-::-::-Sin City...-::-::-

Fanfic basado en la película de Robert Rodríguez, Quentin Tarantino y Frank Miller "Sin City" La ciudad del pecado.

"si entras en el callejón correcto en la cuidad del pecado, puedes encontrar lo que sea.

Si sabes buscar..."

Seguidilla de mini historias desarrolladas en Sin City que develarán una urbe sumergida en la corrupción, mafias, amores, engaños y sangre entrelazadas por un hilo: La muerte y la supervivencia ante ella.

Parejas: Seto x Joey, Yami Yugi x Yugi, Duke x Mokuba, Malik x Ryou.

Capítulo Nº1: Un intercambio justo. Parte I.

Era medianoche en Sin City y parecía que sería un día como tantos otros ya para mí, otra fiesta aburrida llena de la "elite" social, aburrida y casi fetichista si me permiten añadir con respecto a esta, en donde hacía todo por acaparar un poco de atención de sus congéneres y les prometía el mundo a sus pies si han de jurarle lealtad.

Una estupidez de tamaño colosal si uno toma en cuenta que la mayoría de los que se hallaba allí deseaba ver morir al otro del modo más rápido posible a cualquier precio.

Y allí estaba yo, en mi última noche en esta parte de la ciudad, en medio de una dizque celebración, persiguiendo una silueta que tengo observada desde hace unos días.

Ataviada en un vestido de terciopelo rojo sangre el cual se deslizaba por sus pronunciadas curvas, sus ojos mieles entrecerrados miraban hacia la nada perdiéndose en la oscuridad de la noche mientras la lluvia recorría su cabello rojizo y lo volvía liso y también la piel blanca y cremosa de ella, más no tanto como el igual a sus ojos que se encontraba en el interior de la fiesta igual de aburrido que ella pero aparentaba estar "feliz" por semejante "gesto" en su honor.

¿Mencioné que ella era hija de los anfitriones de esta fiestucha? No, creo que no, además la hacen en honor al cumpleaños de su hermano menor; algo que la fastidiaba de sobremanera ya que recibía, según ella, más atención por parte de la familia.

-¿Estás tan aburrido de esa fiesta al igual que yo? – dijo sin las menores ganas mientras yo le ofrecía un cigarrillo el cual ella aceptaba gustosa y prendía el cigarrillo con mi encendedor y ella cubría el fuego con sus manos evitando que la lluvia lo apagara.

- Pues la verdad yo no vine a la fiesta por ellos, vine por ti la verdad – ella mostraba un brillo en su mirar de satisfacción cuando yo decía esto – ¿pero que hace una de las anfitrionas de todo esto afuera en semejante lluvia?- termino de decir esto y ella me ofrecía el cigarrillo de su boca. Doy un par de caladas profundas y ella buscaba otro en su bolso, pero este lo enciende con el que tenía en mis labios y se giraba mirando al balcón.

Pude sentir su sabor y realmente es la muestra más clara que no me debía dejar engañar por las apariencias, su cuerpo es dulce; suculento si me permiten, pero su boca sabía a amargo hiel que me dejo un pasado sentir en mi boca. –la verdad es que eres todo lo que un hombre puede desear – añadía con mi cara de póker – y no lo digo por tu curvilínea figura, ni por tu cabello ni por tu voz suave; son tus ojos, mieles y seductores.

-¿Por qué te gustan mis ojos? – me dice algo interesada en mi "conversación".

-Por todo lo que puedo ver en ellos – ella me prestó aún más atención al nombrar sus ojos, se giraba para verme fijamente mientras la lluvia hacía que su vestido se pegara a su cuerpo como si fuera un guante quedando como una segunda piel.

- ¿y que ves en ellos?, nadie puede acertar, sólo mi pequeño ángel lo ha hecho – dice con cierto aire de seguridad al hablar de su "ángel". Para odiar esta fiesta dedicada a él demuestra que lo quiere mucho.

Nunca lograré entender bien a las mujeres.

- la verdad es que veo dos pozos mieles calmadamente frenéticos, una paz loca y salvaje que pretende abrirse paso. Estás lista para encarar tu vida pero no quieres hacerlo sola, tienes miedo de hacerlo¿me equivoco… Serenity Wheeler? – digo suave su nombre, casi alargando las sílabas y notaba como sus ojos se abrieron sorprendidos y luego los relajaba mientras se acercaba susurrando con cuidado...

-No, no te equivocas – se acurrucó en mi pecho – deseo dejar de ser vista como la hija de Edward Christopher Wheeler y ser sólo Serenity... y – acercó su rostro al mío – no quiero hacerlo sola. Enfrentémoslo juntos, mi "pequeño demonio" – termina de hablar y me besa sin cuidado. Decir que ella me estaba tratando de beber en un beso era poco. Lo bueno de ello es que fue rápido.

-enfrentémoslo juntos Serenity – digo esto y ella se acercaba mucho más a mí como si quisiera fundirse conmigo. Ella necesitaba desahogarse en alguien que la comprendiera y que la amara.

Alguien que NO era yo.

Ella está lista.

Comienza a besar delicadamente mi cuello y yo dejo mis manos vagar por su cuerpo mojado por la lluvia hasta que una de mis manos llega a su pecho.

Casi termino.

Serenity suspira quedadamente por la "caricia" casi como pidiendo por más y ella me susurraba un "te amo" y yo le respondía igual. Tan emocionada estaba por la reacción mía que no noto que algo frío y metálico se posicionaba entre sus pechos.

Listo.

Presiono el gatillo y el disparo se escuchaba como un susurro del viento gracias al silenciador que le coloqué. Pobre tonta. Nunca sabré de que huía ni qué quería enfrentar tan desesperadamente. Nunca sabré el porqué de su amor-odio enfermizo hacia su pequeño hermano. Nunca.

Y que me importa, yo; Duke Deblin, iré a cobrar el cheque por su cabeza a primera hora de la mañana, he terminado mi trabajo con éxito en la cuidad del pecado.

Son las 22:30 horas de un puto domingo en esta ciudad atestada de corruptos y me encuentro trabajando en el último día de toda mi carrera policial. Y no porque decidiera retirarme por mi cuenta, sino por órdenes médicas. Una estúpida enfermedad cardiaca a los 35 años me impide "cumplir servicios" al cuerpo policial, si pudiera lo haría hasta los 65 años pero mi "corazón" parece llevarme la contraría.

Pienso en mi esposa Ishizu, la cual estaría con una gran sonrisa en su rostro por haber llegado, pienso en la cena que me preparará hoy apenas termine con esto y como, tal vez terminemos como dios manda en la cama matrimonial. Pienso en su rostro feliz diciéndome que será la madre de mis hijos.

Y esa visión se desvanece al llegar a mi mente de nuevo la nueva víctima de hoy y el hijo de puta que meteré a la cárcel hoy, y lo haría cómodamente si no tuviera una abeja en pleno zumbido en el pecho en vez de un corazón normal. A veces los doctores tienen razón...

Pero esa sandez no me detendrá en el último caso de mi vida, la última vida que libraré de malditos depravados como ese en esta puta ciudad.

Joseph Wheeler de 11 años secuestrado por un lunático pederasta justamente esta noche el cual disfruta de ciertos "privilegios" por ser el hijo del senador Angus Vön Shreader, ese filio es un niñito mimado de 20 años. El jovencito Ziegfried Vön Shreader.

Lo voy a llenar de plomo hasta las pelotas apenas lo encuentre, una de las cosas que más detesto es ESE tipo de gente; no niego que yo también pertenezco al mundo de la alta sociedad por mi mugroso apellido que, muchas veces para mi desgracia, me abrió muchas puertas y aborrezco con todo mi ser que SÓLO haya sido por eso y no por mis capacidades. Y naturalmente conozco a este tal Ziegfried y sus fechorías.

Y cree que es intocable por ser el hijo de un político importante en la región. Más yo le demostraré lo contrario como que me llamo Seto Kaiba, Sub–Comandante del cuerpo de inteligencia policial y dueño de Kaiba Corp. Probaré a los de la oficina que este "viejo millonario decrépito" aún puede proteger a los ciudadanos de semejantes bribones sin tener que acudir a su fortuna para lograrlo.

Tomo mis pastillas para este incesante dolor y me lanzo al rescate de este niño, no debo perder tiempo. Para estas horas tal vez Joseph esté siendo violado por ese cretino. O quizás esté muerto...

Tal vez...

- Seto detente, no permitiré que te metas en este caso, te matarán y no andas con energía para salvar a nadie – me dice mi hermanastro Noah Kaiba apenas llego al lugar, ni siquiera me bajo y ya empezó a criticarme –esperemos a los refuerzos que pedí Seto.

- claro Noah –digo con evidente sarcasmo – quedémonos sentados cómodamente mientras ese sucio hijo de papá se deleita con su cuarta víctima – lo tomo por los hombros fuertemente y le grito – CON SU CUARTA VÍCTIMA, sabes que lo violará hasta el cansancio y lo hará jirones sin rechistar, se deshará el cuerpo y cuando lleguen los refuerzos policíacos estará bajo el "manto" del senador Vön Shreader donde ni su puto cabello rosa le podemos tocar al bastardo – nada me pone peor que mi hermano me juegue de "niñera", me hace ver vulnerable y detesto esa maldita sensación.

-por favor Seto solo mírate un momento – me dice y se detiene ante mí con la vista fija en mis ojos. Creo que va a empezar de nuevo con su arenga – vas a llegar apenas a los 40 y tu corazón no resiste; lo más probable es que pierdas la vida en esta pocilga. Piensa en Ishizu, piensa en que ella te está esperando, piensa que ella sólo quiere verte con vida – me doy vuelta dando a entender que lo oí y que haré caso de sus palabras – al fin pareces actuar razonable Seto.

- Sí, claro hermanito - eso le parece a él hasta que le propino un golpe que le da vuelta la cara y casi le parto la quijada. Que manera de acabar una sociedad familiar de casi 15 años. Que manera de iniciar mi retiro de la policía de Sin City.

Joseph Wheeler,...espero que aún estés con vida.

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Mientras en un cuarto oscuro un joven de ojos mieles tiembla asustado por los hecho de hoy. Desde su secuestro en su propia escuela y la muerte de 5 amigos en su cara para terminar en esta pocilga siendo manoseado sin pudor por tres hombres.

-No te preocupes tanto pequeño, la persona que conocerás es un muy buen hombre – decía mirando lascivamente al pequeño de ojos mieles vítreos atado a una silla en medio de la habitación que sería su "lugar de encuentro" con su invitado. – el señor Vön Shreader es muy educado, serán MUY buenos amigos.

El silencio retumba en la mente del pequeño rubio que esta en shock por los sucesos, su condición empeora cuando entra Ziegfried, el cual se relamía los labios pensando en el "festín" que le daría este niñito.

-ya vámonos Valon, dejemos a Ziegfried solo, démosle algo de privacidad a ambos para que se conozcan mejor.

-ya me retiro, es sólo que quiero cerciorarme de que se lleven muy bien Alistar. Es mi deber – dice a la par que delinea con sus dedos el contorno de la cara del pequeño rubio.

- sería un pecado que me llevase mal con este ángel dorado – dice Ziegfried luciendo su costoso atuendo rosa pálido – además, aseguro que nos llevaremos de maravilla¿verdad Joey-chan? – dijo lamiendo su mejilla sin pudor alguno dejando un rastro de saliva que asqueaba hasta decir basta al menor. Sin embargo no emitía sonido alguno lo cual enojaba de sobremanera a Ziegfried. En ese instante Valon y Alistar se marchan cerrando la puerta de la habitación dejando a Joseph a merced de Ziegfried.

-déjeme por favor...- fueron las últimas palabras antes de que cerraran la puerta de su "jaula".

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- y después de todo, aunque le robes sus pertenencias tan sublimemente obtenidas y hagas lo que tus más miserables e inmundos deseos quieran no podrás evadir la realidad que te acechará Valon, esté pedazo de elegancia y sobriedad en cuatro ruedas sigue siendo la propiedad del hijo del senador Vön Shreader y nada lo hará cambiar – escucho a esos tontos hablar y me dejan en claro su identidad, son Valon Carter y Alistar Amelda, un par de matones que hacen todo lo que les piden con delirios de grandeza y superioridad al mejor postor.Que idóneo, unos "sirvientes" tan a-doc a su "señor".

Debo eliminarlos, pero de un modo muy rápido y silencioso, no debo alertar a mi enemigo sobre mi presencia. Tomo una vara de acero metálico con mis manos blandiéndola rudamente y que empiece el castigo a esos bobos.

-pero que no darías por tener un auto a—se detiene bruscamente gracia al golpe que le di con esa vara. Cae al suelo inconsciente el idiota de Alistar en un abrir y cerrar de ojos dejando a Valon con la cara desencajada. Y el perdedor intenta sacar su arma recién ahora, que tontería más grande.

- maldito hijo de p- la vara se vuelve a impactar en la cabeza de alguien, sólo que éste parece resistir. No dudo en sacar mi arma pero veo que luego cae como un muerto; al menos era más resistente que el otro.

Pero de un momento a otro me ataca un dolor corporal increíblemente fuerte y ruego a todos los dioses que conozco que sea un dolor agudo estomacal o una jaqueca descomunal pero que no sea mi corazón. Tomo otra de las pastillas del doctor y apenas la trago caigo al suelo casi dormido.

Me levanto a los minutos después con el dolor levemente disminuido, pero lo suficiente para ser soportable. Ya basta de hacer callado este rescate, saco con rapidez la semiautomática que llevo en el cinturón y poniéndome torpemente de pie.

Que diablos..

Si dejaré este mundo en este caso lo haré gloriosamente, a punta de disparos junto con ese bastardo. Que nadie olvide este acontecimiento, de todos modos vale la pena morir por defender al más necesitado, a un inocente niño. Aún más si esta en las garras de un hijo de puta al que, antes de irme al otro mundo, mandaré tras las rejas.

No escucho ni un solo grito de la habitación donde tiene al pequeño Joseph, eso puede ser buena señal. Recuerdo perfectamente la cara de cada una de sus víctimas, ojos abiertos en su máxima expresión, sangre abundante desde su entrepierna y la boca abierta y sus cuerdas vocales desgarradas de tanto gritar y gemir por su vida en el último momento de su existencia.

Ni un sonido en el aire, eso quiere decir dos cosas: llegué justo a tiempo para detenerlo o he llegado muy tarde. Sólo volando esta puerta de mi vista lo sabré, en este preciso instante.

Hecho abajo la puerta de una patada y veo que estaba asegurada con un candado. ¿creen que soy una nenita¿que no tengo fuerza?... Además se acercan dos niñatos, cada uno con un arma pero lo hacen temblando.

No dudo ni un segundo en volarles la cabeza: o lo que sea que hallan tenido en ella. Tam pronto como me percato que no veo al niño siento un calor abrasador en uno de mis brazos...Una bala impactó mi brazo y yo, en el fatídico momento en que me doy cuenta me giro sobre mí y empiezo a dar tiros cerca de los pies a Ziegfried con tal que suelte al pequeño Joseph...

Un niñito bastante delgadito, con el cabello largo para ser un hombrecito y con los rasgos más femeninos para un niñito de su edad. Creo que si no hubiera leído el informe hubiera pensado que tengo que rescatar una niñita.

Luego el pelirrosado corre detras del desván y abre una puerta que no noté, este tipo pensaba escapar ileso, lástima que se cruzó conmigo. Lo increíble es que el niño no parece gritar, es o muy valiente o está en shock. Llegamos al fin del muelle y ese tonto quiere "negociar".

- maldición Kaiba... no importa lo que hagas, tú sabes perfectamente quien soy; también sabes quien es mi padre y lo que puede llegar a hacerte. Serás al igual que yo de la alta sociedad pero mi padre te puede hacer pudrirte en la cárcel si así yo lo deseo - vocifera entre muy seguro o muy asustado. no me importa, no dudará mucho.

-Ziegfried deja a ese niño en paz o me obligarás a hacerlo - digo y mi brazo me molesta más y más, la herida se está abriendo y mucho.

-jah! mírate Seto Kaiba, ni siquiera puedes levantar el cañón que llevas en tus manos y disparar viejo decrépito - dice y ríe histéricamente, yo sólo doy una risa suave y sarcástica. se tensa por completo Ziegfried, no se esperaba esta reacción.

-Claro que puedo Ziegfried - apenas termino de hablar levanto mi pistola y le vuelo la oreja izquierda de un solo tiro y lo tumbo al piso con el pequeño, el cuál se suelta de inmediato y queda lejos tanto de mí como de Ziegfried.

- MALDITO SEAS KAIBA!! - grita mientras se queja como la urraca que es retorciéndose en el piso de dolor al igual que un pez. Veo que Joseph está llorando débilmente e intento calmarlo.

- Joseph, no te preocupes nada te pasará ahora, pero por favor - digo girando mi vista hacia él y noto sus ojos mieles casi dorados- tapa tus ojos, no quiero que veas lo que le haré a Ziegfried.

- Hai...Kaiba-san - y muy obediente se cubre los ojos con sus manitas, me agrada pensar que él podrá crecer y se convertirá en un bello joven sano, no uno con un trauma.

-¿y que piensas hacerme Kaiba¿matarme? - en ese momento escucho las sirenas, ya están cerca.

-No Ziegfried, te desarmaré - digo justo cuando Ziegfried logra levantar su arma a mi altura, qué pena que sea el mejor tirador de mi cuadrilla. Le vuelo la mano completa de un tiro ya que fue muy cerca - y no te preocupes, te quitaré AMBAS armas - y le vuelo la entrepierna de un tiro que sencillamente disfruté.

- MALDITO SEAS KAIBA!!!! JURO QUE ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ!!! - voy a verificar el estado del flaquito de Joseph y siento 3 disparos en mi espalda.

Que manera de acabar una sociedad familiar. -

-Maldición Seto, vas a hacer que Vön Shreader nos mate a ambos por salvar un nene - dice con el arma aún humeando vapor, así que él me disparó y yo que había pensado que lo noqueé.

- Vaya Noah... - digo con dificultad - eres un verdadero hijo de perra

- quédate donde estás Seto y toma asiento hasta que lleguen los refuerzos - escucho varios autos detenerse y aún más sirenas - ¿estás bien "hermanito"?

- Nunca he estado mejor Noah - digo escupiendo un poco de sangre - listo para partirte la madre a punta de balazos - digo sujetándome de un poste del muelle, hazlo perder tiempo, que no se fije en el niño. En el pequeño y flaquito Joseph.

-no lo harás Seto, apenas y puedes ponerte de pie y ya no te quedan balas - dice mi hermanito muy confiado y luego mira al pequeño Joseph - es un hombre loco mi hermano Seto, no le hagas caso

-pero mira que vergüenza, le disparas a tu propio socio y familiar por la espalda y ahora tratas de asustar a un pequeño indefenso. además siempre he sido más rápido que tú, apenas alcance mi pieza de repuesto te vuelo en pedazos - estoy tocando la punta de mis reservas de balas y él me da 4 tiros directos.

-te dije que te sentaras Seto - recibo los disparos y caigo sentado justo como me dijo, Joseph al fin grita pero de preocupación.

Mi hermano se retira del lugar a hablar con los policías que se ven a lo lejos y yo me siento bien, logré proteger a mi último cabo suelto. Al pequeño Joey. Se acerca lentamente hacia mí temblando y aún derramando lágrimas y hace algo que no me esperaba.

Besa mi mejilla suavemente y susurra a mi oído

"lo siento Kaiba-sama".

Retira su rostro de mi alcance y yo sólo atino a acomodar algunos cabellos de su frente con un gesto casi paternal y joey cierra sus ojitos, toma la mano con la que lo acaricio y la acuna en su carita. Me está dando sueño, eso es bueno, me comienzo a recostar y veo como la sangre emana de mi lenta pero muy dolorosamente.

-Arigatô por salvarme ... Seto-sama - y se acurruca a mí como un pollito, como un cachorro abandonado bajo la lluvia y yo fuer a un edificio que lo cubre de ella.

Ya no me quedan fuerzas para mantener los ojos abiertos y veo que al pequeño tampoco, aunque por razones distintas. y veo como se hace justicia divina frente a mí.

Un hombre viejo muere, un niño vive. Que intercambio más justo...

CONTINUARÁ...

PD: no me maten ToT... sólo esperen continuación