Este es mi primer fanfic, comienza tras el 5º libro, por lo tanto si no te lo has leído no leas el fic. Espero que os guste, y dejarme reviews.

CAPITULO I: UN VERANO DIFERENTE

Mitades de Julio, un joven de casi 16 años con una curiosa cicatriz en forma de rayo señalada en la frente, estaba tumbado en la cama de la habitación que ocupaba en el número 4 de Privet Drive, pensaba en todos sus amigos y conocidos de su mundo. Y es que Harry no era como los demás jóvenes, el era un mago.

Mientras miraba al techo trataba de no recordar lo sucedido el pasado mes de Junio, pues había sido engañado por su mortal enemigo Lord Voldemort, y esté le mostró como torturaba a su padrino Sirius, en el Departamento de Misterios, del Ministerio de Magia. Sin dudarlo ni un momento Harry y sus amigos se dirigieron al Ministerio para salvar a Sirius, sin embargo todo era mentira, Harry y compañía encontró una profecía con el nombre de este y tras obtenerla aparecieron los Mortífagos, que pretendían conseguir la profecía para el Señor Tenebroso. La batalla contra los Mortífagos provoco heridos, y cuando Harry estaba decidido a entregar la profecía, mientras veía como Bellatrix Lestrange torturaba a su amigo Neville. En ese momento entraron algunos de los miembros de la Orden del Fénix, incluido su padrino, en mitad de la batalla en la Cámara de la Muerte, Harry vio como Bellatrix Lestrange acertaba con un encantamiento aturdidor a su padrino en pleno pecho y lo despedía unos metros hacia atrás, Sirius atravesó el pórtico con velo que estaba situado en mitad de la sala y se desvaneció. Harry desesperado salio corriendo detrás de Bellatrix con intención de matarla, la alcanzo en el vestíbulo del ministerio. La lucha ducho poco, puesto que entonces fue cuando hizo su aparición Lord Voldemort. Cuando se disponía a matar a Harry, izo su entrada en escena Albus Dumbledore, el único al que Lord Voldemort había temido. La batalla fue increíble y veloz, cuando Harry creía que Voldemort había huido, comenzó a sentir como lo estaba poseyendo una fuerza llena de ira, que imploraba a Dumbledore lo matase, Harry también deseaba morir para reencontrarse con su padrino, sin embargo el sentimiento que surgió en él en ese momento expulso a Voldemort de su cuerpo, que huyo junto a Bellatrix.

Cada vez que recordaba todo lo sucedido no podía dejar de sentirse culpable de la muerte de su padrino, ya que sino se hubiese dejado engañar el todavía seguiría vivo. Pero eso no era todo lo que preocupaba a Harry, después de la batalla, Dumbledore lo envió a su despacho por medio de un traslador, y allí le revelo todo sobre la procedencia de su cicatriz y el contenido de la profecía que le atañía a el y a Voldemort. Esta fue formulada hace 16 años por la entonces aspirante a profesora de Adivinación Sybill Trelawney, ante Albus Dumbledore, pero un seguidor de Voldemort escucho el principio de esta. Harry todavía podía recordar exactamente lo que decía la profecía ya que había soñado con ella muchas veces durante ese verano. Se incorporo en la cama y susurro:

- El único con el poder para derrotar al Señor Oscuro se acerca... nacido de aquellos que lo han desafiado en tres ocasiones, nacido cuando el séptimo mes muere.... y el Señor Oscuro lo marcará como a su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Oscuro desconoce...... y alguno deberá morir a manos del otro puesto que ninguno puede vivir mientras el otro sobreviva.... el único con el poder de vencer al Señor Oscuro nacerá cuando el séptimo mes muere........... - Cada vez que Harry recordaba estas palabras, se acababa preguntando si seria capaz de contárselo a sus amigos algún día, sin embargo de momento no tenia por que preocuparse de ese tema ya que no podría contarse por carta, por que podía ser peligroso, alguien podría interceptarla. Si iba a contárselo debería hacerlo cara a cara, pero no todavía, aun no estaba preparado.

Se levanto de la cama y se dirigió a la puerta de su habitación, bajo lentamente los escalones, y fue camino a la cocina, ya era la hora de comer. Cuando entro en la cocina vio que su tio Vernon, su tia Petunia y su primo Dudley, estaban sentados comiendo, ni siquiera se inmutaron cuando Harry se sentó en a la mesa y empezó a comer. La indiferencia de sus tíos era mejor que la acostumbrada, mala gana que ponían cuando intentaban entablar una conversación. Desde que algunos miembros de la Orden del Fénix amenazaron a tio Vernon, para que no maltratara a Harry, su tío y su familia se habían comportado de manera muy diferente de cómo lo habían tratado hasta entonces. Ahora tenía libertad para escribir a sus amigos y a utilizar el teléfono. Pero lo mejor era que desde que el verano anterior los dos dementores les atacaron a él y a su primo, este ya no le molestaba, y siempre que se cruzaba con el por la calle huía. Pero a Harry seguía intrigándole lo que hubiese oído Dudley cuando se le acercaron los dementores, sin embargo en todo lo que llevaban de verano no había estado ni una sola vez a solas con él.

Después de comer, salio a la calle a dar un paseo por Little Whinging, el día era soleado y la sequía era cada vez más aguda. Las calles estaban prácticamente desiertas, se notaba que muchos vecinos se habían marchado de vacaciones, seguramente estarían disfrutando en alguna zona turística, con playas y calas. A Harry le corroía la envidia cada vez que pensaba en que algunas personas tenían vacaciones de verdad y no como él, condenado a pasar el verano en casa de sus insoportables tíos. También pensaba en sus amigos, los cuales se lo estarían pasando estupendamente, Ron estaba en la Madriguera con sus hermanos y padres, y eso significaba que se lo estaba pasando en grande, desgnomizando el jardín, jugando a Quidditch con sus hermanos y comiendo los festines que preparaba la Sra. Weasley. Por otro lado Hermione estaba visitando Escocia con sus padres, las cartas que le enviaba siempre describían el hermoso paisaje de las Tierras Altas. Pero le consolaba pensar que dentro de unas semanas se reuniría con ellos en Grimmauld Place, aunque no le apetecía regresar a la casa de su difunto padrino, donde tantos recuerdos de el llegarían a su mente. Sin darse cuenta el paseo le había llegado hasta el lugar en que los dementores les habían atacado, una sonrisa se dibujo en su cara al recordar lo bien que había manejado la situación. Ya era casi la hora de la cena y decidió regresar. La cena sucedió tal y como llevaba sucediendo desde que había vuelto del colegio. Sin comentarios hacia Harry y sin ni siquiera una referencia a que se encontraba sentado al lado de los Dursley. Cuando termino de cenar subió a su habitación, y para su sorpresa alguien toco la puerta.

- ¿Pu-puedo pasar? - pregunto una voz detrás de la puerta de la habitación de Harry - Necesito hablar contigo - insistió la voz de detrás de la puerta, Harry se dio cuenta de que era Dudley, le había huido todo el tiempo que Harry llevaba en casa de los Dursley.

- Si, pasa - respondió Harry con incredulidad. Miraba la puerta mientras abría, Dudley cerro la puerta tras de si y se quedo parado al lado del escritorio.

- Veras, yo quería hablar contigo sobre lo que paso el año pasado - dijo Dudley con claro nerviosismo.

- Adelante, ¿Qué es lo que quieres saber? - pregunto Harry.

- Quería, saber mas sobre esas... criaturas - seguía hablando Dudley con nerviosismo - Cuando esa... cosa se acerco a mi oí... - y se detuvo como si le costase un esfuerzo sobrehumano decir lo que había escuchado.

- ¿Que es lo que escuchaste, Dudley? - lo apremio Harry.

- Escuche los gritos de mama, cuando me comí ese caramelo que me izo crecer la lengua - respiro profundamente - creí que me ahogaba - volvió a respirar.

- ¿Y? - volvió a apremiarlo Harry.

- También - miro a Harry - cuando mama me dijo que si hacia bien el régimen dejaría de darme de comer, y que me echaría de casa - la cara de Dudley reflejaba verdadero terror.

- Bueno los dementores, hacen que recordemos los peores momento de nuestra vida, te roban toda la felicidad y parece que nunca mas volverás a ser feliz - dijo Harry en tono tranquilizador - pero es solo un espejismo, cuando se alejan vuelves a recuperar la alegría de vivir.

- Tambien, queria saber - se corto Dudley, que estaba dejando de estar tan nervioso - bueno, ¿Cómo puedo combatirlos si me vuelven a atacar?

- No creo que puedas hacer nada - dijo Harry atonito por lo que acababa de escuchar - además no se por que los vistes, debió ser por que estabas conmigo, los muggles no pueden verlos, solo pierden la alegría - sentencio Harry.

- ¿Entonces que puedo hacer? - inquirió Dudley.

- Ya te lo he dicho, no puedes hacer nada, solo un patronus corpóreo puede con ellos - dijo Harry con desesperación.

- Bueno entonces me voy a mi habitación - sentencio Dudley, y se marcho hacia la puerta, pero cuando estaba agarrando el picaporte dijo - Gracias, por salvarme la vida - y dicho esto desapareció tras la puerta.

Harry estaba estupefacto, su primo le había dado las gracias, cosa que jamás habría imaginado.

A la mañana siguiente Harry se despertó temprano para recoger El Profeta, tenia que estar enterado de las noticias de su mundo, las noticias no eran nada alentadoras. Cada día desde que regreso a Privet Drive, las noticias traían desapariciones misteriosas, y hace unos dias por primera vez desde que Voldemort regreso se produjo un asesinato y se vio la marca Tenebrosa, lo que según Harry debía de significar que Voldemort había decidido que la guerra volvía a comenzar, en otras noticias se hacia referencia a los registros que llevaba a cabo el ministerio, contra antiguos Mortífagos declarados inocentes, sin sorprenderse demasiado Harry comprobó que la mayoría habían sido encerrados en Azkaban, la prisión de los magos. Aunque ya no había dementores, en Azkaban, esta seguía teniendo una pinta terrorífica.

Según avanzaba el mes, Harry se desesperaba cada vez más, sin embargo no se sentía tan aislado del mundo mágico con el año anterior, este año recibía cartas de sus amigos y también recibía asiduamente correspondencia de admiradores y de gente que lo apoyaba, pero sin duda alguna lo que mas lo animaba era que las cartas de sus amigos, esta vez si contaban cosas. En una ocasión Ron le escribió:

Querido Harry:

¿Qué tal estas? Yo me lo estoy pasando estupendamente, aquí en la madriguera, espero que puedas venir pronto, así podremos practicar Quidditch para la temporada que viene, gracias a la ayuda de Bill y Charlie estoy mejorando mucho. Ginny y yo nos estamos entrenando a fondo, para que cuando comience la temporada juguemos mejor que el año pasado.

Ya te has enterado de lo que dice El Profeta, el otro día mataron a un funcionario del ministerio, mi padre me dijo que lo conocía y que era un buen hombre, además esta lo de la marca Tenebrosa, ahora si que han declarado la guerra abiertamente. Espero que la Orden o el Ministerio de con-quien-ya-sabes y que acaben con el.

Con cariño,

Ron

P.D. Un beso de parte de todos.

Mientras se vestía para bajar a desayunar, una lechuza muy grande de color marrón entro por la ventana y se poso en el escritorio al lado de la jaula de Hedwig, que estaba vacía dado que Harry le había enviado una carta a Hermione. Harry se fijo en que la lechuza llevaba atada a la pata derecha una carta de color morado donde se podía distinguir unas letras muy floridas de color plata. Harry se acerco y desato la carta de la pata del animal, en cuanto lo izo este salio volando por la venta. Harry se quedo mirando la carta un momento, abrió el sobre y comenzó a leer la carta mientras bajaba a desayunar.

Estimado Sr. Potter:

Me complace comunicarle los resultados de sus exámenes TIMOS:

Encantamientos - "Supera las Expectativas"

Transformaciones - "Supera las Expectativas"

Herbólogia - "Supera las Expectativas"

Defensa Contra las Artes Oscuras - "Extraordinario"

Pociones - "Extraordinario"

Cuidado de Criaturas Mágicas - "Supera las Expectativas"

Adivinación - "Insatisfactorio"

Astronomía - "Aceptable"

Historia de la Magia - "Insatisfactorio"

Atentamente,

Profesora Griselda Marchbanks

Jefa del Tribunal de Exámenes Mágicos

Harry no daba crédito a lo que acababa de leer, acababa de recibir las notas de los TIMOS, y lo que era mejor, había conseguido todos los TIMOS necesarios para cursar su carrera de Auror, la emoción le embargaba tanto que no se había dado cuenta de que ya estaba en la cocina delante de sus tíos y su primo que lo miraban como si estuviese loco.

- ¿Qué es eso que tienes en las manos? - pregunto tío Vernon, con cara de malas pulgas.

- Son las notas de mis exámenes - respondió Harry sin levantar la vista de la carta.

- ¿Es que acaso tenéis exámenes en ese colegio de raros? - dijo tío Vernon en tono de mofa.

- Pues, si - dijo Harry levantando la cabeza y mirando directamente a tío Vernon, a modo de desafió.

- ¿Y se puede saber para que sirven esos exámenes? - siguió tío Vernon, con el mismo tono de voz.

- Para decidir que voy a estudiar en el futuro y que carrera haré cuando acabe en Hog... el colegio - rectifico Harry justo a tiempo, de que a tío Vernon se le empezase a poner la cara como un tomate.

- Supongo que serán malas noticias - dijo tío Vernon con la malicia, recalcada en cada una de las palabras.

- Pues no, son estupendas - dijo Harry con una amplia sonrisa en la cara - me permitirán estudiar la carrera que deseo.

- ¿Carrera? ¡JA! ¿Y que se supone que vas a estudiar tú? - pregunto tío Vernon enfurruñado, mientras tía Petunia se le estiraban las facciones de cara y estiraba el cuello para vigilar las ventanas, como si les estuviesen escuchando.

- Pues la de Auror - dijo Harry sintiéndose orgulloso y a la vez muy extrañado por la pregunta. Cada vez estaba más sorprendido sobre el cambio de sus tíos, pues estaban interesándose por el, cosa muy extraña.

- ¿Y se puede saber que es eso? - pregunto Dudley con curiosidad, tío Vernon y tía Petunia miraron a su hijo alarmados, por la repentina curiosidad de su niñito, como lo llamaba su madre.

- Un Auror, es una especie de "Policía", es un cazador de magos tenebrosos - dijo Harry inflándose de orgullo.

- ¡¡Te he dicho infinidad de veces que no digas esa palabra en esta casa!! - grito tío Vernon, al que se le estaba empezando a hinchar la vena de la frente.

- Lo siento - dijo rápidamente Harry, aunque no pudo apaliar la ira de su tío.

La conversación se acabo de forma tan repentina como había comenzado. Harry se guardo la carta en el bolsillo posterior de sus jeans, se sentó a la mesa y empezó a desayunar sin poder borrar de su cara la inmensa sonrisa dibujada en ella. Tras esa noticia nada le arrebataría la felicidad.

Cuando termino de desayunar subió directo a su habitación, para escribir una carta a sus amigos informándoles de sus notas. Cuando acabo de escribir las cartas se dio cuenta de que no tenia forma de enviarlas, ya que Hedwig todavía no había regresado. Se dirigió a la ventana para observar el cielo por si veía regresar a su lechuza, pero en cuanto estuvo al pie de esta, un bulto de color marrón oscuro entro por la ventana y lo tiro al suelo.

- ¡Pero que demonios, a sido eso! - dijo Harry cabreado, se levanto y se fijo en la imponente lechuza que descansaba sobre su escritorio - ¡Vaya otra carta! - se sobresalto - ¿De quien será?

Se dirigió al escritorio, desato la carta que tenia la lechuza en el pata, le ofreció un cuenco con agua y unas chuchearías lechuciles a la lechuza que ululo en modo de agradecimiento. Abrió la carta con ansias y curiosidad. Le sonaba la letra, fina y con florituras, de color verde escarlata. Era de Albus Dumbledore, el Director del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Extendió la carta en el escritorio y comenzó a leer.

Querido Harry:

Te escribo estas líneas para pedirte un favor. Como sabrás todos los años hemos tenido que buscar nuevo profesor para la asignatura, Defensa Contra las Artes Oscuras. Este año no nos esta yendo mejor que los anteriores, sin embargo eh decido impartir yo mismo la asignatura. Pero lamento decir que debido a mis deberes como director y como miembro de la Orden del Fénix, no puedo dar por completo la asignatura. Solo podré impartir los cursos de EXTASIS, o sea 6º y 7º.

¿Te preguntaras por que te escribo todo esto? Pues la respuesta es sencilla. Como ya demostraste el año pasado con el "Ejercito de Dumbledore", tu conocimiento de esta asignatura es muy superior a lo esperado. Te propongo que des la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.

- ¡NO PUEDE SER!, ¡NO PUEDE DECIRLO EN SERIO! - dijo Harry tan conmocionado que tardo un par de minutos en reaccionar - ¡PERO SI SOY UN ALUMNO! - tras recuperarse de la impresión siguió leyendo la carta.

Me imagino que estarás muy sorprendido, y te preguntaras como es posible que te pida esto si todavía eres un alumno del colegio. He pedido un permiso especial al "Tribunal de Exámenes Mágicos" y al Ministro de Magia, al principio pusieron algunas pegas, sin embargo el Profesor Tofty del "Tribunal de Exámenes Mágicos", te apoyo diciendo que estaba sobradamente preparado para afrontar el reto, así que convenció al "Tribunal de Exámenes Mágicos", el Ministro de Magia fue mas difícil de convencer pero tras hablar con algunos consejeros y con el Profesor Tofty, este transigió, siempre y cuando yo te supervisase.

- ¿Que voy a hacer? - se pregunto Harry muy inseguro - El director me ha ayudado en muchas ocasiones y además ha confiado en mi, y tambien tengo el apoyo del Tribunal de Exámenes Mágicos y del Ministerio de Magia - Harry seguía con un gran dilema y no tenia a nadie con quien comentar lo sucedido - ¡La señora Figg! - se dijo en un sobresalto, se acababa de dar cuenta de que su vecina era una squib y que podría al menos comentarlo con ella - Luego iré a visitarla - se dijo y continuo leyendo la extensa carta.

Tambien tenia que comunicarte, nuestra intención de ir a buscarte el día 29 de Julio a las 5 en punto de la tarde.

Espero tu respuesta pronto, ya que si no aceptas tendré que seguir buscando a otro profesor. Si puedes envíamela con la lechuza que te ha llevado mi carta.

Atentamente,

Albus Dumbledore

Director

Harry miraba la carta con emoción contenida. La guardo cuidadosamente la carta en el baúl a los pies de la cama y se dirigió rápidamente a casa de la Sra. Figg. Fue corriendo hasta la puerta de su vecina, desde la que escuchaba los maullidos de sus numerosos gatos. Toco el timbre, tras unos segundos la puerta se abrió.

- Buenas tardes, Sra. Figg - dijo Harry con impaciencia.

- ¡Oh!, buenas tardes Harry - respondió esta.

- ¿Podría hablar con usted un momento? - pregunto Harry - Necesito hablar con alguien, para poder tomar una decisión importante - se justifico este.

- Claro, claro pasa - respondió amablemente la anciana.

Harry entro en la sombría casa y se dirigió a la sala en la que tantas tardes de verano había pasado, cuando sus tíos se marchaban sin el, y lo dejaban al cuidado de su vecina.

- Siéntate, querido - lo invito la Sra. Figg. Harry se sentó en el sofá haciéndose un hueco entre dos de los gatos de la Sra. Figg. - ¿En que puedo ayudarte, querido? - pregunto la Sra. Figg con amabilidad.

Harry le contó lo que le había escrito Dumbledore en la carta, y mientras relataba lo que este le pedía ella lo miraba con asombro y de vez en cuando asentía o decía cosas como "Caray" o "Anda". Cuando hubo terminado el relato este se quedo esperando algún tipo de respuesta de la Sra. Figg. Que tras reponerse de lo acontecido dijo:

- Estoy muy sorprendida con lo que me has contado, querido, pero creo que deberías aceptar la oferta de Dumbledore - Harry se sorprendió de la contundencia de la respuesta de su anciana vecina - Yo confió plenamente en la opinión del Director, es un gran hombre y si te ha elegido para que impartas clases en su colegio es por que confía en ti para esta tarea tan importante.

- Pero soy un Alumno - replico Harry.

- Como tu mismo me has dicho, el Director, El Tribunal de Exámenes Mágicos y el Ministerio de Magia opinan que esta muy por encima de lo esperado. Eso debería bastarte para darte cuenta de que puedes hacerlo, aunque seas un Alumno - Sentencio la Sra. Figg.

- Muy bien, si usted tambien cree que debería aceptar, tendré que hacerlo, pero si no me va bien, lo dejo - dijo Harry con cabezonería.

- Estoy segura de que lo harás muy bien - replico felizmente la anciana.

Tras su conversación son la Sra. Figg, Harry regreso a su habitación para escribir la respuesta al Director, comunicándole que aceptaba su propuesta, pero indicándole sus inquietudes.