Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto-sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: SasuxNaru, MinaxIta y otras.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Lemon, Violencia, Mpreg, posible violación, contenido Hetero, Spoiler del manga, entre otros.
Beta: Usarechan.
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Capitulo 34.- Entrenamiento
Sasuke gimió de dolor cuando su cuerpo chocó contra el suelo al recibir el ataque que Yue le propinó.
El jutsu había sido tanto espectacular como devastador; ahora comprendía el por qué consideraban a la Uzumaki como un prodigio. Yue había realizado algunos extraños sellos y el ave llamada Fuju se transformó en una gran ave de fuego, tan veloz y ágil que en un parpadeo impactó contra Sasuke tres veces antes de lanzarlo contra uno de los muros del complejo Uchiha.
—Este jutsu… es un arma de doble… filo —dijo Yue con voz entrecortada. Era una técnica fuerte, si, pero consumía una enorme cantidad de chakra.
—Si solo deja al adversario aturdido; el jutsu no sirve para nada —gruñó el azabache cruzándose de brazos.
—El ataque es mortal —habló Fuju en tono ofendido —. Yue-sama y yo no te atacamos con todo el poder.
—El Hō Yoku Ten Shō no jutsu es una técnica capaz de matar a por lo menos unos diez enemigos, sin embargo te deja expuesto a un ataque sorpresa —agregó Yue —. Este jutsu en cierto punto se parece al Amaterasu…
— ¿Amaterasu? ¿Cómo ese jutsu puede parecerse al Amaterasu? —cuestionó Sasuke; como respuesta Yue tan solo le guiñó el ojo.
—Si quieres saber deberás aprender mi jutsu —canturreó la rubia.
Sasuke asintió no muy convencido con el trato, pero no tenía deseos de discutir, especialmente porque era hora de que Yue fuese a recoger a Himeko donde la Hokage y lo menos que quería era que su niña pasara más tiempo del necesario con la alcohólica mujer.
—Iré por Hime-chan —anunció la Uzumaki —. Te dejo al cuidado de Fuju, Sasu-chan —sonrió dulcemente —, entrena duro y nos veremos en la noche.
—Me asegurare de que Sasuke-san aprenda a dominar el jutsu antes de la cena —aseguró el ave aleteando.
— ¡Entonces me esforzaré en preparar una deliciosa comida! —exclamó antes de desaparecer en una columna de humo.
Sasuke suspiró pesadamente; no podía negar que la comida que Yue preparaba sabía a gloria, pero aun así prefería comer en el Ichiraku con Naruto (aunque odiara el ramen).
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Los entrenamientos eran muy difíciles –especialmente si tu mente está ocupada pensando en tu hija –, ¿se encontraba bien? Confiaba en Sasuke y su madre, pero no podía evitar sentirse desesperado y preocupado; necesitaba sentir a su bebé, quería tenerla entre sus brazos, cantarle, acariciar su cabecita y sentir aquel olorcito dulce característico de los recién nacidos. Esa necesidad sofocaba hasta casi el punto de quitarle el aire. Era un sentimiento que nunca antes había experimentado ni siquiera cuando Sasuke dejó Konoha, ni cuando creyó haber perdido a su madre; ¿era acaso ese instinto maternal que tanto le mencionaba Yue? Era posible, después de todo como doncel que era tenía –como las mujeres –, la capacidad de engendrar y era natural que tuviese también los mismos instintos que una fémina tendría para con su prole.
— ¡Auch! —se quejó el rubio al recibir un fuerte golpe en la cabeza propinado por Fukasaku.
—Debes concentrarte o terminaras como adorno para jardín —lo reprendió la rana mirándolo con cierta severidad.
—Naruto, se que te preocupa Himeko pero entiende que si no aprendes a dominar el modo sennin no podrás protegerla si Akatsuki llega a atacar Konoha.
Naruto bajó la cabeza; lo sabía pero no podía evitarlo. Cualquier persona en su lugar estaría en iguales condiciones, ¿Cómo podían pedirle a una "madre" cuyo bebé tan solo tenía días de vida que se separara de él y encima que no se preocupara o pensara en cómo se encontraría? Era simplemente cruel e imposible de hacer.
—Descansemos unos minutos —habló Fukasaku interrumpiendo los pensamientos del menor.
Minato suspiró pesadamente, se sentía culpable por el sufrimiento por el que su hijo estaba pasando; ¿no se supone que un padre debía velar por la seguridad de su vástago? ¿Pero que se supone que tenía que hacer?
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Los días fueron pasando; Sasuke y Naruto avanzaban cada día más con sus entrenamientos. Yue había resultado ser una sensei muy demandante –algo que Sasuke agradecía –. Sus jutsu eran muy diferentes; usaban invocaciones, lo que hacía que sus ataques fueran difíciles de descifrar; en cuanto a Naruto, ya había logrado dominar el modo sannin casi a la perfección.
—Estoy seguro que te convertirás en una hermosa jovencita —comentó Raito con Himeko en brazos.
Desde que el peliverde vio a la pequeña se había prendido de ella ¿y cómo no hacerlo? La niña era realmente la cosita más linda que viese jamás. Sasuke gruñó molesto antes de quitarle a su hija, lo que provocó una sonrisita por parte del samurái de cabellos verdes. Definitivamente Sasuke sería un padre extremadamente celoso (pobre del chico que quiera acercarse a la pequeña).
Mientras tanto; Yue se encontraba en una de las casas del complejo Uchiha donde Itachi había sido recluido junto a su hijo. Aunque el consejo deseaba que se le ejecutara por sus "crímenes"; la Uzumaki, valiéndose de su astucia e inteligencia logró evitarlo, pero no así el encierro en el cual se encontraba en esos momentos.
—Espero que les guste la comida —habló Yue con una dulce sonrisa en los labios. Traía en las manos una bandeja con los últimos platos para colocarlos en la mesa ya casi lista.
Mira soltó un gritito al ver a su tía entrar al comedor con la comida que había preparado: onigiris, anguila frita, té de pétalos de Sakura y dangos.
—Se ve delicioso —comentó Itachi con una sonrisa casi imperceptible.
La comida era deliciosa y la compañía aun mas; era tan agradable estar juntos y revivir viejos tiempos.
Era en realidad una hermosa mañana, pero no se imaginaban que pronto sucedería algo que acabaría con esa calma y los sumergiría en un caos.
Continuará…
