Disclaimer: Todo pertenece a J. K. Rowling.

Esta historia participa en el amigo invisible del foro La noble y ancestral casa de los Black y es un regalo para Rabenzaprior.

Rabenzaprior, pediste la primera cita de Lily y James y te prometo que al final de esta historia la tendrás. Mientras tanto, espero que te guste la historia. He disfrutado mucho escribiéndola.

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La cita (im)perfecta

O tres veces en que James y Lily no pudieron tener una cita y una en que al fin lo lograron

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En la que apareció Sirius

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Pasa un buen rato mirándose en el espejo. Antes de eso ha sacado toda la ropa de su armario y se ha probado todo lo que ha encontrado. Le ha costado mucho decidir que ponerse y ahora que por fin se ha decidido no lo tiene del todo claro.

De todos modos no le queda tiempo para cambiarse. Lily debe estar esperándolo ya, así que James abandona la habitación, que por cierto está hecha un auténtico desastre con toda su ropa por el suelo, y baja a la sala común donde, en efecto, Lily le está esperando ya.

Está preciosa, pero por un momento duda sobre si debería decírselo o no. No decírselo le parece descortés y si se lo dice a lo mejor ella lo interpreta como que quiere hacerle la pelota. Duda. Es extraño porque él nunca ha dudado en ese tipo de situaciones, pero con Lily es diferente.

Al final es ella la primera en decirle que está muy guapo y James le corresponde devolviéndole el cumplido. Se pregunta si ella pensará que lo ha dicho solo por quedar bien, si no hubiera sido mejor que se lo hubiera dicho antes, nada más verla, y se dice a sí mismo que será mejor que aparte esos pensamientos de su cabeza, pero no es tan fácil. Lleva demasiado tiempo esperando esa cita y ahora teme arruinarla.

En ese momento Sirius Black irrumpe en la sala común con cara de estar a punto de echarse a llorar o de cometer un asesinato y despotricando acerca de:

–Esos supremacistas de mierda que le han lavado el cerebro a mi hermano.

Después sube a su habitación a grandes zancadas y pisando el suelo como si quisiera romperlo en pedazos. No parece haber visto a James, pero él si lo ha visto (es imposible no verlo) y por mucho que desee estar con Lily, no es capaz de abandonar a su mejor amigo en un momento en el que parece estar pasándolo mal.

Lily lo entiende y le asegura, comprensiva, que no pasa nada, así que la tarde que se suponía que iba a pasar entre risas y quizás, con mucha suerte, arrumacos con la chica que le gusta, termina pasándola consolando a su rabioso mejor amigo que ha discutido con su hermano menor por enésima vez por la pureza de la sangre.

El único lado positivo es que sirius está tan cabreado que no le ha dicho nada por el desorden de la habitación, y eso que Canuto, aunque no lo parezca, es casi un obseso de la limpieza y el orden solo comparable a Remus, que sí que regaña a James un rato después.

Esa noche, tras ordenar el desastre de ropa que ha formado, James se duerme algo desilusionado por la cita que no ha tenido, pero no del todo porque Lily le ha enviado una nota preguntando por Sirius y ofreciéndole quedar al día siguiente para tener al fin la cita que su amigo interrumpió.