Demon Child


Esta es sólo una probadita el último fic, porque lo prometido es deuda. Espero les agrade la idea, porque es la próxima que voy a estarles presentando.

Como siempre, los personajes de Slayers no me pertenecen ni me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Recuerden que cualquier duda, pregunta o comentario es bienvenido.

Este fic no contiene Shounen-ai, es un X/F, (como si no me gustaran). Tiene un poco de MS (Master&Slave) pero nada ofensivo ni humillante para ninguno de los personajes, así que no se asusten. Y como ya podrán ver, es sólo un "teaser", pero no se preocupen, no la voy a dejar colgando.

Gracias a todos los que enviaron sus comentarios para el último capítulo de la Ruu Miko: Shire, XIOMARA M., StarAriala (Fi-chan!), Sandy y por supuesto, a mi Peque BRANDON. Voy a escribirles el epílogo, pero ese sí se va a tardar un poco ehh, así que no lo esperen por un tiempito. Sin nada más que decir al momento, les dejo con la historia.


Prólogo


El pequeño acurrucado dentro de la cuna gimió levemente. Estaba cansado de llorar y la voz no le alcanzaba para más. Cualquiera que hubiera visto al pequeño podía ver que no era un niño apreciado. Sus padre no habían dejado de alimentarlo, ya fuera por pena o por compasión, pero le habían negado el cariño y el amor necesarios para calmar a la pequeña criatura.

Aparentaba tener cuatro o cinco meses, pero en realidad eran siete. Con todo, el semi olvido al cual lo habían sometido sus propios padres aún no tocaba su inocente mirada. Sin embargo, esa no era la razón de su continuo llanto.

El cuarto donde se encontraba parecía temblar de a ratos. A pesar de que el interior se hallaba bastante tranquilo, el exterior estaba bajo un intenso ataque. Las columnas de humo y fuego consumían grandes partes del paisaje junto con las casas y los habitantes de la ciudad. El grito de batalla que llenaba la atmosfera matutina se iba acercando lentamente al lugar donde descansaba el infante. Esa era en realidad la razón por la cual el pequeño lloraba incansablemente, estaba asustado.

Pasaron aproximadamente dos horas más hasta que el ruido de la batalla y los gritos de terror penetraron el exterior mismo de la habitación. El pequeño guardó silencio por instinto, pero cada ruido lo hacía estremecerse profundamente del miedo. Finalmente, la puerta que daba a la habitación fue abierta y a través de ella una silueta se aventuró.

Llevaba en sus manos una espada ensangrentada y sus pasos, breves pero firmes, se acercaron a la cuna. Los ojos dorados recorrieron el resto de la habitación por posibles enemigos, pero no halló ninguno. Atemorizado por el silencio, el pequeño comenzó a gemir nuevamente.

La figura terminó de acercarse a la cuna y se asomó con precaución. Un gesto de sorpresa se dibujó en las duras facciones al ver al pequeño, pero fue reemplazado rapidamente por una cruel sonrisa.

"Finalmente, el príncipe." Susurró dulcemente y levantó su espada sobre el cuerpo del pequeño. Al escuchar la voz, el infante dejó de gemir y abrió los ojos. Dos brillantes gemas púrpuras saludaron a la muerte que se aproximaba. Sin perder tiempo extendió sus manos hacia la figura en un vano intento de acercarse sin entender el peligro que eso suponía.

La figura dudó un momento antes de levantar un poco más la espada. Pero ante la muda súplica del pequeño su mente comenzó a dudar. Bajó la espada, aunque no la soltó del todo y acercó su rostro al infante.

Un rayo de luz matutina alcanzó la figura y reflejó el rostro de una mujer joven y hermosa, de crueles ojos dorados y cabellos plateados.

Se fijó detenidamente en el pequeño sin tocarlo. La piel del infante era muy rosada, contrastando profundamente con sus enormes ojos. Los cabellos del pequeño apenas se mostraban desafiando la gravedad, lo que le hizo pensar que debían ser muy lacios. Acercó una mano que el pequeño tomó enseguida satisfecho. Se percató que estaba muy débil.

La luz de la mañana iluminó con más fuerza, directamente sobre el rostro del pequeño y la mujer suprimió un grito de asombro.

"Ojos de demonio..." Musitó. El pequeño parpadeó y luego, sin razón aparente, le sonrió a la mujer.


TBC...
Como siempre, dudas, preguntas, críticas o comentarios, no hay problema. Gracias por leer hasta aquí, besos y se cuidan todos. Ja ne!