COMPROMISO POR HONOR.

Fanfiction por Lita Kino.
Todos lospersonajes que intervienen en este Fanfiction tienen los derechos reservados de Nobuhiro Watsuki.

Capítulo 1: Noticia esperada, circunstancias inesperadas.

Otoño del año 16 de la Era Meiji...

Era un día normal en el dojo Kamiya. Kenshin se encontraba lavando la ropa, como era habitual, mientras observaba a su pequeño hijo Kenji jugar persiguiendo saltamontes y mariposas por los jardines. Su esposa Kaoru se encontraba dando clases a sus alumnos junto con Yahiko, quien era ahora también conocido como "Yahiko-sensei"

Todos llevaban una vida feliz en esta era de paz, sin tomar en cuenta los pequeños altercados que suelen darse en cualquier familia.

La clase terminó, los alumnos se retiraron y Kaoru se dispuso a preparar el almuerzo, el cual era menos riesgoso de comer que antes: Kenshin le había enseñado algunos truquillos de cocina, para alivio de Yahiko y de Sanosuke, quien había vuelto hacía un par de meses de su viaje por Mongolia y seguía auto invitándose a cenar de tanto en tanto.

Se encontraba muy concentrada en esa labor cuando su discípulo exclamó:
- ¡Busu¡Ha venido una carta desde Kyoto¡Nos ha escrito la Comadreja!

La joven ignoró ese "Busu" de Yahiko y se limitó a echar un último vistazo a la comida para apresurarse a tomar la carta. La desenrolló rápidamente y procedió a leerla, alegrándose de tener al fin noticias de su amiga. Pero, a medida que avanzaba en el contenido de la carta, sus ojos se abrían más y más de la impresión.
- ¡No puedo creerlo! -exclamó, mientras Yahiko la observaba expectante.
- ¿Qué es lo que dice la Comadreja? -preguntó. En ese momento entró Kenshin al lugar, con su hijo en brazos y al observar el rostro de su esposa, preguntó:
- ¿Sucede algo?
- Es... es Misao... -balbuceó sorprendida Kaoru.
- ¿Qué pasa con ella? -el ex Rurouni se preocupó por la expresión de Kaoru.
- Lo que pasa es que... ¡Va a casarse!
- ¿Oro? -exclamó Kenshin sorprendido.
- ¡No! -dijo Yahiko divertido.- ¿Al fin se le cumplió su sueño y se declaró el Cubo de Hielo?
- No... -dijo Kaoru.
- ¿Entonces encontró a otro tipo al que por lo menos sí se le note que está vivo?
- Tampoco... -dijo ella.- Si es con Aoshi-san con quien se casará.
- ¿Entonces? -intervino Kenshin.- No comprendo...

Kaoru simplemente extendió la carta. Kenshin y Yahiko comenzaron a leerla, mientras que sus ojos se quedaban como platos...

XXX

Misao estaba acostada en su futón. Finalmente había sucedido lo que había soñado prácticamente toda su vida: Iba a casarse con Aoshi Shinomori, el hombre que había amado desde siempre y al que seguiría amando mientras su corazón latiera... Pero...

FLASH BACK

¿Qué sucede? -había preguntado Aoshi a Okina esa mañana. Tanto él como Misao habían sido citados por el anciano Onniwabanshuu, quien los había recibido con un rostro muy serio.
- Necesito tratar un asunto de mucha importancia con ustedes. -dijo.
- ¿Qué clase de asunto es ese? -preguntó Misao, con su habitual jovialidad. Pero se puso un poco más seria al notar el tono que había tomado la mirada del anciano.
- Mi pequeña Misao... -dijo el anciano casi en un susurro.- Lo mejor será ir al grano: Cuando, hace tantos años, fuiste dejada al cuidado de Aoshi, no se trataba solamente por un simple deseo del difunto ex Okashira... Sino que fue por un motivo en específico... Y ha llegado la hora de que ambos sepan ese motivo.
- ¿A qué te refieres? -preguntó Aoshi.
- Por ser Misao la nieta del antiguo Okashira, éste debía asegurar completamente su futuro, tanto su supervivencia como la de su casta. Debía cerciorarse de que con el paso del tiempo, ella no quedara desamparada a su suerte, sino que tuviese alguien que velase por ella mientras crecía y se convertía en una mujer. Y no se puede negar que a pesar de todo, Aoshi, fuiste responsable en esa labor: Cuando tuviste que partir la dejaste a mi cuidado y retomaste tu deber desde que volviste. - ¿A qué viene todo esto? -preguntó Misao, que todavía no entendía el por qué de ese sermón.
- A que las intenciones de tu abuelo no eran solamente procurarte un tutor... Sino también un esposo...

Tanto Aoshi como Misao se quedaron en piedra al oír eso... (Lo que suponía que Aoshi no cambiara su fría expresión habitual) Pero... ¿Qué quería decir?
- Yo tenía la esperanza -prosiguió- de que ustedes, con la convivencia, terminasen sintiendo amor el uno por el otro y así evitarme el tener que anunciarles un matrimonio arreglado por tu difunto abuelo... Pero he visto que el tiempo pasa y las cosas entre ustedes nunca cambian y probablemente nunca cambiarán, por lo que me he visto en la penosa necesidad de hacerles saber esto.
- Pe... pe.. Pero... -balbuceó Misao. Se encontraba más pálida que la cera ante lo que acababa de oír. Aoshi mantenía su rígida posición de siempre, sin inmutarse siquiera.
- Tu abuelo -prosiguió.- buscó a Aoshi conociendo sus potenciales tanto como ninja como persona y sabiendo que algún día se desempeñaría muy bien como Okashira de nuestro grupo. Era su deseo que tú en un futuro pudieses contraer matrimonio con él...

Misao volvió la mirada hacia Aoshi y observo sus fríos ojos azules... No mostraban sorpresa, temor, resentimiento... mucho menos amor o ilusión.
- ¿No tienes nada que decir al respecto? -Okina se dirigió esta vez al joven ex Okashira, pero éste se quedó en el más profundo de los silencios... Y su expresión no cambiaba en lo absoluto: era como si Okina simplemente le estuviese hablando del clima...

Misao no pudo más. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas, mientras su vista regresaba a Okina. De pronto se paró y salió corriendo de la estancia sin siquiera volver atrás...

FIN DEL FLASH BACK

No había comido casi nada en los últimos días, había dormido bastante mal y decir que su ánimo se encontraba por los suelos no alcanzaba a expresar lo mal que se sentía. A pesar de que iba a casarse con su amado Aoshi-sama, esto no había sido un motivo de felicidad... A pesar de que había deseado con toda su alma que esto sucediera, ahora que ya lo tenía no lo quería... no de ésta manera...

Ella había soñado toda su vida con una mirada, una sonrisa, algún gesto que indicara que no era indiferente al corazón de Aoshi-sama. ¡Pero nada! Seguía siendo, como decían sus amigos de Tokyo, un completo "Cubo de Hielo". Pero muy a pesar de ello, ella lo amaba... Aún más que antes, si eso era posible.

En sus sueños siempre estaba presente el casarse con él. Pero¿de qué le servía ser su esposa si, aunque ella lo amase con toda el alma, él no la amaba? Aunque cierta parte de ella sería feliz al convertirse en "Shinomori Misao", la mayor parte de su ser se hundiría en un mar de penas de sólo pensar que lo sería por un deseo de su abuelo y no por el amor de Aoshi...

Aoshi... ni siquiera lo había visto desde ese día... Y no se atrevería a volverlo a ver.
- ¡Misao! -exclamó Okon desde fuera.- ¿Puedo pasar?

No obtuvo ninguna respuesta, así que mejor decidió entrar.
- Mira... te he traído tu platillo favorito. ¿No quieres comer?
- No tengo hambre... -fue la seca respuesta de Misao, quien continuaba acostada y con la vista perdida en algún punto lejano.
- Pero Misao... ¡Anda! Come aunque sea un poco... Mira que nos hemos esforzado mucho para preparártelo.
- No quiero.
- Si sigues así, morirás de inanición...

Una sonrisa irónica cruzó el triste rostro de la chica. Morir... eso era justamente lo que deseaba en este momento.
- Agrégale unas hojas de cicuta... y luego me lo traes de regreso... -dijo casi en un murmullo.
- ¡Por Kami-sama! -exclamó Okon.- No digas eso ni de broma...

Dejó la bandeja a un lado del futón y se acercó más a la chica. Con el cariño de una hermana comenzó a acariciar el cabello de Misao, que estaba suelto en ese momento y notó que estaba enredado... Tan desanimada estaba, que ni siquiera se había molestado en peinarse.
- Tú siempre quisiste casarte con él... -le dijo con suavidad.- De la manera que sea, se te ha cumplido el deseo.
- Si... voy a casarme con Aoshi-sama... -susurró Misao mientras un par de lágrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas.- Pero... ¿de qué me sirve si él no será feliz¿De qué vale estar junto a él, si él nunca me amarÿ

Sus sollozos se volvieron más intensos, lo que conmovió el corazón de Okon. En verdad sentía mucha pena por ella.
- Es que... ¡Ni siquiera he logrado cumplir la promesa que hice a Himura! -exclamó Misao de pronto.
- ¿La promesa que hiciste a Himura?
- Si... De que lograría hacer sonreír a Aoshi-sama.
- Vaya... -dijo Okon casi como para sí:- pensé que luego de todos estos años ya te habrías olvidado de eso... Ya no mencionabas el tema.
- Pero dime... ¿Qué más prueba que esa necesito para saber que él nunca sentirá amor por mí? Pasan los años y nunca me muestra esa sonrisa que ansío ver.
- No deberías ser tan fatalista... Además que quien quita que luego, estando ya casados... él.
- No... -dijo ella.- Te diré lo que sucederú Nos casaremos, él continuará su vida como siempre y yo tendré que continuar invariablemente la mía. Él no será feliz atado a mí por un arreglo y yo sufriré porque él no es feliz... Yo viviré deseando sus besos, sus caricias, algún "Te amo", mientras que él vivirá evitando dar todo eso a una esposa que no ama... ¡Eso es lo que sucederá
- Tú sabes bien que Aoshi-sama no es así. Si va a ser tu esposo, cumplirá su deber como tal.
- Y yo seré para él entonces solamente un deber que tiene de cumplir por respeto a mi abuelo muerto...

Okon se quedó en silencio. Realmente no sabía como consolar el quebrantado espíritu de Misao.
- Yo no quiero ser su obligación... -continuó Misao, mientras las lágrimas seguían empapando su futón.- ¡Yo quiero ser su amor! Y si él no me ama, entonces prefiero no ser nada suyo a que él sea infeliz...

Okon se quedó un momento más con ella, acariciando sus cabellos mientras oía sus leves sollozos. No podía hacer más que eso... Y era realmente muy irónico cómo de pronto el máximo sueño de la joven Okashira se había transformado en la peor de sus pesadillas... Nada podría haberle dolido más, tanto a ella como al resto de los Onnis, que el ver a Misao, quien solía ser siempre tan activa, tan alegre, tan fuerte... quebrantarse ante una situación como esta.

Shiro llegó a llamarla, puesto que tenían mucha clientela en el Aoiya y como tenían muchos días de no contar con la ayuda de Misao, entre ellos se habían tomado el deber de asumir sus responsabilidades. A pesar de que significaba más trabajo aún, ellos comprendían lo mal que se sentía y que definitivamente no se encontraba en condiciones de trabajar...

Decidió dejar la bandeja con la comida cerca de la joven, con la esperanza que de pronto le diese hambre y comiera aunque fuese un poco. Se dirigió a la puerta, le echó un último vistazo y salió de la habitación. Al darse la vuelta para dirigirse al Aoiya, se encontró de frente con unos fríos ojos azules.
- Buenos días, Aoshi-san. -dijo, muy educadamente. Aunque en su interior lo que deseaba era matarlo.
- Buenos días. -respondió fríamente.
- ¿Quiere que le lleve su té? -Preguntó ella, mientras lo observaba con una mirada aguda, como si la pregunta llevase además otro significado. Algo así como "¿No extraña que Misao no sea quien se lo lleve"
- No... -contestó él. Esto si era extraño. ¿Aoshi rechazando el té?. Okon hizo una leve reverencia a modo de despedida antes de retirarse al Aoiya, mientras que Aoshi se quedó parado en el lugar. Con mucho sigilo se acercó a la puerta de Misao y escuchó lo mismo que había escuchado todos esos días, desde el anuncio de Okina: Sollozos entrecortados...

Le dolía tener que admitirlo, pero la verdad era que las lágrimas de Misao eran su debilidad. Bastaba recordar aquel segundo enfrentamiento entre Battousai y él. Jamás lograría olvidar lo que él le dijo en aquella conversación.
- ¿Sabes algo, Aoshi? -había dicho Himura en aquella ocasión.- Misao-dono se ha auto nombrado Okashira de los Onniwabanshuu. Luego de que peleaste con Okina, ella tomó las responsabilidades del Okashira en tu lugar, para proteger Kyoto y a los Onniwabanshuu.
- Misao... Es una chica fuerte. -había respondido él.- No creo que ella debería tener algo que ver con los Onniwabanshuu, pero le irá bien por su cuenta.
- Entonces... -contestó Himura.- ¿Sabías que esta fuerte chica lloró cuando le prometí traerte de regreso? Sin importar cuán fuerte es, sólo tiene dieciséis. Ella debe haber estado desesperada en medio de una dura realidad. No hay nadie más en el mundo... quien pueda responder honestamente por esas lágrimas...

Y era cierto: No había nadie más que pudiese responder por las lágrimas de Misao... Salvo él mismo. De esa manera Battousai lo había hecho despertar, además de cumplir la promesa hecha a la joven, de que lo llevaría de vuelta...

También podía recordar cuando, hacía ya unos años, llegaron a Tokyo llevando el diario de Tomoe Yukishiro y se encontraron con la supuesta muerte de Kamiya Kaoru a manos de Enishi.
- Yo te ayudaré, así que primero debemos encontrar a ese tipo de pelo blanco. -había dicho Misao a Yahiko esa noche, con respecto a Enishi. Pero entonces reparó en la extraña manera en la que él la estaba mirando y preguntó:- ¿Qué pasa?
- Nada... -había dicho Yahiko.- Sólo pensaba que sin importar lo que suceda, tú siempre estás llena de espíritu.
- Porque mi alegría es mi fuerza personal ¿verdad?
- Oh ¿así que es tu única fuerza?
- ¿QUÉE?

Mientras tanto, Aoshi escuchaba la discusión de los dos chicos, reclinado en la pared. Ellos quedaron de acuerdo en que al día siguiente lo primero que harían sería ir donde Himura y buscar a Enishi.

Sin embargo, esa noche, mientras Aoshi meditaba, sus oídos percibieron algo más que el leve canto de los grillos... Percibieron los sollozos de Misao, quien se había encerrado a llorar.
- Dijimos que nos divertiríamos juntas otra vez... -Escuchó.- Dijiste que me esperarías... Kaoru-san...

Tras toda la alegría y el entusiasmo que mostraba siempre, se escondía esa tristeza por la muerte de su amiga... Y él no podía saber sobre las lágrimas de Misao sin hacer nada al respecto. Por eso fue que decidió que antes de ver a Himura, debía ir donde esa doctora a indagar sobre lo sucedido y de esa manera lograron enterarse de la verdad...

Pero ahora... Misao lloraba de nuevo. Y lloraba al ver su destino unido al de él por un compromiso...

Esto en verdad le dolía... y mucho...

Al principio, se había sentido sumamente consternado por la noticia. Él sabía que los antiguos Okashiras solían arreglar los matrimonios de sus descendientes, para asegurarse que las castas de guerreros continuasen, pero Okina jamás le había dicho que ésta costumbre continuase con Misao... ni mucho menos que el prometido fuese él...

FLASH BACK

¿Por qué no me lo habías dicho? -preguntó Aoshi, luego de que su corazón se partiera al ver a Misao salir llorando del lugar.
- Como ya dije, tenía la esperanza de que al estar viviendo ya bajo el mismo techo, ustedes se enamorarían y que no sería necesario hacerlo, sino que su matrimonio sería algo que naciese de ustedes mismos. -dijo el anciano.- Pero nada ha sucedido y Misao se encuentra ya en edad de casarse...

Aoshi no dijo nada, aunque sus pensamientos giraban vertiginosamente dentro de su mente... Okina solamente lo observaba tratando de leer lo que fuera que estuviese pensando en su mirada, pero no podía descubrir qué tanto era lo que estaba cavilando el joven ex Okashira. - Me retiro... -dijo Aoshi, poniéndose de pie y dejando solo al anciano. Sencillamente no tenía nada más que decir al respecto.

Pensaba en dirigirse al templo: Definitivamente tenía demasiadas cosas qué deliberar. Y había tenido que pasar justo frente a la puerta de la habitación de Misao, donde escuchó levemente sus sollozos... Su corazón se oprimió y la más horrible de las ideas cruzó entonces por su mente:

"Está sufriendo..."

FIN DEL FLASH BACK

Pero claro… ¿Qué esperaba? Era evidente que ella estaba sufriendo al pensar que tendría que casarse con él... ¿Cómo hubiese sido posible que un ángel de alegría y lozanía aceptara que le ataran a un demonio de frialdad y aridez, como era él? Él no era digno de convertirse en su esposo... a pesar de que la amaba...

¡SI! La amaba... Con el paso del tiempo lo había comprendido. Le había costado muchísimo reconocer que esa extraña sobreprotección hacia ella, ese afán de repetirse día con día de que ella era su protegida y de que su deber era velarla, no eran más que excusas para no admitirse a sí mismo que la amaba. Pero para bien o para mal, le había tocado reconocerlo... y callarlo.

Era ella quien había venido a resucitar su espíritu, el cual se encontraba ya casi muerto. Era ella quien se preocupaba por él, quien le demostraba día a día su confianza, su interés... Era ella quien le había hecho salir de las tinieblas y ver la luz... La amaba...

Cuando Okina les había dado la noticia, le costó muchísimo mantener su temple habitual... Su corazón se había acelerado, al igual que su respiración, pero no sabía si había sido por alguna especie de alegría al saber que ella sería su esposa, o tristeza porque lo sería por un compromiso y no porque hubiese un amor recíproco...

Desde entonces, ella se la había pasado encerrada en su habitación y él en el templo... Ella lloraba y él meditaba...

El Aoiya se había vuelto un lugar triste. Okina, Okon, Omasu, Shiro, Kuro... ¡Todos podían sentir el cambio en el ambiente del lugar! Y todos corroboraron una vez más que quien le daba la alegría, la vitalidad, la chispa era Misao... Y estando ella de un ánimo tan extraño como el que había estado los últimos días, parecía como si el ánimo de todos se viniese a pique con el de ella...

Incluso los días se habían vuelto grises: No brillaba el sol, aunque tampoco llovía. Era como si en verdad la joven Okashira fuese el centro del mundo y éste se volviese triste y apagado como ella...

Fin del Capítulo 1.


Y he aquí que Lita NO sabe cumplir sus promesas... ¡Porque se había prometido a sí misma no publicar otro fic hasta que terminase con "De amor y dolor"!

Pero bueno. Creo que este fic no podré actualizarlo muy seguido porque por alguna extraña razón me cuesta demasiado escribirlo... Lo que sí es que no será muy largo... creo.

Los diálogos que estaba recordando Aoshi en su pelea con Kenshin y en lo de Enishi están tomados literalmente del manga. Yo lo tengo en inglés, así que si difiere un poco de lo que alguien más haya leído, es porque aunque lo entiendo, soy una pésima traductora XD

Opiniones y demás, mándenme un e-mail o déjenme un review.

Lita Kino.