Nota de EugeBlack: Si si ya se… me tardé mucho y pido disculpas por eso

Nota de EugeBlack: ¡Hola! No voy a dar excusas por mi tardanza, simplemente les agradezco a todos por ser fieles, esperar las espantosamente lentas actualizaciones y demás. De verdad muchas gracias.

Lord Silvere, el autor original de esta obra, finalmente ha llegado de su misión de dos años. Sin embargo, la última información que recibí de él (creo que en julio), no sabía si seguiría con la historia o no. Hasta los momentos hay 33 capítulos publicados. Si él decide continuar, seguiré traduciendo lo que el escriba. Si él decide entregarle la historia a alguien más, y este nuevo autor le hace justicia a la historia, la seguiré traduciendo. Si LS decide que esta historia se quede en el abandono, pues no podré hacer nada al respecto. Mientras tanto, espero que disfruten de este 'penúltimo' capítulo de la historia.

Le doy unas gracias especiales a mi adorada Aykasha-Peke, que me dio el empujón final para terminar de traducir el capítulo, que estaba a mitad de camino desde hace meses.

Este capítulo no está beteado, así que pido disculpas por cualquier error que se me haya escapado. Ya mis ojos están cansados.

Mazinho, que me mandaste un maravilloso review pero no dejaste tu mail ni nada por el estilo. Gracias por tus palabras. Aunque confieso que en algún momento consideré continuar la historia, decidí que no. LS y yo tenemos estilos de escritura muy distintos. Y todavía recuerdo uno que otro de los planes que él tenía antes de irse a su misión. Algunos de esos planes los apoyaba 100 y otros no tanto. Si yo agarrase la historia, sería para escribir lo que YO quisiera y no algo que el autor hubiese querido. Y eso no sería justo ni para él, ni para la historia, ni para los lectores. Igual muchísimas gracias por tu voto de confianza

Muchísimas gracias a todos los que mandaron rr, creo que dejé algunos por contestar, pero ya perdí la cuenta de en dónde me quedé. Me sonrojo

El Conde del Norte

Lord Silvere

Capítulo #32

Para Cuthbert Mockridge, solo pasaron unos pocos minutos entre el tiempo en que llegó al banco y el tiempo en que llegó a un acuerdo con el duende principal. Mientras revisaba mentalmente las negociaciones, se dio cuenta de que realmente eran muy simples. Desde luego, por supuesto, las razones por las que el banco había cerrado en primer lugar también eran pequeñas y simples.

"¿En qué fecha desean reabrir sus puertas?" Mockridge le preguntó a Lord Oro de manera diplomática mientras Harry observaba.

"¿Tiene alguna fecha en particular en mente?" El Lord Oro replicó con tono ausente mientras revisaba una copia escrita de las negociaciones y decisiones.

Harry, quien había optado por permanecer apartado de las negociaciones, decidió tomar cartas en el asunto. "¿Podría sugerir que esperen a que el Ministerio pase a las manos del nuevo Ministro de Magia para reabrir el banco?

"Esa es una excelente sugerencia, Señor Polairix." Respondió el duende, mirando a Mockridge para ver si el mago estaba de acuerdo con la idea de Harry.

"Creo que sería lo mejor." Aceptó Mockridge.

Lord Oro sonrió malévolamente mientras colocaba una copia del acuerdo sobre la mesa y escribía unos últimos detalles en ella. "Alguien debe decidir cuando el Ministerio se encontrará lo suficientemente estable para que el banco vuelva a abrir. Creo que usted es lo suficientemente inteligente para tomar esa decisión, Mockridge. Estoy escribiendo que el banco reabrirá cuando usted, Cuthbert Mockridge, firme formalmente una declaración en donde afirme que la estructura del Ministerio se encuentra estable."

Una risa divertida escapó de los labios de Harry. "Yo no hubiera podido planearlo de mejor manera, Lord Oro. Esta pequeña provisión podría hacer que el ascenso de Cuthbert a la silla ministerial, sea diez veces más fácil."

"Esperemos que sea así." Murmuró Mockridge. "Necesitamos firmar el acuerdo de manera formal, y sacar varias copias posteriormente." Miró a Harry. "¿Podría firmar como testigo?"

"No estoy seguro de que la población mágica apreciaría lo que mi firma significa en cualquier asunto relacionado contigo y Gringotts." Harry indicó. "La reacción de la sociedad podría causar que todo se viniera abajo."

Mockridge le sonrió a Harry. "Nadie, aparte de nosotros tres, llegará a ver el acuerdo firmado. Si me convierto en Ministro, no puedo declararlo o reconocerlo automáticamente inocente, pero una vez que las cosas se tranquilicen un poco en esta guerra, o si hay oportunidad, su firma en este acuerdo a que la gente lo mire de forma favorable."

"Él tiene razón." Indicó Lord Oro, dirigiéndose a Hrry. "Hasta me atrevería a ir más lejos y firmar como algo más que un mero testigo; ¿quizá como 'juez' o 'mediador'?"

"Está bien, acepto." Harry accedió.

Lord Oro asintió y con gestos complicados y algo de magia, llamó a otro duende, quien llegó a la oficina con una tinta y pluma especial. El duende se marchó y Lord Oro preparó la tinta y pluma para su uso. "Estas son las que usamos para firmar acuerdos formales y uniones."

"Entonces, no estoy seguro si puedo firmar legalmente el acuerdo. Realmente no tengo la autoridad para firmar tratados en nombre del Ministerio de Magia." Mockridge indicó con cuidado. "Nuestro acuerdo no formaría un enlace."

"Ya he tomado en cuenta ese detalle." Dijo Lord Oro, reafirmando a Mockridge. "Basándonos en las leyes mágicas, tanto antiguas como contemporáneas, usted puede firmar el tratado siempre y cuando sea formalmente ratificado por el Ministerio de Magia, en un período comprendido de un año, desde el momento de la firma hasta el momento de la implementación."

"Si te conviertes en Ministro, no habrá ningún problema." Harry concluyó mientras Lord Oro movía la cabeza de forma afirmativa. "Si las cosas no suceden como deseamos, quien sea que se convierta en Ministro estaría loco en no ratificar el acuerdo."

Con un asentimiento, Mockridge agarró la pluma que Lord Oro le ofrecía, y firmó al final del documento. La pluma se le fue retornada al duende, quien hizo su marca y luego se la pasó a Harry, quien también puso su firma; Harry James Potter. Tan pronto como la tinta se secó en el nombre de Harry, otras letras aparecieron debajo. "Señor de Polairix, Conde del Norte."

"Eso es todo." Lord Oro declaró, agarrando el pergamino y poniéndolo a un lado. "Me encargaré de que se hagan unas copias y de que sean entregadas a ustedes. Sugiero que usted regrese al Ministerio con las buenas noticias. En su camino de salida, puede agarrar una declaración formal a la prensa que me tomé la libertad de escribir durante nuestra conferencia."

"Haremos eso." Indicó Mockridge, levantándose y apretando la mano de Lord Oro.

& & &

Cuando el professor Albus Dumbledore realizó su entrada al Atrio del Ministerio, la inmensa cantidad de gente que se había reunido en el sitio desvió su atención hacia él, y empezaron a lanzar preguntas concernientes a la situación presente. Aparentemente, los oficiales del Ministerio habían tratado de mantenerlos desinformados de la situación.

Dumbledore decidió ignorar al grupo curioso hasta que llegó al escritorio de seguridad y su varita fue apropiadamente revisada. Después se volteó hacia la gente y realizó un hechizo Sonoro. "¡Silencio!" Cuando la gente se calmó, él continuó con tono informativo. "Sí, es verdad que Madame Bones tiene cargos en contra del Ministro Fudge. Él renunciará por su cuenta o será removido. Su sucesor será escogido por el consentimiento común de los oficiales del Ministerio que se encuentren presentes. Actualmente, Madame Bones y Arthur Weasley son vistos como potenciales candidatos."

"¿Qué tal Cuthbert Mockridge?" Preguntó alguien del montón.

Esto causó que Dumbledore frunciera el ceño con confusión. Él se había encargado, de manera muy cuidadosa, del avance tanto de Bones como de Weasley como futuros Ministros de Magia. Era una situación en la que el ganador se lo lleva todo, y como tal, solo había dos contendientes serios. Él apoyaba a los dos, y de esa manera ni él ni la Orden podían perder. Él no había planeado en otro candidato. "Todos los candidatos merecedores serán considerados." Dijo, reacio a admitir que no sabía qué situación había traído a Mockridge a la luz pública.

Después se dio la vuelta y realizó el camino hacia el corazón de la controversia del Ministerio, la cual se había movido del piso del Departamento de la Aplicación de la Ley Mágica a uno de los salones de baile, que era lo suficientemente grande para acoger a toda la gente que deseaba formar parte de la acción.

Arthur Weasley lo encontró antes de que pudiera entrar al salón de baile. "Fudge está prácticamente destrozado. No lo han removido todavía, pero está siendo ignorado, y él y su personal están evadiendo a todos los demás."

"Qué es esto que escucho sobre Cuthbert Mockridge?" preguntó Dumbledore.

"Ah sí, él." Weasley dijo lentamente. "Hace un par de horas, él recibió un mensaje de puño y letra de Gringotts. Aparentemente, le hizo algunas proposiciones a los duendes y ellos le respondieron. Muchas personas están hablando de hacerlo Ministro si la reunión con los duendes termina de manera positiva. En estos momentos se encuentra en Gringotts, discutiendo opciones para reabrir el banco."

Estas noticias probaron ser perturbadoras para Dumbledore. Él sabía que Mockridge era un buen hombre, competente. No había nada que indicase que era un Mortífago. El único problema ante los ojos de Dumbledore era que no tenía lazos con la Orden. "¿Cómo es posible que su popularidad haya subido tanto?" Preguntó Dumbledore. "Antes de hoy, era prácticamente un desconocido."

"El cierre de Gringotts es uno de los errores más garrafales de Fudge, desde el punto de vista de la mayoría de la gente." Weasley explicó. "También es lo que más afecta a la mayoría. En el momento en que la noticia de que Mockrigde estaba en negociaciones se coló del Ministerio, las noticias se han corrido como pólvora. El nombre de Mockrigde está en boca de todos."

Los dos magos llegaron al salón de baile y encontraron a todo el Ministerio presente, y todos estaban discutiendo los temas en pequeños grupos. Un podio había sido colocado, y varios oficiales estaban haciendo discursos fieros a aquellos que les interesaba oír.

Viendo que todos estaban presentes, Dumbledore hizo una decisión rápida. Le anunció en voz baja al señor Weasley y a Amelia Bones, quien se les había unido tan pronto los había visto entrar en el salón. "Si ustedes son los candidatos, necesitamos escoger inmediatamente al nuevo Ministro." Dijo Dumbledore. "Mockrigde podría regresar en cualquier momento."

"Hagámoslo entonces." Replicó Bones. "Como líder del Wizengamot, creo que tiene suficiente autoridad para hacerse cargo de las cosas, Profesor."

Dumbledore asintió en señal de acuerdo y sin desperdiciar más tiempo, realizó su camino hacia el podio, y retiró del sitio a la bruja que acababa de terminar de escupir acusaciones sobre insuficiencias en algún presupuesto.

Haciendo uso del hechizo Sonorus por segunda vez, Dumbledore habló. "¡SILENCIO!" Inmediatamente, el salón se calmó y la gente giró su atención hacia el anciano profesor. "Cornelius Fudge ha sido formalmente acusado de varios delitos ante las autoridades competentes. Hablando por el Wizengamot, declaro oficialmente este hecho sucedido como el equivalemte al primer paso para realizar el Voto de No Confianza."

"Basándonos en el Acto de No Confianza de 1650, el cuerpo de gente aquí reunido en este momento, tiene la autoridad para llevar a cabo lo que se conoce como el 'Voto de Certificación' y designar a un nuevo Ministro de Magia, este hecho completaría el 'Voto de Certificación' y formalmente destituiría a Fudge. Aquellos presentes también pueden votar para que Fudge permanezca en oficina. Así que, todos los que estén a favor de realizar el Voto de Certificación digan 'Aye'.

La audiencia replicó con un tumultuoso 'Aye'. El primer paso había sido tomado, ahora lo único que Dumbledore tenía que hacer era conseguir que la mayoría apoyase a Weasley o a Bones.

Antes de que Dumbledore pudiera continuar su plan, las puertas del salón se abrieron y Cutberth Mockridge entró al sitio, detrás de él todos los que habían estado reunidos en el Atrio. Con lo que Dumbledore reconoció como una confianza forzada, Mockridge realizó su camino hacia el podio y empezó a hablarle de manera respetuosa a Dumbledore. Casi todos podían oírle.

"Acabo de regresar de Gringotts, Profesor. Había brujas y magos que estaban esperando en el Atrio para oír los resultados de mis negociaciones. Sin embargo, creo que los oficiales del Ministerio tienen tanto derecho a escuchar como aquellos que están en el Atrio. Ellos decidieron que no podían esperar hasta que yo terminase de hacer el anuncio interno."

Fue en ese momento que Dumbledore pudo sentir que ni Weasley, ni Bones, tenían mucho chance de convertirse en el siguiente Ministro de Magia. Ambos eran similares y serían considerados iguales cuando fueran puestos en contraste con Mockridge. Su plan de apoyar a ambos candidatos le había salido drásticamente mal. Hizo un último intento por salvar los resultados deseados. "Actualmente estamos llevando a cabo un Voto de Certificación, señor Mockridge. Quizá después podremos escuchar su anunciamiento."

Cuthbert Mockridge no replicó, principalmente porque no tenía que hacerlo. Tan pronto como la audiencia había escuchado la negación de Dumbledore de dejarlo hablar, todos empezaron inmediatamente a protestar y a exigir en voces altas que Mockridge hablase inmediatamente.

Dumbledore había logrado tener bajo su control a la enloquecida multitud, pero ahora estaba fuera de su control. No había nada más que él pudiera hacer. "El Voto puede esperar, entonces." Condedió elegantemente.

Él preferiría tener a Mockrigde que a Fudge como Ministerio. Había perdido el control sobre los resultados del Voto, pero igual quería que la votación se llevase a cabo. "Magos y Brujas, les presento al Jefe de la Oficina de Relaciones con los Duendes. Cuthbert Mockridge." Dumbledore anunció.

Mockridge reemplazó a Dumbledore en el podio y empezó a hablar. "Acabo de concluir negociaciones con Lord Oro, quien es el Jefe de Gringotts." Después levantó un trozo de pergamino que le habían dado a él y a Potter en la salida del banco. "Tengo en mis manos una copia de un anuncio público, el cual será enviado a Gringotts el día de mañana. El anuncio indica que, tan pronto sea capaz de declarar que el Ministerio se encuentra en un estado estable, ¡Gringotts abrirá sus puertas!"

Sintiendo desesperación en nombre de sus planes y de la Orden, Dumbledore escuchó cómo el anuncio de Mockridge era recibido con gritos emotivos y porras de parte de los financialmente cargados magos y brujas presentes. Abruptamente, dos gritos se elevaron y se mantuvieron firmemente en el salón. "¡VOTEMOS AHORA!" y "MOCK-RIDGE" casi traían la casa abajo.

Antes de que algo pudiera hacerse, las puertas se volvieron a abrir de manera abrupta con un golpe seco. Dumbledore miró confundido como William Boggs, uno de los subsecretarios de Fudge, entraba al salón con aproximadamente ciento cincuenta Aurores con las varitas sacadas. Por alguna razón, Bogas, quien era un burócrata, también estaba vistiendo túnicas de Auror.

"Ninguno de estos 'Aurores' eran Aurores la última vez que chequeé." Amelia Bones, quien había caminado hacia Dumbledore, le susurró rápidamente al anciano.

"Nada bueno." Comentó Dumbledore mientras intentaba rápidamente valorar la situación.

Con una voz alta y arrogante, Boggs habló. "Como el recientemente nombrado Supremo Comandante de las Filas de Aurores, y en nombre del Ministerio Fudge, ¡ordeno que esta reunión se acabe inmediatamente! ¡Si no cooperan, la fuerza será utilizada!"

La multitud empezó a protestar inmediatamente, el argumento más recurrente era que Fudge ya no tenía el poder para actuar como Ministro de Magia.

Boggs no iba a ser detenido. "¡Fudge es Ministro hasta que uno nuevo sea electo!" gritó. "Sin embargo, estoy aquí para cerciorarme de que no voten."

Valientemente, Amelia Bones subió al podio y con la voz más fuerte que tenía, habló. "Como la Jefa del Departamento de la Aplicación de la Ley Mágica, ¡ordeno que se marche, Comandante Boggs!"

"Como Supremo Comandante, mi autoridad es superior a la suya." El Comandante Boggs se mofó desde el otro lado del salón.

Un silencio inquieto descendió sobre el sitio, mientras la multitud consideraba el peligro de los Aurores, los Aurores observaban a la multitud, y los líderes trataban de venir con una solución del presente problema.

El silencio fue roto cuando Percy Weasley entró al salón. Estaba jadeando y era aparente que había estado corriendo. La multitud le permitió el paso y el chico caminó hasta un punto medio entre el Comandante Boggs y el podio en donde estaban Dumbledore, Bones y Mockridge.

Dumbledore examinó a su antiguo alumno con una intensa mirada. El joven señor Weasley estaba pálido y obviamente nervioso. Por la manera en que su mirada se movía entre Boggs, la multitud y el podio, era aparente que estaba tomando una decisión de último minuto.

Finalmente, para los que estaban lo suficientemente cerca, era obvio que Percy Weasley había tomado la decisión. Nadie sabía que en cuestión de segundos, su decisión lo convertiría en un mártir para siempre.

"¡Esos Aurores son Mortífagos!" Percy gritó. "¡Fudge ha firmado un acuerdo secreto con Quien-Usteds-Saben!"

El Comandante Boggs le gruñó fieramente a Percy, y en un movimiento repentino gritó la maldición asesina. Dumbledore vio con tristeza como Percy fue golpeado por la maldición y cómo cayó muerto al suelo.

Todos se quedaron quietos debido a la impresión, viendo el cuerpo del ambicioso asistente de subsecretario. Fueron sacados de su shock cuando Mockridge, aprovechando el momento, se movió en el podio y habló con una voz fuerte y clara. "¡Me rehúso a permitir que los Mortífagos tomen el control de este Ministerio o del país! ¡Agárrenlos!"

William Boggs no era un hombre estúpido, y era lo suficientemente competente para pelear y liderar a los Mortífagos-Aurores a una victoria en contra de la agresiva multitud. Sin embargo, también era un cobarde y en esos momentos estaba parado en la línea de fuego. Decidió retirarse y le dio la orden a todos aquellos bajo su comando para que activaran sus Trasladores.

Dumbledore esperó impacientemente mientras que la multitud se calmaba mientras el salón era vaciado de los Mortífagos-Aurores. Tan pronto como Percy había hecho su anunciamiento, a Dumbledore se le había hecho perfectamente claro que tenía más problemas que antes. Ya no podía perder tiempo. Si realizaba una argumentación sutil acerca de quién debía ser el próximo Ministro de Magia, el Ministerio podría disolverse. Mockrigde era una persona competente, y ahora tenía suficiente popularidad como para hacer una enorme diferencia en la lucha contra Voldemort.

Con esto en mente, Dumbledore le dio su apoyo a Mockrigde mientra se subía al podio y lograba convencer a la multitud de que se compartase con un mínimo de orden. "La Votación de Certificación continuará." Anunció calmadamente. "Por favor, todos los que estén a favor de que Cuthbert Mockridge sea Ministro de Magia, diga 'Aye'."

Un ensordecedor 'Aye' provino de la audiencia. Cuando Dumbledore preguntó por 'Nays', nadie respondió. Entonces Dumbledore terminó con los formalismos oficiales. "Como líder del Wizengamot, efectivamente reconozco la validez del Voto de Certificación, y declaro que por votación unánime, Cuthbert Mockridge es el Ministro de Magia."

& & &

Después de que Mockrige había salido hacia el Ministerio, Harry había optado por quedarse en Gringotts y discutir sus finanzas y propiedades con los duendes. Ahora que supuestamente Mockridge estaba por convertirse en Ministro, las propiedades de Harry le serían de nuevo accesibles.

Una vez que había terminado con sus negocios, Harry salió al callejón Diagon apropiadamente disfrazado, realizó su camino a la heladería Florean Fortescue para comprar un poco de helado para compartirlo con Bellatrix en Nair'icaix. Se había dado cuenta que últimamente ella había comido grandes cantidades de helados en momentos repentinos.

Una hora después de que las negociaciones en Gringotts habían terminado, Harry regresó a Nair'icaix con helado en mano, y encontró una carta en su escritorio con el sello del Ministerio. Era de Mockridge.

Harry colocó a un lado el helado, le lanzó un hechizo para que no se derritiera, abrió la carta y leyó el contenido con sorpresa. No había esperado que Mockridge se convirtiera en Ministerio tan rápido. Los detalles no eran muy específicos debido a que Mockridge no había tenido tiempo de escribir en privacidad, pero por lo que decía la carta, Harry entendió con tristeza que Percy Weasley había sido asesinado, y que había una nueva molestia con el nombre de William Boggs.

La caída del poder de Fudge no impediría a Boggs de seguir sus metas con aquellos que lo seguían. Si las sospechas de Harry eran ciertas, los pseudos Aurores probablemente se unirían a Voldemort, si es que no lo habían hecho ya. Las filas de los Mortífagos habían aumentado.

Harry también temía que Boggs lideraría un movimiento para destronar a Mockridge. Harry respingó ante su propia frialdad de corazón al darse cuenta que estaba deseando poder arreglar el asesinato de Fudge. Un movimiento así, obviamente sería liderado con el nombre de Fudge.

Todas sus preocupaciones sobre la situación actual fueron olvidadas por Harry cuando su esposa entró alegremente a su despacho. Aparentemente Bellatrix había detectado su regreso. Él le sonrió y apuntó el helado. "¿Hambrienta?"

"Siempre estoy hambrienta por helado." Dijo Bellatrix, sonriendo traviesamente. La mujer agarró el paquete y se fue a la habitación.

"¡Hey!" Harry gritó con falsa indignación. "¡No es todo para ti!"

"Me lo comeré todo si no vienes por mi." Bellatrix gritó feliz desde la habitación.

Harry caminó hacia su habitación y vio que Bellatrix ya había servido el helado en dos porciones iguales, y que estaba comiendo la suya con mucho gusto desde su posición en la cama. Harry se le unió y antes de que se dieran cuenta, el helado se había acabado.

Las tazas, cucharras y paquete de cartón vacío desaparecieron inmediatamente mientras Harry se recostaba en la cama. Levantó la mirada y encontró a Bellatrix con una sonrisa muy satisfecha. "Deberíamos hacer eso más seguido." Comentó él.

Bellatrix no dijo nada mientras cambiaba de posición y se acostaba al lado de Harry, apoyándose en uno de sus codos. Usó su mano libre para acariciar suavemente el pecho de Harry. "Hay algo más que deberíamos hacer más seguido." Dijo seductoramente. Antes de que él pudiera responder, ella bajó su cabeza e inició un largo beso.

& & &

La mañana casi había terminado cuando Harry se despertó y vio que Bellatrix estaba acurrucada con él, despierta y acariciando suavemente una de las manos que él tenía alrededor de ella. Ella giró su cabeza para verlo mejor desde su posición. "Buenos días, dormilón."

"Es tu culpa que me quedé despierto hasta tan tarde." Harry susurró.

"Tú eres el que consiguió el helado." Bellatrix murmuró.

Harry soltó el abrazo y ambos se sentaron y estiraron. Después procedieron a realizar su rutina mañanera y pronto se encontraron disfrutando su desayuno almuerzo. Harry se estaba preguntando qué hacer por el resto del día cuando Bellatrix habló.

"Tengo una buena noticia." Bellatrix dijo cuidadosamente.

"¿Oh?"

Bellatrix lo vio cuidadosamente antes de proceder. "Hermione ha logrado mantenerse fiel a su creencia de tu inocencia."

"Me alegro." Dijo Harry. "Eso muestra que no es tan débil después de todo. A lo mejor logrará convencer a otros."

"Eso no es todo."

"¿Oh?"

"Ella logró que la corriente la trayera hasta la isla. El Capitán Nailoff la arrestó por traspasar propiedad privada, y luego Hiscophney la identificó como miembro de la Orden. Después Nailoff la encerró en la mazmorra."

Esto causó que las cejas de Harry se alzaran en sorpresa mientras mordisqueaba un trozo de tostada. "Interesante. ¿Por qué decidió buscarme?"

"La entrevisté ayer mientras no estabas. Ella quiere hablar contigo, disculparse y todas esas cosas." Bellatrix le informó a Harry.

La mirada de Harry se endureció levemente. "No creo que quiera hablar con ella. Dile que no iré y que intentaré vengarme de ella, y que en el futuro se ocupe solo de sus cosas, luego déjala ir."

"Necesitas hablar con ella, Harry." Bellatrix dijo con tono calmado y persuasivo al mismo tiempo. "Esto no es algo que puedes echar a un lado."

Esto causó que Harry se pusiera un poco amargado. Sin embargo, Bellatrix era su esposa y él la respetaba a ella y a su buen sentido. "Está bien, una pequeña charla."

Una vez que el almuerzo concluyó, Bellatrix buscó a Nailoff y los tres realizaron su camino hacia las mazmorras de Nair'icaix. Rápidamente llegaron a la celda de Hermione, y descubrieron que Nailoff había mandado de antemano a un guardia para prepararla para la entrevista.

Harry y Bellatrix entraron a la celda y para su sorpresa, Harry vio a una escasamente vestida Hermione, que tenía sus brazos agarrados a un gancho que estaba conectado a unas cadenas que mantenía sus muñecas juntas. Hermione se sonrojó ligeramente mientras miraba a Harry y se movió de manera incómoda.

Deseando que las cosas se movieran, Harry habló. "Bellatrix me dijo que deseas hablar conmigo."

"Vine a disculparme." Hermione dijo débilmente. "Siento haber creído que eras un asesino, y siento haber creado tantos problemas para ti. Tambien lamento las cosas que he dicho sobre ti."

"Bien." Harry replicó. "Te disculpaste. Ahora déjame en paz."

"No he terminado." Hermione dijo valientemente. "Quiero reponer mis errores. Quiero hacerme merecedora de tu perdón para que podamos ser de nuevo los mejores amigos que éramos antes. Te ayudará en tu lucha con V-Voldemort."

Repentinamente, una rabia irracional corrió por las venas de Harry. Con un gruñido, se movió hacia delante y le dio una dolorosa bofetada a Hermione. En vez de quejarse, Hermione volteó su rostro y le ofreció su otra mejilla. Esto molestó más a Harry, quien la abofeteó de nuevo.

Repentinamente Bellatrix colocó su mano en el hombro de su marido. "Cálmate, Harry." Le susurró.

Respirando ruidosamente debido a la rabia, Harry miró a Hermione, quien le devolvía la mirada con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas, ambas mejillas con las marcas de su mano. "¡No puedes obtener perdón! Es un regalo que yo tengo que escoger darle a alguien." Él gruñó.

"Me doy cuenta de eso." Hermione dijo, empezando a sollozar. "Pero no puedo aceptar el regalo de tu perdón sin sentir que soy digna de alguna manera. Por favor, o castígame por mi traición, o permíteme hacer algo que mejorará las cosas."

Harry no estaba de humor para seguir hablando, así que hizo un valiento esfuerzo por terminar la confrontación. "Veré que llegues a tu casa sana y salva. He aceptado tus disculpas, y no buscaré venganza contra ti. ¡Ahora déjame en paz!"

"Volveré." Declaró Hermione con resolución. "Estoy determinada."

"Quieres sentirte digna de mi perdón." Harry indicó. "¿Qué te hace pensar que alguna vez te lo daré?"

Hermione miró a Harry a los ojos por un momento, antes de bajar su cabeza y hablar con un tono desolado. "Por favor considera la posibilidad de perdonarme, Harry. Si lo haces, no solo aceptaré cualquier tarea o castigo que consideres, también prometo servirte por el resto de mi vida. Si no quieres perdonarme, entonces, por favor, quítame la vida. No podría soportar vivir sin tu perdón. Hasta puedes traer a tu Conde y que él me corte la cabeza." En ese momento su voz tembló. "Si me matas, por lo menos dile a mis padres que los quise mucho."

Harry no quería perdonar a Hermione, pero tampoco quería matarla o que alguien más lo hiciera. La mera idea le causaba repugnancia. Había tantas emociones corriendo en la mente de Harry que era incapaz de pensar. Dejando salir un sonido que era una mezcla entre un sollozo y gruñido, se marchó rápidamente de la celda.

& & &

Bellatrix salió inmediatamente de la celda y encontró al Capitán Nailoff. "¿Hacia que lado se fue mi esposo?"

Nailoff señaló la ruta por la que habían venido. "Ese lado, milady."

"¿Podrían usted y sus guardias acompañarlo hasta que yo vaya? No se acerquen mucho, solo cuídenlo de lejos."

"Por supuesto, mylady." Nailoff replicó. "¿Necesita nuestra ayuda con la prisionera?"

"Ella está completamente indefensa. Si fuera un peligro, Harry se hubiera quedado." Bellatrix indicó firmemente. "Yo la observaré."

"Muy bien." Nailoff dijo antes de irse con el otro guardia hacia el nivel principal de Nair'icaix.

Bellatrix volvió a la celda e hizo que el gancho que sostenía los brazos de Hermione desapareciera. La adolescente se dejó caer en el suelo lentamente. Las lágrimas todavían corrían por su rostro, pero ya había parado de sollozar ruidosamente.

"Está bien." Dijo Bellatrix con lo que ella esperaba fuera un tono tranquilizador. "No te preocupes mucho."

¿Cuándo lo va a hacer?"

"¿Hacer qué?"

"Dar la orden al Conde de Trazkaban para que corte mi cabeza." Hermione replicó con tono resignado.

Bellatrix observó a Hermione de manera fría antes de seguir el ejemplo de Harry y abofetear a la chica. "Mi esposo no es un asesino." Bellatrix declaró con los dientes apretados de la rabia. "Pensé que habías aceptado ese hecho en tu mente." Hermione miró a Bellatrix y volvió a romper en sollozos.

"Lo siento." Dijo Hermione tan pronto como volvió a tener control de sí misma.

"Bien." Dijo Bellatrix. "Ahora, sé que eventualmente Harry podrá perdonarte. Es sólo una cuestión de tiempo. ¿Qué quieres hacer, en orden para 'sentirte digna' de su perdón?"

Hermione consideró su respuesta por varios momentos. "Dije que, si él me perdonaba, le serviría por el resto de mi vida, en adición a obtener su perdón. Debido a esto, tendrá que ser un castigo."

"Mi esposo no administra castigos, tampoco." Bellatrix le informó a Hermione gentilmente. "Tendrá que ser algún tipo de penitencia que tu realices por ti misma. Intentaré encontrar algunas ideas. Tan pronto como Harry se calme y tenga tiempo de racionalizarlo, intentaré trabajar en sus sentimientos. Mientras tanto, no te deprimas mucho."

Hermione asintó ante los esfuerzos de Bellatrix. "Gracias."

"Mejor encuentro a Harry pronto." Anunció Bellatrix. "Haré todo lo posible para mantenerte actualizada."

"Está bien."

Ante esas palabras, Bellatrix abandonó la celda, haciendo planes para confortar a Harry de la mejor manera posible, además de calmar la confusión que debía de estar en su mente. Él obviamente se sentía repugnado ante la idea de matar a Hermione, pero también se sentía furioso ante la petición de perdón de la chica. Y claro, su reacción inicial de abofetearla dos veces carcomería sus sentimientos, causando una gran sensación de culpabilidad. A pesar de los obstáculos, Bellatrix estaba segura de que Harry eventualmente perdonaría a Hermione. Por esa razón, ella sentía reverencia por él.

Fin de Capítulo