Hola a todos

Aquí Lord Argilos escribiendo nuevamente este anterior proyecto mío.

Esta historia trata sobre un cambio antes del torneo entre los universos seis y siete y desde allí iba a cambiar la trama que todos conocemos en Dragon Ball Super.

Bueno, solo queda aclarar algunas cosas para aquellos que sean nuevos leyendo algo mío.

-Estos son diálogos-

"Estos son pensamientos o un pequeño recuerdo"

El resto es narración.

Ahora, solo para este episodio voy a agregar algo más. Pero quiero que en los reviews me digan si les gustaría que continúe con eso o no.

[Soundtrack de Dragon Ball Super con el que escribí la escena]

[...] - Quiere decir que la escena no tiene soundtrack o que ustedes leerla con el soundtrack que quieran.

REPITO. QUIERO QUE EN LOS REVIEWS ME DIGAN SI ESTO DE LOS SOUNDTRACKS LES INCOMODA O NO PARA SABER SI DEBO CONTINUAR CON ESO.

Los personajes de Dragon Ball no me pertenecen, son propiedad del Maestro Toriyama.

Sin más qué decir, espero que les guste.

Comenzamos!


[Break in the Battle]

Universos. Hay doce de ellos y cada uno es hermoso y único a su propia manera. La manera en que sus formas de vida se desarrollan y crecen, sus distintas estrellas y galaxias y el modo en que cada uno, a pesar de poseer un gemelo, tiene una propia historia.

Habrán nacido con una contraparte, pero eso no quería decir que serían exactamente iguales. Cada uno era especial a su modo y resaltaba con alguna característica que lo diferenciara del resto y mucho más de su par.

Por eso es que de todas esas fantásticas creaciones nos centraremos en los universos seis y siete, pues justamente Beerus y Champa representaban a la perfección lo que ya he dicho antes.

Ser gemelos no implica que serán exactamente iguales. Cada uno tiene rasgos que los diferencian y los hacen únicos incluso entre todos los universos.

Pero por el momento vamos a centrarnos en el universo de Beerus, pues esta historia, si bien los comprende a ambos, tiene la mitad de su inicio en la Tierra que siempre hemos conocido.

¿Y por qué la mitad?

Porque la otra se encuentra esperando en el universo de Champa sin saber que muy pronto todo cambiaría y que la vida les tiene preparado algo muy interesante.

Pues así como los universos vienen en pares, tal parece que algunos seres también lo hacen.

Así que bajemos la mirada de las estrellas y observemos las nubes de la Tierra, pues allí ahora se puede apreciar la sombra de alguien muy conocido.

Un guerrero de naranjas ropas de lucha volaba con tranquilidad. Sus obscuros cabellos se mecían suavemente por las corrientes de viento y la sonrisa en su rostro solo puede dar una idea de la repentina emoción que siente por alguna razón.

Son Gokū se mantiene en el aire y observa su propia sombra sobre algunas nubes antes de mirar detenidamente el paisaje bajo su cuerpo. Grandes prados abarcan la mayoría del lugar y algunos lagos se asoman en distintas zonas. Mucho más a un extremo puede ver los árboles comenzando a formar grandes y frondosos bosques.

La calma sigue en su ser mientras sigue mirando todo el lugar y solo puede compararlo con la belleza natural de las montañas en las que creció. Puede ver algunos ciervos pastando antes de que estos levantaran las cabezas para ver al guerrero que volaba sobre ellos, más animales los imitan y todos siguen con la mirada al Saiyajin de la mirada más pura, así como este solo es capaz de sonreír mientras levanta una mano en su clásico gesto de saludo antes de finalmente alejarse.

Gokū lleva la mirada hacia el frente una vez más, puede sentir perfectamente la ligera acumulación de Ki divino ocurriendo para marcarle el punto de encuentro. Podría haber ido con el Shunkan-Idō, pero para él es relajante viajar tranquilamente por los cielos y, además, con la velocidad que podía alcanzar, le era sencillo llegar a tiempo o antes si quisiera hacerlo.

[…]

Pero, claro…

Él se detiene poco a poco al ver una figura en el lugar.

Gokū no era el único en la Tierra que podía sentir el Ki divino.

-Vegeta…- susurra al descender unos cuantos metros.

El príncipe de los Saiyajin permanece en silencio, su expresión es la de siempre y sus brazos permanecen cruzados en una característica pose que muestra su gran orgullo.

Ambos se observan detenidamente. No hay más palabras. En realidad no hacen falta.

[The Birth of a God (Short version)]

Ellos no las necesitan.

La expresión de Gokū pasa a una más neutra cuando decide flexionar los brazos y cerrar fuertemente los puños tal como ha hecho el príncipe.

Sus poderes se incrementan rápidamente. El viento empieza a soplar con fuerza para mecer el cabello de los rivales, pequeñas rocas se elevan unos cuantos metros antes de desintegrarse y el suelo bajo el príncipe comienza a llenarse de grietas cuando la presión en el lugar aumenta cada vez más.

El lugar se ilumina ligeramente mientras las estelas de Ki rodean los cuerpos de ambos guerreros, el terreno tiembla con fuerza cuando los cabellos de Gokū terminan de erizarse y el cielo se obscurece de repente en el mismo momento en que dos potentes luces azules se hacen presentes.

-¡AAAAHHHHHH!- sus voces resuenan en el sitio y si alguien estuviera allí, seguramente se estremecería por la enorme presión que generan esos grandiosos poderes.

El cascarón de energía finalmente se esfuma poco a poco para poder revelar los resultados de tan arduo entrenamiento. Sus cabellos azules muestran el control que han adquirido sobre el poder de los dioses mientras sus ojos no se despegan del otro pues pueden ver reflejado su nivel en su rival.

[Fierce Battle Against a Mighty Foe]

Las auras desaparecen y la iluminación vuelve a la normalidad en el lugar. El Saiyajin criado en la Tierra desciende lentamente sin dejar de observar al príncipe, quien lo espera pacientemente.

En el momento en que sus pies tocan el suelo, ambos se preparan.

Toman sus posiciones de batalla y se quedan estáticos frente al otro. Sus cuerpos permanecen tensos en espera de algún movimiento, preparados para responder de inmediato si hace falta. Los dedos de Vegeta se crispan un momento pero no deja de observar a Kakarotto, quien ha acomodado sus pies unos cuantos milímetros pues es consciente de que si el príncipe quisiera comenzar la batalla, lo hará con un potente ataque.

El viento ha dejado de soplar y el silencio es absoluto en el campo de lucha, aun así ninguno de los dos hace amago alguno de moverse y permanecen inmóviles pues se conocen bien, entienden el estilo de pelea del otro y saben que un mal movimiento puede convertirse en algo mucho peor.

Pero es eso mismo lo que hace que su sangre hierva ansiosa por empezar a pelear. Para ellos, que son Saiyajin, no hay nada más emocionante que una buena pelea ante un oponente poderoso. Sentir los golpes de este y ser capaz de responder para exhibir su propia fuerza es algo que disfrutan en demasía.

Mucho más cuando se trata de un oponente al que conoces bien y sabes a la perfección lo que puedes esperar de un combate. Porque ambos ya han luchado entre sí y esas batallas han sido espectaculares.

Así que ambos no lo piensan más y en un solo instante disparan una esfera de Ki para generar un enorme estallido. La onda expansiva los empuja, pero el Saiyajin de la Tierra está mejor acomodado, así que puede ponerse en posición de lucha mientras sigue observando el humo generado en espera de su adversario.

Una nueva esfera de Ki sale del humo y Gokū la desvía con su mano izquierda hacia otro lado para provocar un nuevo estallido. Él devuelve su vista al frente en el mismo momento en que Vegeta intenta darle un puñetazo, pero es sujetado firmemente por la mano libre de Kakarotto antes de que este intente responder con su mano libre, la cual es atrapada por la del príncipe.

Ambos se sujetan con fuerza, no pueden ceder ante el otro y sus ceños se fruncen por el esfuerzo que deben hacer para intentar derribar a su rival. El suelo bajo ambos se llena de grietas mucho más profundas y el mismo suelo comienza a hundirse para formar un cráter en que el cual ambos siguen forcejeando.

El lugar comienza a temblar con fuerza cuando sus auras aparecen, las grietas incrementan su tamaño y el cráter empieza a destruirse lentamente junto a las piedras que flotan alrededor de ambos. Sus dientes se aprietan con fuerza y sus gruñidos reflejan el esfuerzo que continúan haciendo por vencer al otro.

Sus poderes vuelven a incrementarse y la presión de su Ki hace un nuevo estallido. El humo aparece, pero es despejado por una fuerte onda expansiva. En medio del suelo destruido, Gokū y Vegeta se mantienen firmes mientras sus puños chocan y pequeños rayos de energía recorren el lugar.

El príncipe responde con su otro brazo, pero es bloqueado de la misma manera por Kakarotto para forzarlo a retroceder. Esta vez es Gokū quien se lanza al frente para golpearlo, Vegeta no pierde tiempo y lo bloquea con un antebrazo antes de responder con su puño libre, el cual es sujetado nuevamente y es con eso que el príncipe mueve su pierna derecha rápidamente para darle una potente patada en las costillas.

Gokū frunce el ceño adolorido y es forzado a soltarlo. En ese momento su rival junta ambas manos para golpearlo y es el turno de Kakarotto para responder. Rápidamente se inclina hacia el frente y golpea las piernas de Vegeta para hacerlo caer y darle de lleno un nuevo puñetazo en el rostro.

El príncipe sale disparado por el golpe y su ceño se frunce de dolor mientras algo de sangre sale de su boca, pero se gira rápidamente para aterrizar con fuerza en el suelo y levantar ambos brazos para cubrirse de un nuevo golpe por parte del de clase baja. Vegeta no retrocede aunque sus pies se enterraran más en el suelo y responde rápidamente con un fuerte puñetazo que Gokū tiene que bloquear con su antebrazo izquierdo. El de la Tierra frunce el ceño pues ese golpe le ha dolido lo suficiente como para no poder defenderse de la potente patada que Vegeta le da en la mandíbula para elevarlo.

El príncipe desaparece hasta quedar arriba de Kakarotto, pero este se esfuma y es el de clase alta quien recibe un puñetazo en la cara. Gokū vuelve a la carga, pero es recibido con un fuerte rodillazo en el estómago. Vegeta lo sujeta de los brazos y el rostro mientras acelera rápidamente hacia el suelo con la intención de estrellarlo.

Sin embargo, su atención es llamada cuando ve cómo el aura de Kakarotto aparece de repente y este se libera a unos metros del piso para darle una potente patada en la cara y lanzarlo hacia un lado. Gokū lo sigue de inmediato para volver al ataque.

El cuerpo del príncipe patina dolorosamente por el suelo, pero es capaz de reponerse e impulsarse rápidamente para chocar contra el bufón de clase baja y generar una potente onda expansiva cuando ambos colisionan. Pero ninguno de los dos retrocede y el sonido de los potentes ataques resuena con fuerza.

Un veloz intercambio de golpes sucede. Los puños de ambos se mueven rápidamente para intentar conectar contra su rival, pero este es lo suficientemente hábil y poderoso para bloquearlos e intentar contraatacar. Las grietas empeoran su estado, el suelo no puede soportar todos esos potentes golpes que solo destruyen más el lugar.

Vegeta da una patada y Gokū la esquiva al elevarse. El príncipe no cede y lo sigue de inmediato mientras dispara varias esferas de Ki. Kakarotto las desvía o intenta devolvérselas, sus energías chocan en medio del aire y generan una nueva explosión allí. Gokū lleva dos dedos a su frente y de inmediato aparece detrás del príncipe para tomarlo por sorpresa. Una fuerte patada da de lleno en la espalda de Vegeta y este frunce el ceño mientras siente la energía de Kakarotto volviendo a atacar.

El príncipe se gira y con un potente grito incrementa sus poderes para sorpresa de Gokū, quien se ve golpeado por una onda invisible que lo empuja con fuerza y obliga a defenderse. Sus ojos se cierran por el esfuerzo de no dejarse vencer, pero de inmediato los abre sorprendidos pues no ha perdido rastro del Ki de su rival y solo puede levantar la mirada en el momento exacto en que este le da de lleno un potente golpe para lanzarlo hacia el piso.

Gokū suelta un grito de dolor y sus ojos se cierran adoloridos pues Vegeta había concentrado una gran cantidad de energía en ese golpe. Su cuerpo se entumece ligeramente y no es capaz de hacer nada para evitar estrellarse con fuerza en el suelo.

El príncipe respira algo agitado, usar el Blue no es nada sencillo por el desgaste de poder que genera. Mucho menos cuando luchabas contra el estúpido de Kakarotto, pues ese desgraciado era un genio para los combates y tenía un talento natural para las peleas que jamás reconocería en voz alta.

Así que no le sorprende que las rocas salgan disparadas mientras siente un repentino incremento de Ki y puede ver al de clase baja seguir aumentando sus poderes. Gokū flexiona los brazos, sus cabellos se erizan más y el suelo bajo él se hace trizas por completo. Vegeta no se queda atrás y su aura aparece también mientras comienza a reunir sus energías.

El lugar tiembla con mucha más fuerza que antes y sus voces resuenan por completo con un fuerte eco.

-¡AAAAAAHHHHHH!- sus auras incrementan el tamaño y ambos siguen reuniendo sus energías en unas posiciones muy conocidas para el otro.

-¡KAAAAA MEEEEEE!-

Vegeta junta sus manos y una enorme concentración de poder empieza a parpadear allí.

-¡FINAL!-

Una esfera azul aparece en las manos de Gokū y este mismo es totalmente de ese color.

-¡HAAAAA MEEEEE!

Una última mirada entre ellos y una ligera sonrisa por el claro desafío.

-¡FLASH!-

-¡HAAAAAAA!-

Las energías chocan y todo estalla en blanco.

[…]

Minutos después…

Vados observa con ligera curiosidad el estado del lugar. Puede ver el suelo destruido por completo, cráteres por diversas zonas y fuertes quemaduras en el sitio por la intensidad de la energía con la que se estuvo luchando.

La maestra de Champa devuelve su vista al frente para observar al Saiyajin criado en la Tierra y al príncipe. Ambos están llenos de heridas, sus ropas desgarradas, incluso habían algunas líneas de sangre en sus rostros y brazos.

Vados miró nuevamente al de clase baja y sonrió ligeramente divertida – Los Saiyajin tienen una forma muy peculiar de despedirse-

Gokū solo se llevó una mano detrás de la cabeza y le dio una gran sonrisa antes de girarse hacia el príncipe Saiyajin, quien se mantenía de brazos cruzados dándole la espalda.

-Ella tiene razón, Vegeta, creo que nos excedimos un poco-

-Hmp- bufó sin voltearse – Esto ni siquiera serviría como calentamiento-

El Saiyajin de la Tierra sonrió divertido y devolvió su atención al ángel.

-Gokū-san, ¿Está listo?-

-Sí, Vados-san- comentó para acercarse.

-Kakarotto- lo llamó.

El mencionado se giró y levantó las manos para atrapar una bolsa de tela que él reconoció de inmediato. Miró un momento las semillas del ermitaño y observó al príncipe, quien se había girado muy ligeramente.

-Más te vale que la próxima vez que nos veamos seas más fuerte-

Gokū lo miró -Vegeta…-

-Te demostraré que puedo superar tus poderes- el príncipe volvió a darle la espalda por completo.

El guerrero de la Tierra sonrió – Claro que sí, tú también tienes que volverte muy fuerte-

-Hmp- bufó en respuesta – Esa es mi línea, Kisama-

-Gokū-san, es hora de irnos- comentó el ángel mientras terminaba de apoyar su báculo en el suelo.

-Sí, está bien- dijo al colocarse detrás de ella y mirar a su rival de toda la vida – Vegeta, lamento que no hayamos podido terminar nuestros asuntos-

Vegeta no respondió, pero sus labios se curvaron en una ligera sonrisa.

-Te prometo que la próxima vez terminaremos nuestra pelea- le aseguró Kakarotto.

-Lárgate ya- los corrió de una vez.

Gokū rio divertido y apoyó su mano en la espalda de Vados – Vegeta, nos veremos después-

Un veloz cometa de luz salió disparado desde el suelo y se perdió en las nubes mientras el príncipe Saiyajin seguía observando el cielo y sintiendo la presencia de ese desgraciado alejarse cada vez más.

Las estrellas pasaban rápidamente a su lado mientras el Saiyajin continuaba sujetándose del ángel y la sonrisa no abandonaba su rostro.

-Gokū-san, puedo ver que está muy emocionado-

-Sí- sonrió – Ya quiero conocer a los peleadores del universo seis. Me muero por saber qué tan fuertes son-

Vados lo miró curiosa - ¿Pero está bien que deje su universo de esta manera? ¿No le causará ningún problema a Beerus-sama?-

Gokū se vio algo nervioso al pensar en el enojo del destructor, pero no perdió su sonrisa.

-En la Tierra hay sujetos muy fuertes- le aseguró y es porque sabía bien que era la verdad – Y hay otros que tienen un enorme potencial-

Porque siempre tendría fresco aquel recuerdo de la batalla contra Cell.

Vados se sintió contagiada por la repentina alegría del guerrero, por lo que sonrió también y continuaron.

En el universo seis, Champa se hallaba recostado sobre una silla bebiendo golosamente un enorme vaso. Tal fue su concentración en la deliciosa bebida que no se percató del momento en que su ángel llegó de los cielos y aterrizó con el Saiyajin detrás de ella.

-Champa-sama, hemos vuelto- anunció su regreso, pero fue olímpicamente ignorada mientras el obeso destructor seguía engolosinado – Champa-sama-

No hubo respuesta, por lo que Gokū se paró tranquilamente a un lado del Hakai-shin e hizo eco con sus manos mientras gritaba – ¡CHAMPA-SAMA!-

-¡Uahhh!- el gemelo de Beerus se fue de espaldas contra el suelo, tirando su deliciosa bebida sobre sí mismo para desconcierto del Saiyajin y un suspiro cansado del ángel.

El destructor se levantó inmediatamente con los rastros todavía en su rostro y el vaso en su cabeza y miró con enojo a Gokū – ¡¿Qué pasa contigo?! ¡¿Acaso quieres ser destruido?!-

-¿Eehh? Pero si usted no nos escuchaba- replicó Gokū sin comprender por qué le echaban la culpa.

El destructor del universo seis miró fijamente al Saiyajin - ¿Hm? ¿Quién eres tú?-

Vados carraspeó y se acercó para señalar al guerrero – Champa-sama, este es Son Gokū-san, uno de los Saiyajin que estaba con Beerus-sama durante nuestra visita-

-Oh, sí, ya recuerdo- dijo al poner una falsa sonrisa amistosa, que más parecía una incómoda mueca de parecer amigable, y le pasaba un brazo por encima al Saiyajin, quien sonreía igual de incómodo por la expresión del destructor.

Champa soltó una pequeña risa al imaginarse la expresión de su hermano cuando fuera el momento.

-Son Gokū, bienvenido al universo seis-