Si! He terminado el Fic!

Sinceramente pensaba que no lo terminaría nunca. Como siempre pido perdón por la tardanza pero hace poco me operaron, nada de gravedad, pero aun así tengo que estar en reposo jeje, así que probablemente vean actualizaciones mías seguido, depende de mi grado de inspiración.

Ahora les dejo con el Final que mas me ha costado escribir, no recuerdo ni en que año subi este Fic jeje pero al fin lo termine! Como siempre cuando se termina una historia da algo de penita, pero solo espero que sea que les guste y como siempre que me lo hagan saber!

La Tentación de Mentir

Epilogo

Parte II

-

El despertador sonó rompiendo el silencio de la habitación.

En realidad, el silencio de toda la casa.

Aoshi abrió uno de sus ojos de hielo, no había dormido absolutamente nada en toda la noche. Ya era bastante extraño que pudiera dormir varias horas seguidas, pero aquella tranquilidad le inquietaba. Era normal que en una isla en medio del Pacifico no hubiera el mas mínimo ruido, y El no estaba tranquilo sin el ruido propio de una gran ciudad.

Estaba seguro de que Misao tampoco había pegado ojo, se había levantado hacia una hora de la cama y no había vuelto con El.

Sabia de sobra donde se encontraba su pequeña mujercita.

En un movimiento rápido se levanto de la cama, cogió la muda de ropa que tenia ya preparada y se metió al cuarto de baño, para darse una rápida ducha de agua fría que activara sus cinco sentidos. Se fijo en que las cosas de Misao ya estaban preparadas, no solían viajar con mucho equipaje.

Tras la ducha y vestirse con un sobrio traje de chaqueta, propio de su estilo, preparo su maleta y miro el reloj, iba bien de tiempo, el taxi les iría a buscar en 15 minutos.

Era hora de ir a buscar a Misao.

Hiko les había alistado rápidamente unas habitaciones, teniendo mas atención en la que seria para el pequeño Ryo, ya que su estancia, al menos por el momento, seria de mas tiempo. Le había acomodado en una amplia habitación de la primera planta, junto al Salón, para que el niño estuviera mas cómodo. Con amplios ventanales que daban a las playas del lado norte de la Mansión. Una hermosa vista para la tranquilidad.

Se asomo a la puerta de la habitación, aun en penumbras.

Observo a Misao sentada en una silla junto a la cama del pequeño, mirándolo en silencio y acariciándole los mechones de pelo alborotado, sutilmente para no despertarlo de su sueño.

Una pequeña sonrisa ilumino su, por lo general, serio rostro.

Esos eran momentos que nunca olvidaría. Al contrario de todo lo que se pudo haber imaginado de cómo seria su vida familiar de mayor, cuando sentara cabeza y formara una familia..., se había "casado", por decirlo de alguna manera ya que nunca pasaron por el altar, con una asesina sin escrúpulos, bastante mas joven que El, sin ningún tipo de responsabilidad, sin experiencia en relaciones cordiales, familiares, ... podría seguir enumerando todas las cualidades que le faltaban a Misao para ser lo que El había pensado que seria su futura mujer.

La había dejado embarazada sin siquiera haber tenido una relación "amorosa" previa, y en un contexto del todo inapropiado, les habían intentado matar en varias ocasiones, había dudado de la paternidad de su bebe y de muchos otros aspectos en general.

Pero nada de eso lo consideraba si quiera un poco negativo, no señor.

En realidad, y a pesar de..., se sentía el hombre mas afortunado del mundo.

Si, Misao estaba lejos de ser lo que todos hubieran creído apropiado para El como mujer, pero lo compensaba con creces. Lo había enamorado sin mas, su efusividad, su carácter, su iniciativa, valor, fogosidad..., al principio creyó que tenia demasiado de todo eso, pero la convivencia con Ella le descubrió nuevas facetas de la muchacha.

Eran completamente polos opuestos.

El le dio tranquilidad y estabilidad a una joven que lo pedía a gritos, y Ella... lo revivió.

Así de simple.

Los meses viviendo entre las sombras, ocultos durante el embarazo de Misao, fueron suficientes para terminar de conocerse, de adaptarse el uno al otro, después de todo no podía ser fácil compartir la vida con alguien, cuando ambos estaban acostumbrados a la soledad.

Fue difícil, no faltaba un día que no hubiera una discusión, y mas teniendo en cuenta los cambios de humor por el estado de Misao.

Y superado todo ello, llego Ryo.

Miro al pequeño que la joven acariciaba con ternura. La faceta que solo guardaba para su hijo y para El mismo.

No puedo evitar recordar el día en que nació.

Ese día se sentía, tenia que admitirlo, mas temeroso que nunca. En medio de una misión Hannya le había llamado para decirle que Misao había entrado en trabajo de parto.

Un mes antes!, solo eso lo puso histérico, quien lo diría de Aoshi Shinomori.

Todo el camino hacia el lugar donde se refugiaban en ese momento se lo paso pensando en si estarían preparados para algo así, un bebe no era ninguna broma y ahora era cuando se daba cuenta de que a lo mejor no seria un buen padre, desde luego Misao y El no eran los prototipos perfectos para el cuidado de un recién nacido.

Pero cuando llego Misao ya había dado a luz, eran una joven fuerte, su pulso no tembló en ningún momento, había sido tan valiente... Cuando iba caminando hacia la habitación, mientras Hannya le explicaba lo fuerte que había sido la joven, El pensaba que jamás le confesaría el miedo que había pasado, pero entonces entro.

Misao estaba recostada en la cama, completamente agotada y adolorida, prácticamente sus ojos se cerraban solos del cansancio y aun así no podía hacer otra cosa que mirar al pequeño fardo que tenia entre sus brazos.

Y le miro a El.

Y entonces supo que Ella estaba tan aterrada como El, y sonrió.

Los dos mejores asesinos y espías de Japón aterrados por un niño que apenas pesaba 3 kilos.

La primera imagen de su hijo era algo que nunca olvidaría.

Tan pequeño, enrojecido, frágil... les miraba con esos ojos azules curioso y tranquilo, y Misao le dijo que definitivamente había salido a El.

Se acerco a la cama donde dormía Ryo, sorprendiendo a Misao.

Se agacho a su lado y observo al niño. Ahora con 3 años había cambiado bastante, sus rasgos se habían definido algo mas, pero seguía siendo calmado. Para El siempre seria su bebe, creciera lo que creciera.

-No podía dormir.- Susurro Misao, alejando la mano del cabello de Ryo.

-Se que es difícil.- Aoshi sabia perfectamente que le pasaba. Se había vuelto mas accesible tras el nacimiento de Ryo, para El... transparente como el agua.- Pero es lo mejor.

-Lo se.- Ella suspiro intensamente y miro el reloj.- El taxi esta a punto de llegar.

Ambos se levantaron al mismo tiempo, echando una ultima mirada al pequeño para salir de la habitación tan silenciosamente como habían llegado. Aoshi dejo que Misao pasara delante, no se lo pensó mucho, antes de cogerla de la mano, deteniéndola.

Se miraron en la oscuridad solo unos instantes, antes de darse un casto beso en los labios, mas un beso de comprensión, de apoyo. Y Ella salió de la habitación.

-Te prometo...- Empezó a susurrar, mirando a la cama de su niño.- que haré lo que este en mi mano por reunirnos de nuevo, o moriré en el intento.

Shinomori escucho la bocina del taxi y supo que era hora de irse.

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Pareciera que aquella noche nadie había pegado ojo.

A primera hora de la mañana, entrando en su despacho, lo primero que hizo fue encender la televisión. Shishio se había pegado toda la noche en la sede de su partido, sin dormir apenas, esperando el veredicto final después del día de elecciones.

Estaba muy claro quien había sido el ganador por mayoría. Las ultimas encuestas le daban la razón, pero quería ver el definitivo y en dos minutos las noticias de la mañana confirmarían lo que todos ya sabían.

Detrás de el aparecieron algunos concejales y tenientes de alcalde, toda su cúpula de poder esperaba la gran noticia. Otra continuidad por 4 años. Entre los asistentes, Sayuri Holssing sostenía un teléfono móvil, preparada para dar la hora de la rueda de prensa tras la noticia. Todo tenia que ser perfecto. Ahora mas que nunca tenia que mantener su templanza.

Makoto Shishio subió el volumen cuando apareció la locutora tras la mesa del telediario.

"Buenos días Tokyo, son las 8:00 a.m. y este será el primer informativo de la ciudad en dar la esperada noticia."

Las respiración se contuvieron en toda la sala.

"Según el ultimo y definitivo escrutinio, Makoto Shishio, alcalde de Tokyo desde hace 8 años, permanecerá a la cabeza del Ayuntamiento de esta ciudad durante 4 años mas, con una victoria del 62 frente a su adversario del partido de centro-izquierda.

Consiguiendo los votos necesarios para liderar sin pactos."

No había terminado de dar la noticia y todos saltaban dentro de la habitación.

Gritos de alegría y felicitaciones tras una ardua campaña de mas de dos meses, Shishio seguiría en el poder, y además cómodamente. Nada podría ser mas perfecto, pensaba El.

Las botellas de champán y cava se abrían sin reparar en gastos. Era momento de celebrar.

Si, era el momento.

Sayuri Holssing sonrió, felicito a sus compañeros y respondió a las miradas cómplices que Makoto le enviaba, no tan disimuladamente como debería.

Luego marco un numero de teléfono y anuncio la rueda de prensa para dentro de 15 minutos en la escalinata principal del Ayuntamiento.

Miro su reloj de muñeca de oro e incrustaciones de diamantes, regalo de Shishio, eran las 8:02 a.m., faltaban 11 horas. 11 Horas y estaría en un vuelo rumbo a Okinawa, y seria la ultima vez que pisara ese apestoso Ayuntamiento.

Porque se le hacia tan eterno?

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-Que hijo de puta.- Susurro Shogo Amakusa, tirando de una patada la silla donde estaba sentado segundos antes.

En la Prisión de alta Seguridad de Tokyo también observaban la noticia de que Shishio había sido reelegido como alcalde, y desde luego no era buena noticia para ninguno de los que estaban apresados allí dentro.

Un guardia se acerco, dándole a entender que se dejara de arrebatos de rabia, sin palabras.

Refunfuñando cogió la silla y volvió a sentarse, para luego mirar a su compañero de celda.

-Te veo muy tranquilo.- Le dijo, cogiendo un cigarro del paquete que había encima de la mesa.- Shishio no parara hasta verte muerto, lo sabes no?

Sanosuke sonrió, cómodo en su silla.- No se si le dará tiempo.

-Que sabes Sagara?.- Shogo levanto una ceja, irónico.- Ayer creo que tuviste muchas noticias, no?, Me dijeron que una guapa morena vino a visitarte, es ese el motivo de tu tranquilidad?

-No precisamente fue Ella la que me dio las buenas noticias.- Sanosuke también se encendió un cigarro.- Pero tampoco estaban tan mal.

El moreno recordó el ajetreado día que había tenido.

En su vida había recibido tantas sorpresas de una sola vez, y menos con unas simples carta y visita, ambas igual de inesperadas.

Sonrió al recordar a la guapa morena de la que hablaba su amigo.

FLASHBACK

Tras el ultimo golpe para el saco de boxeo para coger aire.

Hoy había marcado un nuevo record personal, lo único bueno que tenia la cárcel, además de la cama y comida gratis, era que tenia demasiado tiempo libre para dedicarse a ponerse en forma. Y mas que en forma... no recordaba haber estado así nunca.

Le dio un trago a su botella de agua y se seco el sudor de la frente con la camiseta blanca.

En unos minutos seria su turno en la lavandería y tenia que ducharse antes, o el olor no dejaría trabar a sus demás compañeros. Al menos cuando le tocaba esa actividad podía relajarse un poco, lo que mas odiaba era encargarse de la limpieza.

Sanosuke se puso la toalla al hombro y observo a los policías cuidando la puerta de salida, justo en el momento en que ha uno lo llamaban por el intercomunicador.

Siguió su camino derecho a las duchas, cuando el policía que había recibido la llamada le bloqueo el paso.

-Dúchate rápido Sagara.- Le ordeno tajantemente.- Tienes una visita y no es de ningún periodista.

Sano levanto una ceja, consternado.- Quien demonios es?

-La pregunta correcta seria quien demonios querría visitarte.- Despotrico el policía antes de volver a su posición.- No tardes, ya te esperan en la sala de visita.

Igual de extrañado siguió su camino hacia los baños.

No quiso aparentar prisa, pero en realidad la curiosidad se lo comía por dentro. No había recibido nunca la visita de nadie, a demás de los tantos medios de comunicación que habían intentado entrevistarle en miles de ocasiones. Termino por ordenar que le prohibieran las visitas de periodistas.

Y después de tantos años tenia una visita personal.

No podía siguiera imaginarse de quien se trataba. Solo había mantenido contacto por carta con Yahiko, aunque a penas le había mandado 3 o 4, con un nombre falso ya que seguramente le revisaban el correo y hablando mayoritariamente en clave.

Sobre el plan que habían tramado para quitar a Shishio del camino.

No podía sentirse mas orgulloso de aquel enano antipático y de la joven bailarina.

Tras la ducha uno de los guardias le escolto hasta la sala de visitas, esposado lógicamente.

Las medidas de seguridad nunca eran suficientes.

Lo metieron en una habitación con un espejo, tal como en las películas, para escuchar sus conversaciones. Lo esposaron a la silla y un guardia se quedo vigilando la entrada. Solo quedaba esperar quien era la misteriosa visita.

Nunca hubiera imaginado la persona que en ese momento cruzo la puerta.

Tras el primer impacto, parpadeo varias veces, anonadado, mientras la joven morena de ojos miel caminaba insegura hacia la silla que le correspondía, y apretaba las manos nerviosamente.

Sanosuke abrió la boca para decir algo, pero Ella se le adelanto, levantando la barbilla orgullosamente.

-No puedo decirte con certeza que hago aquí, pero aquí estoy.

-Parece que hay cosas que nunca cambian.- Respondió el moreno automáticamente, aun sin salir de su asombro.

Estaba tal como la recordaba. No había cambiado en nada.

La examino de arriba abajo, en lo que a El le parecieron minutos enteros, cuando apenas fue en un suspiro.

Desde luego, no recordaba mujer mas hermosa y fina que Megumi Takani. Sin duda alguna era su conquista mas valorada, pensaba, nunca podría tener una mujer como Ella, ni en sueños.

Y mucho menos teniendo en cuenta que se pegaría gran parte de su vida en la cárcel. La visita de Megumi era un placer que sabia, no se merecía.

No podía negar que durante todos esos años había pensado mas de una vez que seria de Ella.

-No hace falta que me mires de esa manera.- Le corto Ella, al principio algo incomoda.

-Perdona.- No tardo en disculparse, aun no sabia de que hablar y Ella no parecía dejarle claro el motivo de su visita.- Me alegra ver una cara amiga, y mas una cara tan bonita.

No había cambiado, pensó la joven sonrojándose.- ... Te veo bien.

-No me va tan mal.- Sanosuke sonrió ampliamente.- Siempre he sido un hombre de suerte.

-Eso no lo niego.- Por fin el ambiente empezaba a relajarse, Meg rió algo mas cómoda.- Te preguntaras que hago aquí.

-Pues si.

La joven Takani suspiro lentamente, no sabia como empezar.- Desde aquello..., vivo en Oxford, en Inglaterra.

Sagara rió.- Se donde queda Oxford, y que haces allá?

-Acabo de terminar Medicina.- Megumi sonrió, con amabilidad.- Tengo una casa, un coche, buenos amigos y compañeros y... algo así como un novio.

Tubo que reconocerlo. Eso le había dolido.

-Me alegro, es la vida adecuada para ti.- Dijo El, algo mas serio.

-Pero no soy feliz.

Ahora le toco el turno de suspirar a Sanosuke.- No es eso lo que querías?

-Si!.- Megumi contesto rápidamente, frustrada.- Pero no dejo atrás la vida que tenia aquí, y sabes porque?

-Sorpréndeme.

Takani Megumi le miro con el ceño fruncido.- Por ti!

Y ahora se había quedado sin palabras.

-Eso es lo que hago aquí.- Meg se levanto y empezó a caminar por la habitación.- No dejaba de pensar en ti, en como estabas, si estarías bien... tantas cosas!, pensaras que estoy loca, que esto es demasiado... precipitado!. Pero no puedo ser feliz sin saber una cosa.

Sanosuke trago saliva.- Dime en que te puedo ayudar.

Ella le miro, entre frustrada y triste, sabia perfectamente que todo aquello no tenia sentido.

-Quiero saber... si tu..., has sentido, aunque sea una vez, lo mismo que yo.

De nuevo sin palabras.

-Si no me iré a la Riviera francesa ahora mismo a seguir con mi vida y... te olvidare.- Megumi se desplomo encima de la silla.

Vaya sorpresa, pensó el moreno.

Nunca se hubiera esperado nada parecido de la orgullosa y mimada Megumi Takani, y sin embargo todos esos años había soñado con esa estúpida escena que estaba viviendo, completamente seguro de que nunca le pasaría nada igual, y mucho menos con la que consideraba la mujer menos a su alcance de todo el mundo.

La mujer que con solo un beso le había cambiado los esquemas. Pero quien era El, al lado de Ella?, aun así siempre había sido un hombre arriesgado.

No podía malgastar el viaje que acaba de hacer Ella.

Debería pensar en Ella y decirle que no? El no podía ofrecerle nada, y mucho menos desde la cárcel..., pero... desde cuando había sido generoso o considerado?

En realidad empezaba a definirse como un gran egoísta, y orgulloso de ello.

-Y si te digo que si?

Megumi levanto la mirada, sorprendida.- Me tomas el pelo Sagara?

-Que respuesta te esperabas?.- El sonrió, sin arrepentirse de lo que acababa de hacer.

Ella balbuceo unos instantes.- Pues..., la verdad es que no esperaba nada en concreto.

-Bueno, pues ya tienes mi respuesta, me volviste loco desde la primera vez que te vi y no creo que conozca a una mujer parecida, Takani.

El rostro de Megumi se enterneció unos instantes, antes de volver a la realidad.

Sanosuke lo noto.- Pero sabes que esto es imposible.

-Lo se.- Asintió la morena.- Solo... quería saber si mi desdicha era correspondida, al menos tengo ese consuelo, no podía dejar que tu estuvieras tan feliz en tu cárcel y yo sufriendo como una idiota.

-Nunca hubiera pensando lo contrario.- Sanosuke rió, como hacia tiempo no reía.- Entonces...?

Que sugieres para... nuestra delicada situación? No quiero que me estés esperando toda una vida.

Takani agacho la cabeza.- No, no seria justo para ninguno.- Pensó durante algunos segundos.- Soy conciente de la situación, no queda otro remedio que seguir con nuestras vidas.

El sonrió, tristemente. A pesar de lo romántico de la situación, la realidad era otra.

Pero al menos aquel viaje sabia que no era en vano, al menos Megumi lo tenia muy claro.

-Volveré a Inglaterra a terminar lo que he empezado.- Ella sonrió, con una lagrima asomando.- Pero quiero que sepas una cosa Sagara, estaré al tanto de tu situación y... si cuando salgas sigues queriendo... te estaré esperando, no castamente pero te esperare.

El moreno soltó una carcajada.- No se me ocurre nada mejor que hacer cuando llegue ese bendito día...- La miro profundamente.- Sabes?

-Que?

-Si no estuviera esposado a este maldita silla te daría el beso de tu vida.

El corazón de Megumi pego un brinco.

Algo que nunca le había pasado con ningún otro, estaba muy segura de Ello. Y entonces, ya definitivamente, supo que ese viaje no era un error.

Se levanto lentamente de la silla y se acerco a la de Sanosuke, sonriendo con la barbilla alta.

-Ni falta que hace que te levantes.

Se sentó en sus rodillas, le cogió el rostro con las manos, y tras mirarse mutuamente unos instantes, se dedicaron únicamente a besarse con pasión. Por el tiempo perdido.

Durante unos minutos no hicieron otra cosa.

Sanosuke sabia que toda esa efusividad también era causa de la abstinencia de los últimos años, pero también sabia que podrían ponerle a otra mujer delante, con Ella era distinto, y su pecho se hincho de orgullo al darse cuenta de que Megumi sentía lo mismo.

Sabia a gloria.

De repente, hacia demasiado calor en esa sala.

Megumi se separo lentamente de El, y como leyéndole la mente hizo la pregunta acertada.

-Se permiten las visitas conyugales en esta cárcel?

FINFLASHBACK

Recordando aquella maravillosa visita, su mente voló algunos minutos.

Había pasado la mejor hora de su vida, aunque el final había sido mas amargo de lo que hubiera querido, para ambos.

Ambos sabían que pasaría mucho tiempo antes de volver a verse, incluso no era seguro que para aquel entonces Ella le esperara, o sintieran lo mismo. Serian demasiados años, demasiado largos. Tenia tan pocas probabilidades de superar esa prueba...

Y por primera vez en 4 años, deseo de verdad la libertad.

-No estaban tan mal?!.- Rió Shogo, despertándolo de sus pensamientos.- Me dijeron que te hicieron una visita conyugal!, Lo que yo daría por estar con una mujer!

Sanosuke rió a todo pulmón, por la cara de frustración de su compañero.

-Dime, que puede ser mejor que eso aquí dentro?.- Pregunto, algo fastidiado, dándole una calada al cigarro.- Tiene que ser muy bueno.

Sagara Sanosuke miro a su alrededor, cerciorándose de que no hubiera nadie escuchando su conversación. Luego acerco mas la silla a la de Shogo.

-Yahiko me volvió a mandar una carta.

Shogo levanto una ceja, sorprendido.- Eres del otro bando ahora? Eso es mejor que estar con una mujer?, Debe de haberte afectado mucho el estar aquí dentro con tanto hombre!

-Quieres callarte?!.- Levanto un poco la voz, pero no demasiado, no quería que nadie se interesase por el tema del que hablaban.- Lo que importa es lo que pone dentro, no quien lo envía imbecil.

Shogo soltó una carcajada.- Ya lo se, solo quería ver tu cara..., y que dice el enano?

El moreno se saco un papel arrugado del bolsillo del pantalón y lo dejo encima de la mesa disimulada para que lo leyera su amigo, luego se dispuso a hacerle un pequeño resumen.

-Te acuerdas que me dijiste que te sonaba la cara de la que estaba al lado de Shishio en la tele?

Shogo asintió.

-Es Tomoe.

-En serio?.- Su compañero le miro, bastante sorprendido.- Que demonios traman?

-No es obvio?.- Sonrió Sano, contagiándoselo rápidamente a Amakusa.

-Cuando y donde?.- Era la noticia mas esperada por todos los antiguos habitantes de los bajos fondos.- No serán ellos verdad?

Sanosuke se acerco un poco mas.- No te preocupes, mañana por la mañana, si todo sale bien, la noticia saldrá en todos los medios de comunicación..., se encargaran los mejores.

Durante algunos instantes Shogo observo a su amigo, intentando adivinar quien podía ser el asesino perfecto para Makoto Shishio, que aun siguiera en activo.

-Hiko?

Sanosuke negó con la cabeza.- Shinomori y Makimachi.

Amakusa se acomodo en su silla, pasándole de nuevo la carta a Sanosuke, mientras esbozaba una irónica sonrisa de satisfacción.

-Shinomori y Makimachi...- Susurro.- No son una mala... alternativa.

-Desde luego son los mejores en este momento.- Sanosuke volvió a guardar la carta.

-Bueno...- Shogo apago el cigarro y se estiro tranquilo.- Déjales a Ellos la parte sucia, nosotros tenemos que pensar en el... "después de..."

Ambos sonrieron, cómplices.

Si Shishio moría los bajos fondos volverían a ser autosuficientes. No había un mandatario a la altura del Alcalde y no tardarían en sublevarse, todo volvería a ser como tenia que ser. Ellos no podían hacer mucho desde la cárcel, pero eso no significaba que fueran a participar.

Entre rejas se encontraban muchos de los grandes jefes de las mafias y narcotraficantes, desde dentro moverían los hilos necesarios para que fuera si hicieran las cosas bien.

Era su oportunidad de restaurar el orden en las calles.

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Llegado el mediodía todos estaban agotados de tanta celebración y hasta la toma de poder, en un mes mas o menos, no tenían realmente mucho trabajo.

Shishio se había encargado de dejar las cosas hechas para poder tomarse unas vacaciones tras las elecciones.

Después de una intensa rueda de prensa donde mostró su lado mas competitivo, un reportaje en su casa con su mujer e hijos, un discurso en su sede hacia todos los que habían trabajado a su lado y una llamada de teléfono a su adversario para mostrarle su apoyo... llegaba el momento de hacer lo que quisiera.

Todo estaba perfectamente planeado.

La excusa de un fin de semana fuera para su mujer era la de un congreso en China sobre el mercado exterior, era obvio que la señora se iba a disgustar por no atender a su familia luego de una victoria tan importante, pero le había prometido que luego pasarían unas tranquilas vacaciones en Europa, y también se había encargado de que los medios de comunicación lo supieran.

Siempre había que pensar en la buena imagen.

Pero justo en ese momento, solo quería una cosa.

Y era irse a su Mansión de Okinawa con la mujer que lo tenia totalmente loco. Sayuri Holssing.

Necesitaba su imagen de padre de familia y buen marido para ganarse el respeto de los votantes, eso era algo lógico, pero El tenia otros planes en mente.

Dentro de cuatro años se retiraría, y entonces ya podría hacer lo que le diera la gana, pero con moderación. Dejaría a su mujer como una divorciada muy rica y a sus hijos bien mantenidos, se retiraría a vivir a su Mansión de las afueras con Sayuri, viviría de sus negocios de ingeniería y construcción, de las grandes sumas de dinero recaudado de los bajos fondos, y se dedicaría exclusivamente a complacer a su nueva esposa, a fiestas de gala, a dar meeting en las universidades y a viajes de placer.

Por supuesto la Alcaldía no quedaría en manos de ningún torpe. Entre las sombras el seguiría manejándolo todo. Durante años adoctrino a Soujiro para el día en que le sustituyera, no habría podido encontrar mejor sustituto que ese joven.

Pero sus planes habían cambiado drásticamente aquella noche...

Ahora tenia que poner toda su atención en buscar a la persona adecuada para ese trabajo.

Suspiro satisfecho, no podía existir mejor plan para su jubilación.

Y ahora iba en su limusina camino al apartamento de Sayuri, la recogería y tomarían su avión privado para ir hacia Okinawa, para celebrar su reelección de manera perfecta.

El chofer aparco justo en la puerta de los apartamentos, no tuvieron que esperar mucho tiempo. La joven de cabellos rubios salió de la entrada cargada con varias maletas, mientras la ayudaba un botones y el chofer a meterlas dentro del maletero de la limusina.

Espero a que le abrieran la puerta del automóvil y se introdujo sonriente, mientras Shishio le hacia hueco para que se sentara a su lado.

Se saludaron con un efusivo beso y la limusina se puso en marcha.

-Estas preparada preciosa?.- Le pregunto, mas que sonriente, poniendo dos copas de champán.

Sayuri acepto la copa.- He esperado esto tanto tiempo.

-Ahora, mi muñeca de oro, seré todo tuyo.- Brindaron.

Sayuri Holssing sonrió complaciente y apuro la bebida dorada, para sacar su teléfono móvil.

-A quien llamas?.- Pregunto Shishio, era un maniático del control.

-Le mando un mensaje a mi madre.- La joven de ojos azules y cabello rubio le sonrió, inocentemente.- Con tanta emoción no he podido informarla de tu victoria.

-Seguramente se habrá enterado por las noticias.- Volvió a llenar su copa.- Cuando la conoceré? Hablas tanto de Ella.

-Pronto nos hará una visita.- Contesto, terminando de mandar el mensaje y guardando de nuevo el teléfono.

Miro su reloj disimuladamente y sonrió, por primera vez en mucho tiempo, sinceramente.

Cogió de nuevo su copa llena de champán y volvió a brindar con el hombre a su lado.

Se obligaba a si misma a pensar que era cuestión de horas que toda aquella pesadilla acabara, y entonces... seria libre.

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"ESTAMOS EN CAMINO.

EL AVIÓN SALE A LAS 15:00, ESPERA NUEVA INFORMACIÓN"

Yahiko cerro el mensaje y guardo el móvil.

Había llegado a Okinawa el día anterior, como estaba planeado.

En esos momentos se encontraba en la terraza de una pequeña cafetería del pueblo cercano a la Mansión que Shishio poseía en la isla, como un turista mas, contemplando como el cocinero preparaba los platos típicos a la vista de todo el mundo.

Una joven camarera, de no mas de 17 años, le dejo una lata de Sake y le sonrió tímidamente.

No le había quitado la vista de encima desde que había llegado, le resultaba bastante tierna.

Aun quedaban un par de horas para que Tomoe llegara allí, y algunas mas para que empezara la parte clave del plan, pero había quedado a esa hora con sus socios para empezar a disponerlo todo. Y ya se retrasaban 15 minutos.

Algo que le inquietaba, no eran famosos por su impuntualidad.

Habría pasado algo?

Pensó en esperar media hora mas. Tendría tiempo para pensar en los detalles.

También le tenia inquieto otra cosa.

Sin haberle preguntado a Tomoe o a sus socios se le había ocurrido mandarle una carta a Sanosuke..., si, había sido imprudente, pero nadie podría descifrar el código en el que hablaban. Si hubiera pasado, ya estaría entre rejas.

Pensó que seria buena idea, si no mañana se despertaría con un noticia muy importante y sin saber que hacer, lo mejor era tener al tanto a todos los amigos posibles. Sabia que dentro de la cárcel se encontraba gran parte de los que había conocido en sus años en los bajos fondos.

Informarle después de la muerte de Shishio si seria una mala idea. Seguramente vigilarían a Sano constantemente, buscando alguna pista.

Su mente se distrajo por unos instantes.

Iba hacia la cafetería una mujer morena de poca estatura, vestida con un holgado traje de verano en color blanco, propio de la moda ibicenca, con enormes gafas de sol y una cámara de fotos colgada al cuello.

Y se acercaba a El sonriente.

No podía ser...

-Hola!.- Saludo la mujer, eufóricamente.- Cuanto tiempo, que casualidad encontrarnos aquí, no?

Yahiko parpadeo varias veces, sin entender absolutamente nada.

La joven se sentó a la mesa y llamo a la camarera, que estaba algo ocupada.

-No me mires así.- Se quito las gafas de Sol y entonces se pudieron apreciar los grandes ojos verdes.- Perdona, me puedes traer Sake?

-Si, ahora mismo.- Contesto la muchacha que atendía, perdiéndose dentro del local.

-No esperarías que viniera con mi uniforme de trabajo, no?.- Rió Misao, acomodándose.- Tenemos que pasar lo mas desapercibidos posible.

-Y Shinomori?.- Pregunto Yahiko, mirando a todos lados.

-Ahora viene, esta aparcando.

La alta figura de Aoshi Shinomori no tardo en divisarse cruzando la calle.

Al igual que Misao, El también iba vestido de manera veraniega, con pantalones anchos blancos y camisa a juego.

Yahiko pensó que nunca se los hubiera imaginado así vestidos.

Al llegar Shinomori ambos hombres estrecharon sus manos y el mayor se sentó junto a Misao, cogiendola de la mano y pidiendo una vaso de Te con hielo.

El calor lo apremiaba.

-Ya he recibido noticias, deben estar cogiendo el avión en estos momentos.- El mas joven fue al grano.

-Entonces vayamos al grano.- Sonrió Misao, mordiéndose el labio inferior.- Esto acaba hoy.

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Megumi aguardaba sentada en una de las salas de espera de primera clase del Aeropuerto a que saliera su avión hacia Francia. Por fin había podido hablar con James y le había contado una gran mentira sobre su fuga. Seguramente le esperaba una buena pelea al llegar al País galo.

Pero no podía ser mas feliz.

Desde el día anterior no podía dejar de recordar lo maravillosamente bien que lo había pasado, y sentía como se había deshecho de un peso en su interior.

Sanosuke sentía lo mismo que Ella.

No podía prometerle esperarle durante tantos años, sin que las cosas cambiaran. Pero lo intentaría con toda su alma, de eso estaba segura. Ahora sabia que podía seguir con su vida, por fin sabia cual era su cometido.

Observo como en la sala entraba un hombre enchaquetado, con gafas de Sol.

Frunció el ceño y se movió en su asiento. Reconocía perfectamente a ese hombre, la había seguido desde que había llegado a Tokyo, se había dado cuenta hacia algunas horas. Pero es que el hombre en cuestión tampoco se había esmerado mucho en ocultarse!

Que descarado, pensó.

Lo que le molestaba era no saber quien demonios la estaba vigilando.

Contra todo pronostico, el hombre misterioso se acerco a Ella y sin decir una palabra le tendió un sobre, sorprendiendo en gran medida la mujer de ojos miel.

-De quien es?

Pregunto en vano, ya que tras aceptar el sobre el hombre dio media vuelta y salió de la habitación, dejándola aun mas anonadada.

No dudo dos segundos en abrirlo, encontrándose con una carta de letra perfecta.

-Hiko...- Susurro emocionada.

"No se que demonios querías hablar con Sagara ni me interesa.

Pero creo que es necesario que estés al corriente de los acontecimientos que se producirán en las próximas 24 horas, ya que aunque vivas al otro lado del mundo te afectaran directamente."

Leyó la carta rápidamente, cada vez sorprendiéndose mas.

Para cuando termino de leer el ultimo párrafo su corazón corría a una velocidad vertiginosa.

Volvió a mirar la carta, no pudiendo creerlo. Una parte en especial.

"Shishio morirá esta noche, el plan de Kamiya y Tomoe es perfecto, y Misao y Aoshi son las personas indicadas para concluirlo con éxito.

Todo cambiaria de nuevo y tenemos que coger las riendas de la situación.

Es un nuestra oportunidad."

Megumi miro a su alrededor, su vuelo estaba siendo anunciado por el altavoz.

Algo le decía que no iba a tener sus vacaciones en la Riviera Francesa ese año.

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Callo la noche en ese lado del Mundo.

Y como una típica noche de verano en una isla turística la mejor parte del día empezaba. Las terrazas de verano se abrían, había música, luces y mucha gente con ganas de disfrutar de sus vacaciones. El clima cálido era ayudado por una brisa fresca con olor a mar.

Una noche hermosa, la noche perfecta. Una noche sin Luna.

Hacia varias horas Shishio y su acompañante habían llegado a la Mansión costera que poseía en Okinawa, tras acomodarse les dio tiempo de un rápido paseo por una playa de arena blanca de uso privado, para luego deleitarse con una cena en una de las terrazas a la luz de las velas y para concluir con, lo que se esperaba, una noche apasionada.

Shishio abrió un ojo pesadamente, se sentía muy cansado.

A duras penas pudo observar el reloj de la mesilla de noche, eran las 4 de la madrugada. Se había quedado dormido? No recordaba mucho.

Intento recostarse a duras penas, el cuerpo le pesaba demasiado, algo no iba bien.

Busco a su lado a su amante rubia, y se encontró con su lado de la cama vacío.

Empezó a recordar algunos detalles.

Después de cenar habían ido a la habitación principal a tomar una botella de champán francés, una botella muy cara que había reservado para ese momento. Sayuri se había puesto un modelito de lencería que le había regalado días antes, bebieron algunas copas al fresco en el bacón y luego el ambiente se había tornado mas caliente.

Recordó que llego hasta la cama mientras se besaban con entrega... y luego nada mas.

Y Ella no aparecía por ningún lado. La habitación se encontraba en penumbras, pero estaba demasiado cansado para encender la lamparita de la mesa de noche.

-Sayuri?!.- La llamo, esperando que Ella pudiera explicarle que había pasado.

Lo que parecía la llama de un mechero se encendió entre la oscuridad de una esquina de la habitación, haciendo que dentro de su cabeza saltaran todas las alarmas.

-Quien eres?

-Tu Sayuri no volverá.- Dijo una voz femenina, muy calmada.

Shishio intento moverse, en vano.- La has matado?

Solo se oyó una pequeña risa.- De eso no te preocupes, has tardado demasiado en despertar.

-Que me hiciste?! Quien eres?!

Las luces se encendieron cegándolo por unos instantes.

Para cuando recobro la vista vio que la habitación estaba en perfecto orden y por fin pudo ver el rostro la mujer que le hablaba. Lo que vio le helo la sangre en las venas.

Misao Makimachi, vestida con su habitual negro, le observaba relajada desde una silla cercana al balcón, fumándose un cigarro y con una copa de Champán en la mano.

-Sorpresa.- Sonrió la mujer de ojos verdes.- Es comprensible que no te lo esperaras.

-No te creas.- Shishio rugió de impotencia.- Se perfectamente que Shinomori y Tu son los dos desgraciados que han acabado con mis hombres de confianza!

Ella se llevo una mano al pecho, imitando estar asustada.- Oh dios mío, menos mal..., por un tiempo me pregunte como un hombre tan estúpido nos había ganado.- Luego echo una carcajada.

Shishio también rió.- Si, acuérdate de eso hermosa, todo es mío y lo seguirá siendo, dentro de unos minutos mis hombres acabaran contigo maldita zorra.

-Permite dudarlo.- Misao se levanto de la silla, apagando el cigarro en el posa-brazos.- No creo que tengamos mas visitas esta noche, además de las programadas.- Se acerco y se sentó a los pies de la cama.- Estoy segura de que te gustara ver viejas caras.

-Donde esta Shinomori?.

-No tengas prisa.- Sonrió mas ampliamente.- No tardara en llegar, con tu querida Sayuri.

-Que le han hecho?!.- Levanto la voz exasperado.- Malditos, debí haber puesto mas ahínco en acabar con ustedes!

El rostro de Misao se ensombreció de repente, sin quitar una sonrisa irónica.

-Si, debiste, ahora ya es demasiado tarde.

Por primera vez en muchos años, Shishio Makoto sintió como un escalofrío recorrió su espalda. Si estaba a merced de Misao Makimachi y Aoshi Shinomori y no había nadie para protegerlo podía estar seguro de que no saldría vivo de esa habitación.

En el fondo siempre había sabido que ese día llegaría.

Misao se levanto del borde de la cama y camino por la habitación, mientras manoseaba una pequeña pistola, juguetonamente.

-Con lo listo que eres sabrás que viene ahora, no?

-Mi gente te perseguirá hasta el fin del Mundo.- Amenazo, mucho mas tranquilo.

Ella le miro sonriente.- Eso ya lo veremos.

En ese momento Aoshi Shinomori entro en la habitación, quitándose unos guantes de cuero negro, sin apenas recaer en la presencia de Shishio.

-No hay moros en la costa.- Informo, luego observo al Alcalde.

Shishio soltó una carcajada ronca.- Debo admitirlo..., Me han superado, con creces... sinceramente no esperaba una emboscada como esta, al menos hasta que terminara mi mandato como Alcalde.

Misao se encogió de hombros.- No podíamos esperar tanto.

-Pero antes...- Aoshi dio media vuelta y abrió la puerta de la habitación.- Te interesara saber todos los detalles.

A medida que pasaban los segundos la rabia corría con mas fuerza por las venas de Makoto, y mas cuando Shinomori se aparto y dos personas entraron en la habitación.

Una ya sabia quien era... la otra era una gran sorpresa.

La joven de cabellos rubios, aun vestida con el conjunto de fina lencería, se puso delante de El, con el semblante serio y los ojos... negros.

Shishio abrió los ojos, sorprendido.- Sayuri?

-No.- Le interrumpió fríamente.- Sayuri Holssing no existe, has pecado de vanidoso y metiste al enemigo en tu cama.

Observo rápidamente al joven que estaba a su lado, reconocía esos rasgos perfectamente.

Después de todo era la viva imagen de su padre, en paz descanse.

-Kamiya.- Susurro con rabia al ver a Yahiko. Nunca se le ocurrió seguir buscando al hermano pequeño de la fallecida Kaoru, ahora empezaba a ver los fallos que había cometido.

-Creo que con mi presencia aquí todo queda mas que aclarado.- Yahiko permanecía tan serio y templado como el resto de los ocupantes de la sala.- La venganza se sirve en plato frió, Shishio... con todos los enemigos que tienes no entiendo como no pudiste preverlo, pero ahora pagaras por todo el daño hecho.

Makoto Shishio volvió a gruñir, había sido un estúpido. Había planeado todos sus movimientos a la perfección, y pasado lo peor se había acomodado demasiado, había bajado la guardia y ahora todos sus demonios le perseguirían hasta la muerte.

Miro con rabia a la rubia de ojos negros sin identidad, la causante de todo.

-Tienes algo que decir puta?!

Tomoe sonrió, aliviada.- Nada en especial..., Ten cuidado en el infierno, hay mucha gente esperándote, y mi nombre es Tomoe.

Aquello le sentó como un balde agua fría.

Ahora que lo sabia veía las semejanzas y no le quedo mas remedio que afrontar el destino que se le había reservado, no quería decir que no se lo merecía, se merecía algo mucho peor de eso estaba seguro.

Aoshi Shinomori saco una Katana negra de una de las mochilas que llevaban y se acerco a la cama, pero luego miro a su pequeña asesina, sus ojos ardían, sedientos de una sangre que habían estado esperando durante mucho tiempo.

-Haz los honores.- Dijo, pasándole la espada a Misao.

Ella la acepto sin reparos y de un salto se subió a la cama, poniéndose de pie sobre Shishio, mientras desenvainaba lentamente el arma en sus manos.

La sonrisa de la victoria empezaba a asomar peligrosamente en su rostro.

-Siéntete halagado Shishio.- Susurro con malicia, para acercar el filo de la Katana a su rostro.- No te mereces mas que una bala entre ceja y ceja..., pero vas a morir incluso poéticamente.

Y levanto la Katana por encima de su victima, para coger el impulso final, bajo las atentas miradas de aquellos que fueron victimas y terminaron siendo verdugos.

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En primera plana.

Japón se levanto la mañana siguiente a las elecciones con la noticia del asesinato de su recién elegido alcalde en su habitación de hotel en China.

Hiko rió y abrió la pagina donde se encontraba el articulo.- Pero que mentirosos son!

-Como dices cariño?.- Pregunto Okon, que venia hacia El con una bandeja con el desayuno.

-Nada.- Susurro con tranquilidad.

El, Okon y el pequeño Ryo desayunaban tranquilamente en los jardines de su paraíso personal. Okon le había despertado antes de lo normal, sorprendida por lo que había oído en la radio cuando se levanto, y en esos momentos ya tenia la noticia entre sus manos.

"Anoche, de madrugada, El Alcalde de Tokyo Makoto Shishio fue asesinado en la habitación de un Hotel de Shangai, donde se encontraba para asistir a un Congreso Internacional.

Tanto El como su guardia personal y gente del servicio habían sido fríamente asesinados, todos con herida de bala, menos Makoto, que fue degollado, se cree, que con una Katana.

La única pista sobre el culpable esta en su asistente personal, desaparecida tras el asesinato, se pide a todo el que sepa de su paradero que se lo haga saber a la Policía..."

Debajo una foto de Sayuri Holssing.

Nunca acabaría de sorprenderse de lo todas las mentiras que se decían. Pero era normal que a nadie le beneficiara que todo el mundo supiera que Shishio había muerto en su Mansión de Okinawa, donde iba a pasar un romántico fin de semana con su amante.

La vida al final se resumía en una farsa teatral.

Dejo el periódico encima de la mesa para coger su taza de café. Okon había vuelto dentro de la Mansión y el pequeño Ryo miraba el montón de papel, con curiosidad.

Seijuro le miro sonriente.

-Quieres saber que pone?

El pequeño de ojos azules asintió, y Hiko le cogió entre sus brazos y señalo la foto de portada de Makoto Shishio.

-Ves a este hombre?.- El niño volvió a asentir, curioso.- Te voy a contar una historia, este hombre que ves aquí era el mas poderoso de todo Tokyo, has ido a Tokyo?

-Si!.- Ryo sonrió entusiasmado.

--Si?, pues este señor mandaba allí, pero era un señor muy malo.- Su voz se torno como la de un cuenta cuentos, exagerando los movimientos.- Había matado a mucha gente para conseguir su poder, era muy, muy malo.

Ryo abrió los ojos asustado.

-Y entonces los que quedaron tramaron un plan para vengarse, y por fin el malvado señor se murió y todo volvió a la normalidad, te gusto la historia?

El pequeño arrugo la nariz y negó con la cabeza, luego encontró mucho mas interesante uno de los perritos que jugaban tranquilamente a su alrededor.

Hiko sonrió y le dejo en el suelo.- No me extraña, debo ser pésimo contando cuentos, tu madre se echaba a llorar cuando se los contaba.

Ryo Shinomori le miro y soltó una carcajada infantil, dulce para los oídos.

Luego siguió con su juego, dejando a Seijuro Hiko sumido en sus pensamientos, pero tremendamente tranquilo. No recordaba haberse sentido tan aliviado en mucho tiempo.

Volvió a mirar la foto de Shishio en el periódico, y amplio su sonrisa.

-Y que paso con los que quedamos?...- Suspiro, de felicidad.- Eso es otra historia, no?

A su frente un mundo de posibilidades.

La reconstrucción de lo que había sido y volvería a ser.

Para El se había acabado la jubilación anticipada, y no había nada que le hiciera mas feliz.

FIN

Notas de la Autora:

Por fin termine! No me lo creo!

Sin duda alguna ha sido la historia mas larga que he escrito, y la que mas me ha costado. Mi balance sobre este final... bueno, siempre me quedo insatisfecha con los finales de las historias y este no iba a ser menos, pero aun así me gusto escribirlo, y solo espero que a ustedes les guste también, de eso se trata jejeje, Es muy tarde y debería estar en reposo jeje a si que seré breve pero clara.

Quiero darle las gracias a todos los que me han dejado un review a lo largo de esta casi interminable historia jeje no es necesario decir que es gracias a ustedes y su apoyo que he conseguido terminarla! Y también unas especiales gracias a los que dejaron rew en el ultimo capitulo:

Ailiniel de Ithilien

Shyshie

Silvia-chan

Bizcochia U-u

Mei Fanel

Arcasdrea

Dark Tomoe

Misao91

Missy

Gracias también por el apoyo y comentarios!

Se que deje algunas cosas inconclusas, pero con lo que me lio escribiendo acabaria escribiendo al menos 5 capitulos mas jaja, tambien puede que sorprenda la brevedad y lo directa que ha sido la muerte de Shishio..., pense que adornarla mucho seria inapropiado, que pegaria mas con el Fic algo de sobreviedad... Bueno! Las criticas las dejo en sus manos.

Al final no he sido muy breve, no?

Muchos besos

Rinoa Shinomori