Bueno, primero que nada quiero dar mgracias a las personas que leyeron el capitulo seis y me dejaron un review.. Espero que disculpen la demora..Oo y ya stoy trabajando en el proximo..

Capitulo 7: Alianzas

Tomó un poco de valor y se encaminó hacia donde sabia, se encontraba ella; flaquearon por un momento sus piernas al intentar de manera brusca acelerar el paso. Un vuelco de ciento ochenta grados dio su corazón cuando lo vio, allí en las escaleras del lugar, del sagrado recinto del creador del duelo, se encontraba ella junto con el campeón fundidos en un beso que le había derribado el mundo. Se hizo a un lado mientras ella bajaba y – como cosa rara- no lo veía. Siempre era así, por más que le mostrase lo que sintiese ella nunca le prestaba atención.

Ahora en la cena veía cuidadosamente los movimientos de la pediatra, quien, animadamente, conversaba con el empresario. Se dio cuenta que alguien se acercaba a él y para su sorpresa fue el próximo a casarse; intentó mostrar una sonrisa pero le fue imposible por lo que al darse cuenta de esto el hombre le preguntó.

-Ichiro te vez muy mal... ¿qué te pasa?- tomando asiento al lado del pelirrojo

-Nada...- intentó disimular, cosa que no le funcionó.

-Hagamos algo, cuando quieras decirme búscame...por favor amigo- poniendo su mano en el hombre de su compañero y sonriendo

-Trato echo...-

-Y no hay objeciones...- este último comentario logró sacarle una sonrisa al entristecido abogado.

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El amanecer no se hizo esperar, se despertó como era de costumbre, con flojera, vio a un lado y luego a otro con la esperanza de que alguien lo estuviera esperando. Se recostó de nuevo en la cama y empezó a repasar ciertos aspectos; la chica de sus sueños Serenity Wheeler estaba ahora con el ladrón, él había sido más astuto que él. Se acercó al espejo y vio a un demacrado Tristan, no lo gustó para nada aquella escena tan patética. Ojeras, despeinado...casi hasta se juraba que se parecía a un mendigo, es más, sonrió para sí, un mendigo luciría mejor que él en estos momentos. Fue al lavado donde se acomodó o por lo menos eso intentó.

Cual fue su sorpresa que al entrar al comedor solo había una persona y ese individuo era ella. Intentó calmarse y respirar hondo, después salió como si nada, habló un poco con ella, cosas sin sentido pero igual por dentro de sentía vació.

-Es bueno saber que pronto estarán casados- sonrió dulcemente la chica de ojos verde aceituna.

-Si...claro- le contestó viendo su comida

-¿Te pasa algo?. Tristán, desde que llegamos no te he visto sonreír- preocupada- No pareces tu mismo.

-Tranquila, es sólo que el trabajo me persigue hasta en la sopa- mostrando una sonrisa hueca

-Si tu lo dices- tomando un poco de café- No te olvides que soy tu amiga, cuando quieras decirme algo, por favor, no lo dudes.-

-Claro...lo haré...- hundiéndose de nuevo en el ambiente.

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Vaciló un poco al abrir sus ojos, la luz entraba tenuemente por el hermoso ventanal al otro extremo de la habitación, las sábanas ambarinas sólo cubrían un poco de su cuerpo...examinó el cuarto con sumo detenimiento, buscando la manera de que nada se le pasase por alto a su vista de halcón. Terminó. Ya todo está guardado en una carpeta especial en uno de los tantos estantes en los que está compuesto su memoria de biblioteca. Volteó y vio la razón por la cual se tomaba todas esas molestias. Todavía se encontraba dormida, sus cabellos castaños estaban esparcidos por toda la almohada y su boca se encontraba entreabierta, llevaba puesta su camisa...la misma que hacia unas horas atrás le había quitado...

Sintió unas manos suaves moverse debajo de la sábana y poco a poco acariciar su piel, por último se posó en su vientre dando pequeños masajes circulares. Una escalofrío recorrió su cuerpo. Intentó asimilar lo que durante la noche había ocurrido. Se volteó lentamente y se encontró cara a cara con el hombre al cual amaba. ¿Amaba?. Esa palabra decía mucho. ¿Acaso es posible que dos personas se conozcan tan poco y a la vez tanto?. Lo que durante las últimas horas ocurrió entre ellos, había resultado ser algo maravillo y excitante para ella y todavía su mente trabajaba en aceptarlo todo. Llevó su mano derecha al rostro de ese hombre y suavemente lo acarició.

-Buenos días...- le dijo mientras recibía esa tierna caricia.

-Buenos días...- acercando sus dedos a los labios que en esos momentos deseaba besar.

Como si leyera su mente, se acercó a ella y la besó. Sencillo pero significativo. Pasó sus manos alrededor de su cuello y lo intentó acercar más a ella. Quería besarlo un rato más. Poco a poco fue haciendo que sus deseos se cumplieran, no se cansaba de sentir el sabor de esa boca que la había embriagado desde la primera probada. Su espalda se levantó un poco para dejar pasar las manos de él por debajo de la camisa que la cubría. Nunca existió un licor como él. No quería separarse aunque fuese un instante de ese cuerpo...

Pero como todo ser vivo, el aire se hizo escaso, y la necesidad de llenar los pulmones de oxigeno los obligó a separarse. Se vieron un rato y luego se sonrieron. De repente, el joven de cabellos tricolor juntó su frente con la de la chica. Le sonrió un rato.

-¿Cómo amaneciste?-

-Pues...pase mala noche- poniendo cara de molestia-

-Según recuerdo anoche no dijiste lo mismo- viendo con triunfo el sonrojo eminente de su compañera.-

-No es justo...- dándole un beso rápido-

-¿Qué no es justo?- preguntó interesando.

-Que no me puedo molestar contigo...- sonriéndole.

-Y eso es un punto a mi favor...- dándole un suave beso, para luego pararse.

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Caminó un poco por el hermoso jardín, hacía ya unos dos días cuando mucho, desde que todos llegaron al lugar donde empezó todo. Vamos a ver...desde que vio al rubio se interesó en él, fue algo magnético, casi mágico. Sus ojos vivaces y su temperamento jovial y alegre, mezclado con despreocupación y un toque de dejadez, la habían dejado atontada. Después de eso lo demás, está de más. Cada día se iba enamorando más y más del joven al que- continuamente- emparejaban con un perro. Aunque a su parecer un perro encantador.

Siguió su camino a paso lento, no eran ni las nueve de la mañana y ella ya estaba de pie. Vaya que necesitaba pensar. Tomó un poco de aire y lo dejó salir en forma de suspiro.

-Tal parece que más enamorada no puedo estar de ti...- sentándose en una banca que había encontrado en su camino. Posó sus codos en las rodillas y soltó otro lastimero suspiro.

-¿De quién Mai?- preguntó una voz llena de alegría y jovialidad.

La mujer de ojos violáceos se volteó fugazmente y se halló con la mirada dorada del rubio del lugar. Joey Wheeler era más que todo conocido por ser, inconfundiblemente, la sombra de lo que una vez fue, el Rey de los Duelos. Pero para ella, fue más. Mucho más. Un amor secreto. Un sentimiento guardado en los confines de su corazón, dispuestos a no volver, pero como todo, caprichosos a hacer que su dueña cayera.

Y lo consiguieron.

Se sintió extrañamente nerviosa y ansiosa, mientras que el chico la observaba detenidamente. Él sonrió. Y le dio una palmada en el hombro, para luego sentar a su lado. Se quedó largo rato viendo el follaje verdoso y los pájaros revoloteando. Vio por el rabillo del ojo a su compañera y una sonrisa volvió a surcar sus labios.

-Mai, se puede saber- encarándola- ¿Qué haces aquí tan temprano?-

-Necesitaba pensar un poco- suspirando y volviendo su mirada al frente. No era capaz de ver esos dorados ojos fijarse en ella. No lo aguantaría.

-Ya veo..- haciendo lo mismo que ella- Si mal no recuerdo, hace unos minutos mencionaste algo de que te habías enamorado de alguien. Verás. Va a parecer algo sumamente entrometido de mi parte, pero es que simplemente no aguanto la curiosidad...¿quién es?-

-¿Quién es quién?- haciéndose la que no parte un plato.

-¡Mai!- poniéndose de pie y acorralando a la chica en el banco. Ella por su parte, vio a los lados los brazos del rubio, en pocas palabras no podía salir de esa. Se maldijo un par de veces, es decir, era mayor que él pero de igual manera, cuando el rubio se ponía serio..¡Serio se quedaba¡Y vaya que le gustada verle con ese semblante!

-No se de qué me estás hablando...- cerrando los ojos y cruzándose los brazos, en señal de rebeldía.

-¡Vamos sabes a que me refiero!- acercándose más a ella. - ¡No más dime y ya!

-Anda Joey no seas majadero y déjame salir...- abriendo los ojos y poniendo cara de susto. Por andar con malcriadeces no se había dado cuenta de la cercanía de rubio. Ni de sus labios.

-No...-

-¿Cómo?- algo confundida

-De aquí no te vas hasta que me digas quién es esa persona- fue entonces cuando, uniendo todo su valor y fuerza de voluntad, levantó la vista dispuesta a encararlo.

Latía a mil por hora.

"Tuc, tuc, tuc..." a gran velocidad.

¿Saldría de su pecho?. No lo creía.

Quédate tranquilo- pensó, poniéndose la mano en su pecho- Corazón...vamos late normal... – suplicó la mujer de ojos violáceos

-Joey...por qué lo quieres saber...- continuando la plática. Pues, sinceramente, no le quedaba de otra.

-Por que me interesa...- acercándose más a ella. Cinco o menos, eran los centímetros que alejaban sus labios.

-Joey...-

La distancia se hizo nula. Los labios del rubio presionaban los de ella.

Fue entonces cuando sintió su corazón.

No el suyo, sino el del chico frente a sí.

Sonrió un poco. Y se dejó llevar por el embriagador sabor del cachorro.

-¡Rebecca!- gritó alguien en pleno desayuno. La voz provenía de la castaña de ojos verdosos.

-¿Qué?- dándosela de inocente- Sólo quería saber por que dormiste en tu cuarto anoche. Es acaso un pecado querer saber de los amigos, uno nunca sabe, este mundo está lleno de cosas peligrosas...- mirando al hombre al lado de su amiga-

-Ya cálmate...- le dijo el hombre de los ojos violáceos a la mujer a su lado. No podía poner en duda que la situación le daba risa, pero si lo demostraba recibiría un gran golpe por parte de ella. Y lo menos que deseaba era una guerra.- Mejor come, después de todo, te queda todo el día para hablar con Rebecca...¿no?

-Claro, lo dices por que a ti no te dijeron nada- viéndolo amenazadoramente-

-No lo digo por eso- mostrándose calmado y gustoso con la escena

-¡Buenos días!- saludó el pelirrojo entrando a la habitación.

-Buenos días- saludaron todo al mismo tiempo.

El chico tomó asiento frente a la joven de cabellos azabache. La miró un rato y le hizo señas de saber que era lo que estaba pasando. Ella sólo suspiró y lo vió con tristeza.

-Chicos me tengo que ir, Pegasus, Seto y yo, vamos a arreglar unas cosas para que esto sea de lo más memorable

-Ya lo es...- dijo divertido el hermano del chico.

-Yugi...- mirándolo feo- Se puede saber a qué te refieres...-

-Ya sabes...- viendo a la mujer de ojos verdes..-

-Como sea me tengo que ir...- antes de empezar a caminar, sintió una mirada suplicante. Se volteó a su derecha y vio a la mujer un rato. Le sonrió y se acercó a ella. Le dio un suave beso y se marchó ante la mirada atónita de todo y la sonrisa cómplice de la chica.

-¡Ahora me explicas todo eso!- gritó la próxima a contraer nupcias.

Se separaron cuando el aire se les hizo escaso.

Cada uno respiraba agitadamente. Esquivaban las miradas del otro, pues aún buscaban una explicación de todo. La mujer de cabellos dorados observaba a su acompañante, quien después de un rato la encaró y le sonrió. Sintió como la sangre se agolpaba en su rostro, por lo que con gran velocidad volteó a otro lado. Como era posible que pasase todo eso, es decir, hace poco, y me refiero a unos cuantos días, la relación entre ambos era de lo más normal. Cambió. Si, todo cambió y gracias a su caprichoso corazón.

Por otra parte él todavía no sabía la razón por la cual la había besado. El haberla escuchado decir que estaba enamorada, hizo que su sangre hirviera, quién rayos era ese. Juró a sí mismo, que si se topaba de frente con el susodicho lo dejaría postrado en la cama de un hospital, gracias- claro está- a la golpiza que le daría. Varon. Ahora que se acordaba de él, maldición, posiblemente, era él quién poseía el corazón de su adorada.

-Mai...disculpa el beso..es sólo qué...- no pudo terminar de articular su excusa debido a que fue victima de los labios de su compañera.

Pasó muy poco, antes de que ambos

-¿Qué fue eso?- preguntó el rubio entrecortadamente.

-Sólo fue una respuesta- sonriéndole seductoramente, mientras que pasaba sus brazos tras la cabeza de Wheeler.

-Oye Mai...jejejejeje- riendo nerviosamente- No entiendo muy bien...

-Tan despistado como siempre Joey...- sonriendo ante el nerviosismo del chico- Es por eso que tanto me gustas...-

-¿Cómo?...- sintió, por un momento, cómo su corazón salía de su cuerpo. Sonrió y la besó.

"Al menos no fue otro...creo que podría acostumbrarme a esto"- pensó, para entonces enfocarse en lo que estaba haciendo.

Minutos o segundos.

¿Quién sabe?. Ninguno de los dos se dio a la tarea de mirar el reloj, pues, disfrutaban de aquel momento tan bello y esperado.

Estaban reunidos varios hombres. Todos Ellos discutían, lo que sería, la ceremonia nupcial. El hermano mayor del "novio", estaba con la idea de que la boda se hiciera mirando al mar, mientras que el CEO insistía en que era mucho mejor uno de los jardines. Antes de que la discusión se volviera una pelea a puños y dientes, el hombre de cabello gris y traje rojo actuó. Interrumpió cortésmente la conversación y dio su opinión.

-¿No es mejor preguntarle al novio?-

-Pues...ahora que lo pienso, tal vez sea lo mejor, a fin y al cabo es él quien se va a casar, no tú- dijo el castaño mirando con reproche al hermano del chico.

-Ya calla ¿quieres?. –

-Cuando sea tu boda, arreglas todo. No me metas, por que ni de loco pienso ayudar- contrarrestó el empresario de ojos azules.

-¡Cuando me case, invitó a Mokuba, a Kisara y a tu hijo!- hizo una pausa- ¡Pero a ti jamás!

-¡JA!. ¡ME HACES UN GRAN FAVOR!. ¡NI QUE QUISIERA ASISTIR!-

-¡AL MENOS VOY A CONTAR CON QUE NADIE ME ARRUINE EL MOMENTO!- continuó el hombre de cabello tricolor.

Cuando Seto se preparaba para gritar, Pegasus interrumpió bruscamente, dando por terminada la reunión. Ambos salieron disgustados, cosa que no se le hizo extraño a los presentes.

La mujer estaba en el salón junto con el hermano menor de su esposo. Ambos enfrascados en un libro. Fue entonces, cuando el chico de cabellos alborotados alzó la vista y la miró un rato. No había duda, para él, que Kisara era la mujer perfecta para su consanguíneo, pues, quién mejor que ella para captar todo lo que pasó desapercibido ante los ojos de los demás.

Pensó un rato y sonrió. Ahora dentro de unos meses, estaría cuidando a un niño y cambiando pañales. Y esa idea, por más fastidiosa que después le fuera, en esos momentos le parecía divertida. El primogénito de los Kaiba. ¡Genial!. De algo que no iba a dudar era el color de ojos del pequeño, pues, sus progenitores poseían iris azules.

-¿Moki?- llamando dulcemente al chico.

-¿Si Kisara?- preguntó el joven pisando tierra.

-No nada. Sólo que se me hizo un poco extraño que te fueras por tanto tiempo a la luna- sonriéndole.

-Jejejeje...sólo pensaba en cómo será tener un bebe en la casa- suspiró- Digo al principio eso de cambiar pañales y el llanto, será fastidioso, pero creo que me acostumbrare-

-¿Tú crees?- preguntó poniendo una mano en su mentón- Yo creo que será muy divertido-

-Lo dices, por que eres la madre. Pero de algo estoy muy seguro. Seré un gran tío-

-Eso no lo voy a poner en duda...- sonriendo

-Por supuesto- poniendo sus manos a los lados de la piernas y aferrándose al sofá- ¡Yo me encargaré de malcriarlo!

-Jajajajaja...sólo espero que no lo hagas mucho- Ambos empezaron a reír.

Caminaba de un lado a otro en la gran habitación. Su cabello estaba un poco desordenado y su mirada azul mostraba ira. Si era cierto lo que había escuchado, ellos dos habían dormido juntos, y se habían despedido con un beso. Si tan sólo hubiese estado ahí, nada de eso habría pasado. A su lado un hombre de cabellos rojizos la observaba.

-¡Demonios!- gritó en medio de la desesperación- Tengo que hacer algo, no puedo permitir que esa me quite al hombre que amo.

-Y se puede saber¿qué vas a hacer?-

-Pues, Ichiro, tú me vas a ayudar, y entre los dos nos desharemos de ese par- lo vio y le dedico una sonrisa- Y después, cada quién, se quedará con lo que por derecho, nos pertenece...

Bueno...no es lo más largo del mundo..y procurare hacer los últimos más largos..y pues, ya empezaran los ensayos para la boda..sii..! Lo que no es muy seguro es lleguen completos a ese día...pero en fin..espero que este capitulo les haya gustado. Y x cierto espero que dejen un Review..