There was a time
When I could breath my life in you
One by one
Your pale fingers started to move
And I touched your face
And all life was erased
You smiled like an angel
(Fallen from grace)

We've been slaves to this love
From the moment we touched
And keep begging for more
Of this resurrection

Resurrection HIM

No. No había sido como aquella vez. Ahí estaba, inmaculadamente perfecto, etéreo, como siempre lo había imaginado, como tantas noches lo había soñado. Draco yacía a su lado y su corazón se sintió calido, reconfortado, sabía que estaba con quien debía estar. Era el lugar y el momento perfecto, lo miró una vez más, posó su brazo alrededor de Draco y volvió a cerrar los ojos, sabía que nunca más lo dejaría escapar.

El juego del gato y el ratón y las normas que le había impuesto Draco desde que volvieron a encontrarse en Londres habían pasado a un segundo plano, es más ya no existían. Todos los temores, dudas y angustias no eran más que un amargo recuerdo del ayer, del pasado.

Era normal de dos meses para acá ver a Draco Malfoy y Harry Potter recorrer los domingos la calle de Portobello Road, verlos tomarse un café o comer en alguno de los pequeños restaurantes que se extienden a lo largo de la calle.

Habían construido una vida en común, no se habían casado (la legislación británica permite el matrimonio entre miembros de un mismo sexo), ni tampoco planeaban hacerlo, pero entre los dos existía un fuerte compromiso por ellos y por la relación. Aquella historia retorcida y malsana en donde la infidelidad, el miedo y la traición estaban a la orden del día era historia.

Draco se había consagrado como un fotógrafo profesional convirtiéndose en uno de los más prestigiosos de Inglaterra. A veces en su estudio se sorprendía a sí mismo pensando en lo que era hoy en día.

"Si a los 14 años hubiera pensado que estaría fascinado por tener este aparato muggle delante de mis ojos y parecerme al insoportable de Creevy juró por Merlín que me hubiera tirado de la torre de astronomía", era lo que solía decir para inmediatamente dar paso a una sonrisa.

En realidad no tiene sentido si eso lo hubiera pensado cuando tenia 14 años, lo que era importante es lo que había sido de su vida y él luego del colegio, de la guerra y que todas esas acciones eran las que lo habían llevado a ser hoy quien era y para nada se arrepentía. Pensó en Harry, su amado Harry. Era inevitable sentirse como una colegiala cada vez que pensaba en Harry, En lo que eran él y Harry desde que habían decidido vivir juntos.

Se bajó del auto y agradeció el haber encontrado puesto frente a la casa. Caminó, entró a la casa y vio al moreno sentado en uno de los sillones leyendo un guión, éste levantó la vista.

- Hola amor – dijo el rubio llegando por detrás del sillón y dándole un beso en la frente al moreno mientras está volteaba su cabeza para arriba.

- ¿Qué tal el día? - respondió Harry ante todo saludo

- Bien, realicé la sesión para Vogue y estoy extenuado, pero salió bien, sólo tengo que esperar a que escojan las fotografías que quieren aunque creo que lo dejaron para mañana ¿y tú? ¿Todo en orden? – preguntó mientras se quitaba el sweater y lo dejaba mal puesto en una silla.

- Sí, leyendo el guión que me enviaron ayer, creo que empezaremos a filmar en un mes si acepto.

- Creo que deberías, es interesante, no la típica película de época, sino una que muestra al Londres moderno - opinó el rubio y se dirigió a la cocina.

Al pasar por la mesa del comedor observó una carta entreabierta junto con dos invitaciones, se echó un mechón de cabello para atrás y agarró la carta. A medida que la leía una pequeña mueca de sonrisa curvó su rostro, se regresó a donde Harry con la carta y las invitaciones en la mano.

-¿Por qué no me habías dicho? No he leído las noticias, no tenía la menor idea- dijo un poco agitado.

- Porque pensé que de alguna forma u otra te habías enterado, me extraña que nadie te haya dicho nada en el set.

Draco se dirigió a Harry, éste se levantó de la silla y se fundieron en un largo y apasionado beso.

- Felicitaciones James Black- dijo el rubio en un susurro cerca de la boca de Harry y posando sus grises ojos en los esmeraldas del moreno mientras que con sus brazos lo abrazaba y sostenía en una de sus manos la invitación a los premios Bafta Awards.

- Te amo- fue la respuesta del moreno con una sonrisa.

- Y yo a ti- le devolvió el rubio para luego fundirse en un largo y tierno beso que los llevó al piso superior de su casa y a la intimidad de su dormitorio.

La intención era pasar una noche tranquila, amándose y apartados del mundo, pero resultó ser una misión imposible. Los teléfonos sonaban cada 10 diez minutos, desde los amigos más íntimos como Ginny y Jared hasta la gente no muy allegada, pero conocida iban llamando para felicitar a Harry.

Sí, James Black había logrado una nominación como mejor actor revelación en los Bafta awards por su primera película, aquella que en parte había sido rodado en los paisajes de Finlandia.

- ¿No estas para nada nervioso? – le preguntó Ginny.

- La verdad creo que es Draco quien está más nervioso que yo – respondió algo divertido Harry.

- ¿Dónde esta?

- En el estilista, dijo que necesitaba un nuevo corte de cabello para la noche de hoy, como si él fuera el nominado.

- Bueno la verdad que quien necesita un buen corte de cabello eres tú- dijo la pelirroja- pero sé que estoy pidiendo demasiado, lo que sí te pido es que por favor, por lo que más quieras ponte unos zapatos decentes hoy.

Harry no dijo nada, sólo se limitó a asentir.

- Por favor- dijo en tono de suplica la pelirroja por última vez – a qué hora tienen que estar allá.

- A las 8:00 de la noche comienza la gala pero tenemos que ir llegando a las 7:00 lo que significa que en dos horas tenemos ir saliendo.

- Entonces te dejo- dijo Ginny besando a Harry en la mejilla- mucha suerte, nos llamas después del evento si es que se animan a salir y festejar con los simples mortales, bueno no tan simples, pero eso sólo lo sabemos nosotros.

Al llegar al Royal Opera House de Londres, donde ese año tenían lugar los premios, Harry desde el carro tragó grueso. Una multitud enfermiza estaba colocada a los lados de unas barandas con los brazos extendidos esperando que alguna celebridad les firmara un autógrafo, decenas de agentes de seguridad, limusinas, fotógrafos y cámaras de televisión. Era precisamente lo que el había visto en ediciones pasadas de premios Oscar, en Hollywood, o de los mismos Bafta pero sentado desde la comodidad de su casa con Ginny y un gran tazón de palomitas de maíz.

-¿Estas bien?- le preguntó Draco quien lo observaba de reojo y veía que Harry estaba a punto de vomitar.

- Sí - dijo el moreno no muy convencido.

- Sabes, de mis años de publicista aprendí una cosa, esto- miró por el vidrio del carro a esa multitud que esperaba a que llegaran los artistas- es haber triunfado, sólo estar aquí, estar nominado por una actuación al premio más prestigioso de la industria cinematográfica británica, es un triunfo, lo lograste y sólo el estar aquí contigo- le apretó la mano y se la soltó- me hace estar muy orgulloso de ti.

Las esmeraldas miraban profundamente a los ojos de acero y decían lo que la opresión en su corazón no podía pronunciar.

- Gracias.

Al terminar de decir esto le abrieron la puerta de la limosina a Harry. Se bajó del auto seguido por Draco. La bulla, los aplausos, los flashes de las cámaras hicieron que Harry se sintiera desorientado y creyó que no sería capaz de llegar adentro del recinto. Al salir Draco se quedó un poco rezagado detrás de Harry para que los reporteros y fotógrafos hicieran su trabajo.

El moreno sólo había caminado unos cuantos pasos y de tanto en tanto se volteaba para que le tomaran una foto. Entre tanto destello se paró y volteó hacia atrás, el rubio estaba solo a unos cuantos pasos de él dejándolo brillar, Harry extendió la mano y sonrió, el rubio le devolvió la sonrisa y caminó a donde estaba su pareja, le tomó la mano, los dos se miraron una fracción de segundo y Draco entendió que ahora Harry sí estaba listo para hacer su recorrido.

Harry se volteó y comenzó a caminar tomado de la mano de Draco.

Fin