Disclaimer: The story doesn't belong to us, the characters are property of S. Meyer and the plot belongs to LyricalKris. We just translate with her permission.

Disclaimer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S. Meyer y la trama de LyricalKris, solo nos adjudicamos la traducción.


Bad Timing

Autora: LyricalKris

Traductora: Flor Carrizo

Beta: Melina Aragón


Capítulo 1

—¿No se supone que las bodas son un buen lugar para conocer personas?

Bella se rio en voz baja.

—Creo que la teoría es que las bodas son un buen lugar para tener sexo porque…

—¿El amor está en el aire?

—Seguro. Amor. Así es como nosotros lo llamamos. —Ante la mirada de sus amigas, ella sonrió—. ¿Qué?, Jess, vamos. Si tú ligas con alguien en una boda, no es porque te enamoraste a primera vista, al menos no de ese chico. Es porque te enamoraste a primera vista de todo esto. —Señaló alrededor de ellas—. Los corazones. Las flores. La música lenta y esos dos mirando sus almas. —Bella inclinó la cabeza hacia la novia y el novio, sonriéndose con cariño mientras daban vueltas en la pista de baile, obviamente enamorados el uno del otro.

Girándose otra vez hacia Jessica, sonrió.

—Te dejas llevar por el romance y eres un blanco fácil.

—Todo es posible. Una boda es tan buen lugar como cualquier otro para conocer al amor de tu vida. Mejor que muchos otros lugares —dijo Jess con un encogimiento de hombros—. Pero considerándolo todo, no es que me sentiría decepcionada con un buen ligue de boda.

—Sería una buena adición a tu colección.

Jess estrechó los ojos.

—¿Me estás llamando puta?

—Nop. —Bella se rio—. No creo en esa palabra y lo sabes. Estoy diciendo que te has ligado a algunas personas interesantes.

—Maldición, es cierto. Seré esa señora mayor con un millón de historias sobre las cosas que hice y las personas con las que estuve.

—Brindo por eso. —Bella levantó su copa de vino y Jess la chocó con la suya.

—Entonces, ¿cuál es tu tipo? —preguntó Jess, sus ojos escaneando la multitud sobre el borde de su copa.

—Me conoces más que eso. No salgo con la intención de seducir a alguien.

—Excepto esa vez —musitó Jess.

Bella suspiró, sus ojos moviéndose rápidamente entre la novia, el novio y alejándose.

—Sí. Esa vez, y mira cómo terminó.

Jess la observó con inquietud.

—Bella, no tienes sentimientos por Jasper, ¿no?

—No —dijo Bella rápidamente. Y era verdad. Todo había funcionado realmente bien. Algunos años atrás, ella tenía un enamoramiento con Jasper Whitlock. Fue distracción suficiente como para que ella fuera tan lejos como para complotar con su mejor amiga, Alice. Ellas pasaron el rato en un restaurante que Bella sabía, por una conversación, que Jasper frecuentaba. Cuando él entró, ellas lo llamaron para que se sentara en su mesa.

—Es un gran tipo, pero nosotros no tuvimos ese tipo de química —dijo Bella—. Él y Alice sí. Eso es todo. No es como si sintiera que él es el que se escapó. Solo estoy siendo tonta. Es que… —Ella se esforzó por encontrar las palabras correctas.

—¿Que este podría haber sido tu final feliz? —preguntó Jess, mirando alrededor.

Bella vaciló solo uno o dos segundos antes de resoplar.

—Definitivamente no. ¿Sabes cuánto costó esta boda? Mi final feliz no incluye organizar una fiesta realmente cara.

Jess rio.

—¿Pero si fuese una boda en Las Vegas?

—Oh, sí. Entonces, tal vez. —Suspiró, poniendo una falsa mirada dramática de aflicción—. Podría haber sido yo. Podría haber sido yo.

Sus risas fueron interrumpidas cuando un hombre atractivo se acercó a su mesa, sorprendiendo a Jess cuando se inclinó y le susurró cerca de su oreja:

—Hola tú.

Menos de un minuto después de que "Crowley, Tyler Crowley" se hubiese asegurado de que no estaban juntas-juntas, invitó a Jess a bailar. Bella observó, divertida, como Jess se acomodaba disimuladamente su busto antes de seguirlo hasta la pista de baile.

Sola ahora, Bella decayó un poco. No era depresión o soledad. En lo que a ella se refería, la soltería solo le había hecho bien. Y tal vez era ese pensamiento lo que le hacía las bodas difíciles. Bella no podía resistirse a una buena historia de amor, pero las bodas no le hacían eso.

—Te ves sola, chica linda.

Bella no levantó la mirada por unos segundos. Chica. Bueno, eso era una novedad.

Cuando el hombre se dejó caer en el asiento frente a ella, Bella levantó la vista. Arqueó sus cejas, dándole una mirada. No era horrible. Rubio. Un poco atractivo.

Antes de que ella pudiera decidir si quería involucrarse, él se inclinó y tocó sus labios con su pulgar.

—Parece que tienes una boca que haría lo que le dijera.

Por dos segundos, Bella solo lo observó, comprobando dos y tres veces que en serio había dicho lo que acababa de decir.

—¿En serio? —preguntó, porque… sí, ¿en serio? Esto era la recepción de una boda, no un bar.

Obviamente, era la recepción de una boda con barra libre…

—No tengas miedo, nena. Tengo lo que necesitas.

Oh, demonios no. Bella se paró. Tenía que recordarse a sí misma que estaba en una boda. Alice se merecía la noche perfecta que estuvo planeando por tanto tiempo. Bella no haría una escena solo porque este idiota se merecía una patada en las bolas.

—¿Sabes?, tengo un lugar a donde ir.

Él la agarró de la cintura, empujándola hacia él cuando ella trató de alejarse de la mesa.

—Oye, no te vayas, chica linda.

Bella sonrió con dulzura.

—Amigo…

—Mike.

—Michael. —Bella sacó su mano del agarre de él—. Dije que tengo un lugar a donde ir.

Ella se alejó antes de que él pudiera decir algo, dirigiéndose a quién sabe dónde. No tenía que ir al baño, pero no descartaba ir ahí para sacarse a ese idiota de encima.

Sin saber a dónde demonios iba, Bella traspasó una puerta y luego otra. Entonces, de repente, estaba afuera.

Y no estaba sola.

Un hombre estaba afuera en el callejón cuando ella salió por la puerta trasera. Su cabeza se levantó, un cigarrillo en su boca, como si lo hubiese atrapado mientras intentaba encenderlo. Él se paró, como si estuviera atento, y ella lo reconoció.

—Estás con la banda —dijo, dejando que la puerta se cerrara detrás de ella.

Él era apuesto, su traje gris era incongruente con su cabello desordenado de color bronce, con un estilo rockero. Él la miró con precaución, bajando el cigarrillo a un costado. Se encogió de hombros con facilidad, una sexi sonrisa ladeada jugando en su boca.

—Sí. Toco la guitarra. —Señaló con su cabeza el instrumento, apoyado contra la pared.

—Eres bueno —dijo, dando otro paso hacia él—. La guitarra es mejor que el cantante de todos modos.

Él inhaló.

—Sí. Sigo diciéndoles que puedo cantar y tocar la guitarra, pero no me escuchan. —Se encogió de hombros.

—¿Cantas? —preguntó Bella, honestamente impresionada. El chico tocaba muy bien la guitarra. Parecía injusto que también cantara bien.

—Oh, my love, my Darling.

»I've hungered for your touch.

»A long, lonely time.

»Time goes by so slowly.

»And time can do so much.

»Are you still mine?

Bella tembló. Su voz era profunda y fuerte.

—Eso fue hermoso. Una canción perfecta para una boda.

Él tatareó, sus ojos alejándose y luego encontrando los de ella otra vez.

—¿Te importa? —Hizo un gesto con el cigarrillo.

No. No era un cigarrillo. Un porro.

Ella sonrió.

—No. No me importa. Estoy un poco celosa. Han pasado años.

Él mantuvo sus ojos en ella mientras encendía el porro, le daba una fuerte calada y soltaba el humo. Ladeó la cabeza, y una sonrisa lenta y franca apareció en su rostro.

—¿Una calada?

Un escalofrío la recorrió. La atmósfera parecía estar llena de estática y el aire era más caliente de lo que ella esperaba.

—¿Estás seguro?

Él dio una larga calada, sus ojos nunca dejaron los de ella.

—Ven aquí —dijo, enredando sus dedos con los de ella.

Ella sonrió. Él era más joven, pero eso no era una sorpresa. Tal vez a mediados de los veinte. Tembló otra vez, anticipando la excitación. Dio un paso hacia él.

Cuando estuvo cerca, él extendió su mano, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de ella. La atrajo más cerca. Sus ojos eran de un verde brillante y ella se sintió hipnotizada. La electricidad le recorrió la espalda.

—¿Estás segura? —preguntó él.

—Dame una calada —contestó.

Manteniendo un brazo alrededor de ella, llevó su mano libre hacia su boca. Los ojos de él se mantuvieron en los de ella, él envolvió sus labios alrededor del porro e inhaló. Mientras bajaba el porro hacia su cintura, inclinó su cabeza hacia la de ella.

Los labios de él rozaron los de ella por un segundo mientras ella abría su boca para él. Él exhaló, enviando una corriente de humo hacia ella. Sus ojos se cerraron y ella inhaló el humo dulce, caliente de su boca. Se demoró, sosteniendo el humo en su boca por un momento antes de soltarlo.

—Bien, eso estuvo bien —murmuró. Sus labios todavía estaban tan cerca de los de él que podía sentir su calor.

—¿Te gustó eso? —Su voz era baja y ronca. Ella podía sentir la vibración contra sus labios.

—Fue bueno.

—Mmmm. —Alejándose solo lo necesario, él llevó el porro hacia sus labios y dio otra calada—. ¿Quieres otra?

—Sí.

Ella no había abierto los ojos. Sentía el calor de las manos de él en ella, empujándola gentilmente para que apoyara su espalda contra la pared. Esta vez, cuando inclinó su cabeza, los labios de él estaban firmemente sobre los de ella. Él dejó salir el humo y ella lo inhaló. La cabeza de ella giraba.

—Oh, sí.

Él gruñó y su cadera se movió contra la de ella. Ese movimiento cambió la atmósfera. Ella había tomado algunos tragos y el humo nublaba sus pensamientos. Tal vez por eso fue tan fácil envolver sus brazos alrededor del cuello de él. Él presionó hacia adelante, su roce convirtiéndose en un beso de verdad. Su lengua tocó la de ella y ella saboreó la marihuana amarga mezclada con algo más.

Su sabor no hizo nada para cambiar su estado de intoxicación. Ella estaba mareada por él y probablemente por eso levantó su pierna, rozándola contra la de él mientras su beso se volvía más urgente. Las manos de él estaban sobre ella, recorriendo arriba y abajo sus costados, enviando un tipo diferente de emoción a través de ella.

«¿Qué demonios está pasando aquí?», preguntó una pequeña voz en su cabeza, pero a la mayor parte de ella no le importaba. Estaba agitada por el alcohol, el porro y por la forma en que la boca de él se sentía sobre la suya. Y sus manos… demonios. Incluso la forma en que él primero acarició y después ahuecó su trasero, acercándola más a él. Él no la agarró directamente, no la bajó de su ensoñación con brusquedad.

Esto se sentía bien. Malditamente bien, y Bella no era del tipo de persona que se negaba una buena experiencia.

Tan repentinamente como la sesión de manoseo había comenzado, el hombre gimió en su boca. Se alejó de ella, aunque sus manos continuaron en su cadera, manteniendo sus cuerpos juntos incluso cuando él giró su cabeza hacia el costado. Sus ojos estaban fuertemente cerrados.

Ella deslizó sus dedos a través de su cabello. No tenía ningún producto. Era muy suave.

—¿Estás bien?

Él se rio. Un sonido encantador. Abrió sus ojos y la miró.

—Lo siento. Es solo que… se siente un poco grosero besarte de esa forma cuando ni siquiera conozco tu nombre.

Lo que dijo fue algo tan dulce que ella tuvo que sonreír. Acarició con sus dedos el cabello de su nuca, viendo como eso lo hacía temblar.

—Soy Bella.

Los labios de él se elevaron en una comisura, en una sonrisa pícara.

—Soy Edward.

Ella asintió, pasando la punta de sus dedos arriba y abajo por su espalda. Podía sentir su longitud presionándose contra ella, un bulto duro que se tensaba contra sus pantalones ajustados. Eso le hacía cosas a ella también.

—¿Ahora crees que nos conocemos lo suficientemente bien? —bromeó ella.

Las mejillas de él se sonrojaron, pero su sonrisa de lado se profundizó.

—¿Quieres otra calada?

Ella casi se había olvidado del porro. Negó con la cabeza.

—Te quiero a ti.

Él gimió cuando sus bocas se encontraron otra vez y la empujó contra la pared. Su mano rozó su cuerpo hasta que agarraron la parte posterior de su rodilla. Él tiro, enganchando su pierna alrededor de su cintura así podría empujar contra ella.

Sí. Tal vez le gustaban las bodas más de lo que pensaba.


¡Hola!

¡Bienvenidas a nuestra primera traducción del 2020!

Como siempre, esperamos que nos acompañen en esta y todas las traducciones que les traigamos durante este año. ¿Qué les pareció el primer capítulo?

Esta historia tiene 20 capítulos, final feliz, y vamos a tratar de actualizar 3 veces a la semana.

¡Hasta el próximo capítulo!