Disclaimer: Los personajes de la saga Harry Potter, libros y películas son propiedad de J.K. Rowling. Mi One shot participa del Reto "HAPPY BIRTHDAY HARRY" 2020, del grupo HARMONY (HARRY Y HERMIONE) en Facebook.
Nota: Pasen a mis otros fics que estoy escribiendo y dejen su comentario, gracias y disfruten la lectura
¡Feliz Cumpleaños Harry!
Era la mañana del 31 julio, recién había pasado un año de la batalla final en Hogwarts el mundo mágico aún estaba sanando, pero hasta el momento todo iba en paz.
El 31 de julio era una fecha especial para el mundo mágico, era el día en el que nació el niño que vivo, el elegido o como lo conocían ahora el Salvador del Mundo de la Magia, todos querían celebrarlo, pero en especial su grupo de amigos tenían mucho ánimo de festejarlo. Era por eso que se habían reunido esa mañana para terminar de alistar los últimos detalles de la fiesta de Harry Potter.
-Entonces, luces, comida, sonido y lugar, listos - dijo una castaña alrededor de la mesa
-Listo – la pelirroja al lado de la castaña respondió – Luna y yo lo arreglamos
-Ronald, recuerda que tu misión es distraer a Harry
-Ya lo sé Hermione, lo tengo cubierto, de hecho, ya debe estar esperándome para desayunar
-Bien, nos veremos una hora antes de la fiesta para alistar todo – volvió a recalcar la castaña a todos sus amigos
-¿Por fin decidiste que regalarle a Harry, Hermione? – le pregunto Ginny
-¡Sí! Tengo el regalo perfecto para él – sonrió autosuficiente la chica
10 horas antes de la fiesta
En la tienda de deportes de magia la nueva saeta de fuego estaba por agotarse. Hermione sabía que ese sería el mejor regalo para su amigo, el adoraba volar y su antigua saeta había quedado destrozada hace muchos años.
La castaña entro a la tienda decida a su compra, toda tenía que salir a la perfección ese día. Se acerco al vendedor para preguntar sobre el articulo y comprarlo.
-Buenos días –
-Buenos días señorita, ¿en qué podemos ayudarla?
-Quisiera información sobre la Saeta de Fuego que tiene en exhibición.
-Claro que si señorita, de hecho, es la última que nos queda, déjeme se la traigo – el señor fue hacia la vitrina que estaba en exhibición.
-Muchas gracias señor – la castaña estaba feliz, tenía la última saeta, el regalo perfecto.
Mientras la castaña divagaba en sus pendientes, perdió el tiempo que había tardado el señor en traerle el artículo, fue hasta que escucho un gran bullicio de personas afuera del local que volteo y vio la oleada de gente que se me había acumulado, incluso el señor había desaparecido.
Salió para ver qué pasaba y ella también se sorprendió al verlo, pero que hacia el ahí, Ron se tenía que encargar de mantenerlo lejos y distraerlo. La castaña se abrió paso hasta su amigo
-Oh, señorita, lo lamento – le dijo el encargado de la tienda al verla.
-Descuide, está bien.
-¡Hermione! – le dijo su amigo al verla también.
-Hola Harry – saludo nerviosa a su amigo – ¿Y Ron? Pensé que desayunarían juntos hoy…
-Sí, pero ayer vi que salió la nueva saeta, y vine por una edición –
-Ah, sí, pero creo que ya no quedan… - dijo aún más nerviosa
-Oh, en serio, pues yo quiero esa última – le dijo su amigo al vendedor
-Pero, pero- balbuceo su amiga castaña
-¡Claro que sí! – gritó el vendedor entusiasmado – Bueno, claro si la señorita no le molesta…
-Hermione, ¿tu ibas a comprar una escoba? ¿Tu ibas a comprar la saeta? Pero si te asusta volar…- dijo Potter sorprendido.
-Bue, bueno, yo, - balbuceo Hermione – No. No hay problema señor.
-Además, es el cumpleaños del elegido, y solo por eso la escoba corre por cuenta de la casa – ambos chicos miraron al encargado sorprendido.
-Yo, yo tengo que irme, tengo asuntos pendientes. – dijo su joven amiga desapareciendo del lugar antes incluso de que pudiera terminar de pronunciar su nombre
-Herm… ni siquiera me felicito por mi cumpleaños – susurro para sí mismo el azabache
-Bueno, Señor Potter, vamos…
7 horas antes de la fiesta
Hermione se encontraba en su casa después de su decepcionante intento fallido de la compra del regalo de Harry y de pensar por dos horas otra opción, decidió hacerle un pastel idéntico al que le había regalado Hagrid cuando fue a recogerlo a la casa de sus tíos… Había ido a visitarlo para que este le diera la receta y la obtuvo, ahora se encontraba revolviendo todos los ingredientes por tercera vez.
-Este tiene que salir – se decía así misma la joven
-Harry merece mi mejor esfuerzo – la sonrisa de su amigo se le vino a la mente y se sonrojo ante el recuerdo
-Concéntrate Granger – revolvió todo con la batidora
-Bien hora de probarlo – saboreo una pequeña pizca
-Iuuug – fue rápidamente a escupir al lavabo
-Esta demasiado dulce
-Tendré que repetirla una vez más – dio un gran suspiro
-Honestamente Hermione, ni un simple pastel puedes hacer… - dio otro gran suspiro recargándose en el lavabo y viendo todos los trastos sucios que ya había acumulado
-Intentemos una vez más, por Harry…
3 horas antes de la fiesta
Harry y Ron estaban probando su nueva saeta de fuego, se la habían pasado volando la mayor parte de la tarde.
-¿Enserio Ron, no se te hace extraño?
-¿Qué cosa? ¿La velocidad de la saeta? Creo que es cuestión de costumbre
-No Ron, lo que te dije de Hermione, además ni siquiera me ha buscado hoy… - dijo un tanto decepcionado Harry
-Bueno, ella te dijo que tenía asuntos pendientes, ella es extraña Harry, no sé de qué te sorprendes – dijo despreocupadamente el pelirrojo
-Pero, regularmente sería la primera en felicitarme Ron, además desde cuando le gusta volar como para comprar una escoba.
-Creo que le estas dando demasiada importancia Harry
-Y, que tal si la escoba la quería para Victor… - inquirió Harry – y si se la quería regalar.
-Harry no inicies otra vez con lo de Victor – rio por lo bajo su amigo – son tus celos tontos otra vez, hasta que no le digas lo que sientes a Hermione no se iran.
-No son celos tontos Ron.
Unas horas antes
Cierta castaña se encontraba caminando por el callejón Diagon, después de su treintagecimo intento por hacer el pastel y de que casi quemara su cocina decidió rendirse, nunca había sido hábil en la cocina, más jamás pensó que fuera nula como lo había descubierto ese día
No sabía que regalarle a Harry y tenía que aparecer ya en la fiesta para arreglar y revisar los últimos detalles del cumpleaños, pero no podía aparecerse allí sin el presente para su amigo.
Después de darle la gran sorpresa al salvador del mundo mágico, todos sus amigos y conocidos se acercaron a él para desearle lo mejor y darle sus obsequios, la única que no se acerco fue su mejor amiga. La vio salir al jardín y fue tras ella, todo el día se había comportado raro y quería explicaciones del por qué en su cumpleaños ella era la única que no lo había felicitado
-¡Hermione! – le grito desde la puerta Harry haciendo que la chica volteara
-Harry – dijo sorprendida – me asustaste
-Lo siento, es solo que te vi salir, y bueno yo, sabes quería preguntarte – balbuceo el azabache, pero la castaña no le estaba prestando atención, sin embargo, comenzó a hablar tanto para sí misma como para él
-Detesto ser la última en felicitarte, ni siquiera logre conseguir tu regalo, estuve intentándolo todo el día, el regalo perfecto era la escoba, pero entonces apareciste tú y el vendedor decidió dártela, igual tenerla habría arruinado la sorpresa del regalo – la castaña no paraba de divagar – Luego intente hacer el pastel que tanto te gusta de Hagrid, pero mis habilidades nulas en la cocina lo echaron todo a perder, estuve vagando por varias horas en el callejón, pero no encontré algo perfecto para darte – volteó a ver a su mejor amigo que había estado escuchándola sin decir nada – lo siento Harry..
-TU, Granger– Harry la sostuvo firmemente desde su cintura, mirándola fijamente a esos ojos castaños que tanto le gustaban - Eres el mejor regalo del mundo, no necesito otro regalo más que tú.
Y la beso, la beso tan profundamente para demostrar todo el amor que siempre había sentido por ella, quería que en verdad se diera cuenta que no necesitaba ningún otro regalo, solo a ella en su vida, ese sería el mejor regalo de por vida. Se separaron un poco a un sonrojados por el beso y se dedicaron una pequeña sonrisa.
-Feliz Cumpleaños Harry – Y volvieron nuevamente a unirse en un dulce beso.