¡¡Konnichiwa!! Sí, después de tanto tiempo subí la cuarta y última parte de este fic . Me costó mucho hacerla además de que soy muy, muy caga xD. Para las que les guste el drama, digo que esto les resultará delicioso xD. Las más sensibles, espero que lo disfruten aunque no se si estarán contentas con este triste final uu Pero así me dio por hacerlo xD

¡Prometo hacer más fics de esta pareja! (Pero no me pregunten cuando... xD) Bueno, ya no me entretengo más y disfrútenlo, sobre todo ustedes, Arly-chan y Nene-chan

Ya sabes, Nene-chan, tienes que meterme bulla para que haga los fics, que en el fondo eso se agradece U

¡Bueno, aquí tienen!:

4. Tú eras mi verdadero camino.

-Orochimaru-sama, yo le... yo... –El joven levantó la vista temblorosamente mirando con sus profundos ojos negros los ojos asesinos y fieros del mayor. Suspiro y se llenó de valor, pensando que ya las cosas no iban a poder ir a peor...- ¡Yo le amo! –Cerró los ojos fuertemente esperando un fuerte golpe o algún insulto, aunque fuera un seco "lárgate", pero Orochimaru no le dijo nada. El silencio invadió la habitación y Kabuto abrió sus ojos despacio viendo a su señor delante suya parado y cabizbajo, aunque temblaba ligeramente y eso lo pudo percibir- Orochimaru-sama... –Susurró y justo cuando se iba a levantar para ver si se encontraba bien, Orochimaru comenzó a caminar hacia él aun cabizbajo- ...Y-yo... l-lo siento, señor, pero ya tenía que decírselo y... –Kabuto se intentaba excusar pensando que solo se acercaba a él para patearlo y sacarlo de la habitación, pero su sorpresa fue aun mayor cuando el moreno se inclinó delante suya y acarició su mejilla suavemente mirándole a los ojos con los suyos llenos de arrepentimiento. Eso era muy extraño en Orochimaru, nadie hubiera pensado nunca en verlo así.

-Kabuto... ¿Es eso cierto? –Le preguntó con una voz triste y en cierto modo, algo tímida. El susodicho bajó la vista visiblemente avergonzado y asintió acariciando la mano que Orochimaru había puesto en su mejilla- Bien... –Contestó Orochimaru- Yo... nunca serías capaz de creerme... bueno, ni si quiera entiendo esa clase de sentimientos... no se ni si es un sentimiento... Pero se que yo también –Kabuto le miraba con sus ojos negros y grandes ya de por si más abiertos que nunca. Despacio, atrajo a Orochimaru contra su cuerpo abrazándole fuertemente, un abrazo que también Orochimaru correspondió envolviendo a Kabuto fuertemente entre sus brazos.

-Quiero que... quiero que hagamos el amor –Le susurró Kabuto a Orochimaru que asintió acariciando el cabello de su pequeño. Ya era hora de que los dos se hicieran uno culminando su amor. Kabuto se separó despacio de Orochimaru, le extendió la mano a su señor que aun seguía desde el suelo mirándole y tiró suavemente de su mano levantándole.

Era evidente que Kabuto no iba a poder ser su uke aquella vez ya que tal y como le había dejado, no estaba en condiciones. El más pequeño, se situó sobre el mayor besando suavemente su cuello y labios, acariciando con sus manos el cuerpo semidesnudo de Orochimaru y deshaciéndose de la poca ropa que le estorbaba, acariciando cada milímetro de la blanca piel y apretando sus pezones disfrutando de ver a su señor estremecerse con aquellas caricias que le hacían erguirse sobre las blancas sábanas manchadas de la sangre que Kabuto había derramado minutos antes.

Suavemente, el ninja médico, bajó por su fuerte pecho a su abdomen que besó y lamió suavemente entreteniéndose en su ombligo acariciando suavemente con su mano la entrepierna de su señor, deseando escuchar como le pedía más de manera desesperada, aunque el sannin se mordía dos de sus dedos intentando retener sus gemidos deseosos.

-No sea tímido... pídame más... –Le susurró Kabuto hasta que al fin su señor cedió pidiéndole entre suaves gemidos de placer que calmara su excitación. El joven solo asintió y bajó a aquella parte que tanta atención requería besando la punta con deseo y placer para después lamerla en círculos hasta bajar a toda la longitud que también lamió durante un rato, pero su señor necesitaba más, así que se metió todo lo que cupo de su enorme miembro a la boca, hasta la mitad a penas masturbando el resto. Lo succionaba con fuerza subiendo y bajando con todas sus fuerzas. Sentía como Orochimaru enredaba sus blancos dedos entre su cabello grisáceo y, finalmente, dejaba escapar su líquido blanco en la boca de Kabuto, que lo saboreó y tragó al instante.

El joven levantó la vista mirando a los ojos a la serpiente que tenía bajo su cuerpo respirando agitadamente y con deseo.

Vio que Orochimaru abría sus piernas demasiado y entendió que era lo que quería. Lamió la entrada de Orochimaru mojándola y después se ensalivó dos de sus dedos que introdujo despacio primero uno y luego otro a la pequeña y estrecha entrada de su señor. Kabuto se dio cuenta por el dolor que causaban aquellos intrusos dedos en Orochimaru, que este nunca había sido uke, así que, cuidadosamente, le preparó y después abrió sus piernas todo lo que pudo sujetando sus carnosos muslos para comenzar a penetrarle con cuidado.

-¡¡Ahhh!! –Un suave gemido de dolor escapó de los labios de la serpiente que miró a Kabuto respirando agitadamente mientras algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, pero él no dejaría que eso pasara- Kabu...to-kun... Ahhh... Siento tanto lo de antes... –Acarició la mejilla de Kabuto que besó su mano y siguió adentrándose despacio en él- Olvidemos todo eso... –Susurro el más pequeño envistiéndole al principio despacio, cada vez más y más fuerte conforme los dos sentían que lo necesitaban. Orochimaru movía sus caderas fuertemente al mismo ritmo de Kabuto hasta que al fin llegó al orgasmo irguiendo su espalda y su entrada se contrajo, apretando con sus paredes el miembro de Kabuto, haciendo que este se viniera con fuerza en su interior, invadiéndolo todo.

Orochimaru se vino manchando la mano de Kabuto y su propio pecho. El pequeño, suspiro y se dejo caer sobre su señor respirando agitadamente y ya sin fuerzas. Orochimaru le abrazó fuertemente intentando normalizar su respiración junto con Kabuto. Al rato, los dos quedaron dormidos profundamente, abrazándose fuertemente. La ventana estaba ligeramente abierta y de nuevo la luz de luna entraba por ella acariciando el cuerpo de los dos hombres desnudos. Los rayos de luna y esta misma, eran de nuevo los únicos testigos de la pasión de aquellas dos personas.

A mitad de la noche, se escuchaban fuertes golpes en aquel castillo que retumbaba entero. Orochimaru y Kabuto despertaron al instante debido al jaleo que se comenzaba a montar en los terrenos. En seguida se vistieron y salieron a ver que ocurría cuando vieron que nada mas abrir la puerta, muchos ninjas de Orochimaru peleaban contra otros muchos ninjas de Konoha.

Aquella pelea era sangrienta y salvaje, como la que hubo cuando Orochimaru mató al viejo Sarutobi.

-Esto... ¡¡¿Qué es esto?!! ¡Ninjas de Konoha! –Orochimaru miró a todos lados nervioso. ¡Los ninjas de Konoha habían encontrado el escondite de Orochimaru y ahora le querrían obviamente a él para matarte por todo los males que había cometido. El moreno buscó con la mirada a la persona responsable de aquel ataque, aunque él sospechaba quien había sido, y, así era. Tsunade corría hacia él desde el final de aquel enorme pasillo. Los ninjas abrieron paso a la Hokage que se disponía a matar de un solo golpe al Rey Serpiente.

-¡¡No interfiráis, él es mío!! –Gritó la Hokage llena de furia que corría hacia Orochimaru con su puño cerrado y con Chackra concentrado en este. Fue tan rápida que a Orochimaru no le dio tiempo a moverse y recibió un salvaje y fuerte golpe en la barriga que le sacó todo el aire y le tiró al suelo haciéndole retroceder unos metros hacia atrás. Tsunade sonrió triunfal y se acercó con paso firme hacia el, en esos momentos, indefenso Orochimaru que temblaba en el suelo agarrándose su estómago. Tsunade sacó un kunai, quería atravesar su cuello con él y ver correr su sangre. Le odiaba con toda su alma.

La rubia levantó su fuerte brazo para clavar el kunai en el cuello de Orochimaru, cuando, de repente, hubo una interrupción que no se esperaba para nada...

-¡¡Aggh!! –Kabuto se había interpuesto entre el kunai y Orochimaru, y este había atravesado el cuello del joven- Orochimaru-sama... –Susurró con dificultad.

-¡¡KABUTOOOOOO!! –Gritó recobrando sus fuerzas sacadas de la flaqueza al ver como Tsunade atravesaba el fino cuello de su amante. Tomó rápidamente el cuerpo de Kabuto que cayó hacia un lado soportando su peso en él y le dio una suave palmada en la mejilla- ¡¡Kabuto!! ¡¡Kabuto!! ¡Contéstame, maldita sea! –Los nervios invadían por completo a Orochimaru y la sangre ardiendo corría por sus venas.

-Se...ñor... –Susurró el chico con dificultad agarrando la mano de Orochimaru y le sonrió tiernamente- No se rinda nunca... –Escupió una gran bocanada de sangre- Hágalo por... mí... Le amo –Sus ojos se cerraron y su cabeza cayó hacia atrás debido a que su cuerpo entero había perdido la rigidez. Kabuto había muerto para salvar a Orochimaru. No había roto su promesa... Kabuto le había protegido hasta la muerte con su vida.

-Kabuto... –Susurró con voz temblorosa el hombre de piel blanca apretando con fuerza la mano de Kabuto casi tan pálida ahora como su propio cuerpo y con su otro brazo, rodeando el cuerpo del pequeño, le apretó fuertemente contra su cuerpo y besó su frente- Te... amo... ¡¡Voy a vengar tu muerte!!

Todo fue muy rápido. Orochimaru levantó la mirada hacia Tsunade que veía la emotiva escena sin poder creerlo.

Los ojos de Orochimaru miraron llenos de furia y más abiertos que nunca a los de Tsunade llenos de coraje. Las felinas pupilas de Orochimaru se volvieron más pequeñas y finas dándole un aire de locura más acentuado de lo normal. En su rostro se dibujaba una sonrisa que a la vez expresaba locura, enfado, seriedad... El rostro de Orochimaru era difícil de describir en esos momentos.

El hombre se levantó y corrió más rápido que la propia Tsunade hasta ella, apretando su cuello sin piedad. Quería matarla y sentir como se moría de dolor con sus propias manos o su venganza no saciaría su sed de sangre por aquel que más amaba. Godaime gritó fuertemente de dolor sin entender como ahora Orochimaru se hacía tan fuerte que con solo un apretón en su cuello la estaba matando. Y así fue, en pocos segundos, Orochimaru sintió como el cuello de Tsunade crujía y se rompía entre sus manos, matándola. La sangre de Tsunade resbaló por las manos Orochimaru. Eso le produjo placer y odio al vengativo Sannin que en seguida corrió hacia los ninjas de Konoha que peleaban contra sus ninjas del sonido.

Los esbirros de Orochimaru se apartaron comprendiendo que aquella pelea su señor la quería solo para él. Con sus propias manos y a veces usando la espada que robaba de algún ninja muerto de Konoha, mataba con furia a todos, gritando repetidas veces el nombre de Kabuto con furia y odio hacia todos aquellos que le arrebataron lo único que tenía. Los esbirros se asustaron por la violenta locura de Orochimaru y salieron de allí corriendo.

Pasaron los minutos, las horas... Orochimaru no contó el tiempo... Había matado a todos aquellos repugnantes ninjas el solo. No quedaba ni uno vivo. Orochimaru miró sus manos y gran parte de su cuerpo con algunas heridas y lleno de sangre de aquellos ninjas a los que había asesinado, incluida Tsunade. No entendía como él que había necesitado todo un día para matar a Sarutobi, ahora en unas horas de las que no llevaba cuenta, había destruido a todos los ninjas de Konoha... Eso realmente ya ni le importaba. Miró hacia atrás, caminando hacia el cadáver del lindo Kabuto y se inclinó a su lado. Lo abrazó fuertemente y besó casa parte de su cuerpo desnudando el cadáver. Orochimaru sabía que aquello se había convertido en pasión, en obsesión... Necesitaba a Kabuto a su lado o moriría... Sí, iba a morir sin él... ya no podía luchar por nada... Orochimaru comprendió mientras besaba el inerte y gélido cuerpo de Kabuto que todo lo que había hecho buscando todas las técnicas ninjas existentes y poder... Ese camino, solo había tenido fuerzas para seguir recorriéndolo cada instante porque Kabuto estaba a su lado. Kabuto era superior a Orochimaru, eso pensaba el moreno... Porque él tenía hasta el don de quitarle la vida o no a Orochimaru, el don de hacerle feliz, de darle fuerzas, incluso la capacidad de amar... Kabuto era lo único y lo más preciado que podía tener.

Orochimaru se quedó en silencio después de recorrer besando todo el cuerpo del Genin hasta su boca que besó suavemente y comenzó a sentir como sus mejillas se llenaban de crudas lágrimas que dolían más que nada. Lágrimas que derramaba por Kabuto. Solo por él derramaba lágrimas. Solo él lo merecía... Orochimaru busco en el bolsito donde guardaba sus armas y sacó un kunai que miró un par de segundos. Después miró a Kabuto y sonrió tristemente.

-Kabuto... ¿Es que no lo entiendes...? No puedo continuar mi camino... porque... mi verdadero camino eres tú... Estamos encadenados... Te amo –Clavó el kunai en su cuello, donde mismo Tsunade se lo había clavado a Kabuto y se recostó sobre el pecho de este abrazándole fuertemente y esperando su muerte con una pequeña sonrisa. No tenía ni idea de si existía otra vida después de aquella tan dura y cruel o no, pero, fuera a donde fuera, sabía que iría donde estuviera Kabuto...-.

FIN

Final triste, lo sé. Bueno, aun así espero que les gustara y de nuevo perdonen mi maldita pereza y tardanza uu. ¡¡Dejen RR!! ¡¡Gracias a las que siguieron este fic hasta el final!!

¡¡Hasta pronto y besos!!