Taki, la chica de mis sueños

Capítulo seis: Seguiré soñando

Debido a la mala situación que el Tokio FC está pasando, los directivos del club han pensando en Jun Misugi, ex portador de la banda de capitán del equipo y conocido genio de la estrategia en el campo verde, para sacar al club adelante. Desde hace un mes, el "Emperador del Campo" trata a través de un plan de entrenamiento y diseño de tácticas cuidadosamente planeados, sacar adelante al Tokio FC. Pero, el problema para el nuevo DT, es que no todos los jugadores son igual de aplicados...

Ya a mitad de la mañana, Misugi se encuentra supervisando el entrenamiento de rutina hasta que una voz familiar lo sorprende.

-¡Eh, Dire! –exclama Daichi con tono musical.

Misugi se da vuelta, lentamente, atento a la recomendación del médico que a sus cuarenta y tantos evite las situaciones de stress, allí es cuándo ve que el numero 9 del equipo lo saluda despreocupado, mientras se acerca al entrenador. Los otros jugadores se miran entre ellos y uno murmura:

-Miren, es Daichi. Seguro habrá problemas...

-Ni que lo digas... me parece que alguien hará muchas flexiones... –comenta otro con sorna.

-Vaya, vaya... ¡Pero si es el gran duque Daichi Oozora que nos honra con su excelentísima presencia! –exclama Misugi con notoria ironía. -¿Le ha ido bien en su viaje por sus colonias¿O acaso recordó que para ganarse la vida hay que trabajar alguna vez! –grita furioso, haciendo que el aire que emana de su boca se dirija justo sobre el rostro de Daichi.

-Y bueno, Dire... pasa que anduve con algunos asuntos en manos... pero le prometo que ya enseguida me pongo al día... Hoy estoy a full... –le contesta el muchacho sonriente mientras hace trotecitos en el lugar.

-Uy, el entrenador se está poniendo rojo...

-¿Crees que le dé otro infarto?

-No lo sé... ¿Apostamos?

-¡No, no vas a hacer nada porque no puedes entrenar hoy¡El que llega tarde está castigado para entrenar; ya sabes que al menos hay que estar presente en el 85 de los entrenamientos para estar en la lista de titulares, y a ti te falta bastante!

-Sí, sí. Ya sé que anduve faltando pero enseguida lo recupero. Aparte yo anduve ya entrenado por mi cuenta...

Misugi mira al muchacho con los ojos brillando como si lo hiciera de emoción, pero es de rabia; la insubordinación de Daichi es un pésimo ejemplo para sus compañeros y muy mala prensa sobre su dirección en el club... Más apartados en el campo, los jugadores siguen comentando.

¿Qué tal un pollo teriyaki?

-¡Hecho¡Pero la bebida esta vez la compra Tanaka!

-¡Ah, ni creas que me creo ese cuento de que entrenas por tu cuenta! –grita furioso Misugi. –¡Mírate en que estado estás, estoy seguro que no aguantas ni media hora de ejercicios¡No creo que en esos night club a los que vas se practique demasiado fútbol¡Pero me cansé¡De ahora en...!

Misugi trata de seguir, pero el brazo izquierdo ya le está doliendo demasiado. Los otros jugadores siguen hablando de la comida que van a hacer, lo que se deriva en que obviamente no van a ayudar a su entrenador.

-Ey, Dire, está colorado. –observa Daichi en un acto de lucidez mental. -¿Quiere que llame a un médico?

-¡NO¡Lo que quiero es que... es que...!

El DT de Tokio FC no puede terminar de decir lo que está diciendo, porque cae de rodillas al suelo. Pero desafortunadamente para la guadaña, en esos momentos irrumpe Yayoi a defender la vida de su esposo. Ella reacciona mal al ver al hermano menor de los Oozora.

-Daichi¿es que acaso quieres dejarme viuda tan joven¡Ni siquiera llegué a las bodas de plata! –grita mientras trata de sujetar a Jun que se retuerce de dolor.

-Uy, apareció la bruja... Chau teriyaki chicken...

-Y yo que le iba a pedir la casa a mi primo que tiene en Tomoeda...

-¡Pero yo no hice nada, Yayoi¡Yo solamente vine al entrenamiento como siempre!

-¿Cómo siempre¡Mentiroso, cualquiera que te escucha.. ay, ay, ay!. -sigue Jun tratando de hablar en vano. –Yayoi, llama al médico, por favor...

-Mira Daichi: yo sé que eres el hermano de Tsubasa y todo eso, pero si viniste a asesinar mi marido te pido mejor que te retires. ¿Jun, estás bien? –pregunta la Sr. Misugi a su esposo que ya está quedando azul.

-Bueno, si estoy libre me voy entonces... ¡Pero después no diga que no vine¡Chau Dire, y no coma cosas saladas, que después le sube la presión! –se va.

-¡No te creas que esto queda así, ya se lo voy a decir a tu hermano! –grita desde el medio de la cancha Yayoi. –Vamos a la enfermería Jun. ¿Ves lo que pasa por no escucharme? Yo siempre te dije que te tenías que dedicar a la medicina... -Luego se dirige al equipo. -¿Y ustedes que miran¡Pónganse a entrenar!

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Sanae cepilla el largo cabello negro de Maria da Graça mientras lo termina de atar. Luego arregla los últimos detalles del kimono, cuidando que la faja sujete bien la ropa o todo será en vano; asimismo la chica soporta paciente los tirones propios de ser vestida por otra persona, sobretodo con algo tan ajustado como un kimono. Finalmente le muestra a la muchacha su reflejo en el espejo...

-¿Y Maria, como te sientes?

La morena sólo se mira; el kimono amarillo con grandes flores rosa y el obi (faja) rosa, junto con los tabi (medias) junto con el peinado recogido la hacen verse casi como otra persona; una persona que jamás pensó que llegaría a ser... Casi al borde de las lágrimas responde:

-Como en un sueño... Muchas gracias por todo lo que ha hecho por mí, Sra. Oozora ...

-Claro que no Maria, para mí es muy grato ayudarte...

-Es que no sé como explicárselo; ha sido como.. no sé.. un hada madrina...-suspira. -Ay, se me abre un poco adelante...

-Es que las japonesas somos más ralas de pecho... te voy a tener que ajustar un poco más el obi y te voy a poner unos ganchitos para que no se te abra¿te parece?

-¡Esta precioso!

-Era de mi madre y lo conservo porque le tengo mucho cariño–dice mientras acomoda la tela de debajo de las mangas. –Además seguramente debes haber usado ropa mucho más lujosa que esta¿no?

Maria baja los ojos y con voz pálida contesta:

-Sí, pero... no me sentía muy cómoda con ella... un día se lo explicaré bien, Sra.Oozora.

-No te preocupes, a mi no necesitas decirme... espera un minuto. ¡Ah, Tsubasa, no te hagas el gracioso que ya puedes pasar si quieres! –le grita a su marido que finge taparse los ojos mientras espía desde el marco de la puerta.

-¿Eh? Yo no estaba espiando... solamente pasé por aquí a ver que hacían... –dice Tsubasa como quien no quiere la cosa...

-Mira Tsubasa, Maria da Graça ya está lista para su primera clase de ceremonia del té...

-Veo que es verdad lo que dice Roberto de que aprendes rápido... –comenta el Sr. Oozora

-Claro que no.. –dice la brasileña un poco sonrojada. –Hago lo que puedo...

-Se ve bien ¿verdad? –comenta Sanae.- A ver Tsubasa¿nos puedes tomar una foto?

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Residencia de la familia Wakabayashi.

Los hermanos Jazmín y Daisuke ensayan sus pasos de salsa... con muy poca armonía en su pasos... y entre ellos...

-¡Ay, me pisaste, menzo! –le grita Jazmín a su hermano, mientras tratan de ir al mismo ritmo.

-¡Pues es tu culpa, por no saber bailar! –contesta Daisuke. -¡Y a mi no me dices menzo, tonta escuincla!

-¡Te digo como quiero, menzo!

-¡Lo mismo digo, escuincla babosa!

Los hermanos Wakabayashi empiezan a pelear con toda la furia que sólo dos hermanos pueden hacerlo. En ese momento se siente el ruido de la puerta.

-¡Jazmín, Daisuke¡Mamá está muy triste y necesita que la apapachen un poco! –exclama una Lily implorante de cariño desinteresado y sincero.

La hija mayor de Genzo deja la pelea por la música de Gloria Estefan, y con ello a su pareja de baile que casi cae al suelo.

-Ay, mami. ¿Qué pasó? -pregunta la chica abrazándola.

-Es que... fui a cargarle nafta al auto, y cuando volvía se me ocurrió comprar un poco de helado de frutilla...

-¿Y qué más?

-Es que fui a la tienda... ¡Pero ya no les quedó más! Solamente tenían de pistacho... El helado de pistacho era el favorito de tu padre... antes cuando tu papá se tenía que ir de gira con el equipo, yo me quedaba a ver el partido en casa y compraba helado, entonces cuando comía el pistacho, era como si me besara... pero ahora, cuando miré la fuente de helado y pensé que ya no estaría él aquí para comerlo, ya no pude sonreír...

Lily se tira a llorar a los brazos de su niña, como lo hace ya casi a diario. Cualquier situación, por mínima que sea, le recuerda a Genzo en algún modo. Daisuke apaga la música mientras mira con fastidio la situación. Jazmín habla:

-Mamá, estás muy cansada... ¿Por qué mejor no vas a descansar un rato? Ah, llamó el licenciado Matsura y me pidió que te diga que necesita que lo llames.

-Está bien... voy a llamarlo desde mi cuarto.

Casi arrastrándose por las escaleras, Lily se retira a su habitación. Daisuke se acerca a su hermana y le dice:

-No entiendo porqué mamá sufre tanto... no tiene sentido andar llorando por lo que no vale la pena.

-Oye, no hables así de papá. –lo regaña por lo bajo Jazmín. –Tenemos que tratar de evitar de que mamá se angustie más de lo que ya está, así que no podemos darle más problema. –le da un golpecito en la espalda. -Anda, vamos a cambiarnos a ver si encontramos helado de frutilla en la tienda.

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Mientras tanto, Daichi observa atentamente los movimientos de la brasileña detrás de la puerta, o al menos lo hacía hasta que es interrumpido.

-¡Tío Daichi, tío Daichi!

-¡Shhhh! –le chista tapándole la boca antes de que siga gritando. –Habla más bajo que estoy de incógnito.

-¿Eh¡Deja eso ya, tío¡Ven, vamos a entrenar!

-¿Ahora¡Ufa¡Está bien!

-A pesar de ser extranjera, ese kimono le queda muy bien a Maria da Graça¿no crees? –comenta Sanae mientras prepara su cartera para salir.

-Sí, es muy hermosa... quizás en demasía...

-¿Eh¿qué quieres decir con eso, Tsubasa?

Sanae pregunta curiosa; de un tiempo hasta ahí ha descubierto que Tsubasa es en verdad un tipo misterioso con algunas cosas... cosas que ha ella no le cuenta... Maria da Graça interrumpe, entrando de nuevo.

-Sra. Oozora... el taxi ha llegado ¿nos vamos ya?

-Si claro, Maria... bueno, me voy ya. No tardo mucho, pero si quieren comer algo hoy hice unas galletas para mañana... cómanlas antes de que lo haga Daichi.

Ya en la calle, Hayate va practicando con el balón mientras su tío lo sigue un poco intrigado.

-Oye¿Por qué me sacaste con tanta insistencia de la casa de tu padre?

-Es que me perdí el último entrenamiento y...

Daichi se para en medio de la calle y se apoya contra la pared, mientras su sobrino pasa el balón de una mano a otra. Luego pregunta:

-¿Tú te "perdiste" el entrenamiento? Oye¿te pasó algo en lo del médico que viste la otra vez? Porque en apariencia no tienes nada...

-Bueno, yo.. ¿Cómo lo supiste?

-Porque a mi no me puedes engañar, sé bien detectar a los mentirosos. Hayate sigue jugando a hamacar el balón con una de sus manos y contesta:

-Tengo miopía. No veo bien de lejos así que por lo tanto no debería jugar al fútbol..

Daichi se queda mudo; por primera vez en mucho tiempo no se le ocurre ninguno de sus chistes estúpidos y menos mal que no, porque la situación no lo tolera. Finalmente sólo pregunta:

-¿Y cómo te sientes al respecto?

-Bueno... no es que me siente estupendo... pero tampoco voy a andar llorando como nena por ahí. Ya tengo asumido el compromiso, así que no puedo echarme atrás ¿Verdad tío?

Daichi se rasca la barbilla afeitada hasta casi sacarle brillo y enseguida cae en la cuenta de que esa idea, su sobrino no la sacó del aire.

-¿Ah no? Hum... sospecho que hay algo más que no me estás diciendo... ¿quién es?

Hayate se pone colorado, y con una mirada casi infantil pregunta:

-Si te lo cuento ¿me guardas el secreto?

-Oye sobrino¿me ves como alguien que anda ventilando las cosas por ahí? Anda, suelta la sopa de una vez...

-Bueno... ¿te acuerdas de la chica que conocimos el día pasado que fuimos a entrenar?

-¿Eh? –entrecierra los ojos en un gesto parecido al que hace su sobrino cuando no ve bien. -¿La peleonera que casi me rompe la cabeza?

-¡Esa misma! Bueno, la otra ves pasé a verla... y el otro día la encontré en le salón de videojuegos...

Ahora Daichi frunce el ceño; hay algo en esa chica que le resulta extraño en ella y no sabe bien que es... además el gusto de su sobrino... la chica tiene horrendos modales... quizás no sea lo mejor para Hayate.

-Mira sobrino, perdona que te lo diga de esta manera pero... ¡esa chica no es un camión; es una camionera!

-¿eh¡No, pero si ella es muy linda! Fíjate que cuando estábamos del salón de videojuegos...

Flashback Hayate.

-¿A qué escuela vas? –pregunta el muchacho caminado rápido para seguirle el paso a la chica por el salón.–Nunca había visto ese uniforme...

-Voy a la secundaria Sarayashiki...

-¿La secundaria Sarayashiki? –pregunta él con sorpresa.

-Sí. ¿Por?

-Es que... –vacila en contestar. -Creí que a esa escuela iban sólo delincuentes...

-¿Qué te pasa loco con mi escuela? 'ta bien que no vaya muy seguido y que no sea lo más finoli de la ciudad pero tampoco es Battle Royale... aparte Atsuko va ahí también y es un bocho bárbaro...

-La posta es que si no fuera por el hockey... algunas veces creo que me ve voy a quedar colifa...

-¿Colifa¿Cómo loca? No te entiendo...

-Si... ¿Viste cuando te parece que la cabeza te va a explotar? Bueno, a veces me pasa eso...

-¿Y por eso te escapas de la escuela? Si te esta yendo mal no deberías hacerlo. -No está bien huir de los problemas... –está diciendo, pero luego se detiene. –Por lo menos las notas se pueden corregir.. no como otras cosas..

La voz de Hayate desciende rápidamente de volumen. La tigresa lo mira con un poco de intriga: la expresión del chico se ve rara en alguien que parece ser más alegre que lo que se muestra en esos momentos.

-¡Uy, que caripela!

-Mira tigresa, creo que me he estoy metiendo demasiado y no sé lo que te estoy diciendo. Mejor no me hagas caso, yo...

-¡Ey, espérate¿Qué te pasa, chabón¡No me digas que ahora te dije algo malo también!

-No, no es contigo, tigresa. Es que yo tampoco estoy en un buen momento... son sólo tonterías. Mejor cambiemos de tema.

-¡Ah, no¡Ahora que abriste la boca no me voy a quedar con el entripado¡Desembucha!

-Entonces le conté a María lo que pasó con lo del médico y que lo más seguro era que tendría que dejar el equipo tarde o temprano. ¿Y sabes que me dijo?

-No. ¿Qué te dijo? –contesta no sin algo de sorna de su parte.

-¡Eres un total idiota¿Qué carajo haces aquí lamentándote en vez de estar en este momento entrenando?

-Pero...

-¿Tienes ojos todavía, tienes piernas y brazos¿Entonces de mierda qué te quejas¡Deja de tenerte lástima a ti mismo!

-¡Pero tigresa! –exclama el chico sorprendido. -¡Tú deberías comprenderme¿Cómo voy a hacer para jugar sin ver?

-No necesitas ver para hacer nada. –responde la chica subiéndose a la tabla del Pump up. –Te lo demostraré. –agrega con una sonrisa confiada.

Taki inserta una ficha y la música comienza a sonar. Ella elige el nivel de dificultad medio y sin dificultad pasa las dos primeras canciones.

-¡Eres muy buena! –exclama Hayate.

-Psss... ya verás. –saca de su bolso su vincha del entrenamiento y se la pone en los ojos. –A ver, vamos por la canción extra.

La canción empieza, y Taki sigue jugando, y aún con los ojos tapados, su puntaje es perfecto.

-¡Guau¡Estuviste genial¿Cómo hiciste?

-Tengo los pasos en mi cabeza, no necesito ver, con sólo escuchar me basta. –se saca la venda de los ojos. -Lo mismo pasa con el hockey, o el fútbol, o cualquier otra cosa...

-¿Ah, sí¿De verdad?

-Lo único que necesitas ver, es que si tienes la jugada en tu mente, no necesitas más nada. ¿Eres débil¡Entonces no llores como nena, vuélvete más fuerte!

-Tigresa...

-Y te lo advierto: a mi no me gustan las niñas lloronas, así que si quieres seguir hablándome, mejor te pones listo¿'ta claro?

-Vaya, esa chica es toda una fierecilla ¿eh¿Y qué plan tienes para conquistarla?

-Eh... la verdad... todavía ninguno... ¡Pero tu me ayudarás tío!

-Mira Hayate, sobre mujeres deberías decirle a tu padre... no, momento, tu padre no sabe de mujeres. –guiña un ojo. –No te preocupes, para eso está el tío Daichi para ayudar. Para empezar...


Septiembre de 2005

Hola a todos; antes que nada gracias por la paciencia y no sólo por eso, sino por todo el apoyo que me han dado... veo que se ha notado ya mucho que anduve muy mal y aún no me repongo del todo, les agradezco todo su apoyo, no me lo esperaba de verdad... Lily y Vini, este capítulo va dedicado a ustedes porque esas pocas palabritas que me dedicaron me hicieron sentir muy bien... sobre todo el poema me conmovió, así que gracias...

También Samael, te agradezco tus mensajes lo de y el formato ya lo he corregido...

El fanart de Taki y la vista de Hayate: veo que este tema del fanart los ha revolucionado; en efecto, Taki es igual a su padre (pero no tiene pintitas como dijo Berthis) por eso es que cuando digo que Hayate tiene que estar ciego, no lo digo porque sea que por eso puede enamorarse de ella (porque auque salvaje, no es fea) sino porque su parecido con Hyuga es muy obvio y él es el único en ni siquiera sospechar... y por cierto; lo del "Tigger" es porque yo pensaba en poner un osito (es que los osos entre Card Captor Sakura y el final de Gundam Wing me lavó el cerebro ), pero luego pensé que lo más lógico era otro muñeco... ¿y que mejor que un tigre? Más vale que un Winnie Pu no, verdad? Por cierto¿saben como le dicen al hijo de Winnie Pu? No, mejor no les digo...

Sobre el concurso... no he visto mucha convocatoria... iré dando mas pistas así a ver si siguen sumándose... a lo mejor ahora no estén muy claros los personajes, pero después podrán ir adivinando de quienes se trata...

No tengo más que decirle, solo que disculpen la demora. Nunca me pasan este tipo de cosas... lo siento. Con decirles que la escena entre Takiko y Hayate la escribí cinco veces (no es broma)...

Ahora sí, besos enormes.

Vicky