Ástato.

Cuando Kohaku llegó de su viaje de compras junto a Yuzuriha y Ruri, sonrió al ver a su esposo enseñándole más cosas científicas a su hijita de cuatro añitos.

-¡Hola, mamá! ¡Hola tía Ruri y tía Yuzuriha!- al verlas llegar, su pequeña Tsukiku agitó las manos alegremente de un lado a otro, dejando de prestar atención a su padre por un momento.

-Llegaron justo a tiempo para interrumpir la clase.- Senku sonrió ladinamente. -Me rindo con esta pequeña leona, ya agotó mi paciencia.- murmuró con cansancio.

-¡¿EEEEEEH?!- las tres se quedaron con la boca abierta.

-¡No me digas pequeña!- Tsukiku solo se fijó en esa parte de lo que su padre dijo.

-¡¿De qué demonios estás hablando?!- Kohaku lo miró con las cejas torcidas. -¡Se quedan hasta mucho después de su hora de dormir hablando de ciencia!- siempre tenía que arrastrarlos a ambos a la cama para que dejen un poco de lado las clases de ciencia.

-Chrome dice que tú siempre aseguras que Tsukiku-chan entiende mejor la ciencia que él.- Ruri rió suavemente.

-Casi siempre.- se cruzó de brazos con una mueca de profunda decepción. -No puedo creer lo que me ha hecho hoy. Estoy seguro de que lo hace a propósito y no es el tipo de profesionalismo que espero de una futura científica.-

-No sé por qué te molestas. Aprendí todo bien.- le sacó la lengua.

-¡Tú y yo sabemos que eso no es cierto!- le pellizcó la nariz, ganándose que le muerda la mano. -¡Agh, si que eres una leona!- se frotó la mano.

-¿Y qué le estabas enseñando que es tan difícil?- preguntó Kohaku con las cejas en alto.

Honestamente su hija de cuatro años ya era mucho más inteligente que ella y podría darle clases cualquier día.

-Solo le enseñaba la clasificación de halógenos y pseudohalógenos, y como siempre aprendió todo rápidamente y de forma brillante.- sonrió orgulloso por un momento, antes de deprimirse. -Excepto por un detalle…-

-¿Por qué haces tanto drama?- su hijita le pellizco la mejilla con un puchero adorable.

-¿Dónde aprendió a decir esas cosas?...- susurró Yuzuriha un poco sorprendida.

Aunque no tanto. Esta era la hija de Senku y Kohaku, después de todo.

-Mi tío Ryusui y mi tío Gen lo dicen todo el tiempo.- sonrió inocentemente.

-Otra razón para matarlos.- murmuró Kohaku resentida. Ya estaba deseando la sangre de esos dos desde que le enseñaron a jugar póker pero sobre todo a hacer trampa jugando póker.

-¿Y qué es exactamente lo que molesta a Senku-san?- preguntó Ruri confundida.

-El atato.- dijo Tsukiku seriamente.

-¿Eh?- ninguna de las tres entendió, pero Senku gruñó por lo bajo.

-¡Es ástato! ¡¿Cómo puede ser posible que no lo pronuncies bien?!-

-Pero lo digo bien.- hizo un puchero. -Es atato.-

-No, no lo es.- una vena brotó en su sien.

-Senku…- Kohaku lo miró incrédula. -Tiene cuatro años.- le recordó como si fuera estúpido.

-¿Crees que eso lo justifica?- alzó las cejas fríamente. -Mira lo que tu pequeña de cuatro años puede decir. Mini-leona, ¿por cuál enzima es catalizada la última reacción del tiocianato producido por la reacción del azufre elemental con cianuro?-

-Por la enzima sulfotransferasa.- contestó casualmente, con una linda sonrisa.

-¿De qué moléculas aprendimos su polaridad ayer?-

-¡Aprendimos la diferencia de la polaridad entre el trans-dicloroetano y el cis-dicloroetano!- contestó con completa naturalidad.

Las tres mujeres observaron eso con las mandíbulas por el piso.

-¿Y aún así no puedes pronunciar ástato? ¿Quieres que me crea eso, mini-leona?-

-¡No me digas mini!- hizo más pucheros. -Y lo digo bien. Atato.- Senku estrelló la palma de su mano en su frente. -Atato. Etato. Estado. Esta…-

-¡Lo haces para molestarme diez billones por ciento seguro!- volvió a pellizcar su nariz.

-¡Tú estás diez billones por ciento loco!- volvió a morder su mano.

Esta vez fue Kohaku la que golpeó su frente con su mano.

Esos dos ya eran molestos cuando estaban de acuerdo en que la ciencia era lo mejor del mundo, pero cuando tenían algún desacuerdo sobre ciencia si que eran un nuevo nivel de problemáticos.

-Hija, aquí, escucha a mamá.- se sentó en medio de ellos y la tomó en brazos para sentarla sobre su regazo. -¿Puedes decir asta?-

-¡Asta!- sonrió enormemente.

-¿Puedes decir tato?-

-Eso suena gracioso.- soltó unas lindas risitas. -Tato.- repitió sin dejar de reírse.

-Ástato.- dijo Senku.

-Atato.-

-¡¿Ves?! ¡Lo hace a propósito!- la señaló acusadoramente.

-Deja que yo me encargue, Senku.- lo miró mal. -Di las dos palabras ahora, princesa.-

-Asta. Tato.- repitió perfectamente.

-Ahora di Asta y solo To. Todo junto.-

-Ástato.- murmuró impresionada. -¡Oh, ya entendí!- se lanzó al cuello de su madre a abrazarla.

Kohaku rió alegremente, mientras que ahora era Senku el que tenía su mandíbula en el piso y Yuzuriha y Ruri estaban que se derretían de ternura.

Aún abrazada al cuello de su madre y recibiendo sus mimos, Tsukiku volteó a ver a su padre y sonrió diabólicamente como la pequeña engreída leoncita astuta que era.

Senku se tensó con indignación.

¡Tuvo razón todo el tiempo! Esa pequeña leona solo quería molestarlo.

Resopló molesto, pero la verdad no estaba ni un milímetro enojado, no realmente.

¿Cómo podría? Incluso fingida, esa mala pronunciación fue adorable. Su pequeña engendro diabólicamente malvada era simplemente demasiado linda como para molestarlo de verdad.

Fin.

Holaaaaaaaa :D

Séptimo fic del Reto Tabla Periódica!

Este fic no tiene relación con Baby Stone :v Podría... pero no es oficial ni nada xD

Ojalá que les haya gustado y los personajes pertenecen a Inagaki y Boichi!

COMENTEN! *o*

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!