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CAPÍTULO TRES: El Aparecido

"Abre sendas por los cerros
Deja su huella en el viento
El águila le da el vuelo
Y lo cobija el silencio"

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— Pasa.

Brick ingresó a aquél salón con su mochila y el grupo de súper heroínas detrás de él. Había una mesa con tres sillas de un lado y una del otro. Estaban en una oficina de la alcaldía, si no se equivocaba. Miró a su alrededor y se irritó al ver cómo todas las paredes estaban completamente intactas, mientras que la de su casa se caían a pedazos por más de que ellos con sus pocos conocimientos de albañilería las intenten arreglar. Otro "privilegio" más del que él no podía contar. Todo en ese lugar le olía al dinero del gobierno. Un olor asqueroso, si le preguntaba.

Se sentó y las jóvenes también del otro lado. Blossom mantuvo una batalla de miradas contra su contraparte. El varón se veía tranquilo, sereno, mientras que a ella le consumían los nervios; por más de que tratará de ocultarlo con su postura. Arriba de la mesa había una botella de agua con cuatro vasos.

— ¿Quieres? – señaló la líder, el dueño de aquellos ojos rojos asintió y ella procedió a servirle del vaso

Bebió lento, sin prisa. Ella comenzaba a perder la paciencia. Afuera estaban explotando los disturbios que él mismo había liderado y parecía que estaba en unas vacaciones, a juzgar por su cara, postura y tranquilidad. El silencio volvió a reinar en el lugar. La pelinaranja miró a sus hermanas, que se veían igual de tensas que ella. Decidió preguntar:

— Brick, dinos, ¿qué es lo que buscan?

Primer error.

El aludido le miró con una ceja alzada, una pequeña chispa furiosa adornó sus ojos y los volvieron más sangrientos de los que ya eran. Su gesto se suavizó para dar lugar a una sonrisa altanera. Rió, burlándose de la que había sido su enemiga desde su nacimiento.

— ¿Qué pasa? ¿Acaso no sabéis leer? Porque, que yo sepa, hay mil carteles allí afuera que dicen claramente lo que queremos.

La tensión del ambiente se podía tocar con las manos. A pesar de la actitud despreocupada del Rowdy, sus ojos brillaban en furia, reflejando a través de ellos su espíritu arrasador como el mismo fuego. Las heroínas se encogieron en sus asientos, conscientes de que había algo ahí en lo que ellas no podían encajar, que simplemente no lograban comprender por una razón que no terminaban de saber.

Brick se acomodó en su asiento mientras suspiraba, harto. Lo había visto en la mirada de las jóvenes, en las actitudes tanto de ellas como de otras personas de clase alta con las que se había topado con anterioridad o había visto por su barata televisión. Sabía que ellas querían resolver el conflicto y que estaban dándolo todo para poder lograrlo, pero esto era mucho más complejo que simplemente golpear un monstruo y derrotarlo.

Y más cuando estás del lado del monstruo.

— ¿Alguna vez habéis pisado "El Inframundo"? – preguntó. Bubbles y Blossom negaron la cabeza.

— No, es un lugar peligroso – agregó ésta última, Brick miró a Buttercup.

— Algunas veces – pronunció en voz baja.

El silencio reinó la sala. El ex villano miró a su contraparte alzando una ceja y la interrogó.

— ¿Por qué un lugar peligroso?

— Allí viven todos los criminales de Townsville, no hay delito que ya no se haya cometido, por más de que tratemos constantemente de enfrentarlos.

El Rowdy pasó su mano callosa por su rostro, volviendo a respirar profundamente para encontrar las palabras exactas con las que explicaría la situación de la mayor parte de la ciudad a las súper heroínas, así éstas logren comprenderla y les dejen luchar por lo que les corresponde. Empezó a hablar con una voz suave y paciente, tratando de dejar toda su irritación de lado.

— No te voy a negar que es peligroso, que la criminalidad allí es mucho más visible que en estos lados, aunque no pueda decir que sea mayor – hizo una pausa y continuó –. Escuchen, chicas, esto es más complejo de lo que creen:

El Inframundo no es, solamente, lo que se ve superficialmente, o lo que los medios pintan de él. Allí viven familias, niños, jóvenes, ancianos; gente de todas las culturas, trabajadores que se rompen la espalda tratando de llevar comida y dinero a sus casas, entre otros. Pero, ¿sabéis que es lo que lo diferencia realmente del resto de Townsville?

Ellas negaron.

— Allí, las necesidades básicas se convierten en privilegios. Usan el cumplimiento de tus derechos como malditas promesas de campaña y luego te dan la espalda porque piensan que el pobre nace y muere de esa manera, y que jamás hará algo para cambiar su posición porque sabe que está resignado a eso – su tono de voz comenzó a elevarse.

En el Inframundo, es más normal que no tengas agua, ni gas, ni electricidad por días a que la tengas. Es común que tú casa se caiga a pedazos, que tus ropas estén sucias y rotas, que trabajes en negro, que te falte la comida, que no sepas ni mierda de educación sexual, no termines tus estudios o que ni siquiera tengas la oportunidad de empezarlos; que te enfermes y no puedas asistir a un buen hospital porque la mayoría son privados y tú no tienes dinero para costearlos... Es normal que tengas que robar para comer, que consumas droga barata y asesina porque lo tienes al alcance de tu mano como una maldita golosina, que la policía te asesine porque sí. En el Inframundo, es más fácil morir, que vivir.

El silencio volvió a reinar en la sala, Brick se había levantado de su asiento y apoyado en la mesa a medida que pronunciaba aquellas palabras que llenaban su ser de ira. Vio en los ojos de las heroínas dolor y angustia, incluso pudo observar como se cristalizaba la mirada de la rubia. Se sentó de vuelta, ellas permanecían calladas, sin saber qué decir. El Rowdy volvió a respirar profundamente, tratando de relajar su corazón. Metió su mano en su mochila y sacó tres papeles, que esparció uno al lado del otro sobre la mesa, dejándolos a la vista de las jóvenes.

— ¿Sabéis qué es esto? – preguntó.

— Certificados de nacimiento – respondió Bubbles –, tuyo y de tus hermanos.

— Efectivamente. ¿Sabéis a qué edad nos lo hicimos? – ellas negaron – A los catorce años. Nadie antes se había preocupado en que tres niños destructores sin ningún tipo de educación u hogar reciban una... identidad legal. Después de todo, eramos villanos, siempre lo fuimos ante sus ojos aún habiéndonos retirado. Este papel, nos lo hicimos dos años después de haber empezado a trabajar, porque una persona de allí, que nos crió prácticamente, se preocupó en que tengamos algo – hizo silencio por algunos segundos, hasta que finalizó –. Vosotras jamás podréis entender eso, pueden intentarlo pero jamás van a saber lo que realmente significa porque nunca tuvieron la mala suerte de vivirlo. ¡Ni siquiera pagan por lo que destruyen en sus batallas! No, nunca lo entenderán y por eso tienen que apartarse.

El silencio volvió a reinar la sala. Las PowerPuff Girls sabían que este era un tema en el que ellas no se podrían involucrar, menos si de verdad no querían tener problemas con los ciudadanos que tanto habían querido proteger. La mirada roja como la sangre de Brick se clavaba en ellas cuál fuego. Se sintieron un poco amenazadas, pero sus silencios ya eran suficiente prueba para demostrar que era verdad, que él tenía razón. Ni siquiera hizo falta discutir para que el pelirrojo a través de sus duras palabras les dé un golpe de realidad a las muchachas. Incluso cuando Blossom quiso replicar, cuando quiso demostrar que no era tan cómo él decía, supo que no tenía sentido; porque Brick vivía aquello todos los días, y ella mientras tanto estaba en su hogar dándose un baño de espuma.

La aclamada "Comandante y Líder" respiró profundamente y comenzó a hablar, en representación de sus hermanas que, a través de miradas y golpeteos en su brazo en código morse, les habían comunicado sus opiniones.

— Brick – la mirada del aludido se clavó con atención en ella –. Hay un caos allá afuera, ¿de verdad nos estás pidiendo que nos apartemos?

— O se mantienen neutrales, o toman partido. Es simple. De cualquier manera, no lograrán contentar a todos.

Las heroínas se dieron vuelta y se apegaron para discutir su decisión en un volumen lo suficientemente bajo para que el varón no escuchara. Había un dilema. Si se mantenían neutrales, recibirían descontento de los dos bandos, si se posicionan, el absoluto odio de uno de ellos. Sabían que, por más que estén de acuerdo con Brick, ellas trabajaban para el gobierno por lo que si le declaraban la guerra el caos iba a llegar a sus vidas (y a sus comodidades).

Fueron algunos minutos ya que, casi siempre, las hermanas solían coincidir en estos tipos de pensamiento. Incluso Buttercup, que fue la primera en saltar en contra del gobierno por sus acciones, había decidido permanecer neutral ante la situación. Se dieron vuelta y Blossom exclamó el veredicto:

— No nos vamos a involucrar, obviamente, si no hay disturbios y se mantienen tan pacíficos. No queremos caos en nuestra ciudad, ¿está claro? – estiró su mano hacia su contraparte.

Brick rodó los ojos, porque, claro, ellos serían los del desastre, no los otros. Rió un poco ante la incapacidad de las súper heroínas de abandonar aquella ideología absurda de chicas ricas por más que hayan comprendido (suponía) su discurso. Estiró su brazo y estrechó la mano, demasiado suave en comparación a la suya, de la pelirroja. Aunque no era lo mejor, era suficiente. Esperaba que, al menos, no haya ningún disturbio en su bando lo suficientemente "justificable" para que ellas aparezcan. Para asegurarse, apretó mucho más el agarre de sus manos y exclamó:

— No haremos caos, tema de vosotras si creéis lo que la televisión dice.

Soltó la mano de la líder, que le miraba un poco extrañada. Era una advertencia. Buttercup la había entendido, tendrían que mirar con ojo crítico lo que los medios transmitan, ya que probablemente manipulen la información para generar el mismo odio al Inframundo que él había mencionado antes.

Tantas cosas sucedían debajo de sus narices y ellas no estaban conscientes.

Se levantaron de sus asientos, las jóvenes iban a escoltar al muchacho hasta fuera de la alcaldía, esperando que cumpla su promesa de mantener las cosas pacíficas. Cuando el Rowdy abrió la puerta, se sorprendió ante la figura policial que se encontró tras ella, pero se mantuvo firme; las chicas lo miraban extrañada.

— Brick Him, quedas arrestado.

oOoOo

Butch y Boomer aguardaban nerviosos por respuestas. No se sentían seguros dejando que su hermano asista a la reunión sin compañía, pero él así lo había decidido y ellos confiaban en sus decisiones. El líder sabía lo que hacía. Aún así, estaban ansiosos. Se miraron entre sí tratando de consolarse, habían descansado un poco de liderar la manifestación ya que la situación no les dejaba pensar con demasiada claridad.

José los llamó, las puertas estaban abriéndose. En cuanto pronunció la frase, los dos varones se levantaron y salieron de la multitud para poder observar mejor qué había sucedido para que la gente comience a hacer bullicio.

La imágen no les gustó en lo absoluto.

— ¡Brick! ¡Brick, mierda! – gritó Butch mientras con Boomer seguían a los guardias que conducían al pelirrojo a un automóvil policial.

Este los miró y se movió, resistiendo del agarre de los policías para lograr acercarse a sus hermanos. En cuanto se aproximó lo suficiente para que ellos puedan escucharlos, exclamó al grito.

— ¡Destruyan todo! ¡A la mierda!

Lo ingresaron al automóvil con él a los gritos rogándoles que resistan. Boomer miró al frente y observó como varios camiones y policías salían armados y formaban una posición. Su corazón se aceleró, tragó en seco y llamó la atención del pelinegro, que se quedó observando nervioso la situación.

Se miraron y asintieron.

Ahora les tocaba a ellos.


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"Hijo de la rebeldía
Lo siguen veinte más veinte
Porque regala su vida
Ellos le quieren dar muerte"

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UFFFFFFFFF.

Ya era hora de que actualizara, ¿no?

Ésta vez con una canción de mi querido Victor Jara, que su documental me inspiró para escribir este capítulo, no podía no ponerlo.

Sombra02: muchas gracias por comentar! Me alegra mucho que te haya gustado, me encantó la frase, es muy cierta.

Y gracias a my darling, FloorVioleetta, por ayudarme y apoyarme con ésta historia. Tkm, boluda.

Espero que les haya gustado!