Star Fox: Shadow of the Wolf.

Por Fox McCloude.

Aclaración: Star Fox y todos sus personajes son propiedad exclusiva de Nintendo. Hago esto sin fines de lucro, solo por diversión.


Fortaleza Phantom, más allá de los bordes del sistema Lylat…

La última cosa que necesitaban los Guerreros Phantom era que Metallix se robara una buena parte de sus últimos (y ahora muy escasos) recursos para hacer un último intento en destruir el planeta Corneria entero, y fallara miserablemente en el proceso. Estuvo a punto de hacer colisionar un enorme asteroide contra el planeta, pero de alguna manera, el ejército corneriano, con ayuda del equipo Star Fox, había logrado nuevamente escapar de la destrucción por los pelos.

Aún no habían podido reponerse del todo tras su última gran derrota, cuando las tropas droides que enviaron a atacar todas las bases cornerianas simultáneamente fueron completamente destruidas, luego de que el Ejército Corneriano consiguiera rastrear el origen de la frecuencia de comunicaciones que usaban, y posteriormente el equipo Star Fox abordara la nave insignia que las dirigía, permitiéndoles enviar una orden de autodestrucción a todas las tropas para erradicarlas de un solo tiro, y como cosa irónica, cuando ya estaban a punto de ganar.

En su situación actual, los Guerreros Phantom estaban casi como patos sentados. Su único consuelo era que el enemigo aún no los había encontrado, y aún si lo hiciera las defensas de su base eran impenetrables, con lo que tendrían tiempo de reponerse. Pero Lady Phantom estaba cansada de esperar. Retrasos, retrasos, y más retrasos, y lo único que traían consigo era que las fuerzas de sus enemigos se fortalecían a medida que las de ella disminuían. Ya no podía esperar más.

- ¿Por qué… por qué es tan difícil? Esos pelmazos ya deberían haberse convertido en polvo del universo a estas alturas. – decía, hablando consigo misma en voz alta. – No, no debo descontrolarme. Completaré mi venganza, cueste lo que cueste. -


A unos cuantos miles de kilómetros de ahí…

Las Fuerzas Cornerianas comenzaron a emerger fuera de los portales, a una distancia segura del perímetro enemigo antes de comenzar con su ataque. Para el éxito de su misión estaban confiando en gran parte en el factor sorpresa, de modo que tenían que mantenerse encubiertos hasta que llegara el momento indicado.

La nave insignia del General Pepper, que ahora estaba acompañado en el puente por el General Zinger, con quien compartiría el mando del crucero, se había sumado a la batalla. Dispersos por toda el área se encontraban los acorazados, al igual que las cinco grandes divisiones de cazas cornerianos, codificadas por color, con las Arwings del equipo Star Fox al frente. Como se acordó, Fox dirigía la división dorada, Howler la plateada, Falco la roja, Krystal la azul y Slippy la verde. Sobre ellos recaía la responsabilidad más importante, ya que era su trabajo iniciar el asalto frontal para debilitar las fuerzas del enemigo una vez que lograsen traspasar sus defensas. Las tropas de Katina, comandadas por Bill Grey, con el apoyo del escuadrón Trinity Ghost, se ocuparían de actuar como refuerzo si se requería ayuda adicional. Los cruceros, que ahora estaban equipados con el armamento más pesado que pudieron colocar, serían dirigidos por Peppy Hare desde el Great Fox, esperando estar a la altura de las naves enemigas.

- General Pepper, la flota de señuelo está lista para el lanzamiento. – Avisó Richardson desde su puesto.

- Enterado. – respondió Pepper.

La flota no tripulada de cazas, que iban a enviar como señuelo para distraer la atención del enemigo lejos del verdadero peligro, estaba a punto de ser lanzada. Todas las naves habían sido programadas con computadoras que contenían las órdenes básicas de pilotaje y combate aeroespacial. Las naves estaban tomando posiciones y preparándose para hacer un salto hiperespacial hacia la zona destino, donde se encontraba el asteroide que albergaba la base de los Guerreros Phantom.

- Buf, ¿qué tanto podrían hacer esos armatostes sin vida? – comentó Falco, observando a los cazas no tripulados.

- Esperemos que lo suficiente para que ataquemos. – dijo Peppy.

Es claro que ninguno de los miembros del escuadrón Star Fox confiaba en el éxito de esta estratagema, al contrario, sabían que era muy arriesgada y peligrosa, pero en ese momento era lo mejor que podían hacer, ahora que estaban entrando a terreno enemigo, para atacar con toda su fuerza. De cualquier manera, todo iba a terminar en esa batalla, el desenlace decidiría sus destinos.

- Preparándose para salto hiperespacial. Ingresando coordenadas de destino. -

Segundos más tarde, los cazas y el crucero señuelo comenzaron a desaparecer, saltando hacia el hiperespacio. Toda la flota corneriana esperaría su señal para atacar, una vez que el enemigo mordiera el anzuelo.


Misión Final – Phantom Fortress: The Final Confrontation.

Fortaleza Phantom, momentos más tarde…

La totalidad de la fuerza actual de los Guerreros Phantom se había replegado hacia el interior del asteroide donde se encontraba su base principal. Era todo lo que les quedaba por hacer tras sus últimas derrotas ante las fuerzas cornerianas. Desde luego, probablemente todo ya habría terminado si no fuera por la intervención de Fox McCloud y el equipo Star Fox. El pequeño pero hábil escuadrón de mercenarios había logrado equilibrar la balanza a favor de los suyos aún en situaciones en la que todo parecía perdido y tenían todas las posibilidades en contra. Habían acabado con legiones enteras de sus mejores tropas, y sus mejores comandantes ahora estaban muertos, o habían sido hechos prisioneros por el enemigo.

Por supuesto, nada de eso tenía importancia. Ellos aún no sabían donde estaban ellos, y mientras fuese así, tendrían tiempo de reponerse de sus derrotas. Aparte… Lady Phantom aún tenía algo con lo cual, en dado caso de ser derrotada, se aseguraría de llevarse consigo a todos ellos al otro mundo.

- ¡ALERTA ROJA! ¡ALERTA ROJA! ¡ESTO NO ES UN SIMULACRO! ¡ALERTA ROJA! -

- ¿Qué está sucediendo? – demandó saber Lady Phantom desde su recinto cuando la tranquilidad de la fortaleza fue interrumpida de pronto y sin razón aparente.

- ¡Milady! ¡Hemos detectado una flota que acaba de ingresar a nuestro perímetro de defensa! – gritó un soldado en el monitor.

- ¿Cómo dices? -

- ¡Análisis completo! ¡Confirmación visual! ¡Es una flota perteneciente al ejército corneriano! -

- No es posible… - Lady Phantom no podía creerlo. - ¿Cómo supieron que estábamos aquí? -

- Estamos listos para salir a su encuentro, milady. -

- De acuerdo, desactiven los escudos y prepárense para el ataque. No tomen prisioneros, no quiero que quede ni uno solo de ellos con vida. -

- ¡Sí, milady! - El soldado cortó comunicaciones. Lady Phantom no podía creer lo que estaba sucediendo.

El alboroto y el desorden no se hicieron esperar. Todas las tropas Phantom restantes comenzaron a movilizarse, y los pilotos abordaron sus cazas, preparándose para el inminente combate. Los escudos de la base fueron desactivados para permitir el despegue de las naves Phantom, que fueron al encuentro de las naves cornerianas. No tardó en iniciar el intercambio de disparos, ninguno escatimaba en municiones, las explosiones coronaban todo el perímetro del asteroide.

- Están más flojos que de costumbre, ¿no? – comentó uno de los pilotos Phantom, ante la aparente inefectividad de los cornerianos, además de que pronto la diferencia numérica se hizo evidente al cabo de unos minutos.

- ¡Comandante, estamos detectando una transmisión hiperespacial dirigiéndose hacia aquí! -

- ¿Refuerzos? -

- Es probable, ya están a punto de... -

El piloto no terminó su frase, de inmediato las cinco divisiones de cazas cornerianos aparecieron en formación pentagonal alrededor de la base Phantom, volteándose en un segundo la aparente fuerza en números que tenían anteriormente. Al frente de cada una estaba un Arwing del equipo Star Fox.

- ¡AHORA TODOS, AL ATAQUE! – gritó Fox al frente de la división dorada, que solo esperaba esta orden para lanzarse como un enjambre ante los desprevenidos Guerreros Phantom, quienes no se imaginaban que el enemigo les estaba tendiendo una trampa para atacarlos por sorpresa. El resto de las divisiones no tardaron en sumarse a la contienda, intentando causar todo el daño posible por todas direcciones antes que el enemigo pudiese reagruparse y montar una resistencia apropiada.

En el interior de la fortaleza, una especie de pánico se apoderó de los Guerreros Phantom ante el sorpresivo ataque masivo de las Fuerzas Cornerianas. De inmediato tuvieron que levantar las protecciones nuevamente, al tiempo que intentaban responder al fuego con sus propias armas.

- Están sacando sus turbo lásers, ya deben haberse repuesto del shock inicial. – dijo Krystal.

- Se habían tardado. – comentó Falco. – Bien, de eso nos encargamos nosotros. ¡Escuadrón rojo, síganme, iremos por esos turbo lásers! -

La división roja siguió a Falco en dirección hacia dos grandes torretas láser que estaban a punto de abrir fuego contra ellos. La formación tuvo que dispersarse cuando dos rayos láser enormes salieron de los cañones, pero inmediatamente comenzaron a rodear y flanquear para echarlos abajo. Falco lanzó una Bomba Nova directo a la fuente de poder que alimentaba los dos cañones, provocando una sobrecarga masiva y destruyéndolos en el acto.

- Escuadrón plateado, hay un hangar junto a las torretas. – dijo Howler. - Deben tener muchos cazas de reserva, hay que destruirlos antes de que puedan usarlos. -

- Vamos detrás de usted, Comandante O'Donnell. -

- Todo mundo, dirijan sus misiles hacia ese depósito de combustible. -

Las naves plateadas siguieron a Howler hacia el depósito de combustible que les indicó, y una vez a distancia segura mínima soltaron una lluvia masiva de misiles. Las explosiones rápidamente consumieron la estructura, y la reacción en cadena alcanzó al hangar, destruyéndolo junto con todos los cazas y soldados que había en su interior.

Adentro de la fortaleza, Lady Phantom veía con disgusto como sus fuerzas eran superadas ampliamente por las tropas cornerianas. El equipo Star Fox los lideraba, y los estaba llevando por buen camino hacia la victoria. En vista de las circunstancias, ordenó al resto de las tropas evacuar hacia las salidas de emergencia para trasladarse hacia la zona oscura del asteroide, e intentar reagruparse para un contraataque con los cruceros. En cálculos aproximados sus fuerzas estaban bastante equiparadas, sería solo cuestión de usar mejores tácticas para derrotarlos.

Mientras tanto, afuera, las cinco divisiones continuaban su feroz asalto, tratando de penetrar las defensas. Varias mini-estaciones armadas con misiles teledirigidos de largo alcance y alta velocidad habían sido posicionadas alrededor del asteroide, que los obligaron a dispersarse para contraatacar. Este retroceso dio suficiente tiempo al resto de las tropas Phantom a completar su traslado hacia la zona oscura del asteroide.

- ¿Qué está ocurriendo? – preguntó Krystal. – Pensé que darían un poco más de pelea que esto. -

- Algo está mal. Esas no son todas sus tropas, el resto deben estar ocultas en alguna parte. - dijo Slippy.

- Atentos equipo. – dijo Fox. – Quizás planeen atacar por otra parte. -

- Comandante McCloud. – llamó de pronto uno de los pilotos de la división dorada. – Los sensores indican que el enemigo está apareciendo al otro lado, en la zona oscura del asteroide. -

- Se quieren reagrupar. – dijo Fox. – Vamos a necesitar apoyo, Peppy, es tu turno. -

- Vamos en camino. -

- Todo mundo atento. Van a regresar en cualquier momento. – dijo Fox.

- Oh, me aseguraré de darles una calurosa bienvenida. – dijo Falco, tronándose los nudillos.

En efecto, a los pocos minutos comenzaban a hacer acto de presencia las naves Phantom, tanto los cazas como los acorazados, que comenzaron a abrir fuego intentando dispersar a las cinco divisiones de asalto. Lograron mantenerse por unos minutos, hasta que los acorazados desplegaron a más cazas de refuerzo como elemento sorpresa para emparejar los números. La batalla se hizo casi cuerpo a cuerpo con la entrada de los refuerzos Phantom, y obligaron a las divisiones a dispersarse tanto que los acorazados de la flota corneriana no podía disparar por miedo a darle a los suyos. Explosiones y disparos llenaban todos los alrededores. Slippy propuso a la división verde fingir una retirada para intentar atraer a parte de las fuerzas Phantom lejos de los acorazados para despejar un poco el paso para que los suyos pudieran atacar.

- Ya creo que necesitamos algo de ayuda adicional. – dijo Slippy, mientras activaba el comunicador para pedir refuerzos. – Bill, creo que ya es un buen momento para que aparezcas. -

- Me estaba impacientando. – replicó el aludido. La flota de Katina, que había permanecido al margen hasta ese momento, estaba esperando la señal para ingresar al campo de batalla. Antes de comenzar, Bill abrió otro canal para contactar al escuadrón Trinity Ghost. – Nova, necesito que tú y tus hermanos me apoyen desde los flancos. -

- Puede confiar en nosotros, Comandante Grey. – respondió Nova con un saludo militar. - Bien, Buster, Walker, esta será nuestra misión más importante. Es hora de hacer lo que mejor sabemos hacer. -

- Hagámoslo. – dijo Walker.

- Estoy contigo, hermana. – concluyó Buster.

- ¡Flota de Katina, avancen ahora y prepárense para combatir! – ordenó Bill, mientras ponía en marcha sus motores, y todas sus tropas iban detrás de él.

Para cuando Bill y sus tropas se sumaron a la refriega, las tropas Phantom ya habían logrado establecer su frente, y los cruceros de batalla habían comenzado a abrir fuego, y sus disparos, pese a que habían logrado derribar a varios de sus enemigos, también alcanzaron a varios de los suyos en el proceso. Desde el Great Fox, Peppy se dio cuenta de que a los Phantom no les importaban sus propios aliados tanto como a ellos, y envió una señal para un retroceso temporal de los cazas. Esta retirada hizo que los Phantom recobraran temporalmente el terreno perdido, e hicieran una formación de ataque que les permitió defenderse y contraatacar al mismo tiempo cubriendo casi todas las posibles direcciones de ataque hacia la base.

La flota de acorazados cornerianos inició su avance para intentar trabarse en combate contra las naves Phantom, demostrando estar a la altura y resistir los fuertes embates de sus enemigos. Entre los acorazados que luchaban en las líneas frontales, estaban al mando Stanton, Schvaltz y Silverback, cuyas naves estaban disparando simultáneamente al Ejecutor, que se encontraba encabezando la flota enemiga, y sus escudos parecían ser impenetrables ante todo lo que le mandaban.

- ¡Es inútil, no podemos penetrar esos escudos! – gritó Silverback desde el puente de mando. En ese instante recibió una transmisión enviada por el Teniente Coronel Richardson.

- Coronel Silverback, señor. Solicitamos permiso para ingresar al combate, podemos ayudarlo. – dijo Richardson.

- ¿Está seguro, Richardson? -

- Que no se le olvide cuál es la nave a la que estoy al mando, señor. – aseguró Richardson. – Vamos a darles a esos malditos una cucharada de su propia medicina. -

- De acuerdo, contamos con usted. – dijo Silverback, mientras abría otro canal. – Stanton, Schvaltz, tenemos que resistir un poco más, Richardson viene a ayudarnos. -

- Enterado, haremos todo lo que podamos desde aquí. – respondió Stanton.

- Triunfaremos pase lo que pase. – agregó Schvaltz.

La nave a la que Richardson estaba al mando no era otra que el mismo crucero que había piloteado Metallix en su ataque a la base del Sector Y, mientras el asteroide amenazaba con estrellarse contra Corneria pocos días antes. La nave había sido repintada y renombrada "Shield Breaker", por su ya conocida capacidad, que los cornerianos habían sabido muy bien como aprovechar ahora que la tenían de su lado.

- Teniente Coronel, el arma de difusión está cargada al máximo y lista para disparar. -

- Apunten hacia el Ejecutor. – dijo Richardson. Los navegadores comenzaron a mover la nave para buscar el ángulo de disparo correcto, de modo que impactase al ejecutor sin dañar a los cruceros cornerianos.

- Objetivo en la mira, señor. -

- ¡Abran fuego! -

El arma de difusión soltó su onda expansiva, y tal como lo habían calculado, esta ni siquiera rozó a los cruceros cornerianos. Por otra parte, el Ejecutor y todas las naves Phantom adyacentes no tuvieron tanta suerte.

- ¡¿Qué está ocurriendo?! – gritaron a bordo del Ejecutor.

- ¡Un arma de difusión, comandante! – respondieron. - ¡Todas las defensas fueron inhabilitadas! -

- ¡¿Qué dijiste?! Malditos cornerianos, esa era la nave que Metallix estaba usando, la robaron. -

- ¡Disparan de nuevo, aaaarrggghh! -

Dicho y hecho, una lluvia de rayos láser y misiles perforó por todos lados el casco del Ejecutor antes de que supieran por completo qué les había ocurrido. La destrucción de la nave líder causó un desorden en la flota, que las divisiones azul y roja (en otras palabras, Falco y Krystal, respectivamente) aprovecharon para lanzarse sobre ellos como un millar de agudas flechas.

- ¡Así se vuelan cruceros, al estilo Falco! – dijo Falco.

- Objetivos neutralizados. – dijo Krystal. – Vamos por los que siguen. -

- Esperen un poco. – dijo Peppy desde el Great Fox. – Vamos a necesitar armamento más pesado para derribar ese, pero primero, habrá que acercarse a derribar esas torres de poder. -

- De eso me encargo yo. ¡Escuadrón rojo, encárguense de derribar a los estorbos, yo me ocuparé del resto! – dijo Falco.

Imprudentemente, y pese a las quejas de sus compañeros, Falco se lanzó contra la torre de poder, con la intención de derribarla, pero varios lanzamisiles a su alrededor emergieron de debajo de la tierra, y comenzaron a disparar sin detenerse. Falco consiguió cargarse un puñado de ellos, pero terminó con tres a la cola, y teniendo dificultades para quitárselos de encima.

¡ZAP! ¡ZAP! ¡ZAP! ¡BROOM! ¡BROOM!

- ¿Divirtiéndote sin mí, Falco? Oh, me has destrozado. -

- Ay no. – Falco frunció el cejo al reconocer la voz. - ¡Katt, qué estás haciendo aquí! -

- Salvándote de que te desplumen, ¿qué crees? – respondió la gata, intentando disimular su disgusto por la ingratitud de Falco. Igual que de costumbre, Katt se había aparecido sin ser invitada, y gracias a su certera lluvia de disparos acababa de salvarle el pellejo (de nuevo) a Falco, y sin perder tiempo, se auto-invitó a compartir el mando de la división roja. Krystal, que no había estado presente en la batalla en la que Katt los había ayudado previamente, se interesó un poco en la recién llegada.

- ¿Eres amiga de Falco? – preguntó.

- Algo por el estilo. – respondió la gata. – Me llamo Katt, Katt Monroe. -

- Soy Krystal, encantada. -

- Igualmente. Me parece que este no es el momento ni lugar para presentaciones, ¿no piensas igual? -

- Tienes razón, ya habrá tiempo después. – dijo Krystal. – Apreciamos tu ayuda. También Falco, aunque no lo diga. -

- Lo sé, no te preocupes. -

La feroz batalla proseguía. Luego de haberse prolongado durante dos horas y media, la nave insignia de Pepper y Zinger había hecho acto de presencia junto con todo el armamento pesado. Había llegado el momento de ir con todo. Los cornerianos ya habían sufrido muchas bajas, sin embargo las de los Guerreros Phantom habían sido mucho mayores numéricamente hablando, y la artillería pesada del Ejercito Corneriano les ganaba el terreno poco a poco. No obstante, ninguno de los dos bandos evidenciaba signos de una derrota, el combate estaba muy parejo, la victoria seguía siendo incierta. Todo podía suceder.

- ¡Lady Phantom, nos están arrinconando! – gritaba un soldado, hablando con Lady Phantom.

- ¡Utilicen los mega-misiles ahora! -

- ¡Pero Milady, aún no los hemos pro...! -

- ¡Yo doy las órdenes aquí! – lo interrumpió. – Si vamos a caer, nos llevaremos a tantos de ellos como sea posible. ¡Desplieguen los mega-misiles ahora! -

- ¡Sí, Milady! – el soldado cortó comunicaciones

- ¡Maldición, no puedo perder, no puedo perder así! -

Mientras tanto, en el espacio, continuaba el intercambio de disparos y explosiones entre ambos bandos. Los cornerianos ya comenzaban a vislumbrar una aparente victoria, cuando en los radares apareció una enorme estructura, que tenía el aspecto de una especie de panal gigantesco, por tratarse de una gran cantidad de tubos hexagonales gigantes unidos entre sí, que antes no estaba ahí. Estaba a buena distancia de la Fortaleza Phantom, y recubierta con revestimiento antirradar para evitar ser detectada.

- ¿Qué rayos es eso? – preguntó Howler al ver la gigantesca estructura.

Como respuesta, las tapas hexagonales comenzaron a abrirse, y de cada una de ellas (había unos cincuenta aproximadamente) emergió un gigantesco misil hexagonal. La enorme lluvia de proyectiles comenzó a dirigirse a toda velocidad hacia la flota de cruceros pesados cornerianos, más concretamente, hacia la nave insignia de Zinger y Pepper.

- ¡Alerta, alerta, misiles acercándose a nosotros! -

- ¡Disparen el cañón fotónico! – ordenó Pepper.

La nave disparó su arma máxima, lanzando un potente rayo masivo de fotones, sin embargo, solo alcanzó a volar unos cuantos misiles, y el resto continuó sin detenerse.

- ¡Atención todos, hay que detener esos misiles a toda costa! – gritó Fox. - ¡Escuadrón dorado, dispérsense y derriben todos los misiles que puedan! -

A esta voz, toda la división dorada rompió filas y cada nave se dirigió hacia el misil más cercano para interceptarlo. Howler y parte de la división plateada, que estaban cerca, vinieron para ayudarles. El resto de las divisiones estaban muy ocupadas encargándose de los cazas Phantom como para hacer algo al respecto, y los cruceros no se atrevían a disparar por temor a dañar a los suyos intentando destruir los misiles. Se las arreglaron para destruir gran parte de los misiles, lo cual fue una gran hazaña, sin embargo...

- ¡Se nos escapó uno! – gritó Howler.

- ¡Lo detendremos! – dijo Falco intentando lanzarse tras él, seguido del escuadrón rojo.

- ¡No llegarás a tiempo! – gritó Fox.

- ¡Háganse a un lado, cretinos! -

- ¿Eh? -

Todo fue cuestión de apenas unos cuantos segundos, todo lo que vieron fue tres destellos rojo dejando estelas de color verde mientras perseguían el enorme misil que iba directo hacia la nave insignia. Uno de ellos lanzó una Bomba Nova contra los propulsores, logrando ralentizar su velocidad, para luego dirigirse hacia la punta, y junto con los otros dos lo acribillaron a disparos, haciéndolo detonar antes del impacto, y salvando a Zinger, Pepper y todos los que estaban a bordo. Todos tardaron un poco en darse cuenta de quien había sido sus salvadores, pero las naves que piloteaban eran inconfundibles.

- Son las Wolfens. – dijo Fox.

- Wolf... – dijo Howler, luego sonrió. – Sí vino después de todo. -

- ¿Ese es el equipo Star Wolf? – dijo uno de los soldados cornerianos. - ¡Captúrenlos, que no escapen! -

- ¡Alto! – los detuvo Howler. – Que nadie se les acerque. -

- Pero Comandante... -

- Están aquí para ayudar. Confíen en mí, además... tenemos otras cosas de qué ocuparnos. -

En vista de las circunstancias, todos decidieron hacer caso. Después de todo, Howler compartía el mando de las tropas junto con el resto del escuadrón Star Fox, y ninguno pareció oponerse a lo que dijo. Aparte, otras cosas apremiaban, como la nada saludable cantidad de enemigos que aún quedaban a su alrededor.

- Veo que otra vez vienes a ayudarnos. – dijo Fox hablándole a Wolf.

- No creas que es por ti que lo estoy haciendo, cachorro. – respondió Wolf.

- Bien, bien, nos vemos de nuevo en el campo de batalla, querida Krystal. – dijo Panther. – Lamento que sea en estas circunstancias, pero me alegro mucho de verte de nuevo. -

- Lamento no poder decir que me alegro de verte. – fue la respuesta de Krystal.

- Oye, lengua larga, apuesto a que estás muy molesto de que te hayan arrastrado aquí, ¿eh? – se burló Falco de Leon.

- Cierra el pico, pollo, si no quieres que te rostice para la cena de esta noche. – espetó el camaleón.

Una vez más, Star Fox y Star Wolf combatían en el mismo bando, contra un enemigo en común. Alianza poco probable, según la mayoría, pero que ya en el pasado había probado ser bastante efectiva.

- Quedan siete torres de poder. – dijo Peppy observando en el radar. – De acuerdo, equipo, son nuestro último obstáculo para quitar las defensas de la Fortaleza. Tengan cuidado, están muy bien custodiadas. -

- Te preocupas demasiado, abuelo. – dijo Falco. - Esa de ahí es mía. ¡Boost Fire! -

Sin que nadie se lo pidiera, Falco se lanzó contra la torre de poder más cercana que tenía con el Boost Fire, destruyéndola en el acto antes que las defensas pudieran activarse. Siguiendo su ejemplo, Fox y Howler hicieron lo propio derribando otras dos con los suyos. Los miembros del equipo Star Wolf no parecieron muy felices viendo eso.

- Hmph, presumidos. – dijo Panther.

- Me gustaría uno de esos. – dijo Wolf.

- Bah, quien lo necesita. – dijo Leon, aunque por dentro estaba que ardía de envidia.

Tres torres de poder fuera, quedaban cuatro más. El escuadrón Trinity Ghost se acercó hacia una de ellas para atacarla simultáneamente. Lograron dañarla, pero sin derribarla por completo antes que las defensas se fueran tras ellos.

- ¡Tres misiles en mi cola, Buster, Walker, quítenmelos de encima! – gritó Nova.

- ¡Lo siento, tengo mis manos llenas! – respondió Walker, que a su vez tenía unos cuantos persiguiéndolo.

- ¡Voy por ti, hermana! – dijo Buster.

Buster intentó alinearse para apuntarle a los misiles, pero estos zigzagueaban detrás de Nova y le impedían enfocarlos con la mira. Sin embargo no tuvo tiempo para hacer mucho por su hermana, ya que en ese instante les llegó una lluvia de disparos láser que casi los rozaron tanto a él como a ella, pero lograron destruir los misiles que perseguían a Nova. Sin embargo, quienquiera que lo hubiese hecho, era muy descuidado, si su intención era ayudarlos.

- ¿Eh? ¿Quién fue? -

- ¿Estás bien, hermosa dama? No te preocupes, Panther te protegerá con su vida. -

- Oye, ¿qué te crees coqueteando con mi hermana? – protestó Walker, ya habiéndose sacudido los proyectiles que iban tras él.

- Sí, además casi nos matas. – agregó Buster.

- Olvídenlo. – dijo Nova. - Escucha, la próxima vez que quieras salvarme la vida, intenta no pasar tan cerca de quitármela, ¿te quedó claro? -

Si bien la intervención de Panther no fue del todo de su agrado, les sirvió de ayuda para reanudar su ataque contra la torre de poder. El ejército corneriano había derrotado ya a casi todas las fuerzas Phantom, y los pocos restantes se enfocaban en intentar proteger las torres de poder que les quedaban en pie. Richardson había lanzado otro ataque con el arma de difusión, que los cruceros habían aprovechado para eliminar casi toda la resistencia. Al cabo de unos minutos, habían derribado las torres de poder, sin embargo, los escudos aún no caían.

- ¿Qué pasa? – dijo Falco. – Esa era la última torre de poder, ¿por qué no caen los escudos? -

- Esperen un minuto. – dijo Peppy. – Ah ya veo. Aún queda un generador de apoyo en el interior del escudo. -

- ¿Y qué hacemos con él? – preguntó Fox.

- Podríamos intentar atacar el punto de descarga. – sugirió Slippy. – Con los lásers a toda potencia podríamos revertir la emisión de energía y hacer que el generador se autodestruya. -

- En teoría es posible. – dijo Peppy. – Fox, Howler, ustedes tienen los lásers más potentes, ¿creen poder hacerlo? -

- Hay que hacer el intento. ¿Listo, Howler? – dijo Fox.

- Vamos por ellos. – respondió Howler.

Las dos Arwings se lanzaron hacia el punto de emisión del escudo, ubicado directamente encima del enorme generador, que emitía una gigantesca columna de luz como si fuera un enorme chorro de agua de una fuente, haciendo caer un domo protector sobre toda la fortaleza Phantom. Los cazas de las divisiones dorada y plateada se dispersaron por toda la zona para protegerlos. Fox y Howler cargaron los lásers a toda potencia y comenzaron a disparar, pero aún con la potencia combinada de ambos no era suficiente para revertir la emisión de energía, y los cañones de ambos ya empezaban a recalentarse.

- ¡No es suficiente, necesitamos más! – dijo Fox.

- ¡Es todo lo que tengo! – gritó Howler.

- ¡Háganme sitio, yo me haré cargo! -

Sin que nadie se lo pidiera, Wolf se aproximó al punto de emisión, abriéndose paso entre las naves aliadas y enemigas por igual, y se plantó entre Fox y Howler, cargando sus cañones a toda potencia, y uniendo su láser a los de ellos. La ayuda fue exitosa, y la potencia combinada de los tres fue suficiente para contrarrestar la emisión de energía, lento pero seguro, entre los tres comenzaron a empujar la acumulación directo hacia el generador.

¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMM! Tras la sobrecarga masiva, el generador del escudo se puso al rojo vivo, se expandió, y estalló en pedazos, dejando de emitir energía, como una fuente que deja de verter agua, el escudo sobre la fortaleza comenzó a disolverse al instante.

- ¡Lo lograron! – gritó Slippy.

- ¡Así se hace, muchachos! – dijo Krystal.

- Bien hecho. Ahora, la que le espera a la señorita Fantasma. – agregó Falco, golpeándose la palma con el puño.

- Los escudos están fuera, ya podemos entrar. – dijo Fox.

- Lady Phantom, prepárate que ahí vamos. – dijo Howler.

- Esperen. – dijo Wolf de pronto.

- ¿Qué pasa, Wolf? -

- Hmph,... más les vale que a ninguno de los dos se le ocurra morir ahí dentro. –

- ¿Preocupado por nosotros, hermano? – preguntó Howler con un tono semi-sarcástico.

- No te apures. – dijo Fox. – Ten por seguro que viviré lo suficiente para que arreglemos nuestras cuentas. Vamos, Howler. -

- Voy detrás de ti, Fox. -

La Wolfen se quedó atrás, mientras el escudo terminaba de caer. Lo poco que quedaba de las fuerzas Phantom continuaba combatiendo en vano contra las Fuerzas Cornerianas. Las Arwings de Fox y Howler volaron hacia el interior de la fortaleza. Había llegado el momento, de enfrentar cara a cara a la verdadera causante de todo ese conflicto. Lady Phantom...


En el interior de la fortaleza, momentos después…

Como casi todas las fuerzas Phantom habían salido a combatir, Fox y Howler encontraron muy poca resistencia al ingresar al hangar de la fortaleza. Solo unos pocos se quedaron a defender el interior, y ninguno de ellos supuso una gran amenaza para nuestros héroes.

Armados Fox con sus cañón de plasma, y Howler con sus ametralladoras gemelas, los pocos soldados Phantom que intentaron obstruirles el camino caían tan rápido como aparecían. Fox y Howler tuvieron cuidado, sin embargo de dejar uno o dos conscientes para que les indicaran donde se encontraba su líder. La mayoría se mostraron reacios, pero tras dar vueltas por más de media hora, finalmente hubo uno que decidió cooperar... luego de un poco de "persuasión".

- Gracias. – dijo Howler, luego de patearlo en el estómago, y quitarle una tarjeta de acceso para abrir las puertas.

- Dijo que siguiéramos ese corredor, y tomáramos al final el elevador al nivel 4. – dijo Fox.

- Bien, ya no quedan muchos más aquí que puedan ayudarnos, tendremos que tomar su palabra. – dijo Howler.

Sin perder tiempo, el zorro y el lobo abrieron la puerta que daba hacia el corredor. Ambos se pusieron en alerta, como esperando que hubiese una emboscada esperándolos del otro lado. Nada, no había guardias, ni trampas. Fox y Howler dieron cada paso con mucho cuidado, atentos a cualquier cosa que pudiera ocurrir. Sin embargo, llegaron hasta el final del pasillo y no ocurrió nada. Ambos se disponían a abrir la puerta del elevador, pero extrañamente, esta se abrió por sí sola antes de que deslizaran la tarjeta de acceso. Casi, se podía decir, como si los estuviera invitando. Eso olía mal, muy mal. Sin embargo, sin otra ruta de acceso hacia su enemiga, ambos entraron al elevador, preparándose para lo peor.

30 segundos más tarde, la puerta del elevador se abrió, y ante ellos había un corredor muy corto. Del otro lado, estaba una enorme puerta metálica con el emblema de los Guerreros Phantom, con un marco platinado a su alrededor. Fox y Howler caminaron lentamente hacia ella, y la miraron de arriba abajo. Luego se vieron el uno al otro, como preguntándose si debían tocar la puerta, o abrirla por la fuerza.

- Hagámoslo rápido. – propuso Fox, calibrando su arma a modo fundición. Howler asintió.

Fox disparó un rayo láser describiendo un arco en la parte inferior de la puerta, lo bastante grande para que él y Howler pasaran. Lento pero seguro, logró penetrar el grueso blindaje de la puerta con el láser, y luego entre los dos derribaron el pedazo de la puerta, para luego penetrar en el que fuese el recinto privado de Lady Phantom.

- Fue una entrada bastante grosera de su parte. – escucharon su voz. Ambos vieron al otro lado de la habitación, una silla que les daba la espalda, y alguien sentada en ella. Las iluminaciones de los enormes monitores ante ellos les cegaban la vista, por lo que no se acercaron demasiado.

- Lady Phantom... tú eres la responsable de todo esto. – dijo Fox.

- Y no lo lamento. – respondió la aludida sin el menor remordimiento.

- Mejor cállate y ríndete. – dijo Fox, levantando su arma, mientras Howler hacía lo mismo con las dos suyas. – Ya destruimos a todas tus fuerzas, no tiene caso que te resistas. -

- Facilítanos el trabajo, y entrégate ahora, no hay necesidad de que mueras aquí. – dijo Howler. – Puede que podamos negociar para que tu castigo sea piadoso, aunque no te lo merezcas realmente. –

- Así que lograste llegar hasta mí, Fox McCloud. – dijo Lady Phantom, sin darse la vuelta. – Debo decir que estoy impresionada. Eres igual a tu padre… persistente y una verdadera molestia. -

- ¿Cómo dices? – Fox se sorprendió un poco. - ¿De qué hablas, acaso conociste a mi padre? -

- ¿Conocerlo? Tu maldito padre fue el responsable de esto… -

Lady Phantom fue diciendo las palabras mientras giraba la silla para encarar de frente a Fox y Howler… y ambos desearon que no lo hubiese hecho. Era una visión espantosa. En otro tiempo, Lady Phantom debió haber sido una leopardo, pero en este momento, ya solo quedaban algunos rastros que lo evidenciaban. La mitad izquierda de su cara, diagonal a su boca, estaba recubierta de metal, con un ojo dorado que destellaba de una manera casi cegadora, separada de la mitad orgánica por lo que parecía ser una línea de sangre coagulada y tejidos injertados. La casi totalidad de su cuerpo parecía haber sido sustituido por una especie de armadura cibernética, color amarillo cobrizo, salvo por la parte superior de su brazo derecho, y el izquierdo en su totalidad, sus muslos y su cola, la cual descansaba sobre el borde de la silla, salvo por la punta que tenía una especie de cuchilla. El brazo derecho tenía lo que parecía ser unas garras retractiles, similares a las que tuviera Luchs, pero un poco más cortas. Por todos lados, entre las partes cibernéticas y las orgánicas sobresalían cables y circuitos conectándolos.

- ¿Pero qué…? – Fox y Howler se habían quedado sin aliento.

- ¿Sorprendido, McCloud? – dijo Lady Phantom. - ¿Entiendes ahora porqué me llamo Lady Phantom? Soy un fantasma, un fantasma que ha vuelto desde las profundidades del infierno, y solo para vengarme del hombre que me hizo esto. -

- ¿Quién eres tú realmente? – dijo Fox cuando finalmente. - ¿Y qué sucedió entre tú y mi padre? -

- De eso… ya habrán transcurrido unos 20 años. Antes, yo era la líder de la banda de piratas conocida como Flash Leopards. Imagino que estarán familiarizados con el nombre, ¿verdad? -

- Eran de los peores criminales antes que comenzaran las guerras Lylat. – dijo Fox. – El gobierno corneriano había puesto un alto precio por sus cabezas. -

- Así es. – prosiguió Lady Phantom. – Y estábamos a punto de lograr nuestro golpe maestro. Habíamos logrado robar un crucero de asalto prototipo del ejército corneriano, y planeábamos usarlo para derrumbarlos. Pero fueron demasiado tontos, decidieron que era demasiado peligroso, y que debía ser destruido, junto con nosotros. -

- Y supongo que quisiste resistirte a ello, ¿no? – dijo Howler ligeramente con sorna.

- No eran rival para nosotros, por supuesto. – replicó Lady Phantom. – Logramos acabar con buena parte de ellos con una sola nave. Impresionante lo que esos pacifistas de pacotilla fueron capaces de construir, mala suerte para ellos que nos apoderáramos de esa nave. Sí, todo iba muy bien… hasta que… -

Fox guardó silencio, ahora venía la parte realmente importante.

- Pensé que solo era un trío de insectos insignificantes. Pero no podía estar más equivocada. – dijo la última parte con tono de repulsión. – Ahora entiendo por qué los cornerianos acuden a ustedes cuando los tienen contra las cuerdas. Eran muy hábiles, lo reconozco, en especial tu padre, ese tal James McCloud. Los subestimé, y a causa de eso, fue que me ocurrió esto. -

- ¿A qué te refieres? – quiso saber Fox.

- Les dije que les habían dado la orden de destruir el crucero, ¿no es así? – fue la respuesta de Lady Phantom. – Bueno, tu padre fue el que se ocupó de dar el golpe de gracia. Él fue quien arrojó la bomba que destruyó el cañón principal, provocando una reacción en cadena que hizo que todo el crucero se convirtiera en un verdadero infierno. -

Fox y Howler se paralizaron. Presintieron en su interior que no les iba a gustar lo que seguía a continuación.

- No lo negaré, por un momento creí que sería mi fin... estaba ardiendo, mi cuerpo estaba prácticamente destrozado, realmente no creí que sobreviviría... pero de alguna manera, me aferré a la vida con todas mis fuerzas. Me arrastré hasta una cápsula de escape. No sé cuanto tiempo vagué por el espacio, pero cuando desperté... tenía este aspecto. Fue Metallix quien me rescató cuando estaba al borde de la muerte. Sus conocimientos en la robótica me salvaron, y me hicieron renacer como una cyborg. Debo admitir que supo hacer bien su trabajo, me hizo mucho más fuerte. -

- Y si él te salvó la vida, ¿no fue un poco ingrato de tu parte no haberlo ayudado cuando te necesitó? – dijo Howler, aunque en el fondo estaba agradecido de que no les hubiese dificultado más aquella ya de por sí difícil labor con el asteroide.

- Él era solo un peón en este juego, ya no me resultaba de utilidad. – replicó Lady Phantom. – Y pensar que pasé los últimos 20 años reuniendo suficientes tropas para formar un ejército lo bastante fuerte como para establecer mi imperio. Bah, haber conquistado todos esos planetas no sirvió de nada, todos resultaron ser una bola de inútiles, no fueron capaces ni de detenerlos a ustedes. -

- Bueno, si entendí correctamente, creo que ya no tienes ejército ni nadie que te apoye. – dijo Fox. - ¿Qué oportunidades crees que tienes contra todos nosotros tú sola? -

- Sí, acéptalo, se acabó, no te queda nada. – dijo Howler.

Por primera vez, Lady Phantom se paró de su puesto, instintivamente, tanto Howler como Fox levantaron sus armas, pero ella permaneció impasible.

- En eso, me temo que están muy equivocados. – dijo, mientras abría los brazos. – Tengo una última cosa que probar. Puede que no sobreviva a esto... pero al menos, podré vengarme de todos ustedes. -

- ¿Qué crees que haces? – preguntó Fox.

- Ya que el hombre que destruyó mi vida está muerto... tomaré la cabeza de su hijo como compensación, ¡junto con todos aquellos que a los que aprecia! – A esta voz, todas las máquinas en el recinto se encendieron sin que nadie las activase. Un montón de cables salieron del techo y las paredes, y rápidamente se enredaron sobre Lady Phantom. Su ojo cibernético se iluminó aún más que antes, mientras comenzaba a cargarse de energía, ante las miradas estupefactas de Fox y Howler, que no entendían lo que pasaba, pero algo era seguro, no les iba a gustar nada. - ¡INICIAR PROGRAMA FINAL! ¡DECIMATOR, DESPIERTA! -

Todas las consolas a su alrededor se encendieron como locas, y el lugar comenzó a temblar. Fox y Howler no sabrían que era lo que Lady Phantom quería hacer, o qué era esa cosa "Decimator" de la que hablaba, pero sí sabían que tenían que salir de ahí inmediatamente. Esquivando la chatarra que se derrumbaba por el camino y evitando chispazos por los cables que se soltaban, ambos recorrieron el largo camino de regreso al hangar donde dejaron sus Arwings y sin perder tiempo se alejaron de la base.

Afuera, la flota corneriana había acabado con toda la resistencia restante, y los que habían sobrevivido habían huido con el rabo entre las patas. Ya ninguno de ellos querría tener nada que ver con los guerreros Phantom.

- ¡Argh, ya estuvo! – dijo uno de los pilotos Phantom, mientras esquivaba los feroces ataques del escuadrón Trinity Ghost. - ¡Yo me largo de aquí! -

- ¡Te sigo, yo tampoco quiero morir! – dijo otro, dando la vuelta y emprendiendo la retirada detrás de su compañero.

- ¡Hmph! Gallinas. – dijo Nova, viéndolos huir como los cobardes que eran.

- Solo quedan dos fragatas más. – decía Peppy desde el Great Fox. – ROB, canaliza la energía a los cañones. -

- Entendido. – dijo ROB.

- Falco, Katt, encárguense de derribar las torretas. -

- Considéralo hecho, abuelo. – dijo Falco.

- Toma las de la derecha, muchachote, yo las de la izquierda. – dijo Katt con su tono acostumbrado. Falco hizo una mueca de disgusto, pero le hizo caso.

Segundos más tarde, cuando caían las últimas naves sobrevivientes, todos vieron como las Arwings de Fox y Howler retornaban desde fuera del asteroide a toda velocidad.

- ¡Miren, Fox y Howler han regresado! – dijo Slippy, esperando que trajeran buenas noticias, pero no era eso lo que venían a decirles.

- ¡Equipo, tenemos problemas! – gritó Howler.

- ¡Lady Phantom aún tiene una última arma bajo la manga! – agregó a su vez Fox.

- ¿Y eso qué? – preguntó Falco, sin mayor preocupación. - ¿Qué tan ruda puede ser? -

Como respuesta, en ese instante, se abrió un enorme boquete en el asteroide, el cual dejó salir un enorme pilar de luz blanco que se tragó la base Phantom entera. Lentamente se fue disipando, dejando ver cual era la última arma de Lady Phantom. Era un robot gigantesco, mucho más grande que cualquiera de los que se habían enfrentado hasta ahora, más grande cincuenta naves cornerianas juntas, aunque seguía sin superar al cañón satelital. De cualquier manera, era extremadamente imponente, era la viva imagen de Lady Phantom a escala gigante, pero completamente robótica, y con unas alas enormes en la espalda. No bien habían asimilado lo que tenían frente a sus ojos cuando desde el asteroide, un rayo de luz le disparó hacia lo que parecía ser una terminal gigantesca en su espalda. Sus dos ojos dorados se encendieron, mientras alzaba las manos, y probando las garras, dio un manotón hacia la flota de Silverback, y disparó tres proyectiles afilados de color platinado, cada uno del tamaño de misiles anti-crucero. Dos de ellos hicieron blanco en naves de batalla destruyendo sus reactores centrales y haciéndolos volar en pedazos. El tercer blanco, que era la nave de Silverback, se salvó gracias a sus escudos, que apenas evitaron que el proyectil atravesara el casco por completo. Volteando hacia otra parte, alzó su otra mano, y abriendo la palma, se concentró una bola de energía gigantesca, para segundos después disparar un rayo masivo que desintegró a no menos de unos 80 cazas pertenecientes a las divisiones dorada y plateada. Pero no contenta con eso, cerró los brazos, y luego los abrió soltando un grito desgarrador, mientras de sus alas salía una especie de proyectil con forma de ave fénix, de color platinado, que iba directo hacia la nave de Pepper y Zinger.

- ¡MANIOBRAS EVASIVAS! – gritaron Pepper y Zinger al unísono, pero Peppy sabía que no podrían esquivarlo a tiempo, así que ordenó a ROB disparar los cañones a toda potencia para interceptar el ataque. Tuvo éxito en parte, ya que logró desviarlo del curso mortal, pero no evitó que rozara los motores derechos del crucero y dañara sus estabilizadores.

- ¿Pero qué rayos es eso? – gritó el conejo, sin aliento.

- ¡CONTEMPLEN EL PODER DE MI ARMA MÁXIMA, EL DECIMATOR! – habló la voz de Lady Phantom a toda la flota, pero era diferente. Ya no era tranquila, fría y tenebrosa. Ahora sonaba enfermiza, loca y desquiciada. - ¡TODOS NOS IREMOS AL INFIERNO! ¡TODOS, NINGUNO DE USTEDES ESCAPARÁ A MI IRA! -

- ¿Qué está sucediendo? – preguntó Bill Grey.

- Lady Phantom descargó su conciencia en esa cosa. – dijo Howler. – Dijo que no sobreviviría, pero que se aseguraría de acabar con todos nosotros antes de terminar su existencia. -

- ¿Y a quién le importa? – dijo Falco. - Es la última que queda, solo hay que volarla en pedazos. ¡Vamos, amigos, a ella! -

- ¡Falco espera! – gritó Peppy, pero no pudo detenerlo, todo el escuadrón rojo se lanzó hacia ella, pero cuando comenzaron a abrir fuego, esta activó una burbuja de energía a su alrededor que absorbió todos los disparos láser y los misiles estallaban al hacer contacto sin alcanzar su objetivo.

- ¿Es todo lo que tienen, mosquitos insignificantes? – dijo Lady Phantom.

- ¡Grrr! – Falco gruñó al darse cuenta que acababa de dejarlo en ridículo.

- Las lecturas de poder de ese escudo sobrepasan la escala, no creo que ninguna arma que tengamos pueda penetrarlo. – dijo Peppy, viendo los medidores en la pantalla. – Y más aún, hay algo en el núcleo del asteroide que la está alimentando de poder, probablemente de manera indefinida. -

- Ah, grandioso. – gruñó Falco. - ¿Y qué propones que hagamos, abuelo? -

- La única forma de vencerla ahora, es entrar al núcleo del asteroide y cortar esa fuente de poder de raíz. – dijo Peppy. – Y solo hay una vía de acceso, apenas lo suficientemente grande como para que un Arwing pase por ella. – agregó poniendo en pantalla el mapa del asteroide mostrando la estrecha vía de acceso hacia el planeta.

- Pues no se hable más. Me ocuparé de ella yo mismo. – dijo Fox, empezando a encender sus propulsores.

- ¿Fox, qué crees que haces? – gritó Peppy, al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

- Terminar el trabajo de mi padre, eso es todo. – respondió Fox. – Bill, te quedas a cargo de la división dorada en mi ausencia. -

- ¡Fox! – Gritó Bill, pero sin esperar respuesta afirmativa, Fox encendió los propulsores de su nave, y salió disparado hacia la entrada.

- ¡Yo también voy! – exclamó Howler, lanzándose tras Fox, ignorando los gritos de los demás, y siguiéndolo por el pasaje hacia el núcleo del asteroide. Pero antes de poder seguirlos, fueron detenidos por un rayo masivo del Decimator, que se atravesó entre ellos y la entrada, para impedir que nadie más se metiera.

- ¡NINGUNO DE USTEDES SE IRÁ DE AQUÍ CON VIDA! -

- Atentos equipo, aún tenemos trabajo que hacer. – dijo Peppy. – No nos queda de otra que confiar en Fox y Howler. Solo podemos intentar ganar tiempo para que destruyan la fuente de poder. Katt, necesitamos que tomes el lugar de Howler, quedas al mando de la división plateada. –

- Entendido. – respondió la gata.

- Atención, naves aliadas. Esto es todo, no podemos escatimar en esfuerzos ahora. Hay que darle con todo lo que tenemos. – anunció Peppy abriendo un canal a todas las fuerzas restantes.

- ¡Sin piedad, por nuestros compañeros caídos! – agregó Bill Grey.

- ¡Es ahora o nunca! – gritó Falco.

- ¡Es la última! – exclamó Slippy.

- Fox, Howler, confiamos en ustedes, no los defraudaremos. – dijo Krystal.

- Señorita Fantasma, se acaba de ganar un boleto de ida y sin retorno al otro mundo. – dijo Katt.

- ¿Todos listos? ¡ATAQUEN! -

Todas las naves se lanzaron al ataque como una sola enorme masa, intentando causar algún daño al Decimator, o en todo caso entretener su atención. Fox y Howler tenían ahora en sus manos la responsabilidad de cortar la fuente de poder, y encargarse de eliminar a la amenaza de Lady Phantom de una vez por todas. Tenían que darles tiempo, resistir tanto como pudieran. Ellos eran su única esperanza.


Interior del asteroide, momentos después…

Fox avanzaba tan rápido como podía, evitando los obstáculos, e intentando contenerse de disparar. No quería provocar un derrumbe ahí dentro, y luego terminar quedándose ahí atrapado sin manera de escapar. Pasados un par de minutos, se dio cuenta en su radar de que alguien iba tras él. Supo inmediatamente de quien se trataba sin tener que mirarlo.

- Howler… - Presionó el botón de comunicaciones para abrir un canal con él. - ¿Qué estás haciendo aquí, Howler? -

- No pensaste que te dejaría llevarte toda la gloria por esto, ¿verdad, Fox? – respondió Howler.

- ¿Y qué hay de los demás? – preguntó.

- Estarán bien. – dijo Howler. – Alguien tiene que asegurarse de que regreses con vida, o nunca se lo personarán. -

- Hmm… de todos modos ya no podrás regresar, ¿verdad? – Fox sonrió. Así era Howler, siempre siguiendo a su líder, y no iba a dejar que se enfrentase a eso solo. Pero el hecho de tenerlo para cuidarle las espaldas era alentador.

Los dos continuaron avanzando, sin decir una sola palabra más. Su única iluminación eran las luces frontales de sus cazas, dado que entre más se adentraban, más oscuro se ponía el túnel. Luego de avanzar un largo trecho, comenzaron a distinguir un resplandor al final del oscuro pasaje.

- Continúa, Howler, ya casi llegamos. – dijo Fox.

- Te sigo, Fox. -

Finalmente, ambos llegaron al núcleo del asteroide al final del largo túnel. El lugar entero estaba iluminado, era un espacio abierto con forma esférica, todo recubierto de paredes metálicas, claramente había sido hecho artificialmente. En todo el centro, había una esfera metálica llena de agujeros, que giraba por todas partes, emitiendo rayos de energía hacia todas las direcciones. Ambos pilotos asumieron que ese debía ser su objetivo: la fuente de poder que alimentaba al Decimator.

- Bueno, Howler, creo que ya sabes qué hay que hacer, ¿no es así? – preguntó Fox.

- Terminemos con esto. – dijo Howler, preparándose para disparar. Fox hizo lo propio.

Sin embargo, en el momento en que empezaron a disparar, la energía comenzó a acumularse alrededor de la esfera, absorbiendo los disparos. De pronto, la energía rodeó por completo y empezó a tomar forma, adquiriendo piernas, brazos, una silueta femenina, y en su cabeza, dos ojos amarillos brillantes.

- No se atrevan a tocarlo. – habló, apareciendo una boca amarilla en su cara al pronunciar las palabras.

- Esa voz... no es posible, ¿Lady Phantom? ¿Cómo es que...? -

- ¿Acaso creyeron que sería tan estúpida como para no dejar ninguna protección aquí, en la fuente de todo mi poder? – explicó antes de que completase la pregunta. – No me hagan reír. -

- Así que transferiste tu conciencia al núcleo de energía. – dijo Howler. – De ese modo podrías controlarlo, y protegerlo si alguien venía a destruirlo. -

- En parte, es cierto. Hago mucho más que controlarlo. YO soy el núcleo. YO soy el Decimator. Somos uno solo, y mi conciencia vive en todas y cada una de las partes que los componen. ¡ESTE NÚCLEO, ES EL CORAZÓN DE MI EXISTENCIA! -

- Quiere decir que si destruimos el núcleo, te habremos borrado de una vez de la faz del universo, ¿cierto? – dijo Howler.

- Bien, era todo lo que necesitábamos saber. – dijo Fox. – Eso nos facilita la labor. -

- Solo inténtenlo, insectos. ¡GRAAAAAHHH! -

Apenas dejó salir su estridente gruñido, Lady Phantom dio un manotón directo hacia las dos Arwings, que tuvieron que moverse hacia los lados para evadir la mano que se agrandó al movimiento. Tanto Fox como Howler lanzaron ráfagas de fuego rápido, apuntando hacia el núcleo de poder, visible bajo la forma casi etérea de Lady Phantom, ahora haciendo honor a su nombre más que nunca, pero estos fueron absorbidos sin causar el menor daño. Lady Phantom dio otro manotón directo hacia Howler, que tuvo que levantar sus escudos para repelerlo y protegerse a sí mismo, mientras Fox recargaba un disparo y lo soltaba, sin éxito, ya que se disipó al impactar a Lady Phantom, sin siquiera rozar el núcleo de energía. Lady Phantom se dio la vuelta y enfocó su atención en Fox, tratando de atraparlo entre sus gigantescas manos y aplastarlo de una palmada, Fox tuvo que evadirla retrocediendo de golpe, casi estrellándose contra la pared.

- ¡ILUSOS, NO PODRÁN VENCERME CON ATAQUES TAN INSIGNIFICANTES! -

- Demonios, tan cerca y tan lejos de ese maldito núcleo. – dijo Howler. - ¡Argh, qué demonios, si voy a volar, te volaré en pedazos en el proceso! ¡BOOST FIRE! -

- ¡HOWLER, NO! -

Sin que Fox pudiera detenerlo, Howler jaló hasta el máximo la palanca del Boost Fire, y se lanzó a tratar de embestir el núcleo de poder con toda su fuerza. Lady Phantom consiguió evadir el impacto directo, pero lejos de desanimarse, Howler dio la vuelta y se lanzó de nuevo en la dirección opuesta, a pesar de los gritos de Fox. Sin embargo, luego de que lo repitiera unas tres o cuatro veces más, Fox notó algo en el movimiento. El Boost Fire tenía algo de rango hacia los lados en el rastro que dejaba al pasar, y cada vez que la energía del Boost Fire de Howler rozaba la forma etérea de Lady Phantom, esta se disolvía temporalmente. En una de esas, incluso dejó expuesto parte del núcleo de poder.

- ¡Eso es! – dijo Fox. - ¡Howler, escucha, yo la mantendré ocupada, tú continúa usando el Boost Fire, pero da vueltas en círculos a su alrededor! -

- ¿Pero eso de qué servirá? – preguntó Howler.

- ¡Tú solo confía en mí, sé lo que hago! – aseguró Fox.

- ¡De acuerdo! – Howler finalmente decidió hacerle caso. Nunca había dudado de Fox, y no era momento de hacerlo ahora.

- ¡LO QUE SEA QUE INTENTEN, NO SERVIRÁ DE NADA! ¡TODOS MORIRÁN! -

- ¡Oye, señorita Fantasma, ven por mí, aquí estoy! – dijo Fox intentando llamar su atención para alejarla de Howler.

La treta funcionó, Lady Phantom ignoró a Howler y centró su atención en Fox, que la distraía disparando y moviéndose en todas direcciones, mientras Howler volaba describiendo círculos alrededor de ellos a toda velocidad. Tal como Fox lo había previsto, los círculos enviaban hacia el centro una onda de energía proveniente del Boost Fire, que a los pocos minutos comenzaba a afectar a Lady Phantom, poco a poco haciendo que se volviera más y más delgada. Por supuesto, ella no tenía ni idea... hasta que...

- Un poco más... un poco más... ¡trágate esto! -

Fox comenzó a disparar en cuanto el núcleo quedó parcialmente expuesto, luego de que las ondas de energía adelgazaran a Lady Phantom lo suficiente como para que una parte de él quedase al descubierto justo frente a Fox. Unos cuantos disparos bastaron para que la forma etérea de Lady Phantom se dispersara temporalmente, pero se reformó rápidamente.

- ¿Qué demonios fue eso? – gritó Lady Phantom apenas reformarse nuevamente.

- ¡Howler, no te detengas! – gritó Fox.

- ¡El Boost Fire está recalentando mis motores, no podré seguir mucho más así! – dijo Howler.

- ¡Entonces cambiemos de lugar, ahora tú la distraes! – sugirió Fox.

- ¡Bien! – Howler dejó de dar vueltas alrededor de Lady Phantom y fue a su encuentro, mientras Fox se alejaba para comenzar a volar en círculos y reanudar la labor de Howler. - ¡Bien, Lady Phantom, te toca jugar conmigo ahora! -

- ¡CÁLLATE MALDITO INSECTO! – Lady Phantom dio un manotón que sacudió a Howler, pero gracias a sus escudos no sufrió daño alguno, mientras tanto, Fox giraba a su alrededor tratando de debilitar a Lady Phantom lo más posible para que Howler pudiera disparar.

Los dos lograron mantenerse así durante varios minutos, sin embargo, no lograban exponer el núcleo lo suficiente para causar un daño lo suficientemente severo para eliminarla de una vez. Tanto Fox como Howler se dieron cuenta que sus motores estaban yendo más allá de sus límites ya que estaban abusando como nunca de su Boost Fire, y si seguían así podrían terminar por explotar. La batalla se les estaba haciendo eterna, y ambos sabían que tenían el tiempo en contra, y Lady Phantom lo sabía. Tenían que terminar con eso, y rápido.

- Qué hacer... qué hacer... – Fox apretó los dientes y cerró los ojos tratando de pensar en algo. En tres segundos, que parecieron tres siglos, se le ocurrió un plan loco, si fallaba, ellos y todos los demás que estaban luchando allá afuera estarían condenados, pero era su única posibilidad. – Escucha Howler. Solo tenemos una oportunidad. Si usamos el Boost Fire los dos al mismo tiempo quizá podamos exponer el núcleo lo suficiente para atacarlo con las Bombas Nova y destruirlo. -

- Me leíste la mente, Fox, era justo en lo que estaba pensando. – dijo Howler. – Pero solo me queda una, y apenas suficiente energía para usar el Boost Fire una vez más. -

- Yo estoy en las mismas. – dijo Fox. – Bueno, solo hay un tiro, así que no podemos fallar, ¿estás listo? -

- ¡Ahora o nunca! -

- ¡BOOST FIRE, A TODO PODER! – gritaron ambos al unísono.

Los dos cazas comenzaron a girar alrededor de Lady Phantom a toda la potencia que les quedaba, como electrones alrededor del núcleo de un átomo. Lady Phantom gritaba torrentes de maldiciones y les ordenaba detenerse, pero ninguno la escuchaba. Los dos continuaron volando a su alrededor impasibles e indetenibles, y la potencia combinada de los dos Boost Fires creó lo que se pudiera llamar una esfera de energía alrededor de la forma etérea de Lady Phantom, que, lento pero seguro, comenzó a disolverse hasta quedar dispersa, y dejar el núcleo de energía totalmente al descubierto. Esa era la señal que Fox y Howler esperaban, y de inmediato dejaron de girar, la esfera de energía desapareció. Ambos quedaron frente a frente, en direcciones opuestas a cada lado del núcleo de poder.

- ¡AHORA HOWLER! -

- ¡SÍ! -

Las dos Arwings dispararon simultáneamente sus Bombas Nova hacia el núcleo expuesto, ambas se encontraron en todo el centro y detonaron simultáneamente. El daño fue masivo, y tras soltar una serie de chispas eléctricas por todos lados, la forma etérea de Lady Phantom volvió a regenerarse, solo para comenzar a sufrir una convulsión masiva.

- ¡NO! ¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASÁNDOME A MÍ! ¡NO PUEDO SER VENCIDA POR UNOS INSIGNIFICANTES! ¡MI VENGANZA, MI VENGANZA NO ESTÁ CUMPLIDA, NO PUEDO DESAPARECER! ¡! -

- Es nuestra señal para irnos de aquí. – dijo Fox.

- Voy detrás de ti, Fox. – dijo Howler. – ¡A toda velocidad! -

Las dos Arwings dieron la vuelta, lanzándose de regreso hacia el pasaje por donde entraron, mientras detrás de ellos, Lady Phantom lanzaba su último y agonizante grito, antes de que desapareciera en una implosión, que comenzó a extenderse por todo el asteroide y a perseguir peligrosamente a Fox y Howler en su escape, que aceleraron sus naves a todo lo que daban para salvar sus vidas y escapar de ese lugar.

Afuera, el resto del equipo Star Fox y las fuerzas cornerianas continuaban combatiendo, defendiéndose y atacando con todo al implacable Decimator. Habían resistido luchando con un esfuerzo combinado de toda su valentía, y las tácticas de Peppy y el Teniente Coronel Richardson, lo que les había evitado sufrir más bajas en esta media hora, que para todos ellos pareció como un siglo.

- Detectando fluctuación de energía. – dijo ROB de repente, cuando sus sensores captaron una señal. Segundos después, rayos de energía emergieron de diferentes puntos del asteroide, dos haces luminosos salieron a toda velocidad del pasaje, justo antes de que el asteroide volara en pedazos.

- ¡FOX, HOWLER! -

- ¡Estamos de vuelta! – dijo Fox.

- ¿Están bien? – preguntó Slippy. – Por un momento, casi creímos que… -

- Oigan, no creyeron que moriríamos por tan poca cosa, ¿cierto? – dijo Howler.

- Eso jamás. – dijo Falco. – ¡Hey, miren al Decimator! -

Falco señaló al enorme robot, cuyos ojos habían dejado de brillar, sus brazos se desplomaron mientras sus escudos se desactivaban por completo. El ejército corneriano no esperó más para dar la orden a todos los cruceros de disparar los cañones de partículas eléctricas a toda potencia hasta borrar cualquier rastro de la última arma Phantom. Por fin, todo se había terminado.

- Bueno, fue una batalla muy dura. – dijo Zinger.

- Sí, amigo, tienes toda la razón. – dijo Pepper. – Pero lo logramos. Buen trabajo, a todos. Es tiempo de regresar a casa. -

- Uff, podría dormir por una semana luego de esto. – dijo Krystal.

- Yo un mes. – dijo Slippy.

2- Eso deberá esperar… a después de las celebraciones por la victoria, ¿no? – dijo Falco.

- Supongo que tienes razón. – dijo Peppy. – Bueno, vámonos a casa. -

- Eh, chicos… yo tengo algo más que hacer. – dijo Howler. – Los alcanzaré un poco más tarde, ¿bien? -

- ¿Adónde vas? – preguntó Fox.

- A… arreglar algunos asuntitos pendientes. -

- Hmm… - De nuevo, Fox entendió lo que quería decir, sin que se lo dijera directamente. – Bien, pero te apresuras, ¿de acuerdo? -

- Descuida, esto no me tomará mucho tiempo. -

Todas las naves comenzaron a retirarse, saltando hacia el hiperespacio una tras otra. Howler se quedó atrás, giró su nave en 2otra dirección, y fijando coordenadas diferentes, hizo su salto hiperespacial hacia otra locación. Aún tenía una cosa más que arreglar.


En Sargasso…

Después de haber dado su "aporte", Wolf decidió que era mejor desaparecerse del campo de batalla. Una vez más, el equipo Star Fox había devuelto la tranquilidad al sistema Lylat. Después de haber hecho su "buena obra del día", ni Wolf ni su equipo querían saber nada de ellos, al menos por el momento. Desgraciadamente para ellos, hubo alguien que notó su ausencia, y les siguió el rastro.

Ya no planeaban quedarse más tiempo en Sargasso. Apenas regresaron, les dijo a Leon y Panther que empacaran sus cosas y se largaran a otra parte, cosa que habían hecho hacía pocos minutos. Ahora sin la amenaza Phantom presente, lo más seguro era que el ejército corneriano fuese a tomar de nuevo sus deberes rutinarios, en otras palabras, ocuparse de las actividades criminales. Lo que significaba que irían tras sus cabezas nuevamente.

Wolf acababa de llegar al hangar de la estación, y se estaba preparando para abordar su nave y abandonar ese sitio, sin embargo se detuvo cuando vio afuera a través de la barrera translúcida un Arwing acercándose en su dirección. No se necesitaba ser un genio para saber de quién se trataba. Wolf supuso que lo había estado siguiendo todo el trayecto, pero no les dijo nada a los otros dos para que no se les ocurriera atacarlo. No porque quisiera tenderle una trampa él mismo, por supuesto, sino porque pensó que debería hablar con él, una última vez.

El Arwing atravesó la barrera, y aterrizó justo al lado de la Wolfen. La cabina se abrió, como era de esperarse, dejando salir a Howler. Se bajó sin prisa, y miró fijamente a los ojos (o al ojo bueno, más bien) de Wolf, mientras se acercaba a él, impasible. Wolf solo dejó en el suelo la bolsa que llevaba con sus pertenencias y cruzó los brazos, sin despegar la mirada de su hermano tampoco. Su cara estaba seria, totalmente inexpresiva. Ambos guardaron silencio un momento, como esperando a que el otro empezara a hablar. Finalmente, Wolf decidió romper el silencio.

- Tengo que irme pronto, o Leon y Panther se preguntarán qué estoy haciendo. – dijo. – Lo que vayas a decirme, hazlo deprisa. -

- Te fuiste sin decir adiós. – dijo Howler. – Y… no pude darte las gracias por habernos ayudado. -

- Ya estamos a mano. – replicó Wolf.

Ambos volvieron a quedarse en silencio, mirándose fijamente el uno al otro. Desde que se habían vuelto a encontrar, Wolf había querido decirle a Howler una o dos cosas que no pudo, por las circunstancias del momento. Quizás, ahora que todo había terminado, fuese el momento de hacerlo.

- Durante cinco años… pensé que estabas muerto. – dijo Wolf. – Y ahora que nos volvemos a ver… estás del otro lado. -

- La vida da muchas vueltas. Y algunas, bastante irónicas, e inesperadas. – fue la respuesta de Howler.

- Es una lástima. Fuiste el mejor compañero que tuve en Star Wolf jamás, y el mejor piloto. – dijo Wolf. – Desearía… que nos hubiéramos reencontrado en otras circunstancias. -

- ¿Hablas de volver a las viejas andadas? – dijo Howler. – Lo siento, pero las cosas han cambiado. Corrijo, YO he cambiado. Eso es parte del pasado ahora. -

- ¿Por qué? ¿Por qué las cosas no pueden volver a ser como eran antes? Cuando éramos un equipo. Cuando… éramos hermanos. -

- Wolf… a veces las cosas cambian y nunca más vuelven a ser como antes. No puedes evitarlo, así es la vida. -

- Howler… -

- Ahora… soy un miembro de Star Fox. – dijo Howler, dándose la vuelta para volver a su Arwing. Cuando estuvo en la cabina, miró a Wolf, quien tenía una expresión como si lo hubieran traicionado. A Howler nunca se le olvidaría eso, pero no tambaleó en su decisión. – No me arrepiento del camino que elegí. Y si te conozco bien, sé que tú tampoco. -

- Entonces… este es el adiós, ¿no? -

- Así parece. – dijo Howler. – En verdad… no quisiera tener que cruzarme contigo en el campo de batalla. Pero si llega a ocurrir… que te quede claro, que haré lo que deba hacer, ¿entiendes? -

Wolf no dijo nada, sin embargo, Howler interpretó su silencio como un sí. Cerró la cabina de su Arwing, y despegó, saliendo de la estación y alejándose a toda prisa. Wolf se quedó mirando fijamente la nave mientras se perdía de vista, hasta que esta se volvió un punto diminuto en la distancia, y se desvaneció por completo. Se había ido, y por más que le costara aceptarlo, no regresaría. No a él, al menos. Cada uno había elegido su camino, y si llegaba el día en que volvieran a cruzarse, con toda probabilidad sería en direcciones opuestas. En el fondo, muy en el fondo, Wolf esperaba que ese día no llegase en un futuro cercano.

Mientras tanto, Howler observó desde afuera la estación, dándole una última mirada. Había ido a dejar el último vestigio de su pasado en ese lugar. Wolf era el único familiar que le quedaba, era su hermano, pero ambos eran muy diferentes, y Howler lo sabía. En lo que a él concernía, todo vínculo con su vida pasada, con el equipo Star Wolf, e incluso con el propio Wolf, ya no existiría más. Tenía que desprenderse de eso, para poder seguir con su vida. No había sido fácil, pero se sentía en paz consigo mismo al haberlo hecho.

- Adiós… hermano. – fue lo último que dijo antes de acelerar la nave y partir rumbo hacia Corneria.


Comando Central de Corneria, un par de días más tarde…

En el comando central corneriano se entremezclaban las emociones, entre alegría por la victoria, y dolor por los caídos en el combate. Sin embargo, la celebración por el triunfo era total, y se había prolongado durante dos días enteros, nadie en todo el planeta durmió en ese tiempo, la amenaza Phantom había sido erradicada por completo finalmente. Los cazas cornerianos estaban haciendo un desfile aéreo, en medio de los vítores de toda la gente en Corneria, celebrando la caída definitiva de los Guerreros Phantom.

En el puerto espacial afuera del comando, el General Zinger, junto con las tropas solarianas se preparaban para emprender el viaje de regreso a casa. El General Pepper despedía a su antiguo compañero de academia, no sin agradecerle todo el apoyo que él y los suyos le prestaron durante ese tiempo, con el escuadrón Star Fox como testigo.

- Lamento que hayamos tenido que volver a vernos en estas circunstancias. – dijo Zinger. – Espero que nuestro próximo encuentro pueda ser en una época de paz y tranquilidad. -

- Lo mismo digo, viejo amigo. – dijo Pepper, mientras hacía el saludo militar. – Fue un verdadero honor haber luchado a tu lado, Zinger. -

- El honor fue todo mío, Pepper. – dijo Zinger, respondiendo el saludo de igual manera.

- General Zinger, su nave está lista para partir. – dijo uno de sus oficiales.

- Está bien, solo dame un minuto. – dijo Zinger, mientras se dirigía hacia Howler. – Bien, podemos darte el aventón de regreso a Solaria, ahora que terminaste con tu trabajo, si gustas. -

- Gracias, General Zinger, pero, si no le molesta… preferiría quedarme aquí un tiempo. – dijo Howler.

- ¿Hmm? -

- Verá, es que en todo este tiempo… creo que me he encariñado bastante con el equipo Star Fox, y con todo lo que ha pasado, no podría abandonarlos. No en este momento, al menos. -

- Hmm… bueno, creo que debo advertirte, mi hija va a extrañarte mucho. -

- Dígale de mi parte que no se preocupe, estaré bien. – dijo Howler. – Volveré, lo prometo. Solo quiero estar aquí un tiempo, con mis amigos. Con mi equipo. -

- Está bien, si es tu decisión, la respetaré. – dijo Zinger finalmente. - En ese caso, creo que aquí nos despedimos por el momento. Cuídate, Howler. -

- También usted, General. -

Zinger y sus tropas abordaron la nave, y un par de minutos después despegaron, abandonando el planeta, mientras Pepper, Fox, Howler y el resto del equipo se despedían con la mano, hasta que salió de la atmósfera. Una vez que lo hizo, todos bajaron las manos, y Howler se dirigió al equipo.

- Y… supongo que no les molestará que me quede un poco más, ¿cierto? -

- Has contribuido mucho con nuestra manutención en estos meses, así que no podemos echarte. – dijo Peppy.

- Nos hemos acostumbrado a ti. Hasta yo, y eso es decir mucho. – dijo Falco.

- Eres uno de los nuestros. – dijo Slippy.

- Un verdadero miembro del equipo Star Fox. – corroboró Krystal.

- Si decides quedarte o no… es tu elección. – dijo Fox. – Nos has ayudado mucho, y sin duda, te has ganado tu lugar en nuestro equipo. -

- Eso era todo lo que quería saber. – dijo Howler, mientras todos sus compañeros lo abrazaban y le daban palmadas en la espalda. Howler ya se había establecido como parte del equipo Star Fox, y eso era algo que no quería cambiar, al menos, no por el momento.


6 meses después…

El Great Fox orbitaba Corneria, mientras el equipo hacía sus labores de rutina. Varios meses sin trabajo, sin embargo, lograron administrar bastante bien toda la paga que recibieron durante las escaramuzas con los guerreros Phantom. Peppy seguía firme en su puesto en el puente de mando. Slippy había decidido pasarse a tiempo completo al hangar de la nave, permitiendo que Howler tomase su lugar como piloto en las líneas frontales al 100%, junto a Fox, Falco y Krystal.

- Recibiendo transmisión desde el comando central. – dijo ROB.

- Pásala a la pantalla. – dijo Peppy. El monitor principal se encendió, dejando ver al General Pepper. Este tenía la cara algo pálida, y un aspecto algo enfermo.

- Saludos, Peppy. *Cof, cof*. – El General tosió un poco y tuvo que aclararse la garganta.

- ¿Está bien, General? – preguntó Peppy.

- No es nada, no te preocupes. – dijo Pepper. – Acabamos de recibir un informe desde el Sector Y, al parecer hay un remanente de las tropas de Andross al mando de Oikkony que está haciendo actividades extrañas. -

- Entiendo. – dijo Peppy. -Iremos a investigar de inmediato. -

- Gracias. –

En cuanto Pepper cortó comunicaciones, Peppy encendió los altoparlantes de la nave para avisarle los pilotos, que se encontraban junto a la bahía de lanzamiento. Falco estaba sentado medio dormitando en el asiento de su Arwing, con las piernas estiradas colgando fuera de la cabina. Krystal meditaba, sentada en el ala de la suya, mientras Fox y Howler intercambiaban algunas palabras al otro lado. El lobo había cambiado su ropa de hacía 6 meses, ahora llevaba una chaqueta negra más gruesa que la que tenía antes, y con llamas azules, que en la espalda tenía en color blanco el emblema del equipo Star Fox, y sus botas ahora eran negras con placas protectoras azules, aparte que ahora llevaba un casco-comunicador con un visor azul transparente. En sus muslos traía sus dos ametralladoras gemelas metidas en sus fundas.

- Atención, escuadrón, tenemos trabajo qué hacer. – anunció el conejo.

- Ya era hora, me estaba aburriendo. – dijo Falco, acomodándose.

- Todos a sus naves. – ordenó Fox.

Inmediatamente, el resto de los pilotos abordaron sus naves, mientras se colocaban en posición de despegue. El Great Fox hizo un salto hiperespacial, y segundos más tarde, se encontraban en la zona del Sector Y.

- El General Pepper dijo que Oikkony estaba en la zona. Tengan cuidado allá afuera. – avisó Peppy.

- No te preocupes, viejo. – dijo Falco. – Ese estúpido chango no sabrá ni quién lo golpeó. -

- Seguro liberado. – dijo ROB mientras levantaba el seguro de las naves, preparándolas para catapultarlas.

- ¿Están listos? ¡Lanzar todas las naves! -

- ¡Star Fox, en marcha! – dijo Fox.

Las cuatro Arwings fueron disparadas por la catapulta saliendo fuera de la nave nodriza. Una por una, activaron los propulsores, y se dispersaron por toda la zona, en camino hacia su siguiente misión…

FIN.


Notas del Autor:

Bueno, faltó poco, pero lo cumplí. Terminé la historia antes de que finalizara el año. Sí, ya sé, a pocos días, pero el caso es que lo hice. Y así, con gran placer y pesar entremezclados en mi interior, mi primera historia ha llegado a su fin. Fueron tres largos años, pero lo valieron. Muchísimas gracias a todos los que leyeron esta historia, en especial a quienes la siguieron de principio a fin durante todo este tiempo, y gracias por tenerme tanta paciencia, considerando el "errático" paso de escritor que tengo a veces. Y les aviso que pronto estaré haciendo más, tendré una secuela directa de esta historia, que será mi "novelización" de Star Fox Command (adaptada para incluir a Howler), y otra que será una historia alterna (esta no incluirá a Howler), con una temática diferente y presentando a algunos personajes "olvidados". Sin embargo, ya que hay lectores que espera otras historias, estas tendrán que esperar un poco. Hay gente que sigue esperando a que actualice El Esposo Perfecto y Quest for the Power, así que le daré prioridad a esas por el momento.

Últimos agradecimientos, para Dreadmon, Albian, Iruka Aoi, Anhell, y para ºkashikeº, quien me dejó su último review en el capítulo extra. Hasta pronto, lectores.

P.D: Dios quiera y no me traicione la conexión mientras estoy publicando esto.