LABIAL

Resumen: Solo es una pequeña historia de mi pareja favorita de Love Live (NozoEli), donde relata un día cualquiera en la vida de Eli y Nozomi. Más bien nos cuenta la historia de cómo Nozomi pone a prueba una vez más la paciencia y el temple de la rubia, solo cambiando un pequeño detalle en su imagen.

¿Quieren saber de qué les hablo? Entonces no les quito más tiempo y los dejo con la lectura.

Disclaimer: Ni Love Live ni sus personajes me pertenecen y… ya saben el resto.

La escucho suspirar, como autoinfundandose valor o más bien dándose ánimo para decir algo, pero, nada salió de sus labios.

−Oye, estaba pensando que a lo mejor, luego, cuando terminemos…

Alzo la vista para encontrarse con sus ojos, ese esmeralda que aún seguía cautivándole como el primer día, y lo noto, había algo que no cuadraba con su habitual forma de ser. Ella no solía dar tantos rodeos para decir las cosas, era alguien más bien decidida y centrada a la hora de hablar, sabía muy bien lo que quería y no dudaba en obtenerlo. Entonces, ¿por qué ahora se veía dudativa y algo nerviosa? Era algo que para la rubia no tenía sentido.

La miro otra vez, siendo más asertiva esta vez... Y, allí estaba el porqué.

Le tomo totalmente por sorpresa ver algo en la imagen de la mayor que evidentemente no estaba allí antes. Era algo sutil, casi imperceptible para cualquier otra persona pero que de todas formas, para alguien como ella que conocía tan bien a la Vicepresidenta del Concejo Estudiantil, pudo notar casi al instante. Entonces, y casi por inercia, su cerebro comenzó a trabajar a velocidad luz para hacerse con el cambio, repasando cada detalle –¡hasta el más mínimo!−, pero no tuvo que esforzarse mucho antes de caer en cuenta de lo que era.

−Antes no llevabas labial en tus labios –aquellas palabras salieron casi sin que las pensara antes de hablar, mas, ya no había vuelta atrás.

−Me he… retocado un poco –musito algo incomoda tratando de disimular su nerviosismo−. ¿Te gusta?

La Presidenta del Concejo Estudiantil la miro pausadamente, no siendo consciente de lo que su acción ocasiono en su compañera, la cual ya mostraba un leve sonrojo en sus mejillas como consecuencia, lo que hiso que desviara la mirada haciéndola ver aún más hermosa de lo que ya se veía.

−… −Pero, ella no fue capaz de formular ni una sola frase concreta. No sabía que responder. ¿Sería acaso otra de las bromas de Nozomi?

Eli ya no podía negar que le gustaba Nozomi. Era eso, o que algo muy serio estaba pasándole para que fuera tan consciente de algo tan pequeño como un simple color en los labios de su compañera. Si, ya no había vuelta atrás para ella. Más, esa revelación la descoloco un poco. Habían entrado en juego los sentimientos de los que tanto había oído hablar y ya no se sentía tan inmune a ellos, y eso le asusto un poco. A decir verdad, no era del tipo que manejara muy bien los sentimientos en general y aun más tratándose de los propios, en sí, le costaba bastante ser honesta con estos lo que muchas veces le había ocasionado algunos problemas, así que lidiar con ellos era aún un poco problemático, y ahora encima, debía de averiguar la forma en la que esta inminente verdad no afectara su amistad. Lo último que quería era perder a su amiga por no saber controlar su sentir.

−S-Si, te queda bien –finalmente pudo hablar, aunque no fuera esa la respuesta que había pensado.

Y entonces, comenzó a ser más consciente de su compañera. La miro una vez más y pudo reconocer que Nozomi no solo tenía la mirada más enigmática que había visto en su vida, ella tenía los labios pequeños aunque muy bien definidos, la nariz apenas respingona y sus mejillas sonrojadas, y ese pintalabios… Ese pintalabios le quedaba tan bien que hacía que todo el conjunto se viera perfecto ante sus ojos. Esta, probablemente fuera la primera vez que la rubia la veía realmente, a la verdadera Nozomi, y eso, le encanto.

−Lo siento –volvió a suavizar la mirada y tras aclarar su garganta retomo la conversación anterior−, ¿decías?

−¿He?... Si, cierto –volviendo a la realidad, recordó lo que quería decir−. Que si te apetecía ir conmigo después de clases a conocer la nueva cafetería que acaba de abrir muy cerca de la estación.

−¡Oh! Así que era eso –y allí estaba, mordiéndose el labio inferior con adorable nerviosismo mientras decidía que hacer, y provocando sin proponérselo que su compañera se sonrojara aún más, aunque sin ser demasiado obvia− Elicchi, ¿estás bien? –o eso pensaba.

No podía permitirse aquello. Ella realmente necesitaba a Nozomi en su vida, la necesitaba como su amiga y confidente, y no sabría cómo tratarla con sentimientos de por medio, pero seguramente ya no podría quitarse esa imagen de la cabeza, y mucho menos podría ignorar ese repiqueteo insistente en su pecho que le recordaba a cada instante cuanto adoraba ver una sonrisa en el rostro de esta chica. Y ¿Qué haría sin Nozomi? Nada tendría sentido sin ella.

−S-Si, no pasa nada, solo… quizás hace un poco de calor aquí. Pero en fin, aceptas o no.

−Claro, me encantaría. Solo espero que sus postres sean tan deliciosos como los de la otra cafetería.

−He oído buenas críticas –volviendo a su tono habitual y ya más tranquila.

−Bien, entonces terminemos pronto aquí para poder irnos de una vez a nuestra cita –y justo antes de voltearse guiño un ojo solo para verse aún más coqueta, y recobrar la confianza que minutos atrás había olvidado.

De no haber estado sentada probablemente la rubia se hubiera caído tras escuchar aquellas palabras, o al menos hubiera pegado un grito, pero recordó que aún estaba en la escuela mantuvo la compostura. Mas, ella conocía muy bien a su amiga y sabia cuanto disfrutaba de hacerla avergonzar y que bajara la guardia, y es que, solo ella, solo Nozomi era capaz de derrumbar sus defensas y provocar un tsunami de emociones dentro suyo.

−¡Nozomi! No hagas ese tipo de bromas tan de repente.

−Lo siento, es que simplemente no lo pude evitar. Era una de esas oportunidades que no se pueden dejar pasar, y es que es tan fácil hacerte avergonzar Elicchi, sin contar con lo adorable que te ves con ese tierno sonrojo en tus mejillas.

−Contigo, definitivamente no se puede ¿verdad? –fingiendo una falsa molestia que no era más que simple vergüenza−. Bien, solo date prisa o de lo contrario me iré sola y no pienso volverte a invitar otra vez, incluso podría invitar a Nico ¿sabes?

−Sé que no lo harías, porque entonces me extrañarías muchísimo, y además, dudo que Nicocchi pida el parfait de menta que te gusta tanto casi como el de chocolate, y como que no eres capaz de elegir entre ambos, siempre pedimos uno cada una y luego compartimos. ¿O me equivoco?

−Bien, bien –aceptando resignada− tu ganas. Solo apresúrate.

−Ya, no te enojes. Además, dije que lo sentía ¿no?

−Si tan solo pudiera creerte esta vez, pero lamentablemente te conozco lo suficiente como para saber que esta no será la última vez. ¿O me equivoco?

−Entonces, quizás algún día si deberíamos de tener una cita de verdad, de ese modo ya no sería motivo de broma y asi podrías volver a confiar en mí. ¿No te parece Elicchi?

Probablemente solo se trataba de una más de sus bromas pero, aquellas palabras hicieron que en el interior de la rubia naciera algo totalmente nuevo: «la esperanza de un quizás», y esto hizo que su corazón comenzara a latir tan acelerado que le tomo un par de minutos calmarlo y reaccionar, y solo entonces fue capaz de volver a la realidad.

−¡Nozomiii! –Pero, ya era muy tarde, la mayor ya había emprendido la graciosa huida.

Y otra vez, ella volvió a caer en sus juegos como ya era costumbre −¿Alguna vez los papales se intercambiarían?−, mas, eso era lo de menos y es que la verdad es que Eli adoraba esos momentos que pasaba con ella. Cuando eran solo las dos y el mundo de afuera dejaba de existir… ese era su placer secreto y no lo cambiaría por nada.

−Al final, no pude preguntarle porque llevaba labial esta vez… Bueno, tampoco es como si eso me importara de todas formas…

«Lo cierto es que se veía demasiado hermosa con el, siendo tan casual, y no como en las presentaciones de µ's donde toda la imagen debe combinar» −recordó internamente por un momento el cómo se veía la culpable de sus suspiros, tan linda tan radiante y llena de vida, antes de seguirla.

Ahora solo debía de averiguar cómo hacer para dejar de pensar en labios… en los labios de Nozomi… labios rosados y apetecibles que no iban a sonreír cuando le tocara a ella tomar su venganza… Aunque probablemente, quizás podría encontrar la manera de que ambas disfrutaran por igual de aquel juego en el que dos, son mejor que uno.

FIN

Lo sé, hace una eternidad que no escribo y no tengo escusa, solo diré que tiempo tiene la culpa. En fin, fue algo que se me ocurrió tras leer otra historia en la que estoy trabajando −algo que verán pronto, por cierto−, así que simplemente lo plasme y este es el resultado. Solo espero que les haya gustado. Y ¿a quién no? Es un NozoEli, la mejor pareja de todo Love Live –lo siento, me deje llevar por mis impulsos de fangirl−. Dicho todo esto solo me queda despedirme y hasta la próxima. Bye.