NO UN DOMINGO CUALQUIERA

El estrepitoso tono de llamada estalló cual bomba, obligando a la dormida Xayah a dar un salto en la cama y, apresurándose a tomar el móvil, cayó torpemente por el borde estampándose contra el suelo, aún con todo ello, respondió con la voz ronca.

- ¿Hola?

El interlocutor guardó silencio por unos segundos, pensó quizá, que no le querían responder debido a que su voz hacia evidente que aún estaba adormilada.

- ¿Hola? - dijo esta vez con la voz más firme

-Oh... hola nena, ¿Te desperté?

-Yo... - antes de continuar, alejo el móvil de ella y carraspeo un poco, buscando aclarar más su voz - ¿Qué dices?, para nada - expresó con una sonrisa

-Genial, me preguntaba si, ¿te gustaría salir hoy?

- ¿Hoy?... espera, ¡Claro que quiero!

-Bien, veámonos a las dos, cuídate nena

-Nos vemos

Colgó la llamada con una torpe sonrisa en su rostro, sintiendo una reconfortante calidez en su pecho, su corazón parecía latir un poco más rápido, pero nada que la llegara a alterar lo suficiente. Saki entró por la puerta de la habitación, para luego, posarse en la cama junto a Xayah.

-Ya despertaste

-Hola Saki, ¿Ha ocurrido algo?

-No - negó con la cabeza – pero tengo curiosidad de saber si hablaron de algo ayer, me dejaste dentro de la estrella.

-Ah eso, en vista de que ahora somos compañeras de equipo, lo mejor es tener una relación más cercana.

-Entonces es hora de que aceptes el juramento.

- ¿Qué juramento?

Xayah enarcó una ceja e hizo un gesto de confusión ante la afirmación, la pequeña pajarita voló sobre la gema de estrella y la tocó con una de sus alas.

-El juramento te atará a tu deber como guardiana estelar, así, la estrella prima contará con tu disposición para los futuros sucesos.

- ¿Cuánto dura ese juramento?

-Hasta el día de tu muerte.

Ninguna de las dos mencionó una sola palabra, el peligro era real, y saber esa realidad no la reconfortaba en lo absoluto. Xayah se levantó del suelo y arregló un poco su desordenado cabello, se dirigió a la cocina siendo acompañada por su pequeña compañera. Saki sintió una extraña energía irradiando de la vastaya, lo que la preocupó, no sabiendo bien que hacer al respecto.

- ¿Ocurre algo?

- ¿Porqué?

- Por qué... ¿qué?

- ¿Por qué nosotras?

Entendiendo a lo que se refería su compañera, Saki cerró un momento los ojos tratando de ordenar la idea que le quería expresar, aunque eso solo hizo que la vastaya cambiara su expresión a una más amenazante.

-No lo sé, también fui elegida como tu médium sin una razón aparente.

-No sé porque, pero desde que todo esto empezó, he creído que me estas ocultando algo.

-No te he ocultado na...

-Riku, Towa y los médiums de Ahri y Sarah, todos ellos brindaron información adicional a la del llamado, quedé como una tonta, ¿acaso hay algo que no me estas contando?

-La información es repartida de manera tal, que entre ustedes complementen todo. Por esa razón, solo sabía una parte de lo que ocurriría, los otros médiums sabían otras cosas.

- ¿Por qué?... - apretó la mandíbula - ¿Por qué el estúpido misterio?, ¿no es más sencillo decirme todo y así poder tomar mi propia decisión?

-La estrella prima no se comunica de la misma manera que nosotros...

-Entonces esto sigue siendo una estupidez.

Apenas terminar la discusión, se dirigió al baño a darse una ducha, dejando a la pequeña Saki sola en la sala de estar. Pasados varios minutos, la vastaya descansaba en el sillón mientras mantenía su mirada fijada en el móvil. Recientemente, había recibido las solicitudes de amistad tanto de Sarah, como de Ahri, aunque prefería leer un libro antes que ver el perfil de ambas, tomó un tiempo para hacerlo. Nada llegó a interesarle lo suficiente, por lo tanto, dejó de lado el móvil y simplemente fue a buscar algo que leer, el paso del tiempo le estaba generando cierta ansiedad, pues apenas iba a ser medio día.

"La verdad no siempre es absoluta, a veces, buscar la verdad nos da más conocimiento del que creemos, aquella verdad, hasta entonces, ya hará parte de nosotros antes de encontrarla."

Cuando su mirada se topó con el techo iluminado por los rayos del sol, entendió al instante lo que le había ocurrido y, levantándose casi de golpe, buscó el móvil, para llevarse la gran sorpresa de que ya habían pasado treinta minutos más de los que debía, razón por la cual, corrió a tomar su bolsa y salió despedida del apartamento.


Rakan sostenía su espejo en lo alto mientras le sonreía coquetamente, por unos minutos, permaneció inmóvil en la parada de autobús, hasta que su paz se vio perturbada.

-Por supuesto que debías ser tu.

- ¿Eh?... oh, Sarah.

- ¿Qué haces por aquí?

-Voy a una cita - sonrío emocionado- con Xayah

-Y... - observó la hora en su móvil - ¿A qué hora se encontrarían?

-A las dos

-Ah... genial, vas tarde

- ¿Qué?

El vastaya sacó de su bolsillo su móvil y luego, con notable nerviosismo, prefirió salir corriendo. Sarah rio un poco ante tal actuación de Rakan, no obstante, casi de inmediato, ya había vuelto a su semblante serio. Un mensaje de Ahri podía verse en la pantalla de su móvil, "No te preocupes tanto, tendremos todo el tiempo del mundo". Guardó de repente el aparato cuando se dio cuenta de que alguien se posó a su lado, pero al verla, su rostro cambio a uno indiferente, aun así, no pudo evitar pensar que lograron leer su mensaje, por lo que decidido tomar cartas en el asunto.

- ¿Porque te acercas tanto?

- ¿Te intimido?... Fortune

Escuchar el tono con el que pronunció su apellido le generó cierta molestia, que no relacionaba con ira u odio.

-Claro que no - pronunció tratando de no sonar incomoda - sólo... mantén tu distancia.

- ¿Quién lo iba a decir? - volteó su rostro para poder verla a los ojos. Revelando un parche morado en su otro ojo, sin poder evitarlo, la pelirroja dio un paso hacia atrás. El autobús frenó frente a la parada y se dirigió al interior de este sin apartarle la mirada – Por cierto... hoy estas radiante, como una estrella.

Ante el comentario, su expresión cambio a una confusa y, dejándose abordar por la incertidumbre, dirigió su mano al bolsillo de su pantalón, logrando sentir la estrella en su interior.

-Una estrella...


El brillante cielo de una tarde de domingo, se extendía a lo largo del firmamento sin dar espacio al algodón de las nubes. Xayah escuchaba música con sus auriculares ensimismada sobre la hierba del pequeño parque, no reparó en nada a su alrededor y solamente se perdió en la melodía de lo que escuchaba, por esa razón, Rakan no supo exactamente qué hacer cuando la encontró. Jadeando y con los músculos de las piernas ardiéndole, se posó frente a ella esperando que diera algún indicio de estar ahí, sin embargo, terminó por sentarse junto a ella, tratando de no molestarla. Sacó de su bolsillo un pequeño sobre de gel para el cabello y, usando su espejo, trató de arreglarse el peinado, de repente y sin llegar a esperarlo, Xayah recargó su cabeza sobre su hombro, logrando sonrojarlo un poco. Retiró uno de sus audífonos y soltó una pequeña risita.

-Te diría lo obvio, pero ya sé que no quieres escucharlo – le susurró

- ¿Cómo es que supiste que estaba aquí?

-El gel que usas... tiene un olor muy fuerte, además, te miré de reojo y ni lo notaste jeje... eres muy distraído.

-Oye... eso no es tan cierto – dibujó una tierna sonrisa – aunque quizá lo soy un poco más cuando estoy contigo.

-Ay que bonito, ¿has practicado esos cumplidos?

-Junto a ti parecen salir solos

-Entonces... ¿tienes algún plan, galán?

-Eh... por supuesto - rascó su cabeza un poco nervioso – pero... lo... olvidé

La dulce risa de Xayah se hizo presente con una pequeña carcajada, tomó sus auriculares y los guardo en su bolso, luego se puso en pie y le estiró la mano a su compañero.

-No importa a donde vayamos, sólo que... estemos juntos - expresó con un leve sonrojo en la mejilla

- ¡Pues vamos!

Saltando con notable emoción, tomó la mano de la vastaya. Caminaron juntos por las calles, las cuales, a pesar de no estar abarrotadas de gente, sí que hallaban varias personas paseando por el centro de la ciudad, desde humanos, hasta criaturas mágicas, lo que parecía ser el mayor atractivo de la ciudad. Se detuvieron frente a la hermosa plaza central, uno de los lugares más hermosos de todo Valoran. Una enorme fuente de agua cristalina se levantaba en el centro, formada por varias estatuas de ángeles ancestrales, y a su alrededor, varios caminos de piedra que se rodeaban de árboles y coloridas flores.

-Es increíble que lugares como este no sean tan valorados

-Es cierto, a veces pienso que muchas personas están ciegas... bueno... no ciegas, al menos no de ojos, o sea, si pueden ver pero…

-Te entiendo - sonrió ante la ocurrencia – entiendo a lo que te refieres.

-Oh... eres tan inteligente.

Sin desdibujar la sonrisa de su rostro, demostró cierta confusión frunciendo su ceño, pues no consideraba haber dicho algo realmente inteligente.

-No... dije nada, realmente, pero tienes razón, parece que no todos valoran lo que tienen.

- ¡A eso me refería nena! - vociferó con emoción, sin embargo, dichas palabras se vieron rápidamente opacadas por el rugido de su estómago – ah... diablos.

- ¿Tienes hambre?

-Eh... ¡no!, yo solo...

-Vamos a comer algo... que tal...

Rakan observó expectante a su compañera, sintiendo curiosidad por lo que estaba insinuando. La sonrisa que portaba Xayah daba a entender que, sin duda alguna, estaba pensando en algo que él amaría, llegando a esa conclusión, sus ojos se iluminaron.

- ¿Chocolate?

- ¡Chocolate!


Sarah bajó del autobús un poco conmocionada, no paraba de darle vueltas al asunto que había vivido hacía unos minutos, "Syndra... ella... ¿Sabe de todo esto?" ... "Acaso... ¿Ella también es una guardiana?" … "¿Ella?". Aunque le causó cierta gracia su última incógnita, no le pareció tan descabellado. Al final, resumió sus sospechas en un punto neutro, quizá solo estaba un poco paranoica, lo que le resultaba más creíble, pues esa chica de cabello morado, siempre le ha causado un leve temor. Mientras se encontraba sumida en sus pensamientos, sintió una fortuita palmada en su espalda que logró sobresaltarla.

- ¡Sarah!

-¡Ahhh! - exclamó asustada - ¡Maldita sea Ahri!, ¿Me quieres provocar un infarto?

-Jajaja - soltó una carcajada - ¿Que te ocurre hoy?

- Yo... uuff - suspiró tratando de calmarse – nada, no me ocurre nada, solo estaba pensando en algo, pero nada realmente importante.

-jajaja está bien, está bien - tomó aire – bueno, démonos prisa, debemos ir al salón de belleza.

-Sigue pareciéndome una idea, en parte, tonta, pero supongo que debemos vernos bien para la exposición.

- ¡Así se habla!


Xayah leyó el letrero no tan convencida de lo que leía, "Panadería Targón". Sabía a cerca del monte Targón, algunos le atribuían leyendas sobre la conexión de las estrellas con dicho accidente geográfico, para otros, es solo una montaña común y corriente. Rakan, por otra parte, observaba uno panes que ante sus ojos, parecían extremadamente deliciosos, llegando incluso a babear por ver el espeso chocolate abandonando el interior de aquel bocadillo horneado.

-Entremos... entremos...

- ¿Seguro?

-Si... - señaló la vitrina que exhibía los panes - míralos, están llenos de chocolate... delicioso chocolate.

-jeje está bien, entremos.

Entraron tomados de la mano y tomaron asiento, desde el interior del establecimiento, un hombre alto y fornido les sonrió, informándoles que serían atendidos en unos instantes. Así pues, una chica de cabello y orejas verde, junto con un cuerno en la frente, se acercó a ellos con una pequeña libreta, a la vez, que les dejaba sobre la mesa una carta.

- ¡Un pan relleno de chocolate! - solicitó sin siquiera mirar la carta, al sentir la mirada extrañada de Xayah, sonrió nervioso – por favor.

-Hmmmm... ¿Qué me recomendarías? - preguntó educadamente a la chica.

-Rollos de canela – le susurró al oído

-Bien, tráeme uno de esos, por favor.

Con delicadeza, la chica tomó la carta de la mesa e hizo una pequeña reverencia antes de retirarse.

- ¿Ella no es de nuestra escuela?

-Si - asintió Xayah – creo que es de primer año.

-Que observadora

Rakan recargó su codo sobre la mesa y luego sostuvo su cabeza con la palma de la mano, mirando perdido el rostro de su compañera, la cual, al notar dicho gesto, sonrió y se encogió un poco de hombros.

- ¿En qué piensas?

- ¿Podríamos hacer esto mañana?

-Me encantaría, pero tenemos clases

-Espera... ¿hoy es domingo?

-Así es, tontito - expresó dándole un pequeño toque con la punta de su dedo en la frente.

-Pff - resopló - ¿Que haré sin ti?

-También iré mañana a la escuela

-Oh... ¡Tienes razón!

Ambos rieron y se brindaron sonrisas mutuamente, hasta que la chica de cabello verde les dejó sobre la mesa lo que habían pedido y, obteniendo el agradecimiento de la pareja, se retiró nuevamente con una leve reverencia. Los ojos de Rakan se iluminaron cuando partió por la mitad su pan, observando como del interior, caía un delicioso chocolate derretido. Xayah quedó particularmente cautivada por el rostro de satisfacción que tenía su compañero al haber dado su primer bocado.

Cuando ambos terminaron de comer, pagaron y posterior a esto, se retiraron del establecimiento. Caminaron nuevamente por los tranquilos senderos de la ciudad mientras compartían anécdotas.

-Pero realmente no lo fue... ¿Verdad?

-Claro que lo fue nena, corrí y marqué el punto ganador, ¡uhh!

-jejeje vaya que eres bueno para eso.

-Bueno... ¿qué puedo decir? - manifestó a la vez que pasaba una mano por su cabello – soy el mejor

-Lo eres - expresó sonriendo

Luego de varios minutos, su camino terminó frente a una parada de autobús. Mantuvieron sus miradas en el otro, hasta que Rakan sintió un pequeño picotazo en su pierna, sacando luego la estrella de su bolsillo. Riku se materializó de repente con un destello verde frente a ambos, terminando por aterrizar en el hombro de su guardián.

- ¿Qué demonios Riku?... "Pio" ... Oye, yo soy el que decide cuando debes salir... "Pio" ... Oh no, eso sí que no, ¡yo soy tu dueño! - el pequeño pajarito pareció decir una larga frase después de varios sonidos agudos, - ¡No!

Rakan recibió un picotazo en la nariz, luego, trató de atrapar a su médium, pero en vano, puesto que voló entre sus piernas y, una vez en su espalda, le dio dos picotazos más en la nuca. Ante tal espectáculo, Xayah no pudo hacer más que reír.

-Vamos Riku, vuelve a la estrella.

Como pudo, tomó la estrella y, esperando que el pajarillo se abalanzara de nuevo, hizo brillar la estrella, atrapándolo dentro.

-Ja, ¡Te tengo nerd!

-jajaja, vaya espectáculo

-Ufff - jadeó un poco – sí, bueno, es... un poco rebelde

Un autobús frenó frente a la parada, una vez abiertas las puertas, una chica con cabello morado y un parche en su ojo izquierdo, bajó con un rostro inexpresivo. Xayah la miró con sospecha, lo que hizo que la otra sólo hiciera una mueca y caminara hacia un lado.

- ¿Ocurre algo nena?

-No... creo que no.

-…

La observó por unos segundos dubitativo, guío entonces su mirada hacia al lugar a donde miraba Xayah, encontrándose con la chica que se encontraba alejándose.

-¿y ella es?

-Syndra… es de nuestra clase, pero es algo... extraña.

-Oh... – guardó silencio por unos segundos, hasta que su atención se vio interrumpida - ¿vamos a tu apartamento?

- ¿Qué? - preguntó con cierta sorpresa, dejando ver un sonrojo en su rostro – di-digo... ¿Hablas enserio?

-Claro, me parece que no vivimos muy lejos, así que no veo problema con ello.

-Si... por supuesto.

Una extraña incomodidad se apoderó de ella, por varias razones, entre las cuales, la más evidente, era el hecho de estar con él en un sitio tan privado como su hogar. Sin embargo, tuvo la idea de comprar algo para preparar una vez anocheciera.

-Deberíamos... ir por algunas cosas antes.


Ahri caminaba con su típica sonrisa egocéntrica, mientras que Sarah simplemente la seguía de cerca con su semblante serio. La de nueve colas la observó confundida, pues en lo que llevaban juntas, su amiga parecía estar bastante ausente de la realidad, como si algo la incomodase o la mantuviese pensativa todo momento. Detuvo su caminar frente a ella, dio media vuelta tomando luego los hombros de la otra y dibujó una sonrisa en su rostro.

- ¿Ocurre algo Sarah?

-No, ¿por qué?

-Has estado un poco ausente hoy, no me pusiste atención cuando te estuve hablando.

-Claro que sí, te escuché, hablabas de... tu cabello y eso...

-Si, mi cabello y eso - desdibujó un poco su sonrisa – vamos puedes contarme lo que...

-¡uhhh!, ¡mujer de nueve colas!, ¡Y la chica de la cabello de fuego!

-Oh no... - cubrió su rostro con la mano la pelirroja

-Neeko se siente feliz de ver a sus amigas

- ¿Qué haces por aquí?

-Neeko a veces da paseos por la ciudad, ¡es divertido!, además - tomó la apariencia de Sarah – Ya se cómo funciona esto

- ¿Qué te ocurre?, ¡vuelve a ser tú!, ¡Ahora!

-Ay... - expresó con tristeza, regresando a su forma original – Neeko no quería causar problemas.

-Debes... - suspiró con cansancio – trata de no usar tus poderes en público, ¿entendido?

-Si, Neeko lo entiende.

Sarah alivió un poco su ira ante la afirmación de la camaleón, por otra parte, su amiga estaba aguantando una carcajada. Pensó por unos instantes que hacer para que la recién llegada se retirara sin tener que ser grosera, recorrió la calle con su mirada tratando de idear algo, sin embargo, lo que vio tuvo una repercusión peor. "Syndra... ¿nos ha estado siguiendo?". La de cabello morado paseaba por la otra acera, no obstante, pareció no notar la presencia de las otras tres, así que solo siguió su camino.

- ¿Vives cerca?

-Si, Neeko vive a unas calles de aquí.

-Ahri, acompañémosla

- ¿Qué?, ¿Por qué? - expresó con fastidio la de nueve colas.

-No hay tampoco mucho que hacer en tu casa ahora mismo.

-pfff, como sea – se encogió de hombros.

-Ohhh Neeko será acompañada por dos chicas populares.

-No te emociones tanto, lagartija - terminó por decir Sarah.

-Neeko lo siente...

La incertidumbre de la pelirroja cada vez aumentaba más, sentía una energía extraña al ver de nuevo a Syndra, como si esta irradiase un aura pesada, algo que le pareció extraño, ya que más temprano, no había notado nada, excluyendo el inquietante comentario que le hizo. Las tres comenzaron con su camino hacia la casa de la camaleón, esperando dejarla allí y terminar su domingo con lo que tenían planeado hacer.


Los primeros segundos de cada canción sufrían una abrupta interrupción, consecutivamente, la siguiente pasaba por lo mismo. Xayah presionaba el botón de siguiente esperando que Rakan le pidiera dejar alguna canción en específico, pero no ocurrió, de hecho, al percatarse que él solo se observaba en su espejo le causo gracia. Apagó su reproductor y se dirigió a la cocina para saber si su postre ya había enfriado lo suficiente. La noche había caído sobre ellos hacía un par de minutos, en los cuales, dicho postre estuvo reposando dentro del refrigerador. Tocó suavemente con el dedo la superficie del mismo, pero este aún no se encontraba lo suficientemente espeso, una vez llegó a esa conclusión, cerró el refrigerador un poco decepcionada. Un brillo incandescente le dio directo en el rostro al dirigirse a la sala de estar, sin saber exactamente que ocurría, agudizó un poco su vista para poder ver su fuente... "Oh no" ...

- ¿Qué? - se sorprendió Rakan una vez retiró su estrella del bolsillo - ¿Por qué está brillando?

Xayah observó hacia su habitación para confirmar sus dudas, divisando que había un fuerte brillo esmeralda en ella, de repente, ambos se sobresaltaron por un estrepitoso rugido que sacudió el pequeño apartamento.

-¿Xayah?...


Notas del autor

No tengo mucho que decir, me siento agradecido por los que aún siguen la historia y creo que eso es lo más importante. Lamento decirlo, pero por temas personales, dejaré establecido un capitulo mensual, con posibilidad de publicar antes, pero no quiero poner plazos cortos si luego no los cumpliré.

itsmypudin

Mi querida lectora, te he fallado y me disculpo por ello. Me entristeció saber que estuvieras tan a la expectativa de la historia, no sé si este capitulo logre compensar el tiempo de ausencia, pero espero que sí, porque me gusta que estés por aquí leyendo y escribiéndome. Nuevamente te brindo una disculpa.

Gracias a todos por leer y espero que tengan un buen inicio de semana.