Hola... saludos a todos...

Regreso con una nueva historia, esta vez un poco mas larga que las anteriores...

Y bueno con una idea un tanto loca (jajaja) pero al fin y al cabo los FF son para divertirnos... y crear diferente situaciones en donde los personajes de JKR sean los protagonistas...

Espero les guste... sus RR son importantes, porque motivan el alma de quien hace el intento de recrear en palabras una fantasía...

Dios los bendiga.

GIGOLÓ

LA ÚNICA SALIDA

Como cada mañana varias lechuzas se posaban en su escritorio, dejando rápidamente el correo. Fue tomando los sobres a medida que fueron cayendo, para intentar ordenarlos antes de que junto al montón de papeles que se hallaban regados por la superficie de madera, se traspapelaran y luego fuera todo un lió responder las transacciones y demandas que los miembros de la comunidad mágica a diario hacían.

Entre el montón de sobres color ocre, sobresalió uno de color lila suave. La bruja sonrió al reconocerlo de inmediato

"Querida Hija...

¡Hola!... tanto tiempo sin saber de ti... imaginamos que estas muy ocupada... pero nos sentimos tristes al pensar que nos has olvidado.

Aun así queremos que recuerdes siempre que te amamos y entendemos que tu mundo es diferente al nuestro.

Pero cuesta hija mía, no es fácil saberte cerca, pero a la vez tan lejos...

Sin embargo respetamos tu decisión, desde el mismo día que te fuiste y decidiste tu destino.

Ya eres toda una mujer, y no dudamos que hallas alcanzado muchos éxitos. Eso nos hace muy felices.

Una vez expresado todo lo anterior, creemos propicio el momento, para recordarte que este año es el Recuentro de nuestra familia en Francia, como lo hacemos cada cinco años. Imagino que no lo has olvidado ¿verdad?

Esperamos contar con tu presencia hija mía... aunque siempre que te invitamos tienes una excusa... esta vez es una orden.

Besos

Te amamos

Papá y Mamá.

PD: Anexo están los boletos de avión."

Hermione Granger se quedo de una pieza. Por supuesto que lo había olvidado. Había olvidado por completo la dichosa reunión familiar en Francia.

Apoyo su rostro en su mano izquierda, tratando de pensar rápido en una excusa que la librara de semejante compromiso. Pero recordó parte de las palabras leídas. Sus padres no admitirían un "no", un "tal vez", un "a lo mejor", un "quizás". Tenia que ir si no quería conocer la furia de sus padres y sobretodo la de su madre.

Con actitud desesperada comenzó a mordisquear la uña de su dedo pulgar.

Porque en realidad el problema no era que le aburriera la reunión, ya que siempre eran muy divertidas y amenas. El problema era que no podía presentarse nuevamente sola.

Ya imaginaba las burlas de sus primas Penélope, Michelle y Sandy: "Tan perfecta y tan sola". Podía escuchar claramente los ácidos comentarios de su tía Hanna: "Una mujer no puede ser muy inteligente, porque se queda sola" y de su tía abuela Margie: "Mi querida Hermione te quedaste para vestir santos".

¿Qué sabían ellas de su vida, ¿Qué sabían ellas de ser feliz sin necesidad de tener un hombre queriendo someterte?

No, nadie la entendía. Ni sus amigos y compañeros del mundo mágico podían entender como alguien como ella aun estaba soltera a sus treinta años. Y muchos menos sus padres que habían enviado dos boletos de avión, con la esperanza de que esta vez fuera acompañada.

Suspiro resignada. Las horas pasaban rápido. Debía comenzar su trabajo si no quería atrasarse. Ya tendría el momento de solucionar el inconveniente de la reunión familiar.

La tarde llego en un abrir y cerrar de ojos. Y en la oficina numero 12 del cuarto piso del Ministerio de Magia Ingles, se dejo escuchar un grito de exasperación.

No era posible. Todos sus amigos y conocidos hombres, que aun permanecían solteros estaban ocupados. Ninguno podía acompañarla por una semana a Francia y hacerse pasar por su prometido.

Aquello era inverosímil. Aunque todos se lamentaban por no poder ayudarla, de nada servían sus disculpas, estana perdida.

Tendría que ir sola, y soportar durante casi ocho días las burlas y consejos de toda su familia. De solo imaginarlo le dio un escalofrió.

-Bueno y ¿cual es el problema Hermione Granger?... por peores cosas has pasado... no ayudaste a tu amigo Harry Potter a derrotar al mago mas oscuro de la historia.. entonces...¿qué te pasa?... sobrevivirás... ya veras que si

Intento en vano de darse ánimos. Pero la verdad volvió a golpearla con fuerza. Conocía a su familia. No darían tregua hasta verla "felizmente" casada.

-Con que hablando sola... ya sabia yo que tanto trabajo no seria nada bueno... dijo una simpática voz desde la puerta.

Hermione dio un respingo y volvió su mirada hacia la voz.

Era su amiga Angeline, que como cada día venia a buscarla para cenar juntas.

-Vamos... ya es tarde... y un rico chocolate caliente espera por nosotras... dijo alegre la joven bruja.

Caminaron despacio por un centro comercial muggle. Hermione intentaba concentrarse en la conversación de Angeline, una bruja hija de muggles que se había convertido en su mejor amiga desde hacia mas de siete años.

Pero el problema sin resolver que representaba lo del "acompañante" para la reunión familiar, aun revoloteaba en su cabeza.

-Hermione ¿qué te pasa?... no estas escuchando lo que te dijo... reclamo Angeline

Estaban sentadas en una pequeña mesa del lugar donde siempre compartían la ultima comida del día. Una tasa de chocolate humeaba frente a cada una.

-Tengo un problema... confeso Hermione algo desesperada.

-Caracoles... por esa cara...parece serio... dijo Angeline con preocupación.

-Es una tontería... pero...

Hermione suspiro profundo. Claro que era una soberana tontería. Pero, ¿como explicárselo a una veintena de tíos y primos con una arraigada y añeja tradición casamentera?

-Hermione puedes contar conmigo... sabes que estoy dispuesta a ayudarte en lo que pueda... intervino Angeline colocando su mano sobre una de las de su amiga.

-Dudo que tu puedas ayudarme... sonrió Hermione agradecida.

-Si me lo cuentas... al menos puedo ayudarte a encontrar la solución... insistió la bruja luego de probar el chocolate.

-Veras... hoy en la mañana recibí una carta de mis padres, donde...

Hermione le contó con lujo de detalles su problema, Angeline escucho con detenimiento. Y llego un momento en que no sabia si reír o reprocharle a su amiga su actitud infantil.

Una vez terminado el relato, la bruja morena miro a su amiga esperando de su boca palabras de consuelo. Pero lo que encontró fue a alguien haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reírse.

-No te conté mi desgracia, para que te burles... chillo Hermione

Angeline no soporto y comenzó a reírse sin remedio.

-Ya terminaste?... pregunto indignada

-Disculpa... jajajaja... oh Hemione disculpa... jajajajaja... pero es que... jajajajaja...

-Si hubiese sabido que lo ibas a tomar así, no te hubiese dicho nada... casi grito Hermione mientras se levantaba del asiento.

-Esta bien amiga, discúlpame, ya... ya... dijo Angeline apenada, mientras lograba calmar su risa... ven... no te molestes...

Hermione se sentó a regañadientes, después de todo realmente la situación era risible. Tan estúpidamente risible.

-Veamos si entendí... dentro de una semana debes ir a Francia en compañía de tooodaaaa tu familia para una reunión... y estas sumamente preocupada porque no tienes quien te acompañe... ya que tu familia descubrirá que eres una mujer de treinta años que aun esta soltera y sin compromisos...

-Exacto

Realmente Angeline no pudo resumir todo el asunto de mejor manera.

La bruja rubia lucho consigo misma por no volver a largar una carcajada. En cambio suspiro profundo y fingió una actitud de preocupación.

Hermione se dio cuenta del esfuerzo de su amiga por ayudarla. Pero no tenia salvación, debía ir al cadalso sin derecho a replica.

-Pues se me ocurre una idea... dijo Angeline con una picara sonrisa.

-¿Cuál?... pregunto ansiosa Hermione.

Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa...

-Si no tienes quien te acompañe de forma voluntaria... pues no te queda mas remedio que pagar por ello

...Cualquier cosa menos eso.

-¿Qué? ¿te has vuelto loca?... grito Hermione sin importarle que varios ojos se fijaran en ellas... ¿pagar por una compañía masculina?

-Bueno dicho de esa forma... suena feo... pero que mas remedio te queda amiga... si dices que ya le pediste ayuda a todos tus amigos solteros y nadie puede... pues no veo otra solución... a menos... que quieras pasar ocho largos días escuchando sermones... explico Angeline con seriedad.

Hermione se mordió el labio inferior. ¿Cómo podía pasarle eso a ella?. A ella, una mujer inteligente, bella y trabajadora. Donde estaban los terremotos, huracanes o el mismo Voldemort cuando se necesitaba, ya que estaba segura que ante calamidades como esas, su madre no se molestaría si ella no podía acudir a la "cita".

-Entonces... ¿qué dices?... ¿lo tomas o lo dejas?... dijo Angeline tomando el ultimo trajo de su chocolate.

-Si no queda mas remedio... dijo Hermione con voz lacónica.

-Al mal tiempo darle prisa... ven... busquemos un libreto telefónico... en este establecimiento muggle debe haber uno.

Hermione acompaño a Angeline hasta dentro del establecimiento, pero dejo que su amiga hiciera todo.

Hablo con la dueña del local, quien amablemente le presto un pesado libro muggle, donde estaban anotados miles y miles de teléfonos de toda Gran Bretaña.

Y para sorpresa de las brujas, habían anuncios multicolores en una sección titulada "Paginas Amarillas", donde se ofrecían "servicios de compañía" a diferentes precios.

Angeline le mostró un anunció de diseño bonito y discreto que decía

"Es usted una Dama que desea ser tratada como Diosa... entonces no espere mas... en el "Paraíso de Adonis" encontrará lo que busca... Discreción garantizada".

-Llamemos a este... parece elegante y refinado... dijo Angeline mientras anotaba el teléfono.

-Pero ¿por qué ese lugar muggle?... dijo Hermione tratando de encontrar pretextos...

-Vamos no pretenderás buscar un Gigoló en el mundo mágico... dijo Angeline con incredulidad

-Un que?

-Un Gigoló... tu sabes... esos hombres jóvenes que venden sus placeres a las mujeres mayores... explico Angeline sin medir sus palabras.

-Pero si yo no soy una vieja... dijo indignada Hermione... además no me gusta la idea de contratar a un niño...

-Claro que no eres una vieja... además no son niños... son hombres extremadamente atractivos... entrenados para dar placer... y que banquete se va a dar contigo... sonrió Angeline con picardía

-Un momento... yo solo quiero un hombre que me acompañe... no quiero tener sexo con un extraño... le corrigió Hermione

-Si... si ... ya lo se... vas a llamar... si o no... dijo algo molesta Angeline.

Se habían detenido frente a un establecimiento donde los muggles podían realizar llamadas telefónicas a donde quisieran.

Pidieron una casilla y ambas entraron. Angeline levanto el auricular pero Hermione le hizo volverlo a colgar

-Pero ¿ahora que te pasa?... pregunto Angeline preocupada y algo exasperada

-Tengo miedo... confeso Hermione... nunca he hecho algo semejante...

-Ni yo tampoco... pero siempre hay una primera vez... vamos... valor amiga...

Hermione levanto el auricular. No podía creer que iba a hacerlo.

Marco el numero y una voz masculina contesto del otro lado. No podía creerlo, lo estaba haciendo.

-"Buenas noches... "Paraíso de Adonis"... a la orden..."

Colgó el auricular del teléfono. Ahora si lo creía, lo había hecho.

Hermione aun estaba en Shock. Angeline guardaba silencio esperando a que su amiga reaccionara. Estaban sentadas en la barra del Caldero Chorreante

-¿Lo hice bien?... pregunto al fin la morena, frotándose nerviosamente las manos, una contra la otra.

-Estuviste genial... dijo Angeline con sinceridad... serena y pausada... como cuando haces las transacciones comerciales del ministerio... sin embargo creo que el precio estuvo algo...

-Se que me excedí un poco... pero estaba tan nerviosa... además el hombre dudo en aceptar mi petición... porque según me dijo estaban muy copados en estos días...se explico Hermione

-Mentiras... eso lo dicen para aumentar el precio... sentencio Angeline

-No creo... de todas formas ya esta hecho... el hombre llega el sábado a las ocho en punto a mi casa...

-Y ¿cómo se llama?... pregunto Angeline ansiosa de detalles

-Heros...

A varios cientos de kilómetros de allí, en una imponente mansión de estilo gótico, la noche apenas comenzaba. Varios automóviles entraban por unas amplias rejas de hierro, deteniéndose, luego de pasar por entre laberintos de amplios jardines, frente a una pequeña escalinata.

De cada auto descendían hombres y mujeres de distinguido aspecto, ingresando al interior de la mansión acompañados de esculturales hombres y mujeres de joven belleza.

Una vez dentro eran recibidos por un cálido y fiestero ambiente, donde se reunían una variopinta gama de personalidades de todos los ámbitos de la vida social muggle.

Un hombre de mediana edad, de cabellos caoba, vistiendo un traje aterciopelado de verde limón, observaba gustoso como se desarrollaba todo en el amplio salón. Sin duda todo iba a las mil maravillas al igual que cada noche. Sin embargo dudaba que le fuera igual de bien cuando le fuera concedida la audiencia con su jefe.

-Vicent... el Lord te espera... dijo una suave voz a sus espaldas.

-Gracias Carmila...

Vicent observo a Carmila por unos instantes, mientras la joven deidad se perdía por el pasillo.

Camino con paso firme hacia el despacho del Lord. Pero no podía dejar de sentir un leve miedo al imaginar la reacción de su jefe.

-Buenas noche mi Lord... lamento molestarlo... se disculpo Vicent al entrar al lujoso despacho

-Buenas noches Vicent... pasa... siéntate... espero que sea algo muy importante para hacerme venir hasta aquí.

Vicent retrocedió un par de pasos. Por el tono en la voz de su jefe, bien podía intuir que estaba molesto. Quizás había sido interrumpido en uno de sus negocios, en algún juego o peor en alguna cama.

-Estoy esperando Vicent... gruño el Lord desde el sillón que ocupaba frente a la chimenea.

-Vera mi Lord... pedí esta audiencia... porque tenemos un problema... y creo menester que usted me ayude a buscar la solución.

-Un problema?... un problema con respecto a que?... pregunto en un susurro el Lord

-Con respecto a las solicitudes...

Vicent no había terminado de hablar, cuando sintió alrededor de su cuello una sofocante presión.

-¿Qué?... me haces dejar plantada a la condesa Guillard... por un asunto tan estúpido como lo son las audiencias... acaso te has vuelto tan incompetente que no puedes resolver tu mismo ese problema... grito el Lord, mientras apretaba con fuerza el cuello de Vicente con una sola mano.

El empleado no sabia como su jefe había logrado atrapar su cuello de esa forma, dado que ambos habían estado separados por mas de cuatro metros de distancia. En que momento él caminó hasta su jefe o su jefe había caminado hasta él, era sin duda un misterio, que como tanto otros, ya llevaba acumulados en su memoria, desde los siete años que llevaba al servicio del Lord. Eran tantas las cosas extrañas que pasaban a su alrededor.

-Deje...me expli...car... intento decir Vicent.

El Lord lo soltó. Vicente se aflojo rápidamente la corbata para lograr que el aire llegara a sus pulmones.

-Explícate... grito el Lord, perdiendo todo rastro de paciencia.

-Es que ha llegado una solicitud... la Dama en cuestión desea una compañía por ocho días... pero no tenemos disponibilidad alguna... comenzó a explicar el empleado.

-¿Y?... podemos darnos el lujo de rechazarla...

El Lord tenia sus pálidas mejillas levemente coloreadas de un suave color violeta y había comenzado a respirar rápidamente. Tenia sus fríos ojos grises clavados en los negros de Vicent

-Pero es que... la Dama ofreció un cuarto de millón de euros...

-¿Cuánto?... pregunto incrédulo el Lord

-Un cuarto de millón de euros... repitió Vicent con una sonrisa.

Nadie podía pagar semejante suma por una compañía.

Debía ser una broma.

-Por eso no pude rehusarme mi Lord... imagínese... es la suma que necesita para abrir otra sucursal... la Rio de Janeiro... ¿recuerda?

-Claro que lo recuerdo... dijo el Lord de forma despectiva.

Aun no podía salir de su asombro.

-Yo mismo cerré el contrato y ya deduje la cantidad de la tarjeta de crédito de la Dama... así que aunque se arrepienta... ya esta cancelado el dinero... dijo triunfante Vicent.

-Bien hecho... a ¿quien piensan enviar?... pregunto distraído el Lord, quien ya estaba haciendo planes financieros con la suma de dinero ganada.

-Ese es el problema mi Lord... no tengo a nadie disponible... volvió a decir el empleado cabizbajo.

-¿Qué no hay nadie?... eso no puede ser... tienes que encontrar a alguien... nuestra reputación esta en juego... además una Dama no puede hacerse esperar... dijo el Lord alarmado.

-No lo hay mi Lord... no tengo a quien enviar... a menos claro... que...

-¿Qué?... habla de una vez...

Vicente tomo aire y dejo escapar su idea, aun a sabiendas de que el Lord podía explotar como un volcán.

-A menos que usted mismo sea quien cumpla el encargo...