis personajes favoritos, una persona admirable que a pesar de sus ideales defectuosos, aún sigue hacia delante sin vacilar ... Como si fuese su único camino que puede tomar.
- Exacto, te enviare con las habilidades, el Magecraft, y el Unlimited Blade Works de Emiya Shirou. - En mi cara se formo una sonrisa. - Pero tendrás que hallar la forma de activar el Unlimited Blade Works por tu cuenta, tu propio aria. -
Hice una mueca, hallar un aria por mi mismo iba a ser difícil, después de todo, era un reflejo de la vida y del alma del Reality Marble, en este caso yo.
Luego, Ymera, con un movimiento de mano, hizo que Avalon entrara en mi, y al instante mi mente fue asaltada por una gran cantidad de información.
El fuego.
La salvación.
Kiritsugu.
Fuji-nee.
La Guerra del Santo Grial.
Saber.
Archer.
Rin.
Sakura.
Rider.
Illya.
Y luego espadas, una cantidad innumerables de espadas clavadas en el suelo esperando ser portadas.
Mientras mi mente era asaltada por la nueva información, mi vista se oscurecía.
- Jeje. - Entonces escuche la risa de Ymera. - Nos veremos luego, alma en pena ... ¿O tal vez debería llamarte Emiya Shirou? -
Luego todo fue negro.
...
Fin del Pov de Shirou.
Earthland.
En una isla algo lejos del continente de Ishgar, se encontraba un niño de unos siete años. El niño estaba en la playa, durmiendo hasta que una ola le cayo encima despertandolo.
- ¡Wah! ¡¿Que mierda?! - Exclamo el niño todo mojado. - Que suerte la mía ... - El niño se acerco al mar para mirar su reflejo.
El niño se quedo sin aliento, era una copia exacta de Emiya Shirou de niño. Cabello rojo, ojos color dorado. Ademas, de usar harapos.
- Bueno ... Ahora tengo una excusa para llamarme Shirou. - Dijo el ahora nombrado Shirou. El pelirrojo empezó a mirar alrededor con interés. - Y al parecer no había un mejor lugar para dejarme, ¿No, Ymera? -
De repente, la isla empezó temblar sorprendiendo al pelirrojo. Shirou volteo su vista a un santuario dedicado a un dios no muy lejos.
- No me digas que me enviaste al dominio de un Dios ... - Dijo Shirou nervioso.
La isla se sacudió con furia, vientos huracanados, olas rapantes, rayos resonaron en el cielo oscurecidos.
Y luego apareció.
La mujer mas hermosa que haya visto en su vida, (Bueno, en sus dos vidas ... Aunque solo pasaron 5 minutos desde que obtuvo su segunda vida)
Era una mujer de estatura promedio, cabello color bronce junto a unos ojos rojos de rubí. Su cabello llegaba hasta sus caderas atado en un cola de caballo alta. Tenia los pechos grandes, tal vez copa DD, caderas amplias y cintura fina. Usaba una armadura ligera de guerra de cuero negro y de la plata mas fina.
En su espalda, se podía deslumbrar una lanza y un escudo, y en su cintura, enfundada era un espada.
Toda su figura recalcaba autoridad y peligrosidad.
Los ojos de Shirou se enfocaron en sus armas, y por un minuto sintió una jaqueca.
Eran Construcciones Divinas, armas forjadas por seres inhumanos.
Una lanza que declara la destrucción, Gungnir.
Un escudo que podía reflejar cualquier adversidad, Aegis.
Y la espada que representaba el mismo conflicto y la guerra, Marte.
Ella era una diosa de la guerra en todo su derecho.
Una de las mas fuertes, incluso para los estándares de otros mundos.
Ella era Hipólita, la Diosa de la Guerra.
Y el había invadido su dominio, y ella estaba furiosa.
- ¡Tu! - Su mano tomo la empuñadura de su espada y la apunto hacia Shirou. - ¡Que hace un pequeño dios de la guerra como tu en mi dominio, mocoso! -
Los ojos de Shirou se abrieron. - "¿Dios de la Guerra?" -
- ¡RESPONDE! - Una aura roja escarlata en forma de llamas rodeó su figura, haciéndola mas amenazante y al mismo tiempo hermosa, lo cual parecía casi imposible.
Shirou suspiro. - "Increíble ... Incluso heredé la suerte E de Emiya." -
- La suerte también es una habilidad, jeje. - Shirou escucho esas mismas palabras en su mente, provenientes de Ymera.
- "¡Te maldigo, Ymera!" - Grito mentalmente el pelirrojo.
Ahora su vida daría un gran giro de ahora en adelante.