La Maestra de las Cartas y La Orden del Fénix

By Makychan

Prologo

Una chica de 17 años dormía placidamente en su confortable cama matrimonial, su cabello castaño se desplegaba en su almohada, las sabanas con encaje blanco estaban a sus pies, nadie en su sanó juicio dormiría tapada en esa época.

Las cortinas blancas corridas de la amplia habitación, en la que había unos sencillos –y a la ves elegantes- mubles de madera oscura sobre la alfombra negra, evitaban que las luz del sol entrara molestando los sueños de su ocupante.

Tras ese gesto tan calmo con el cual dormía nadie podía sospechar que estaba siendo victima de una premonición.

Desde el incidente en el que murió su padre la muchacha odiaba tenerlas, pero como le había dicho su mentor, si una tenía el don no había manera de cerrarlos.

El sonido del timbre logro despertar a la hermosa clarividente de sus extraños sueños, de los cuales no entendía nada.

Unos hermosos ojos verdes se abrieron perezosamente, olvidando con ese simple acto todo lo que había visto, se sentó en su cama y volvió a escuchar el sonido del timbre. Corrió al baño a tomar su bata preguntándose quien vendría a visitarla tan temprano y se dirigió a la puerta de su departamento de dos pisos que se le había acondicionado afuera de la mansión Daudoji.

Suspiro al recordar como había llegado a ese lugar, durante una expedición arqueológica en China un derrumbe había provocado la muerte de su padre cuando ella apenas tenía catorce años, su hermano cursaba en la universidad la carrera de medicina y solo podía hacerse cargo de sus propios gastos.

Fue así como el abuelo de su madre, que ya estaba en las ultimas, decidió hacerse cargo de la hija de su nieta mas querida y la nombro heredera de lo que le iba a pertenecer a su madre.

Sin embargo ella no acepto nada si no le daba a su hermano parte, el bisabuelo no se hizo mucho del rogar, pero convencer al cabeza dura de su hermano era mas difícil.

Una sonrisa de dibujaba en el rostro de la joven cuando lo recordaba.

Al principio se había mudado a la habitación que le había pertenecido a su madre en la mansión que ahora le pertenecía a su tía, prima de su madre. Pero desde hacia poco se había mudado a un bungalo en la parte exterior, para tener mas libertad.

El bungalo se asimilaba mucho a una casa pequeña: tenía cocina, sala, comedor, estudio, el espacioso cuarto principal y hasta un cuarto de visitas. Los últimos tres se encontraban arriba.

Lo de tener mas libertad era un pretexto absurdo, la verdad es que vivir adentro de la mansión nunca le había agradado del todo, su tía y en especial Tomoyo eran muy lindas con ellas, pero ella no se sentía cómoda con tanto lujo, era demasiado sencilla para ello.

Y ahora que Tomoyo había partido a Paris para empezar su carrera de diseño, la mansión se sentía muy sola y deprimente.

La chica sonrió al recordar a su prima, cuando se conocieron no sabían que lo eran, fue algo que descubrieron por azares del destino. Recordar los años de la primaria que habían compartido era consolador, los mejores años de su corta vida.

Aun mantenía contacto con todas sus amigas: Naoko estaba por entrar a la facultad de filosofía y letras; Chiharu estaba comprometida con Yamazaki, pero aun así ella iba a estudiar Gastronomía y su novio Derecho.

En cuanto a Rika... a Sakura le cayó como bomba que siguiera los pasos de su madre-la de Sakura-, hacia un año se había ido a vivir con el profesor Terada, que les había impartido clase en la primaria.

Ella sabía que su madre lo había hecho también a la misma edad de Rika, pero el Sr. Kinomoto no le llevaba tanto a la joven Nadeshiko en ese entonces.

Después de la primaria había llegado la secundaria, había sido un ciclo de muchas perdidas y cambios; el termino de cierta ilusión infantil al reconocer el abismo que los separaba, la muerte de su padre y su llegada a la mansión Daudoji.

Pero ella nunca hubiese soportado seguir en Tomodea ese año, así que se fue un año de "Intercambio escolar " unos meses después. A refugiarse aprendiendo "cosas nuevas" con un amigo y mentor.

Sakura era conciente que todos las personas que la rodeaban ya habían elegido su destino o, al menos, una carrera. Sin embargo ella aun no estaba segura sobre que hacer, por ello –después de consultarlo con su tía y hermano- había decidido tomarse un año sabático. Lo que faltaba ahora era decidir que iba a hacer en el transcurso de él.

La muchacha de cabellos castaños y hermosos ojos verdes se acerco a abrir la puerta del bungalo, aún preguntándose ¿Quién sería? Y ¿Por qué no le habían llamado desde la reja de la entrada de la mansión?

"Buenos días"- dijo un hombre de ropas raras y un sobre en el brazo- "Busco a la Sacerdotisa de Primer Nivel, Su Superior Maestra de las Cartas, Discípula de Su Excelencia la Reencarnación del Mago Clow."

A la Maestra de las Cartas se le vino el mundo abajo, un camisón corto y una bata mas bien transparente no eran las ropas adecuadas para recibir a un enviado del Concilio de Magia de Oriente.

El Concilio de Magia de Oriente lo había embaucado, mandarlo a esa misión con todos los problemas que tenía; era un complot. No lo entendía, porque él que había seguido todas las reglas se encontraba en esa situación. Alguien estaba infiltrado dentro del Concilio y ahora con este inoportuno asunto no podría descubrir quien.

Los ojos ámbar del joven chino destellaban de furia, sus cejas negras estaban fruncidas –cosa muy común en su rostro que casi nunca dibujaba una sonrisa- y su cabello castaño se movía con el suave viento que había en el corredor de la sede de una de las organizaciones mágicas mas poderosas del mundo.

Nadie en su sano juicio se le acercaría en ese momento al heredero del Clan Li, quien a pesar de su corta edad, era merecedor del respeto que se le daba a los mas viejos; ya que desde pequeño –por la muerte de su padre- había sido entrenado para tomar las riendas de uno de los clanes más poderosos de Oriente.

El muchacho había madurado muy rápidamente, había aprendido todas las bases necesarias de magia, etiqueta y defensa; así al cumplir los trece años estuvo listo para su reclusión la cual lo convertiría en merecedor de la jefatura del clan.

En solo tres años lo había logrado, provocando la envidia de los enemigos del clan Li quienes habían tardado mucho para atacar.

La rudeza del ambiente que lo rodeaba habían hecho que el chico de apenas 18 años, pareciera todo un adulto de –por lo menos- 25 años. El muchacho era consiente que al cumplir todo lo que le exigieron se había perdido de muchas experiencias, pero era algo que no le importaba, su objetivo era que siendo el jefe de su clan llevar este al máximo –cosa difícil dado el poder que ya gozaba este- y así poder convertirse en el Jefe del Concilio.

Pero aún después de haber podido llegar hasta donde se encontraban, el chico se había dado cuenta que aun debía de luchar mucho para alcanzar todos sus objetivos. Pues al parecer cierto clan deseaba fervientemente su caía.

El enojo del muchacho se convirtió en preocupación mientras atravesaba el largo tramo que separaba la entrada de la propiedad central del Clan en la capital hasta la mansión ancestral de su familia. Sabía que podía confiar ciegamente en quienes lo segundaban, pero al él le molestaba delegar responsabilidades.

Cuando uno de sus guardias le abrió la puerta del auto negro y lo dejos salir se dio cuenta que una bella mujer vestida de ropas tradicionales lo esperaba en la entrada de la casa.

El muchacho que en ese momento vestía el traje ceremonial de su familia saludo a la honorable señora con una inclinación de la cabeza.

"Malas noticias supongo"- dijo esta mientras ingresaban a la casa al observar su cara más enfuruñada que de costumbre.

"El Concilio me ha encargado cierta misión fuera, temo que tardare bastante tiempo"- respondió este preocupado- "por lo menos un año, al parecer creen que los problemas de occidente pueden llegar ha afectarnos."

Después de verificar que nadie estaba por los alrededores madre e hijo, se encerraron en el despacho de este ultimo para hablar sobre el asunto y las medidas que se debían de tomar en su ausencia.

La ausencia de una sonrisa era algo que casi nunca pasaba en el rostro del joven ingles. Su sonrisa podía ser burlona, misteriosa y quizás en otra vida cruel; pero en esos momentos era francamente de diversión y el era incapaz de borrarla aun se encontraba escuchando los gritos que venían del otro lado del articular.

Al parecer su querida discípula se había visto en un momento muy bochornoso, momento que él pudo haber evitado; pero a él le encantaba dar sorpresas, era su gran debilidad, le gustaba la sensación de poder controlar –en cierta medida- la vida de los demás, su mayor diversión y, a la vez quizás, su talón de Aquiles.

Con solo un intercambio de palabras su joven aprendiz se había dado cuenta de que acababa de caer en una ce las casualidades que él chico ocasionaba y había procedido a los reclamos.

El chico sonreía animadamente pensado que su bella amiga había desarrollado gran inteligencia y astucia en tan coto tiempo. Decían que los crueles golpes de la vida eran algo que hacían llegar a la gran madures de las habilidades de las persones, y eso no se erraba ni un poco si se pensaba en dos personas de mirada esmeraldas; que aunque vivían en los polos opuestos del mundo, su vida había sido realmente diferente y los golpes también; se les aplicaba de igual manera.

Al colgar el articular el joven ingles ensombreció su rostro, pensado que todo ese pasado solo les serviría para no caer ante quizás la ultima prueba que el destino les ponía enfrente.

"Ella vendràno es cierto"- pregunto la voz de una mujer desde las sombras.

"Así es, va ha aceptar"- respondió el muchacho de gafas seriamente.

"Es más peligroso de lo que ninguno de los enviados piensa"- replico ella- "¿Por qué los has recomendado a ambos"

"Porque quizás juntos puedan ver el grave peligro que se cierne sobre toda la comunidad mágica"- dijo el con su usual sonrisa misteriosa.

Se levanto se su cómodo sillón rojo que le había acompañado desde su ultima visita a este mundo y se acerco al cristal de la ventana para observar los hermosos jardines se bañados por la luz de la luna.

Últimamente se había asombrado de la tranquilidad en la que el mundo muggle vivía, aun con las innumerables cosas extrañas que sucedían a su alrededor, realmente los magos de occidente sabían muy bien ocultar su rastro. Al parecer vivían en mundos completamente separados, algo que no ocurría en oriente.

En oriente era distinto, la comunidad mágica estaba realmente fusionada con la muggle, quizás manejasen ambas monedas pero solo si tenían negocios con magos occidentales –a pesar de que era mas fácil que se involucraran con los muggles-, tal vez aun así no se mezclaban pero además de la sangre para los magos occidentales era mas importante el poder mágico que los hechiceros manejaban.

El poder mágico te podía hacer escala posicione en un clan, sin embargo no bajar. Como era el caso de su bella aprendiz. Había claro ciertas desventajas pues los nuevos magos nacidos de muggles pocas veces eran encontrados y mucho menos entrenados.

En resumen la comunidad mágica de oriente y occidente eran realmente diferentes y lamentablemente eso dificultaba sus relaciones. Es que eran mas diferente, de hecho hasta el estilo de magia que usaban eran desiguales; el hechicero oriental utilizaba artes antiguas –realmente se le podía llamar arte- dependía mucho de la unión del espíritu, el cuerpo y la magia de su practicante; mientras que el mago occidental había mecanizado de tal manera el uso de la magia que algunos eran incapaces de realizar el más sencillo de los hechizo sin ayuda de un proyector, que su caso era la famosa "varita".

El joven ingles rezaba porque ambos mundos mágicos pudieran dar su brazo a torcer y así poder salvar a ambas comunidades y así, a su vez, al ignorante mundo muggle que andaba por la vida mas miope que la misma reencarnación de uno de los mago mas poderosos de la historia, o que el único posible salvador del mundo mágico occidental.

" Las estrellas han marcado un destino incierto desde que se cumplió la segunda profecía, y aún falta una tercera"

"Amo"

Solo esas palabras pudieron salir del los labios de la guardiana mientras escuchaba a su apuesto dueño de cabellos negros, penetrantes ojos a tono y pálida tez murmurar esas palabras.


Notas de su aburrida autora:

Cansada de leer croosovers HR de estas dos series me he dedicado a juntar ideas para dos fics diferentes y unirlas.

Muy bien ahora me dedico a explicar como sera esto:

Este fic se llevara en dos partes una colocada en la pagina de Card Captor Sakura y otra en la de Harry Potter.

La de Harry Pötter se llama Harry Potter y el Concilio de magia de Oriente y se llevara alternamente con la de CCS.

A un capitulo del de CCS correspondera uno de Hp.

En este caso este cap va antes que el de Hp pero podria ser al revez. Mencionare cual va (El de HP que ya ha de estar en funcion contiene estas indicaciones en la parte de arriba)

Si preferis que lo lleve todo en un solo archibo decírmelo y lo hago.

Espero que les haya gustado espero sus revwies.

Y atención es un fic 100 HH y SS, aunque no lo paresca.