DISCLAIMER: Harry Potter y sus personajes pertenecen a JK Rowling. La trama de esta historia pertenece a Lena Phoria, y está siendo traducida con su autorización :) Thank you, Lena, for allowing me to share this amazing story!

Este capítulo fue reeditado por Sunset82


"La Fecha Límite"

Por: Lena Phoria

Traducción: Evilmaiden


Notas iniciales de Lena: ¡Hora de una nueva historia! ¡Yay!

No hay profecías en esta historia, no hay guerra, no hay maldiciones imperdonables, y si alguien muere, será por causas naturales. Lo sé, un gran cambio para mí, pero ésta historia será para divertirnos.

Esta historia sigue la cronología de todos los libros, y transcurre poco menos de siete años después del epílogo. Sí… incluso eso sucedió. Sólo un cambio menor…

"…Y las pronunciadas entradas resaltaban sus angulosas facciones" (refiriéndose a Draco)

¡Esa frase NO existe!

Ahora, comencemos…

Capítulo 1: Reunión.

—Ron, ¿estás casi listo? —gritó Hermione en dirección al baño. Estaba actualmente sentada en la cama, ya vestida, con el cabello peinado hacia atrás y el maquillaje prolijamente aplicado. No lograba comprender cómo era que siempre, todas y cada una de las veces, terminaba de arreglarse antes que él. Zapateaba con impaciencia. Nunca fallaba.

—Sí, sí, ya deja de molestarme —dijo Ron, saliendo con prisa del baño aún abrochándose la camisa.

Cuando estaba metiéndola dentro de su pantalón, Hermione se percató de la pequeña cortada en su barbilla. Una cortada de la afeitadora. Eso tampoco nunca fallaba.

Suspiró y se puso de pie, acercándose y usando su varita para curar la pequeña herida. Ron se frotó la barbilla, obviamente dándose cuenta en ese momento de que se había cortado.

—Gracias —dijo con desgana.

Trató luego de atarse la corbata, pero sus dedos titubeaban demasiado. Sus orejas enrojecieron. Estaba obviamente frustrado con la presencia tan cercana de la bruja. Hermione suspiró de nuevo y comenzó a anudarla por él.

La verdad, esto era todo su culpa. Era ella quien había olvidado cambiar la reservación. Conseguir una habitación en Las Tres Escobas durante la semana de graduación era prácticamente imposible y por tanto debía planificarse con mucha antelación. Cuando les había enviado una lechuza el noviembre pasado para reservar, no tenía idea de que ella y Ron estarían separados para esa navidad. Pero había sucedido, y ella había estado tan distraída con todo que había olvidado cambiar la reservación de una habitación a dos. Así que allí estaban, atrapados juntos en una misma habitación por una noche más mientras acudían a la graduación de Rose de Hogwarts y hasta la fiesta que habría después.

—Gracias —murmuró Ron nuevamente, antes de ir y tomar su chaqueta de la silla de la que colgaba.

Hermione suspiró una vez más. Parecía que hacía eso mucho últimamente.

Salieron por la puerta sin más que agregar. Cuando llegaron a la planta baja, Harry, Ginny y James ya los esperaban junto a la puerta.

—Ya era hora de que llegaran—dijo Ginny—Ron, ¿estabas tardando todo el tiempo del mundo arreglándote de nuevo?

Ron se encogió de hombros y miró hacia otra parte, cualquiera que no fuera en dirección a Hermione.

Ginny suspiró. Parecía ser contagioso.

—¿Nos vamos, entonces? —dijo Harry, dando un par de palmadas para incitarlos a salir.

Todos llegaron afuera y comenzaron el traslado hacia Hogwarts. James terminó adelantándose para ponerse al día con algunos amigos, pero todos sabían que el verdadero motivo era que quería adelantarse para advertirles a Rose y a Hugo que era uno de esos días malos de sus padres.

Cuando llegaron a la escuela, se dirigieron de inmediato al Gran Comedor, donde una multitud de Weasley se encontraban esperándolos. El más joven de los hijos de Bill y Fleur, Louis, también se graduaba, así como la hija de George y Angelina, Roxanne. Realmente se trataba de un gran evento para los Weasley.

—Hermione, te ves hermosa—dijo Molly Weasley dándole un cálido abrazo y tratando con todas sus fuerzas de no llorar —¿Acaso no luce hermosa, Ron?

Ron se encogió de hombros y miró hacia la multitud nuevamente, alejándose para saludar a Teddy y una Victoire cuyo embarazo comenzaba recientemente a notarse.

—Gracias, Molly—dijo Hermione, dándose vuelta rápidamente para que su suegra no viese las lágrimas en sus ojos.

Comenzó a ver los alrededores buscando a alguien. Quien sea que fuera. Pero nadie la miró. Eso, hasta que se cruzó con un hombre que parecía estar haciendo exactamente lo mismo que ella. Su cabello era de un rubio tan claro como lo recordaba y, aun con las arrugas, su cara tenía ciertos rasgos que le daban un aspecto juvenil.

Draco Malfoy estaba de pie junto a su esposa, Astoria. En realidad, su ex esposa. Su divorcio había estado documentado en todos los periódicos el año anterior. Ella estaba hablando con los padres de ambos, pero parecía buscar a alguien entre la multitud.

Los ojos de Draco escaneaban entre las personas y eventualmente se cruzaron con los de Hermione. Enfrentando su mirada, sacó una pequeña petaca del bolsillo interno de su chaqueta y tomo un sorbo. Estaba escondido nuevamente en su lugar de origen más rápido de lo que había aparecido inicialmente.

—Mamá.

Hermione salió de su trance y volteó a ver a su hijo Hugo parado frente a ella. Sonrió.

—Hugo, no me digas que es posible que hayas crecido cinco centímetros más desde que nos vimos en las vacaciones de Pascua —dijo ella, notando que su hijo de 16 años era ahora más alto que ella.

—Parece que sí es posible —respondió él, sonriendo ampliamente.

Hermione le lanzó los brazos al cuello y bajó su cabeza a la altura de la de ella, ahogándolo en besos.

—¡Ah! ¡Basta, basta, mamá! ¿Qué dirán las chicas?

Hermione se detuvo para observar, divisando un grupo de jóvenes brujas señalando y riendo. Lo soltó de inmediato. —Lo siento —dijo, riendo un poco —A veces olvido lo maduro que eres ahora ¿Cuál de esas es tu novia?

Hugo miró hacia el trío —. Ummm… ninguna. Terminé con mi novia la semana pasada.

—¿La semana pasada? —dijo Ron, acercándose —. Pero si en Pascua estabas tan enamorado…—se burló. Él y Hermione rieron juntos.

—Sí, bueno, las cosas cambian —dijo Hugo. Miró de soslayo al trío y se sonrojó, así como la chica en medio de sus otras dos amigas, quienes le susurraban al oído.

—Ni siquiera preguntaré —dijo Hermione.

Levantó la mirada nuevamente y se dio cuenta de que Draco Malfoy continuaba observándola. Tenía su petaca en mano de nuevo, y la levantó hacia ella en forma de saludo antes de tomar otro trago.

—Olvidé que ese imbécil estaría aquí.

Hermione se volteó para ver a Ron viendo con desdén hacia los alrededores de Draco.

—¿Cómo pudiste olvidarlo? —dijo ella —Su hijo fue Premio Anual junto con Rose todo este año.

Ron gruñó —. Oh, cierto. Nunca me dijo nada sobre él… ¿a ti te dijo algo?

Antes de que Hermione pudiese responder, Ron continuó.

—Apuesto a que fue una pesadilla. Ya sabes, de tal palo, tal astilla.

—¿Hablas de Malfoy? —lo interrumpió Hugo.

—Así es —dijo Ron —¿Cómo sobrevivió Rose conviviendo con él? ¿Tú sabes algo?

Hugo soltó una risa incómoda —.Pues vaya que sobrevivió… en realidad se llevaban bastante bien. Trabajaban bien juntos. Él no es una mala perso…

—¿Leíste sobre su divorcio el año pasado?

Hugo se tragó sus palabras con dificultad y negó con la cabeza. Claramente ya no hablaban del Malfoy más joven.

—Su esposa alegó infidelidad. Trató de llevarse toda la fortuna de los Malfoy, y probablemente lo hubiese logrado de no ser por todo el control que Lucius aún mantiene en el Ministerio. Es una lástima. Hubiese sido bueno ver que a su familia la dejasen sin nada.

Hermione puso los ojos en blanco. —¿En serio Ron? ¿Aún cargas todo ese rencor por un abusivo del colegio con quien no has hablado desde que tenías dieciocho años? Es hora de dejar eso atrás y seguir con tu vida.

Ron parpadeó —¿Es esa algún tipo de indirecta para mí o algo así?

—¿Qué? —dijo Hermione, frunciendo el ceño —.Claro que no. Hablaba de Malfoy, no de nosotros.

—¿En serio? ¿Estás segura de eso?

—Sí.

—No te creo —dijo Ron, negando lentamente con la cabeza. Nunca dices lo que de verdad sientes. ¿No fuiste tú la que dijo que debíamos separarnos? ¿Qué debíamos salir con otra gente? Pero que Merlín no quiera que yo lo haga antes que tú ¡Ahora de repente soy un maldito paria de la comunidad mágica, sin mencionar de mi familia!

—¡No es el lugar ni el momento para esto, Ron! —farfulló Hermione.

—¿Entonces cuándo? ¿Dónde demonios deberíamos tener esta maldita charla, Hermione? ¡Porque apenas si te he visto en los últimos seis meses!

Hermione lo tomó con rudeza de uno de sus brazos y lo arrastró fuera del Gran Comedor sin avisar a nadie.

Hugo miró a su alrededor profundamente sonrojado antes de salir corriendo hacia el telón detrás del cual saldrían los graduados en breve, encontrando a Rose viendo hacia afuera desde un rincón.

—¡Hugo, ahí estas! —dijo ella con una brillante sonrisa. —¿Ya los viste? Es…—tragó en seco. —¿es tan grave como me ha dicho James?

Hugo gruñó. —Creo que es peor. Me parece como si pelearan sin necesidad… sólo lo hacen por hacerlo.

Rose suspiró. Cruzó los brazos y trató de contener las lágrimas.

Se escucharon pasos por el pasillo. Ambos voltearon para ver aparecer al otro Premio Anual, Scorpius Malfoy, caminando hacia ellos.

—El Director me ha enviado a buscarte. Ya estamos organizándonos para salir—dijo, mirando a Rose. —¿Está todo bien?

—Sí, todo bien—dijo ella, usando uno de sus dedos para limpiar cualquier resto rebelde de lágrimas de sus ojos.

Scorpius se acercó y tomó el rostro de Rose entre sus manos. Hugo desvió la mirada, sabiendo lo que vendría. Scorpius se acercó y besó a Rose con ternura, mirándola a los ojos, captando su humedad y apoyando su frente en la de ella. —Tu primo tenía razón… están peleando.

—Estoy segura de que simplemente necesitan desahogarse de ciertas cosas antes de...

—Rose, ya hemos hablado de esto. —dijo Scorpius —.No te ilusiones de la misma manera que yo lo hice… puede que nunca se recon…

—Pero tus padres se divorciaron de inmediato —dijo ella —.Los míos sólo están separados… Y aún se aman. Sé que es así.

Scorpius asintió, dudoso. Sabía que no era un buen momento para insistir con ese tema.

—Debería volver allá afuera—dijo Hugo —. Lily está guardándome un puesto en el frente para poder tomar fotografías y la vi pelearse por mi silla hace unos minutos. Buena suerte con tu discurso, hermanita. —Se acercó y la abrazó—Para ti también, Malfoy.

Hugo y Scorpius se estrecharon la mano por un segundo antes de que el pelirrojo desapareciera al otro lado de la cortina.

Scorpius y Rose se tomaron de la mano y comenzaron a caminar hacia donde el resto del estudiantado esperaba ansiosamente el inicio del evento.

—¿Estás nerviosa por tu discurso? —le preguntó Scorpius.

—¿Éste? No —respondió ella, suspirando antes de continuar —. Pero el que tenemos que dar después de la graduación… ése sí me aterra.

Scorpius rio mientras jugueteaba con el anillo de diamantes en el dedo de Rose. Definitivamente ella tenía razón. El discurso que darían más tarde… ése sí que sería interesante.

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OoO

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Hermione no se sorprendió de sí misma cuando comenzó a llorar como una idiota en el preciso instante en el que Rose salió junto con los demás graduados. Al ser Premio Anual, estaba sentada en el escenario y sonreía radiantemente a sus padres tras ubicarlos entre la audiencia. Lily estaba al frente, tomando miles de fotografías de su prima, pero Ron aun así trataba de conseguir las suyas propias, especialmente del momento en que Rose subió al podio para dar su discurso.

Ron pasó por sobre el regazo de todos los presentes, murmurando disculpa tras disculpa para llegar hasta el pasillo. Cuando logró llegar hasta allí, se lanzó hacia el frente, atravesándose en el campo visual de muchos otros padres que también trataban de tomar fotos de sus hijos.

—Lo siento —dijo cuando un hombre trató de ponerse agresivo con él por su conducta —Es mi hija —aclaró con orgullo, señalando a Rose en el escenario mientras regresaba a su asiento.

Hermione rio entre sus lágrimas al ver cómo regresaba sin delicadeza alguna a su lugar. Cuando continuó sollozando durante todo el discurso de Rose, Ron sacó un pañuelo de su bolsillo. Ella se lo agradeció y limpió sus ojos. Cuando Ron puso la mano sobre su rodilla, Hermione la tomó con fuerza instintivamente. Eran momentos como estos, aunque fuesen muy escasos, los que la hacían extrañarlo a él y la manera en la que solían ser las cosas. Cuando aún estaban lo suficientemente enamorados como para resolver sus problemas en vez de que se acumularan y finalmente terminaran por consumirlos.

Rose terminó su discurso y les lanzó un beso antes de bajarse del podio. Era el turno de Scorpius, y Hermione no se sorprendió cuando nadie corrió hasta el frente para sacar fotografías. Aunque Lily continuaba tomando montones… lo cual era algo raro.

Hermione miró de reojo hacia donde Draco estaba sentado, y se percató de que sí tenía una cámara en la mano. Tomó una foto desde su puesto, pero no debe haberle dejado satisfecho del todo pues hizo una mueca al verla. Cuando trató de ponerse de pie, Astoria lo tomó del brazo e hizo que tomara asiento de nuevo. Algo bastante atrevido y controlador, viniendo de una ex esposa.

Draco la miró con desagrado antes de murmurarle algo. Un segundo después, un pequeño elfo doméstico apareció. Los ojos de Hermione se encendieron de rabia. Sabía que los Malfoy eran una de las pocas familias que aún tenían elfos domésticos como esclavos.

Draco le dio la cámara a la criatura, y ésta corrió felizmente al frente a tomar algunas fotos de Scorpius. El joven Malfoy posó sin titubear siquiera un segundo mientras daba su discurso. Fue en ese momento que Hermione se dio cuenta de la manera en que Rose estaba mirándolo. Estaba en el borde de su asiento con una sonrisa tonta en el rostro y estrellas en los ojos.

Hermione palideció. Vaya, esto podría ser un problema.

Si bien Hermione no sabía nada de Scorpius, su presencia en el escenario sin duda destilaba una cierta arrogancia familiar para ella. Él era un Malfoy, eso era innegable. Y era un Slytherin, como lo indicaba su toga con distintivos verdes y plateados.

Pronto, los discursos llegaron a su fin y todos los estudiantes fueron pasando al escenario uno a uno para recibir sus diplomas. Esta vez, Ron se apresuró a ponerse al frente con antelación para poder obtener una buena toma de Rose. Se acercó a Lily y junto a ella, y con la ayuda de un par de codazos, pudieron capturar a la perfección el momento en que el Director Longbottom entregaba su diploma a Rose.

Lily trató de ser discreta cuando Scorpius recibió su diploma al tomar un par de fotos. Tenía lista la excusa de que Albus estaba a sólo un par de apellidos de distancia después de él, aunque por suerte, Ron estaba demasiado distraído buscando a Rose para darse cuenta.

Cuando terminó ese proceso, todos los estudiantes regresaron a sus asientos y esperaron por la instrucción de voltear la borla en sus birretes. Una vez que lo hicieron, los birretes fueron arrojados al aire y el Gran Comedor se sumió en absoluto caos. Hermione y Ron trataron de encontrar a Rose en medio del gentío, pero fue inútil. Lo que ellos no sabían era que su hija estaba oculta en medio del desorden, uniendo sus labios en un beso con el joven Slytherin de cabello platinado, tal como el de su padre.

Cuando las cosas se calmaron un poco, los Weasley se juntaron en un gran grupo y esperaron por la llegada de sus respectivos graduados. Rose, Albus, Louis y Roxanne llegaron, tras empujar a unas cuantas personas en el camino para abrirse paso, y fueron inmediatamente bombardeados con abrazos y besos de su numerosa familia. Ginny abrazaba a Albus con tanta fuerza que el rostro del muchacho comenzó a adquirir un tono azul.

—¡Sólo una más! —le gritaba Ginny a Lily, quien estaba más que lista para ser la única Potter que quedaba en Hogwarts.

Tras recibir abrazos de sus padres y luego de sus abuelos, Rose comenzó a mirar a su alrededor.

—Rosie, cariño ¿A quién buscas? —dijo Hermione, peinando el cabello de su hija hacia atrás.

Rose puso su cabello como se encontraba antes — A nadie—respondió con rapidez.

Pero luego, el rostro de Rose se iluminó. Hermione se dio la vuelta para ver a Scorpius caminar hacia ellos junto con sus padres, ambos luciendo inseguros de hacia dónde se dirigían.

Rose miró a sus padres —. Mamá, papá, no se alteren, ¿de acuerdo? —dijo, nerviosa.

Alguien chilló junto a ellos. Hermione y Ron vieron que Lily se encontraba cerca, de pie junto a Hugo. Albus, Louis y Roxanne observaban la escena tras ellos.

—No me gusta cómo suena eso —dijo Ron, tragando en seco.

Scorpius llegó hasta ellos segundos después, deteniéndose junto a ellos seguido de sus confundidos padres. Rose sonrió y tomó la mano del rubio más joven.

—Mamá, papá, éste es Scorpius. Mi… uhh… mi prometido.

Lily chilló de nuevo, pero el resto de los espectadores se quedaron sumidos en un completo silencio. Hermione miró a Draco, que a su vez la miró, ambos tratando de determinar si el otro tenía alguna idea de que sus hijos habían estado saliendo, pero no encontraron nada… mucho menos sabían que estuviesen comprometidos.

—Disculpa, querida, ¿qué has dicho? —dijo Astoria, acercándose un poco más.

—Dijo que soy su prometido, madre —contestó Scorpius —. Le propuse matrimonio anoche y aceptó. Nos mudaremos juntos apenas consigamos un buen lugar, y nos casaremos el año que viene.

Astoria frunció el ceño —¿Ah, sí?

—S… Sí. —dijo él, luciendo mucho más confiado de lo que sonaba.

Su madre se tensó y arrugó los labios —. Scorpius, cariño, me imagino que comprendes que tu padre y yo estemos muy confundidos por todo esto —dijo, tomando a Draco por el brazo —Ni siquiera nos dijiste que tenías una novia.

—A mí me dijo que estaba saliendo con alguien —intervino Draco —pero nunca mencionó nombres —el rostro del rubio se tensó al ver esta vez a Ron.

—Como sea —dijo Astoria, quitándole importancia —¿Cuánto tiempo llevan juntos?

Scorpius y Rose se miraron.

—Nos hemos estado viendo desde octubre —respondió él—pero las cosas se enseriaron más poco después de Navidad.

Los ojos de Astoria se abrieron con sorpresa —. Oh. Así que lo que me estás diciendo es que te has estado tirando a esta muchacha desde octubre, pero en diciembre… quizá en enero, decidiste comprometerte de alguna forma con ella.

Ron refunfuñó, y Hermione lo vio ponerse pálido como una hoja de papel. Parecía a punto de lanzársele encima a Scorpius, así que lo tomó del brazo, sujetándolo con fuerza.

—Ronald, cálmate —susurró con severidad —. Nuestra hija acaba de darnos una…—se aclaró la garganta—…maravillosa noticia. Está comprometida. Con… Con Scorpius Malfoy —Hermione fingió una sonrisa y gesticuló hacia el muchacho rubio —.Y estoy muy, muy feliz por ella —Cada vez era más difícil mantener una sonrisa que luciera creíble —. Felicidades, cariño.

Hermione se acercó a su hija y la abrazó, y luego miró a Scorpius, respiró profundo, y lo envolvió también en un abrazo.

—Bienvenido a la familia.

—Sí, como si necesitaran más gente en su estúpida familia —dijo Astoria, introduciendo su mano en el bolsillo de la chaqueta de Draco y sacando su petaca. Tomó un sorbo. —¡Jodidas felicitaciones a ambos! ¡Iré a dar la maravillosa noticia!

Astoria dio la vuelta y se alejó con un traspié que demostraba que probablemente llevaba rato ebria. Draco la observó hasta perderla de vista.

—Papá —dijo Scorpius con el rostro tenso en un gesto que a Hermione le recordó mucho a su padre.

Draco se volteó para encararlo. Sus miradas se encontraron y el mayor de los rubios gruñó antes de asentir con la cabeza. Minutos después, Draco tenía a Astoria tomada del brazo y se la llevaba del Gran Comedor.

—Papá… ¿no vas a decir nada? —dijo Rose en voz baja, mirando con ojos esperanzados a Ron.

Ron la vio directamente a los ojos, encontrando esos orbes ámbares tan parecidos a los de su madre. Suspiró —. Rosie… sólo tienes dieciocho años. ¿No crees que esto está yendo demasiado rápido?

Los ojos de Rose se llenaron de lágrimas y miró a su padre, decepcionada. Cuando no pudo controlarse más, se dio la vuelta y corrió. Scorpius la siguió apresurado.

—Eso no estuvo bien, tío Ron.

Ron volteó para ver a Lily negando con la cabeza ante sus acciones.

Hugo se encontraba al lado de la más joven de los Potter con el ceño profundamente fruncido —. Malfoy no es un mal tipo —dijo— Y hace mucho tiempo que no veo a Rose tan feliz como lo está ahora con él. ¡Demonios! ¡No creo que les haga daño siquiera intentarlo!

Hermione y Ron se miraron y ambos fruncieron el ceño a la vez. Esto era ciertamente algo que no esperaban. Estando las cosas así de mal, sólo podrían mejorar de ahora en adelante… o al menos eso esperaba Hermione.

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OoO

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Hermione se apoyó contra la pared junto a la mesa de bocadillos, viendo cómo Rose bailaba con su prometido. La palabra sonaba extraña incluso al pensarla. Su niña pequeña iba a casarse. Con un Malfoy. Se estremeció de sólo pensarlo.

Claro, Hermione no podía negar que Rose lucía sumamente feliz mientras Scorpius la llevaba por la pista de baile. Ambos lucían felices. Quizá la impresión por la noticia no hubiese sido tan grande si su hija siquiera le hubiese avisado que tenía novio, o que estaba saliendo con alguien. Rose solía contarle siempre sobre los muchachos que le gustaban. Había salido con un par de chicos, pero nada serio… era simplemente extraño que ni siquiera hubiese mencionado a Scorpius.

Y luego, Hermione recordó que Scorpius había dicho que habían comenzado a enseriarse justo después de Navidad, que había sido la época en la que ella y Ron se habían sentado con los niños y les habían hablado de que se separarían temporalmente como prueba. Evidentemente, ambos habían estado terriblemente afectados y no habían tenido ningún interés de hablar con sus padres, aunque las cosas habían mejorado para las Pascuas. ¿Acaso Hermione había estado tan enfocada en sí misma que ni siquiera había notado las señales de que su hija estaba enamorada? Al parecer, la situación actual indicaba que así había sido.

Hermione frunció el ceño mientras veía su copa de vino, pasando su dedo distraídamente por el borde. Fue sólo cuando levantó la mirada y vio a una veinteañera hermana de algún graduado coquetear descaradamente con Ron que siquiera pensó en tomar un sorbo. Y luego, sin darse cuenta, había vaciado la copa.

Hermione puso la copa vacía en una bandeja flotante y estaba a punto de buscar otra cuando una copa llena le fue entregada. Siguió el brazo que le ofrecía el vino y vio que pertenecía a Draco, quien ahora se encontraba apoyado en la pared junto a ella.

—¿Problemas en el paraíso? —preguntó sin siquiera mirarla.

—No sé de qué hablas —respondió ella antes de tomar un generoso sorbo de vino.

Draco sonrió con suficiencia —¿En serio? Entonces esa fulana con la que salió en la portada de Corazón de Bruja es sólo una amiga, ¿verdad?

Hermione tomó otro trago, éste aún más generoso —. ¿Tú lees Corazón de Bruja? Debo admitir que eso me sorprende un poco. Nunca te hubiese tomado por un aficionado de las revistas de chismes.

—Mi secretaria está subscrita y, por alguna razón, siempre se mezcla con mi correo. No pude evitar que mis ojos se detuvieran en la portada cuando vi a Weasley besuqueándose con una bruja que parecía tener la mitad de su edad. —dijo él, tomando un sorbo de su propia copa de vino.

Hermione miró su copa, suspirando —.Tiene treinta años. Poco más de dos tercios de su edad.

—¿Es esa la excusa que usó para justificarse? —dijo Draco con una ligera risa. —Desafortunadamente no profundicé en la noticia más allá de la portada… así que dime, ¿fue un amorío? Porque me gustaría estar informado de los trapos sucios que pueda tener la familia de la que mi hijo quiere formar parte… eso, antes de enterarme de mala manera más adelante.

—¿Estás diciendo que apruebas este matrimonio? —preguntó Hermione, viéndolo de reojo.

Draco se encogió de hombros —. Scorpius tiene su propia opinión. Hará lo que quiera a pesar de las consecuencias.

—¿Consecuencias?

—Será desheredado —dijo Draco —por unos cuantos miembros de la familia.

Los ojos de Hermione casi saltaron de sus órbitas.

—Los padres de mi ex ya se fueron. Dijeron que no quieren tener nada que ver con él.

—¿Porque planea casarse con mi hija? —Hermione arrugó la frente.

—Porque planea casarse con la hija de una sangresucia, sí. —dijo Draco. La miró de reojo. —Sin ofender.

Hermione resopló y se terminó lo que quedaba de su vino antes de deshacerse de la copa vacía, poniéndola sobre una de las bandejas que pasaban. Draco le dio el resto de su vino antes de sacar su petaca y tomar un sorbo.

—No es la gran cosa. A Scorpius nunca le agradaron sus abuelos maternos. Mis padres dan los mejores regalos —dijo, sonriendo con superioridad.

—¿Y tus padres están de acuerdo con esto?

Draco se encogió nuevamente de hombros. —No realmente, pero no lo desheredarán por ello.

—Pero la madre de su prometida es una sangresucia—espetó ella.

—La guerra se acabó, encanto —dijo Draco mientras seguía con la mirada a los hijos de ambos por la pista de baile —. Tu lado ganó y los Malfoy hace tiempo que lo han aceptado.

Hermione observó a la feliz pareja. Rose encontró su mirada y le sonrió. Hermione le devolvió la sonrisa. Cuando su hija dejó de verla, la castaña soltó un suspiro.

—¿Y qué hay de ti? ¿Apruebas a mi hija? —preguntó ella.

—Ni siquiera conozco a tu hija —respondió Draco —eso tendré que determinarlo luego —tomó otro sorbo de su petaca —. Aún no respondes mi pregunta.

Hermione miró su copa nuevamente —No, Malfoy. —dijo—No fue un amorío. Hemos estado separados desde diciembre.

—¿Separados por seis meses? —inquirió él, alzando una ceja—¿y aún no ha habido divorcio ni reconciliación?

—No —respondió ella—. Sólo nos separamos.

—¿Por eso te pusiste ese vestido? ¿Para reconciliarte? —se burló.

—¿Mi vestido? —Hermione bajó la mirada para ver su vestido. Simple. Negro. Quizá un poco más ceñido de lo que acostumbraba, pero Ginny la había convencido de usarlo de todas formas —¿Qué hay de malo con mi vestido?

Draco rio y dijo —.Bueno, ciertamente no tiene nada de malo. Pero hace que tu trasero luzca absolutamente divino.

Hermione se sonrojó. No podía creer que él hubiese dicho eso —¿Qué?

Draco se rio aún más fuerte —.¿Insinúas que el usar ese vestido no fue una estrategia meticulosamente planificada? Te estás oxidando, Granger.

—Ya no me apellido Granger —espetó ella —Es Weasley.

—No si él continúa dando ese culo por sentado. Es un raro hallazgo, una mujer de tu edad con un cuerpo que aún luzca cien por ciento apetecible

Hermione no sabía si sentirse halagada u ofendida. Probablemente lo segundo. —Bueno, admito que no soy ninguna treintañera, pero…

Draco comenzó a tomar otro sorbo de su petaca pero Hermione se lo arrancó de la mano.

—¿No crees que ya has bebido suficiente de esto? —dijo—¡Por Merlín, eres tan insufrible como siempre! Veintiséis años y nada ha cambiado, ¿no es así?

Por primera vez, Draco volteó su cara hacia ella por completo y sonrió. —¿Esperabas otra cosa?

Hermione resopló —. No, supongo que no. —Trató de devolverle la petaca, pero Draco se negó.

—Quédatela. Me imagino que ya lo habrás oído, soy un alcohólico desenfrenado. Eso es lo que dicen los tabloides.

Draco miró hacia otro lado y Hermione siguió su mirada. Estaba mirando a su ex esposa, que en ese momento hablaba con un grupo de muchachos, probablemente amigos de Scorpius.

—Iré a fumar afuera—dijo, revisando algunos de sus bolsillos antes de sacar una pipa. —¿Quieres venir?

Hermione rio suavemente y negó con la cabeza. —No lo creo.

—Me lo imaginé. Disfruta mi alcohol, Granger. No es de esas mierdas baratas.

—Que no me llamo…

—Supongo que nos veremos por ahí —dijo —Ya sabes, con los planes de la boda. Es su día, con nuestros Galeones.

Draco le guiñó el ojo y se alejó. Hermione lo miró por un par de segundos antes de mirar la petaca que aún sostenía. La encogió y la introdujo en su pequeño bolso. Luego buscó a Ron por el salón. Cuando lo encontró, estaba de pie junto a una mesa llena de dulces. Sus ojos llevaban tiempo observándola. Hermione se acercó.

—¿Qué quería ese? —Preguntó con un tono lleno de desagrado.

—No lo sé… nada, en realidad. —contestó.

—¿Pretende ponerle un alto a esta boda?

—No, en realidad se lo ha tomado bastante bien.

—¿De verdad? —dijo Ron con un gruñido.

—¿Esperabas que se lo tomara mal?

—¡Sí! —espetó él —.Así no tendría que ser yo el villano de la historia.

Hermione suspiró —.Tiene dieciocho años, Ron. Si quiere casarse con él, puede hacerlo, y debemos apoyarla.

—¿Por qué?

Hermione entrecerró los ojos —.Porque es nuestra hija—respirando hondo, Hermione puso una mano en su cabeza. —Escucha, tengo algo de dolor de cabeza. Volveré a la posada ahora.

Ron frunció el ceño. —De acuerdo. ¿Necesitas que te acompañe?

—No si no quieres hacerlo—dijo ella.

Ron se detuvo. Se tomó un segundo para mirar hacia la mesa donde la mayor parte de su familia estaba agrupada. Luego miró hacia un lado de la sala donde la muchacha con la que había estado coqueteando antes estaba observándolo. La chica le guiñó el ojo.

Ron se sonrojó, para luego ponerse muy pálido. Se volteó hacia Hermione, quien estaba luchando con todas sus fuerzas para mantener la compostura.

—No es lo que piensas…

—No importa. —dijo Hermione. —Me iré sola. Buenas noches, Ron.

Salió de allí sin mirar atrás, tratando de disfrazar su rabia mientras se aproximaba a Rose.

—Cariño, creo que voy a retirarme. —dijo, peinando el cabello de Rose hacia atrás.

—¿Te vas? —dijo Rose, visiblemente decepcionada, mientras arreglaba su cabello de la forma en la que estaba antes —. Apenas comenzó la fiesta.

—Sabes que nunca he sido una persona muy fiestera. —dijo Hermione. Se acercó y le dio un abrazo —. Felicitaciones, Rosie. De verdad estoy muy orgullosa de ti.

—Gracias, mamá—dijo Rose, devolviéndole el abrazo con fuerza.

Hermione rompió el abrazo, viendo al compañero de baile de su hija. Le hizo un gesto formal con la cabeza —. Scorpius, ansío poder conocerte mejor.

—Pienso lo mismo—dijo él —.Y espero que mi padre no haya sido grosero con usted.

—En lo absoluto. Se comportó de forma encantadora.

Scorpius soltó un "¡JA!" en voz alta. Rose lo miró con severidad, él rio suavemente y dijo, —lo siento, pero yo… él no es encantador, Rose. Tu madre está siendo amable.

Hermione sonrió. —Tienes razón. Estoy siéndolo. —Miró alrededor. —¿No sabes dónde está tu hermano?

Rose soltó una risa pícara antes de señalar hacia una esquina. Hermione siguió su dedo sólo para encontrarse con Hugo besándose con la chica que habían visto antes. Hermione se estremeció un poco.

—De acuerdo—dijo, incómoda. —Bueno, no seré yo quien lo interrumpa. Dile que le envío buenas noches.

—Si llego a tener la oportunidad. —dijo Rose con una risa.

Hermione le dio un último beso y abrazo antes de salir del Gran Comedor. Pasó junto a varias parejas besándose, tanto jóvenes como adultas, en su camino hacia la salida. No hacía mucho, Ron y ella eran como esas parejas. Ahora, esos recuerdos pasaban por su mente como tenues imágenes cuando él no estaba en su presencia. Cuando Ron se encontraba cerca, sólo podía recordar los malos momentos. El resentimiento.

Salió por las grandes puertas del castillo y caminó por el patio frontal. Una vez que se encontró fuera de las grandes rejas de Hogwarts, caminó sólo un par de pasos cuando oyó a alguien decir —¡Vaya! Ese trasero se ve aún mejor cuando caminas.

Hermione se volteó de golpe, cubriendo instintivamente su trasero. Draco estaba apoyado contra la pared, fumando de su pipa con una gran sonrisa en su rostro.

—Malfoy, ¿qué haces aquí afuera?

—Te dije que saldría a fumar.

—Sí, pero ¿por qué no estás en el área especial para fumadores?

Draco se encogió de hombros —. Demasiada gente. Prefiero el silencio —Los ojos grises del rubio se habían detenido en los pechos de la castaña por un momento, pero ahora la veía directamente a los ojos —¿A dónde vas?

—De regreso a mi habitación. Estoy cansada. —mintió.

Draco alzó ambas cejas —¿Tú sola?

—Claramente. —dijo, levantando ambos brazos, indicando todo el espacio vacío a su alrededor.

—Eso no es muy seguro. —dijo Draco, parándose erguido. —Te acompañaré.

—No. —dijo ella. —Estoy bien.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar por los terrenos. Trató de ignorarlo, pero el ruido de pisadas tras ella era evidente. Miró por sobre su hombro y, por supuesto, Draco la seguía de cerca.

—¡Regresa, Malfoy!

—¿Sabes? Estoy algo cansado también. —dijo —.Creo que yo también me iré a dormir.

Hermione continuó su camino aumentando ligeramente la velocidad. Claro, sabía que era imposible dejarlo atrás usando tacones tan altos, pero maldita sea, lo intentaría.

Más o menos a mitad de camino hacia Hogsmeade, una brisa fría comenzó a soplar y Hermione se rodeó a sí misma con sus brazos para mantenerse tibia. No había pasado un segundo cuando sintió algo aterrizar sobre sus hombros. Una chaqueta. Viendo por sobre su hombro nuevamente, pudo ver que Draco ya no cargaba puesta la suya. Él le guiñó un ojo y ella se sonrojó, rápidamente volviendo a mirar hacia el frente. ¿Qué se traía entre manos?

Cuando Hermione llegó a Las Tres Escobas, Hermione se detuvo frente a la puerta y esperó a que Draco la alcanzara. Cuando lo hizo, se quitó su chaqueta y se la devolvió.

—Gracias —dijo ella, probablemente sonando más desagradecida de lo que pretendía.

—Cuando quieras —respondió él, poniéndose su chaqueta de nuevo.

Hermione esperó, pero él no hizo intento de moverse —.Ya puedes regresar. Ya estoy segura aquí.

—Te dije que estoy cansado. Iré a dormir.

—Hermione alzó las cejas con incredulidad. —¿Lo decías en serio?

—Sí.

—Y supongo que también te estás hospedando aquí.

Él sonrió, burlón. —Siempre has sido muy inteligente.

Hermione puso los ojos en blanco y abrió la puerta de la posada. Pasó por el área del pub y hacia las escaleras. Cuando había subido sólo un par de escalones, podía sentir el par de ojos en su trasero. Se volteó, y por supuesto, atrapó a Draco en el acto.

—¡Ya basta!

—Sólo admiro la vista —dijo con un guiño.

Hermione continuó subiendo las escaleras de espaldas, tropezando un par de veces pero consiguiendo de alguna forma llegar hasta arriba con daños mínimos. Caminó hasta el final del pasillo donde se encontraba su habitación, encontrando a Draco aún siguiéndola.

Se detuvo frente a su puerta. Él se detuvo en la que estaba justo en frente.

—¿En serio esa es tu habitación? —preguntó ella.

Draco continuó con la misma sonrisa burlona en el rostro mientras sacaba una llave de su bolsillo, la puso en la cerradura, y abrió la puerta —.Eso parece.

Hermione rebuscó en su bolso torpemente, apurándose en sacar su llave. Le tomó un minuto, pero finalmente la encontró. La próxima hazaña era meterla en la cerradura. Tras algunos intentos fallidos, lo logró, pero luego, la manija no giraba. La maldita cosa estaba atascada. Empujó con su hombro, tratando de posicionar la puerta de forma adecuada, pero la llave apenas si se movió. Tras un par de patéticos, y posiblemente dramáticos intentos, una suave mano se posó sobre la de ella.

Hermione levantó la mirada para encontrar los ojos plateados de Draco. Los mantuvo enfocados en ella mientras la apartaba un poco del camino, levantaba la manija un poco y le daba un giro firme a la llave. La puerta se abrió con un crujido.

Su corazón se aceleró al ver que Draco se acercaba. Podía sentir la mano de él contra la suya, haciendo que sus palmas sudaran. Deslizó algo entre sus dedos y la castaña tragó en seco. La llave. Luego, él se acercó más, bajando su cara hacia la de ella, y deteniéndose junto a su oreja, dejando que su aliento cálido le hiciera cosquilla en el cuello.

Parado muy cerca de ella, Draco súbitamente susurró —: Buenas noches, Granger.

Y luego, se esfumó. Cruzó el pasillo en un par de pasos, cerrando su puerta tras de sí.

Hermione se quedó sola, con la respiración agitada por un segundo, antes de murmurar —No me llamo Granger.

Entró a su propia habitación y cerró la puerta, recostándose contra ella por un segundo para recuperar el aliento. Vaya, eso había sido… raro. Claramente, Draco estaba ebrio. No había otra explicación para que actuase de esa forma. Con suerte, la próxima vez que se encontraran él estaría algo más sobrio.

Hermione caminó hacia el espejo de su peinadora y se miró en el mismo. Frunció el ceño. Draco no había estado equivocado cuando había asumido que ella había planeado usar justo ese vestido. Definitivamente había sido una estrategia. Esa era la razón por la que había dejado que Ginny fuese con ella de compras. De todas formas no había servido de nada. Ron ni siquiera la había mirado. Y lo peor del caso, es que ni siquiera estaba segura de que eso le importase demasiado.

Hermione se sacó los zapatos y fue hasta su valija. Escarbó entre la ropa hasta que encontró los dos pijamas que había empacado. Un sensual negligé negro y un conjunto de algodón azul estampado con pingüinos. Sin pensarlo dos veces, tomó el de los pingüinos, quitándose el vestido desperdiciado y poniéndose cómoda. De todas formas, no tenía a nadie a quien impresionar.

Cuando terminó con su rutina de la noche, Hermione se metió en la cama, pero no pudo quedarse dormida. Ni siquiera estaba cansada, simplemente quería irse de allí. Fuera de la destrucción de su familia, que había creado al decirle a Ron que necesitaba algo de tiempo lejos de él. Porque no soportaba las discusiones ni un segundo más.

Pasaron dos horas más antes de que Ron llegase trastabillando a la habitación. Estaba evidentemente ebrio, y Hermione fingió estar dormida cuando se acercó y se paró junto a ella. Lo escuchó arrodillarse y sintió su mano acariciarle el cabello. Se acercó y beso su frente por un par de segundos, antes de suspirar profundamente.

Ron se alejó y se dirigió al baño. Cuando salió, Hermione supo que se había cambiado y alistado para acostarse, pero se detuvo, obviamente buscando otro sitio en la habitación donde se suponía que debería dormir.

—Puedes dormir en la cama si quieres —dijo ella en voz baja.

Ron no respondió, pero segundos después sintió su peso hundir el otro lado de la cama. Poco después, lo sintió presionarse contra su espalda, abrazándola por la cintura.

—Te extraño. —murmuró en su oído mientras continuaba abrazándola.

Hermione no respondió, sólo puso su mano sobre la de él, tomándola con fuerza. Deseaba poder decir que también lo extrañaba. No habría sido una mentira, pero el Ron que extrañaba era aquél con el que se había casado hacía veintidós años. A veces, juraba que desconocía a la persona que la abrazaba… pero lo intentaría. Por el bien de su familia tendría que intentarlo.

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NdT: Me pone feliz poder contarles que este fic finalmente va a ser completado después de tanto tiempo. Es un fic más que logré rescatar y junto con otras traductoras vamos a darle el fin que se merece.

Nada de esto fue posible sin el permiso de Lena Phoria y de la hermosa Evilmaiden que cedió la traducción para que la continuaramos aquí y nos dejó publicar los capitulos que ella ya tradujo. Así que estoy más que agradecida por todo el apoyo.

Evilmaiden les manda un gran saludo a todas las personas que siguieron su traducción, y les pide disculpas por no poder haber continuado, pero creanme que su vida estos últimos años ha sido una verdadera montaña rusa y le ha imposibilitado continuar. Si lees estas lineas Anny, muchisima gracias por todo el trabajo realizado, vamos a llevar este proyecto hasta al final y tu trabajo ha sido un gran motor para comenzar.

Vamos a ser varias traductoras en este proyecto, y cuyos nombres van a estar en capitulo dándole el reconocimiento que se merecen. Por lo pronto solo les doy la BIENVENIDA y espero que disfruten de la historia, que vale la pena.