Disclaimer: Ninguno de los personajes aquí descritos me pertenece. Únicamente son míos mi mente, la incombustible llama de la imaginación y, quizá, mi cordura. Lo poco que tengo, os lo ofrezco. ¡Disfrutadlo!

°º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø Me equivocaría otra vez °º¤ø,¸¸,ø¤º°°º¤ø

"Quieres bailar conmigo, puede que te pise los pies"

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La lógica siempre había sido la base de su vida, el motor que la impulsaba a levantarse cada mañana. Básicamente la razón de su existir.

No había nada que no tuviese una explicación para ella, nada que ocurriese por casualidad. Se podría decir que el destino para ella no existía, que no era más que una simple ilusión, un borrón en su impecable expediente.

Tarde o temprano tenía que encontrarse con la horma de su zapato, su yo opuesto, lógica contra pasión… ¿Sobreviviría al primer contacto?

La suerte ya estaba echada, el destino haría el resto.

- "Esto es ridículo" – Una sulfurada castaña se miraba en el espejo de uno de los probadores de la tienda mientras intentaba, en vano, alargar la falda del vestido blanco que llevaba puesto.

- "Deja ya de refunfuñar, Hermione. Verás la cara que se le pone a mi hermano cuando te vea con ese vestido la noche de Halloween." – Fuera del probador en cuestión, una muy divertida pelirroja intentaba asomarse por el resquicio de la puerta sin resultado alguno. – "Venga, sal y deja que te vea." –

- "No pienso salir con esto, Ginny. Parezco… prefiero no pensar lo que parezco" –

Ginny Weasley dejó escapar una estridente risita, que hizo que Hermione saliera con los ojos entrecerrados chisporroteando de furia, el pelo revuelto y las mejillas sonrojadas por la temperatura que hacía ahí dentro.

- "Oh, Dios mío." – La pelirroja cogió una de las manos de la de los ojos color café, haciendo que diera una vuelta sobre sí misma para poder apreciarla mejor. – "¡Estas preciosa!" –

- "¿En serio?" – Se giró para mirarse en uno de los espejos. – "Yo creo que no es mi estilo. ¿No es demasiado atrevido?" –

- "Tienes razón, no es de tu estilo. Por eso me gusta" – Hizo un leve gesto con la mano restándole importancia a este último comentario al ver que la castaña pretendía protestar. – "Nos lo llevamos." -

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Niños, niñas y los demás

Si venís os voy a enseñar

Algo extraño que hay aquí,

La ciudad de Halloween

Draco observó a la banda que estaba sobre el escenario tocando en aquel mismo momento con una de sus perfectas cejas en alto, y Pansy colgando de su brazo derecho, ataviada con un impresionante vestido blanco, sonriendo y saludando a todo el mundo, mientras él se limitaba a mover lánguidamente la cabeza mostrando una de sus típicas muecas en vez de una sonrisa. Aquella vez si que se había lucido con la música aquel viejo loco, estaba claro que la edad tenía que acabar pasándole factura tarde o temprano.

Paseó su mirada gris por todo el Gran Comedor, mortalmente aburrido con la perorata de la morena sobre los colores que iban a llevarse aquella temporada, topándose con la figura del gran Potter al lado de la pobretona, bailando muy juntitos justo en medio de la pista. Como no, que patético. ¿Dónde estarían el pobretón mayor y la sangre sucia?

Seguramente intercambiando fluidos en algún rincón no demasiado lejano, pensó con desagrado. Bastante desagrado, en realidad. Si la Granger estaba flanqueada por ese par de idiotas ya no podría meterse con ella y su seguramente ridícula vestimenta¿y entonces de que le servía a él aquel estúpido baile?

Después de haber estado varios minutos buscando, terminó dándose por vencido. No veía ninguna cabeza castaña enmarañada entre ninguno de los presentes. Seguramente se habría quedado llorando en su habitación porque nadie la había invitado al baile. Bueno, pensándolo bien aquello también le serviría, podría meterse con ella al día siguiente, en pociones.

No se percató de que en aquel momento la mismísima Hermione pasaba por su lado, seguida de un sonriente Ron Weasley. Aunque lo más seguro es que aún así, no la hubiese reconocido.

Esto es halloween

Esto es halloween

Gritos en la oscuridad

Esto es Halloween

La función ya va a empezar

- "Dumbledore se ha superado con los músicos de esta noche." – Le comentó irónicamente la castaña a la menor de los Weasley una vez estuvieron sentadas en una de las mesas que se habían dispuesto, mientras Harry observaba incrédulo a un Ron con la boca llena a rebosar de todo tipo de pastas.

- "Pues a mi me gusta. Por cierto¿aquella que lleva tu mismo vestido no es Parkinson?" – Hermione se giró tan rápido que casi se disloca el cuello.

- "Joder, esto solo puede pasarme a mí." – Acto seguido se giró hacia la pelirroja, con su dedo índice en alto, en una pose claramente amenazante. – "Te lo dije, te dije que no debería haberlo comprado." –

Reparó entonces en el chico que estaba de pie justo al lado de Pansy, Malfoy. Una amarga sensación se instaló en la boca de su estómago. Ahí estaba la razón de que odiase la clase de pociones, con su pelo platino brillando con intensidad bajo la luz de los focos, sonriendo cínicamente. Sintió la rabia recorriendo sus venas, y no pudo evitar darse cuenta de que solo perdía el control cuando se trataba de él. Y aquello no le gustaba, o lo que es lo mismo, no le gustaba la sensación de no tener el control. Le hacía sentirse increíblemente insegura, vulnerable.

- "Tierra llamando a Hermione¿me recibes?" – Parpadeó varias veces antes de enfocar la vista en los ojos color chocolate de Ginny, que parecía de repente bastante divertida mientras miraba en la misma dirección en la que lo había hecho la castaña segundos antes. Subió y bajó las cejas sugerentemente, pero a Hermione no le dio tiempo de replicar nada, ya que otra cabellera pelirroja se había interpuesto en su campo de visión.

- "¿Bailas?" – Ron le tendió la mano al tiempo que hacía una graciosa reverencia, con las orejas a juego con el color de su pelo.

Hermione tomó su mano, y juntos se dirigieron hacia la pista de baile, justo en el mismo momento en que la canción dejaba de sonar, y empezaba otra distinta, algo más lenta.

Presiento que algo extraño va a ocurrir

Una tragedia para mí

Y aunque yo quiero estar con él,

Tengo una extraña sensación

Sin saber demasiado bien que hacer o como reaccionar, Hermione se dispuso a pasar ambos brazos por el cuello del pelirrojo, sin darse cuenta de que, justo a su lado, Pansy intentaba hacer lo mismo con Draco.

Y en aquel mismo momento todas las luces del Gran Comedor se apagaron, dejando a los estudiantes únicamente alumbrados por las estrellas que brillaban aquella noche en el cielo mágico sobre sus cabezas, entregándoles un hermoso espectáculo.

Todos habían quedado en silencio, y lo único que podía oírse con claridad era la música que todavía sonaba, embriagándoles a todos y cada uno de ellos, sin distinción de casa o sangre, de aquel maravilloso espíritu de Halloween, el día de la magia.

Ya se avecina lo peor

No se da cuenta… estoy sufriendo

Quizás verá que siento yo por él,

No se si puede ser

Draco, momentáneamente cegado por la repentina oscuridad, buscaba a su pareja entre la multitud de sombras. No debería ser demasiado difícil encontrarla, y como si aquello fuera la respuesta a sus súplicas, distinguió un destello blanco justo a su izquierda, el vestido de Pansy iluminado por la luz de las estrellas.

La sujetó por la cintura, y se embriagó con su perfume. ¿Habría cambiado? No recordaba que la morena oliese a cereza. De hecho, no recordaba que su cintura encajase tan jodidamente bien entre sus brazos.

Se balanceó lentamente, al compás de la música, con una de sus manos sujetando la de Pansy, y su cabeza reposando en el hueco de su cuello, como había hecho tantas otras veces en la intimidad, recordó con una prepotente sonrisa. Notó como ella se estremecía al notar su aliento sobre la piel desnuda de sus hombros, y aquello le gustó sobremanera.

¿Qué va a pasar?

¿Qué va a ser de él?

¿Dónde nos lleva el carrusel?

La castaña notó, no sin cierta sorpresa, como unas manos fuertes la cogían fuerte pero gentilmente por la cintura. Suponiendo que era Ron, pasó ambos brazos por su cuello¿Ron no era más alto? Quizá estuviera volviéndose loca. O quizá era el olor que desprendía el pelirrojo, que empezaba a obnubilar todos sus sentidos.

Se maravilló de lo increíblemente bien que bailaba, hasta a donde ella le llegaba la memoria, Ron siempre había sido un completo patán en esa clase de cosas. Tal vez había comenzado a tomárselo enserio, pero solo tal vez. Conociendo a Ron… no, lo más seguro era que no.

El peso del mentón del chico sobre su cuello le devolvió a la realidad, e hizo que notase arder sus mejillas, dando gracias al cielo por la oscuridad, ya que seguramente había adquirido el color de un tomate maduro en pleno apogeo. Se estremeció cuando notó el aliento de Ron chocar contra uno de sus hombros, y no pudo evitar que todos y cada uno de los vellos de su piel se le erizaran. ¿Desde cuando era tan lanzado el pelirrojo?

Y aunque yo intento sonreír

Y como todos ser feliz,

Yo no lo dejo de intentar…

Acarició sugerentemente la piel desnuda del cuello de Pansy, inclinándose sobre ella, y notando al mismo tiempo como ella retrocedía algo asustada. ¿Retroceder, Pansy? Sonrió de medio lado, y se percató de que los ojos de la chica brillaban con intensidad.

Y menudos ojos, no pudo evitar pensar.

Por su parte, Hermione parecía estar sufriendo un paro cardíaco en aquel mismo momento. A cada nuevo centímetro que Ron se acercaba a ella, el corazón aumentaba sus palpitaciones un poco más. Dios, deseaba besar al pelirrojo en aquel mismo momento. No… deseaba que aquel pelirrojo que estaba frente a ella le besara.

Se inclinó a su vez hacia delante, humedeciéndose los labios en un gesto que Draco alcanzó a ver perfectamente justo antes de apoderarse de su boca casi salvajemente, mientras ella se aferraba con fuerza a su camisa, notando como las piernas le temblaban con el contacto.

Hermione vivió aquel beso como uno de los mejores de su vida.

Pero lo recordaría como mucho más que eso.

Lo recordaría como el comienzo de algo nuevo… de algo completamente desconocido y aterrador. Algo que se escapaba completamente a su control.

Las luces se encendieron en el mismo momento en que ambos, Draco y Hermione, se separaban, quedando así frente a frente, con los labios enrojecidos y sus corazones palpitando a velocidades inhumanas.

- "¿Tú?" – Dijeron al unísono.

Quizá algún día estemos juntos…

No puede ser,

Jamás ocurrirá…

Pues no soy para él…

Continuara

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¡Hola a todo el mundo, y bienvenidos a otra nueva historia!

Tengo que decir, a mi favor, que pretendía empezar otra muy diferente con diferentes personajes, pero me ha sido imposible¡Tenía que publicar esta historia!

Así que aquí estoy… ¿Y bien, que tal este primer capítulo?

En él podemos ver un primer contacto entre Draco y Hermione, un contacto por equivocación (de ahí el título de la historia), pero que como ya he dejado entrever, dará mucho de que hablar (o escribir).

¡Oh, claro! Las dos canciones que podéis ver están sacadas de 'Pesadilla antes de navidad', una película con muchísimo encanto de Tim Burton (si, estoy haciéndole propaganda xD) os recomiendo, si no la habéis visto, que lo hagáis¡De verdad merece la pena!

No se exactamente cuantos capítulos tendrá 'Me equivocaría otra vez' (por cierto, el título es de una canción de Fito & los fitipaldis), de lo que si estoy segura es de que no será muy corta, ya que los capítulos, como podéis comprobar, no son demasiado largos… (tampoco creo que sean todos de la misma largaría, depende mucho de cuan inspirada este).

Y ahora que ya lo sabéis todo, solo me queda lo de siempre… Pediros vuestra opinión (review, review xD)

Besos y mil abrazos:

Earwen Neruda

Estamos hechos de la misma materia que los sueños y nuestra pequeña vida termina durmiendo

W. Shakespeare