Hola! X3 aki yo, Maki Tasui! Toy d welta cn el capi final d ste mini-fic xD

Ay, nu saben! TTwTT sus rvws m hicieron muy muy feliz! Creía k nadie leería el fic ú..u, y k si lo leían, nu les gustaría n¬ñU, pero sus rvws m alentaron muxo! OmO mil gracias a todos! x33

Horoholikka: TTwTT ay Nadiayan, k haría sin ti y sin los ánimos k m das? Creo k moriría TTwTT, muxas gracias x todo, sabes lo muxo k t lo agradesco… todo lo k subo lo lees TTwTT aaay, como t kero! Mil gracias! xD y k tramposa! Xk tu ya sabías como acaba el fic xP, pero aún así lo leist y m dejast rvw TTwTT, k linda!

Rail-Tezca: n.nU perdon x lo d Sakura, pero ya t prometí un crossover dond meta a Eriol, ne? xD Y tu tmb sabías n k termina el fic y m dejast rvw tmb n.n muxas gracias, eres un amor!

Kai Angel: gracias x aceptar mi invitación! X33 pensé k nu lo harías! Y MUXISIMAS GRACIAS X PASARM EL CAPI 27! 8DD lo vi 3 veces seguidas! xDD mil gracias, y spero k t agrade como termina el fic nwn

Nekoaiko: xD uy, el fic ya staba terminado desd k lo subí xDD, pero como dije, planeé el fic d dos capis desde el principio n.n además d k kise dejarlos comiéndoc las uñas XD y creo k cntigo lo logré… perdóname n.nU pero aki ya ta la continuación n.n spero k t guste, y grax x leer! 83

Amazona Verde: AAAAAY tu si m comprendes! X33 Kuro-sama s un amor! Luamoluamoluamo! xD Y cn respecto a Moko-chan x3, m pregunto kn defiende a kn, si Mokona a Fye o Fye a Mokona xD tu k piensas? 0w0 Gracias x leer, y spero k t guste como termina el fic! Gracias x tu rvw! TTwTT m hacía muxa falta

Mil grax a todos x sus rvws TTwTT, grax a ustedes yo sigo scribiendo TT..TT Y nu vamos a darle más largas XD, aki el capi dos! Disfrútenlo! n.n

-Sto s un fic shonen-ai (chicoxchico)

-Tsubasa RESERVoir CHRoNiCLE s propiedad d las chicas CLAMP. K LOS DIOSES LAS TENGAN N SU GLORIA! 8D

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NOTA:

-Kuro: negro. Ao: azul. n-n spero k sepan ncontrarle sentido n..n

-Para los k nu terminaron d ver Tsubasa: En el país d Outo, Fye se registra a sí mismo con un nombre falso, ste nombre s "Gatote" nwn kawaii, desu ne? 83

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LA PLUMA

2. La mentira.

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Fye terminó de desabrocharle la capa a Kurogane, y se sentó a su lado, reprimiendo un sonrojo al observar la expresión en el rostro de Kurogane. Definitivamente estaba completamente desarmado cuando el ojirojizo sonreía así...

Fye entrelazó sus largos dedos sobre sus regazo, disfrutando de la brisa perfumada que corría entre los árboles y del calor del Sol, aspirando al mismo tiempo el aroma de Kurogane que el viento le hacía llegar. Por fin estaba a solas con el japonés... pero cómo dar el siguiente paso?

-Oye, crees que estemos muy lejos aún del lugar donde puede encontrarse esa plu... ya sabes?- comenzó Kurogane en voz baja, vacilante. El silencio que se había instalado entre ellos había durado solo un momento, pero había sido más que suficiente como para poner nervioso al de cabellos negros.

Fye sonrió, cerrando los ojos. Recordó lo que había acordado con Mokona y no pudo evitar soltar una risita.

-Bueno... a decir verdad no tengo la menor idea de qué hacer ahora.

Y era cierto, en todos los sentidos. Kurogane bufó.

-Maldita sea, estamos en desventaja con respecto a esos niños sin ese manjuu con nosotros...

Fye entonces encontró de donde agarrarse y se incorporó, dirigiendo sus ojos azules justo dentro de aquellos rojizos. Aguardó un momento, intentando saber lo que el otro pensaba, y cuando Kuropin ya se estaba sonrojando abrió la boca y murmuró, conspirador.

-Kurotan, qué crees que estén haciendo Sakura-chan y Syaoran-kun ahora?

-Pues nada, supongo que buscando la dichosa cosa esa- espetó el ninja, demasiado nervioso por la mirada profunda que Fye le había dedicado hace poco como para notar que el mago le había pronunciado mal su nombre de nuevo. Pero Fye sí que lo notó.

El rubio sonrió para sus adentros, apoyando su cabeza entre sus dos manos entrelazadas, atacando otra vez.

-Me refiero... ahora que están juntos... Solos.

Kurogane, recargado en el grueso tronco del árbol con las manos entrelazadas detrás de la cabeza, le sostuvo la mirada por unos segundos, en silencio. Luego sus mejillas adquirieron un tono rojizo y desvió sus ojos de aquellos claros y cristalinos, aclarándose la garganta.

-Supongo que no mucho, considerando que Mokona está con ellos- dijo entre dientes y a una velocidad alarmante. Fye se llevó una mano a la nuca, apenado.

-Aaay, es verdad... Mokona se encuentra con ellos... Será una molestia.

-Te ves avergonzado- apuntó Kurogane con sorna y una desdeñosa sonrisa en los labios, y ahora fue el turno del ojiazul de desviar la mirada. Fye clavó sus pupilas en la verde hierba e intentó parecer calmado.

-Tú crees…?- preguntó como si tal cosa, arrancando algunas briznas verdes del suelo. Las elevó ante sus ojos y las miró fijamente, pero observando a Kurogane al mismo tiempo. El japonés lo escrutaba atentamente, y sin poder evitarlo, Fye se sonrojó. Soltó las hierbas que fueron a parar al rostro de su compañero por obra de la brisa perfumada, y al japonés le resbaló una gotita por el cuello.

-Buena puntería, zoquete...

-Deja, yo te las quito...- se ofreció Fye, "acomedido", inclinándose hacia él. Justo cuando estaba a punto de tocar su rostro, el rubio sintió que una ola de calor le subía por el cuerpo, llenándole de valor, y detuvo sus movimientos a unos centímetros de la piel de Kurogane. El pobre ojirojizo estaba paralizado.

-...Q-qué rayos te ocurre?- preguntó, escandalizado al ver el cambio en los ojos de Fye, que comenzaron a brillar intensamente, con malicia. Al ninja le latía el corazón a millón por segundo, y ni hablar del mago de Celes, que sentía al suyo retumbar dentro de su pecho, pero no se apartó. Al contrario, sonrió maléficamente.

-Sabes... Kurorín...?

Alarmado, Kurogane se echó hacia atrás cuando Fye avanzó y gateó hacia él, apoyando una mano en el tronco del árbol, acorralándolo. La cara del ninja se había tornado completamente roja y sus ojos estaban abiertos por completo, pero no apartó a Fye ni dijo nada, lo que le dio al rubio más confianza aún. Fye ensanchó su sonrisa y entrecerró sus ojos azules.

-...Si yo fuera Syaoran-kun...

Acortó un poco la distancia que lo separada del japonés, y por instinto, Kurogane se echó un poco más para atrás, alejándose de árbol y apoyándose con los codos en la hierba, mirando al mago a los ojos. Fye apartó su mano del tronco del árbol y la apoyó en la hierba, justo arriba del hombro izquierdo del japonés, y continuó en un susurro aterciopelado

-...y Kuro-chan fuera Sakura-hime...

Avanzó un poco más, de modo que prácticamente se encontraba suspendido sobre el enorme hombretón de cabellos negros, que parecía un niño indefenso en aquellos momentos. El ojiazul colocó su otra mano entre el brazo y el costado derecho del ninja, sintiendo la hierba bajo su palma.

-...y estuviéramos solos, como justo ahora...

Kurogane abrió mucho sus ojos, más si era posible, y tragó saliva, visiblemente nervioso, pero pendiente de cada una de las palabras que salían de los labios de Fye. Esto logró que el fino cuerpo del mago de Celes se estremeciera con un escalofrío de emoción. Inclinó la cabeza, de modo que sus rubios cabellos caían sobre la frente del ninja, y comenzó a descender, poco a poco.

-...no desperdiciaría la oportunidad...

Fye podía sentir la agitada respiración de Kurogane abanicándole el rostro, y verlo tan inmóvil y expectante... era simplemente delicioso.

-...de decirle...

Apoyando su peso en la mano izquierda, Fye elevó su mano libre y apartó aquellas dichosas hebras de hierba que aún estaban adheridas al rostro del japonés. Con el índice las retiró una por una, recorriendo al terminar la fina nariz del joven y luego su mejilla sonrojada, hasta terminar delineando la mandíbula de Kurogane.

-...lo mucho que me atrae.

El ojiazul miró de nuevo dentro de aquellos ojos rojizos e impasibles, sonriendo encantadoramente. Apoyó de nuevo su mano en la mejilla del japonés, que lo observaba ya normalmente, sereno. Temiendo lo peor, Fye bajó el volumen de su voz hasta que solo Kurogane pudo haberlo escuchado.

-Y luego, haría esto...

La distancia entre ambos, que ya de por si era muy corta, de pronto desapareció. El rubio cerró sus hermosos ojos azules y apoyó sus labios en los del japonés, sintiendo la suavidad de su piel. Ahí se mantuvo por unos momentos, sin hacer nada más. Poco a poco, y muy lentamente, Fye abrió de nuevo sus ojos, percatándose de que Kurogane lo observaba fijamente, mudo.

Apoyándose en la hierba, Fye se incorporó de nuevo, sonriendo despreocupadamente, como si nada hubiera ocurrido, aunque aún seguía suspendido sobre el ninja.

-Eso haría, y no me importaría la presencia de Mok...!

No pudo terminar, porque una mano fuerte lo asió del cuello de sus ropas y lo jaló hacia abajo, de nuevo a la boca aterciopelada de Kurogane. El mago, tomado por sorpresa, sintió de nuevo aquellos suaves labios chocar con los suyos y miró dentro de las pupilas rojizas que le devolvieron la mirada por un segundo, para luego verlas desaparecer cuando Kurogane cerró los ojos. Fye lo imitó, relajando su cuerpo y abriendo la boca, permitiendo la entrada al calor húmedo del ojirojizo.

Así permanecieron por un minuto entero, el viento dulce corría entre los árboles frutales perfumando el aire y el Sol calentaba a las solitarias figuras que yacían escondidas entre el pequeño bosque, recostadas la una sobre la otra.

Kurogane elevó sus manos, sosteniendo el rostro del rubio con ellas, sin dejar de besarlo suavemente. Inmerso en la dicha, Fye apartó sus palmas de la hierba y rodeó el delgado cuerpo del japonés, apretándolo un poco al principio pero luego aferrándolo con fuerza. Podía sentir las cálidas manos del moreno recorriendo su cabellera rubia y llenándole de caricias.

En medio de aquél profundo, lento, cálido y suave beso, Fye no pudo contener un suspiro. Lamiendo sus labios una última vez, el japonés separó al de Celes de sí y lo miró a los ojos. Las mejillas del ojiazul lucían sonrojadas y cálidas al tacto, y sus ojos brillaban con luz propia. Complacido con tan maravillosa visión, Kurogane sonrió.

-Se puede saber qué ha sido eso?- preguntó en un murmullo ronco que agitó hasta las fibras más internas del rubio. Fye sonrió con una de sus típicas sonrisitas.

-Una representación-sugerencia de cómo terminarán Sakura-chan y Syaoran-kun algún día. No te parece tierno?

-Yo más bien lo llamaría "truco sucio"- espetó el ninja enredando entre sus dedos un mechón de cabello claro. Fye le devolvió la caricia, riendo quedamente.

-Pues a mí me ha fascinado, y no me importaría repetirlo alguna vez...!- canturreó como queriendo insinuar algo. Kurogane sonrió desdeñoso.

-Pues a mí no. No pienso representar a la Princesa de nuevo, para la próxima seré el mocoso, escuchaste? A ti te queda mucho mejor el papel de chica.

El ojirojizo rió entre dientes, con lo que Fye se agitó al compás de su risa, ya que seguía recostado sobre él. Sonrió, algo contrariado.

-Kurotan, eres malvado!

-Te he dicho que dejes de llamarme así!- vociferó el otro recuperando su mal humor, sujetando a Fye por las solapas del traje y acercándoselo mucho. Por toda respuesta, el ojiazul le besó los labios rápidamente y luego soltó una risita.

Sonrojado hasta las raíces del cabello, Kurogane apartó al mago lejos de sí de un empujón, y se puso de pie.

-Será mejor que nos demos prisa, ya hemos perdido mucho tiempo y aún no hemos comenzado a buscar la dichosa pluma de esa chiquilla- dijo, sacudiéndose las ropas.

Como si hasta los árboles despreciaran las malas palabras, en ese momento el follaje del árbol bajo cuya sombra se encontraban los muchachos dejó caer una fruta azul eléctrico que le dio de lleno a Kurogane en la cabeza, y su cabello oscuro de pronto adquirió una tonalidad violeta al embarrársele la pulpa en la cabeza.

Sentado en el suelo, Fye señaló con uno de sus largos y finos dedos al ahora peliazulado mientras comentaba alegremente

-Aogane, deja de decir malas palabras!

-Aaaagh, que mi nombre es Kurogane! KU-RO-GA-NE! Es acaso tan difícil de pronunciar?- rugió el japonés mientras se limpiaba la pulpa azulada de la cara y se la "compartía" a Fye, manchándole el cabello. Kurogane se llevó las manos a la cintura y contempló gustoso su obra.

-Listo, así luces mucho mejor.

-Lo que sea por Kurogancito, Kurogancito- aseguró el exrubio-ahora-peliverde con su eterna sonrisa despreocupada en la cara, probando el sabor de la fruta kamikaze. Era extremadamente dulce. El ninja se acercó a él y lo levantó del suelo.

-Vámonos o no nos dará tiempo de buscar la pl... sabes a qué me refiero- se corrigió el ojirojizo a tiempo, temeroso de recibir otra bombardeada de fruta en plena cholla. Fye se llevó una mano a la boca y rió diabólicamente.

-Aaah! Lo que Kurorín no sabe, es que no hay pluma!- anunció abriendo los brazos teatralmente. Kurogane lo perforó con la mirada.

-Explícate- exigió.

-Bueno, es que a Fye le atrae mucho Kurochín, y como Fye necesitaba privacidad le pidió a Mokona que fingiera que sentía la presencia de dos energías distintas y así obligar a los chicos que se separaran, dejando a Kurowan-wan con Fye!- rebeló el mago con efecto teatral. Kuropón cayó al suelo.

-CÓOOMO?

-Así como lo oyes!- canturreó el mago alegremente. Luego, dirigiendo su mirada hacia el ninja que yacía en el suelo, sus ojos centellearon y susurró, conspiradoramente.

-Ahora Fye tiene a Kurogane-chi completamente a su merced por otra hora más...

El ojirojizo también sonrió.

-Eso lo veremos, Gatote- retó, tomando las ropas de Fye, tirando de él hacia sí y reclamando sus labios.

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Ambos caminaban en un profundo e incómodo silencio, solo roto por el rugido del viento y el cantar de los pajarillos.

Realmente no sabía por qué se habían dejado llevar, pero de repente, el verse completamente solos y en aquél lugar donde habían ido a parar... junto a un arroyo especialmente lindo. Muy cristalino y tranquilo. Un lugar definitivamente romántico.

Era casi imposible no sentir mariposas en la panza en aquél lugar, y menos con el muchacho al lado!

Y aunque en su cabeza pensaba que estaba mal lo que había hecho, no se arrepentía de haberse echado sobre él. Al contrario, cada vez que recordaba cómo casi lo había acorralado y luego lo había... bueno, no solo le había besado, sino que él también le había respondido al beso, verdad?

Aunque la verdad nunca había besado a nadie antes y no sabía si lo había hecho bien, pero tampoco lo iba a preguntar... Pero, si había ofendido sus sentimientos o había hecho algo indebido, al menos debía disculparse!

Con sus ojos verdes clavados en el suelo, Sakura jaló de la capa de Syaoran, más roja que una amapola. El joven se ruborizó al instante, y lentamente volteó a verla. Ambos detuvieron su caminata, y después de un incómodo silencio, Sakura balbuceó

-...Sya-Syaoran-kun... lo de antes... en el arroyo, tú sabes...

El chico asintió con la cabeza, sonrojándose cada vez más. Sakura tragó saliva y continuó

-Bueno... si te he ofendido, discúlpame por favor. Prometo no volver a cometer semejante atrevimiento...- continuó la Princesa, arriesgándose y mirando al arqueólogo a los ojos. Esperaba encontrarse con una mirada ofendida, o al menos desconcertada, pero definitivamente no estaba preparada para ver a Syaoran sonriendo alegremente, aunque sonrojado a más no poder.

El de ojos marrones la tomó de la mano, y Sakura se sobresaltó, mas no se apartó.

-Por favor, no me pida disculpas, Princesa. No estoy enojado ni mucho menos- aseguró, guiñándole un ojo. Sakura se sonrojó hasta las raíces de los cabellos, y luego, muy lentamente, le sonrió también. De pronto ambos dieron un salto de dos metros, porque Mokona Modoki saltó de entre los pliegues de tela de la capa de Sakura y gritó a los cuatro vientos

-Sakura y Syaoran! Sakura y Syaoran! Se quieren, se besan sus bocas y no son nov...!

Syaoran la atrapó en el aire y le tapó la boca con la mano, más rojo que un tomate.

-Mokona, guarda silencio por favor!- imploró. Luego volteó a ver a Sakura, sonriendo avergonzado.

-Será mejor que nos demos prisa, ya han pasado casi diez minutos desde que se cumplieron las dos horas, Princesa...

La ojiverde asintió, aliviada de que el chico no estuviera enojado. Sonriendo, le tomó del brazo y reanudaron su camino, con Mokona aún canturreando "Sakura y Syaoran se quieren..." .

Luego de algunos minutos más de camino, durante los cuales los chicos anduvieron tomados del brazo y el silencio volvió a hacerse presente pero ahora mucho más ameno, Mokona dio un enorme brinco y exclamó

-Fyeee!

Los de Clow elevaron los ojos y pudieron divisar al mago de Celes, que lucía muy gracioso ataviado con su impecable abrigo pero con el cabello de una tonalidad verde claro. Algo parecido le ocurría a Kurogane, que yacía sentado en el suelo y su cabellos se veían azul eléctrico. Sakura y Syaoran apresuraron el paso, y al llegar junto a los jóvenes Mokona saltó a los brazos del ojiazul.

-Cómo les fue?- preguntó Fye, sonriendo, muy complacido al ver que la ojiverde permanecía asida al brazo del chico. Al recordar la escena acontecida junto al arroyo, Syaoran y la Princesa se sonrojaron profundamente, y antes de que Mokona comenzar a canturrear otra vez, el arqueólogo tomó el control de la situación.

-Lo lamento mucho, Fye-san, pero no logramos encontrar nada... Mokona de pronto dijo que la energía había desaparecido, y supuse que estábamos en la dirección equivocada.- se disculpó Syaoran, y la manjuu orejona soltó una carcajada alegre de la cual solo Kurogane y Fye supieron la razón.

-Pues nosotros tampoco encontramos nada- zanjó el japonés palpándose los cabellos, tiesos ahora que la pulpa azul se le había secado. De buena gana habrían ido al pueblo a lavarse, pero de seguro los bombardearían y en vez de azul tendrían el cabello rosa de las frutas del viejito loco. Fye se encogió de hombros, como restándole importancia al asunto.

-Bueno, parece que ésta vez Mokona se ha equivocado, no es así, Mokona?

-Mokona ha hecho un buen trabajo!- fue la enigmática respuesta de la criatura. Fye rió por lo bajo y luego se volvió hacia Kurogane.

-En ese caso creo que no tenemos nada más que hacer aquí. Nos vamos, Kuuuurorín?

El ninja apretó los puños al tiempo que se levantaba del suelo.

-Una vez más que me llames así, y te mataré, escuchaste?

-Kuro-sama está de buen humor! Kuro-sama está de buen humor!- anunció Mokona brillando de felicidad, y Kuro-sama la atrapó por las orejas.

-Ya me he enterado de todo, eh manjuu? De ti y de tu plan diabólico con el güerito.- susurró amenazador, y la bolita blanca volvió a reírse.

-Entonces Kurowan-wan también premiará a Mokona! Mokona es toda una cupido!

-Guarda silencio!- exclamaron Kurogane y Syaoran a la vez, volteándose a ver confundidos al terminar la frase. Sakura se sonrojó de nuevo y Fye simplemente sonrió, satisfecho del resultado final del viaje. Tomó a Mokona de brazos del ojirojizo con dulzura.

-Estamos listos, Mokona. Vámonos ahora.

-Vámonos ahora!- repitió la criatura elevándose en el aire y desplegando sus alas.

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Por un momento viajaron en la oscuridad. Flotaban en medio de figuras extrañas y un silencio amenizado por sonidos provenientes de todas partes. La mejor parte del viaje, según unos. La parte aburrida del viaje, según otro. Y para una bolita blanca, no era más que, simplemente, el viaje. Solo que ahora era diferente.

Sakura flotaba, sujeta de Syaoran, que la envolvía en un cálido abrazo. Ambos sonreían, los ojos cerrados y plenos de felicidad. Continuamente, Sakura se llevaba sus dedos largos y finos a los labios, sus mejillas se coloreaban de rojo y recordaba aquél tímido beso que le había dado a Syaoran junto al arroyo. Por su parte, el joven arqueólogo abrazaba fuertemente a su Princesa contra su cuerpo, mirando ante sí a pesar de que no podía ver nada en la oscuridad total, los ojos llenos de luz.

Detrás de ellos, Kurogane intentaba distinguir algo entre la densa oscuridad que los envolvía a los cuatro. En otras circunstancias, habría estado harto y esperando ansiosamente a que el dichoso viaje terminara para poder llegar al siguiente país y ver si por fin habían llegado a Japón. Pero ahora era diferente.

Porque por primera vez no le importaba estar rodeado de oscuridad, a pesar de que sabía que no corría ningún peligro. Más bien agradecía la negrura, y el que nadie pudiera verlo. Ni a él, ni al joven que flotaba a su lado abrazado a su cuello.

Kurogane sonrió, apretando un poquito más el brazo alrededor de la estrecha cintura del mago de Celes.

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Owari…

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Listo n¬ñU, ahora díganme, n-n k les pareció? Les gustó? 0m0 Nu les gustó? ÓmO Háganmelo saber n un rvw! xD

D antemano, grax x leer! n.n a los k m dejaron rvw, y a los k leyeron sin dejar comentario xD, mil gracias! Aun así, spero sus comentarios y sugerencias xD. A los k m conocen, díganme como m va el TRC OmO, y a los k nu m conocen… Tmb díganm como lo hice xD y les invito a leer mis otros fics! n..nU

Spero k haya cada vez más gente k scriba d Kuro-sama y Fye-chan x3, xk hacen una pareja relinda! 833 Gracias otra vez, nus tamos leyendo, y recuerden…!

HoroRen 4ever!

.:Maki Tasui:.