A/N: ¡Hola! Bienvenido/a a mi primer fanfic de Naruto. :-P Creo que lo he editado unas miles de veces, porque siempre encuentro algún error o algo que puedo corregir, pero espero que esta edición sea la definitiva. XD Y bueno, este fic es prácticamente un universo alterno (aunque técnicamente todo fic lo es), Sasuke volvió a la aldea a los diecisiete años y sin hacer demasiada referencia al tema de Orochimaru. Lo que haya pasado antes con él ó con Itachi no será nombrado (a modo de no dar spoilers) y de ese modo, la historia se concentrará más en la relación-no-relación de Sasuke y Sakura y su problema.

Resumen: Desde que Sasuke volvió, él y Sakura no pueden ni respirar el mismo aire. No es un secreto para nadie que no se soportan, pero ahora tendrán que tolerar sus diferencias cuando deban ponerse en el lugar del otro… literalmente.

Disclaimer: Naruto no es mío, es de Masashi Kishimoto. Yo no gano nada, sólo el desgaste de mis neuronas y mi teclado.

Capítulo I
Esta es la razón por la cual Ino nunca debe volver a hornear nada en su vida

Mmm… Sasuke-kun —una voz femenina y tremendamente sensual ronroneaba su nombre cerca de su oído, mientras que unas manos blancas y suaves abrían los botones de su camisa con una lentitud tan insoportable que ya lo estaban desesperando. Por cada suspiro y susurro que ella daba, él iba perdiendo la cordura sobre si mismo, olvidándose por completo del poco autocontrol que le quedaba. Y al cabo de unos cuantos segundos, el moreno no resistió más; apartó a la chica un momento para poder quitarse la camisa de una vez y, cuando lo logró, volvió a acercarla y la estrechó contra su pecho.

Sasuke, no debemos… —la joven pareció dudar ante sus arrebatadas acciones y pasó un dedo por el torso desnudo de él, provocándole un agradable escalofrío por todo el cuerpo—. No está bien…

¿Por qué? —aunque el chico no le veía ningún problema al asunto. Es más, sentía que si no lo hacían en ese mismo momento se iba a volver loco.

Porque tú no me quieres… —fue la tímida respuesta de su acompañante, quien bajó la vista y se separó de él. Sasuke la tomó por el brazo y clavó la vista en sus ojos verdes.

Parecía tan triste…

Te equivocas, claro que te quiero —le replicó con la voz ronca y, sin siquiera advertirla, tomó su rostro y la besó apasionadamente. La chica no replicó y después de forcejear un poco, finalmente cedió y pasó sus brazos alrededor del cuello de él.

Sasuke… —la chica dejó escapar un pequeño gemido y el moreno decidió que definitivamente le encantaba la manera en que decía su nombre. Rápidamente, comenzó a desanudar los tirantes de su vestido. La chica repetía su nombre con más ganas y cada vez más alto, mientras recorría por completo su pecho con las manos. Por su parte, el Uchiha ya se había desecho de su prenda.

Tan sólo un poco más…

Sasuke-kun…

Sólo unos centímetros más…

¡Sasuke-kun!

Tan cerca que ya la rozaba…

—¡Sasuke!

Ya casi…

—¡Uchiha!

¿Eh? ¿Por qué tanta formalidad?

La imagen comenzó a desvanecerse poco a poco, pero seguía escuchando aquella voz. Aunque con un tono muy diferente y para nada seductor como el de un principio.

¡UCHIHA!

—¿Qué mier—? —el aludido abrió los ojos y se movió justo antes de que un shuriken se le incrustara en la cabeza. Alzó la vista para encontrarse con su agresor, aunque ya "deducía" dequién se trataba; una chica de su misma edad, con cuerpo de infarto y chispeantes ojos verdes que en ese momento parecían querer fulminarlo.

—¿Ésta es tu sutil forma de saludar? —preguntó, molesto por la interrupción, mientras se desperezaba y se ponía de pie encarándola.

Sakura ignoró su tono y le devolvió la misma mirada retadora, lo que se convirtió en una imagen bastante interesante, ya que el Uchiha era bastante más alto que ella. Ambos tenían diecisiete y se conocían hace años. Pero no podían ser más opuestos entre ellos: Sakura era sociable, simpática y algo impulsiva. Su largo pelo rosa y sus profundos ojos verde-jade no pasaban desapercibidos para muchos chicos rebosantes de hormonas… incluido Sasuke. Por su parte, él seguía siendo el chico cool de toda la aldea, que parecía tenerle alergia a toda relación de afecto con otro ser humano. Atractivo, serio y con aire indiferente. Lo que le acarreaba ser la admiración o envidia de los chicos (dependiendo del caso) y el amor platónico de las féminas.

—No me hables así —le espetó—. Te estuve llamando y tú no me hacías caso. ¿Qué esperabas, que te despertara con un beso? —le sugirió con sarcasmo.

No me habría molestado¡Qué! Un momento… ¿y eso de dónde salió?

—No gracias, tengo entendido que son los príncipes los que besan a los sapos, no al revés.

—¡Eres un…! —Sakura no alcanzó a terminar, porque alguien la cortó.

—¡Uchiha! —a penas escuchó lo que el moreno le había dicho a su amor platónico, Lee se acercó con gran velocidad hasta ellos—. ¡La próxima vez que insultes a mi adorada flor, tendrás que hacerlo sobre mi cadáver!

—Eso puede arreglarse fácilmente—murmuró con las manos en los bolsillos, dándose la vuelta para irse. Pero pareció recordar algo y se detuvo.

—¿Y qué era lo qué querías, Haruno?

—¿Eh? —Sakura se había distraído por un momento—. ¡Ah, sí! Uchiha, quiero que me devuelvas mi broche, ahora.

—¿Qué? —Sasuke abrió los ojos como plato—. ¿O sea que casi me vuelas la cabeza porque crees que robé tu estúpido broche?

—No te hagas el idiota —le recriminó la chica, mientras Lee asentía fervientemente—. Tú eres el único que siempre me está fastidiando. Así que dámelo por las buenas o—

—¿O sino qué harás? —la retó con una sonrisa divertida, a lo que Sakura no pudo evitar sonrojarse—. Además, si crees que algún idiota está robando tus cosas. ¿Por qué no revisas los bolsillos del payaso que tienes al lado?

Cualquiera que los viera ni se imaginaría que eran compañeros de equipo. Y es que Kakashi estaba empeñado en juntarlos y "casualmente" siempre acababan solos al final de las misiones, lo que acarreaba distintas reacciones en los dos:

Una parte interna de Sasuke estaba feliz (muy feliz), pero el sentido común y el orgullo le recordaban que Sakura era sólo su molesta y tonta compañera, que aunque estuviera buenísima seguía siendo molesta. El caso es que siempre culpaba a sus hormonas. Sakura, bueno ella culpaba directamente a Sasuke de todas sus desgracias, así que no tenía tiempo de pensar en sus hormonas. Además de que lo creía un idiota y un amargado, lo que le restaba todo el atractivo… aunque su subconsciente la traicionara constantemente con eso último.

—Hn —Sasuke ni se molestó en esperar su respuesta y se largó de allí, dejando a Lee con la palabra en la boca y a la joven registrándolo. Lo que hizo que recordara algo: Lee no llevaba bolsillos.

Sakura apretó los puños. ¡La había engañado! ¡¿Cómo se atrevía?!

—¡Argh, idiota! —le gritó y se marchó por el camino contrario al que él había tomado.

Sus peleas y su relación odio-odio era algo que se comentaba diariamente en la aldea Konoha. Aunque esto no fue siempre así; años atrás, Sakura había estado enamorada de él (como muchas), pero sus constantes rechazos y su traición terminaron por alejarla. Incluso le guardó algo de rencor cuando, después de largarse con Orochimaru, volvió como si nada a la aldea. Así que cuando Sasuke fue integrado nuevamente al equipo 7, la kunoichi pasó a ignorarlo olímpicamente y siguió con su vida.

Y aunque el moreno había estado feliz por la distancia, al tiempo terminó por ofenderse y también le cogió rencor… de ese entonces comenzaron a llevarse fatal, fastidiarse y a odiarse mutuamente.


Caminando por las calles de Konoha, con las manos en los bolsillos y su expresión estoica y distante tan habitual en él, Sasuke se dirigía al bosque para retomar sus entrenamientos y concentrar su mente en algo mucho más productivo e importante que fastidiar a su odiosa compañera que por desgracia aún tenía. Y es que sencillamente no la soportaba. Dobló la esquina y, maldiciendo internamente a cada ser de la tierra por la suerte que tenía aquel día, se encontró con nada más y nada menos que la misma Sakura, acompañada de Ino y Hinata. Obviamente, iba a pasar de ellas como de costumbre, pero cierto punto de la conversación entre las tres chicas captó su atención y se quedó escuchando tras la pared. Ocultó su chakra rápidamente.

—¿Entonces no te gusta, Sakura? —esa era la voz de Ino.

¿Pero a quién se refería?, ¿a quién le gustaba o no gustaba Sakura?

Aguzó el oído. Aunque no tardó en sentirse patético unos segundos después. ¿Y a él que diablos le importaba? Pero, fuera de todo razonamiento y sentido común, se dio cuenta de que simplemente no podía largarse de allí sin escuchar el término de aquella conversación.

—Vamos, dime la verdad.

—Que-no-me-gusta —repitió la chica con evidente fastidio. El improvisado espía no pudo evitar sonreír ante esa declaración—. Quizá antes, pero ya no. Es un idiota…

—Pero un idiota lindo —insistió la rubia con una sonrisa. Sakura entornó los ojos y Hinata, que caminaba junto a ellas, rió suavemente.

—Sí, es lindo —admitió la kunoichi y los deseos de desollar a su amor incógnito volvieron a aparecer en Sasuke. Fastidiado, decidió largarse de allí. Vaya pérdida de tiempo. Pero no alcanzó a dar ni dos pasos, cuando se encontró de frente con las tres chicas.

La rubia y la morena no pudieron evitar reír, mientras la tercera las fulminaba con la mirada y evitaba por todos los medios la del chico.

—Ya nos vamos —Sakura intentó llevarse a sus amigas de allí, pero Ino se giró repentinamente y se acercó al moreno.

—Sasuke-kun —la rubia le extendió una bandeja llena de galletas. Eran galletas chinas de la fortuna—. ¿Quieres una?

—Eh… —el chico iba a decir que no, ya que sabía que las habilidades culinarias de Yamanaka eran similares a las de Naruto.

—Vamos, Sasuke-kun. ¡Serás el único que no las va a probar! —le animó, haciendo pucheros. Uchiha alzó las cejas y ya le iba a decir que se largara, cuando vio por sobre el hombro de la chica, la cara de evidente fastidio de Sakura.

Sonrió.

—Claro —cogió una y a Ino le brillaron los ojos de felicidad. Sakura bufó, guardando su propia galleta en su bolso, mientras la rubia se les acercaba más que orgullosa por su hazaña. Al segundo, ya estaban las tres cuchicheando y riendo por algo.

—Mujeres… —murmuró el Uchiha, mientras se guardaba la galleta en el bolsillo y retomaba su camino.


"Esquiva los malentendidos con calma, equilibrio y mesura" —leyó Naruto, en cuanto abrió su galleta.

Los demás no pudieron evitar reír. De alguna forma, Ino había logrado reunirlos a todos y obligado a comer sus adoradas galletas. La mayoría se había intentado zafar de la situación en un principio, sabiendo que la cocina no era exactamente el fuerte de la rubia, ¿pero quién rayos podría negarse a su petición y soportar sus gritos y quejas eternas?

—¡Eso es imposible! —Kiba se burló de él y abrió la suya—. "No seas mal pensado" ¿Qué? ¡Qué mierda significa eso!

—Creo que está muy claro, Kiba —le dijo Ino con una sonrisa. Estaba esperando a ver que le había salido a Sasuke, pero este se encontraba alejado de ellos, recargado en una pared, con los brazos cruzados sobre el pecho, y obviamente nada feliz por haber sido incluído al inesperado encuentro.

"Deja que florezcan flores, deja que los pensamientos fluyan" —Shikamaru no pudo evitar chasquear la lengua ante esto—. Qué problemático…

—¿Qué dice la tuya, Sasuke-kun? —la rubia invadía nuevamente su espacio personal, ante la mirada hostil de este.

—No la he visto.

—Oh —se lamentó la chica, con falsa timidez. ¡Kuso! ¿Por qué tenía que ser tan frío?—. ¿Y la tuya, Sakura?

—Tampoco lo he hecho —la Haruno no tenía demasiadas ganas de abrir su galleta. Conociendo a Ino, de seguro la habría envenenado o puesto ántrax allí dentro en caso de que se acercara demasiado a Uchiha.

—Ya veo… ¡bien, es la última vez que haré algo así por ustedes!

La chica puso un gesto de indignación y se largó, dejando a todos los presentes boquiabiertos y extrañados. Además de dejar toda la bandeja de galletas.

—I-Ino-chan, espera… —la llamó Hinata, tímidamente.

—No te preocupes por ella. Ya saber lo bipolar que es. Ya se le pasará —Kiba se le acercó y puso la mano sobre su hombro. Naruto repentinamente sintió la necesidad de usar aceite hirviendo para separarlos, pero luego recordó el mensaje de la galleta y decidió controlarse.

"Esa persona que tanto quieres, pronto te hará caso" —Lee levantó el puño en señal de triunfo—. ¡SÍ, LO SABÍA! ¡La bella flor del cerezo y toda su juventud me corresponderán!

Miró indiscretamente a Sakura, quien se sonrojó por la vergüenza de la situación y lo disimuló abriendo su galleta.

Sasuke crujió los nudillos dentro del bolsillo, al presenciar aquella repetida y extrañamente desagradable escena, partiendo la galleta por la mitad.

"Un hecho inesperado dará un giro a tu vida"

—Qué tontería —dijeron a la vez, cuando la leyeron al mismo tiempo y mirándose sorprendidos, pero al instante apartaron la vista.

—Bueno, me voy a casa —anunció la joven kunoichi, levantándose. La situación ya se estaba volviendo extremadamente incómoda—. No gracias, puedo ir yo sola —agregó al ver que Lee abría la boca y se movía, indudablemente, para acompañarla.

—Yo también me voy —Sasuke se sintió repentinamente aliviado por el rechazo de la chica hacia Lee y se fue por el mismo camino que ella.

—¿Por qué me sigues? —le preguntó Sakura, hastiada, cuando se dio cuenta de su presencia.

—Por si no lo sabías, mi casa queda en la misma dirección —le respondió con el mismo tono.

Sakura gruñó algo y aceleró el paso para adelantarlo. El moreno aprovechó eso para detenerse a admirarla. Tenía un cuerpo genial, tenía que admitirlo. Además, agradecía que la chica usara ropa tan corta o ajustada todo el día, a pesar de que eso lo distrajera constantemente.

Su mirada se posó en su pequeña cintura y siguió bajando hasta…

—¡Eh! —Sakura se había detenido de improvisto y él, desprevenido, chocó contra ella. Si no la hubiera tomado por la cintura, se habrían caído al piso.

—¡Tú tienes la culpa por detenerte! —le dijo, soltándola.

—¡Nadie te dijo que tenías que estar pegado a mi! —le respondió—. Además, sólo me detuve por un helado.

—¿Helado? —Sasuke suspiró. A pesar de los años, Sakura seguía comportándose como una niña después de todo…

—Ajá. ¿Quieres uno? —preguntó, sacando el dinero de su bolso. Pero el chico se le adelantó y pagó él—. ¿Pero qué—?

—No me gusta que las mujeres me compren nada —le informó, de forma tajante, despejando cualquier tipo de dudas o pensamientos equívocos que la chica pudiera haber razonado debido a su repentino comportamiento. Y sin siquiera mirarla, le entregó su helado de chocolate—. Ten

—Gracias —Sakura aceptó el gesto, algo turbada. ¡Argh! ¿Por qué tenía atenciones con ella si se supone que la odiaba? Eso sólo lograba confundirla más… ya iba a ver—. ¿Pero tú no quieres un poco de él? —le ofreció, lamiendo un poco de helado que había resbalado hacia sus dedos, lo que afectó en alto grado la concentración del chico.

Después de tragar saliva de manera forzosa y despejar su mente de cualquier pensamiento indebido, el chico sólo negó con la cabeza.

—¡Oh, no! —exclamó la chica, al ver la negativa de él y dejó que un poco de su helado se resbalara del cono y le cayera un poco en el ligero escote de su blusa. Sasuke entrecerró los ojos. ¿Acaso lo hacía a propósito?

—Descuida —le tendió un pañuelo y prefirió no mirar cómo se limpiaba.

Estúpida kunoichi…

Ya había tenido suficiente de ella, por lo menos por un mes.

—Gracias.

Siguieron caminando, hasta que Sakura llegó a su hogar, en donde su madre la esperaba en la puerta. Al parecer acaba de llegar del mercado, ya que estaba rodeada de bolsas con sus compras. Sakura se quedó en el marco de la puerta mientras su madre entraba a la casa con un dos de las bolsas y, antes de que su compañero se fuera, se volteó hacia él.

—Gracias por el helado y por todo, Uchiha.

—Hn —Sasuke entornó los ojos—. No es porque me caigas bien ni nada. Por cierto, el pañuelo lo quiero limpio por la mañana —le dijo en un falso tono amistoso.

Sakura le sonrió dulcemente y le hizo un gesto igualmente amistoso con el dedo del medio. El chico entornó los ojos y siguió su camino, con la intención de acostarse y no pensar en nada más… había compartido demasiado tiempo el mismo aire que Haruno y eso le estaba afectando.

La verdad es que había tenido un día agotador y sólo quería descansar.


Era exactamente media noche, cuando Sakura se levantó por un vaso de agua. Era una costumbre que tenía desde pequeña y que no había desaparecido con el tiempo. Salió de la habitación e ingresó a su baño personal, en donde tomó su vaso y lo llenó, dejando escapar un suspiro de agrado al sentir el refrescante líquido bajando por su garganta. Volvió a llenar el vaso para llevarlo hasta su habitación, pero antes de dar siquiera un paso un fuerte dolor la atacó; la cabeza le zumbaba y todas sus extremidades se habían entumecido de golpe.

—¿Pero qué…? —repentinamente, sintió un fuerte mareo y su cuerpo no resistió más, por lo que se desplomó en el piso del baño, totalmente inconsciente.

Al mismo tiempo, Ino se despertaba de golpe por un mal presentimiento. Miró por la ventana, de donde veía con claridad la inmensidad de la luna llena para intentar serenarse, pero aquella sensación extraña no la dejaba en paz. Y, para peor, tenía que ver con Sakura.

Mañana a primera hora iría a verla. Definitivamente.


Sasuke se desperezó, de forma silenciosa, y estirando los músculos como siempre. Miró la hora; eran a penas las seis de la mañana. Eso le daba tiempo para ducharse por un largo rato, antes de ir al encuentro con el equipo siete. Se levantó de un salto, dispuesto a comenzar con su día, pero no puedo notar algo extraño. Si no hubiese estado medio dormido, habría jurado que le había dolido el pecho al levantarse tan abruptamente de su cama. Pero no sólo eso notó, sino que se sentía mucho más ligero de lo normal y —su organismo empezó a reaccionar y su rostro empezó a palidecer gradualmente— ¡y más bajo también!

Inconscientemente y, casi con recelo, se llevó ambas manos a su pecho y para su horror, palpó dos cosas que definitivamente no le pertenecían y no estaban allí la noche anterior. Sin pensar nada más, corrió al baño y se miró en el espejo… y éste le devolvió el reflejo de una chica de ojos verdes, tez blanca y largo pelo rosa.

¡Mierda! ¿S-Sakura?

Se empezó a tocar como para comprobar que no era un sueño.

¡Oh, por Dios! ¡Había soñado con Sakura en su cuarto, pero obviamente no de esta forma!

De pronto se acordó de ella. ¿Estará bien, ella tendría su cuerpo entonces?

Su cerebro comenzó a atar cabos. Sin siquiera molestarse en ducharse o ponerse otra ropa (que, considerando el atuendo que llevaba la chica – ahora chico – de ninguna manera habría salido en público con él, de haber estado en otras circunstancias), salió a toda velocidad con el pijama puesto, que era un camisón que enseñaba más que lo que le gustaría que Sakura revelase a otros y corrió por la aldea en busca de su cuerpo. Y para su desgracia y desesperación no encontró a la chica en su casa, así que se dirigió a donde los había citado su sensei. Sorpresivamente y para añadirle más paranoia a toda la locura surrealista que estaba viviendo, Kakashi ya se encontraba ahí, también Naruto y… ¿él mismo?

Unas palabras se vinieron a su mente ese momento, antes de que su conciencia comenzara a flaquear, al igual que sus sentidos.

"Un hecho inesperado dará un giro a tu vida."