Esta historia participa en el reto 106 del foro Alas Negras, Palabras Negras. El reto consiste en escribir una serie de tres drabbles alrededor de tres personajes; en este caso, Robert Baratheon, Eddard Stark y Rhaegar Targaryen.

Palabras: 489.

Disclaimer: Canción de Hielo y Fuego pertenece a George RR Martin.


Eddard


Ned fue el último en regalarme rosas.

Él sabía que las adoraba. Era uno de mis pocos gustos que correspondían a los de una dama: esas flores de invierno; aunque Eddard nunca me las entregó en vida. Mi hermano, serio y apocado, no tenía tiempo para las delicadezas de un caballero. Yo solía sufrir por la dama con la que se casaría, ya que veía a esas doncellas que suspiraban por galanes y me preguntaba qué desafortunada tendría la desgracia de sufrir los silencios y las miradas esquivas de Eddard Stark.

Pero Eddard es como los alrededores de Invernalia, que esconden hierba fresca bajo mantos de nieve fría. Y yo no llegué a apreciar su verdadero corazón hasta que me llegaron noticias de los ejércitos que se habían levantado.

Se murmura que la guerra empezó por mi culpa, pero sé que mi belleza no pesó tanto como la locura de Aerys. Si Rhaegar y yo no hubiésemos prendido la llama, cualquier otro incidente lo habría hecho. Muchas grandes casas tomaron las armas con la intención de decapitar dragones, y no porque pensaban que había una dama ultrajada encerrada en una torre.

Pero sí creo que Eddard únicamente luchó por mí. Por mi, y por mi padre y por mi hermano, cuyas muertes me hicieron derramar más lágrimas de las que nunca había vertido. El sufrimiento que causé me enfermó y no fue una sorpresa que el hijo que había concebido con Rhaegar se llevase el poco espíritu que quedaba en mí.

Eddard fue el que llegó a esa torre. No Robert, que se había quedado atrás a causa de una herida, ni Rhaegar, que murió antes que yo. Ned fue el que acabó alcanzando mi lecho de muerte; para su desgracia, ya que eso significó que tuvo que escuchar mis súplicas y responderlas con promesas.

Catelyn Tully era justo el tipo de esposa que yo no quería para Ned, una dama con sueños que se vieron rotos en cuanto descubrió el bebé que Ned llamaba suyo. Yo sabía que mi hermano no rompería su promesa, ni siquiera para aliviar el dolor de Catelyn, pero su corazón resultó suficiente para curar el daño. La nieve se derritió y Catelyn fue capaz de ver la hierba bajo ella, y me alegro por ello. A pesar de que esa mujer odie a mi niño.

Cuando Robert estuvo ante mi tumba, le recriminó que me hubiese enterrado en las criptas, en la oscuridad. Y Ned le respondió exactamente como debía.

Soy una Stark. Este es mi lugar.

Y aquí permanezco, contemplando a mi familia y escuchando los susurros de otras almas como la mía. Reyes olvidados, reyes recordados. Señores de Invernalia con espadas que se oxidan sobre sus huesos.

Sobre mí se marchitan las flores que Eddard me trae. Las echaré de menos cuando se marche a Desembarco del Rey.

De todas las que nunca me han regalado, esas son las que más aprecio.


NA.

Yo subscribo la teoría R+L: J, así que no he podido evitar darle un guiño. Habría hablado de que Lyanna además murió sosteniendo rosas, pero no me han dado las palabras.

Gracias por leer estos drabbles. Si dejáis reviews, me haréis tan feliz como un alma en pena que recibe rosas en su tumba :) Y si no, os agradezco de todas formas haber llegado hasta aquí.